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San Juan María Vianney logró la conversión de La educación de los fieles en la devoción a la
los habitantes de Ars y de una gran multitud de Eucaristía era particularmente eficaz cuando lo veían
personas, porque era muy santo. En cierta ocasión, celebrar el Santo Sacrificio del Altar. Los que asistían
a un abogado de Lyon que volvía de Ars, le preguntaron decían que «no se podía encontrar una figura que
qué había visto allí. Y contestó: «He visto a Dios en un expresase mejor la adoración… Contemplaba la hostia con
hombre». Como dijo en una ocasión Benedicto XVI: «El amor». Les decía: «Todas las buenas obras juntas no son
santo cura de Ars logró tocar el corazón de la gente no comparables al Sacrificio de la Misa, porque son obras de
gracias a sus dotes humanas, ni basándose hombres, mientras la Santa Misa es obra de Dios».
exclusivamente en un esfuerzo de voluntad, por loable
que fuera. Conquistó a las almas, incluso a las más Esta identificación personal con el Sacrificio de la Cruz en
refractarias, comunicándoles lo que vivía íntimamente, es la Santa Misa lo llevaba del altar al confesonario. Su
decir, su amistad con Cristo. Estaba enamorado de dedicación al Sacramento de la Reconciliación era
Cristo, y el verdadero secreto de su éxito extenuante. Cuando fue creciendo la multitud de
pastoral fue el amor que sentía por el misterio penitentes, provenientes de toda Francia, llegó a
eucarístico, celebrado y vivido, que se permanecer hasta 16 horas diarias en el confesonario. Se
transformó en amor por la grey de Cristo, los decía entonces que Ars se había convertido en el «gran
cristianos, y por todas las personas que buscan hospital de las almas». A un hermano sacerdote, le
a Dios» (Audiencia general, 5-VIII-2009). explicaba: «Le diré cuál es mi receta: doy a los pecadores
una penitencia pequeña y el resto lo hago yo por ellos».
El Santo Cura de Ars enseñaba a sus parroquianos
sobre todo con el testimonio de su vida santa. Con El Santo Cura de Ars vivió heroicamente la virtud de la
su prolongado estar ante el sagrario en la Iglesia, pobreza. Su pobreza no fue la de un religioso o un monje,
consiguió que los fieles comenzasen a imitarlo, acudiendo sino la que se pide a un sacerdote: a pesar de manejar
con gusto al sagrario para hacer una visita a Jesús mucho dinero (ya que los peregrinos más pudientes se
Sacramentado. De su ejemplo aprendían los fieles a orar. interesaban por sus obras de caridad), era consciente de
que todo era para su iglesia, sus pobres, sus huérfanos, y
sus familias más necesitadas. Y explicaba: «Mi secreto es