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El informe UNE 100.030 IN (2001) sobre legionela indica en el apartado 4 que el crecimiento de la
bacteria es elevado entre 20° y 45°C, alcanzando el óptimo alrededor de 37°C.
Entre las fuentes de infección, los sistemas de preparación centralizados de agua caliente sanitaria con
acumulación están entre los de más riesgo.
En la figura 02.5.1 se comparan las temperaturas medias de funcionamiento de algunos sistemas
mecánicos y el comportamiento de la bacteria a esas temperaturas.
INSTALACIONES
100 vapor
90
muere rápidamente
TEMPERATURA (°C)
80 radiadores
no sobrevive (90% en 2 minutos)
70
60
20 enfriamiento evaporativo
durmiente
10 condensado de baterías
En el apartado 5 del citado informe se indican las acciones preventivas a efectuar sea en fase de diseño
como de explotación.
Para estas instalaciones, el informe dice textualmente (apartado 6.1.2.1):
Los requisitos que siguen están especialmente indicados para las instalaciones de agua caliente
sanitaria con sistemas de preparación centralizados, dotados de depósitos de acumulación, al
servicio de edificios destinados a hospitales, clínicas, hoteles, residencias, balnearios, viviendas,
cuarteles, cárceles, complejos turísticos, deportivos o dedicados al ocio, y cualquier otro edificio de
uso similar.
Para otros tipos de edificios o sistemas de preparación dichas prescripciones, cuando sean de
aplicación, deben considerarse muy recomendables.
Se hace hincapié en que la preparación del agua caliente a esas temperaturas presenta algunos
inconvenientes:
• se dificulta el empleo de bomba de calor, sistemas de paneles solares de baja temperatura y calderas
de baja temperatura y de condensación
• las pérdidas de calor del sistema de distribución serán cuantiosas, aún cuando la red esté
debidamente aislada
• se dificulta el uso del acero galvanizado en el circuito, que no es adecuado para esas temperaturas
• se aumenta el riesgo de quemaduras por posibles errores en el manejo de la grifería
La última afirmación queda evidenciada por el gráfico de la figura 02.5.2 (de ASHRAE 1997
Fundamentals, página 9.16), que indica el límite de la temperatura superficial de diferentes materiales,
entre ellos el agua, para evitar dolor y daños a la piel.
120
límite de temperatura superficial (°C)
110
100
90
madera
80 vidrio y hormigón
metal y agua
70
60
50
40
1 10 100 1000 10000
tiem po de contacto (s)
Es estrictamente necesario mantener una temperatura elevada cuando en el sistema existan aparatos
sanitarios con cabezas de alto poder pulverizador (p.e., duchas y, también, lavabos), así como cuando
exista un cierto volumen de acumulación (sistema de acumulación propiamente dichos y sistemas de
semi-acumulación) y en instalaciones colectivas.
Considerando que la temperatura de uso del agua caliente varía entre 38° y 42°C, será posible, por tanto,
aunque en ningún caso recomendable (el Informe UNE no hace distinción), el empleo de una
temperatura menor que 50°C toda vez que se presente una o alguna de estas circunstancias:
Cuando, sin embargo, el riesgo sea elevado, cabe adoptar una de las siguientes medidas:
2. Preparar el agua a 60°C y distribuirla a 50°C para evitar el riesgo de quemaduras. Nota importante:
la última versión del Informe no admite temperaturas de distribución menores que 60°C.
El esquema de la figura 1 del informe indica la manera correcta de obtener una mezcla de agua
caliente y fría con la debida estabilidad de la temperatura de salida del agua.
La duración del tratamiento deberá ser, en cualquier caso, de unas 4 horas, una vez alcanzado el
régimen de temperatura.
El tratamiento se hará, preferentemente, en horas nocturnas, cuando el consumo de ACS sea bajo y, por
tanto, el riesgo de quemaduras sea menor.
En cualquier caso, considerando que toda el agua (de los depósitos y de la red) debe ser llevada a esa
temperatura, se podrá actuar poniendo en funcionamiento la bomba de recirculación y abriendo los grifos
más alejados de todos y cada uno de los ramales, en particular de los que son poco usados.
El reglamento deja total libertad para elegir el sistema de preparación, siempre que se justifique “... en
función de la demanda, la adecuada atención al servicio y el uso racional de la energía.”.
Se podrán emplear sistemas de acumulación propiamente dichos, es decir, con un tiempo de
preparación (o recuperación) de más de una hora (véanse las figuras 02.5.2 y 02.5.3) o de semi-
acumulación o semi-instantáneo (figura 2.5.4) o, incluso, instantáneos.
Las ventajas de los sistemas de semi-acumulación con respecto a los de acumulación son las siguientes:
retorno ACS
by-pass by-pass
impulsión ACS
agua caliente
¡agua templada!
agua caliente
agua de red
agua fría
circuito de calderas
impulsión ACS
¡agua templada!
agua caliente
retorno ACS
impulsión ACS
agua mezclada
Sobre el esquema de preparación con acumulación representado en las figuras 02.5.2 y 02.5.3 se hace
hincapié en los siguientes detalles:
• Los depósitos acumuladores deben preferentemente conectarse en serie sobre el agua sanitaria
(figura 02.5.2), no en paralelo (figura 02.5.3), con el fin de disminuir el volumen de agua a temperatura
intermedia entre la del agua fría y la del agua caliente, que reduce la capacidad útil del sistema y,
además, aumenta el riesgo de desarrollo de la legionela (véanse zonas rayadas).
• El intercambiador de calor está al exterior de los depósitos acumuladores para facilitar las
operaciones de mantenimiento, entre las cuales debe considerarse de gran importancia la limpieza; a
este efecto, es recomendable el empleo de intercambiadores de placas desmontables.
Se recomienda que los depósitos sean instalados verticalmente y, también, de elegir una baja relación
entre diámetro y longitud; ambas medidas están dirigidas hacia la obtención de una buena separación
entre agua fría y caliente, es decir, hacia la estratificación del agua.
El esquema de preparación de ACS con un sistema de semi-acumulación representado en la figura
2.5.04 indica que los interacumuladores están dispuestos en paralelo, sea por el lado del agua sanitaria,
como por el lado del agua de caldera.
1. No existe la adecuada atención al servicio, por ser incierta la determinación del caudal máximo
instantáneo demandado por los usuarios.
2. La economía energética del sistema es, por lo menos, dudosa; a la ausencia de pérdidas en los
acumuladores se contraponen las pérdidas por inquemados durante las numerosas arrancadas a las
que está sometida la caldera.
El empleo de estos sistemas solamente es viable para baterías de duchas en edificios como cuarteles o
cárceles, estando garantizado el uso simultáneo de las mismas.
Para el cálculo de los sistemas centralizados de preparación de agua caliente para usos sanitarios se
podrá consultar el DTIE 01 y su Anexo, editados por ATECYR.
El contador o, por lo menos, su elemento de lectura y una de las válvulas de corte deberán ser accesibles
desde el exterior de los locales servidos.
Las instalaciones individuales de preparación de agua caliente sanitaria están tratadas en la ITE 09.
Por último, se recuerda que en este reglamento se mantiene la prohibición de preparar el agua caliente
sanitaria mediante la mezcla de vapor, condensado o agua procedentes de calderas, debido a la
presencia de productos dañinos para la salud.
Las redes de distribución de los sistemas centralizados se caracterizan por sus elevadas pérdidas de
calor.
Con el fin de refrendar esta afirmación, se procede al cálculo de las pérdidas de calor de tuberías de
diferentes diámetros de acuerdo al procedimiento de la norma UNE 100.170 y con estas hipótesis:
La potencia necesaria para contrarrestar las pérdidas, sea en la red de impulsión como en la de retorno,
es pequeña comparada con la potencia del equipo productor, sobre todo cuando se trata de sistemas de
semi-acumulación o instantáneos. Sin embargo, las pérdidas de energía son muy elevadas porque la
instalación deberá estar en disposición de suministrar agua caliente durante todas las horas del día,
probablemente 24 horas al día.
Por ejemplo, un edificio de 50 viviendas puede tener una demanda neta de ACS de unos 2.500 kWh por
día y tener unas pérdidas en la red de distribución de 500 kWh.
Éstas son las pérdidas denominadas “por disponibilidad de servicio”, al igual que para las calderas las
pérdidas del cuerpo durante los períodos en los que no existe demanda.
Una vez calculadas la potencia P (kW) necesaria para compensar las pérdidas en la red de impulsión
(atención: solamente es necesario calcular las pérdidas de la red de impulsión para determinar el caudal
de la bomba) y mantener así la temperatura del agua en límites admisibles, el caudal de la bomba de
recirculación C (kg/s) se calculará con esta ecuación:
P
C=
4,186 • ∆t
donde ∆t representa el salto de temperatura admisible en la red de impulsión, que es conveniente que no
sea mayor de unos 3°C. Las pérdidas en la red de retorno serán, obviamente, compensadas por el
mismo sistema de preparación.
El técnico podrá fácilmente comprobar que las pérdidas en las redes de impulsión y retorno son casi
iguales (respectivamente del 60% y 40%, aproximadamente), debido a que el aislamiento térmico hace
que los diámetros exteriores de las tuberías sean similares.
La manera de reducir de forma notable las pérdidas globales es la de eliminar la red de retorno y
sustituirla por un cable trazador que envuelve la red de impulsión (no existe en la lengua española el
equivalente a la palabra inglesa “tracing”; el significado más próximo puede ser “sistema o aparato que
sigue la traza” de la red de impulsión, en este caso). A esto se refiere el reglamento con la frase: “Podrán
utilizarse otros sistemas, siempre que su consumo energético quede justificado.”
Descartado, por evidentes razones, el uso del vapor o del agua sobrecalentada, que, además, presentan
dificultades de regulación, queda disponible el cable eléctrico, que se dispondrá alrededor de la tubería
desnuda; el conjunto tubería-cable vendrá después debidamente aislado.
No se debe olvidar, sin embargo, que este sistema emplea la energía eléctrica por efecto Joule para el
mantenimiento de la temperatura.
La misma observación vale para el material de los depósitos acumuladores. En este caso, si el volumen
es pequeño, lo que sucede en los sistemas de semi-acumulación, es conveniente emplear un acero
inoxidable de buena calidad (como AISI 316 L).
Para los depósitos grandes el empleo del acero inoxidable es económicamente inviable, al día de hoy,
debido a que el espesor crece de forma casi proporcional al diámetro. En estos casos es necesario
recurrir a depósitos de acero interiormente revestidos con capas de materiales resistentes a la acción
agresiva del agua (vitrificado).
La tubería de entrada de agua fría y la de retorno de ACS dispondrán de válvulas de retención, según se
indica en el croquis.
a sistema de
preparación
acometida de agua fría
retorno ACS
Nota: No es preciso instalar un dispositivo desconector en la acometida de agua fría de la red pública, ya que el agua
del sistema sanitario es y se mantiene potable.
energia residual 2
>
energia residual + energia electrica 3