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HÉRCULES
Constelación de Hércules:
Siendo Tebas su ciudad natal siempre consideró a Argos como su patria pues
sus antepasados venían de ésta última. Sus padres fueron Zeus y Alcmena
(descendiente de Perseo), aunque Alcmena estaba casada con Anfitrión (rey
de Micenas) y Zeus por su parte con Hera. Una noche, aprovechando que
Anfitrión no se encontraba en su casa, Zeus tomó la forma de éste y se unió
con Alcmena concibiendo a Hércules. Esa misma noche, horas más tarde
regresó Anfitrión uniéndose también a su esposa concibiendo a Íficles
( hermano gemelo de Hércules). Zeus se sentía orgulloso de haber engendrado
al que sería rey de Argos, lo cual no le gustó nada a Hera y para calmar la
furia de ésta, Zeus decidió ponerle al niño el nombre de Heracles (que
significa “Gloria de Hera) pero esto no le satisfacía a Hera y enfadada por su
infidelidad hizo que Zeus pronunciase las siguientes palabras: “El niño que va
a nacer hoy en una familia que lleva mi sangre será el señor de todos los que
vivan junto a él.” Una vez dicho esto, Hera se las arregló con la ayuda de Ate,
litia y Galantis para atrasar el nacimiento de Hércules y adelantar el de
Euristeo cuyos padres eran Menipe y Esténelo, también descendiente de
Perseo como Alcmena. Así pues, Euristeo habiendo nacido antes que Hércules
y tomando el juramento que hizo Zeus, se convirtió en rey de Argos (ese
mismo día también nació Ificles, gemelo de Hércules). Al nacer Hércules,
Zeus obligó a su esposa Heras a amamantar al pequeño para que éste se
volviera inmortal, pero cierto día, el niño mordió el seno de la diosa y brotó de
él un gran chorro de leche que se derramó por el firmamento y formó lo que
hoy se conoce por la Vía Láctea o camino de la leche.Desde el momento en
que nació Hércules, Hera no cesaba de tramar contra su vida y en una ocasión,
cuando Hércules e Ificles contaban entre 7 meses y un año, y su madre los
había dejado dormidos en su cuna, Hera envió dos enormes serpientes para
acabar con Hércules. Al oir los gritos de Ificles, los padres corrieron a la
habitación de los niños y cual fue su sorpresa al descubrir que el pequeño
Hércules tenía atrapadas por el cuello a las serpientes sacudiéndolas hasta
ahogarlas. Esta fue la primera muestra de la extraordinaria fuerza que lo haría
famoso. (Fig. 2)
Hera, convencida de que le iba a resultar muy difícil acabar con la vida de
Hércules dada la facilidad con la que había salido del ataque de las serpientes,
decidió no cometer más atentados contra su vida, pero si causarle muchas
molestias para que no pudiera disfrutar de paz o felicidad.
Éurito le enseñó el manejo del arco; Cascor le instruyó en las armas; Autólico
le entrenó en el arte de la lucha; con Anfitrión aprendió a conducir carros; y
Eumolpo le enseñaba música. Cuenta la leyenda que en cierta ocasión que su
maestro Eumolpo estaba ausente Lino quiso suplirlo y puesto que Hércules se
negó a seguir sus instrucciones, éste le golpeó por su rebeldía haciendo
enfadar de tal forma a Hércules que con la misma lira le dio en golpe en la
cabeza matándolo.
Por la misma época participó en la caería de un león que asolaba las tierras de
Anfitrión y de su vecino rey Tespio. La cacería duró cincuenta días durante los
cuales Hércules se hospedó en la casa de Tespio. Éste tenía cincuenta hijas
que noche tras noche su padre las introducía en el lecho de Hércules para
obtener descendientes de él. De estas noches nacieron los cincuenta Tespíadas.
Una vez muerto el león y cuando regresaba a Tebas se cruzó con unos
emisarios de Orcómeno a los que Tebas debía pagar un tributo por una
antigua pelea. Hércules les cortó las orejas y la nariz y los envió de regreso a
su patria. La respuesta de Orcómeno no se hizo esperar y apareció con
intención de invadir Tebas, pero la invasión no tuvo lugar pues Hércules le
derrotó y a partir de aquel momento el que pagó el tributo fue el mismo
Orcómeno a Tebas. Creonte, rey de Tebas, agradecido por lo que había
realizado Hércules le casó con su hija mayor Mégara y a Ífiles con su hija
pequeña. Hera, irritada por la felicidad de Hércules, lo volvió loco y en medio
de esta locura, el propio Hércules mató a sus tres hijos: Terímacos,
Creontíades y Deicoonte confundiéndolos con enemigos y después los echó al
fuego. Según algunos también mató a su esposa. Cuando recuperó la razón
acudió al rey Tespio para que lo ayudase a encontrar el perdón, enviándole
éste a Delfos donde le pidió consejo a la pitonisa quien le ordenó ir a Tirinto y
servir a su primo Euristeo durante doce años durante los cuales tenía que
realizar diez trabajos que su primo le impondría (terminaron siendo doce pues
dos de los diez su primo no los dio por válidos) obteniendo así la
inmortalidad. Su sobrino Yolao iría con él como escudero. Antes de partir
hacia Tirinto, Hércules fue equipado por los dioses: Hermes le entregó una
espada, Apolo un arco, Zeus (su padre) un escudo irrompible, Atenea una
túnica, Hefesto una armadura y Poseidón un tiro de caballos para su carro.
LOS DOCE TRABAJOS
Euristeo le impuso como primer trabajo dar muerte al león de Nemea (hijo de
los monstruos Ortro y Equidna, fiera temible cuya piel era invulnerable a toda
clase de armas).
Hércules intentó matarlo con sus armas, pero no consiguió su propósito pues
no hizo más que asustarle haciendo que se introdujera en una cueva, Hércules
los siguió y luchando con él cuerpo a cuerpo acabó estrangulándolo (Fig. 3)
El segundo trabajo que tenía que realizar consistió en acabar con la Hidra de
Lerna (enorme serpiente hija de Tifón y Equidna con innumerables cabezas
que se reproducían al ser cortadas de las que una era inmortal y que
emanaban un vaho mortal),que fue criado por Hera para enfrentarse a
Hércules.
Hera, envió entonces un enorme cangrejo para que ayudase a la Hidra, cosa
que no afectó a nuestro héroe pues lo aplastó inmediatamente con el pie.
Yolao acudió en ayuda de Hércules quemando con una antorcha las heridas
que se producían en la Hera a medida que Hércules iba cortando las cabezas
para evitar que se reprodujesen (Fig. 4).
Una vez muerta la Hidra enterró la cabeza inmortal y después de quitarle las
entrañas, mojó sus flechas en la hiel del monstruo, y a partir de entonces, la
más pequeña herida que pudieran producir esas flechas causarían la muerte.
Una manera que Hera tuvo para premiar los servicios prestados por el
cangrejo (aunque no sirvieron de mucho) fue colocar su imagen entre los doce
signos del zodiaco como la constelación de Cancer.
Hércules persiguió a la cierva día y noche sin descanso hasta el pais de los
Hiperbóreos, entonces, aprovechando un momento en que el animal se detuvo
a beber, Hércules inmovilizó sus patas delanteras utilizando una flecha que
hizo pasar entre el tendón y el hueso sin derramar sangre. Una vez
inmovilizada, la apresó y la llevó a Micenas (Fig. 5)
El cuarto trabajo consistía en capturar vivo a un enorme jabalí que vivía en los
bosques de Erimanto y que causaba estragos en todo el contorno. Ya en el
camino hacia Erimanto, hizo una parada para visitar a su amigo el centauro
Folo, quien en memoria de tiempos lejanos compartió con él su comida y su
vino. Pero los otros centauros, al oler el vino que estaba especialmente
reservado para ellos se enfurecieron de tal manera que atacaron a Hércules,
quien primero los rechazó y luego con sus flechas envenenadas mató a varios
de ellos mientras los demás se retiraban.
Mientras Hércules enterraba a sus víctimas, su amigo Folo sacó una de las
flechas de Hércules y la examinó asombrado de que algo tan pequeño pudiese
dar muerte a criaturas tan formidables, pero con tan mala suerte que la flecha
se le cayó hiriéndolo en un pié y matándolo. Hércules lo enterró al pié de la
montaña que tomó su nombre.
Augias, rey de Elide, era el hombre que más ganado tenía en el mundo, los
dioses habían hecha que sus rebaños fuesen inmunes a todas la enfermedades
y aparte de eso, eran increíblemente fértiles (Fig. 7).
Pero el rey nunca había limpiado sus establos, los cuales despedían un olor
insoportable por todo el Peloponeso, además sobre la tierra de los valles se
había formado una capa de estiércol tan gruesa que ya no podían ser labradas
para sembrar grano.
Así, el sexto trabajo que le ordenó Euristeo a Hércules fue limpiar todo
aquello en un solo día. Hércules fuñe a hablar con el rey, y sin mencionar que
tenía que cumplir el mandato de Euristeo convenció a Augias que si lograba
limpiar los establos y los valles en un solo día recibiría a cambio la décima
parte de los rebaños, el rey consintió, entonces Hércules derribó dos de las
cuatro paredes de cada establo desviando así el curso de los ríos Alfeo y
Peneo, consiguiendo que las aguas se llevasen todo el estiércol de los establos
al igual que el que cubría los valles. Pero Augias se enteró de que Euristeo ya
había mandado limpiar los establos a Hércules y se negó a pagar lo acordado.
Hércules pidió que el caso se llevase a juicio, y el hijo de Augias declaró ante
los jueces que su padre había hecho un trato con Hércules que tenía que
cumplir, por lo cual Augias enfadado, desterró de Elide a su hijo y a Hércules,
afirmando que los dioses de los ríos, y no él, habían realizado el trabajo, no
considerándolo tampoco Euristeo, por su parte, el trabajo como uno de los
diez ya que Hércules había sido contratado por Augias.
Éste las tenía atadas con cadenas y las alimentaba con la carne de sus
inocentes huéspedes. Hércules partió con un grupo de voluntarios; tras
derrotar a los hombre de Diomedes Hércules arrojó el cuerpo de éste aún con
vida a sus yeguas (Fig. 10),
quienes tras devorarlo se volvieron tan mansas que el héroe las pudo atar al
carro de Diomedes y se las llevó a Micenas, donde fueron regaladas a Hera.
Durante la lucha, las yeguas devoraron a Abdero, amigo de Hércules, quien
había quedado encargado en custodiarles, entonces Hércules fundó en su
honor la ciudad de Abdera.
NOVENO TRABAJO: EL CINTURÓN DE HIPÓLITA
.En el camino de vuelta Hércules, al pasar cerca de Troya, vio a una muchacha
encadenada a unas rocas. Era Hesíone, hija del rey de Troya Laomedonte,
quien había sido castigado por Poseidón por haber incumplido un trato.
Hesíone sería sacrificada a un monstruo enviado por Poseidón. Hércules
rompió las cadenas de Hesíone y se ofreció a matar al munstruo a cambio de
dos yeguas inmortales que Zeus había regalado a Laomedonte.
Para realizar su décimo trabajo, Hércules tuvo que viajar a los confines del
mundo. Euristeo le ordenó que trajese el ganado del monstruo Geriones, quien
tenía tres cabezas, seis brazos y seis piernas y cuya fuerza era extraordinaria.
Geriones vivía en la isla de Eriteya, en el extremo occidente, más allá del rio
Océano, sus rebaños pastaban cerca de los de Hades y estaban al cuidado del
pastor Euritión y del perro Ortro, monstruo de dos cabezas hermano de
Cerbero, el guardián de los infiernos. Al llegar a Tartesos, en el estrecho que
separaba Europa de la antigua Libia (el actual estrecho de Gibraltar) Hércules,
para conmemorar su largo viaje, levantó dos columnas, una en Europa y otra
en África. Helio brillaba sobre Hércules y éste enfadado por el intenso calor
que le impedía trabajar, disparó una flecha al dios, quien recriminó la actitud
de Hércules, éste se disculpó por su acción y destensó el arco, Helio ofreció
entonces a Hércules la copa de oro que le servía para trasladarse cada noche
del occidente al oriente, en la que Hércules navegó hasta la isla de Eriteya. Al
llegar a la isla, el perro Ortro y el pastor Euritión, se abalanzaron sobre el
héroe, quien los mató de un mazazo (Fig. 12).
Al no considerar Euristeo como válidos dos de los diez trabajos que había
impuesto a Hércules le impuso dos nuevas tareas, la primera consistía en
recoger los frutos del manzano de oro, regalo de bodas de la Madre Tierra a la
dios Hera, esposa de Zeus. Este manzano estaba plantado en un jardín situado
en el extremo norte de la tierra, custodiado por las ninfas Hespérides –hijas del
titán Atlante, castigado por Zeus a sostener eternamente la bóveda del cielo- y
el dragón Ladón, monstruo de cien cabezas hijo de Tifón y Equidna.
Hércules no sabía como llegar al jardín por lo que se dirigió hacia Iliria en
busca del dios Nereo, conocedor del secreto, a quien obligó a que le dijera
exactamente donde se encontraba dicho jardín. Al pasar por el Cáucaso,
Hércules se encontró con Prometeo, quien por haber entregado el fuego a los
hombres, había sido castigado por Zeus a una terrible tortura: encadenado a
una montaña, un águila monstruosa lo atacaba a diario y le devoraba el hígado
que crecía de nuevo a irse el águila. Hércules mató al águila de un flechazo y
liberó a Prometeo quien, en agradecimiento, desveló a Hércules el secreto de
cómo obtener las manzanas: no debía ser él quien arrancase las manzanas del
árbol, sino Atlante, y avisó a Hércules que no debía aceptar la propuesta que
Atlante le haría a continuación.
Atlante estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de librarse aunque sólo fuese
por unos momentos de la terrible carga que soportaba, entonces Hércules le
propuso sostener la bóveda mientras él traía las manzanas de oro; como
Atlante temía al dragón Ladón Hércules lo mató con una flecha sosteniendo
luego la bóveda mientras Atlante cogía las manzanas. Éste, feliz de verse
liberado de su carga propuso a Hércules llevar él mismo las manzanas a
Euristeo. Hércules, recordando la advertencia de Prometeo fingió estar de
acuerdo y pidió a Atlante que se hiciese cargo del peso durante unos
momentos mientras él se colocaba una almohadilla en la cabeza para estar más
cómodo. Atlante dejó las manzanas en el suelo y volvió a soportar su carga,
cogiendo Hércules las manzanas, despidiéndose de él .Tras vivir una serie de
aventuras en Libia y Egipto Hércules regresó a Micenas donde entregó las
manzanas a Euristeo, quien las devolvió a Hera.
DUODECIMO TRABAJO: LA CAPTURA DE CERBERO
En aquella época tenía lugar la batalla entre los Dioses y los Gigantes,
enfurecidos éstos últimos porque Zeus había recluido a sus hermanos los
Titanes en el Tártaro. Hera profetizó que los Gigantes no morirían en manos
de ningún dios, sino por un humano vestido con una piel de león. Atenea,
enviada por Zeus, pidió ayuda a Hércules quien mató primero al jefe de los
Gigantes, Alcioneo, luego a Profirió y el siguiente en matar fue Efialtes, quien
cuando estaba apunto de vencer a Ares fue alcanzado por una flecha de Apolo
en el ojo izquierdo y otra de Hércules en el ojo derecho. Cada vez que un dios
hería a un Gigante, Hércules tenía que darle el golpe mortal. Volviendo a
Tirinto, reunió otro nuevo ejército y atacó Elide para vengarse del rey Augias,
a quien guardaba rencor a causa del quinto trabajo. Esta vez, Hércules
enfermó y fue derrotado por los llamados Moliónidas, generales del ejército
contrario quienes hirieron de gravedad a su hermano Ificles y obligaron a
Hércules a rendirse y retirarse. Pero no contento con esto, poco tiempo
después, Hércules preparó una emboscada a los Moliónidas cuando iban de
camino hacia los juegos Istmicos matándolos y preparando una segunda
expedición contra Elide, tomando la ciudad y matando a Augias, tras lo cual
nombró como rey a Fileo que recordamos que fue el que había defendido los
derechos de Hércules siendo por ello desterrado por su padre. Luego saqueó y
quemó la ciudad de Pilos, cuyos habitantes habían acudido en ayuda de Elide.
Uno de los defensores de la ciudad era Periclímeo, nieto de Poseidón, y quien
tenía el poder de adoptar diversas formas. Transformándose primero en
serpiente luego en abeja. Atenea avisó a Hércules de las transformaciones de
Periclímeo entonces, una vez descubierto, tomó la forma de águila y se
abalanzó sobre Hércules quien lo atravesó con una flecha. Luego se dirigió
hacia Calidón, donde pidió al rey Eneo la mano de su hija Deyanira, tal como
le había prometido en el Tártaro. Uno de los pretendientes de Deyanira era el
dios-rio Aqueloo, con quien Hércules se vió obligado a luchar.
Tras una larga lucha en la que Aqueloo adoptó sus tres formas, de toro,
serpiente y hombre con cabeza de toro, Hércules le venció y le arrancó uno de
sus cuernos. Después de casarse con Deyanira se quedó a vivir en Calidón
hasta que durante un banquete mató involuntariamente al sobrino del rey Eneo
y a pesar de suplicar el perdón de éste, Hércules decidió pagar con la debida
pena del exilio y partió hacia Traquis acompañado por su esposa Deyanira. De
camino hacia Traquis llegaron al rio Eveno, donde el centauro Neso se ofreció
a Trasladar a Deyanira a la otra orilla a cambio de dinero. Pero Neso, escapó
al galope con Deyanira en brazos con la intención de violarla; Hércules hirió
al centauro con una de sus flechas envenenadas y Neso, antes de morir
aconsejó a Deyanira que cogiese en un tarro la sangre ue manaba de su herida
y mojase con ella la túnica de Hércules si algún día le era infiel, recuperando
de ésta forma el amor del héroe. Tras llegar a Traquis y después de haber
realizado varias acciones de guerra en Tesalia, Hércules marchó sobre Ecalia a
vengarse del rey Eurito que se había negado a entregarle a su hija Yole años
atrás. Hércules tomó la ciudad y se llevó a Yole como concubina. Tras la
conquista de Ecalia, Hércules agradecido por su victoria, quiso levantar un
altar en honor a su padre Zeus y envió a su heraldo Licas a Traquis para que le
trajese una túnica para la ceremonia. Deyanira, celosa al ver que Yole
acompañaba Licas, impregnó la túnica con la sangre del centauro Neso;
cuando Hércules se colocó la túnica el calor derritió el veneno de la Hidra (el
que se encontraba en la felcha con la que mató al centauro) y se mezcló con la
sangre de Neso. El veneno corroía la carne de Hércules y éste al intentar
arrancarse la túnica, se arrancaba también pedazos de carne. Su sangre hervía
y se tiró de cabeza al arroyo más cercano donde las aguas también empezaron
a hervir (posteriormente fueron llamadas Termópilas o “paso caliente”).