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SOCIOLOGÍA JURÍDICA

REPORTE DE LECTURA
LA CAÍDA DEL ANGELUS NOVUS: ENSAYOS PARA UNA
NUEVA TEORÍA SOCIAL Y UNA NUEVA PRÁCTICA POLÍTICA
DE BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS
CAPÍTULO 6
LOS PROCESOS DE GLOBALIZACIÓN
EMMANUEL ITURBIDE BLANCAS
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La globalización económica y el neoliberalismo
En este subtema, se proporciona un análisis detallado sobre la globalización económica y el
neoliberalismo, resaltando cómo estos fenómenos han transformado la economía mundial,
las políticas económicas nacionales, así como la estructura urbana y social.
La globalización económica es descrita como un proceso en el cual las empresas
multinacionales se han convertido en actores centrales, impulsando una economía
dominada por el sistema financiero y la inversión a escala global. Este proceso ha dado lugar
a la emergencia de tres grandes bloques económicos transnacionales: el americano, el
japonés y el europeo.
Asimismo, se destaca cómo las transformaciones asociadas a la globalización y al
neoliberalismo han impactado en las políticas económicas nacionales, imponiendo
exigencias tales como la apertura de las economías nacionales al mercado mundial, la
priorización de la economía de exportación y la minimización de la regulación estatal sobre
la economía. Además, se enfatiza en la necesidad de reducir el gasto público en políticas
sociales y de privatizar el sector empresarial estatal.
Saskia Sassen es mencionada como una académica que ha estudiado el impacto urbano de
la globalización económica, identificando cambios significativos en la geografía,
composición y estructura institucional de la economía global. Según Sassen, estos cambios
han llevado a la formación de nuevos lugares estratégicos en la economía mundial, como
las zonas de procesamiento para la exportación, los centros financieros offshore y las
ciudades globales.

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Finalmente, se resalta la enorme concentración de poder económico por parte de las
empresas multinacionales como una de las transformaciones más significativas producidas
por la globalización económica neoliberal, señalando que, de las 100 mayores economías
del mundo, 47 son empresas multinacionales, las cuales controlan el 70% del comercio
mundial.

La globalización social y las desigualdades


En esta sección, se analizan los efectos de la globalización en las relaciones sociales y las
desigualdades. Se sostiene que la globalización está dando lugar a una nueva estructura de
clase capitalista transnacional concentrada en los países centrales, beneficiando a esta clase
mientras perjudica a las clases trabajadoras de los países periféricos.
Se señala un aumento en la brecha entre ricos y pobres tanto a nivel nacional como
internacional, donde el 20% más rico de la población mundial posee el 86% de la riqueza
mundial, mientras que el 20% más pobre posee solo el 1%. Los factores contribuyentes a
esta desigualdad incluyen la liberalización del mercado laboral, la desregulación financiera
y la privatización de los servicios públicos.
Se concluye que la globalización está generando un mundo más desigual, haciendo
necesario tomar medidas correctivas. Además, se destaca el impacto negativo de la
globalización en las clases trabajadoras de los países periféricos, la creciente desigualdad en
salud entre países ricos y pobres, el problema de la deuda externa en los países pobres y la
fuga de cerebros de los países pobres a los ricos.

La globalización política y el estado-nación


Se examina el impacto de la globalización en la regulación estatal, destacando que ha
llevado a un aumento de la presión internacional sobre los Estados y provocado cambios
significativos en el modelo de regulación estatal, resultando en una reducción del papel del
Estado en la economía y un aumento de la dependencia de los mercados internacionales.

Se menciona que la globalización ha debilitado el Estado-nación, reduciendo su soberanía y


capacidad de regulación, y dando lugar a nuevas formas de regulación más heterogéneas y
descentralizadas. Además, se identifican tres consensos neoliberales que han guiado la

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transformación del Estado en el contexto de la globalización y se señala el surgimiento de
nuevas formas de gobierno supraestatal.

¿Globalización cultural o cultura global?


La globalización cultural es un proceso complejo y contradictorio que ha desencadenado
intensos debates en las últimas décadas. Las discusiones se concentran principalmente en
dos preguntas:
¿La globalización cultural implica una homogeneización?
¿Existe realmente una cultura global?
Se aborda la globalización cultural, un proceso complejo y contradictorio, debatiendo si
conlleva a la homogeneización cultural o al surgimiento de una cultura global. Se expone
que, aunque algunos autores argumentan que la globalización cultural lleva a una
homogeneización y a la emergencia de una cultura global uniforme, otros sostienen que
también promueve la diversidad cultural y la hibridación.
Se concluye que la globalización cultural es un proceso bidireccional que impacta en la
identidad cultural de las personas, puede contribuir tanto a la pérdida como a la
construcción de nuevas identidades culturales, y que su naturaleza es compleja y
contradictoria. Además, se critican las falacias del determinismo y de la desaparición del Sur,
resaltando que la globalización no debe ser entendida como un proceso homogeneizador
sino como un fenómeno plural y multidimensional.
Homogeneización y diversidad
Hay quienes argumentan que la globalización cultural lleva a la homogeneización de las
culturas locales y nacionales. Desde este punto de vista, fenómenos como la difusión de los
medios de comunicación, el comercio internacional y la migración están promoviendo una
cultura global uniforme, dominada por valores como el individualismo, el consumismo y la
democracia.
Sin embargo, otros sugieren que la globalización cultural no necesariamente conduce a la
homogeneización. Estos expertos creen que la globalización también promueve la
diversidad cultural, debido a que genera nuevos intercambios y contactos entre culturas
diferentes, conduciendo a la hibridación cultural.

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Cultura global
El surgimiento de una cultura global es aún más polémico. Mientras algunos creen que la
globalización ha originado una cultura global con valores y prácticas compartidas
mundialmente, otros consideran este concepto un mito y afirman que la diversidad cultural
continúa siendo la norma.
En este contexto, es posible concluir lo siguiente:

• La globalización cultural no es nueva, pero ha intensificado y acelerado la difusión


cultural.
• La globalización no es unidireccional. Las culturas locales y nacionales no son meros
espectadores, sino que también contribuyen a la cultura global.
• La globalización afecta significativamente la identidad cultural, pudiendo tanto
diluirla como fortalecerla.
• La naturaleza de la globalización es multifacética. Aunque la percepción dominante
puede ser inexacta, su influencia en el discurso científico, político y común es
creciente.
• Hay falacias asociadas a la globalización, como la idea de su inevitabilidad y la
supuesta desaparición de distinciones entre Norte y Sur.

La naturaleza de las globalizaciones.


Dussel descompone la globalización, destacando su complejidad. Rechaza la idea de un
proceso lineal y distingue entre globalizaciones globales y locales. Estas dos categorías están
interconectadas: las globalizaciones globales generan localizaciones, y las locales pueden
influir en el ámbito global. Ambas están ligadas al poder y, por lo tanto, a las dinámicas
dominantes y subalternas.
Dussel identifica dos modos de producción de globalización: el localismo globalizado y el
globalismo localizado. Mientras el primero se refiere a cómo un fenómeno local logra
influencia global, el segundo trata sobre el impacto de prácticas y normas transnacionales
en lo local.
Además, Dussel introduce el cosmopolitismo y el nuevo universalismo como otros dos
modos de producción de globalización. El primero se enfoca en resistencias transnacionales,
mientras que el segundo busca solidaridad y cooperación entre grupos marginados.

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Finalmente, Dussel recalca la dualidad de la globalización: puede generar integración y
exclusión simultáneamente. Por ello, propone el desarrollo de modos de producción de
globalización más justos y equitativos.

Globalización hegemónica y contrahegemónica.


Enrique Dussel sostiene que la globalización hegemónica no es un proceso homogéneo, sino
que se articula de forma distinta según las diferentes condiciones nacionales y locales. Sin
embargo, señala que existen algunas líneas de fuerza que definen el carácter hegemónico
de la globalización económica, las cuales se detallan a continuación:
• Los pactos entre capital y trabajo se ven vulnerados debido a la nueva inserción en la
economía internacional.
• La seguridad en la relación social se transforma en rigidez en la relación salarial.
• Se priorizan los mercados financieros, lo cual bloquea la distribución de rendimientos y
exige la reducción de gastos públicos en aspectos sociales.
• El trabajo se transforma en un recurso global, de tal manera que pueda coexistir con la
diferenciación de salarios y precios.
• El aumento en la movilidad del capital provoca que la fiscalidad recaiga sobre los
rendimientos inmóviles, especialmente los de carácter laboral.
La globalización hegemónica es impulsada por las fuerzas del capital y la economía
neoliberal, llevando a desigualdad, exclusión y explotación. Por otro lado, la globalización
contrahegemónica es impulsada por movimientos sociales y organizaciones que luchan por
la justicia social y la equidad, buscando construir un mundo más justo y equitativo.
Dussel enfatiza la importancia de diferenciar entre estos dos tipos de globalización,
señalando que ambos son procesos reales con un impacto significativo en el mundo.
Identifica dos modos de producción de globalización contrahegemónica: el cosmopolitismo
y el patrimonio común de la humanidad. El cosmopolitismo se refiere a la organización
transnacional de la resistencia de grupos y naciones marginados por el sistema mundial
hegemónico. Por otro lado, el patrimonio común de la humanidad implica luchas
transnacionales por la protección y desmercantilización de recursos y entidades esenciales
para la sobrevivencia digna de la humanidad.

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Ambos modos de producción son cruciales para resistir la hegemonía de los países centrales
y proteger recursos naturales y culturales esenciales para la humanidad. Sin embargo,
Dussel también advierte sobre los problemas inherentes a estos modos de producción,
como la posible cooptación del cosmopolitismo por intereses hegemónicos y los ataques al
patrimonio común de la humanidad por parte de los países centrales.
En conclusión, Dussel destaca el impacto profundo y negativo de la globalización
hegemónica en la mayoría de la población mundial, resaltando la necesidad de alternativas
y resistencia a través de la globalización contrahegemónica.
En cuanto al análisis de la seguridad social, Dussel define la globalización hegemónica y su
impacto en la privatización de la seguridad social, destacando la promoción de este modelo
por parte de instituciones como el Banco Mundial y el FMI. Identifica y compara diferentes
tipos de Estados providencia, concluyendo que las fracturas dentro de la globalización
hegemónica ofrecen oportunidades para la construcción de alternativas más equitativas y
justas, como el modelo social europeo.

La globalización hegemónica y el posconsenso de Washington


En este subtema el texto aborda la diferencia entre la globalización hegemónica y la globalización
contrahegemónica, destacando la coherencia interna problemática de ambas, especialmente en el
contexto actual de transición.
La globalización contrahegemónica se manifiesta en formas locales de resistencia a la globalización
hegemónica, a través del cosmopolitismo y la noción de patrimonio común de la humanidad, aunque
está muy fragmentada internamente. Estas iniciativas locales reflejan la especificidad de sus contextos
y actores, y aunque no adoptan un lenguaje global, generan proliferación y articulaciones translócales
en respuesta a presiones globales.
Por otro lado, la globalización hegemónica se caracteriza por una mayor coherencia interna,
impulsada por procesos de localismos globalizados y globalismos localizados. Ejemplos de esto
incluyen la preeminencia del mercado sobre el Estado, la financierización de la economía mundial,
la subordinación del trabajo al capital, y el dominio de las empresas multinacionales. Sin embargo,
estas características no se aplican de manera homogénea en todo el mundo, ya que se articulan de
forma diferente en cada contexto local o nacional, dependiendo de múltiples factores como la historia
del capitalismo, la estructura de clases, el nivel de desarrollo tecnológico, y las instituciones públicas
presentes.

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El texto también explica que existen diferentes formas de capitalismo (mercantil, mesocorporativo,
socialdemócrata y estatal), cada una con características y respuestas específicas a las
transformaciones globales. El capitalismo mercantil, por ejemplo, se centra en el mercado y tolera
grandes desigualdades sociales, mientras que el capitalismo socialdemócrata busca la concertación
social y la justicia social, y el capitalismo estatal se basa en la intervención estatal.
Se analiza la coexistencia de diferentes tipos de capitalismo en el mundo y cómo interactúan en el
contexto de la globalización económica. Se menciona que cada tipo de capitalismo constituye un
régimen de acumulación y un modo de regulación estables, con una fuerte complementariedad y
compatibilidad entre las instituciones. Sin embargo, se reconoce que estos regímenes son entidades
históricas dinámicas, susceptibles a periodos de desestabilización.
Desde la década de 1980, se ha observado una considerable turbulencia en los distintos tipos de
capitalismo, lo que ha llevado a reflexionar sobre el carácter hegemónico de la globalización
económica. Se argumenta que esta globalización se traduce en la expansión del capitalismo mercantil
y en la localización (y por ende, adaptación) de los capitalismos mesocorporativo, socialdemócrata y
estatal.
El texto identifica varias tendencias asociadas con esta globalización hegemónica, como la
vulnerabilidad de los pactos entre capital y trabajo, la transformación de la relación salarial, la
priorización de los mercados financieros, y el aumento de las desigualdades sociales, entre otros
aspectos.
Se destaca la importancia de elegir el nivel de análisis adecuado para comprender estos fenómenos,
sugiriendo que un enfoque a escala media permite una mejor articulación entre las dimensiones
locales, nacionales y globales de la globalización. Asimismo, se menciona que las fracturas dentro de
la hegemonía global pueden ser puntos de entrada para luchas sociales locales y globales con
orientación anticapitalista y contrahegemónica.
Se ilustra la discusión con el ejemplo de los sistemas de seguridad social desarrollados en el siglo
XX, destacando cómo las políticas públicas transformaron las relaciones entre el Estado y la sociedad
civil, dando lugar a diferentes formas de Estado providencia.
Estado Providencia Liberal: Caracterizado por una baja desmercantilización y una protección pública
selectiva y residual, enfocada principalmente en las clases sociales con menores ingresos. Promueve
un sistema dual de protección pública y privada, e incentiva la intervención del mercado a través de

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subsidios para esquemas privados y limitaciones en la protección pública. Ejemplos de este tipo de
Estado se encuentran en Estados Unidos e Inglaterra.
Estado Providencia Corporativo: Vigente en Alemania y Austria, garantiza altos niveles de derechos
sociales, principalmente para los trabajadores y vinculados al desempeño del mercado laboral.
Incluye un sistema de asistencia social amplio para aquellos no cubiertos por regímenes contributivos.
Aunque proporciona una protección social considerable, también implementa mecanismos de control
social efectivos.
Estado Providencia Socialdemócrata: Típico de los países escandinavos, se distingue por ofrecer un
acceso casi universal a los beneficios, incluyendo las necesidades de la clase media. Los derechos
están garantizados simplemente por ser ciudadano o residente, resultando en un alto grado de
desmercantilización. Los beneficios son generosos y financiados mediante impuestos, aunque existen
esquemas complementarios de seguridad social.
Estado Providencia del Sur de Europa: Propuesto por Maurizio Ferrera, este modelo, aplicable a
países como Italia, España, Portugal y Grecia, presenta una protección social corporativa altamente
fragmentada. Esto genera inequidades significativas, con esquemas de protección muy generosos por
un lado y grandes brechas de protección por otro. Además, se observan bajos niveles de gasto público
social y una persistente confusión entre actores e instituciones públicas y privadas.
El texto también destaca la congruencia entre la tipología de Estados de bienestar y los tipos de
capitalismos identificados por Boyer. Menciona cómo en las últimas décadas, el modelo de Estado
providencia liberal se ha globalizado, influyendo en países que adoptan políticas neoliberales. A su
vez, resalta la existencia de fracturas dentro de la globalización económica y social hegemónica, y la
posibilidad de que estas fracturas abran espacios para luchas sociales progresistas. El autor finalmente
subraya la importancia de considerar el bienestar como el objetivo último de los sistemas de pensiones
y seguridad social, más allá de la rentabilidad y el crecimiento económico.

Los grados de intensidad de la globalización


En este texto, Boaventura de Sousa Santos propone una distinción entre dos tipos de
globalización: la de alta intensidad y la de baja intensidad.
La globalización de alta intensidad se caracteriza por ser un proceso rápido y de gran escala,
impulsado por factores exógenos dominantes, bien definidos y fácilmente replicables en las
políticas globales hegemónicas. Es relativamente fácil de interpretar, ya que se compone de

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un conjunto limitado de causas bien definidas. Un ejemplo claro es la expansión del
capitalismo global, que ha llevado a la desregulación de los mercados, la privatización de
empresas públicas y la reducción del papel del Estado.
Por otro lado, la globalización de baja intensidad es un proceso más lento y de menor escala,
conducido por factores endógenos y específicos, y cuyas causas son más difíciles de
interpretar. Un ejemplo de esto es la judicialización de la política, fenómeno que ha
incrementado la importancia de los tribunales en la resolución de conflictos políticos.
Santos argumenta que esta distinción es crucial para entender las desiguales relaciones de
poder inherentes a los distintos modos de producción. Mientras que la globalización de alta
intensidad busca expandir y reproducir el capitalismo a nivel mundial, la de baja intensidad
es un proceso más complejo y multifacético, que puede estar impulsado por una variedad
de factores, incluyendo los intereses de los grupos sociales subalternos.
"¿Hacia dónde vamos?"
En este segmento, Santos reflexiona sobre el futuro del sistema mundial capitalista,
sosteniendo que nos encontramos en un período de transición marcado por una
intensificación de las interacciones transnacionales en ámbitos económicos, políticos y
culturales. Identifica dos perspectivas principales sobre el futuro: la paradigmática, que
anticipa la superación del capitalismo y la emergencia de un nuevo sistema social; y la
subparadigmática, que prevé un ajuste estructural dentro del paradigma capitalista,
implicando un cambio en el régimen de acumulación y el modo de regulación. Santos no se
decanta por ninguna, subrayando la incertidumbre del futuro y la posibilidad de que ambos
escenarios se materialicen.
Ideas relevantes
Crisis de regulación y acumulación
Desde los años sesenta, los países centrales han enfrentado una doble crisis en los ámbitos
de acumulación y regulación, con un papel crucial del Estado-nación en ciertas crisis, aunque
fuertemente influenciado por el contexto internacional y otros factores.

Lecturas paradigmáticas vs. subparadigmáticas


La perspectiva paradigmática interpreta las crisis de acumulación y regulación como
síntomas de una crisis más profunda a nivel civilizacional, considerando las soluciones
actuales como temporales y poco sostenibles a largo plazo. Por otro lado, la perspectiva

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subparadigmática, más escéptica, sugiere que el capitalismo siempre ha encontrado formas
de superar sus crisis a corto plazo.

Globalización y debate
Existen opiniones divididas sobre si la globalización es un fenómeno reciente o antiguo,
influenciando las inclinaciones hacia las perspectivas paradigmática o subparadigmática.

Implicaciones político-ideológicas
Las dos perspectivas ofrecen visiones distintas sobre las transformaciones actuales y las
acciones necesarias, favoreciendo la acción transformadora o la adaptación,
respectivamente.

Actores y perspectivas
Diferentes actores sociales pueden adoptar distintas perspectivas dependiendo del contexto
o tema específico.

Apocalípticos vs. Pragmáticos


Quienes se inclinan por la perspectiva paradigmática tienden a tener una visión más
apocalíptica de los eventos actuales, mientras que los partidarios de la subparadigmática los
consideran como parte de una turbulencia transitoria.

Coexistencia de interpretaciones
El texto destaca que la coexistencia de ambas interpretaciones es típica de los tiempos
actuales, y plantea la pregunta de si esto no es característico de todos los períodos de
transición paradigmática.

Finalmente, el autor revela su inclinación personal hacia las perspectivas paradigmáticas,


argumentando que proporcionan una mejor comprensión de la situación actual en el
comienzo del nuevo milenio.
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