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1.

Marioneta

Permitime ser tu títere, tu máscara y tu avatar. Obsequiame los atributos divinos que
tu padre te dió y tu madre quiso que cuides. Usame de embajador en la tierra, la línea directa
entre el cielo y los mal llamados hombres. Cojeme o usame para cojerte mortales. Guiame.
Decime a quién matar, a quién culpar, a quién entender y a quién salvar. Seré tu Oráculo, tu
Tiresias, tu Hermes Trismegisto, tu Faraón, tu Cortesana, tu Maestra, tu Bailarina, tu Pianista,
tu Cineasta y tu Poeta. Ya no puedo admitir ser quien guía mi propio destino. Las fantasías de
los mortales son más poderosas que las divinas dignidades. Ay, perdoná mi insolencia,
porque yo perdono tu desidia y tu hipocresía. Ay, volvé a perdonarme. ¿Por qué cargo juicios
mortales a los herederos del reino? No lo sé, pero… quizás también puedas heredarme tu
reino. Si, si. Seré tu heredero, solo alguien que conoce el fracaso puede ser digno de la
divinidad. Cargaré vergonzosamente con el honor, la virtud, la belleza y el sexo. Me regalarás
la inmortalidad, y cuando estalle mi hogar, flotaré eternamente en el cosmos llorando y
maldiciéndote. No te alejes, quedate. No te voy a hacer daño, solcito. Deja la lira en el catre,
esperame. Dame un beso, Febo hermoso. Nos conocemos desde que te asomaste; ¿te acordas?
No creo que recuerdes. Y si recordaras no te importaría. Ser inmortal es ser incapaz del
olvido. Qué pena. Pobre hijo del rayo y el pavo real. No llores más, estás iluminando la
noche.

2. Me lo merezco
En una sola toma toco clímax, toco fondo.

Me lastima y me perfumo,
respiro humo.
Voy con el fauno al bosque,
le doy mi culto.

Otro desastre joven que le doy mi cuerpo.


no me dejaste verlo
¡me lo merezco!

Soy secreto, soy insulto, sin indulto (soy el preso)


No me acerco, duele serlo.
Me acostumbro me supero y reconstruyo.
Veo el templo dentro tuyo desde lejos.

3. Santuario
Bajaré de la torre hasta la calle
prescindiré de mis pies y de mis manos
imaginaré que soy un casi-humano
y tal vez, entenderé lo que logramos

Y puede ser que no regrese a casa


magnetizado por secretos chinos
y si vuelvo quemaré mis libros
mi monasterio será la terraza

Y cuando veas a ese pobre chico


que fue adorado antes de ser prohibido
buscá el secreto que tienen los ojos
hipnotizados por el brutalismo

y liberalo del pavor al otro


al final no somos tan distintos
humo denso sobre puertos fríos
crearemos nuestro propio mito

4. (cero)
Las cero, el Centro
la una, el Limbo
las dos, el Quiebre
las tres, el Sueño
las cuatro, el Insomnio
las cinco, el Trabajo
las seis, el Sol
las siete, la Academia
las ocho, el Café
las nueve, el Día
las diez, el Humo
las once, el Puente
las doce, el Centro
la una, la Comida
las dos, la Ciudad
las tres, el Habla
las cuatro, el Ocio
las cinco, el Agua
las seis, el Drama
las siete, la Duda
las ocho, la Noche
las nueve, la Cena
las diez, el Orden
las once, la Fiesta
las cero, el Centro

5. realismo ácido
Soy el presunto uso de productos que reduzco a lujos cuando busco ser el que produjo flujos
en sus putos ojos.
No me enojo, es que soy brusco cuando aflojo y en mi tolmo alojo odios que luego
reproduzco.
No me juzguen, no te juzgo.
Usen mis tropiezos y los cientos de momentos que no me miento ni consumo y que soy
humos en el viento.
Sumo segundos al tiempo que lo espero y lo recreo cuando agujo los recuerdos que en
eventos sitúo.
Del super me escabullo y regreso a mi sucucho, donde oyen mis lamentos los tabacos viejos y
los brujos.
Cada rato me acomplejo pero luego me supero y reconstruyo
veo el templo dentro tuyo desde lejos
cuando me duelo eso uso.

6. Arquitectónico
Una corona de aire me conecta con las nubes de rapiña que me asedian, formando una
autopista ilusoria con la cuna de la lluvia. Una lluvia que se está gestando, se está queriendo
meter en el mundo. El viento se divide y se pierde para esquivarme. Luego, se reencuentra
consigo mismo. Él es el río y la piedra soy yo. Un río con corrientes tan fuertes que superan
la contradicción del sentido y van hacia ambos lados sin frenar. Levanto la mirada hacia la
cúpula y sangra gotitas mentirosas. Estas no me logran enfriar. Achico paulatinamente el
ángulo de 90 grados que forma la autopista con el horizonte. Primero 60. Las nubes grises
claras se mueven por un plano del viento inaccesible, no-localizable. Detrás de ellas (¿o a su
lado?) las nubes grises no tan claras forman un colchón de líquido estático que amenaza mi
disfrute de la brisa (¿o lo apremia?). El ángulo se achica hacia los cuarenta y cinco grados
donde los edificios grises quieren pisotear a la flora urbana. Veo sus cimas de cemento
mientras que sus bases son arboledas bien verdes que ocultan el piso, incrementando mi
apoteosis visual en la que soy el que está por encima. Los árboles antes invisibles aparecen
uno detrás del otro y ver uno es verlos todos. Creo que nunca se irán de aquí. El ángulo se
achica cada vez más y allá atrás, cerca del río, los árboles parecen crecer y los edificios
reducirse. Las nubes más negras se alojan ahí. Las nubes más negras del mundo, aptas para el
camuflaje nocturno y la cólera contenida por una ventana en un cuarto porteño. Casi que toco
al pájaro detrás del vidrio, que lucha contra el vendaval y lo derrota. Entre las nubes más
negras, los árboles más altos y los edificios más pequeños, una franja de cielo verdosa, gris,
amarilla, blanca y alguno más, me pide que la espere. Quiere devolverme la luz. Yo quiero
que cuando la traiga, no lastime a las nubes.

7. Pisar el viento
Mi mano tiembla nerviosa cuando me tomo de la saliente. Mis pies se derriten aunque
les pida que no. Tal vez, quería saltar. Arrime los dedos al borde, luego la planta,
luego el talón. Mi mano se relajó. Sostenía todos los amores y dolores del universo
que se aferraba a mi. Le regale el viento como último acto desinteresado. Mi mano.
Ahora se roba rafagas de viento sur amanecido. El corazón latiendo como si fuera su
último momento. El rostro se desfigura en una expresión de hastío y decepción antes
de ser relajado por el pavimento, y el pasto.

8. Espejándome

Camino sobre el piso que voy a pisar


Exhalo oxígeno, oscurezco el sol
Abro los ojos y sueño

Tengo cara pero cuerpo no


Tengo manos pero son de viento
Tengo pies pero se me acaban
Tengo alma pero no me gusta

Tengo ideas pero no las creo


Soy bonito pero soy del otro
La sonrisa se me pega muerta
Se me burla cuando canto solo

Y yo que me veo en tus ojos de espejo


(que me quieren mucho pero lejos)
toco el vidrio y me vuelvo al sueño
tu reflejo me lo quedo

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