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Terapia

psicoanalítica
Enric Berenguer Alarcón
Roser Casalprim Maresch
Daniel Cena Reido
Alejandro Jorge Gómez-Franco Matta
Guillermo Grubert Frim
Montserrat Puig Sabanés
Pablo Rivarola Padrós
José Ramón Ubieto Pardo
PID_00154450
© FUOC • PID_00154450 Terapia psicoanalítica

Enric Berenguer Alarcón Roser Casalprim Maresch Daniel Cena Reido Alejandro Jorge
Gómez-Franco Matta

Psicólogo clínico y psicoanalista. Psicóloga clínica y psicoanalista. Psicoanalista. Miembro de la Es- Psicólogo (Universidad Nacional
AME de la Asociación Mundial de Miembro de la EPFCL-FPB (Escue- cuela Lacaniana de Psicoanálisis de Córdoba, Argentina) y psicoa-
Psicoanálisis. Docente en la Sec- la de Psicoanálisis de los Foros del del Campo Freudiano. Miembro nalista. Miembro de la Escuela La-
ción Clínica de Barcelona del Insti- Campo Lacaniano) y coordinadora de la Asociación Mundial de Psi- caniana de Psicoanálisis y de la
tuto del Campo Freudiano. del Centro de Salud Mental Infan- coanálisis. Director de la Revista Asociación Mundial de Psicoanáli-
til y Juvenil de la Fundación Nou Freudiana. sis.
Barris (Barcelona).

Guillermo Grubert Frim Montserrat Puig Sabanés Pablo Rivarola Padrós José Ramón Ubieto Pardo

Psicólogo, psicoanalista y psicólo- Psiquiatra psicoanalista. DEA del Psicólogo y psicoanalista. Máster Psicólogo clínico y psicoanalista.
go forense (juzgados de Chajarí, Campo Freudiano (Universidad en Criminología y Ejecución Pe- Miembro de la Escuela Lacaniana
Entre Ríos, Argentina). Ex coordi- de París VIII). Miembro de la Es- nal. Director de Equipos Técnicos de Psicoanálisis y de la Asociación
nador general del Centro Terapéu- cuela Lacaniana de Psicoanálisis. y Medidas Excepcionales (Secreta- Mundial de Psicoanálisis. Consul-
tico Abitus –Adicciones, Bulimia y AMP Programa de Atención a la ría de la Niñez y la Adolescencia, tor de la UOC y de los programas
Anorexia– y ex docente de la Fa- Crisis y Prevención del Suicidio del Argentina). Ha participado en dis- AEU (Altos Estudios Universitarios)
cultad de Psicología de la Univer- Centro de Salud Mental Dreta de tintas asignaturas en la Universi- del Instituto de Neurociencias y
sidad Barceló (ambos en La Rioja, l'Eixample CPB (Barcelona). dad de Córdoba (Argentina) y en Salud Mental de Barcelona, en co-
Argentina). la Universidad de Vic, y ha investi- laboración con la Universidad de
gado para el CEJFE (Generalitat de León. Es colaborador del diario La
Catalunya). Vanguardia y autor de varios libros
y artículos sobre psicoanálisis.

La revisión de este material docente ha sido coordinada


por el profesor: Rubén Nieto Luna (2011)

Segunda edición: febrero 2011


© Enric Berenguer Alarcón, Roser Casalprim Maresch, Daniel Cena Reido, Alejandro Jorge
Gómez­Franco Matta, Guillermo Grubert Frim, Montserrat Puig Sabanés, Pablo Rivarola Padrós, José
Ramón Ubieto Pardo.
Todos los derechos reservados
© de esta edición, FUOC, 2011
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
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Realización editorial: Eureca Media, SL
ISBN: 978-84-693-2500-1
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de los titulares del copyright.
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Introducción

Una asignatura vinculada a la práctica clínica, como la que aquí presentamos


con el nombre de Teoría psicoanalítica, representa un desafío para quienes in-
tentan exponer sus propias experiencias y, con ello, conformar un bagaje para
la ruta que el estudiante ha decidido emprender en su profesión. A lo largo de
la licenciatura, habréis podido apreciar que el esfuerzo constante de la psico-
logía es el de poder afirmarse sobre sí misma, lograr ser categórica sin perder
su humildad y ser refutable sin perder su dignidad. Por este motivo, deberéis
recordar la proximidad de la psicología a la medicina y en especial a la psi-
quiatría, y con esto las dificultades que tiene para adquirir entidad propia y
no verse en la disyuntiva constante de ser o no valorada como una ciencia.
De esta manera, toda práctica requiere de un sustento teórico que le brinde
las herramientas adecuadas para la intervención, un marco lógico y coherente
mediante el cual pueda fundamentarse la actuación del profesional en pro de
unos logros u objetivos en el terreno de la salud mental.

Los diferentes módulos que conforman esta asignatura intentan la mayor pro-
ximidad posible a la práctica clínica-psicoanalítica. De esta manera, cada uno
de éstos se desarrollará a partir de casos clínicos ante los que puede encontrar-
se el estudiante en el ejercicio de su profesión.

El psicoanálisis posee una extensa teoría, debido a que su origen ha sido la


práctica misma, el intento de dar luz y comprensión sobre ciertos trastornos
mentales que desde otras disciplinas no era posible abordar. Podréis reconocer
este proceso de descubrimiento al indagar en las obras de Sigmund Freud, sobre
los diferentes conceptos que en la actualidad no son tan próximos, como el
inconsciente, la represión, la transferencia, etc. Por este motivo, es inseparable
la teoría de la práctica en el psicoanálisis, ya que es en esta última en la que
encuentra sus interrogantes y sus respuestas.

El hecho de exponer casos en los que los propios autores han intervenido per-
mite al estudiante tener una visión realista de las dificultades que nos puede
suscitar la práctica clínica y la necesidad de una capacitación adecuada en este
terreno. Si, como decíamos, la teoría y la clínica analítica están íntimamente
vinculadas, existen en esta historia del psicoanálisis una serie de casos consi-
derados como clásicos, cuya relación con los conceptos y con la práctica actual
no se pueden quedar al margen del estudio del psicoanálisis.
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Para explicar esta relación, un profesor del primer año de psicología tomó una caja y
puso en su interior tres objetos diferentes. Después la cubrió en su totalidad con un papel
negro, y se presentó ante sus alumnos con ella. "Esta caja –dijo– representa la mente
humana, la psique. No podemos saber qué hay en su interior, no podemos abrirla, sólo
nos es posible suponer... De esta manera cada una de las diferentes teorías psicológicas
se ven enfrentadas a la conducta humana, en la que no hay la presencia tangible, la
objetividad que existe en la medicina: un pulmón, un corazón, articulaciones, huesos."

Este profesor fue explicando cada teoría desde esta caja negra. "El conductismo, por ejem-
plo, se pregunta por la causalidad del comportamiento humano. De este modo, si ofrece-
mos un estímulo a la caja, por ejemplo un movimiento hacia la derecha, ésta responderá
de cierta forma. Si repetimos este procedimiento, podremos afirmar que un movimiento
tal produce un efecto tal."

De esta manera el profesor fue ofreciendo a los alumnos las primeras claves desde las
cuales los diferentes teóricos habían construido sus conceptos.

Cuando fue el turno del psicoanálisis, dijo: "La pregunta del psicoanálisis es, ¿cómo lle-
garon estos objetos dentro de la caja y bajo qué lógica funcionan? A partir de esta pre-
gunta se crean conjeturas, interrogantes. Una especie de maqueta, como la que realizan
los arquitectos antes de comenzar la construcción de un edificio. Un modelo lógico o
estructura obtenido de lo único que verdaderamente puede saberse: lo que la caja negra
dice, su lenguaje, y por lo tanto lo que el analista debe aprender es a escuchar qué hay
allí, más allá de las palabras."

Es necesario que esta estrecha relación aquí mencionada se tenga en cuenta


a lo largo de la asignatura, ya que recomendamos que sea considerada como
un todo interdependiente, donde cada módulo necesitará de los demás, no
para su comprensión, en tanto que cada uno será específico, pero sí para lograr
obtener una idea general de la clínica analítica.

La división de los módulos, que se ha presentado por etapas evolutivas, ha


sido establecida a partir de los casos clínicos que allí se exponen, es decir, de
acuerdo a las edades de los pacientes que se han tomado como referentes. Sin
embargo, es necesario recordar lo que en otras asignaturas vinculadas al psi-
coanálisis se ha expuesto, esto es, que el inconsciente, objeto central de la clí-
nica psicoanalítica, no posee temporalidad, y de esta manera éste no responde
a las etapas evolutivas como las entiende la biología.

Ejemplo

Imaginemos que alguna vez habéis estado frente a un juego clásico de ordenador llamado
Tetris, cuyo objetivo es lograr que a medida que caigan ciertas piezas al azar, el jugador
logre colocarlas en el sitio que mejor encajen. De este modo, se va conformado una pared
que, al estar completa, va desapareciendo para que el jugador tenga más espacio para el
orden de las piezas. Podemos pensar, como un modo de hacer tangible el inconsciente,
que éste es esta pared, pero que, como sucede en el juego, no siempre será posible encajar
las piezas, de manera que comienzan a quedar espacios vacíos, lugares que no pueden
cubrirse. Las piezas o, para seguir con la analogía, los acontecimientos de nuestra vida,
se siguen sucediendo, y estos espacios, no permiten que aquéllas se ordenen adecuada-
mente. A veces en el juego, como en el inconsciente, estos espacios vacíos pueden pasar
desapercibidos, pero otras veces pueden hacer que perdamos la partida, y que las piezas
se apilen unas sobre otras de manera desordenada, como es el caso de los síntomas. Es
entonces que será necesario buscar y reconocer su genealogía.

Sigmund Freud solía recurrir a la imagen de las viejas ciudades griegas descu-
biertas bajo otras ciudades, unas enterradas bajo otras, que fueron cubriéndose
por el paso del tiempo, el olvido y las nuevas civilizaciones. Tal es el proceso
que conforma el inconsciente, y por este motivo no hay una relación estrecha
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con la biología en cuestión de tiempo, de la temporalidad del sujeto. Podréis


comprender esto cuando en la asignatura se especifique la noción de estruc-
tura desarrollada por Jacques Lacan.
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Objetivos

Los objetivos generales que deberéis alcanzar con el trabajo de los materiales
son los siguientes:

1. Tener los conocimientos necesarios para integrar los contenidos teóricos


trabajados durante la titulación y aplicarlos a casos prácticos desde una
perspectiva psicoanalítica.

2. Conocer las estructuras psíquicas fundamentales sobre las cuales se desa-


rrolla la clínica psicoanalítica y cómo se establecen, a partir de éstas, dis-
tintas estrategias de intervención a los diferentes momentos evolutivos del
individuo: infancia, adolescencia, edad adulta y vejez.

Los objetivos operativos son los siguientes:

1. Reforzar los conceptos del psicoanálisis tratados en las asignaturas ante-


riores, especialmente aquellos que hacen expresa referencia a la teoría psi-
coanalítica, y conseguir de esta manera establecer los elementos operati-
vos fundamentales para la intervención clínica desde una perspectiva psi-
coanalítica y mediante un eje evolutivo.

2. Conocer las tres estructuras fundamentales: psicosis, neurosis y perver-


sión, y las diferentes modalidades que de éstas puede evidenciarse en la
práctica cotidiana.

3. Conseguir que os acerquéis a la práctica clínica mediante el trabajo con


casos clínicos correspondientes a las diferentes etapas evolutivas (niños,
adolescentes, adultos y ancianos). En los casos se pueden reconocer una
variedad de síntomas e intervenciones, mediante los cuales los estudiantes
podréis aproximaros de manera objetiva y de acuerdo con las modalidades
que en la práctica ofrece la teoría psicoanalítica.

4. Aproximaros a los aspectos éticos de la clínica psicoanalítica, reconocien-


do que estos poseen un importante papel en la práctica y que, fundamen-
tadas en su teoría, posibilitarán comprender el lugar que tendrán que ocu-
par el analista en el transcurso del análisis y su finalización.
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Contenidos

Módulo didáctico 1
Introducción a la teoría psicoanalítica
Pablo Rivarola Padrós
1. El origen del psicoanálisis
2. La pulsión
3. El aparato psíquico
4. La repetición
5. Sobre la transferencia
6. La clínica psicoanalítica en Jacques Lacan
7. El complejo de Edipo y el sujeto del inconsciente
8. La dialéctica intersubjetiva
9. El lugar del deseo en la clínica psicoanalítica

Módulo didáctico 2
Intervenciones psicoanalíticas en la infancia
Roser Casalprim Maresch y Montserrat Puig Sabanés
1. Aspectos fundamentales de la infancia
2. Psicopatología en la infancia. Manifestaciones actuales
3. Consideraciones sobre la práctica asistencial y clínica con niños
4. Casos clínicos

Módulo didáctico 3
Intervenciones psicoanalíticas en la adolescencia
Guillermo Grubert Frim
1. Fases de la adolescencia: adolescencia temprana
2. Fases de la adolescencia: adolescencia media
3. Fases de la adolescencia: adolescencia tardía
4. Particularidades en la asistencia de adolescentes
5. Caso clínico: un amor voraz

Módulo didáctico 4
Clínica psicoanalítica con adultos
Alejandro Jorge Gómez­Franco Matta y José Ramón Ubieto Pardo
1. Fundamentos de la práctica
2. Clínica estructural

Módulo didáctico 5
Intervención psicoanalítica en la vejez
Daniel Cena Reido
1. ¿Tiene edad el sujeto?
2. Sigmund Freud y las aportaciones de Karl Abraham y Sandor Ferenczi
3. Duelo y melancolía
4. Vejez y salud mental
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5. El tratamiento psicoanalítico en pacientes de edad avanzada hoy


6. Casos clínicos
7. Consideraciones finales

Módulo didáctico 6
La ética en psicoanálisis
Enric Berenguer Alarcón
1. El sentimiento de culpa
2. Límites de la moral corriente
3. Un paréntesis sobre los sentimientos
4. Consecuencias en la dirección de la cura
5. Las paradojas del síntoma: cómo enfrentarlas
6. La enigmática satisfacción de una víctima
7. Un caso de agorafobia
8. El sujeto es responsable
9. Las paradojas del superyó
10. Un pequeño rodeo por Kant
11. El conflicto moral del neurótico
12. Recapitulación
13. Elementos de teoría
14. Un caso ejemplar de pedofilia
15. Otros sentimientos: la cuestión de los afectos
16. La ética del psicoanalista
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Glosario

clínica estructural f Apuesta conceptual por la diferenciación entre gran-


des dominios de la clínica, es decir, entre grandes grupos de trastornos o sín-
tomas (neurosis, psicosis, perversión), separados por fronteras que no admiten
cuestiones de grado.

deseo m Concepto al que Freud dio toda su importancia dentro de la teoría


psicoanalítica, mientras que Lacan lo situó entre los conceptos imprescindi-
bles. Para Freud, se trata de un término en el que se sitúa el conflicto defensi-
vo (el otro extremo es el superyó), ya que el deseo inconsciente se estructura
antes de la represión como una experiencia alucinatoria –el chupeteo del bebé
después de satisfacer el hambre–, y por este motivo el deseo nace de la separa-
ción entre necesidad y demanda. El deseo no puede reducirse a la necesidad,
ya que, como decíamos, el objeto que está implicado no es un objeto real. Con
la demanda pasa otro tanto, lo que el sujeto obtiene con su demanda nunca
es un objeto que se ajuste a su deseo. Por este motivo, decimos que el deseo
está, por definición, insatisfecho. Para Lacan, el deseo está determinado por la
falta simbólica que introduce el lenguaje: los animales no desean, sólo tienen
necesidades que son satisfechas con objetos irreemplazables. El deseo humano
puede encontrar su realización –que hay que distinguir de la satisfacción– en
cualquier objeto, tal y como lo atestigua la perversión.
Destaca la particularidad esencial del ser humano: habitar lo simbólico.

deseo inconsciente m El concepto freudiano de Wunsch se refiere al deseo


inconsciente, es decir, reprimido. Se trata de un deseo particular de cada su-
jeto que no tiene como función ni la adaptación ni la supervivencia. Freud
lo denomina indestructible para subrayar su carácter inolvidable. El deseo se
encuentra también en los síntomas de manera encubierta.

diacronía f Término que se define por oposición a sincronía. Quiere decir


simplemente que pasa el tiempo, mientras que sincronía supone un tiempo
detenido. Ésta es una distinción hecha por Saussure: por un lado, están las
transformaciones del lenguaje, mediante el sentido de una palabra, su emer-
gencia, cómo cambia, cómo se mezclan las lenguas (diacronía); y, por el otro,
están las gramáticas de cada lengua en un momento determinado (sincronía).
Esta distinción de Saussure permite entender el tema del desarrollo y la estruc-
tura en Lacan, para quien el desarrollo se refiere a la diacronía y la estructura
a la sincronía. La sucesión temporal no altera, pues, la estructura.

discurso m Término que se refiere a las modalidades de organización de la


comunicación, fundamentalmente del lenguaje, en las relaciones del sujeto
con los significantes que determinan las formas del lazo social fundado en
la palabra. Lacan construye cuatro discursos que dan cuenta de los diferentes
modos que tienen los individuos de relacionarse: el discurso del amo, el dis-
curso universitario, el discurso de la histeria y el discurso del psicoanálisis.

duelo m Proceso de elaboración desencadenado por la pérdida de un objeto


amado, y por medio del cual logra el sujeto desprenderse del mismo. El trabajo
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del duelo produce la fenomenología del mismo: falta de interés por el mundo
exterior, predominio de los recuerdos del pasado, indolencia, etc.

duelo patológico m En los duelos patológicos el sujeto se considera culpa-


ble de lo ocurrido, está determinado por el conflicto de ambivalencia. Puede
manifestarse por síntomas, temores hipocondríacos, pasajes en el acto, etc. Se
desencadenan con posterioridad a la pérdida de objeto.

falo m En el lenguaje corriente designa la representación del órgano sexual


masculino, en tanto que en la teoría psicoanalítica se utiliza para designar la
función simbólica que asume el pene como símbolo de la libido para los dos
sexos. Es, asimismo, el significante del deseo y del goce sexual, y por esta razón
asume una supremacía frente a los demás significantes. Para Lacan, "...el falo
es la significación, es aquello por lo cual el lenguaje significa; no hay más que
una sola Bedeutung (‘significación'), el falo".

fantasma m Concepto imprescindible dentro de la teoría psicoanalítica,


utilizado por Freud en un comienzo en su acepción mas corriente, que en
la lengua alemana designa a la fantasía o la imaginación. Al abandonar la
teoría de la seducción, Freud necesitaba un concepto que diera cuenta de la
realidad psíquica en su autonomía respecto de la realidad. También expresa la
forma en la que el sujeto se representa a sí mismo o a sus orígenes, y entonces
hablamos de fantasma originario, que asume también la imaginarización de
la relación sexual de los padres. Para Lacan, el fantasma no se reduce a la
dimensión imaginaria, sino que se inscribe dentro del registro simbólico como
significante y es conceptualizado entonces como fantasma fundamental. El
fantasma, dentro de la estructura del sujeto, es la respuesta frente a la angustia.

forclusión f Carencia de un elemento simbólico (la función del padre) que


tiene un papel regulador de la articulación del deseo con la ley, y que es la
causa del rechazo del inconsciente, presente en la psicosis.

goce m Término con el que Lacan da cuenta de la gran diversidad de fenó-


menos asociados con la pulsión y con la libido freudianas. La cuestión del goce
–es decir, de los distintos modos de satisfacción, algunos de éstos paradójicos
o contradictorios, y a veces desprovistos de toda connotación placentera, que
están asociados con cualquier forma de actividad psíquica, ya sea voluntaria
o involuntaria– se encuentra en el centro de toda reflexión ética.

goce m Este término es fundamental y específico dentro de la teoría lacania-


na. El goce se distingue del placer en tanto que apunta a transgredir los lími-
tes del principio del placer. Por este motivo, si bien implica una vertiente de
satisfacción, también está presente la vertiente de sufrimiento. El éxtasis de
los místicos ilustra lo que se entiende en psicoanálisis por goce. El goce es la
búsqueda de la cosa perdida cuyo significante falta en el lugar del otro. Con-
cierne al deseo inconsciente y, por lo tanto, no se trata tanto de los afectos que
pueden estar presentes en la búsqueda de satisfacción, sino que expresa una
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relación con el objeto mediada por el lenguaje y la palabra. El goce se plantea


en la conjunción del cuerpo con el lenguaje.

identificación f En el uso común, se entiende como un proceso mediante


el cual un individuo se vuelve parecido a otro. En Lacan y Freud adquiere unas
connotaciones particulares en tanto que describen este proceso y sus meca-
nismos. En el primer caso, el autor distingue las identificaciones imaginarias
constitutivas del yo de la identificación simbólica fundente del sujeto (en el
estadio del espejo, sólo hemos hecho alusión a las primeras).

inconsciente m Concepto fundamental que S. Freud va forjando a propó-


sito de fenómenos tales como el sueño, el chiste y el acto fallido. Se encuentra
con un funcionamiento elaborado como en el ámbito de la conciencia, la cual
pierde lo que parecía ser su privilegio. El inconsciente estructurado como un
lenguaje se manifiesta de manera pulsátil, discontinua.

metáfora f Concepto definido por Lacan como "[...] La implantación en


una cadena significante de otro significante, con el cual aquél al que suplanta
cae al rango de significado, y como significante latente perpetúa allí el interva-
lo en el que otra cadena significante puede enchufarse" (J. Lacan, en Memoria
de Ernest Jones: Sobre su Teoría del simbolismo. Escritos II). Lacan también de-
nomina a la metáfora como "una palabra por otra" o, lo que es lo mismo, una
sustitución significante. En la oposición significante/significado Lacan dará
preeminencia al significante, en tanto que si es la sustitución lo que articula el
orden simbólico, todo significante puede ser significado de otro significante,
ya que los elementos que constituyen la dimensión simbólica no tienen exis-
tencia positiva, sino que se constituyen por sus mutuas diferencias. Esto nos
llevará a determinar que no está "el significado" al que como tal remitan las
palabras, por lo cual, y de acuerdo con lo que estamos desarrollando en este
material, el que ocuparía el lugar de "significante amo" sería el falo, ya que
sería el primer significante que denunciase una ausencia.

metáfora paterna f Consiste en la sustitución del deseo de la madre por


el significante del nombre del padre, lo que indica que el nombre del padre
sostiene el deseo, ya que introduce un límite entre la madre y el niño, y pro-
duce la inscripción del falo en el otro.

narcisismo m Etapa de constitución del yo, en la que se verifica el poder


de realización de la imagen. La imagen no está sólo del lado de la ilusión, del
engaño, sino que tiene un poder formador. Es lo que determina el estadio del
espejo.

objeto m La noción de objeto ha generado las más grandes confusiones en


psicoanálisis. No es posible, entonces, hacer una síntesis de esta noción, sino
considerar su trazado. No hay que olvidar que se trata esencialmente de la falta
de objeto, que S. Freud abordó ubicando el objeto como perdido, y J. Lacan con
lo que denominó "su invención" en psicoanálisis: el objeto a. Distinguimos
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entonces la ley del significante y el dominio de la causa en su relación con


el inconsciente.

otro m Término con el que Jacques Lacan designa la instancia simbólica sub-
jetiva que constituye la ley, el lenguaje, el inconsciente o la idea de Dios. Esta
instancia determina al sujeto desde antes de su presencia física en el mundo,
ya que el deseo de los padres lo inscribe en un universo simbólico. Al elegirle
un nombre, por ejemplo. Cuando se escribe con mayúscula se refiere a esta
instancia simbólica, y para diferenciarlo del otro con minúscula, que es el se-
mejante. Al plantear la cuestión de la alteridad, es decir, las relaciones del ser
humano con todo lo que no es él, incluso con lo que es otro de él mismo,
Lacan adopta esta terminología para dar cuenta del carácter específico del in-
consciente que elabora el psicoanálisis, alejado de cualquier otra concepción
psicológica.
En lo que respecta a Freud, el capítulo VII del texto Psicología de las masas y
análisis del yo (1921) está centrado fundamentalmente en esta noción y des-
cribe varias formas de la misma.

real m Lo real no coincide con la realidad en su acepción corriente. En la


tríada lacaniana, imaginario, simbólico y real, lo que solemos entender por
realidad es considerado más bien una construcción en la que lo simbólico y
lo imaginario participan en mayor o menor medida. Por el contrario, lo real
es aquello que por su naturaleza se opone mediante una inercia específica
a su asimilación por lo imaginario y a su elaboración por lo simbólico. De
ahí que Lacan defina lo real como lo imposible. La categoría de lo real está
íntimamente asociada a la del síntoma como aquello que no funciona, que se
atraviesa pero que, precisamente por su resistencia frente a lo imaginario y lo
simbólico, tiene un grado de fijeza y de permanencia que lo convierte en un
punto de referencia fundamental y, en última instancia, de orientación para
el sujeto.

renegación f Posición básica del sujeto perverso frente a la castración: no


cree en ésta, como ley simbólica, pero sostiene una creencia en algo (objeto
fetiche) que no deja de ser una ilusión.

represión f Defensa fundamental, equivalente a la división entre consciente


e inconsciente e implicada siempre en la causa de la neurosis. Sin embargo,
la represión no es siempre exitosa, por lo que se produce alguna forma de
"retorno de lo reprimido".

significante m Freud, de alguna manera, anticipa a F. de Saussure porque en


la estructura de las formaciones del inconsciente se encuentra con el registro
del significante. Constata en su práctica cómo los mecanismos del lenguaje
dominan y organizan la construcción de los trastornos denominados neuró-
ticos.

sujeto m Concepto introducido por Jacques Lacan, y que se refiere al discur-


so que enuncia el paciente y a la posición que toma quien habla con respecto
a sus propios enunciados.
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