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“Así como las señales eléctricas sustentan las redes de comunicación del
mundo, estamos descubriendo que hacen lo mismo en nuestros
cuerpos: la bioelectricidad es la forma en que nuestras células se
comunican entre sí“, explicó en un reciente artículo en el sitio Nesta la
divulgadora científica Sally Adee, una experta en este campo, y autora del
libro “Somos eléctricos”, que saldrá en febrero.
Según Adee -a quien algunos atribuyen haber acuñado el neologismo
“electroma”- “es difícil exagerar cuán total y absolutamente todos tus
movimientos, percepciones y pensamientos, y los míos, están controlados
por la electricidad”.
Los iones circulan por nuestras células, generando una corriente eléctrica.
“Los fluidos de nuestro cuerpo están llenos de estos iones. Los de carga
opuesta se atraen, los que tiene la misma carga se rechazan. Y al circular
por nuestro cuerpo generan una corriente”.
Cáncer
Esa misma “excitación electrónica” que hace que las células cancerígenas
se multipliquen, puede ser usada para un fin positivo: curar heridas.
Como explica Adee, se descubrió que las células de la piel “generan un
campo eléctrico cuando se lesionan“.
“La corriente de la herida llama al tejido circundante, atrayendo
ayudantes como agentes curativos, macrófagos para limpiar el desorden
y células reparadoras de tejido de colágeno llamadas fibroblastos”, señala.
“Uno de los motivos por lo que no hay más personas tomando riesgos es
que no hay financiamiento. Las personas quieren ir a lo seguro“, señala.
Un segundo factor por el que falta inversión en este campo es comercial,
dice.
Por su parte, Leppik opinó que “el médico y biólogo promedio estudió
Física en la universidad y creo que entiende los conceptos básicos de la
electricidad. Pero también entienden lo poco que saben sobre las
reacciones celulares a la electricidad”.
En ese sentido, el trabajo en el que colaboraron ambos mostró que no
existen pautas claras que especifiquen cómo utilizar la electricidad en un
consultorio o una mesa de operaciones.
Ni siquiera está claro si se debe usar corriente directa o alterna, cuánto
tiempo se debe aplicar y qué tan fuerte debe ser.
“Es uno de los principales desarrollos que están por suceder. Es solo
cuestión de tiempo”, predice Djamgoz, quien señala que la financiación
para esta área científica está aumentando.
Barker, en tanto, advierte que, aunque el potencial es indudable, la ciencia
no suele crecer de forma lineal.
“La electricidad sirve para curar. Punto. Hay muchas investigaciones que
lo prueban. Pero hace 40 o 50 años también sabíamos que los autos
electrónicos tenían muchas ventajas, y sin embargo tuvo que llegar el loco
de Elon Musk, que se jugó invirtiendo en esa industria, para cambiar el
stato quo“, observa.
El experto cree que el interés por usar la electricidad para usos médicos
seguramente crecerá ahora que “está explotando el campo de la
microelectrónica”.
“No tengo dudas de que será un gran avance. Solo falta que desarrollan
un dispositivo fácil de usar”.