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reunido en París, creado dos años antes según lo establecido en el Tratado Arbitral de Washington D. C.
el 2 de febrero de 1897, en el cual Estados Unidos (en representación de Venezuela) por una parte y el
Reino Unido (como propietario de la colonia de Guayana Británica, actual República Cooperativa de
Guyana) por la otra, habían convenido someter a arbitraje internacional la disputa sobre la frontera al
oeste de la colonia británica y el este de la independiente Venezuela, como mecanismo de solución
amistosa al diferendo territorial.
Mapa de 1896 de la Antigua Guayana Británica y las diversas líneas de límites trazadas que se
discutieron en el Laudo Arbitral de París. Se muestran las máximas aspiraciones británicas y el río
Esequibo que Venezuela considera como su frontera, la zona grisácea es el único territorio no
reivindicado por Venezuela, mientras que una parte del sector oriental (Pirara) le fue despojado al Brasil
de forma Ultra petita en el Laudo de París aunque le fue readjudicado una parte en otro Laudo Arbitral
Inglaterra-Portugal en 1904.
La posición venezolana partía de que la frontera debía ser línea media del río Esequibo en virtud del
principio Uti possidetis iure (como poseías, seguirás poseyendo) por el cual le correspondía los
territorios de la ex Capitanía General de Venezuela al momento de su independencia en 1810, la cual, se
alega, tenía como frontera este el río Esequibo. Sin embargo, la Real Cédula de 1777 no específica hasta
dónde llega el territorio de la Capitanía General de Venezuela, ni tampoco las Capitulaciones de las
Provincias. En contraste, la posición de Reino Unido se basaba en un mapa de 1840 (aunque con algunas
modificaciones posteriores) del naturalista prusiano Robert Schomburgk cuya línea fronteriza llegaba
hasta Punta Barima en las bocas del río Orinoco (en el actual estado Delta Amacuro) y los montes de
Upata (en el actual estado Bolívar) abarcando un área aproximada de 203.310 km² al oeste de río
Esequibo.
El dictamen fue favorable a Reino Unido al adjudicarle el territorio denominado por Venezuela como
Guayana Esequiba de 159.500 km², al oeste del río Esequibo, aunque no en su máxima aspiración de
abarcar hasta las bocas del río Orinoco y controlar su navegación. Venezuela inmediatamente protestó
el laudo resuelto por el tribunal arbitral por considerar que habían existido vicios de nulidad en la
decisión; sin embargo, no fue sino hasta 1962 cuando logró un avance tangible al denunciarlo ante la
ONU, después del hallazgo de documentos que comprometieron la legalidad del mismo.[cita requerida]
La demanda venezolana fue admitida en el marco de la ONU, poniendo así en tela de juicio la validez del
laudo.[cita requerida] Este evento conllevó a la firma del denominado Acuerdo de Ginebra, el 17 de
febrero de 1966, entre ambas partes más la presencia del gobierno local de Guayana Británica, próxima
a recibir la independencia, momento en el cual sustituiría a Reino Unido en la cuestión del diferendo
territorial con Venezuela.
El diferendo territorial estuvo en manos del Secretario General de las Naciones Unidas en el marco del
Acuerdo de Ginebra. Guyana sustituye a Reino Unido en la controversia con Venezuela el 26 de mayo de
1966, fecha en la que recibe la independencia de su antigua metrópoli, pocos meses después de la firma
del mencionado acuerdo. Los gobiernos de Guyana y Venezuela dispusieron utilizar los buenos oficios en
la figura del Buen Oficiante cuya labor consistió en aproximar a ambos gobiernos para que éstos den con
una solución satisfactoria para las partes. El último Buen Oficiante fue el jamaicano Norman Girvan,
propuesto por ambos gobiernos y aceptado por el Secretario General de la ONU,[1] quien falleció en
abril de 2014. Se esperó que ambos gobiernos decidieran, junto al Secretario General de las Naciones
Unidas, nombrarán un nuevo buen oficiante como ha sido tradicional desde 1982 o si, por el contrario,
tomarían algún mecanismo alternativo del artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas sobre la
solución pacífica de controversias, contemplado en el Acuerdo de Ginebra en su artículo IV, numeral 1.
El 31 de enero de 2018 el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, anunció que trasladaría el
diferendo territorial entre ambos estados a la CIJ (Corte Internacional de Justicia).
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A partir de 1834, la frontera oriental venezolana empezó a sufrir modificaciones cuando el naturalista
prusiano Robert Hermann Schomburgk realizó una arbitraria demarcación, llamada línea Schomburgk,
que iba desde el río Moruca hasta el río Esequibo, esto es, 4.290 km². En 1839 el mismo Schomburgk
trazó una segunda línea llamada Norte-Sur, avanzando 141.930 km² hacia territorio venezolano, al fijar
un nuevo límite desde la desembocadura del río Amacuro hasta el monte Roraima y desde aquí hasta el
nacimiento del río Esequibo. El propio naturalista atribuyó a las bocas del Orinoco una enorme
"importancia política", la geopolítica de nuestros días, instando al gobierno británico a no abandonar
Punta Barima, "que indudablemente es la llave de Colombia". Lo que hoy equivaldría a decir la "puerta
de América del Sur".[2]
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Venezuela inició en 1841 sus gestiones diplomáticas ante Gran Bretaña a través de su ministro en
Londres, Alejo Fortique. Al siguiente año, este logró que se eliminaran los postes colocados por
Schomburgk, y posteriormente se llegó al Acuerdo de 1850, mediante el cual ambos gobiernos se
comprometieron a no ocupar el territorio en disputa que comprendía desde la línea trazada por
Schomburgk hasta el río Esequibo.[3] Este acuerdo se mantuvo vigente, a pesar de todas las
circunstancias que se produjeron durante este período hasta que se firmó en 1897 el Tratado Arbitral.[2]
Durante el gobierno del general Antonio Guzmán Blanco, el 13 de febrero de 1877, el doctor José María
Rojas, Ministro residente de Venezuela ante el gobierno de Gran Bretaña, escribe una nota al Conde de
Derby, planteándole la conveniencia de concertar un tratado de límites en base al río Esequibo. Sugiere
la idea de fijar una línea convencional, «para prevenir serias dificultades en el futuro, especialmente
porque la Guayana está atrayendo la atención general del mundo, a causa de las inmensas riquezas que
se descubren allí diariamente». El Ministro de Relaciones Exteriores, Raimundo Andueza Palacio,
desaprueba una frase de dicha nota, en la que Rojas dice: «el Gobierno (de Venezuela) no intenta
mantener la pretensión de llegar hasta el Esequibo».
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Caricatura de 1887. Avance británico por los ríos Barima, Amacuro, Yuruán y Cuyuni luego de la ruptura
de relaciones diplomáticas.
El presidente Guzmán Blanco, ampliamente informado por su comisionado Jesús Muñoz Tébar sobre la
invasión a territorio venezolano por parte de los ingleses, exigió el 26 de enero de 1887 al gobierno
británico el inmediato retiro de su gente desde las bocas del Orinoco hasta el río Pomerún, manteniendo
así el statu quo de 1850.
Gran Bretaña no aceptó esta intimación, en consecuencia el presidente venezolano rompió relaciones
diplomáticas el 21 de febrero de 1887. Paralelamente a esta acción diplomática, Venezuela hizo un gran
esfuerzo desde el punto de vista militar, por un lado para frenar el avance de Gran Bretaña, y por otro,
para evitar una posible invasión del territorio, como se vislumbraba. [4]
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En 1895, Richard Olney, secretario de Estado del presidente de Estados Unidos para la época Grover
Cleveland, considerando los "avances" británicos en tierra venezolana como verdaderas usurpaciones,
justificaba la aplicación de la Doctrina Monroe, por tratarse de la agresión de una potencia europea
contra un país americano. La nota de Olney se conoce con el nombre de Cañón de 20 pulgadas.
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La ruptura de relaciones entre Reino Unido y Venezuela no pasó de una mera acción diplomática sin
otras consecuencias, pero la intervención de Estados Unidos en virtud de la Doctrina Monroe, "América
para los americanos", la cual rechazaba cualquier intervención colonialista europea en el continente
americano, obligaría a Gran Bretaña a reeveluar su renuencia a asistir a un Arbitraje internacional, el
Primer Ministro británico Robert Salisbury era público oponente a este tipo de instrumentos.
Después del discurso del presidente Cleveland ante el Congreso de Estados Unidos el 17 de diciembre de
1895, —el cual fue catalogado por la prensa de la época como un cañón de 20 pulgadas, el de mayor
calibre y alcance del momento y el de mayor poder destructivo—, surtió el efecto deseado de persuadir
a Inglaterra a aceptar a ir a al Arbitraje y tomar en cuenta el reclamo de Venezuela, en caso contrario,
tendrían que vérselas no con Venezuela sino directamente con los Estados Unidos.
Finalmente, en noviembre de 1896, Estados Unidos y Gran Bretaña llegarían a un acuerdo para hacer
firmar a Venezuela, sin más alternativa, el Tratado de Arbitraje del 2 de febrero de 1897 en la ciudad de
Washington D. C., capital de Estados Unidos.[5]1899
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Representantes del Tribunal Arbitral de París de 1899 en el Boulevard Saint-Germain. (Izq. a Der.: Juez
Brewer, Juez Lord Russell, Juez Prof. Martens (Presidente del Tribunal), Juez Fuller y Juez Lord Collins)
Comisión de fronteras creada por EE. UU. para el Tribunal Arbitral de París de 1899
Los acontecimientos previos conllevaron a la firma del Tratado de Arbitraje del 2 de febrero de 1897 en
la ciudad de Washington D. C., entre Reino Unido y Venezuela. Sin embargo, el tratado careció de
igualdad y justicia. Reino Unido fue renuente a negociar directamente con Venezuela, y en el Tratado
logró que la representación de Venezuela en el Tribunal Arbitral que se constituiría quedara en manos
de Estados Unidos. En consecuencia, el Tribunal estaría compuesto por ingleses, estadounidenses y una
tercera parte imparcial, que sería un árbitro o juez elegido entre los anglosajones de Europa y América,
lo cual en efecto dejaba a un lado a Venezuela en la participación.
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El Tribunal del Arbitraje estuvo compuesto por cinco miembros, dos estadounidenses en representación
de Venezuela, dos ingleses en representación de Reino Unido y el quinto miembro como parte
imparcial.
Barón Herschell (fallecido) (inglés), sustituido por Charles Barón Russel of Killowen (miembro del
Consejo Privado de la Reina) (inglés)
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Por Venezuela
G. R. Askwith (inglés)
S. A. Rowlatt (inglés)
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El 3 de octubre de 1899 el tribunal, por decisión unánime, falló a favor del Reino Unido luego de
sesionar durante escasos seis días continuos de los tres meses que disponían según lo contemplaba el
Tratado de Washington D. C. El fallo solo favoreció a Venezuela en conservar las bocas del río Orinoco y
una porción de territorio adyacente a este, mientras que Reino Unido se le adjudicaría una gran porción
al oeste de los mil kilómetros del río Esequibo, el cual posteriormente sería delimitado por una comisión
mixta venezolano-británica.
calmó y estudió el asunto desde un punto de vista práctico, me dijo: "... si algún día se supiera que
estuvo en nuestras manos conservar la desembocadura del Orinoco para Venezuela y que no lo hicimos,
nunca se nos perdonaría. Lo que Martens propone es inicuo, pero no veo cómo Fuller y Brewer puedan
hacer otra cosa que aceptar".
Estuve de acuerdo con el general Harrison y así lo hice saber a los magistrados... La decisión del tribunal
fue, en consecuencia, unánime; pero, si bien es cierto que dio a Venezuela el sector en litigio más
importante desde un punto de vista estratégico, fue injusta para Venezuela y la despojó de un territorio
muy extenso e importante sobre el cual la Gran Bretaña no tenía, en mi opinión, la menor sombra de
derecho…
Otto Schoenrich
de Nueva York
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Exceso de poder (ultra petita), por decretar libertad de navegación sobre los ríos Amacuro y Barima, lo
que de acuerdo al Derecho Internacional, invalida cualquier laudo arbitral.
Presentación de mapas adulterados, según Venezuela, por parte de Gran Bretaña en el Tribunal Arbitral.
El Tribunal otorgó 17.604 km² a Gran Bretaña reconocidos como venezolanos por el propio gobierno
británico.
La línea fronteriza supuestamente fue impuesta a los jueces por el gobierno británico.
El Presidente del Tribunal arbitral coaccionó a los jueces para aceptar la demarcación británica.
Esta demarcación fue una "componenda", así lo calificaron algunos funcionarios británicos, según
Venezuela.
Venezuela fue engañada y el Reino Unido actuó en modo contrario a la buena fe del derecho
internacional.
Venezuela fue informada luego de que el Laudo Arbitral tomara las decisiones.
Venezuela había aceptado el laudo arbitral como "un arreglo pleno, hecho y derecho y conclusivo".
El estudio de los documentos reveló, según los británicos, que Venezuela no tenía una razón válida.
Acuerdo de Ginebra
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Declaración del Presidente de la Comisión Política Especial, XVII Período de Sesiones de la Asamblea
General de la ONU, el 16 de noviembre de 1962[11]
(...) Los representantes de los Gobiernos del Reino Unido y de Venezuela me han autorizado para
informar a la Comisión que, (...) en completo acuerdo con el (Gobierno) de la Guayana Británica, en que
los tres Gobiernos examinarán la documentación en poder de todas las partes y relativa a este asunto.
Con este propósito, procederán a hacer los arreglos necesarios por la vía diplomática. (...)
Tengo entendido que las partes interesadas informarán a las Naciones Unidas sobre los resultados de
estas conversaciones.
(...) Los expertos venezolanos han examinado ya parte de la documentación disponible en Londres.
Como siguiente etapa los Ministros de Relaciones Exteriores acordaron que el experto británico, quien
actúa también en nombre del Gobierno de la Guayana Británica, irá en breve a Caracas a examinar la
documentación disponible en los archivos venezolanos. (...) El texto del presente comunicado será dado
a conocer al Secretario General de las Naciones Unidas.
Una delegación venezolana viaja a Londres y durante los meses de febrero y mayo del año 1964, le fue
presentado al Reino Unido en conversaciones entre expertos durante 15 sesiones, un informe
respaldados con los documentos en poder de Venezuela. El informe contiene 44 puntos detallados de
los argumentos venezolanos, pero en su resumen se extrae:
(...)Resumen de Conclusiones[13]
En suma, como resultado del examen tripartito de la documentación que se acaba de exponer
suscintamente, la cual respalda cada una de las afirmaciones aquí contenidas y fue presentada a Gran
Bretaña, Venezuela ha llegado a las siguientes conclusiones:
1. Venezuela tuvo que aceptar el Tratado de Arbitraje de 1897 bajo presión indebida por parte de los
Estados Unidos y la Gran Bretaña, los cuales negociaron las bases del compromiso con exclusión del
Gobierno venezo-lano, al cual se le dieron explicaciones que lo indujeron a error.
2. Venezuela fue de tal manera preterida que Estados Unidos y Gran Bretaña acordaron desde el
comienzo de la negociación que ningún jurista venezolano habría de formar parte del Tribunal de
Arbitraje.
3. Aun cuando sustanciales reservas venezolanas al Tratado no fueron tomadas en cuenta por los más
directos negociadores del mismo, Venezuela interpretó el compromiso arbitral en el sentido de que la
decisión del Tribunal debía ser de estricto derecho.
b) En que los árbitros no tuvieron en cuenta, para dictar su fallo, las reglas de derecho aplicables y, en
particular, el principio del Utis Possidetis Juris; y tampoco hicieron esfuerzo alguno de investigación en lo
que concierne a los territorios que pertenecían, sea a los Países Bajos, sea al Reino de España, para la
época de la llamada adquisición (Art. III del Tratado de Arbitraje).
c) En que los árbitros no decidieron cómo debía computarse el plazo de 50 años de prescripción, ni lo
aplicaron según lo acordado en el Tratado de Arbitraje.
d) Sin que estuvieran facultados para ello por el compromiso arbitral, los árbitros establecen y
reglamentan en su sentencia la libre navegación de dos ríos fronterizos, y por cierto en contra de
Venezuela.
e) El hecho de que el llamado Laudo fue efecto de un compromiso diplomático explica que los árbitros
no tomaran en cuenta las reglas de derecho contenidas en el Tratado Arbitral. Los documentos
contemporáneos, mientras revelan que los árbitros eran conscientes de ello, confirman el hecho al que
califican de "componenda y farsa."
5. Los representantes de Gran Bretaña presentaron al Tribunal de Arbitraje mapas a los que se atribuían
decisiva importancia, los cuales habían sido adulterados en el Colonial Office.
6. La línea del llamado Laudo había sido preparada en el Colonial Office en el mes de julio de 1899, o sea
con varios meses (la antelación respecto de la sentencia). Esta línea de frontera fue impuesta a los
árbitros americanos por el Presidente del Tribunal, el profesor ruso de Martens, por medio de la
coacción.
7. Venezuela nunca ha dado asentimiento al llamado Laudo del 3 de octubre de 1899. La participación
de Venezuela en la demarcación de la frontera revistió un carácter puramente técnico. A ello fue
forzado el país por circunstancias para él insuperables. Tanto el Gobierno como el pueblo venezolano,
en cuanto y como les fue posible, pro-testaron el llamado Laudo de 1899.
De que cualquiera controversia pendiente entre Venezuela por una parte, y el Reino Unido y Guayana
Británica por la otra, perjudicaría tal colaboración y debe, por consiguiente, ser amistosamente resuelta
en forma que resulte aceptable para ambas partes; de conformidad con la Agenda que fue convenida
para las conversaciones gubernamentales relativas a la controversia entre Venezuela y el Reino Unido
sobre la frontera con Guayana Británica, según el Comunicado Conjunto del 7 de noviembre de 1963,
han llegado al siguiente Acuerdo para resolver la presente controversia:(...)
(...) Como consecuencia de las deliberaciones se suscribió un Acuerdo cuyas estipulaciones permitirán
llegar a la solución definitiva de estos problemas.
Los Gobiernos han convenido en elevar el texto de dicho Acuerdo al conocimiento del Secretario
General de las Naciones Unidas.(...)
Bibliografía
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Torrealba, Pompeyo (2006) A un siglo del despojo, la historia de una reclamación. Enciclopedia del
Esequibo. Edit. ARTE, Caracas.
Boersner, Demetrio.(2007). Relaciones Internacionales de América Latina. Sexta edición. Edit. Random
House Mondadori, Caracas.
Venezuela ratifica vigencia del Acuerdo de Ginebra a 122 años del fraudulento Laudo Arbitral de París
Hace 122 años, el 3 de octubre de 1899, la ambición imperial de la Gran Bretaña se hizo con un laudo
arbitral, mediante el cual se afectó fraudulentamente 159.500 km cuadrados del territorio terrestre de
nuestra Guayana Esequiba para perpetrar el mayor despojo territorial de la época.
Venturosamente, el 17 de febrero de 1966, aquello quedó superado y zanjado, y la justa reclamación
venezolana sobre su integridad territorial quedó encauzada en la firma bilateral del Acuerdo de Ginebra.
Este Acuerdo constató la contención venezolana de que aquel laudo era nulo e ineficaz y abrió paso al
compromiso, vigente hoy para ambas Partes, de alcanzar un arreglo práctico y mutuamente aceptable
para resolver de forma definitiva la controversia territorial.
El Acuerdo de Ginebra, vigente y vinculante para ambas partes, abrió el camino virtuoso de las
negociaciones amistosas, que hoy día han sido torpedeadas por renovadas ambiciones imperiales,
también fraudulentas, del emporio transnacional energético liderado por la Exxon Mobil.
Desde 2015, este emporio ha empujado a Guyana a desviar la controversia hacia una demanda
unilateral ante la Corte Internacional de Justicia para intentar zafarse de su obligación de negociar el
arreglo amistoso. Este camino lo único que logrará es retrasar aún más el curso de las negociaciones
debidas y la solución definitiva mediante el acuerdo mutuamente satisfactorio al que obliga el Acuerdo
de Ginebra.
La República Bolivariana de Venezuela ratifica a todos los venezolanos que poco importa que ayer el
agresor haya sido un poderoso imperio o que ahora sea un emporio todopoderoso, porque hoy
tampoco desmayará -mediante todos los medios de que dispone conforme con su Constitución y el
Derecho Internacional- en su reclamo territorial y defensa de sus derechos soberanos sobre la Guayana
Esequiba.
Venezuela exhorta nuevamente a Guyana a retomar el camino de las negociaciones directas, tal como
mandata el Acuerdo de Ginebra, único instrumento jurídico específico para esta controversia y único
sendero posible para alcanzar juntas el arreglo amistoso.
El pueblo venezolano, en perfecta unión nacional, hará valer sus Derechos Soberanos en nuestro
sagrado territorio de la Guayana Esequiba, y reivindicará todos los medios de los cuales dispone el
Estado venezolano para su defensa en el marco de la paz y la legalidad.
Bibliografía
El Esequibo, el territorio que disputan Venezuela y Guyana desde hace más de 50 años
Según un documento del Departamento de Estado de EE.UU., la disputa entre Caracas y Londres
comenzó oficialmente en 1841, cuando el gobierno venezolano denunció una presunta incursión
británica en suelo venezolano.
En 1814, Reino Unido había adquirido la Guayana Británica mediante un tratado con Países Bajos,
pero el pacto no definía la frontera occidental del territorio y por eso los británicos designaron en
1840 al explorador Robert Schomburgk para que trazara la frontera.
Poco después se dio a conocer la llamada "Línea Schomburgk", un polémico trazado que reclamaba
casi 80.000 kilómetros cuadrados adicionales.
Pero la línea fronteriza no quedó ahí. Años después, cuando se descubrió la existencia de oro en la
zona disputada, Reino Unido buscó extender la frontera aún más, agregándole 85.000 kilómetros
cuadrados a su colonia.
Grabado de un río en la Guyana Británica
Londres sabía que no podía darse el lujo de entrar en una nueva guerra con el gigante de
Norteamérica y terminó aceptando la intervención de su excolonia.
Así fue como EE.UU., representando a Venezuela, y Reino Unido firmaron el 2 de febrero de 1897 un
tratado en Washington para someter la disputa a un arbitraje internacional.
Venezuela estaba convencida de que la justicia estaría de su lado, pero la comisión terminó fallando el
3 de octubre de 1899 a favor de Reino Unido, estableciendo la "Línea Schomburgk" como la frontera
entre ambos territorios.
"El panel de arbitraje dominado por estadounidenses finalmente cedió la mayor parte del territorio en
disputa a los británicos. La mediación mostró la fuerza de Estados Unidos en América Latina y también
fue un punto de inflexión para las relaciones británico-estadounidenses en el camino hacia la ´relación
especial´", explica el profesor de historia Matthew Pinsker.
FUENTE DE LA IMAGEN,AFP
Pie de foto,
En la actualidad, EE.UU. mantiene mejores relaciones con Guyana que con Venezuela.
El historiador Benjamin Coates opina que Venezuela tuvo éxito logrando que EE.UU. interviniera y los
ayudara, pero lamenta que una vez que Washington se metió en el asunto "ignoró completamente los
intereses venezolanos".
Mucho después, en los años 1950, surgieron algunas evidencias que hablaban de complicidad entre
los delegados británicos y el juez ruso de aquel tribunal en París, cuyo voto fue decisivo para el fallo
en contra de Venezuela.
"Si Venezuela cambia, me gustaría volver": la historia de la doble inmigrante que dejó Siria, prosperó
en Venezuela y ahora está en EE.UU
Como respuesta a aquellas revelaciones, en 1962 Venezuela denunció el laudo como "nulo e írrito" y
reactivó el reclamo del territorio ante las Naciones Unidas (ONU).
Tras la denuncia venezolana, se firmó el Acuerdo de Ginebra, según el cual la zona es controlada por
Guyana aunque su soberanía es reclamada por Venezuela.
El acuerdo, que era de carácter transitorio, estableció un plazo de 4 años para solucionar el diferendo.
No obstante, sus pautas siguen vigentes y la disputa por la Guayana Esequiba continúa.
Pero ya Venezuela no cuenta con el apoyo de Washington y sus sueños por controlar una región rica
en recursos naturales parecen haberse esfumado, por ahora.
2012
El Imperialismo ingles
Lo que ocurre con la Guayana es un llamado de alerta. El pueblo venezolano exhorta al gobierno
nacional que mantenga su posición y no ceda ante los intereses del extranjero. Venezuela debe ser
para los venezolanos y venezolanas y no para ser explotado por una clase dominante nacional y
extranjera.
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Para el presidente Antonio Guzmán Blanco, la frontera debía fijarse en el río Esequibo. Este hecho se
dio a conocer cuando el Ingeniero Jesús Muñoz Tebar inspeccionara desde la propia Guayana las
infracciones cometidas por los británicos.
Desde que el ministro de relaciones exteriores, Diego Bautista Urbaneja conociera el informe
realizado por el ingeniero Jesús Muñoz Tebar, resultado de la inspección que efectuó en la propia
Guayana donde plasma las infracciones cometidas por Gran Bretaña en lo que respecta a la
usurpación de una parte de territorio venezolano, las diligencias en torno al asunto no han cesado. El
propio presidente de la República Antonio Guzmán Blanco daría orden de desalojo en el territorio
que iba desde las bocas del Orinoco, el cual había sido ocupado ilegalmente.
Recordemos que este conflicto tiene sus antecedentes mas cercanos en el año 1840, cuando se
iniciaron las gestiones de reclamo ante el gobierno británico debido al trabajo realizado por el
científico prusiano, Robert Shomburgk, quien fue comisionado para trazar una linea divisoria entre
nuestro país y las posesiones inglesas, lo que trajo como resultado la imposición de una frontera
arbitraria que va desde la desembocadura del Delta Amacuro en el Orinoco llegando hasta el Roraima
y la sierra de Pacaraima.
Según el gobierno ingles, esta región pasaba a formar parte del Esequibo y por consecuencia una
porción de nuestro territorio era usurpado. Para el año 1850 se había llegado a un acuerdo que
culminaba el cese de la disputa, si embargo el gobierno británico siguió penetrando nuestro territorio
exigiendo derechos de conquista. El presidente Guzmán había intentado años atrás detener esa
invasión de los colonos de la Guayana Británica quienes embelesados con el oro, diamantes, madera,
asfalto, entre otros productos, estaban mas cerca del control de las bocas del Orinoco, dominio que se
haría efectivo a partir de la penetración que se daba desde el Esequibo.
Hasta la fecha no existen relaciones entre ambos gobiernos, y según informaciones de ultima hora, el
gobierno venezolano se encuentra alerta ante una posible invasión./Caracas