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Los Cuatro Cerebros

Teoría de los Cuatro Cerebros:


Neurobiótico, Neuroentérico,
Neuroencéfalo y Neurocardio

Por la HamerMedic University

Venezuela, 2019

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Teoría de los Cuatro Cerebros:
Por el Dr. José Azócar

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La mente humana siempre ha creído que existe un solo cerebro. Nada más
lejos de la realidad. Tanto animales mamíferos como humanos, poseemos no
uno, ni dos, ni tres cerebros. Asombrosamente poseemos cuatro. Sí, cuatro
cerebros a todo dar. El venezolano Neurocientífico Investigador José Azócar,
PhD, (2016), los ha denominado con los siguientes nombres según su
respectivo orden de aparición en la naturaleza bien sea por evolución o
creación: el Neurobiótico, el Neuroentérico, el Neuroencéfalo y el
Neurocardio. Para el mundo de la medicina, tanto en la salud física como la
mental, la no comprensión y aplicación en la praxis médica en cuanto
al diagnóstico, pronóstico, prevención y terapéutica de estos cuatros
cerebros nos lleva a pensar que la medicina ha venido cojeando desde
tiempos inmemorables hasta nuestros días. Y he aquí, amigo lector, lo
invitamos a seguir leyendo para que sea usted mismo quien dé su veredicto
final al respecto. Y si usted, amigo lector, es un profesional de la salud, y no
sabe de esto, pues dejará mucho qué pensar en su praxis médica a partir de
ahora mismo si ignora esta información que, aunque sencilla, sabemos puede
llevarlo a una verdadera medicina científica 100% precisa y demostrable en
todo momento, con su debido respeto. ¿Se atreve a descubrirlo?

El Dr. Azócar asegura que el conocimiento de las funciones de los cuatro


cerebros en la salud física y mental es crucial para hacer un salto cuántico en
la medicina. Se trata de cuatro cerebros, de los cuatro puntos cardinales de
la Neurología y toda la Ciencia Médica en su mayor esplendor; y de estos
cuatros, aunque todos son importantes y tienen participación tanto para
enfermarnos como para curarnos, sólo uno, en la brújula de la salud, apunta
hacia el norte, hacia el polo magnético; el que lleva el control de nosotros
desde el principio de la vida humana, y aquí lo descubrirá.

Ahora bien, todo lo aquí expuesto, amigo lector, usted mismo puede
corroborarlo en el internet, si es de su interés, -porque entre el cielo y el
internet no hay nada oculto- vamos a mencionar y describir brevemente las
características más sobresalientes de cada uno de nuestros desconocidos
cuatros cerebros. Respire hondo que aquí vamos:

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El Neurobiótico: También conocido
como el “Cerebro Microbiótico”. Es
el cerebro más primitivo y a la vez el
más polémico de entre todos los
cerebros que aquí mencionaremos.
Es el menos conocido por la ciencia,
ya que se trata de un cerebro
mancomunado de microscópicos
seres vivos que están dentro, entre y
fuera de nosotros. Pareciera ajeno a
nosotros mismos, pero está más
involucrado con nuestras funciones
orgánicas de lo que mente humana
pueda llegar a imaginar. A este
cerebro lo constituyen todos los
microorganismos que viven en
simbiosis con nosotros (es decir, que
viven en armonía y cooperación con
nosotros). Entre ellos tenemos a los hongos, micobacterias, bacterias, y
aquellas reales biomoléculas identificadas, como virus o parte de ellos -
puesto que hay escasa evidencia científica verdadera de la existencia de la
mayoría de los virus que se nos mencionan. Nótese que curiosamente son
cuatro los microorganismos que existen y conforman el Neurobiótico, tal
como existen también cuatro cerebros y cuatro tipos de tejidos o
simplemente capas embrionarias: capa endodérmica, capa mesodérmica
cerebelosa, capa mesodérmica cerebral y capa ectodérmica, de lo que están
hecho cada uno de nuestros tejidos orgánicos. Esta red neurobiótica
constituida por microorganismos con autonomía propia interfiere en
cualquier función orgánica, y en conjunto constituye el cerebro más grande
del ser humano conformado en número de 10 microbios por cada célula de
nuestro cuerpo. Por ejemplo, si nuestro cuerpo tuviera 100 células en total,
entonces tendríamos 10 microbios por cada una de ellas en promedio. En
total sumaría 100x10=1000 microbios en un cuerpo de 100 células-
sorprendente, ¿verdad? -. Estamos hablando de billones de ellos que viven

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en simbiosis con nosotros. Su mayor concentración se
halla en los intestinos donde comparte lugar e
interacción neurobiológica con el cerebro intestinal (el
Neuroentérico). Todos ellos están estrechamente
relacionados con los “biofotones” (luz viva)
descubiertos por Alexander Gurwitsch (1874–1954)
que son microscópicas luces con vida propia que toda
planta, animal o humano posee en todo su cuerpo en
menor a mayor grado y se desplazan como unos
microorganismos vivientes según la dirección que le indique su naturaleza, y
que aún se sabe poco o nada de ellos, y en otros casos, se oculta su
verdadera naturaleza. Lo que sí se sabe es que mientras
más biofotones tenga un ser vivo más saludable es. Otra cosa de la que poco
se menciona es que algunos científicos concuerdan que estas misteriosas y
prometedoras “luces vivas” son las verdaderas “células madres arcaicas” del
principio del mundo vivo y esto lo comprobó el
genio médico Dr. Wilhelm Reich, quien los
denominara Biones (iones vivos). Al parecer, ellas
reaccionan, como todas las células, con el campo
electromagnético del corazón (el Neurocardio), y
que pueden transformarse en cualquier célula del
cuerpo y hasta en cualquier microbio que el
organismo necesite para cumplir una tarea
importante en nuestra salud. Hasta ahora son
pocas las pruebas que se tiene de esto.

El Neurobiótico está subordinado a todos los demás cerebros restantes, pero


también puede tomar autonomía sin el consentimiento de los mismos,
siempre y cuando el cerebro dominante, a nivel de conciencia, en una
persona sea éste, el Neurobiótico. El mecanismo de acción del Cerebro
Microbiótico sobre nuestra conducta se debe, en gran parte, a que tenemos
microorganismos especializados que pueden elaborar cualquier
neurotransmisor, hormona, enzima, sustancia psicotrópica, entre otras, que
cualquiera pueda imaginar, y esto muy pocos médicos lo saben.

Nuestro organismo funciona en gran parte gracias a la electricidad. Todos


nuestros sentidos, el comportamiento y la inteligencia emergen de las
comunicaciones eléctricas entre las neuronas de nuestros cerebros. Ésta es

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una capacidad muy arcaica tanto que, las
células más evolucionadas, “las
neuronas”, la comparten con otras que
están muy abajo en la escala filogenética
(evolutiva): las bacterias, que ni siquiera
tienen un núcleo definido como sí lo
tienen las neuronas. Básicamente ambos
tipos de células utilizan el mismo sistema para sus comunicaciones biológicas
y mancomunadas. Las bacterias que viven en comunidades, tales como las
que viven en simbiosis con nosotros, se comunican entre sí
bioeléctricamente, a través de proteínas llamadas "canales iónicos”, lo
mismo que las neuronas que conforman nuestros otros tres cerebros.
Estos canales iónicos son proteínas, compuesta especialmente
de glutamato, que atraviesan la membrana celular y permiten el paso
de iones para generar una corriente eléctrica con una información específica
que sólo ellas y las neuronas que conforman los otros tres cerebros pueden
codificar. Curiosamente el glutamato es usado por las neuronas como
neurotransmisor para comunicarse unas con otras.

En una investigación realizada por biólogos de la Universidad de California


en San Diego y publicada en la revista "Nature", encontraron que las
neuronas son la forma o versión evolucionada de una bacteria, al menos
biofísicamente hablando, que usan los canales iónicos tal como
las neuronas. "Gran parte de nuestra comprensión de la señalización eléctrica
de nuestro cerebro se basa en estudios estructurales de los canales iónicos
bacterianos", y todo “parece funcionar muy parecido a un cerebro
microbiano", señala Gürol Süel, profesor asociado de Biología Molecular en
la Universidad de California en San Diego, que ha dirigido la investigación.

Sin embargo, otros científicos sostienen que tanto los hongos, micobacterias,
bacterias y aquellas biopartículas denominadas virus, tienen una
comunicación y comportamiento igual o parecida. Todos los
microorganismos, en mancomunidad, que viven en simbiosis con nosotros
están sometidos a las leyes biopsíquicas, biofísicas, bioquímicas y biológicas
por igual; y en vista a que están sometidos a estas leyes, como en efectos
están sometidas los otros tres cerebros restantes, los microbios se han
ganado neurobiológicamente ser denominados nuestro Cerebro Microbiótico
o Neurobiótico con todas la de la ley. Inclusive, dentro de las 5 Leyes

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Biológicas descrita por el Dr. Hamer, específicamente la “Cuarta Ley”, es
exclusiva para ellos, y fue llamada así: “Sistema Ontogenético de los
Microbios”, en donde se aclara que la actuación de ellos en nuestro
organismo cuando enfermamos y entran en acción (conocido como
infección) no es para hacernos daño, como se cree en la medicina oficial, sino
para ayudarnos con el proceso curativo. No obstante, existen
microoorganismos Grampositivos y Gramnegativos, y generalmente los
Gramnegativos a veces se pasan de la raya en este proceso de curación y
tienden a provocar estragos muy desagradables para nuestra salud los cuales
hay que atender de inmediato.

Características Psicobiológicas Predominantes del Neurobiótico:

 Tipo de Amor: De los cuatro tipos de “amor” que existen (Eros, Storgé,
Philia y Ágape), aquí subyace el llamado amor “EROS”, que es el amor
erótico y pasional. Neurocriminológicamente hablando (ciencia que
estudia la mente criminal), es de éste de donde derivan las violaciones
y demás acciones afines. Sólo hay placer sin importar nada más, y se
debe complacer por la vía que sea posible. El tipo de “oxitocina”
(hormona del amor) que conlleva a este tipo de conducta, por poner
un ejemplo, es generada por ciertos microorganismos en nuestros
intestinos; de allí pasa a nuestro torrente sanguíneo, y como un
psicotrópico cualquiera, obraremos según la calidad de esta oxitocina
que, aunque igual químicamente hablando a las demás oxitocinas
producidas por los tres cerebros restantes, se diferencia por la
información y la energía con la que están hechas y cargadas
respectivamente.
 Nivel de Conciencia: De los cuatro tipos de conciencia que existen,
aquí domina el “INCONSCIENTE”. Se caracteriza por ser una mente
bloqueada en todos los sentidos, es incoherente. Es una conciencia
muerta. Pueden matar sin remordimiento.
 Estado de Acción Mental: la persona actúa por impulso, típico de una
mente “REACTIVA” por excelencia.
 Plano Espiritual: La persona se encuentra en un plano de
“INFRAMUNDO”. Coloquialmente hablando, dan la sensación de estar
poseídos por entes demoníacos, como suele decir el vulgo.
 Cuerpo Dominante: El cuerpo dominante aquí es conocido en la
psicología como el “EGO”, mejor conocido como los “YOES”. También

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recibe el nombre de “LEGIÓN”, porque son muchos. Cuánticamente
hablando, se trata de un cuerpo ilusorio, pero cobra vida gracias a
nosotros mismos, porque creemos que somos ese cuerpo ilusorio
llamado EGO, porque el “sistema” que gobierna este mundo nos lo
hace creer así. Aquí encaja cuánticamente la película que se llama la
MÁTRIX.

El Neuroentérico: También conocido


como Cerebro Entérico o Intestinal. Es
nuestro segundo cerebro más antiguo.
Tiene autonomía propia y conjugada (en
equipo) con el resto de los tres cerebros.
Como cerebro al fin- ya que posee
neuronas- durante el desarrollo
embrionario, los intestinos, aunque
inervan (que nacen) endodérmicamente
(del tronco cerebral) de nuestra cabeza,
misteriosamente se le revelan a éste, y en
medio de su formación en el embrión los
intestinos dan un giro de 180 grados,
permitiéndoles neurobiológicamente no
ser dominado del todo por el Cerebro
Encefálico. Este fenómeno es lo que hace posible que
el Neuroentérico pueda tener autonomía en las decisiones y funciones
orgánicas, aunque inerve y sea también controlado por su jefe inmediato:
el Neuroencéfalo. Así pues, el cerebro intestinal está constituido por
aproximadamente 100 millones de neuronas. Recibe y comparte
comunicación neurobiológica con su cerebro subordinado: el Neurobiótico.
Los estudios científicos arrojan que el Cerebro Intestinal manda más
información y órdenes al Cerebro Encefálico de lo que éste recibe de él. Tiene
un dominio inmediato sobre las funciones del estómago, el hígado, el
páncreas, el duodeno, intestino delgado e intestino grueso, que el Cerebro
Encefálico no posee. Esto hace posible que, aunque a alguien se le practique
una hemisferectomía (extraerle la mitad del hemisferio cerebral) a una
persona, aún sus órganos que inervan y son supuestamente controlados por
este hemisferio que extirparon, se mantengan cumpliendo sus funciones

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orgánicas naturales. Pues el Neuroentérico se encarga de las funciones de
ellos tan igual o mejor que el Neuroencéfalo. Ésta es parte de su competencia
como cerebro autónomo. Todos estos órganos están conectados
neurológicamente y a merced del cerebro intestinal.

Características Psicobiológicas Predominantes del Neuroentérico:

 Tipo de Amor: Aquí subyace el llamado amor “STORGÉ”, que es el


amor de la sangre familiar: papá, mamá, hijos, sobrinos, abuelos, tíos,
etc. Es el amor del vínculo familiar o de todo aquel que la persona
considere como parte de su familia. Este amor está condicionado por
el vínculo de la sanguinidad y consanguinidad. No se ama en balde.
Predomina el amor sexual reproductivo. Se siente amor porque se está
enamorado o simplemente le gusta. El tipo de “oxitocina” que
despierta este amor es generada por nuestros intestinos; de allí pasa a
nuestro torrente sanguíneo. Su calidad en energía e información es
superior a la microbiótica. Es la responsable de la sensación de
mariposeo que ocurre en nuestros intestinos cuando nos sentimos
enamoramos.
 Nivel de Conciencia: De los cuatro tipos de “conciencia” que existen,
aquí domina el “SUBCONCIENTE”. Es aquella conciencia que, por efecto
de una ingesta de alcohol u otro psicotrópico, o por traumatismo, nos
lleva a casa sin recordar nada de cómo llegamos. Es la que no nos hace
caer de la cama mientras dormimos. En esta subconsciencia, las
personas no dan su brazo a torcer. Aprenden de forma pasiva. No
reflexionan. No se cuestionan las cosas. Sólo son receptores de
información y nada más. No investigan. Tienen poco o nada de
creatividad. Siguen a líderes ciegamente. Viven como si pertenecieran
a una manada: pocos son alfas y muchos son betas. Guardan lealtad
ciega, sin detenerse a reflexionar si está bien en lo que creen, en quien
cree y en lo que hacen según les dictó el que lo manipula o aquel que
le sembró la información consciente o subconscientemente. Es el
cerebro al que más atacan los medios publicitarios y mensajes
subliminales. Viven para ser entrenados como a unos súper animales y
nunca se dan cuenta. Son los propios esclavos de la NATURALEZA
ANIMAL.
 Estado de Acción Mental: la persona actúa por “INSTINTO, típico de
una mente “INSTINTIVA” tal como los animales la tienen.

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 Plano Espiritual: La persona se encuentra en un plano del “MUNDO
ANIMAL”. La persona vive para nacer, crecer, reproducirse y morir. Así
ven y viven la vida, literalmente como los animales.
 Cuerpo Dominante: El cuerpo dominante aquí es el “BIOLÓGICO”,
mejor conocido como “CUERPO CARNAL”. También recibe el nombre
de “CUERPO FÍSICO”, porque es el que vemos y tocamos. En este tipo
de cuerpo es que se encuentra la ciencia que todos conocemos,
carente realmente de sentido crítico y natural de las cosas, donde no
se ven las cosas tal como se manifiestan sino como el científico
de conciencia intestinal quiere que se vea. No hay respeto por la
realidad imperante. La metodología y reglas que determinan cuándo
algo debe ser científico son tan burdas como el plano intestinal mismo
donde surgieron. Esta ciencia es puramente carnal. Es tan carnal, que si
no se observa ni se mide el fenómeno en estudio, de acuerdo a sus
criterios impuestos por otros que no quieren que de verdad
despertemos y pensemos, no puede ser reconocido como ciencia aun
cuando no les quede la menor duda de que se encuentran ante una
realidad irrefutable. Los científicos sujetos a esta ciencia carnal son
prejuiciosos, creídos, orgullosos, y se irritan ante una verdad
inminente. Igual no echarían por tierra aquello en lo que creen porque
lo dijo un científico reconocido que le han dado un premio Nobel y ha
salido en revistas y medios de comunicación científicas de alto
prestigio; todo hasta el punto mismo de defender la peor estupidez
nunca antes contada a cuesta de lo que sea. En fin, son manipulables y
flojos para pensar por cuenta propia. Se tornan lo más parecido a un
personaje cómico llamado Homero Simpson.

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El Neuroencéfalo: Mejor conocido por
todos como el “Cerebro”- puesto que la
mayoría piensa que es el único que
poseemos. El Cerebro Encefálico es el más
popular de todos los cerebros, el que casi
todos creen que es el único que existe, y
el más estudiado, por supuesto, por la
ciencia en todos sus estilos. A él se le
atribuye el centro control de todas las
órdenes de nuestras funciones orgánicas
porque de éste inervan (surgen)
embriológicamente todos nuestros demás
órganos, incluyendo el intestino (el
Neuroentérico) y el corazón (el
Neurocardio), según la ciencia de la
embriología. No obstante, cuando de mando y comando
neurobiológicamente se trata, se ha demostrado en numerosos estudios
científicos que el Neuroentérico y el Neurocardio tienen autonomía propia
indistintamente si inervan o no del Neuroencéfalo. Esto no suele suceder con
el resto de los demás órganos. La explicación lógica de este fenómeno es que
tanto el intestino como el corazón, al poseer neuronas como
el Neuroencéfalo mismo, se revelaron embriológicamente y sufrieron de una
rotación que les permite poseer semejante autonomía. De lo contrario,
el Cerebro Encefálico fuera el rey neurobiológico absoluto con mando y
comando de todo nuestro cuerpo. De no haber sido así, entonces qué
sentido biológico tiene que el intestino y el corazón posean una central
de neuronas como el encéfalo mismo. Si están allí, es por algo, y nada ni
nadie le quitarán su papel como “cerebro” en nuestro cuerpo. La
NATURALEZA así lo dictaminó, y no hay ni habrá teoría, hipótesis o cualquier
estudio tildado de científico, con o sin el consentimiento de nadie, que pueda
con las Leyes Bilógicas con las que se expresan en la NATURALEZA.

El Neuroencéfalo humano está conformado por aproximadamente 100 mil


millones de neuronas, mil veces más que el Cerebro Intestinal. Aun así, no
domina en número al Neurobiótico que son 10 microbios (con capacidad
neuronal) por cada célula que nos constituyen, incluyendo a las neuronas.

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El científico que mejor ha
acertado en los estudios sobre
este cerebro es el médico
alemán Dr. Ryke Geerd Hamer,
quien señaló con mucha
precisión, válido tanto para
animales como humanos, de
dónde en sí inervan
topográficamente del cerebro
encefálico cada tejido que
componen nuestro cuerpo. Más sorprendente aún, logró identificar y
enunciar las 5 Leyes Biológicas que rigen nuestra naturaleza orgánica, y la de
los animales y plantas; y por medio de ellas pudo identificar el origen de las
enfermedades para cada tejido orgánico con gran maestría, a tal punto, que
se cumple en todo momento queramos o no. Ley es Ley. Y las Leyes
Naturales, aunque no nos parezcan ni nos convengan en algunos momentos
de nuestras vidas, son indetenibles e irrefutables, a menos que seamos unos
dioses.

El Dr. Hamer es el médico que mejor conoció a este cerebro en todo el


planeta tierra, sin temor a equivocarnos, con más de 30 años de estudio
exclusivo ininterrumpido. Este cerebro tiene la dirección biológica de revelar
a la conciencia humana todo ese proceso al que suelen denominar SALUD-
ENFERMEDAD. La Tomografía Cerebral Simple (sin medio de contraste) así lo
valida científicamente tanto para humanos como para animales. Pero, ¿es
este cerebro el órgano centro control absoluto o más importante de todos los
cerebros restantes? Preguntas como éstas, pueden ser respondidas cuando
conozcan más adelante al cuarto cerebro que nos compone: EL
NEUROCARDIO. Por ahora, culminemos con el Neuroencéfalo.

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Características Psicobiológicas Predominantes del Neuroencéfalo:

 Tipo de Amor: Aquí predomina el llamado amor “PHILIA”, que es el


amor más allá de la familia. Es de donde nace la verdadera amistad sin
fronteras. Incluye a las personas que no conoces pero que quieres
ayudar y proteger. Es el amor de la ayuda humanitaria y
medioambiental (ecológica). Es un “amor al prójimo” pero no como así
mismo. En las parejas, predomina el amor con respeto y
responsabilidad. Se siente amor para siempre. Se está enamorado de
por vida de una sola persona. El tipo de “oxitocina” que despierta este
amor por los demás y el medio ambiente es generado por nuestra
“glándula pituitaria” en el encéfalo directo a nuestro torrente
sanguíneo. La calidad de esta oxitocina es mejor que la intestinal y la
microbiótica. Esta hormona tiene información y energía mejor
elaborada porque viene del alma.
 Nivel de Conciencia: De los cuatro tipos de “conciencia” que existen,
aquí domina el “CONCIENTE”. Es aquella conciencia que nos hace más
humanos, más ecológicos, más filántropos (que gustan por ayudar a los
que no tienen ni pueden).
 Estado de Acción Mental: la persona actúa por “RACIOCINIO”, es típico
de una mente “RAZONABLE”. Es más lógica y reflexiva. Tiende a
cuestionar toda información venga de quien venga. La creatividad y la
imaginación fluyen en ella. Son más comprensibles y sensibles a las
buenas acciones.
 Plano Espiritual: La persona se encuentra en el plano del “ALMA”. Ésta
no vive sólo para nacer, crecer, reproducirse y morir. La persona
consigue sentido a su vida terrenal hacia un sentido espiritual,
acercándose más al corazón de la gente. Pero no deja de creer que
todo se vive y se paga en este mundo, y que fuera de éste no hay otro.
Sigue sin desprenderse del materialismo porque depende mucho de
ello para ser como quiere llegar a ser, para ayudar, para proteger, para
hacer feliz a alguien. Nuestra alma es lo que nos asemeja a
comportarnos como seres humanos. Nuestra alma nos imposibilita
pensar como dioses, literalmente hablando, y mucho menos poder
reconocer que hay un espíritu que por ser una gota en imagen y
semejanza de DIOS ya nos hace pequeños dioses por encima de unos
simples e insignificantes humanos.

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 Cuerpo Dominante: El cuerpo dominante aquí es el “PSÍQUICO”, mejor
conocido como “CUERPO PSÍQUICO” o “CUERPO BIOPSÍQUICO” porque
tiene vida (alma viviente). Biofísica o cuánticamente hablando, se trata
de un cuerpo en “imagen y semejanza” a nuestro cuerpo biológico, con
la salvedad de que está elaborado “subatómicamente” con materia
más sublime, de energía menos condensada, que no puede ser
apreciada por nuestros cinco sentidos. Funciona como un recipiente de
todo aquello que, aunque científicamente no puede observarse ni
medirse, desde el menos reconocido hasta el más brillante de los
científicos sabemos que hay cosas como el alma y el espíritu que de
alguna manera todos poseemos. Es como querer decir que el amor no
existe sólo porque no puede observarse ni medirse según las actuales
metodologías científicas. Sin embargo, nadie puede negar que ha
sentido amor en algún momento de su vida. En tal sentido, son los
hacedores de los criterios de la ciencia convencional quienes deben
amoldarse a observar lo inobservable y a medir lo inmedible, según
ellos. Es imperante tener una Ciencia con Alma y Espíritu para poder
entender mejor cualquier fenómeno de la naturaleza por insignificante
que sea.

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El Neurocardio: También
conocido como “Cerebro
Cardíaco” es, de entre
todos los cerebros, el más
pequeño, pero a la vez el
más inteligente y
prometedor de todos ellos.
Está compuesto de
aproximadamente 40 mil
neuronas y todas están
contenidas en el órgano del corazón. De aquí a su nombre: Neurocardio.
Tiene autonomía propia independientemente de que inerve -al igual que
el Cerebro Intestinal- del Neuroencéfalo. Esto es lo que se dice del corazón, y
de todos los demás órganos, con respecto al Cerebro Encefálico: “que el
corazón inerva del cerebro según sostiene la embriología actual. Pero, ¿hasta
dónde es verdad todo esto?

El Institute of HeartMatch de California, comprobó con numerosos ensayos


que neuroeléctricamente el Cerebro Encefálico recibe más información del
corazón de la que éste le manda a él. EL corazón nunca para de mandarle
información al Neuroencéfalo. También observaron que ante un estímulo
psicoemocionalmente bueno o malo, el corazón bioeléctricamente
reaccionaba primero que el Cerebro Encefálico por fracciones de segundo de
diferencia, llegándose a la conclusión de que el órgano o cerebro que capta
como “Antena WIFI” los estímulos internos y externos de índole
psicoemocional y más allá en nuestras vidas es el corazón gracias a sus
neuronas especializadas y al campo electromagnético que éste posee. Y más
asombroso aun, la investigación arrojó que fracciones de segundo antes de
que una persona percibiera por los órganos de la visión imágenes
“agradables y/o desagradables” de forma aleatoria ante un ordenador
(computador), el Neuroencéfalo respondía positiva o negativamente, en
término bioelétrico, al momento mismo de que la imagen se reflejara en
pantalla del computador. Sin embargo, el Neurocardio misteriosamente
respondía en término bioelétrico “agradable o desagradable” fracciones de
segundo antes de que la imagen apareciera en pantalla, llegándose a la
deducción de que el Neurocardio posee la capacidad de anticiparse a
cualquier estímulo antes de ser percibido por el sentido de la visión, aunque
otros hechos afirman que este fenómeno ocurre no sólo con la visión, sino
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también con los otros sentidos restantes: olfato, gusto, tacto y audición. El
Neurocardio intuye con certeza. Predice con maestría, entrando en una
dimensión donde el tiempo y el espacio cuánticamente no existen. De allí al
fenómeno de anticiparse a los hechos antes que se manifiesten. A esto se
refería Albert Einstein cuando afirmó que “el tiempo en general no es lo que
parece. No se mueve sólo en una dirección, y el futuro existe
simultáneamente con el pasado”. Se nota que este científico usaba una
conciencia un poco más elevada de la vida que lo llevó a tener renombre.
Todo esto se puede explicar desde la famosa Física Cuántica que éste
dominaba lo suficiente para entonces.

Por lo tanto, es lógico concluir que el “Shock Vivencial “que se produce a


nivel psíquico, mejor conocido como DHS (Síndrome de Dirk Hamer) que da
origen realmente a lo que conocemos como enfermedad no es captado
primero por el Cerebro Encefálico como se piensa a través de nuestros cinco
sentidos comunes y corrientes. El evento o shock psíquico o biopsíquico que
enciende al DHS es primero captado por el sentido de la intuición fracciones
de segundo antes que el Neuroencéfalo lo pueda captar por medio de sus
cinco sentidos, ya que éstos son los receptores únicos con los que el Cerebro
Encefálico percibe el mundo que nos rodea. Es decir, el Neurocardio no
precisa de los sentidos del olfato, el gusto, la visión, el tacto y la
audición para captar necesariamente el evento que originará el DHS; en
cambio, el Neuroencéfalo, sí. Esto significa que en la secuencia Psiquis-
Cerebro-Órgano, dispuesto por el Dr. Hamer para explicar secuencialmente
cómo enfermamos, no es que esté mal estructurada, porque de igual forma
sigue esa misma correlación. Lo que se debe considerar es que hay cuatro
cerebros, y el Neurocardio es, científicamente demostrable, el primero en
captar y transmitir al resto de los cerebros el evento que origina el DHS. Vale
decir entonces que la correlación adecuada para el proceso conocido como
enfermedad es Psiquis-Cerebro(s)-Órgano. En otras palabras, primero
el Neurocardio capta el evento, luego de forma casi imperceptible se lo
transmite al Neuroencéfalo; éste se lo pasa al Neuroentérico y finalmente el
último por capturarlo es el Neurobiótico. Cada cerebro en su nivel colaborará
en este proceso llamado SALUD-ENFERMEDAD, aunque uno de ellos
dominará sobre los demás, y este dominio dependerá del nivel de conciencia
predominante de la persona que ha vivido el DHS para entonces. Y es desde
el corazón de donde es posible resolver el conflicto que originó el DHS y
desde donde nacen los mejores procesos curativos y sanadores.
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Dada la importancia de que el corazón tenga neuronas, ha nacido una nueva
especialidad médica derivada de la cardiología. Se trata de
la Neurocardiología. Numerosos estudios, entre ellos los aportados por los
investigadores del Institute of HeartMath han realizado experimentos que
demuestran que la función del corazón no se limita sólo a bombear sangre
como se cree (Ciencia del Corazón - Explorando el papel del corazón en el
Rendimiento Humano - Science of The Heart - Exploring the Role of the Heart
in Human Performance).Los estudios sugieren que el corazón es el órgano
maestro del cuerpo por las razones antes descritas, y por algunas que a
continuación se mencionan:

1. El corazón es el primer órgano que funciona durante la etapa


embrionaria casi siempre a partir del día 19 y 25 del embrión. Se forma
y funciona primero que el Cerebro Encefálico. Esto se debe a que
el corazón es indiscutiblemente el cerebro rector y vital de todos los
demás cerebros y restos de órganos y células que nos componen. Por
eso algunos investigadores sostienen que durante el desarrollo
embrionario el Cerebro Encefálico inerva del corazón y no lo contrario.
Es imposible concebir la idea de que el Cerebro Encefálico, que se
empieza a formar días después de que el corazón ya existe y late, sea
el protagonista de la embriología y se gane el puesto de señalarle de
que de él inerva el corazón, cuando en realidad el corazón es el
primero en hacer acto de aparición; y he aquí, el Neuroencéfalo nace e
inerva de éste, aunque cueste aceptarlo. Sólo es cuestión de hacer un
repaso a la embriología en su primer mes y sacar sus propias
conclusiones. “Honor a quien honor merece”, reza el refrán.
2. Además, tal como se estructura el Cerebro Encefálico, el corazón tiene
también los cuatro tejidos embrionarios que componen al cuerpo
humano: endodérmico (atrios/músculo liso), mesodérmico cerebeloso
(pericardio), mesodermo cerebral (miocardio/músculo estriado) y
ectodérmico (arterias y venas coronarias), por mencionar algunas de
sus partes.
3. El sistema nervioso del corazón contiene aproximadamente 40.000
neuronas sensoriales o neuritas. Una de sus funciones es la de
supervisar las hormonas del corazón, neuroquímicos, frecuencia
cardíaca, información sobre la presión, entre otras. Algunos
investigadores sostienen que las células que componen el corazón, no
son células comunes y corrientes, puesto se cree son capaces desde su
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citoplasma producir cualquier tipo de hormona o alguna en particular
que reemplazaría la función de las demás existentes usadas por el
cuerpo para un fin específico, como por ejemplo el Factor Natriurético
Atrial (FNA), descubierta por el argentino Dr. Adolf de Bold en 1981,
que puede regular la tensión arterial tal como lo haría el Sistema
Hormonal Renina-Angiotensina-Aldosterona producida por los riñones,
lo que significa que el corazón es además un “órgano endocrino”. Es
más, se ha determinado que esta cardiohormona controla a las otras
tres producidas por el riñón cuando éste la segrega. Conocer esto
implica que la insuficiencia renal puede ser revertida si se estimula esta
potente cardiohormona como en efecto algunos científicos lo han
logrado en laboratorio con animales; y otros, con personas a través del
uso de drogas o plantas que la estimulan. A esto los pacientes suelen
llamarle “milagro”; y los médicos, “remisión espontánea de la
enfermedad”. Con todo el respeto, amigo lector, también se le conoce
como ignorancia. Aunque nunca es tarde desaprender para
reaprender.
4. Por mencionar algunas células especializadas del corazón, las células
adrenérgicas de éste, pueden producir neurotransmisores tales como
la noradrenalina, adrenalina y la dopamina. En este caso, también se
les conoce como cardioneurotransmisores.
5. El corazón humano es el órgano que genera el campo
electromagnético más fuerte que cualquier órgano del cuerpo. De
hecho, el campo electromagnético del corazón se puede medir hasta 2
y 4 metros de distancia de su cuerpo. Además, este campo de energía
cambia en relación con sus emociones.
6. Existe un campo electromagnético para cada órgano y cada célula de
nuestro cuerpo. Puesto que el corazón genera el campo
electromagnético más fuerte, la información almacenada en su campo
electromagnético afecta e influye sobre cada órgano y célula. Se llegó
a determinar que el campo eléctrico que genera el corazón es casi 60
veces más grande que el que genera el Cerebro Encefálico. Además,
medido a través de dispositivos muy sensibles, el campo
magnético producido por el corazón es 5 mil veces más grande en
fuerza que el campo generado por el Cerebro Encefálico (dentro del
cráneo) y puede ser detectado de 2 a 4 metros de distancia del cuerpo
y en todas direcciones. Su forma se asemeja a la forma de dona o
mejor conocido en la física como un toroide (tubo toro).
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7. El Neurocardio y el Neuroencéfalo siempre se están comunicando a
través del sistema del nervio vago y el campo electromagnético del
cuerpo. Es a través de este proceso de comunicación dinámica
que la conciencia del corazón puede cambiar la forma en que
el Cerebro Encefálico procesa la información, y puede afectar la forma
en que fluye la energía vital del cuerpo.
8. Se ha encontrado que los latidos del corazón son afectados por los
estados y emociones internas, incluyendo el trastorno en el ritmo
cardíaco cuando estamos experimentando distrés o emoción
negativa. Por el contrario, cuando nos sentimos positivos, los ritmos
cardíacos son más cohesionados y golpean con más regularidad y de
manera constante.

Características Psicobiológicas Predominantes del Neurocardio:

 Tipo de Amor: Aquí nace el llamado amor “ÁGAPE”, que es el amor


totalmente incondicional y reflexivo. Es el “amor al prójimo” tanto
como así mismo. Vale igual amar a la pareja como amar a otra persona
que ni siquiera es su familia y de la que no estás enamorada. Se siente
amor para siempre hacia la persona así ésta le haga el peor de los
daños, inclusive llevarlo a la muerte misma. Es conocido como el
“Amor de Dios”. El tipo de “oxitocina” que despierta este amor
incondicional es generado por células especializadas del corazón que
luego será vertido al torrente sanguíneo. Esta hormona también se
activa con el perdón de corazón. Esta oxitocina cardíaca tiene
capacidades curativas que escapan de la lógica, tiempo y espacio de
cualquier médico. Y es una de las responsables de las milagrosas o
inexplicables remisiones espontáneas de las enfermedades
(enfermedades que se curan de la nada).
 Nivel de Conciencia: De los cuatro tipos de “conciencia” que existen,
aquí domina el “SUPRACONCIENTE”. Es aquella conciencia que nos
asemeja a Dios, es decir, al pensamiento divino. Todo lo ve claro. Es
muy sabio. Se anticipa con maestría a cualquier acontecimiento. Desde
la SUPRACONCIENCIA nadie se enferma, pues la persona todo lo
espera, nada le traumatiza, nada lo engancha. Con nada se identifica.

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 Estado de Acción Mental: la persona actúa por “INTUICIÓN”, típico de
una mente “INTUITIVA”. Cree para ver, pero no ve para creer. Son esas
personas que tienen la capacidad de anticiparse a las cosas que van a
suceder.
 Plano Espiritual: La persona se encuentra en el plano del “ESPÍRITU”.
La persona consigue sentido a su vida únicamente en el
plano espiritual. Lo terrenal no le importa en lo absoluto. Sabe que no
somos un espíritu animado por la carne, sino que somos un espíritu
encerrado en la carne que anima y da vida a nuestras vidas. Vive sin
estrés, ni distrés. Más bien llega al EUTRÉS, que es el estrés del
equilibrio y la armonía. Se enfrenta a lo peor del mundo (por ejemplo,
a la muerte) sin que éste le robe su paz interior en lo más mínimo.
 Cuerpo Dominante: El cuerpo dominante aquí es el “ESPIRITUAL” o
“CUERPO ESPIRITUAL”. Biofísica o cuánticamente hablando, se trata de
un cuerpo en “imagen y semejanza” a eso que literalmente llamamos
DIOS, y está hecho de “nada de lo que exista en estos
multiuniversos” que ojo humano haya podido ver o imaginar. Es
energía por encima de la energía conocida. Es andrógina (sin sexo,
Padre-Madre e Hijo-Hija a la vez), es la respiración de la vida, es fuente
del sonido, es acción sin palabras y es energía creadora. A este tipo de
energía muchos estudiosos intuyen y concluyen que se llama AMOR,
específicamente el ÁGAPE -por cierto, desconocido para la gran
mayoría porque difícilmente llegan a amar incondicionalmente y
porque también les cuesta desprenderse de lo material. No puede ser
apreciada por nuestros cinco sentidos. Por ello carece de base
científica. Sólo se vive y se siente. Se experimenta dentro de uno
mismo. Esa es la comprobación científica - ¿lo comprende? -. Y es el
responsable de los inexplicables milagros médicos que todos escuchan
de alguien lejano o cercano, o que hemos experimentado en carne
propia. Y jamás entenderemos cómo pasa porque aún desconocemos
el poder curativo de nuestro cuarto cerebro, el más importante de
todos. Se encuentra alojado en nuestro corazón, usurpado por los
EGOS, confundida por nosotros con el ALMA, contenida en el Cuerpo
Biopsíquico y encerrada en la Cuerpo Biológico (la carne). Recipientes
tras recipientes. Salir de todos estos contenedores, que funcionan
como cárceles del espíritu, es a donde concluyen la gente de elevada
conciencia y espiritualidad se debe llegar. Y esto se logra cuando en el
ser humano predomine el Neurocardio o Conciencia Suprema. Aquí la
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ciencia carnal de nada vale. Mucho menos la aceptará. Mucho menos
la alcanzará.

Un verdadero científico es aquel que observa a la naturaleza tal cual como es


y no como quiera que sea. Es aquel que pisando fondo termina por
comprender y aceptar que cuando de estudio de fenómenos de la Naturaleza
se trata, estará seguro que nada en esta vida se da al azar, que todo está
regido por LEYES NATURALES, y que absolutamente todo está bajo su
irrefutable dominio y control. Es aquel que reconoce que conforme existe un
ser vivo como nosotros con cuatros cerebros, cada uno con inteligencia
autónoma y conjugada, debe dar por seguro que hay al menos un quinto
cerebro fuera de nosotros que rige todo lo que existe dentro de este
mundo: una Inteligencia Superior, a la que solemos llamar NATURALEZA.,
pero aun así, cada uno de nosotros estamos en la capacidad de imitarla,
igualarla, superarla, hasta que finalmente nos superamos a nosotros
mismos. En ese instante, el Neurocardio está en su mejor apogeo.

“Un ser creativo se aparta de lo idéntico para acercarse a lo auténtico”.

Dr. José Azócar

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