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POSTGRA
CULTURA, IDIOSINCRASIA
Y ECONOMÍA
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INTRODUCCIÓN
A partir de un análisis de las definiciones que presenta la UNCTAD (1999) acerca de este tipo de
empresas, es fácil deducir que, desde su misma concepción, las empresas multinacionales aparecen
como entidades que ejercen su “influencia”, directa e indirecta, sobre sus ramas, subsidiarias u otras
entidades controladas por ellas1.
Un aspecto muy relevante, y que permite comprender en perspectiva la influencia para la cultura
que este tipo de empresas tiene a escala global, es que, según datos de Naciones Unidas, para el
año 2017 existían alrededor de 170.000 corporaciones transnacionales de las cuales dependían
aproximadamente 1.000.000 de subsidiarias.
En este sentido, no puede dejarse pasar el hecho que, las empresas multinacionales producen una
trasmisión de “conocimiento” que va prioritariamente en la dirección esperada: desde la matriz
hacia la periferia (UNCTAD, 1999. p. 45-46). Esto es a través de lo que se conoce como International
Management, entendido como “el proceso de aplicar conceptos administrativos y técnicas en un
ambiente multinacional y de adaptar prácticas administrativas a ambientes económicos, políticos y
culturales diferentes”. (Luthans and Doh, 2009. p. 6)
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I. GLOBALIZACIÓN Y CULTURA
En el ámbito de las ciencias sociales, se ha observado una creciente preocupación por las relaciones
y vínculos existentes entre el proceso de globalización e integración económica y los cambios en las
formas culturales. La globalización ha sido descrita como un fenómeno económico, pero también,
como un fenómeno político, tecnológico o cultural. En este concepto se encuentra implícito el hecho
de que el mundo está en un proceso de cambio continuo y profundo que se traduce en que cada
vez las distintas regiones y/o localidades están más interconectadas. Es decir, para poner un ejemplo
extremo, hoy en día suele ser más fácil “convivir” con amigos/as en el otro extremo del mundo
que con compañeros de trabajo. Entonces, en este sentido y en términos muy amplios, podemos
definir la globalización como la conciencia de un aumento de la interconectividad entre las distintas
regiones del planeta. Desde una primera mirada, pareciera que la globalización tiene un sentido
netamente economicista, sin embargo, el impacto de este fenómeno no es solo en lo económico,
sino que impacta en todos los aspectos diarios de la vida de un país. Por esto mismo, la globalización
al influenciar en distintos aspectos de la sociedad, tiene lo que se puede denominar como cultura
política global, con aspectos como el respeto a los derechos humanos, la calidad de vida, democracia,
empleo, preocupación por el medio ambiente.
Es así como en la actualidad estamos impactados por procesos globales, de una magnitud sin
precedentes, dando origen a aspectos positivos como el crecimiento de la producción y el consumo,
la competencia y transferencias tecnológicas, entre otros efectos. Sin embargo, por otra parte, esta
integración económica ha dado espacio a una enorme concentración de la riqueza y de marginación
social, y un agrandamiento vertiginoso de la brecha entre países desarrollados y subdesarrollados,
mientras se anticipa una crisis ambiental de alcance mundial.
Respecto al impacto de la globalización en la cultura, analizado desde una perspectiva más profunda,
y entendiendo que la cultura es el conjunto de formas y expresiones que caracterizan a una sociedad
determinada, se puede entender que existe una alta interdependencia entre los citados conceptos,
a saber: globalización y cultura. Entonces vemos que cultura son todas esas formas de expresión y
tradiciones que caracterizan a una determinada sociedad. En este punto surge la siguiente interrogante:
¿cómo se ven influenciadas las tradiciones y costumbres, cuando la sociedad se ve inmersa en la
globalización? La respuesta es evidente. Al igual que en muchos otros ámbitos, la cultura también se
ve impactada con la llegada de la globalización a un país. Ya que con ésta llegan nuevas costumbres
y nuevas ideas a las sociedades, alterando los patrones tradicionales de los países.
Cuando hablamos del impacto que tiene la globalización sobre la cultura, hablamos de la adopción de
prácticas culturales y de consumo que son características de las naciones capitalistas y que incluye el
uso de ciertas marcas ya consolidadas. Con la globalización llega el consumo de las marcas, consumo
de medios, consumo de símbolos y adopción de estilos de vida que van siendo tomados como iconos
representativos de una sociedad, que regularmente están asociados y relacionados con modelos
comerciales de grandes marcas.
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Con respecto al impacto que la globalización tiene en la cultura, éste se puede resumir en tres
grandes puntos:
• En primer lugar, irrumpe el concepto de “cultura global”, que en gran parte es una globalización
de aspectos básicos de la cultura predominantemente norteamericana junto con otras culturas
avanzadas. Esta es la cultura de los grupos que en los diversos países están más identificados
con los procesos de la globalización, porque están insertos y han sido beneficiados por el
modelo aplicado.
• En segundo lugar, se encuentra un resurgimiento de las culturas locales, como reacción contra
la globalización y como una forma de revalorización de lo propio. Este proceso toma formas
muy diversas, desde la identidad de las propias raíces culturales hasta la exclusión racial.
• Finalmente, y como tercer punto, también es posible observar que se están generando
contraculturas, en los grupos excluidos o marginados del proceso de globalización.
Es importante destacar que la globalización también incluye a los mercados financieros cuyo
comportamiento determina los movimientos de capital, el crédito, las monedas, los tipos de cambio
y los flujos de divisas. A sí como también, indicar que estos flujos han desempeñado un papel
fundamental en las crisis de Balanza de Pagos que con frecuencia ocurren en los países, en especial
aquellos muy abiertos al mercado mundial.
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Una investigación centrada en América Latina, identifica seis características para el proceso de
expansión económica2: la intensificación de la competencia global; el surgimiento de nuevos
centros de producción; la proliferación, expansión y reestructuración de empresas transnacionales;
la reestructuración del entorno tecnológico caracterizado por rápidos avances en transportes y
comunicaciones; un sistema financiero global y desigualdades globales crecientes tanto entre
regiones mundiales como al interior de los países (Garretón. 2004: 41).
En el escenario integrado y global, los países establecen regulaciones que deben ser cumplidas por
todas las empresas que operan y se registran en ellos, y son válidas “para toda organización formen
o no parte de conglomerados multinacionales, y lo mismo sucede con la inversión extranjera, que en
su mayor parte se canaliza a través de empresas internacionales. También hay normas aplicables a las
fusiones o joint ventures entre empresas extranjeras y capital nacional”. (Castells 2007).
Frente a lo anterior, Ferrer destaca mecanismos como el Mercosur que, a pesar de sus problemas, ha
permitido incrementar el comercio intrazonal y señala que la dimensión endógena es fundamental.
Dado lo anterior, es evidente que la globalización como un fenómeno que afecta a todas las
dimensiones de la vida social debe ser diferenciado de lo que se conoce como el “globalismo” que
es una ideología que busca legitimar el proyecto de dominación hegemónica a escala planetaria de
determinados países y grupos particulares.3 Planteadas estas distinciones conceptuales y haciendo
referencia a las consecuencias de la globalización en aspectos económicos, sociales y culturales,
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vemos que este proceso implica la reorganización de la geografía macro-social, y un cambio profundo
en las relaciones referidas a este aspecto. En este sentido, existen tres dimensiones de la globalización
que resulta interesante de analizar:4
• La primera dimensión se relaciona con los efectos ya estudiados en las actividades económicas,
políticas y culturales especialmente en los países en desarrollo.
• Tercero está la dimensión del reordenamiento del espacio y el tiempo en la vida social. El
desarrollo de redes globales de comunicación y de complejos sistemas globales de producción
e intercambio disminuye el poder de las circunstancias locales sobre la vida de la gente y ésta
se ve crecientemente afectada por lo que ocurre en otros lados.
Según G. Giménez, producto de la globalización surgen las llamadas ciudades mundiales, que
conforman en conjunto un sistema metropolitano jerarquizado de cobertura global. Estas ciudades
son centros donde se concentran las corporaciones transnacionales más importantes, en conjunto
con las mayores compañías de servicios especializados que les prestan apoyo: bancos, oficinas de
abogados especialistas, compañías de seguros y de publicidad. Así como también las organizaciones
internacionales de envergadura mundial, las corporaciones mediáticas más poderosas e influyentes,
los servicios internacionales de información y las industrias culturales.
Esto significa que la globalización tiene fundamentalmente una dimensión urbana, y se nos manifiesta
en primera instancia como una gigantesca red virtual entre las grandes metrópolis de los países
industrializados avanzados, debido a la supresión o a la radical reducción de las distancias.
Una consecuencia inmediata de lo anterior es lo que el mismo Giménez llama, siguiendo a David
Harvey, compresión del tiempo y del espacio, expresión que se usa para designar a la aceleración de los
ritmos de vida provocada por las nuevas tecnologías, las telecomunicaciones y los transportes aéreos
continentales e intercontinentales, que han modificado la topología de la comunicación humana.
V. GLOBALIZACIÓN Y POLÍTICA
De acuerdo con estudios realizados por el reconocido sociólogo y economista Manuel Castells, “las
relaciones y estructuras políticas, culturales y sociales que se desarrollan a escala mundial adquieren
preeminencia sobre las que se desarrollan a escala nacional. La sociedad nacional está siendo
recubierta, asimilada o subsumida por la sociedad global”.
En este sentido, si bien es cierto, “la sociedad nacional mantiene su vigencia y por ello existen
movimientos nacionalistas, simultáneamente se articula con las configuraciones de la sociedad
global, que, poco a poco y, en ocasiones, rápidamente asimila a la sociedad nacional” (Castells 2007)
“Sociedad, como tal, pasa a comprender una multitud de ‘sociedades’ que, en el contexto de un
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sistema más amplio, pueden solamente encontrar una autonomía relativa y condicionada, en gran
medida como naciones-estados estrechamente entrelazados.”5
“La identidad es un fenómeno que resurge como respuesta política y cultural a las transformaciones
del mundo global. Este resurgimiento se debe a la crisis de las instituciones del Estado-nación y
la sociedad civil. El Estado comienza a adaptarse a los nuevos flujos globales y a las normas de la
economía global. El Estado deja de asumir un rol proteccionista y muchas de las funciones que le han
sido tradicionalmente asignadas son reemplazadas por el mercado”. (Giménez 2007).
Para Castells globalización es “la intensificación de las relaciones sociales en dimensión mundial,
al ligar localidades distantes de tal manera que los acontecimientos locales son modelados por
eventos que ocurren a muchas millas de distancia y viceversa.” Es así como en muchas ocasiones
nos afectan más los acontecimientos que ocurren al otro lado del mundo que aquellos que suceden
en nuestra región.
Otra característica importante que destacar en esta sociedad global dice relación con la inmediatez
de las comunicaciones, claro ejemplo es el uso de la internet, este medio de comunicación global que
se ha masificado en los países y que está provisto de la más alta tecnología, permite a los usuarios
acceder a los más variados temas, desde aquellos relacionados con educación hasta recreativos.
El desarrollo del sistema global ha demostrado un doble carácter, ha sido incluyente toda vez que
incluye a todo lo que tiene valor según aspectos económicos- rentables y excluye todo aquello que
carece de valor.
Según lo planteado por Castells, una “sociedad capitalista exige una cultura basada en imágenes.
En consecuencia, debe proporcionar diversiones, distracciones, para fomentar el consumo y
adormecer el dolor causado por el hecho de pertenecer a cierta clase, raza o sexo”. A través de
dichas imágenes también se proporciona una ideología dominante. La disminución de “libertad
de opción política” que se traduce en un aumento de “libertad de consumo”, esto exige producción
ilimitada y consumo de imágenes.6
Cuando se analizan los aspectos sociológicos de las sociedades actuales, surge la expresión “sociedad
de consumo”, concepto utilizado para designar a las sociedades en las que el consumo de los
ciudadanos, a través de la demanda, se orienta y se dirige en función de las exigencias de la industria
y no a la inversa, como había sucedido tradicionalmente. (Ferrer 2007).
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“La sociedad de consumo es la de los medios masivos de comunicación, la del desarrollo de la ciudad
frente al campo, y la del dominio de los valores de la moda y el individualismo. Es frecuente que
el comportamiento del individuo se vea condicionado por el consumo de bienes y servicios, este
fenómeno que se da con mayor fuerza en países occidentales desarrollados, también ha permeado
a sociedades menos desarrolladas. En esta masificación de la cultura del consumo, a través de la
publicidad y los distintos sistemas de comunicación, se dan a conocer productos, mostrando una
imagen favorable de los mismos, lo cual estimula su compra y su consumo”. (Castells 2007)
La “persuasión invisible” forma parte de la publicidad. Se ha podido observar que gran parte de esta
última es de por sí invisible, con el objeto de evitar la resistencia o las formas de defensa racionales
del consumidor.7 Entre las características de la persuasión invisible están las formas y los colores. Es
frecuente observar que, frente al mismo producto en aspectos como calidad, practicidad e incluso
precio, el consumidor siempre prefiere aquellos que muestran imágenes y colores que resultan
más agradables.
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Referencias
1 http://www.unctad.org/en/docs/psiteiitd11v2.en.pdf.
2 Korten, David (2005), Cuando las transnacionales gobiernan el mundo, Santiago, Editorial Cuatro Vientos
5 Castells M, 1997 “La Era de la Información. Economía, Sociedad y Cultura”. Editorial Madrid
6 Castells M, 1997 “La Era de la Información. Economía, Sociedad y Cultura”. Editorial Madrid
7 Castells M, 1997 “La Era de la Información. Economía, Sociedad y Cultura”. Editorial Madrid
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Bibliografía
Castells M, (1997) “La Era de la Información. Economía, Sociedad y Cultura”. Editorial Madrid.
http://repositorio.uahurtado.cl/handle/11242/3783
Korten D, (2005) “Cuando las Transnacionales Gobiernan el Mundo” Editorial Cuatro Vientos. Santiago.
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