Para proponer y discutir nuevas políticas o cambios en las existentes, debemos
observar el contexto y el despliegue de las políticas en la actualidad. El 16 de marzo comenzó la gran cuarentena peruana. Esta decisión fue inicialmente aplaudida y cumplida por la población. Al inicio de la pandemia, Ipsos reportó que la aprobación del presidente era del 87%; 95% de peruanos aprobaban la cuarentena y 96% respaldaron la inmovilización social obligatoria. Más aún, como mostramos en la figura, Google Mobility Reports registró una caída en todas sus métricas de movilidad al inicio de la pandemia. En promedio, durante la segunda mitad de marzo y todo abril, a nivel nacional hubo una caída de 82% en las salidas a tiendas de menudeo y recreación, de 60% a tiendas de abarrotes y farmacias, de 73% a parques, de 82% a estaciones de tránsito y de 72% a centros de trabajo. El plan detrás de esta estrategia era ganar tiempo para potenciar la capacidad de atención hospitalaria: entre el inicio de la pandemia y fines de julio del 2020, el número de camas UCI pasó de 270 a más 1500; y el de camas hospitalarias, de 2000 a 20 000 (Ministerio de Economía y Finanzas, 2020). Con el tiempo, la movilidad ha ido recuperando niveles no muy por debajo de los alcanzados en enero y febrero del 2020, a medida que las medidas del Gobierno se relajaron y la primera ola de contagios terminó. Inclusive, hubo un pico notable en diciembre debido a las fiestas de fin de año, en que las visitas a farmacias y tiendas de comestibles sobrepasaron sus niveles de inicio de año.
Adicionalmente, el Gobierno lanzó una serie de medidas de alivio económico para
contener tanto los efectos devastadores de la pandemia como los de las propias medidas de cuarentena autoimpuestas. En primer lugar, a escala nacional se desplegaron una serie de subsidios orientados al alivio temporal de las familias vulnerables en la forma de bonos universales, específicos y suspensión de impuestos, por un monto presupuestado de casi 24 000 millones de soles o 3,2% del PBI. Los bonos devengados a las familias, en particular, sumaron un monto de 4500 millones de soles cerca del 0,6% del PBI y, por otra parte, enfrentaron grandes obstáculos para la entrega por falta de un padrón actualizado. Además, junto con el Banco Central de Reserva (BCR) se lanzó Reactiva Perú, un programa de inyección masiva de créditos a las empresas por 60 000 millones de soles, cerca del 8% del PBI. El objetivo de este programa fue salvaguardar la cadena de pagos para evitar una crisis crediticia fatal en la economía, para lo cual se ofrecieron créditos a empresas de todos los tamaños y se redujeron las tasas de interés a niveles sin precedentes. En suma, el Gobierno estimó un costo de 127 000 millones de soles (17% del PBI) en estos y otros programas de reactivación, como el retiro de los fondos de las AFP y mayores medidas de alivio tributario. (Jaramillo Baanante, 2021)
Bibliografía Jaramillo Baanante, M. (2021). PolÍticas para combatir la pamdemia de la COVID 19. Obtenido de grade.org.pe/wp-content/uploads/DI-112-web.pdf