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dispositivo de
representación
del pueblo
La comedia televisiva
latinoamericana y su
tendencia a la empatía o la
crítica dentro de la sociedad
Luis Berrizbeitia
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La descripción precedente tiene múltiples lecturas, incluso los detalles expresados en cada
uno de los incisos de la narración. Todo tiene que ver con un contexto, unos valores precedentes,
una concepción del mundo. Es de acuerdo a ella que asumimos los signos que percibimos por
doquier, que le damos significado a las cosas, a las palabras, tal como lo explica Michel Foucault:
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“Los códigos fundamentales de una cultura –los que rigen su lenguaje, sus esquemas perceptivos,
sus cambios, sus técnicas, sus valores, la jerarquía de sus prácticas- fijan de antemano para cada
hombre los órdenes empíricos con los cuales tendrá algo que ver y dentro de los que se
reconocerá”1. La asociación entre lo que sentimos y lo que esto representa para nosotros
dependerá de mucho factores. Así se compone el delicado arte de la representación. No hay
signos etéreos, suspendidos en la gracia de lo universal, más allá del bien y del mal. Cada
significante se acompaña de su significado en lo personal y en lo colectivo.
Lo más interesante es que, desde un sentido apriorístico, los signos no siempre contienen
significados uniformes. La trama se hace compleja: “por bien que se diga lo que se ha visto, lo visto
no reside jamás en lo que se dice, y por bien que se quiera hacer ver, por medio de imágenes, de
metáforas, de comparaciones, lo que se está diciendo, el lugar en el que ellas resplandecen no es el
que despliega a la vista, sino el que definen las sucesiones de la sintaxis”2. Esta sintaxis a la que se
refiere el filósofo francés no se reproduce únicamente en la gramática lingüística, también se
enreda en la conjunción de los significados, imágenes, mensajes, composiciones. Todo termina por
dar sentido a este mundo centrífugo y vertiginoso que nos bambolea en el siglo XXI y que se
redefine abarrotado de sensaciones, problemas irresolubles, deseos, locura.
¿De qué valen los significantes y los significados dentro del mundo de hoy? ¿Tiene alguna
importancia la forma como vemos y sentimos el mundo? ¿Qué se esconde en la necesidad de
algunos de establecer las normas en el juego de codificación, del entendimiento de las palabras y
las cosas? Desde la izquierda siempre se ha tomado la idea de la opresión de un grupo sobre otro.
En esta visión se plantea la lucha por el entendimiento del mundo como la clave de la dominación
y de la lucha de clases, tal como lo expresa Carlos Marx: “Las ideas de la clase dominante son las
ideas dominantes en cada época; o dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material
dominante de la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a
su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los
medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por término
medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente”3. Acá
se incorpora un elemento: el poder económico. La percepción de la sociedad es construida por
1
FOUCAULT, Michel. “Las palabras y las cosas”. Siglo XXI Editores. Buenos Aires, Argentina. 2002. p 13
2
Ibídem, p 27
3
MARX, Carlos citado en THWAITES, Mabel “La noción gramsciana de hegemonía” publicado en “Gramsci mirando al
sur. Sobre la hegemonía en los 90”. K&ai Editor, Colección Teoría Crítica, 1994
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aquellos que pueden hacerlo, pero no porque saben cómo hacerlo, sino porque tienen los MEDIOS
para. Antonio Gramsci desarrollaría a partir de estos elementos el concepto de hegemonía; dentro
del desarrollo de esta noción, varias claves que nos enseñarán un camino de cómo los unos (la
clase que busca hacerse del poder) buscan articular su pensamiento, su propia sintaxis y gramática
de la visión del mundo, con los otros (aquellos declarados como subalternos4 en la dicotomía del
poder económico y político). Lo importante desde la visión del pensador italiano es que el
elemento cultural dentro de la estructura de opresión tiene una carga significativa, algo que se
había perdido un poco en la visión del marxismo ortodoxo.
Numerosas han sido las representaciones que sobre los grupos sociales se han hecho a lo
largo de la historia, pero existe una categoría que ha trascendido en el imaginario de la
humanidad. Algo que ha asumido innumerables significados, tan complejo y tan simple, etéreo y
mundano, anacrónico y vigente. Es la dicotomía absoluta que nos reconoce y desdibuja: Pueblo.
Dentro de la filosofía política es uno de los elementos fundamentales para la caracterización de los
modelos, la organización; es la base fundamental en la que se reconoce a la gente objeto de las
relaciones sociales, políticas y económicas. Pareciera ser un concepto familiar y cotidiano, pero
encierra dentro de sí mismo la complejidad de entendernos como sujeto y objeto de la historia de
la civilización humana.
4
Dentro del análisis que se hace desde el punto de vista de Antonio Gramsci, las “Clases subalternas” son aquellas que
no imponen su cultura ni los códigos propios de su clase. Son antagónicas a la clase dominante y buscan cambiar las
relaciones de poder para eventualmente constituirse como hegemonía. A pesar de las reservas que se pueda tener con
la “subalternidad” como categoría para referirse dentro de la discusión cultural, que es el fondo que se trabaja en estas
páginas, se utiliza para darle el sentido y la fortaleza circunstancial y de relaciones de poder que plantea el propio
Gramsci.
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En las próximas páginas vamos intentar asociar algunos elementos que relacionan la
definición de pueblo, la representación y la hegemonía. Para darle una visión un poco más
contemporánea vamos a hurgar dentro de la cotidianidad. La escena precedente, descriptiva y
llena de significados, nos pone en el eje sobre el cual discurrirá la búsqueda de la producción de
significados: la televisión, y más aún se analizarán algunos programas de corte humorístico, que
parecieran ser inocentes y llenos de intenciones saludables para el entretenimiento, dentro de los
cuales encontraremos algunas claves para entender cómo estos inocentes mensajes pueden
llevarnos a la construcción de un imaginario que reafirma la hegemonía dominante de la sociedad.
También podremos ver algunas luces sobre cómo estos mismos significantes, mensajes
encriptados dentro de la carcajada saludable, algunas veces nos dan un paseo por la resistencia y
el desmontaje de la propia idea de la puesta en escena que día tras día representamos.
5
ARISTÓTELES. La Política en “Obras completas”. Distal SRL. Buenos Aires, Argentina. 2003. P 67 (Resaltado en negrillas
nuestro)
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Cuando se hablaba de democracia, con todo lo que implicaba ese novedoso invento para
regir la política y las relaciones humanas y de producción, era muy importante saber quién era ese
demos que tendría la facultad de meter su mano dentro de los asuntos públicos, y más aun dentro
de la administración de los recursos de todos. Por ello Aristóteles siempre nos dice, siempre aclara
más bien, quién es el pueblo, quién está en la jugada.
Eso que bien mostraba el acucioso griego en la radiografía política de su tiempo, fue un
factor recurrente en el devenir del desarrollo de la organización de la sociedad. Pueblo se convirtió
en uno de los elementos más importantes para la definición del juego político y de la propia
construcción del imaginario cultural, un rasgo fundamental para la composición de las estructuras.
Jesús Martín-Barbero6 hace un recorrido por las distintas apreciaciones que sobre esta categoría
se tuvieron ya entrada la modernidad. Es interesante ver el rol que le asigna el colombiano a la
transición que hay desde la edad media y el papel que tuvo el pensamiento romántico en la
conceptualización más contemporánea de esta noción. El rastreo del investigador se remonta a la
raíz etimológica de la palabra y las diversas variantes que le daban en sus tres formas –folk, volk y
peuple-7. La asociación y división de cada una de las particularidades que encarna el concepto
desde lo político, lo territorial y la estrecha relación cultural, a la que los románticos darían una
especial atención, nos pone sobre aviso la enorme versatilidad que tiene el significado de la
palabra.
Para los románticos, la idea de este Pueblo encarnaba la pureza más absoluta de la
sociedad. Dentro de la fuerza cultural originaria se integraba a unos hombres con otros dentro de
esos códigos compartidos por la historia, los cuentos, las manifestaciones y demás dispositivos de
identidad colectiva. Esto, por una parte, sirvió para mantener la resistencia ante la aplanadora
hegemónica de la dominación; pero por otra parte, según la explicación que da el investigador,
también abrió la puerta para buscar dispositivos de generación de consenso entre los grupos
6
BARBERO-MARTIN, Jesús. “De los medios a las mediaciones” Anthropos Editorial. Barcelona, España. Sexta Edición,
2010.
7
“De un lado folk y volk serán el punto de partida del vocablo con que se designará la nueva ciencia –folklore y
volskunde-, mientras peuple, en lugar de ligarse a un sufijo noble para engendrar el nombre de un saber, lo hará a una
modalización cargada de sentido político y peyorativo: populismo. Y mientras folk tenderá a recortarse sobre unos topos
cronológicos, volk lo hará sobre uno geológico y peuple sobre uno socio-político. Folklore capta ante todo un
movimiento de separación y coexistencia entre dos ‘mundos’ culturales: el rural, configurado por la oralidad, las
creencias y el arte ingenuo, y el urbano, configurado por la escritura, la secularización y el arte refinado; es decir,
nombra la dimensión del tiempo en la cultura, la relación en el orden de las prácticas entre tradición y modernidad, su
oposición y a veces su mezcla” Ibídem p 8-9
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sociales que construyeron las clases dominantes. De esto hablaremos un poco más adelante
cuando se desarrolle en profundidad más la noción de hegemonía.
Pero en la búsqueda de una definición, el propio Barbero será categórico sobre el uso, o
más bien el desuso, que desde las principales corrientes de pensamiento de la modernidad se
harían sobre el Pueblo: “La idea de pueblo que gesta el movimiento romántico va a sufrir a lo largo
del siglo XIX una disolución completa: por la izquierda el concepto de clase social y por la derecha
el de masa”8. Por un lado, al marxismo ortodoxo no le gustaba mucho la idealización de los
explotados, por no estar atados a la materialidad de las condiciones de producción y la
superestructura económica: “La explicación de la opresión y la estrategia de lucha se sitúan así en
un solo y único plano: lo económico, el de la producción. Todos los demás planos o niveles o
dimensiones de lo social se organizan y adquieren su sentido a partir de las relaciones de
producción. Y toda concepción de lucha social que no se centra ahí, que no parta y se dirija a ese
centro, es mistificadora, tramposa, desvía y obstaculiza”9. En pocas palabras, era un término
demasiado inclusivo y etéreo que no se podía conjugar con las necesidades revolucionarias,
necesarias para el antagonismo con el capital.
Por el otro lado, esta vorágine igualitaria y normalizadora de la sociedad, en la que todos
formamos parte de un mismo cuerpo, empezó a preocupar al pensamiento de derecha que
empezó a ver cómo las cantidades podían amenazar su cualidad de clases dominantes por vía de
poder capitalizar un mayor número de ciudadanos. Era una ecuación sencilla: “Si democrática es
una sociedad en la que desaparecen las antiguas distinciones de castas, rangos y clases, y en la que
cualquier oficio o dignidad es accesible a todos, una sociedad así no puede no relegar la libertad de
los ciudadanos y la independencia individual a un plano secundario: el primero lo ocupará siempre
la voluntad de las mayorías. Y de este modo lo que viene a tener verdadera importancia no es
aquello en que hay razón y virtud, sino aquello que es querido por la mayoría, esto es: lo impuesto
únicamente por la cantidad”10. Era la disolución de los privilegios, de las diferencias, lo que hacía
ruido a la derecha estructurada. A partir de esa inquietud es que empiezan a desarrollar toda una
teoría para adentrarse a otra forma de representación de esta masa, y poder de esta manera
mantener su posición como clase dominante.
8
Ibídem p 11
9
Ibídem p 16-17
10
Ibídem p 25
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En este breve recorrido hemos rastreado algunos elementos que componen la noción de
pueblo como categoría social, política, económica, territorial. Lo que sí está claro, véase desde la
derecha o la izquierda, por arriba o por abajo, desde antes o ahora mismo; Pueblo no es un
concepto inamovible, único e irrefutable. Es una representación de la sociedad, una muy
importante. El contexto desde el cual se enfoque el rescate de su significado nos ofrece a su vez
una lectura del tiempo histórico, político y social en el cual lo encontramos. Es a partir de esta
significación, de esta sintaxis social, que se componen los códigos de entendimiento, el imaginario
colectivo para poder producir consensos sobre la visión de la sociedad que se debe constituir. Y es
en este punto cuando entra la pugna por la conformación de la hegemonía.
De acuerdo al pensador italiano, la constitución del Estado por parte de la burguesía logró
establecer un mecanismo para poder hacer de sus ideas, sus aspiraciones y anhelos, las ideas
aspiraciones y anhelos de todos los que componían la sociedad: “La revolución introducida por la
clase burguesa en la concepción del derecho y, por tanto, en la función del Estado, consiste
especialmente en la voluntad del conformismo. Las clases dominantes anteriores eran
esencialmente conservadoras en el sentido que no tendían a elaborar una transición orgánica de
las demás clases a la suya, o sea, ampliar ‘técnica’ e ideológicamente su esfera de clase: su
concepción era la de casta cerrada. La clase burguesa se pone a sí misma como organismo en
movimiento continuo, capaz de absorber toda la sociedad, asimilándola a su nivel cultural y
económico: el Estado se hace Educador, etc.”12. Bajo el tamiz de este pasaje, vemos como Gramsci
atraviesa la principal virtud de la burguesía a la hora de generar una visión de sociedad para todos.
Pero hacer de sus aspiraciones el horizonte común para todos no era tan sencillo como abrirse
cual flor para el entendimiento del pueblo en general. Se trataba también de asimilar la cultura y
los códigos contenidos dentro de la propia construcción histórica de las clases subalternas13 para
poder establecer el puente de asimilación cultural de ellas a la hegemonía establecida.
11
GRAMSCI, Antonio citado en THWAITES, Mabel “La noción gramsciana de hegemonía” publicado en “Gramsci mirando
al sur. Sobre la hegemonía en los 90”. K&ai Editor, Colección Teoría Crítica, 1994
12
GRAMSCI, Antonio. “Antología Antonio Gramsci”. Selección, traducción y notas de Manuela Sacristán. Siglo XXI
Editores. Buenos Aires, Argentina. 2009 p 316.
13
Ver nota 4
14
MARTÍN-BARBERO, Jesús. “De los medios...”. 2010. P 83
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propone una estructuración de la hegemonía que va más allá de la simple imposición. Esto quiere
decir que la construcción de ella se fundamenta en la idea de la clase dominante, pero también
reposa sobre los códigos de la subalternidad. En base a esto podemos establecer que la idea del
control cultural trae dentro de sí mismo el germen del descontrol, o el de la subversión, o
resistencia. A pesar de ello, el entramado de la estructura dominante, que no sólo se establece en
los códigos culturales –como ya hemos visto anteriormente obedece a un sistema que recoge una
perspectiva económica, política y social también-, es un delicado equilibrio que va de la sugestión
a la opresión. Es por ello que el sistema de representación del mundo que se propone en la
hegemonía dominante es uno de los valores fundamentales para la consolidación de su dominio.
Desde una perspectiva cultural histórica, Walter Benjamin plantea una imagen realmente
gráfica de lo que es la batalla por el imaginario cultural: “El inventario del botín, que ponen en
exhibición ante los derrotados, no será considerado por el materialista histórico de otro modo que
críticamente. A este inventario se llama cultura. Todo lo que el materialista histórico abarque con
la vista como patrimonio cultural, lo que ha llegado hasta él como arte y como ciencia –todo eso
tiene, sin excepción, una procedencia en la que no puede pensar sin espanto. No sólo debe su
existencia al esfuerzo de los que lo crearon, sino también al vasallaje anónimo de sus
contemporáneos. Nunca hay un documento de la cultura sin que sea a la vez un documento de la
barbarie. Donde el historicismo festeja a genios y a héroes, el materialista histórico guarda
distancia, aunque tenga que ayudarse con tenazas”15. La concepción de cultura como resultante
histórico se descubre en el filósofo alemán como una estructura que ofrece una explicación a la
forma como ella se presenta dentro de la constitución de la clase dominante. Nos dice que hay un
relato, una forma de ver el mundo que construyen los vencedores de la lucha por el poder. La
metáfora que emplea desde el punto de vista de botín de guerra es profundamente poderosa para
hacer ver la carga que tiene. En el mundo contemporáneo el mecanismo de distribución de estas
historias, de este imaginario del mundo o botín cultural se propaga con incontrolable rapidez por
los dispositivos asociados a este sistema totalitario y totalizante. ¿Bajo qué medios, con qué signos
y significados se construye esta historia, esta cultura barbárica a la que nos hace referencia
Benjamin?
15
BENJAMIN, Walter. “La dialéctica en suspenso. Fragmentos sobre la historia”. Editorial LOM. Segunda Edición.
Santiago de Chile. 2009, p 79. Resaltado en negrillas nuestro.
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Dentro del bando que Eco clasifica como apocalípticos encontramos la definición de
Industria Cultural que desarrollan Adorno y Horkheimer, y dentro de ella su lógica de
funcionamiento: “Al subordinar todas las ramas de la producción espiritual de la misma manera a
la finalidad única de cerrar los sentidos de los hombres, desde la salida de la fábrica por la tarde
hasta la llegada, a la mañana siguiente, al reloj controlador, con los sellos del proceso del trabajo
que ellos mismos deben mantener a lo largo del día, esa subsunción realiza sarcásticamente el
concepto de cultura unitaria que los filósofos de la personalidad opusieron a la masificación (…) La
industria cultural, el estilo más flexible de todos, se revela como el objetivo mismo del liberalismo,
al que reprocha falta de estilo. No se trata sólo de que sus categorías y contenidos hayan surgido
de la esfera liberal, del naturalismo domesticado como de la opereta y de la revista: los modernos
consorcios culturales son el lugar económico donde, junto con los tipos de empresarios
correspondientes, sobrevive aún, por ahora, una parte de la esfera de circulación, la cual se halla
en curso de demolición”17. Esta caracterización de los más conspicuos representantes de la Escuela
de Frankfurt sintetiza la idea de hegemonía planteada por Gramsci, le daba una participación
fundamental a los dispositivos integradores de la identidad cultural. Son esos elementos que
16
ECO, Umberto. “Apocalípticos e integrados”. Editorial Lumen, S.A. 6ta Edición, 2006 (1ra edición 1968). Buenos Aires,
Argentina, p 37
17
ADORNO, Theodor y HORKHEIMER, MAX. “Dialéctica de la ilustración” Ediciones Akal, S.A. Edición de bolsillo 2007 (1ra
edición 1982). Madrid, España, p 144
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Pero gran parte del sostenimiento del delicado ecosistema simbiótico que es la hegemonía
capitalista de nuestro tiempo reposa sobre las representaciones y el imaginario que tiene su
principal difusor en la industria cultural. La construcción, la estética o la sintaxis discursiva que se
ha logrado imponer, supone una de las más importantes victorias de la hegemonía dominante.
Todo se ha cifrado bajo el código de entendimiento de su propia lógica. Las relaciones humanas,
su comportamiento, tienen una perspectiva de mercado y se construyen bajo la aplanadora de la
18
Recomendamos pasearse un poco por la perspectiva del filósofo alemán en el ensayo “La obra de arte en la época de
su reproductividad técnica” publicado en BENJAMIN, Walter. “Conceptos de Filosofía de la Historia” Terramar Ediciones.
Buenos Aires, 2007
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homologación cultural definitoria. Armand Mattelart, un estudioso de los medios desde una
perspectiva crítica, puntualiza algunos elementos fundamentales que ponen en perspectiva parte
de la orientación de la lógica y el discurso: “El caballo de Troya de la enajenación nacional no es la
serie norteamericana sino el modo de organización de la televisión que privilegia la serialización.
En esta perspectiva convendría reflexionar acerca de los tres elementos de base que, en los últimos
años, prepararon el camino a la estandarización y permitieron a la televisión adelantar un paso en
el proceso de industrialización de la cultura. Estos tres elementos son: la publicidad, la utilización
masiva de los sondeos y la gestión informática de la producción”19. La crítica del investigador belga
está inserta dentro del debate de la conformación del sistema para la televisión pública francesa,
que siempre se ha caracterizado por su autonomía y el rescate de los valores propios de su
cultura, reconocida como una de las más herméticas incluso dentro del imaginario europeo. Lo
que deja ver Mattelart es la importancia del propio esquema de construcción del discurso, de
elaboración de la industria de la comunicación, y de cómo esa homologación progresiva de una
forma de hacer las cosas poco a poco iba a desvanecer la identidad propia de la cultura francesa.
¿Cómo opera esta sintaxis totalizadora de la industria cultural? ¿Bajo qué principio? Parte
de esta respuesta la podemos rastrear una vez más con Umberto Eco, quien nos remite
nuevamente a la idea de la representación y asociación de significantes y significados: “En una
sociedad de masas de la época de la civilización industrial, observamos un proceso de mitificación
parecido al de las sociedades primitivas y que actúa, especialmente en sus inicios, según la misma
mecánica mitopoyética que utiliza el poeta moderno. Se trata de la identificación privada y
subjetiva, en su origen, entre un objeto, una imagen y una suma de felicidad, ya consciente ya
inconsciente, de forma que realice una unidad entre imágenes y aspiraciones”20. De esta forma, las
representaciones que se hacen dentro de la producción de los referentes culturales se generan
desde las aspiraciones y para la satisfacción de los deseos de la sociedad. Así se comienzan a
resolver los problemas propios de las contradicciones provenientes de la desigualdad inmanente al
sistema capitalista. Es la producción del placebo necesario para hacer de la hegemonía algo viable.
En este mismo sentido, Mattelart observa el comportamiento que tienen algunos de los
dispositivos que se generan desde la industria cultural: “El escaso territorio que separa la ficción de
la realidad tiende a desaparecer. Los bienes simbólicos se juntan con los bienes materiales en un
19
MATTELART Armand y Michelle. “Los medios de comunicación en tiempos de crisis”. Siglo XXI. 8va edición 2003 (1ra
edición 1981). Buenos Aires, p 141.
20
ECO, Humberto. “Apocalípticos…” p 221
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intercambio incesante (…) Los personajes de ficción salen del marco de las pantallas chicas o de las
casillas de las tiras cómicas para convertirse en componentes materiales del mundo”21. Desde esa
perspectiva, la ficción que representa la realidad se funde con la realidad que recrea la ficción.
Llega un punto en el que no se sabe si es la creación la que induce el sostenimiento del sistema o
si es la propia dinámica social la que inspira a la industria cultural al aparataje de la
representación. Existe un juego de vasos comunicantes que sistemáticamente retroalimenta la
dinámica de la hegemonía económica, política, social y cultural.
Lo que sí establece el propio Mattelart dentro de su estudio, y que quizás nos da un indicio
de la importancia que tiene la estructura de la industria cultural para el mantenimiento del orden
establecido, es el comportamiento que tienen los dispositivos culturales en los tiempos de crisis
del resto de los elementos que componen la superestructura de poder. Uno de los ejemplos que
resalta es la metamorfosis estructural que sufrió uno de los íconos del comic como lo es
Supermán22 en cada uno de los episodios de crisis de la sociedad norteamericana del siglo XX.
21
MATTELART, Armand y Michelle. “Los medios de…” p 75
22
El investigador señala que el héroe creado por dos jóvenes estudiantes en 1933 era un justiciero que se manejaba
bajo los parámetros de la “justicia y la verdad”, aunque para ello tuviera que mantenerse al margen de la ley y fuese
visto como un proscrito del stablishment. En 1938 pasa a engrosar las filas de las enormes cadenas de distribución de
comics estadounidenses; pero es en 1942, con Estados Unidos recién ingresado en la segunda guerra mundial, luego del
ataque de Pearl Harbor, que Supermán pasa a engrosar las filas de los defensores de la “ley y el orden”. Hacia 1978 se
produce un nuevo cambio en el arquetipo del superhéroe que ahora daba el salto a la gran pantalla. Aparte de toda la
historia relativa a su contenido, los creadores originales del personaje jamás recibieron parte de las increíbles ganancias
económicas que derivó de la comercialización de la figura y el arquetipo del gran héroe americano por excelencia. Véase
MATTELART, Armand y Michelle. “Los medios de...” p 14-16
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del repertorio de actores del mundo contemporáneo, son un elemento estructural y consustancial
del propio entramado de la hegemonía capitalista.
23
Eduardo Rinesi, en su libro “Las máscaras de Jano” (Editorial Gorla, 2009, Buenos Aires), reconoce algunas recetas
para hacer comedia, inspirado a su vez en un texto de Henry Bergson. Allí plantea una serie de procedimientos, tales
como la repetición o la inversión, que son recursos utilizados históricamente como elementos cómicos.
24
Prólogo de Lena Balzaretti a la obra de Aristófanes. “Aves”. Editorial Losada, 2008. Buenos Aires, p 8.
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25
CANO, Pedro. “De Aristóteles a Woody Allen”. Gedisa Editorial, Estudios de Televisión. 1999. Barcelona, España, p 65,
resaltado en negrillas nuestro
26
Para graficar lo que vamos a presentar hemos optado por esta división o caracterización de la comedia, nos
decantamos por estos dos términos. La empatía –que es una palabra que tiene su origen del griego empátheia y tiene su
vínculo con un filológico más médico- está definida como la identificación de una persona con otra; pero este
reconocimiento de uno en otro es totalmente sentimental y no tiene en su fundamentación ningún proceso racional. Por
el contrario, la crítica la asumimos para rescatar el valor reflexivo que lleva inherente al propio concepto. A pesar de
plantearse como una dicotomía antagónica, entendemos que entre estos dos extremos hay innumerables matices
dentro de los que se maneja la construcción del discurso de la comedia.
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encontraremos estas cualidades dentro de los personajes que dan vida a la comedia. Es la
caracterización que se hace de la situación encarnada en la representación individual el eje
fundamental sobre el que se establece la efectividad de la pieza27. Así, cualquier giro de la comedia
será determinado también por la tendencia de los personajes que la interpretan.
Por el contrario, podremos hablar de una comedia que tiende a la crítica cuando estos
mismos elementos se mueven hacia el lado opuesto. La historia es un factor fundamental en la
constitución de los personajes y el relato. Existe un pasado y como consecuencia camina hacia un
futuro. Tiene sentido de proceso. Esta construcción del discurso hace que los referentes históricos
27
En la búsqueda por encontrar una aproximación a la identificación del género de las obras, sobre todo estudiando a
Shakespeare, Eduardo Rinesi pone especial atención al perfil de los personajes que componían el eje central de la pieza.
A partir de allí nos dice: “para que El mercader de Venecia funcione como comedia es fundamental que Shylock nos
resulte despreciable y además ridículo, y que su desgracia final, por lo tanto, nos cauce regocijo y risa” (RINESI, Eduardo.
“Las máscaras de Jano”. Editorial Gorla, 2009. Buenos Aires, p 55). Es evidente que la complejidad de las obras de
Shakespeare no se puede comparar con la comedia televisiva contemporánea, pero tomamos este ejemplo para
rescatar la importancia que tiene para la definición de la comedia la propia identidad y construcción de los personajes
para el resultado final de la pieza.
28
Esta orientación digamos ahistórica la encontramos profundamente enraizada dentro de la estructuración del
mensaje noticioso de la actualidad. Para los periodistas ocurren hechos. No existe precedencia, y sólo en algunos casos
consecuencias que no se alejan más allá del inmediato sentimiento del entorno que lo rodea. La objetivación de la
realidad situacional es llevado a un punto donde, por ejemplo, la delincuencia no es un producto de la descomposición
social, sino un mal inmanente a la sociedad. Es la realidad, está allí y hay que combatirla de algún modo. Gran parte de
esta dicotomía la rescata el teólogo de la liberación brasileño, Hélder Pessoa, en su histórica sentencia: “Si doy de comer
a los pobres, me llaman santo. Pero si pregunto por qué los pobres tienen hambre y están mal, entonces me llaman
comunista”. El análisis de los contextos es algo fundamental para el desarrollo de una imagen integral de la sociedad, y
por ende del relato.
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sean propios de la sociedad que los genera, como vimos anteriormente; así la interrelación del
relato con los códigos culturales, sociales y políticos de su tiempo se complejiza y ofrece múltiples
niveles de lectura y de relación. La comedia pasa a ser una representación de la realidad social de
su tiempo, pero desde una visión que interpela esta realidad para sintetizar una nueva idea que
ofrece al espectador la posibilidad de un ejercicio crítico.
También vemos como los personajes con una tendencia hacia la comedia crítica tienen
una confrontación entre el arquetipo, o la construcción preconcebida que tenemos del personaje,
y su propio discurso. Ese hecho de por sí ya nos induce a la comedia, alguien que no dice lo que
supone que debe decir, aquel que se comporta díscolo de su propio ser. Pero esta relación de
ruptura que existe dentro del propio personaje también induce al espectador a una revisión; tanto
del arquetipo referente como del discurso que emana. La relación con la risa se produce de la
síntesis de esa aparente contradicción inicial. Esto también lo veremos con mayor detalle en el
análisis de casos particulares que ejemplifican la caracterización de estas tendencias.
Estas características, que están planteadas como extremos opuestos, expresadas en una
relación dicotómica, se presentan en mayor o menor grado dentro de la construcción del discurso
humorístico. La comedia ha sido un dispositivo de la representación del pueblo que ha tomado
siempre un lugar dentro de la televisión latinoamericana. La risa necesaria para aderezar la
cotidianidad, para hacer soportable la entrega a un sistema que exige cada vez más de la gente, de
los ciudadanos. Nos hace reír de los referentes sobre los cuales está construida; todos
estructurados sobre la sociedad en la que nos desenvolvemos. ¿Podemos ver cómo funciona cada
una de estas tendencias de construcción de la comedia sobre la representación de la sociedad?
¿Qué efectos se logra con la profundización de cada una?
En las próximas líneas se analizarán ejemplos concretos de cada una de las visiones para
establecer algunas consideraciones finales que nos permitan acercarnos un poco más a lo que
significa la comedia latinoamericana como un dispositivo asociado a la televisión. Además
veremos cuál es el rol que cumplen cada una de las tendencias en la tensión social sobre la que se
debate la hegemonía dominante.
televisiva latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX. Aún hoy, varias de las más
importantes empresas de comunicación del continente pagan sumas más que importantes por la
repetición de las temporadas enteras de El Chavo del 8. Este programa surge en sus inicios como
un sketch dentro de un programa llamado Chespirito, ideado por Roberto Gómez Bolaños. El
programa de corte humorístico tenía diversos personajes, muchos de ellos trascendieron también,
como el caso del Chapulín Colorado, cuyas expresiones y modismos aún son referentes dentro del
imaginario cultural de nuestro territorio.
El Chavo fue originalmente ideado como un segmento para el público adulto, pero dada su
pegada en la población infantil, fue reconvertido a un programa semanal y focalizado hacia este
segmento de la audiencia. Podemos apreciar otros datos que parecieran ser menores, pero que
caben dentro de un contexto importante desde lo que es la operación de la Industria Cultural:
desde 1970 al 72 es producido de forma independiente, pero a partir de 1973 y hasta 1980 –
cuando culmina la serie como show semanal- es asumido totalmente por el emporio
comunicacional mexicano Televisa29. Finalmente, desde 1980 a 1992 vuelve a convertirse en un
sketch del programa Chespirito de forma esporádica. La serie, amén de su llegada y productividad
mercantil, estuvo siempre atrapada en conflictos entre muchos de los integrantes del elenco y el
Patrón Gómez Bolaños30.
29
Un par de palabras de esta empresa. Es uno de los negocios más lucrativos de México y su red de dominio va más allá
de la mera estructura de producción de contenidos y de telecomunicaciones, donde su alcance dentro de su propio país
es cuasi monopólico. Tiene asociaciones estratégicas con canales y emisoras en todo el mundo, una de las más
importantes es la materializada con el canal estadounidense Univisión, del cual posee la mitad, que es el principal
productor de programación en habla hispana (sobre todo en telenovelas y noticieros) dentro de los Estados Unidos. Por
si esto no fuera suficiente, posee dos equipos de fútbol en México –El único país americano que hasta la fecha ha
organizado 2 copas del mundo-, uno de ellos es el más popular en el país, Las Águilas del América –nótese la doble
connotación imperial y el referente al Gran Hermano-. Esta pequeña bodega es un negocio familiar con un linaje
inconfundible, no hay pérdida de identidad por ninguna parte: fundado por Emilio Azcárraga Vidaurreta en 1930 con una
pequeña radio, consolidada como emporio en 1972 por Emilio Azcárraga Milmo con la consolidación de Televisa y
proyectada desde 1997 por Emilio Azcárraga Jean desde la óptica de la omnímoda operación corporativa. Este chico,
CEO de la empresa, en una conferencia reciente afirmaba, parafraseando a Shakespeare –ojo, la referencia al
dramaturgo inglés no es un antojo, es propia del contexto al que hace referencia el bisoño empresario-, que “Este
mundo nuevo no es redondo, ni siquiera plano, es rectangular. Y el modelo de rectángulo es la pantalla de tv” (si se
quiere indagar un poco más dentro de la visión del mandamás de Televisa pueden revisar el discurso completo en
http://i2.esmas.com/documents/2010/05/13/633/conferencia-completa)
30
La historia completa de los inicios y desarrollo de la serie tiene múltiples referencias en la WEB, para este trabajo se
utilizó la de Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/El_Chavo_del_Ocho_(serie_de_TV)
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personaje central: El Chavo del Ocho31. No existe una historia, ni un tiempo. Sólo este espacio
genérico y una desfile de personalidades que son arquetipos de la composición de la sociedad.
Uno de los elementos más resaltantes está en que los niños son enteramente representados por
adultos -sobre este particular elemento nos detendremos un poco más adelante-. La vecindad es
un espacio donde la cotidianidad da paso a las situaciones, cada instante es desatado por acciones
concretas, no tiene un asidero histórico, no tiene un destino final, son cosas que pasan, la
banalidad de un día cualquiera, de una semana cualquiera, de un año cualquiera. Ese es uno de los
fundamentos por los cuales pudo permanecer en el tiempo y vivir en generaciones de
televidentes.
El resto de los personajes que componen la trama no escapan a diversos arquetipos muy
marcados. Está Don Ramón que es un hombre muy humilde que vive con su pequeña hija, La
Chilindrina, en uno de los departamentos, él es un hombre que jamás trabaja y huye de cualquier
tipo de obligación laboral, por ello siempre está atrasado en el pago de la renta. Encontramos a
Doña Florinda, una mujer viuda, madre de Quico, que aparentemente vive de un negocio y tiene
buen poder adquisitivo para complacer las demandas destempladas de su hijo mimado; es de
mentalidad burguesa y su gran frustración es tener que rodearse de la gente de ese circuito social
a la que califica de chusma. También vemos al Señor Barriga que es el casero, aparece por la
vecindad para cobrar la renta, como su nombre lo dice, su característica más prominente es su
enorme abdomen, símbolo de su abundancia; también tiene un hijo, Ñoño, que asiste a clases con
los demás niños. Finalmente encontramos al Profesor Jirafales, el maestro de la escuela a la que
van los personajes infantiles y que tiene un eterno galanteo con Doña Florinda. De La Chilindrina y
31
El nombre inicial estaba claramente referido al canal en el cual fue concebido el show, la Televisora Independiente
Mexicana, que se encontraba precisamente en el octavo número del espectro, pero una vez absorbido por Televisa,
transmutó la referencia a un presunto apartamento, con ese número, en el que viviría el personaje, pero que jamás
presentan materialmente en el programa.
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Quico podemos acotar que son fieles proyecciones de sus respectivos progenitores; ella siempre
busca la picardía y evadir responsabilidades a pesar de que siempre está inventando alguna
broma, es la típica niña traviesa; él es un niño malcriado que se considera más allá del entorno y
del resto de los niños con los que le toca convivir.
Don Ramón y El Señor Barriga, trabajo y renta: Arrancamos por el antagonismo de clase más
marcado que veremos en toda la serie de situaciones, sería algo así como la lógica del amo y el
esclavo. El casero suele ir a cobrar la renta al escurridizo inquilino, quien por contraparte intenta
evadir la responsabilidad escapando por las ventanas o intentado mentir al casero sobre su
situación de vida, inventando enfermedades de su hija, o la muerte de algún pariente, o alguna
imposibilidad propia. Por su parte, la voluntad del casero perseguidor es siempre burlada por
medio de ardides bastante precarios del escapista. Sin embargo, en algunos capítulos se observa a
Don Ramón haciendo algunos trabajos manuales: albañilería, carpintería, etc.; que son ofrecidos
por el Señor Barriga para poder paliar la impagable deuda que existe en esta relación. Nunca se ha
visto algún pago efectivo que se hiciera en la serie, algo que no causaría risa sino asombro.
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Hagamos alguna lectura sobre las sugestivas representaciones de esta relación. En primer
lugar está la propia caracterización de la pobreza, encarnada en Don Ramón, y su vocación de
evasión de la realidad económica y el propio trabajo. No le gusta trabajar y cuando lo hace
siempre es en trabajos manuales, relativos a la clase que representa. En contraparte, el Señor
Barriga representa la opulencia del capital32, pero no encarna en sí ninguna característica de
producción. De hecho, las relaciones de trabajo no se ven jamás representadas en el programa. El
Señor Barriga no tiene una actividad económica productiva, sólo cobra la renta. Nadie en la
vecindad habla jamás del trabajo. A pesar de que hay una evidente pobreza en la situación general
de la vecindad, no existen indicios de carencias determinantes para el desarrollo humano de los
personajes. Las relaciones de producción son indeterminadas, sólo se induce que la forma de
ganarse la vida de los habitantes de la vecindad es de emprendedores -ya hablamos de los trabajos
manuales de Don Ramón-, Doña Florinda tiene una fonda que aparecerá después de 1980 cuando
la serie vuelve a ser un segmento asociado a Chespirito.
32
Vale la pena incluso detenerse en la fisionomía de uno y otro. El pobre (Don Ramón) flaco, desgarbado, vestido con
vaqueros y remera desgastada. El rico (Señor Barriga) gordo, trajeado y opulento, siempre lleva un maletín de hombre
de negocios a cuesta.
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aparece alguna barbaridad que echa por tierra lo positivo del momento precedente. Quico, hijo de
Doña Florinda con la que el profesor mantiene una relación platónica –más adelante
profundizaremos en esto-, trata de aprovechar esta cercanía para sacar beneficios por encima del
resto de los compañeros. La adulancia suele ser uno de los elementos más recurrentes en la
interacción de los estudiantes hacia el maestro. Otro factor constante es el desorden incontrolable
y bullicioso que termina siendo sometido por la voz de autoridad del profesor en un grito, que
siempre trae como coletilla el complemento del Chavo que se queda solo diciendo el sobrenombre
del profesor: Maestro Longaniza, acción que nuevamente desencadena la ira del magistrado.
Hay diversos elementos que se destacan en esta caracterización, pero vamos a llamar la
atención de dos principales: en primer lugar la innegable reducción de la deficiencia de criterio y
de raciocinio de los niños. La situación cómica se produce por el intento de evasión de la
responsabilidad del estudio (como Don Ramón intenta esquivar el trabajo) y la maximización de la
estupidez en las respuestas de los alumnos a las interrogantes planteadas por el maestro. La risa es
provocada por llevar a su última consecuencia la situación de carencia de los niños, su incapacidad
y su falta de compromiso para encajar en el sistema. Hay una ridiculización de la descomposición
del sistema de aprendizaje que no pone énfasis en la situación estructural de la educación sino
que coloca toda la carga peyorativa en la falta de voluntad de los propios sujetos.
El otro tema que hay que destacar es la representación de los niños. Todos los papeles de
infantes son representados por adultos, eso nos pone en una interesante perspectiva: se produce
el imaginario de inamovilidad histórica, no existe otro futuro posible más allá de seguir los pasos
de nuestros padres (hay casos más evidentes como el de Ñoño o la Popys que son representados
por los mismos actores que hacen el papel de sus referentes adultos: Señor Barriga, padre de
Ñoño, y Doña Florinda, tía de la Popys)33. Para perfeccionar el juego, desde un punto de vista de
producción, la serie nunca se tendrá que enfrentar al molesto problema del crecimiento natural de
los actores, niños que se hacen adolescentes y luego adultos. El programa tiene asegurado una
continuidad de suspensión temporal, amén de la actuación de adultos en el rol de infantes. Lo que
pareciera ser un juego de infantilización de la adultez se transforma más bien en la proyección de
un presente sin futuro, que además es cosa de risa.
33
Si se quiere encontrar algún indicio de lo importante que es esta construcción dentro de la estructura dominante y
que es la cuna de esta serie, hagamos referencia a la nota 29 en la cual la genealogía que dirige el emporio Televisa
reposa sobre la visión de linaje monárquico; lo podríamos ver como Emilio I, Emilio II y Emilio III, para graficar la dinastía
de los Azcárraga. Esta visión de tener un hijo que sea la proyección del padre, y a su vez proyección del abuelo es
fundamental para entender el planteamiento.
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Doña Florinda y el Profesor Jirafales, amor aséptico: Una de las particularidades que
encontramos en la trama es que ninguno de los núcleos familiares tiene la posibilidad de
constituirse como una unidad histórica. Todos son familias donde falta alguno de los dos
progenitores (Don Ramón no tiene esposa, ni Doña Florinda esposo; se asume que ambos son
viudos, aunque sólo hay alguna referencia lejana al padre de Quico quien fuera oficial de marina,
de ahí la vestimenta de marinerito que caracteriza al chico), o simplemente no existen
descendencias o ascendencias (El Chavo es huérfano y Doña Cleotilde una vieja solterona). Es una
vecindad que no busca demasiado en su pasado, pero tampoco tiene visión de futuro, no existe la
posibilidad de la reproducción natural en este círculo social tan restringido.
34
Acá estaremos claros que es una relación en la que ambos están conformes; porque Doña Cleotilde tiene una fijación
con Don Ramón, pero éste no le corresponde y siempre intenta evadir (práctica sistemática en el escurridizo personaje)
los embates de la efusiva señora sin terminar de cerrar la puerta con alguna reacción definitiva. No hay nunca rupturas
en las relaciones entre los personajes, siempre está la posibilidad de retomar cualquier situación en el momento en el
que quedó, de esta forma no se rompe el delicado círculo temporal sobre el que giran los momentos que dan vida al
programa.
35
Sobre esta perspectiva recomiendo darle un vistazo al libro de Dorfman y Mattelart (DORFMAN, Ariel y MATTELART,
Armand. “Para leer al Pato Donald”. Siglo XXI. 1ra edición Argentina 2002 -Edición original 1972-. Buenos Aires,
Argentina), específicamente el capítulo llamado Tío, cómprame un profiláctico, donde los investigadores hacen un
profundo análisis sobre las relaciones contenidas en las historietas de Walt Disney y específicamente en la ruptura de las
estructuras familiares. En ellas se radicaliza mucho más este recurso dado que llevan al máximo la ruptura familiar
construyendo una sociedad de tíos y sobrinos, lateralizando los vínculos filiales de los personajes y también
profundizando las relaciones de noviazgos perennes.
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Risa en contradicción
Dentro del convulsionado inicio del siglo XXI, en Argentina empezó a difundirse un
programa que más allá de la trampa relativa a la audiencia, tiene una pegada que se esparce por el
espacio de la virtualidad. Hablamos de Peter Capusotto y sus Videos, un programa de rock. Los
segmentos son inmediatamente colgados en la popular trama social de videos YouTube y
devorados por miles de espectadores diariamente36. El programa que está al aire desde 2006 fue
creado por Diego Capusotto (el actor que encarna cada uno de los personajes principales) y Pedro
Saborido (el hombre detrás de la cámara y la edición; controla la imagen, el concepto y tantas
otras cosas). Tiene sus orígenes en otras iniciativas humorísticas previas (Cha-Cha-Cha, donde
Capusotto compartía con Alfredo Casero y Fabio Alberti, y Todo por dos pesos, donde ya se integró
con el propio Saborido). El concepto es la presentación de una serie de segmentos, sin ilación
aparente entre uno y otro, en el que se construyen personajes que representan de forma hilarante
ideas y perspectivas de la sociedad. El humor que plantea el programa está basado en el diálogo y
la confrontación con lo que vemos día a día, con lo que reconocemos dentro de nosotros y con los
demás. Lo hace de una forma intrépida, invasiva: una bofetada que sale de la pantalla y que te
provoca la más masoquista de las carcajadas.
36
Tomemos como referencia este enlace que está desde hace casi dos años en línea pero que ha sobrepasado en su
contador más de 1.5 millones de vistas (http://www.youtube.com/watch?v=r2mag79wRAg)
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No es bajo ningún concepto algo inocente y aséptico, está construido desde una visión
crítica de la sociedad y del sistema. Capusotto mismo lo señala sin tapujos: “El humor, por más
absurdo que sea, siempre tiene su sustento ideológico. Y eso no significa ni bajar línea, ni
esclarecer nada, hay un sustento ideológico en cuanto como uno ve la vida, lo que te rodea, y como
uno apunta con la burla y el humor a destruir eso. Y esa es la reflexión que viene después de la
risa. Uno no se ríe porque sí, los que se ríen porque sí son los niños”37. Está muy claro el objetivo
del humorista, sobre todo esa frase resaltada por nosotros, el trabajo de síntesis que viene
después, o la risa que se genera después del ejercicio mental en donde se procesa de forma crítica
el mensaje elaborado. Nos encontramos con otra disposición, otra fórmula para encontrar la risa,
y que además obedece a un origen político e histórico que aclara el propio comediante un poco
antes en la misma entrevista: “Yo vengo de una generación hija del silencio y del horror. Tengo 48
años, en la dictadura tenía 15. Somos hijos no sólo del horror, sino de que cualquier manifestación
política terminaba mal. Era ‘no te metas ni a palos’. Mi generación fue criada con la teoría de los
dos demonios y nosotros nos hemos encargado de mirar de otra manera”38. No hay medias tintas,
ni demasiados misterios en la motivación ideológica y el perfil que inspira el pensamiento y la
acción de las personas que llevan adelante el programa. No hay espacio para la hipocresía o una
voluntad velada bajo una mampara de objetividad apolítica. Son sus ideas y las expresan a través
del humor que hacen, que nadie se equivoque en eso. Esto será importante a la hora del análisis,
ya que siempre habrá que tener presente la voz y el pensamiento que hay detrás de cada uno de
los mensajes, para así poder establecer el diálogo y encontrar las claves de la codificación de los
significantes establecidos en la sintaxis de la comedia de Capusotto y Saborido.
37
CAPUSOTTO, Diego entrevista a, revista “Sueños compartidos”. N°1. Editorial Madres de Plaza de Mayo. Agosto 2009.
Buenos Aires, Argentina, p 18 (resaltado en negrillas nuestro)
38
Ibídem
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programa apela a múltiples elementos de la cultura mediática argentina (desde el rock y sus
personajes a los documentales o diferentes ficciones de cine argentino) que son parodiados y
caricaturizados”39. Incluso más allá de esa parodia o caricaturización está el sentido que se ofrece,
desde la propia voz que los genera -la de los propios parteros del programa-, la fuerza y la
interpelación que proyectan sobre la audiencia. Los personajes de Peter Capusotto son los
megáfonos de las ideas a través de la risa y vociferan sin parar verdades incómodas que agreden al
espectador. En esa síntesis, en esa carcajada que dista mucho de la mueca mecánica, es que se
logra el pensar y pensarse en la realidad de la que reímos.
Sería muy complejo y absurdo pretender encasillar las fórmulas de humor que se generan
en cada uno de los personajes. Sobre todo porque cada uno de ellos tiene una complejidad que
nace de la propia realidad y las ideas de las cuales provino. Esa es una de las virtudes sobre las
cuales cabalga la diversidad del programa. Sin embargo, vamos a rescatar tres elementos que nos
parecen interesantes porque precisamente nos ofrecerán algunas pistas de los que hemos
resaltado: la fortaleza de las ideas y la propia sintaxis sobre la cual se produce la risa en Peter
Capusotto. Para ello tomaremos tres personajes, que desarrollarán los tres elementos que
mencionamos anteriormente: Bombita Rodríguez, Micky Vainilla y Violencia Rivas, y pasearemos
un poco por algunos de los elementos que nos pueden acercar a la construcción de la
representación, al juego de los significantes y significados, que se devela en el programa.
39
APREA, Gustavo. “Los videos de Peter Capusotto entre la crítica a la televisión y la televisión crítica”, publicado en
CARBONE, Rocco y MURACA, Matías (comp.) “La sonrisa de mama es como la de Perón”. Ediciones Imago Mundi y
Universidad Nacional de General Sarmiento. 2009. Buenos Aires, Argentina, p 59.
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por la nitidez con que entrechocan los estereotipos, desplazados de un lado a otro, con alegre
desafuero de contexto. Cada palabra de un naufragio tiene su resucitación asociada a un elemento
sarcástico sacado de la publicidad y la simbología popular de masas, tal como la expresan los
medios de comunicación más ostensibles. La comparación gozosa es su fuerte, así <Palito Ortega>
y <Montoneros>, como si no hubiera mediación histórica alguna y contundentes fórmulas
pronunciadas, fuesen a la vez una clave revolucionaria perdurable y una bufonada fantochesca”40.
El principal elemento que vamos a rescatar para este personaje es el esfuerzo que se hace
para tratar de hacernos natural la amalgama entre un personaje que ideológicamente se plantea
como un paladín de la justicia obrera, un militante convencido de la lucha armada, de la revuelta
popular, pero que arquetípicamente trabaja como una estrella del modelo de consumo, que es
ídolo de masas, hace publicidades de gel para el cabello, es la estrella de películas de acción de un
súper agente que nos recuerda al más puro estilo de James Bond, pero que nominalmente es el
intrépido 0017 de Octubre. Pero no llega sólo hasta ese punto. Hay todo un trabajo de
construcción de la complejidad de Bombita. Una historia familiar. Su madre es una activa militante
de la reacción católica. Capusotto y Saborido nos presentan pasajes de lo que implica esta
tormentosa contradicción ideológica intrafamiliar, que intenta zanjar nuestro personaje
componiendo una canción que titula “La Sonrisa de Mamá es como la de Perón”, con resultados
absolutamente predecibles: la reacción virulenta de la madre con un conciso y soez telegrama en
el que corta cualquier tipo de relación con Bombita.
Finalmente, el viaje por el tiempo histórico del personaje nos lleva a un progreso histórico
en el que toda la síntesis de la fuerza revolucionaria de su discurso, con el carisma mediático y
popular, lo llevan a conducir un simpático programa de variedades… evidentemente en Cuba. Con
este Bombita canoso y fumador de habanos en la isla, ataviado con guayabera y sombrero de paja,
termina el viaje conceptual. Pero siempre hay momentos y pasajes que se recrean dentro de esta
línea temporal. Nuevos temas como Armas para el pueblo, Lucha Armada, el Mao-Mao o La Clase
obrera es lo mejor.
40
GONZÁLEZ, Horacio. “A la Sombra de Bombita Rodríguez”, publicado en CARBONE, Rocco y MURACA, Matías (comp.)
“La sonrisa de mama es como la de Perón”. Ediciones Imago Mundi y Universidad Nacional de General Sarmiento. 2009.
Buenos Aires, Argentina, p 11-12.
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podría preguntar algún desprevenido o escéptico, si acaso los comediantes no hacen una burla de
los ideales de la izquierda y el modelo publicitario, de consumo masivo, en una onda un poco más
post moderna. Pero debemos ir al referente ideológico del interlocutor. Capusotto habla desde
una intencionalidad política, una postura ante la vida y la sociedad. Es por ello que encontramos
una reivindicación de la necesidad de una sociedad más justa, y hay un referente político que lo
sustenta: el peronismo. La complejidad del discurso, de los referentes históricos y sociales, ofrece
simplemente otros niveles en la lectura de la comedia. De esta forma, Bombita Rodríguez es un
personaje histórico con un perfil definido, con una complejidad que dialoga con su pasado e
interpela su presente. De la síntesis de todos estos elementos es que surge la risa, y detrás, o
delante de ella, la reflexión.
Micky Vainilla, megáfono de la miseria individual: “Yo sólo hago pop, pop para divertirme”, es la
consigna de la cual se aferra este personaje. Su música, su discurso, irrumpe como una tromba de
lo políticamente incorrecto. Pero no lo hace desde la transgresión a las normas, a la sociedad.
Desdobla aquello que rige el contenido de la estructura social dominante y lo lleva a niveles que
emplazan al espectador. Micky Vainilla es un cantante de pop con una evidente fijación nazi,
cabello liso, peinado de lado y un bigotito a lo Adolf. Cuando se despide besa su mano derecha y la
extiende imitando la simbología de veneración del Tercer Reich. Pero va más allá. Micky no es sólo
nazi. También es consumista, alienante, pertenece a las clases sociales dominantes y adineradas.
Se entiende como una persona que debe vivir apartada del resto y relacionarse únicamente con
aquellos del círculo social al cual pertenece. La presentación del racismo como ingrediente
determinante de las relaciones de los ricos para con los pobres es simplemente la ración de
violencia necesaria para plasmar un mensaje demoledor: no hay diferencia entre la clase social
dominante capitalista contemporánea y un nazi. Aquí cabría citar la famosa frase de Bertold
Brecht en la que señala: “¿De qué sirve la verdad sobre el fascismo si no decimos nada del
capitalismo que lo origina?”.
El segmento de Micky se maneja dentro de una entrevista en la cual el artista está sólo en
el encuadre. Una voz en off lo interpela intentando emplazarlo por la cantidad de mensajes
grotescos y fuera de lugar que hay en las canciones y acciones de éste. La risa se libera ante la
incredulidad de la sarta de barbaridades en los conceptos que plantea y la naturalización que hace
de su postura. En algún momento vemos a Micky haciendo la publicidad de Evotest, una especie
de prueba de embarazo que se coloca sobre la piel de las persona para saber si merece ser
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discriminado o no. El increíble producto surge ante la duda razonable: entender que la gente
puede ir a la playa y dorarse con el sol, cuando está de vacaciones, como suele hacerlo la clase
pudiente. Por eso es necesario este producto (que lleva en la caja la cara del presidente
boliviano41), para no discriminar innecesariamente a nadie, es decir a algún blanco que pueda
parecer negro por exceso de sol en sus ratos de ocio. Luego naturaliza de forma aplastante el
desprecio hacia los niños de la calle al promover la idea de unas monedas falsas. Explica que
cuando uno les da dinero a estas personas lo más probable es que se lo gasten en Paco (una
explicación muy personal de mucha gente para no sacar nada de su bolsillo ante la presencia de la
indigencia). Pero no se queda en ese simple razonamiento, señala que para evitar la molestia de
tener a los niños pidiendo hay que dar un paso más: todo se resuelve engañándolos con estas
monedas de mentira, que no tienen el mismo valor que el dinero real. Matías Muraca, habla de la
reacción que produce el personaje desde la subjetividad del espectador: “Emerge, en medio de la
risa, una crítica feroz a nosotros mismos, al peor yo de nosotros mismos, un sentimiento de
desagrado con esos personajes que ya sabemos que somos nosotros. Y, a partir de ahí, de esa
inflexión, de ese reconocimiento en la pantalla y de esa necesidad de distanciamiento de ese yo
objetivado en la tele, de ese borde que somos ya nosotros mismos, se vuelve indispensable
cambiar”42.
¿De dónde sacan la risa Saborido y Capusotto con la propuesta de Micky Vainilla? Con
todo lo que hemos descubierto hasta acá del discurso contenido en el programa no es difícil ver
que no es una apología al racismo y la exclusión. Los comediantes nos dejan ver el desprecio hacia
la figura de Micky y todo lo que hay en la sociedad que, con matices, con razonamientos velados,
con miles de subterfugios de la sociedad de clases, nos empuja a coincidir en algún grado con las
propuestas de este personaje. El clímax propio del segmento está en el momento en el que,
viéndose acorralado, increpa al entrevistador con un razonamiento aún más abominable y la
propia voz en off se asimila dentro de la lógica del planteamiento facho, y finalmente
convalidándolo. Así, nos llevan a una reflexión ante las posturas extremas que hay en la exaltación
fascista de Micky, pero que de alguna forma esconde en cada uno de nosotros algo de
41
No es casual que la referencia sea a este mandatario. En Argentina la evidente resistencia a los bolivianos –la cual se
manifiesta constantemente en una caracterización peyorativa del gentilicio “bolitas”- está profundamente arraigada en
la población. Además, este presidente, de origen indígena, encarna todos los temores del arribismo que pueden tener
unos grupos étnicos que históricamente estuvieron en la base de la pirámide.
42
MURACA, Matías. “¡Yo sólo hago pop! Micky Vainilla y una crítica a la sociedad pos (?) Menemista” publicado en
CARBONE, Rocco y MURACA, Matías (comp.) “La sonrisa de mama es como la de Perón”. Ediciones Imago Mundi y
Universidad Nacional de General Sarmiento. 2009. Buenos Aires, Argentina, p 21.
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Violencia Rivas y la realidad sin tapujos: Podría interpretarse en principio como la parodia de una
de las principales figuras de un programa de televisión de los años 70, El Club del Clan. En este
show había varios cantantes que presentaban temas pegajosos y vacíos, símbolos de la necesidad
de esos tiempos. Se encontraban entre el reparto de artistas el famoso Palito Ortega43. Violencia
Rivas (parodia de Violeta Rivas) nace como cantante en La Barra de la Nueva Ola Juvenil (parodia
del Club del Clan) y de inmediato comienza a transgredir los códigos morales y de discurso
aséptico y romanticón del programa. Todo esto nos lo muestran a través de la reconstrucción
histórica de la memoria de Violencia. El segmento se recrea en clave de entrevista a la celebridad
de antaño. Ahí podemos ver el paso del tiempo a través del personaje. Su voluntad rebelde. En
uno de los segmentos le dice a su maquilladora: “La estética es el escudo de los imbéciles”. Más
adelante comienza un crescendo en el que no puede contener los pensamientos sobre la
humanidad, vomitando sin reparos de ningún tipo una sarta de verdades sobre nuestro ser en la
sociedad: “Porque como todos sabemos lo importante está en las pequeñas cosas de la vida.
Porque en las grandes, en las más pesadas, las que te aplastan, las que te quiebran las vértebras;
ocupan mucho, mucho más lugar en cada uno de los años que tenemos que vivir en esta
experiencia diseñada por la enfermedad del hombre. Que si fue hecho a imagen y semejanza de
Dios, fue hecho a imagen y semejanza de su escroto”44.
Violencia Rivas se maneja en tres niveles discursivos muy claros: la revisión de su pasado,
en el cual ella misma se califica como visionaria del Punk; el presente en el cual tiene
encontronazos con la estructura burocrática; y uno lateral en el que analiza su propia
descendencia. En el primer espacio vemos la referencia a la Violencia joven, siempre
43
Esto nos trae inmediatamente a la representación de Bombita Rodríguez y como Capusotto y Saborido dialogan con su
tiempo. Un tiempo de cambios y revolución sofocados por la dictadura, pero también una sociedad adormecida con
estos montajes para el sano entretenimiento para toda la familia. El apoyo constante en estos referentes de la televisión
de este tiempo y en los modelos que proponía, es uno de los elementos que veremos en los distintos niveles de lectura
que se puede hacer de Peter Capusotto.
44
Para ver el segmento completo buscar en http://www.youtube.com/watch?v=crICEuvnoOM
P á g i n a | 31
especie de señalización de algo que nos molesta y que, por eso, parodiamos o burlamos. Parodiás
todo lo que te duele. Y la manera de defenderte y tomar posición es la burla, que es un arma
bastante contundente”45. Por eso no es un ejercicio de reír por reír. Va un poco más allá. Es decir
una idea, transmitir una visión del mundo. Es tomar partido, no esconderse detrás de subterfugios
o asepsias políticas e ideológicas. Además, se refugia en un discurso que recoge los elementos de
la idiosincrasia cultural de un pueblo. Lo recrea desde una perspectiva histórica. Los
acontecimientos entran en diálogo con los referentes históricos políticos y culturales. A partir de
ese trabajo de entrelazar signos, significantes y significados brota entonces la síntesis humorística.
Ese es el ejercicio crítico del que emana la comedia que nos ofrecen Capusotto y Saborido en cada
uno de los segmentos, en cada personaje, en cada gesto. Desde este punto de partida es que la
risa nos lleva a mirar y cuestionar el mundo. No es un punto de llegada, sino de partida.
La idea de tener el control, de ver lo que uno quiere, ¿es una realidad o se manifiesta
como una de las tantas ficciones que nos muestra la caja mágica? Más allá ¿qué versión de
45
CAPUSOTTO, Diego entrevista a, revista “Rolling Stone”. Servicio Editorial de Publirevistas S.A. Julio 2010. Buenos
Aires, Argentina, p 69.
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nosotros se reproduce en la televisión? Es mucho más complejo que caer en visiones maniqueas
de la teoría conspirativa de un poder omnímodo que nos controla desde un cuarto de comando.
Pero tampoco es la visión liberal según la cual todos somos capaces de decidir qué ver; esa que
nos conmina a creer que estamos en un mundo libre donde podemos desechar lo que no
queremos y consumir lo que nos agrada. Se trata de una construcción compleja de ideas sobre lo
que es el mundo contemporáneo, el imaginario del hombre, la noción del conjunto.
del análisis de dos formas de construcción de la misma. Entendemos que podemos hablar de una
comedia que, a través de características y códigos que tienden a la empatía, reproducen el
esquema dominante del mundo. La risa se desliza a través de la ridiculización de las miserias,
naturalizándolas y creando una sensación reconfortante. Limpia nuestras angustias, nos coloca en
el instante mismo de la realidad. Por contraparte vemos que hay una sintaxis en la que la risa se
desdobla a partir de confrontar la realidad de forma crítica. Es una risa incómoda, que nos toca en
nuestra fibra de comprensión de la realidad, la cuestiona, dialoga con el tiempo histórico.
Los análisis que se hacen del Chavo del 8 (como representación más cercana de las
características empáticas) y de Peter Capusotto y sus videos (en el bando de la comedia con perfil
crítico) nos ofrecen un panorama de lo complejo que es la caracterización de la sociedad. Al final,
más allá del recado que puedan pensar cada uno de los creadores de los mensajes, el resultado
final está en la mediación que hace el público de ellos. Este es otro elemento que hay que tener en
cuenta. Cualquier deconstrucción, por meticulosa que pueda ser, no mide la recreación que harán
los consumidores finales de esos productos televisivos. Pero eso es otro problema que debe ser
abordado bajo otra metodología de trabajo.
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