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Ficha de circulación interna del Área de Psicología

PSICOGERONTOLOGIA EN LA FORMACION DE GRADO DE LA ESCUELA

UNIVERSITARIA DE TECNOLOGIA MEDICA

Lic. Ana Paula Sosa*


Asistente Área Psicología EUTM

*Licenciada en Psicología
**Especializada en Psicogerontologia

La realidad demográfica del Uruguay en particular nos anima a pensar en los temas

que hacen a la vejez y los procesos de envejecimiento como imprescindibles en la

formación de grado de los estudiantes de las Ciencias de la Salud, es así que la oferta

del Área de Psicología con larga trayectoria en la Escuela Universitaria de Tecnología

Médica a los futuros profesionales de la salud incluye temáticas que buscan promover,

analizar y profundizar en los aspectos psicosociales que emergen de la revolución

del devenir subjetivo del curso vital.

En esta ficha trabajaremos sobre los aspectos que hacen a la importancia del

conocimiento de la Gerontología en general y la Psicogerontologia en particular como

herramienta de abordaje interdisciplinaria.

Para una mejor comprensión de este tema comenzaremos por definir algunos

conceptos básicos que hacen a la temática presentada, es así que diremos que

Metchnicoff en 1903 define a la Gerontología expresando que “es la ciencia del

envejecimiento” (Ribera Casado, 2016), haciendo especial énfasis en que esta


ciencia trasciende el aspecto biomédico sentando así las bases de lo que podríamos

llamar “interdisciplinariedad académica” (Ribera Casado, 2016).

El proceso de envejecer se da durante toda la vida, desde que nacemos estamos

asistiendo al proceso que nos conduce a la vejez, etapa que podemos ubicar al final

del curso vital, acordamos con Iacub (2011) que la vejez se define como una

significación que produce un corte en lo social y que determina una medida en la

edad. Cada sociedad construye su propia concepción acerca de lo que significan las

edades del ser humano” por tanto el acompañamiento a dicho proceso debe ser parte

de nuestro quehacer profesional, sin duda que desde los abordajes teóricos pero con

el claro propósito de sustentar nuestra práctica, reforzando cada vez nuestra caja de

herramientas (leáse desde el aporte Faucoultiano), con un fuerte hincapié en la praxis

cotidiana, en consonancia con lo anterior podemos afirmar que «El estudio del

envejecimiento tiene una gran importancia y un enorme valor práctico» (Ribera

Casado, 2016).

En los estudios sobre la vejez han surgido hace algunos años perspectivas

alternativas a las biologicistas que conciben al envejecimiento como proceso normal

en el devenir del ciclo evolutivo. Ampliando el foco hacia lo divergente, no solo existe

la preocupación por curar la enfermedad sino que hay una apertura hacia el estudio y

análisis de recursos, competencias y habilidades para fortalecer las cualidades

positivas de los adultos mayores promoviendo así su bienestar psicológico.

Se destaca aquí el valor que tiene el bienestar psicológico que es considerado como

el resultado de la evaluación subjetiva que las personas hacen de su vida, teniendo

dos componentes claramente distinguibles: el primero relacionado con lo cognitivo, es

decir en relación a la satisfacción vital que cada uno tiene de su propia vida,

comparando las metas deseadas con las obtenidas y un componente afectivo que se

relaciona con los sentimientos, estados de ánimo, intensidad y la frecuencia de los

afectos positivos (Arias y Soliverez, 2009).


Por su parte Riff y Keves (1995) definen el bienestar psicológico como un constructo

multidimensional que incluye la apreciación positiva de si misma, la capacidad de

manejar efectivamente la vida, los vínculos personales de alta calidad, el sentimiento

de desarrollarse a través del tiempo y el sentido de autodeterminación.

Es así que debemos rescatar el valioso aporte de la Psicogerontología como aquella

disciplina que se ocupa de los procesos psíquicos que se dan en el transcurso del

envejecimiento con la particular arista de una permanente construcción histórica de

los procesos subjetivos, en acuerdo con Catullo y Da Lopes (2011) este aspecto se

torna de vital importancia, invitando al trabajo interdisciplinario con aporte de lo

multidisciplinario y transdisciplinario.

La psicogerontología se definió como “el estudio y abordaje de los aspectos psíquicos

del envejecimiento normal y patológico desde múltiples disciplinas, en sus vertientes

preventiva, curativa y de rehabilitación (Primeras jornadas interuniversitarias de

Psicogerontología: adulto mayor y salud mental, un desafío multidisciplinario, Chile,

2012) podemos apreciar el énfasis puesto en la salud mental, el bienestar y la

calidad de vida de la población adulta mayor. Al respecto de la salud mental

retomaremos más adelante.

Muchos fueron los años en que los prejuicios y preconceptos hicieron que el abordaje

gerontológico tomara poco valor, estando presente principalmente una imagen

negativa hacia la vejez; Castoriadis ya lo plateaba en cuanto a la interacción que

surgía de la psiquis y los procesos históricos, produciendo lecturas que trascendían

la imagen social, las representaciones y prejuicios sociales del envejecimiento,

existiendo distintas perspectivas de un mismo problema. Es así que en la Escuela

Sociológica de Chicago se plantea que no se puede estudiar la conducta sin entender

previamente la significación de los procesos internos, a esto se le llamo

Interaccionismo Simbólico. Básicamente se pueden destacar tres perspectivas

diferenciadas: la perspectiva psicológica, la perspectiva social e interaccionista y la

perspectiva psicodinámica.
Aquí debemos hacer un apunte especial y conceptualizar el término “viejismo” que

en 1969, Butler acuña para referirse “al proceso de elaboración de estereotipos y

discriminación sistemática contra las personas, debido a que son mayores”, lo que

realmente constituye una problemática social. Cabe referenciar que el término en

ingles se correspondía a Ageism y fue Leopoldo Salvareza quien en el Rio de la Plata

lo traduce como viejismo, apuntando el hecho de lo poco beneficiosas que resultaban

las actitudes de la sociedad al establecer estigmas biopsicosociales negativos.

Levy y Banaji (2004) profundizan en este concepto llamándolo “viejismo implícito”, ya

que marcan el particular modo de discriminación en diversos aspectos de la vida

cotidiana.

En la actualidad podríamos decir que hay una revolución en relación a los aspectos

que hacen a las representaciones sociales hacia la vejez. Durante años se asoció la

vejez a la decadencia, perdidas, soledad, dolor, actuales desarrollos científicos

permiten rectificar esos mitos y redescubrir el amor, la sexualidad, la vocación y hasta

la propia identidad en palabras de (Iacub, 2015) dando un enfoque diferencial al

envejecimiento y a la vejez en particular.

Las actuales concepciones trabajan en clave de derechos humanos, y con una mirada

humanizadora de los procesos de envejecimiento, revalorizando la autonomía,

independencia y autoconcepto de las personas mayores. Al respecto del

autoconcepto conviene destacar que hace referencia al modo en que cada persona

se valora y evalúa así misma. Existen dos elementos importantes que lo constituyen:

la confianza y la seguridad que tienen las personas sobre si mismas” (Soliverez, 2005)

Por tanto, continua el Prof. Iacub ”Preparémonos entonces, como personas y también

como sociedad, para conocer esta etapa y saber tomar las decisiones que la potencien

y enriquezcan, dando lugar a un crecimiento y un desarrollo continuo e ilimitado”

(Iacub, 2015).

Es hora de retomar el tema de la salud mental de los adultos mayores que

anunciábamos y resaltar el aspecto de que esta se puede mejorar mediante la


promoción de hábitos activos y saludables. Ello supone crear condiciones de vida

y entornos que acrecienten el bienestar y propicien que las personas adopten

modos de vida sanos e integrados. La promoción de la salud mental depende en

gran medida de estrategias conducentes a que los ancianos cuenten con los

recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas, tales como la

protección, el apoyo social, programas de salud y sociales etc. Los estudiantes de

las diversas carreras de la Escuela Universitaria de Tecnología Médica que pasan

por los cursos del Área de Psicología están capacitados para abordar desde una

perspectiva integral, la prevención y promoción de la salud desde un primer nivel

de atención, así como con herramientas practicas a la hora de desempeñarse en

una relación asistencial eficiente, eficaz y humanizada.

Entendemos que no hay salud física sin salud mental y que es necesario un abordaje

del proceso de salud y enfermedad no solo desde la perspectiva de la atención al

daño, sino también desde el ángulo de la protección de los atributos positivos de la

salud y del fomento del bienestar de la población y desde esta perspectiva de salud

pública los factores psicosociales y relacionados con la conducta humana

desempeñan una función crucial.

También hay que considerar que existen muchas condiciones y necesidades

emocionales y sociales, especialmente ante situaciones traumáticas, que no son

necesariamente enfermedades mentales, cuyo abordaje no debería incluir tratamiento

técnico solamente y para las que pueden ser muy eficaces las intervenciones

psicosociales oportunas. Los trastornos mentales en el adulto mayor, como la

depresión, ansiedad y deterioro cognitivo, son frecuentes y tienen un impacto

importante en su vida cotidiana, como en la de su contexto inmediato. Adicionalmente

se enfrenta el problema de los cuidados de largo plazo a adultos mayores con

discapacidades físicas o mentales; la complejidad del cuidado significa una gran

carga que frecuentemente afecta a los propios cuidadores (en ocasiones también

adultos mayores). La esperanza de vida se extiende en la Región y en el mundo y


aumenta la proporción de personas con más de 65 años, por lo que se debería

asignarse prioridad a esta problemática en los planes de salud mental así como al

estudio y conocimientos de las características de esta etapa del ciclo vital.

Las intervenciones de promoción y prevención, como decía más arriba pueden estar

dirigidas a los hábitos y estilos de vida que generan desequilibrios en la salud de las

personas y a determinados grupos de población. La estrategia de “Entornos

Saludables”, por ejemplo en comunidades, escuelas y centros laborales es un proceso

de promoción de causa y movilización social, donde debe insertarse el componente

salud mental para contribuir al desarrollo humano integral en el marco del fomento de

un desarrollo humano inclusivo.

La salud y por lo tanto la salud mental son metas a las cuales se debe propender. Al

igual que ocurre en el cuerpo, a nivel psicológico siempre existirán aspectos más o

menos conflictivos y disarmónicos los cuales producen dolor, padecimiento y en un

caso más extremo sufrimiento.

Por estos motivos es de suma importancia tomar una concepción holística de la salud

mental ya que como hemos visto las distintas áreas (biológica, psicológica, social,

espiritual) se encuentran íntimamente interrelacionadas.

La autora de origen brasileño Neri (1995) aporta que la buena calidad de vida es

posible en la vejez, solo si hay posibilidades de interacción vincular articulando

características individuales pero socio culturales al mismo tiempo y que es tarea de

todos los profesionales vinculados a los adultos mayores identificar redes de apoyo

alentando el entendimiento de las dinámicas de las lógicas sociales fluctuantes y

creando servicios dirigidos a sostener esos cambios.

El incremento de la longevidad a nivel mundial nos pone en la necesaria obligación

de formar profesionales capacitados en el tema a fin de atender los requerimientos de

prevención, asistencia y rehabilitación que emergen en la cotidianeidad de los

consultorios, comunidades, hospitales e instituciones de larga estadia.


BIBLIOGRAFIA

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Mar del Plata: Suárez.

 Fernández Ballesteros, R. Zamarrón, M. Macía. A, Calidad de Vida en la Vejez

en los distintos contextos. (1996). Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Instituto Nacional de Servicios Sociales Madrid, INSERSO

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Manizales: Tizan.

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personas mayores en Chile, documento presentado en la “Reunión de expertos en

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 Iacub, R. (2006): Erótica y Vejez. Perspectivas de Occidente. Buenos Aires: Paidós.

 Iacub, R. (2011): Identidad y Envejecimiento. Buenos Aires: Paidós.

 Iacub, R. (2015): Todo lo que usted siempre quiso saber sobre su jubilación y nunca

se animó a preguntar. Buenos Aires: Paidós

 Larma Argentina 2014: Seminario Diversidad cultural y envejecimiento: La

familia y la comunidad/ Ricardo Iacub..., compilado por Ricardo Iacub, 1 edicion

compendiada - Ciudad Autònoma de Buenos Aires, 2016. Libro Digital


 Levy Becca y Banaji Mahzarin (2004) “Implicit Ageism” en Ageism. Stereotyping and

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Press.

 Salvarezza, L. (1993). Psicogeriatria Teoría y Clínica (Cap 1). Buenos Aires. Paidos.

 Yuni, J / Urbano.C. (2005). Educación de adultos mayores. Teoría, Investigación e

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