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corporativa
Previamente hemos visto cómo han ido variando a través del tiempo las aptitudes y
habilidades para desempeñarse como CIO.
Ahora bien, ¿qué es lo que ha sucedido? A través del tiempo ha habido una
transformación, ya que, en los albores de la informática, el CIO, en ese entonces,
responsable de sistemas o jefe de sistemas, esencialmente era responsable por los temas
de infraestructura. En principio se consideraba la TI como un mero dador de servicios, que
a fuerza de su poder de cómputo resolvía en muchísimo menos tiempo las actividades que
de otra forma para su consecución se precisaría una cantidad importante de gente, con el
consiguiente riesgo o probabilidad de error que ello suponía.
Pero para ello hacen falta nuevas habilidades, no solo las tecnológicas. Entre ellas,
conocer el negocio, la industria en la que uno está inserto, en la que se está trabajando.
Esto obliga a replantear necesariamente el papel del área de TI: ya no es un mero dador
de servicios donde procesa el input de transacciones que le llegan, sino que pasa a
convertirse en un área capaz de aportar un valor diferenciador, un papel fundamental