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CAPITULO 1

Ludwig estaba viajando guiado por el jefe Skikellimy y varios audaces,


estaban viajando con el propósito de negociar con los Shawnees para
que los misioneros puedan entrar en el territorio de la tribu y puedan vivir
y trabajar en medio de ellos.
Todo fue bien mientras la comitiva avanzó a lo largo del río
Susquehanna, hasta llegar a un arroyo. A mitad de su cauce, la cincha
la cincha de la montura de Lundwig se rompió y él se cayó de espaldas
sobre el agua helada, con la montura encima. El jefe Skikellimy y sus
compañeros estallaron en estruendosas carcajadas. El compañero de
Ludwig le ayudo a levantarse, después que la montura fue reparada
siguieron viajando durante algunos días, en la tarde se detuvieron para
levantar sus tiendas, finalmente Ludwig encontró un lugar para levantar
su tienda.
Todo fue bien la primera noche, Ludwig se sentó en su saco de dormir y
se puso a escribir himnos, mientras escribía, un pequeño movimiento le
llamo la atención, pero no le hizo caso, de inmediato una gran serpiente
apareció, Ludwig no sabía qué hacer, la escena se repitió varias veces,
Ludwig se asustó y salió corriendo de la tienda, le rogo a los indios que
revisaran la tienda.
Los indios fueron y la revisaron, los indios le dijeron a Ludwig “Has
puesto tu tienda en la boca de una guarida de serpientes, te
acostumbras a las serpientes o te vas.”
Ludwig quedo muy avergonzado, pero a pesar de la humillación Ludwig
no se desanimó, siguió con el plan de convencer a los Shawnees , En la
noche su compañero Conrad y Ludwig se sentaron a conversar y su
compañero le dijo ”Ludwig has corrido gran peligro porque los Shanees
planean matarte porque piensan que quieres robarles su deposito de
plata. Logro convencerles que a ti no te interesa el dinero si no sus
almas,” Ludwig le agradeció a su amigo y se pusieron a orar.
CAPITULO 2
Ludwig tenia 4 años cuando su mamá le abandono por irse con otro
marido ya que su papa avía fallecido, el quiso despedirse cuando el
carruaje avanzaba, pero no quiso demostrar el dolor que sentía, sus
lágrimas corrían por sus mejillas, su abuena le dijo “Tranquilo
Ludwig yo cuidare de ti y Dios también” dicho esto lo guio al interior
del castillo, su abuela cumplió su palabra cuido bien de él.
Ludwig tenia clases con su profesor privado, Ludwig era un niño
muy educado, asistía a la iglesia varias veces a la semana, a la
gente le parecía extraño que niños tuvieran una fe muy grande en
Dios. Ludwig estaba sentado a la mesa con su biblia abierta leyendo
y orando, cuando de pronto un destacamento de soldados sueco
irrumpió en el interior del castillo. Ludwig levanto la vista, vio a los
soldados, y volvió a su oración y su lectura bíblica. Los soldados se
detuvieron y dijeron que no podían saquear lugar porque Dios lo
guardaba.
Cuando Lugwig tenía 10 años la mamá de Ludwig fue a buscarle
para llevarlo a un colegio internado, Ludwig no quería, pero la
decisión ya estaba tomada, cuando llego al colegio internado en
seguida unos niños empezaron a molestarlo, diciendo “Ahí va el
niño mas listo e inteligente”, en varias ocasiones le ponían el pie o
sus libros para que se tropezare, como el maestro no estaba
dispuesto a escuchar a Ludwig, él se sentía triste.
Ludwig viva en un estado de temor y conmoción, a pesar de ser un
colegio cristiano era muy diferente al castillo de su abuela.
En las noches cuando iba a la cama Ludwig se ponía a pensar en
todas las humillaciones que le avían echo durante el día, pero él
decía “Esta vergüenza no me aplastara al contario me levantara”
CAPITULO 3

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