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Los servicios de agua y

Saneamiento
Hacia una nueva cultura del agua
Muchas razones para cuidar los servicios de agua potable y saneamiento.

El agua es el recurso más importante para la vida de las personas y para el desarrollo de las
sociedades. Sin embargo, en gran parte del planeta está en riesgo, y la Argentina no es la
excepción. Por eso, AySA trabaja para potabilizarla, distribuirla equitativamente y devolverla
limpia al ambiente.
Es un bien insustituible de primera necesidad porque:
• Posibilita todas las actividades biológicas.
• Es un regulador del clima.
• Constituye la base para el desarrollo de las actividades económicas, productivas e
industriales.

EL AGUA QUE TENEMOS


El 70% de nuestro planeta está cubierto de agua. Cuando vemos imágenes de la esfera azul
que es la Tierra, nos parece que abunda.
Sin embargo, si bien hay mucha agua en el planeta:
• La mayor parte de ella (el 97%) es salada y, por lo tanto, no es apta para el consumo
humano.
• Menos del 3% del agua de la Tierra es dulce y, de este pequeño porcentaje gran parte está
congelada, se encuentra en zonas de difícil acceso o en capas subterráneas.
• Únicamente un tercio del agua dulce de la Tierra es lo suficientemente accesible para ser
potabilizado y convertido en apto para el consumo diario. Además, hay factores que atentan
contra las reservas de agua disponible:
• El aumento de la población (superpoblación).
• El uso indiscriminado que hacemos los seres humanos (sobreexplotación).
• La contaminación, y las acciones que conducen al cambio climático y
el calentamiento global.
UN DERECHO DE TODOS
En 2010, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el acceso al agua potable y al
saneamiento como derecho humano esencial —sin distinción de raza, religión o condición
socioeconómica— porque es fundamental para la realización de todos los derechos humanos
como la alimentación, la salud, la educación, el trabajo y el ambiente sano.
Para garantizar este derecho, es necesario contar con servicios de agua potable y saneamiento
que sean universales, sustentables, eficientes y de calidad, que contribuyan al bienestar de
la población y al cuidado del ambiente.
Sin embargo, en la actualidad, más de 1.200 millones de personas en el mundo carecen de
acceso al agua potable, y cerca de 2.100 millones no cuentan con servicios de saneamiento.

Una travesía impresionante


Te invitamos a conocer el recorrido del agua desde el río hasta la
canilla de tu casa o el bebedero, y a comprender lo importante
que es contar con este servicio.
¿Alguna vez miraste con atención el agua de los ríos de la Cuenca del Plata? Es de color marrón
porque tiene partículas que la vuelven turbia, y no podemos tomarla porque tiene
elementos diminutos que podrían hacer que nos enfermemos. En cambio, cuando abrimos la
canilla, el agua sale cristalina y la tomamos sin problemas.
¿Te preguntaste todo lo que se debe realizar para que esto ocurra? ¿O qué sucede con los
desechos de los baños, para que no contaminen el ambiente?
Con esta guía vas a poder responder estas preguntas y enterarte, paso a paso, de lo que hace
AySA para que el agua realice este fascinante viaje desde el río hasta la canilla. También, vas a
aprender cómo la devuelve limpia al ambiente después de ser utilizada en las casas y edificios.
AySA trabaja todos los días, mañana y noche, para cumplir esta tarea tan importante para el
desarrollo y la vida.

El ciclo del servicio de AySA


Un círculo virtuoso
AySA interviene en el ciclo natural del agua para proveer un servicio de agua potable y
saneamiento de calidad, sustentable y eficiente, que contribuye a garantizar el bienestar, la
salud y la calidad de vida de la población, sin dañar el ambiente.
UN GRAN ESFUERZO
Más de 5.000 personas trabajan todos los días, las 24 horas, para abastecer a los 10 millones
de habitantes de la Ciudad de Buenos Aires y de 18 partidos del Conurbano de la provincia de
Buenos Aires (el 25% de la población del país), lo que la convierte en una de las mayores
proveedoras de servicios sanitarios del mundo.
El proceso de potabilización
Para captar el agua del río, AySA cuenta con torres toma. En estos
edificios, que parecen flotar, el agua atraviesa unas rejas que evitan la
entrada de elementos sólidos gruesos. Luego, a través de un gran
conducto, se dirige a la planta potabilizadora por efecto de la gravedad.
Cuando llega a la planta, unas potentes electrobombas (¡que pueden ser
bastante ruidosas!) elevan el agua hasta la cámara de carga, donde
comienza el tratamiento que la convertirá en agua apta para el consumo.
El agua que llega hasta la cámara de carga es marrón y muy turbia, debido
a la presencia de partículas minúsculas de arcilla.
A la salida de la cámara de carga, en esta segunda etapa del proceso de
potabilización, se le agrega sulfato de aluminio o policloruro de aluminio.
Estas sustancias químicas son coagulantes y, junto al floculante que
también se agrega, agrupan las partículas de arcilla presentes en el agua
hasta formar conjuntos de mayor tamaño y peso, que tienen un nombre
algo particular. ¿Lo recordás? ¡Exacto! Son los flocs*, que tienen un papel
fundamental en el siguiente paso: la decantación.
Para que el agua quede transparente, no basta con el coagulante y la
formación de los flocs. Todavía debe atravesar una etapa esencial: la
decantación.
Por aproximadamente dos horas, el agua permanece en estado de
semiquietud en unos piletones enormes, llamados decantadores. A lo
largo de ese período, los flocs caen lentamente al fondo por efecto de la
gravedad. Es decir, decantan y forman los barros.
De esta manera, pasa a la siguiente etapa del proceso de potabilización, la
filtración, con menos turbiedad.

Como aún permanecen en el agua algunas partículas de materia


orgánica*, es necesario realizar un nuevo procedimiento: la filtración.
¡Es súper sencillo! El agua atraviesa una serie de filtros de arena y piedras
que retienen esas partículas, volviéndola transparente. Pero todavía no
está lista para tomarla, cocinar, lavar la vajilla o bañarnos. Para eso debe
ser potable y todavía faltan algunos pasos.
Después de los pasos de la coagulación, la decantación y la filtración,
algunos microorganismos que son perjudiciales para la salud pueden aún
estar presentes en el agua.
Por eso, se le agrega cloro* en estado gaseoso, para desinfectar el agua y
convertirla en potable.
Con un nombre un poco difícil de pronunciar, el paso de la alcalinización
es esencial para evitar la corrosión de las cañerías. ¿Por qué? El
coagulante agregado en el segundo paso tiene un efecto secundario:
vuelve al agua sumamente ácida.
Para equilibrar la acidez, en este paso se le agrega un elemento alcalino;
en este caso es la cal.
Ahora sí, ya está lista para ser distribuida a la red, y para que a través de
ella llegue a los hogares, las escuelas, los hospitales y las industrias.
AySA abastece de agua potable a la Ciudad de Buenos Aires y a gran parte
del conurbano bonaerense.
Para eso, la distribuye por efecto de la gravedad a través de una red de
grandes conductos llamados ríos subterráneos*.
En puntos estratégicos del recorrido, se ubican unas estaciones
elevadoras que, mediante electrobombas, impulsan el agua hasta los
hogares, las escuelas, los hospitales, los comercios, las oficinas y las
industrias, donde es almacenada en tanques para su posterior consumo.
El control de calidad
AySA controla cada paso de sus procesos, con la misión de
brindar agua potable de calidad y devolver al río el agua utilizada
por la población cuidando el ambiente.

A lo largo de la potabilización, técnicos especialistas analizan el agua en


cada paso. Controlan parámetros de calidad (tales como turbiedad, cloro,
acidez y temperatura), siguiendo normas nacionales e internacionales.
Del mismo modo, en el proceso de depuración se realizan mediciones en
la recolección, durante el tratamiento en las plantas y en el momento
previo a su devolución al río. Esto es fundamental para el cuidado del
ambiente.
Tanto para el proceso de potabilización como para el de depuración, se
realizan tres tipos de controles:
• El control en línea se realiza a través de equipos de medición en cada
punto del proceso, que en todo momento permiten ver en tableros y en
pantallas las condiciones del agua y de los líquidos cloacales.
• En los laboratorios de cada planta, se analizan muestras tomadas en
diferentes etapas del proceso para comprobar que todo funcione
correctamente.
• El Laboratorio Central de AySA es uno de los más importantes de
América Latina por su tecnología de avanzada. Funciona en la Planta
General San Martín y permite realizar análisis más complejos sobre las
muestras tomadas en el río, en la red de distribución de agua potable
y en la de recolección de los líquidos cloacales.

La tecnología en AySA
Mini submarinos
¡Sí, tal como lo leés! AySA cuenta con dos robots que pueden sumergirse y
recorrer la red de cañerías para revisar su estado.
Se llaman ROV, la sigla en inglés para Vehículo de Operación Remota
(Remotely Operated Vehicle), y miden un metro de largo.
Una vez sumergidos —con la ayuda de los buzos de AySA— son dirigidos a
distancia y transmiten imágenes del interior de los conductos. Cuando es
necesario, los buzos ingresan para realizar reparaciones.
Barco Laboratorio
Además de los laboratorios de planta y el central, AySA cuenta con un laboratorio
bastante particular. ¿De qué se trata? Del Barco Laboratorio Orión, de 9 metros de
largo, que recorre el Río de la Plata y el delta del Paraná. Esta embarcación cuenta con
equipos preparados para evaluar la calidad del agua del río. Cumple así una
función muy importante: predecir las condiciones de la fuente de agua de AySA, de la
que dependen más de 10 millones de habitantes.

Contamos con tu compromiso


Ahora que ya conocés el asombroso ciclo del servicio de AySA, te
invitamos a formar parte de una nueva cultura del agua.
¿Cómo hacerlo?

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