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Le Roy Ladurie.

El historiador errante
Lucette Valensi, Nathan Wachtel

De la historia de los hombres a la geografía, que vivió su hora de mografía, la geografía, son las más
Béatrice de Planissoles, de las cur- gloria y, hoy desmembrada, bus- pesadas; a penas 24 títulos tienen
vas de precios y salarios al carna- ca redefinir su especificidad. O que ver con la antropología, en-
val de Romans y a los convulsio- bien, a pesar de una expansión en tendida en el sentido más amplio,
narios de Cévennes, de la historia múltiples direcciones, la historia con los trabajos de los folkloris-
inmóvil al análisis del crecimien- ha conservado su unidad su terri- tas, de los eruditos locales, etc; O
to, de la computadora a torio, y puede reivindicar legíti- sea —para hacer un ejercicio de
Melusina: Le Roy Ladurie, entre mamente seguir siendo totalizan- historia cuantitativa habitual en
los historiadores de su generación, te. En breve: ¿dónde está Le Roy la "escuela de los Annales"— me-
aparece como el más diverso, el Ladurie?, ¿a dónde van los histo- nos del 6% del total. En Montai-
más móvil, inaprehensible. riadores? llou, 300 títulos (redondeando),
¿Partidiario —y practicante— de de los cuales más de 50 propor-
una historia heterogénea? cionados por la antropología: o
¿Artesano o producto del Migraciones sea 17% del total.
estallido de la historia que se Los subtítulos de los libros
proclama por doquier? El propio Sigamos el trayecto recorrido en- confirman esta deriva. Produc-
Le Roy Ladurie, sin embargo, tre Les paysans du Languedoc ción, producto bruto, salarios,
afirmaba en 1966, desde la (1966) y Montaillou (1975). Apa- rentas, ganancias, expansión, cre-
obertura de Les paysans du rentemente, un solo objeto: los cimiento, atomización, concentra-
Languedoc, haber "intentado la campesinos. Los de una vasta re- ción, reconstitución: los campesi-
aventura de una historia total", y gión, durante cuatro siglos, en la nos de Languedoc son analizados
no se ha desdicho. Estamos fren- primera obra; un pueblo, tomado con las categorías de la economía
te a una paradoja, y a una cuestión en el tiempo corto, en el caso de política. Para ser exactos, agre-
que se refiere tanto a Le Roy La- Montaillou. Pero un examen de la guemos que también son traduci-
durie como al conjunto de la dis- bibliografía revela una migración: dos en el lenguaje de la demogra-
ciplina. O bien la historia es "el en Les paysans du Languedoc, fía (poblamiento, hombre escaso,
hombre enfermo" de las ciencias más de 850 títulos entre los cua- control de los nacimientos, migra-
humanas, y sufre la suerte de su les la historia económica, la de- ciones). ¿De qué léxico están
antigua compañera privilegiada,

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tomados los títulos del segundo de cifras en Francia y en otros los acontecimientos, los acciden-
libro? En el de la antropología: países. Esta historia económica tes de la coyuntura, los desplaza-
redes culturales, clanes, magia, cuantitativa tuvo sus grandes te- mientos de hombres y mercan-
práctica] folklore, matrimonio, sis, sus colecciones, sus centros cías, no podían ocultar la inercia
casa-famüia, etc. Este cambio de de investigación parisienses y en de las estructuras profundas o el
vocabulario denota una aproxima- provincia. Su lugar, primordial, tiempo propio de las representa-
ción diferente, y esta nueva mira- en las revistas y los encuentros de ciones colectivas. Y el abandono
da revela caras hasta entonces la disciplina. El historiador de los de la historia historizante y de
invisibles del objeto. Ahora bien, años cincuenta, así como el estu- los acontecimientos, en la que los
sin duda, si Le Roy Ladurie las diante principiante, debía cons- papeles principales correspondían
hubiera buscado, hubiera encon- truir curvas y leer histogramas. a los príncipes, a los jefes de esta-
trado en su Languedoc de anti- Después de resultados notables, do y a los generales, orientaba la
guo régimen no sólo rentistas, asa- esta historia se vio afectada por atención hacia el coro: las masas
lariados, j consumidores y masas la ley de los rendimientos decre- anónimas del pasado, en su ma-
demográficas, sino también comu- cientes. Los filones se agotan. La yoría campesinas. El frente de la
nidades pueblerinas y unidades historia económica sólo resiste al historia se abrió entonces en múl-
domésticas. El autor y los utiliza- precio de una doble conversión: tiples direcciones: hacia lo mental
dores del Les paysans du Langue- sea hacia nuevos objetos, con J. colectivo, la cultura material, las
doc protestarán, con razón, contra Bouvier y M. Lévy-Leboyer por prácticas cotidianas; hacia la his-
esta lectura que se detiene en los ejemplo, sea por el recurso a una toria rural, la más fecunda y di-
títulos y subtítulos y que olvida tecnología sofisticada que nos versa. Campesinos de Languedoc
las cofradías y las rebeliones. llega de ultramar, la de la "New y pastores de Montaillou se inscri-
Pero adriitirán que las estructu- economic history". Pero, si bien ben, pues, en una larga serie.2 Y
ras ínterias de la sociedad cam- los modelos matemáticos que pro- esta serie conduce naturalmente
pesina< e'scapan al primer libro pone esta escuela fascinan a algu- al historiador sobre el terreno que
mientras que están en el centro nos historiadores, este tipo de sus antepasados, obsesionados por
delsegurído. procedimientos despierta serias la política y la diplomacia, habían
Este desplazamiento no es soli- reservas.1 Por lo demás, aun du- dejado a los etnógrafos y a los
tario¿, Muchos historiadores en rante el apogeo de la historia eco- folkloristas. Una cierta nostalgia
Francia han emprendido este via- nómica, los mejores trabajos —los por un campesinado en vías de
je hacia la antropología. Por un de Fierre Vilar o Fierre Chaunu, extinción y de una "naturaleza"
lado,-en efecto, concluye un ci- para sólo citar a éstos—- nunca se- amenazada de destrucción contri-
clo, el de la supremacía de la his- pararon lo económico délo social. buyó sin duda a este regreso a los
toria , económica, que fue domi- Después, los historiadores se die- orígenes. Y además, una vez más,
nante, si no dominadora. Después ron cuenta que lo económico no la historia debía responder al de-
de Simiand,Labrousse,Hamilton, domina en todos los tiempos y safío de una disciplina vecina. El
que perfeccionan los métodos de lugares, como es el caso, indiscu- de la sociología había suscitado
la historia cuantitativa en los años tiblemente, en las sociedades ca- los combates de Lucien Febvre y
treinta, las fluctuaciones de los pitalistas contemporáneas, y que Fernand Braudel. Los éxitos —bri-
precios y de los salarios, la tasa los conceptos y las categorías de llantes o ruidosos— de la antropo-
de la renta, el movimiento de los la economía política moderna no logía planteaban preguntas nuevas
barcos, y de las mercancías, se son aplicables, sin anacronismo, a a la historia, ofrecían modelos de
vuelven, a los temas preferidos de realidades alejadas, en el tiempo interpretación, abrían caminos
las investigaciones históricas. To- y en el espacio, de los centros ner- imprevistos. Los llamados a una
das las Ivías son exploradas al viosos del capitalismo occidental. comunión entre las dos discipli-
tiempo que el historiador inventa Se comienza incluso a dudar, en nas no faltaron en los últimos
fuentes nuevas conforme van au- este tiempo de crisis, de la cienti- veinte años3 ni, finalmente más
mentandJD sus exigencias: así, la ficidad de la economía política. interesantes, los trabajos que se
hipótesis según la cual el produc- Paralelamente, alrededor (o ubican deliberadamente en un te-
to de los diezmos da testimonio fuera) de la "escuela de los Anua- rreno del cual ya no se podría
de las variaciones de la producción les", otros niveles de lo real fue- decir si pertenece al dominio tra-
provoca una cosecha considerable ron despejados. La turbulencia de dicional de la historia o al de la

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antropología: el investigador de hoy clásicos, y acaso utilizada por una historia universal reducida
en día cuenta la muerte, las — ellos con demasiada exclusividad, de hecho, en los manuales, a la
prácticas; numen Licias, la familiar el; —ella(la etnología) añade otras, y mera yuxtaposición de contribu-
parentesco y la sexualidad, recoge la sugiere parejas que ellos no utili- ciones eruditas. Pero si las distin-
tradición: oral: de los campesinos de zan, como familia-clase de edad o tas aproximaciones debían con-
Cévennes y analiza la realeza sagrada masculino-femenino".5 verger, las obras mismas de Lucien
en el antiguo Mo-nomotapa.4 En el caso de sociedades más Febvre y Marc Bloch ya dan testi-
Como la antropología, a su vez, lejanas, el paso a la antropología monio de las migraciones internas
es múltiple en sus métodos é in- exige sin duda revisiones más des- y se distribuyen entre dos polos,
terpretaciones, no debe extrañar- garradoras, puesto que las catego- uno geográfico, otro psicológico
nos encontrar la misma abundan- rías de la sociología occidental, en una especie de cambio de luga-
cia en los trabajos de etnohistoria. como burguesía o clase, son en res: de La terre et Pévolution hu-
Así, Le Roy Ladurie pudo utilizar ese caso tan impropias como las maine alPro&íéme de Vincroyance
los trabajos de la antropología es- de la economía liberal. De allí una de Febvre, y de Les rois thauma-
tructural y los de la antropología búsqueda más inquieta de instru- turges a los Caracteres originaux
económica, de Chayanov a Sha- mentos de análisis específicos y de histoire rurale francaise de
lins; su restitución de Montaillou, un recurso más sistemático a las Bloch.
cerca del texto y cerca del suelo, técnicas de la etnología, tanto en Por la preocupación humanista
recuerda más bien a Osear Lewis la recolección como en la lectura por la totalidad, por la importan-
y las biografías cruzadas de Pe- de la información. cia concedida a los factores eco-
dro Martínez y de los hijos de Migración hacia la antropolo- nómicos, los Annales (d'histoire
Sánchez. De manera general, la gía: este movimiento abrió bellos économique et sociale) marcaron,
aproximación etnográfica no con- claros. ¿Hizo imposible la historia sin duda no una adhesión, pero
tradice, más bien completa, el total o más bien cambió sus sen- cuando menos una apertura hacia
análisis histórico clásico, al menos tido? los análisis marxistas. Lucien Feb-
cuando se trata de las sociedades vre podía escribir en 1935: "Es
occidentales. Cuando Fierre Gou- evidente hoy que un historiador
bert, a quien ya no deslumhra la A la búsqueda de una mínimamente culto —y se puede
luz del Rey Sol, despliega 100 historia total ser erudito, no se es historiador
000 provincianos o 20 millones de sin cultura— se ve necesariamente
franceses, su masa compacta se La historia global significaba, para penetrado por las maneras marxis-
revela diferenciada en grupos de- Lucien Febvre y Marc Bloch, el tas de pensar, de concebir los he-
finidos tanto por su fortuna como rechazo a las separaciones y la chos y los ejemplos. Aunque no
por la misma terminología del si- síntesis —fomentada por Henri haya leído una línea de Marx,
glo XVII, que distinguía obreros Berr— entre las "jóvenes "discipli- aunque se diga furiosamente "an-
agrícolas, horticultores, labrado- nas que se desarrollaban entonces timarxista" en otros dominios que
res, etc. La historia etnográfica en la universidad. La sociología, el científico: muchas de las ideas
de hoy no podré negar esta la psicología, la lingüística, la que expresó Marx con una maes-
estratificación social; indica, sin demografía, la economía, repre- tría evidente pasaron hace mucho
embargo, que agrupaciones sentaban perspectivas parciales, tiempo en el fondo común que
fundadas sobre criterios "cómodos fantasmas", cuya constituye el tesoro intelectual de
diferentes de la fortuna — complentariedad proclamaban en una generación; viven mezcladas
estatuto, parentesco, residencia— nombre de la unidad fundamental con otras que las acompañan, ha-
también pueden funcionar y dar del hombre concreto.6 El modelo biendo nacido en el mismo mo-
cuenta de la praxis social. propuesto era el de la disciplina mento, en el mismo medio y del
Maurice Agulhon, uno de los cuya vocación parecía más mismo medio".E
pioneros en la materia, ya lo totalizante: la geografía, renova- Así, los temas marxistas forman
observaba a propósito de los dor- da por Vidal de la Blache de la parte de las herramientas menta-
mitorios de Basse-Provence; "A cual Lucien Febvre se reconoció les, o al habitus, de nuestro tiem-
la dialéctica de las clases, de las varias veces deudor.7 La historia- po. Se les encuentra en el corte
opiniones y de los regímenes po- problema, o conceptualizante, se de la sociedad en niveles y en
líticos, familiar a los historiadores oponía así a las pretensiones de la jerarquía que los ordena. ¿Acá-

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so no proporcionan el subtítulo a duración milenaria de la Histoire hombres no pueden, por los blo-
los segundos Anuales: Eaono- du climat depuis Van mil, el gran queos tanto espirituales como ma-
mies, sociétés, civilisations? Lu- ciclo plurisecular de Les paysans teriales, tomar conciencia de los
cien Febvre, sin embargo, recha- du Languedoc, el tiempo indivi- mecanismos de larga duración, de
zaba ilodo determinismo unívoco dual de las biografías á&Mointai- tal manera que su acción, en la es-
de unía instancia con respecto a llou. Fiel a una larga tradición, cala en la que se sitúan, no podría
otra y solamente postulaba, de Le Roy Ladurie también rechaza influir sobre las causas profundas
maneüa más matizada pero tam- todo determinismo mecanicista. y los sistemas lógicos que rigen a
bién más vaga, la existencia de El clima, y en términos más gene- su sociedad. Ahora bien, este con-
"interrelaciones" o "interdepen- rales el medio geográfico, impo- junto es el que una historia totali-
dencias" entre los diversos aspec- nen sin duda algunas coacciones zante debe esforzarse por restituir.
tos del hombre social. a la historia, pero relativas: como ¿La dificultad misma sugeriría la
Con la obra de Fernand Brau- en Lucien Febvre, abren un cam- solución? Porque los levantamien-
del se manifiesta también un des- po de posibilidades. A tal punto tos campesinos que analiza Le
lizamiento, de la geografía a la que el estallido del tiempo llega, Roy Ladurie constituyen un in-
etnografía (solamente de la vida con Le Roy Ladurie,.a su paroxis- tento (sin duda abortado) de reto-
material); pero, ala distinción de mo. Porque la Histoire du climat mar la historia, en un movimiento
los-niveles, geográfico, social, po- opera otro desplazamiento y em- global en el que las instancias se
lítico, corresponde en adelante puja la larga duración braudeliana confunden: se trata"de una praxis,
una pluralidad de duraciones, ca- hacia el tiempo inhumano de la aun imaginaria, que trata de supe-
si inmóvil, lenta y breve. Las me- historia natural. El historiador se rar sus condicionamientos en un
táforas braudelianas superponen vuelve "espectador de un devenir proyecto que les da sentido, jun-
espacialmente las tres capas ,tem- del cual el hombre había dejado tando las duraciones múltiples,
poralejs, escalonándolas de la pro- de ser el centro". ¿Revolución heterogéneas y desfasadas, en una
fundidad a la ; superficie,; de la coperniciana? Extrañeza, en todo totalidad vivida que impregna to-
inercia o la lentitud a la eferve- caso, del paisaje:9 el desfase se da por su lenguaje simbólico.
scencia. Sin .duda, este esquema profundiza al extremo entre dura- ¿Qué es el Carnaval de Romans,
tripartita representa una figura ciones cuyas escalas se vuelven en efecto, si no un "hecho social
simplificada: la realidad que des- incompatibles; la historia humana total" (Mauss)? Reúne inextri-
cribe Braudel incluye ritmos múl- se reduce a un sector ínfimo, per- cablemente, desde su irrupción,
tiples I que, recortan todas las ins- dido en un tiempo que lo rebasa todos los niveles que recortan
tancias. Por otra parte, la larga por todos lados, y cuyos actores nuestras definiciones arbitrarias:
duración no se confunde con el son los glaciares, la circulación económico (una coyuntura de cri-
substrato geográfico o económico; meridiana, zonal, etc. "Especta- sis), social (los conflictos de las
engloba también a las estructu- dor": de hecho, sobre estos ele- clases), político (un tipo derevuel-
ras mentales. Tal es, sin embargo, mentos de la naturaleza, la acción ta), mental (los ritos de inversión,
el acontecimiento historiográfi- humana no,tiene asidero. Ni lo el canibalismo fantasmático).Así,
co: el tiempo se rompe, y lasínte- tiene en el gran ciclo plurisecular, se juntan profundidad y superfi-
sis que opera la historia global bloqueada por los mecanismo au- cie: aprehendemos, en una apro-
supone la restitución de todas las torreguladores, desmembrada por ximación a la vez analíticay com-
duraciones que, en la realidad las tijeras malthusianas. De allí la prensiva, tanto las regulaciones
viva, se cruzan y entrelazan. In- tonalidad patética, en Le Roy La- inconscientes, que se extienden
novación fundamental, pero la durie, del tiempo corto: los nom- en la larga duración, como los
articulación entre los tiempos his- bres se bambolean en los flujos y acontecimientos conscientes, que
tóricos, y por tanto entre los reflujos de la renta y de la ganan- se precipitan en el tiempo corto.
niveles, seguía siendo el gran:pro- cia, su "praxis revolucionaria" es- Es la misma experiencia que Le
blema, no resuelto, de las ciencias tá condenada a un juego de som- Roy Ladurie intenta en Mon-
sociales. bras, a los sueños impotentes y a taillou: paradójicamente, la bio-
Si Braudel yuxtaponía tres du- las encantaciones mágicas. grafía, esto es la agitación de la
raciones en un mismo libro, Le En el ciclo largo de la Francia superficie, permite acceder auna
Roy Ladurie dedica tres libros a moderna, sin embargo, estainefi- cierta totalidad. Porque los desti-
estasIJemporaUdades diferentes: la ciencia parece estructural: los nos individuales se sitúan en las

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diversas redes en las que se cruzan: en aquéllas. Pero, ¿es tan grande sentir en la" medida en que el desa-
la domus, el espacio regional, el la distancia entre el mundo no rrollo casi autónomo de algunas
universo espiritual. Dicho de otra europeo y el nuestro? Ya Marc investigaciones, con técnicas rigu-
manera, el medio y "las herra- Bloch hacía eco a Marcel Mauss rosas (economía, demografía se-
mientas mentales" de la época: cuando, al ocuparse de las che- mántica, etc.), puede dar la impre-
pero mientras que Lucien Febvre fferies pueblerinas en Galia, evo- sión de una desagregación de la
hace el retrato de personajes ilus- caba, con toda la prudencia re- historia. Estallido aparente, auto-
tres, Le Roy Ladurie estudia vidas querida en historia comparada, nomía artificial: la inteligencia de
obscuras y nos hunde en la coti- los morabitos del Maghreb, las es- cada sector remite sin cesar al
dianeidad del pasado. La empresa tructuras sociales de los Thais de otro. La edad tardía del matrimo-
totalizante se une aquí con la vo- Indochina y los cacicazgos del nio o de la contracepción no son
cación tradicional de la historia, África negra.10 Y no dudaba en solamente hechos demográficos,
el estudio de lo que sólo acaeció interpretar algunos derechos seño- sino también culturales. La espe-
una vez: lo singular conduce a lo riales como supervivencias de ritos cialización en ramas diferentes, el
general en la medida en que se muy antiguos, "para los cuales va- descubrimiento de nuevos obje-
restituya su inagotable riqueza. Al rios paralelos podrían encontrar tos, la seducción de las disciplinas
final de la aventura, volvemos a los antropólogos".11 Estas pro- vecinas no amenazan despedazar
encontrar, en un sentido renova- posiciones verdaderamente pione- al territorio del historiador: éste,
do, el proyecto de una resurrec- ras lo siguen siendo hoy ¡diremos, por el contrario, hace retroceder
ción integral del pasado. con M. Agulhon, que "en este me- sus fronteras, anexa nuevos reco-
La noción de hecho social no dio complejo la exigencia de la rridos. Pero si las perspectivas
es, sin duda, inédita, pero está le- totalidad descriptiva y explica- sobre el devenir remiten constan-
jos de haber agotado todas sus vir- tiva que la etnología se propone temente las unas a las otras, este
tualidades. satisfacer, y que satisface efecti- juego de espejos es indefinido por
Aplicada primero a las socieda- vamente, sea en las sociedades esencia. La propia noción de his-
des estudiadas por los etnólogos, primitivas, sea en las socieda- toria total evolucionó en el curso
tardó en ser reconocida en Euro- des principalmente agrarias, esta de nuestras migraciones, al tiem-
pa. De hecho, las sociedades lla- exigencia de totalidad sólo puede po que sigue representando un
madas primitivas no se prestan, ser satisfecha por la historia total, modelo ideal, en el horizonte de
como las sociedades occidentales, o por una antropología que inte- una búsqueda siempre inconclusa.
a ser recortadas en niveles super- gre todas las investigaciones his-
puestos, y la dimensión simbólica, tóricas".12 Traducción Rodrigo Martínez
es más inmediatamente evidente Esta exigencia se deja aún más Tomado de L 'Are

Notas
i Ver J. Girault, Aúnales E.8.C., lista no es, obviamente, exhaustiva. 126-127).
noviembre-diciembre de 1975, y el artí- s M. Agulhon, "Les chambrées en 7 Cf. por ejemplo Lucien Febvre,
culo de J. y M. Debouzy, "La New Basse-Provence; histoire et ethnolo- "La géographie, réflexions sur un cín-
Economic History" en Politique au- gie", Revue Historique, abril-junio de quantenaire", Anuales E.S.C., julio-
jourd'hui, noviembre-diciembre de 1971. septiembre de 1953.
1975. 6 Marc Bloch, Apologie pour l'his- 8 Lucien Febvre, Pour une histoire
i De Georges Lefebvre a Paul Bois, toire ou Métier ¿'historien París, Ar- á part entiere, 1962.
pasando por G. Roupnel, P. de Saint- mand Colín, 1974. "Ahora bien, homo 9 "Era un paisaje extraño, casi des
Jacob, J. Deléage, G. Duby. religiosas, hamo económicas, homo conocido, y que pocos historiadores ha-
3 Se encontrarán ecos de lo anterior politicus, toda esta serie de nombres bfan tenido hasta ahora la ocasión y el
en "Pour une histoire anthropologi- en us cuya lista se podn'a aumentar a tiempo de observar mucho tiempo" (p,
que", Ármales E.S.C., noviembre-di placer, serfa grave el peligro de tomar- 11).
ciembre de 1974, pp. 1309-1380. los por algo diferente de lo que son en 10 Marc Bloch, "The rise of depen-
4 Los ejemplos evocados remiten a verdad: fantasmas cómodos, a condi- dant cultivation and seignorial institu-
los trabajos de J. P. Aron, A. Burgui- ción de no volverse molestos. El único tions", The Cambridge Economic His
ére, J. L. Flandrin, Ph. Joutard, Ch. Kla- ser de carne y hueso es el hombre, sin tory of Europe, t. 1, cap. 6,1941.
pisch, W. G. Randles.M. Voyelle. Esta más, que reúne a la vez todo eso" (pp. Este
artículo, importante y poco conocido,

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fue publicado en inglés y retomado en res de France, 1962. Les paysans de Montaillou, uillage accitan, de 1294 a
Mélangeq historiques, t.1,1968, p. 246. Languedoc (Los campesinos de 1324 (Montaillou pueblo occitano de
11 Ibid., p. 246. Languedoc}, París, SEVPEN, 1966, 2 1294 a 1324), París, Gallimard, 1975.
12 Mauríce Agulhon, ib id. yol. Reedición abreviada: París, Le territoire de l' historien II, París, Ga-
Flammarion. llimard, 1978.
Bibliografía de Emmanuel Le Roy Histoire du climat depuis l’an mil Le carnaval de Romans. De la Chande-
(Historia del clima desde el año mil), leur au mercredide cendres. 1579-1580
Ladurie París, Flammarion, 1967, (El carnaval de Romans. De la Chande-
Histoire du Languedoc (Historia del Le territoire de l' historien (El territorio leur al miércoles de cenizas), París, Ga-
Languedoc), París, Presses Universitai- del historiador), París, Gallimard, 1973. llimard, 1979.

Los que cavan y cómo se acaban


Cuauhtémoc Velasco

Pedro Castera, Las minas y los tón de las Minas. En 1867 era nes y recuerdos y Dramas de un
mineros, en La novela realista, soldado del ejército republicano: corazón. Después de ese año pu-
México I Promexa, 1985, pp. 5-75. luchó en Querétaro contra el Se- blicó únicamente la novela Que-
(Gran Colección de la Literatura gundo Imperio y obtuvo el grado rens, en 1890.
Mexicana). de comandante. Ya para 1872 se También durante el año de
dedicaba al periodismo en-E/-Do- 1882 se desempeñaba como dipu-
mingo, momento a partir del cual tado federal. Es evidente que para
parece ser definitiva su dedicación los cargos que alcanzó contaba
[Noventa y ocho años después a las letras. con el apoyo y dirección de Alta-
de su ultima impresión apareció Como colaborador en periódi- mirano, quien tenía muchas espe-
en la antología de La novela rea- cos, de acuerdo al recuento que ranzas en el futuro político y
lista este conjunto de narraciones hace Donald Gray Shambling literario de Castera. Al parecer
mineras. Pedro Castera (1838- (Pedro Castera. Romántico realis- vencido por la presión a que lo
1906) (Js un autor mexicano muy ta, tesis de maestría, UNAM, sometía su actividad política y
poco conocido. Su fama la debe 1957), Castera escribió principal- periodística, Castera fue a parar
a Carm-en, una de las novelas ro- mente poesía, narraciones y algu- al manicomio en juüo de 1882.
mánticas más leídas en tiempos nos artículos científicos y políti- Las razones de su locura no son
de don Porfirio. Cultivó, sin em- cos. En enero de 1882 asumió la claras para nadie. Se dice que sien-
bargo, la poesía y el periodismo. dirección de La República, cuan- do Director de La República, el
Más allá de la importancia que do Ignacio Manuel Altamirano le presidente Manuel González le
tiene rescatar obras y autores olvi- dejó el puesto. Este año fue el solicitó una campaña periodística
dados, esta obra y este autor ofre- más prolífico de toda su vida, en relación con la famosa revuelta
cen particularidades interesantes. pues además de las colaboraciones del níquel. Castera se negó. Se
Los datos biográficos de Castera firmadas y sin firmar que apare- murmuraba que a raíz de ello fue
son muy escasos. Se sabe que na- cieron en el periódico, consiguió víctima de "algún bebedizo". Lo
ció en Í838, presumiblemente en dar a la prensa varios textos. cierto es que mientras permenció
la ciudad de México. No existen Antes de ese año sólo había en San Hipólito, conservó bajo la
datos sbbre su niñez y juventud, conseguido una primera edición lengua una monedita de níquel
ni tampoco sobre los estudios de sus poemas bajo el título de que nadie pudo sacarle en cerca
que realizó. A los veintitrés años Ensueños (1875) y de algunos de un año de residencia en el ma-
buscaba minas en el estado de Cuentos mineros (1881). En 1882 nicomio.
Guerrero, según confiesa en uno salieron a la luz Carmen, Las mi- Al recobrar la razón volvió al
de sus cuentos, y en algún mo- nas y los mineros, Los maduros, periodismo, colaborando even-
mento 3e su vida fue pegador en Ensueños y armonías, Impresio- tualmente en El Universal y en
el tiro de Providencia en San An-

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