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y su Estructura.
En el ámbito empresarial es muy importante tener un meticuloso registro de todo el dinero que
entra y sale de la organización, y cuanto se prevé gastar en el futuro.
Una catálogo de cuentas es un tipo de documento que sirve para cumplir con este fin y, si bien
puede parecer un simple papel o archivo digital donde se ponen números, lo cierto es que son
fundamentales para toda empresa que desee seguir manteniéndose a flote.
Veamos más a fondo: qué son, cómo se elaboran, qué tipos de códigos usan y cuál es su
estructura.
Este tipo de documentos son muy importantes en el ámbito de la contabilidad, dado que facilitan
enormemente el registro de las transacciones económicas, sistematizando todo tipo de gasto e
ingreso que se haya realizado. Normalmente, los catálogos de cuentas se organizan siguiendo el
siguiente orden: activos, pasivos, capital, ingresos, costos y gastos.
Las normativas de cada país hacen que las empresas dispongan de un grado de libertad variable a
la hora de elaborar este tipo de documentos, ajustándolos a sus necesidades y forma más
conveniente a su realidad empresarial. El tamaño del catálogo dependerá siempre de lo complejo
que sea el negocio.
Gracias a que este tipo de documentos suelen ser muy flexibles, los trabajadores de la empresa
pueden llevar un registro de toda operación de esta de forma rigurosa, teniendo en cuenta
cualquier cambio en la entrada y salida de dinero de la organización.
También, gracias a haber un registro, ya sea en formato papel como en digital, se tiene un
documento que demuestra cómo se está dando el flujo del dinero en la empresa, tanto cuando
entra como cuando sale, especificando en qué forma lo está haciendo y en qué cantidad. Gracias a
ello, en caso de hacer presupuestos para fines varios, es posible hacer una estimación mucho más
precisa de lo que se va a necesitar o se va a gastar.
¿Cómo se elabora?
A la hora de diseñar un catálogo de cuentas es muy importante averiguar qué transacciones se
están dando en el negocio. De esta forma se tendrán datos suficientes de la administración de la
compañía.
Además, debido a que cada país tiene una normativa diferente con respecto a la organización de la
empresa e impuestos asociados (como el IVA o el ISR), es importante ver las reglamentaciones
vigentes y ver si la empresa tiene algo pendiente que solucionar.
Durante la recopilación de los datos, es muy importante tener en cuenta los siguientes aspectos
de la empresa:
Proyectos.
Datos regionales.
Obligaciones tributarias.
Para facilitar el manejo de los datos por parte de contadores y tenedores de libros de cuenta, en
los catálogos de cuentas es habitual usar la siguiente codificación:
1. Flexibilidad
Con flexible se quiere decir que los catálogos de cuentas deben poder permitir que alguien les
añada nuevas cuentas, de acuerdo con la realidad de la empresa.
A veces sucede que, cuando se están elaborando este tipo de documentos, se olvida agregar algún
gasto o ganancia. Es por ello por lo que, dado que el dinero nunca sobra en el mundo empresarial,
debe quedar constancia de ello en el documento, aunque se añada más tarde.
2. Precisión
3. Racionales
Los catálogos de cuentas deben facilitar el poder agrupar las cuentas que tengan algún tipo de
relación, (p.ej., gastos en materiales de construcción: madera, ladrillos, cemento...)
4. Sencillez
Un catálogo de cuentas no debe ser elaborado como si fuera el Códice Calixtino. Los símbolos
utilizados deben ser de fácil memorización y manejables para los miembros de la empresa.
No es para nada funcional un catálogo de cuenta que está elaborado de tal forma que el usuario
tenga que consultar, una y otra vez, qué quieren decir los códigos o letras en un manual.
Principales tipos de catálogos de cuentas:
Existen diferentes tipos de catálogos de cuentas en función del tipo de sistema de codificación que
utilicen. A continuación, se muestran los cinco principales.
Para referirse a los activos, pasivos, capital, ingresos, costos y gastos, se hace uso de letras. Por
ejemplo, ‘A’ es para activos, ‘B’ es para pasivos, ‘C’ es para capital...
Para referirse a los diferentes términos fiscales anteriormente mencionados, se utiliza numeración
del 0 al 9. Por ejemplo, 0 es activos, 1 es pasivos...
Los catálogos de cuentas que usan un sistema numérico clasifican en grupos y subgrupos todas las
cuentas de la organización, asignándoles un número a cada tipo de transacción. Por ejemplo, 1 -
activos, 11 - activos corrientes, 11-10 efectivo...
Las cuentas vienen clasificadas de forma que se pueda memorizar fácilmente la forma en cómo
son referidas en el catálogo. Por ejemplo, para activos se puede usar la letra ‘A’ y para pasivos la
letra ‘P’, y, así, sucesivamente. Luego, para referirse a los subgrupos se usan letras en minúscula.
Por ejemplo, para activos circulantes se podría usar ‘Ac’.
Cabe decir que, pese a que facilita su aprendizaje, es poco utilizado en realidad dado que siempre
hay un pequeño riesgo de que se den ambigüedades, especialmente entre subgrupos.
Básicamente, son catálogos de cuentas que utilizan sistemas de codificación que combina dos de
los anteriores sistemas mencionados.
¿Cuál es su estructura?
Son tres los elementos destacables de los catálogos de cuentas.
1. Rubro
El rubro contable es aquello que permite dividir el balance general de la empresa en diferentes
tipos de cuentas, es decir, lo que son activos, lo que son pasivos, lo que son costos...
2. Cuentas
Son cada uno de los renglones que integran el activo, el pasivo, el capital y demás.
3. Subcuentas
Las subcuentas son todos aquellos elementos que integran una cuenta principal.
Referencias bibliográficas:
Marsden, S. J., (2010). Australian Master Bookkeepers Guide. 3rd ed. Sydney: CCH
Australia Limited.