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Honorable público presente

"¡Buenos días! Mi nombre es Luciana Maria Malarin Valdez, estudiante de la I.E


San Ignacio de Loyola – Fe y Alegría 44 y estoy aquí hoy para disponer de su
grato tiempo con el propósito de reflexionar sobre problemas sociales en
Introducción

nuestro País. Me siento honrada de tener la oportunidad de dirigirme a todos


ustedes y compartir mis ideas y perspectivas sobre la violencia política y
guerra interna en nuestro Perú.

"Hoy nos reunimos aquí para abordar un conflicto social que ha estado
arraigado en nuestra querida patria peruana. Un conflicto que ha afectado a
nuestro país durante décadas y que merece nuestra atención y acción.

El conflicto al que me refiero es la violencia política y la guerra interna en el


Perú durante los años 80 que dejaron cicatrices profundas en nuestra
sociedad. Fue un período oscuro y doloroso en el que la violencia y el conflicto
permeaban cada aspecto de la vida peruana. Familias enteras fueron
desgarradas, comunidades fueron destruidas y el miedo se convirtió en una
constante en nuestras vidas.

En esos años, grupos armados como Sendero Luminoso y el MRTA sembraron


el terror y la destrucción en todo el país. Sus ataques indiscriminados y sus
ideologías extremistas nos arrebataron la paz y la tranquilidad que tanto
anhelábamos. Miles de personas inocentes perdieron la vida o fueron
desplazadas de sus hogares, dejando atrás sueños y esperanzas destrozadas.

Hoy, miramos atrás y reflexionamos sobre ese período oscuro de nuestra


historia. Si bien la violencia política ha disminuido en gran medida, aún queda
mucho por hacer para sanar las heridas del pasado y construir un futuro mejor.
Argumento o desarrollo

Aunque no podemos borrar el pasado, podemos aprender de él y buscar la


reconciliación y la justicia.

Aunque estas situaciones pertenecen al pasado, sus efectos todavía se


sienten en el presente. Es importante reconocer que la violencia política no
solo afecta a las personas directamente involucradas, sino que también tiene
un impacto duradero en el tejido social de nuestro país.

La violencia política socava la confianza en nuestras instituciones, divide a la


sociedad y limita nuestras posibilidades de progreso. Nos impide alcanzar la
verdadera paz y estabilidad que todos anhelamos. Es fundamental reflexionar
sobre los eventos pasados y aprender de ellos para evitar repetir los mismos
errores.
En la actualidad, debemos esforzarnos por construir una sociedad basada en
el respeto, la tolerancia y el diálogo. Debemos fomentar un ambiente en el que
todas las voces sean escuchadas y respetadas, sin importar las diferencias
ideológicas o políticas. La solución a nuestros problemas no se encuentra en
la violencia, sino en la búsqueda de soluciones pacíficas y constructivas.

Mi mensaje profundo es este: no permitamos que la violencia política y la


guerra interna definan nuestro presente y futuro. Debemos trabajar juntos para
construir un Perú en el que prevalezcan los valores de justicia, igualdad y
solidaridad. Solo a través del entendimiento mutuo y la colaboración podremos
superar los desafíos que enfrentamos como sociedad.

Recordemos siempre que la paz es un derecho fundamental de cada individuo


y una necesidad para el desarrollo sostenible de nuestro país. Trabajamos
incansablemente para construir un Perú en el que las diferencias se resuelvan
Conclusión

a través del diálogo y la comprensión, y en el que la violencia política sea cosa


del pasado.

Juntos, podemos construir un futuro en el que prevalezca la paz y la justicia


para todos los peruanos. No olvidemos nunca el poder transformador que yace
en nuestras manos y sigamos luchando por un Perú en el que cada uno de
nosotros pueda vivir en armonía y prosperidad.

No olvidemos el dolor y sufrimiento que la violencia política y la guerra interna


causaron en nuestro país. Utilicemos esa experiencia como un recordatorio
constante de la importancia de la paz y la convivencia pacífica. Trabajamos
juntos para construir un Perú donde el diálogo y la justicia prevalezcan sobre
la violencia. Solo así podremos construir un futuro próspero y esperanzador
para las generaciones venideras.

Ética de la integridad y felicidad:

La ética del utilitarismo se basa en maximizar la felicidad o el bienestar general, tomando decisiones que generen el
mayor beneficio para la mayoría de las personas. Aunque no se mencionó explícitamente este enfoque ético en los
discursos anteriores, el mensaje de buscar la paz, la justicia y la construcción de una sociedad armoniosa puede ser
considerado como un intento de promover el bienestar general y la felicidad de todos los ciudadanos.

Por otro lado, la ética de la felicidad se centra en la búsqueda de la felicidad como el fin último de la vida humana.
Aunque no mencioné directamente este enfoque ético, el mensaje de construir un Perú en el que prevalezcan los
valores de justicia, igualdad y solidaridad puede ser interpretado como un llamado a crear un entorno en el que las
personas puedan alcanzar la felicidad y el bienestar.

En cuanto a la ética de la integridad, esto se refiere a actuar de manera coherente y ética, manteniendo la honestidad
y la integridad en todas las acciones. Aunque no mencioné explícitamente este enfoque ético, el hecho de presentar
información de manera clara y transparente, así como respetar y valorar las diferentes perspectivas, puede
considerarse como una manifestación de la ética de la integridad en la comunicación.

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