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PAUL SIGNAC

(1863 - 1935)
Historia del Arte II
El artista parisino fue un neoimpresionista famoso por su desarrollo de la
técnica del puntillismo, junto a Georges Seurat.

Signac no fue el típico pintor bohemio. Heredo una gran fortuna familiar
que le permitió vivir sin privaciones, dedicado a su pasión, la pintura. Sus
comienzos fueron impresionistas, pero pronto se dejo subyugar por la
pintura científica de su amigo Seurat, de quien fue portavoz.

Liberal y socialista por convicción, no dudo en ayudar a sus compañeros en


dificultades, comprando, muchas veces, sus cuadros. Sus telas
influenciaron a Van Gogh, de quien tambien fue muy amigo, y es innegable
su apoyo al grupo de fauves. A Signac se le debe tambien la acuñación del
término Neoimpresionismo.

Paul Signac, nacido el 11 de noviembre de 1863 en Paris. Era hijo unico de


una familia de comerciantes acomodados. Su padre era un inmigrante de
origen suizo, de ideas conservadoras, culto y amante de la pintura. Su
deseo era que su hijo siguiera los estudios de arquitectura, pero murió con
tan solo cuarenta y un años cuando el pintor solo contaba seis. Nunca se
enteró de que la vida de su hijo seguiría otros derroteros.

La madre al verse viuda, vendió el negocio y se retiró al campo. A Sinac le


sería muy facil convencerla para que le permitiera seguir estudios de
dibujo y pintura.

Signac es uno de los principales representantes de la liberación del color


con respecto al objeto. Dedicándose de lleno a la carrera artística, Signac
tomó lecciones, a comienzos de 1880, con el artista Emile Bin, quien en su
momento era el alcalde de Montmartre. Al principio tuvo influencias de
Monet, Pissarro y Renoir, pero después de la fundación del Salón de los
independientes de París se convirtió en un neoimpresionista, cuando
conoció a Seurat, en 1884, cuya obra lo fascina, y se convertirá en
miembro fundador del salón de Artistas Independientes. La exposición que
organizan contara con la presencia de las de cuatrocientos pintores.

La escuela pictórica del puntillismo, que consiste en utilizar pinceladas


puntuales, yuxtaponiendo pequeñas manchas de colores, nació
oficialmente en 1886 y de ella formaron parte, además de Signac, Georges
Seurat (el fundador), Henry-Edmond Cross, Camille Pissarro, Maximilien
Luce y Théo van Rysselberghe, pintores reunidos por la común aspiración
de dar a sus telas la mayor luminosidad posible.

Bajo la influencia de Seurat, y convirtiéndose en su más fiel seguidor,


abandonó las pinceladas impresionistas para adentrarse en la
experimentación plástica con los puntos de color puro, que tenían como
único objetivo combinarse entre ellos sin mezclarse en la tela, para poder
hacerlo en el ojo de quien contemplara sus obras.

En 1899 escribió De Delacroix al Neoimpresionismo, un libro sobre teoría


del arte, que a su vez pasó a ser el manifiesto del nuevo movimiento.

La temática de su obra se centra, en su mayoría, en el paisaje de los


puertos, donde se observan los elementos propios de la vida marinera:
faros, cuerdas, veleros y navegantes.

Para lograr estas imágenes viajó por toda Europa; era un apasionado de la
navegación, y con su pequeño barco —llamado «Olympia», en homenaje
al cuadro de Manet— recorrió ciudades portuarias.

En sus pinturas al óleo, Signac es voluntarioso y reflexivo, siguiendo ese


sistema exacto y casi científico de aplicación de los puntos. En las
acuarelas, en cambio, el pintor francés utilizó el principio de una manera
mucho más libre, develando su sensibilidad, y expresando sus pinceladas
con rapidez, precisión, soltura y espontaneidad.

El pintor dijo una vez que “Dos colores opuestos colocados uno

junto al otro modifica la percepción de su verdadero color” . Un


ejemplo magistral de esto se puede comprobar en algunas de sus obras
más famosas: Palacio Papal de Avignon y La Rochelle evidencian su interés
por la luz y los colores. Las mezclas de colores sombríos del último periodo
impresionista son así reemplazadas por luminosos e intensos colores.

El verano de 1885, Signac se dedicará a pintar marinas en Saint Briac, entre


ellas “declive al bode del mar” mientras que su amigo Surat termia la
famosa tela “La grand-Jatte” (1885), nuevo manifiesto de la pintura.

En el año 1886 las telas de ambos pintores participaran en una gran


exposición en Nueva York.

Durante la Primea Guerra Mundial, Signac, consumado pacifista, se refugia


en su casa de Saint- Tropez, junto a su segunda esposa la diseñadora de
joyas Jeanne Selmersheim. Regresa a Paris en 1919 y se ocupa de
reorganizar el Salón de los Independientes.

En los últimos años de su carrera pintó diversas acuarelas en las que no


siguió rigurosamente las reglas del puntillismo; por este periodo estrechó
amistad con pintores belgas que posteriormente formaron un grupo de
neoimpresionistas. En este período, también trabajó desde la memoria y la
imaginación más que desde la observación directa. Utilizó un pincel más
suelto y toques más amplios de pintura, y comenzó a producir numerosas
acuarelas y dibujos.
A la edad de 71 años, Paul Signac murió de septicemia. Su cuerpo fue
incinerado y, tres días más tarde, enterrado en el Cementerio de Père-
Lachaise.

Esta pintura se titula El comedor (Desayuno), y es una obra de


juventud; está fechada en 1886-87. Oleo sobre tela. 89cm x 115cm.
(Kröller-Müller Museum (Otterlo, Netherlands))

La escena está iluminada desde una ventana, dando una luz dramática
creando siluetas y fuertes contrastes de luz y sombra

Esta misma se corresponde con una de las obras de Signac más rigurosa en
lo que al llamado impresionismo científico o neoimpresionismo se refiere,
desarrollado por Seurat. La atmosfera que se desprende de la misma es la
naturalista, acentuada esta sensación por la aplicación de la luz. No
obstante, la extrema quietud que domina la tela se debe a que las figuras
se prestan como detenidas en el movimiento. Parece que el pintor hubiera
dado la pausa a una proyección y los personajes hubieran quedado
congelados. Todo esta en silencio. Si se observa detenidamente el mantel
blanco de la mesa en primer plano, se vera que su blancura se encuentra
construida con puntos azul y blanco. Lo mismo sucede con la botella y la
azucarera y sus respetivas sombras. La luz tambien se construye a base de
puntos de colores. Signac deja de lado el negro y el blanco, simplemente
aclara las gramas allí donde cae haz de luz. Esa obra fue hecha en el
estudio calculando el efecto de los puntos de color sobre la vista.

Retrato de Retrato de Félix Fénéon. (1891. 92.5 x 73.5 cm)


Neoimpresionismo, Puntillismo. Técnica: Pintura al óleo sobre lienzo /
papel

Tema: Circo / Carnaval.


La obra es un retrato de perfil izquierdo de Fénéon, con su característica
barba de chivo, vistiendo un abrigo marrón con traje negro y camisa
blanca, sosteniendo un sombrero de copa negra y un bastón en su mano
izquierda y delicadamente una flor de ciclamen en los dedos de su mano
derecha extendida.

Los patrones en espiral en el fondo crean una rueda de color


caleidoscópica con diseños abstractos en ocho sectores que se encuentran
en un punto central, en contraste con el retrato figurativo de Fénéon y la
flor del primer plano. La elección del ciclamen puede ser un juego de
palabras visual que se refiere al ciclo de color en el fondo.

Por esa época Signac colaboraba estrechamente con Charles Henry, el


director de la biblioteca de la Sorbona, realizando ilustraciones para las
teorías de color. De allí el cuidadoso trabajo que refleja esta obra. El diseño
espiralado abstracto del fondo lo tomo Signac de una estampa japonesa
anónima. El retrato es de su amigo Félix Fénéon, critico de arte y escritor,
representante del grupo de los simbolistas que fundaron la revista Le
Decadent y responsable de la difusión del nombre Neoimpresionismo con
que se bautizo el nuevo estilo divisionista. Sus artículos eran publicados en
las revistas mas conocidas de la época. El hecho de que Signac lo retrate
con una flor en la mano es una alusión, precisamente, a la corriente
simbolista a la que pertenecía. El cuadro recuerda mas que uno a la
técnica de Seurat. Las tonalidades se encuentran perfectamente
calculadas y la figura de Fénéon, a pesar de los colores, no pierde
importancia.
“El pino en Saint-Tropez”. Óleo sobre tela, 1909.

Uno de los sitios favoritos de residencia de Signac fue su casa en Saint-


Tropez, en la que se reunian todos los pintores e intelectuales de la época.
Alli se traslado el pintor en el año 1892 luego de su primer matrimonio. Lo
que construye ya no es el punto sino un peqieo cuadrado de color, que
prodca el efecto de un mosaico
Un cielo nublado pero luminoso, de fuerte textura pictórica, envuelve con
su luz el paisaje veraniego del sur de Francia cuyo protagonista es este
magnífico y antiguo pino. Dada la técnica con la que este paisaje fue
pintado, si se observara de cerca no se verían más que manchas de colores
muy vivos sin ninguna forma, pero cuando uno se aleja empieza a cobrar
sentido y se manifiesta el esplendor de esta imagen.

Las cualidades matéricas de este cuadro se expresan claramente por


medio del espesor de la pintura, que genera un marcado volumen y por los
trazos breves y rotundos del pincel, que fijó el artista de una forma que
parece abrupta, pero que sigue un meticuloso procedimiento en todas sus
partes.
En primer lugar, no utilizó los colores puros y primarios para obtener todos
los tonos, sino que seleccionó una gama de colores secundarios tal como
salían del tubo de pintura y los aplicó en puntos bastante grandes para que
el ojo los perciba en toda su armonía.
En esta obra, la sensación de profundidad, delimitada por los colores se
acentúa por la posición de los elementos que la componen. Por ejemplo,
los arbustos que están en primer término crean un primer plano de
aproximación al interior. El espacio amplio y abierto que está en segundo
término es como el tablado de un escenario en el que se asienta como
protagonista el gran pino y finalmente los árboles y arbustos que delimitan
el tercer plano se manifiestan no solo como marco espacial, sino como
complemento cromático del follaje del árbol. El cielo, por fin, marca la
“atmósfera” del cuadro brindándole además una neutralidad cromática
que ensalza los colores.

Nieve, Boulevard de Clichy, París.


(1886). 65 x 46 cm. Pintura al óleo sobre lienzo / papel.
Signac no aplico el divisionismo desde los comienzos, de hecho, las
primeras obras eran mas bien de connotaciones impresionistas. Esta es
una de las telas en la que combina ambos estilos. El Boulevard de Clichy
era muy familiar para el pintor, ya que a pocos metros tenia su estudio. El
tema del paisaje urbano fue cobrando importancia a partir de los
impresionistas como consecuencias de la pintura a plein air.
En este caso, Signac pinta la calle despues de una nevada. Por zonas se ve
que ha construido la superficie situando un punto de color al lado del otro.
Como por ejemplo tenemos el edificio rojizo del margen derecho.
La nieve tambien presenta puntos diminutos azules, ocres, blancos y rojos.
La figura humana, como se vera a lo largo de la obra de Signac, ha perdido
importancia y se reduce a pinceladas oscuras sobre las que ha colocado
tambien puntos de color. Sin embargo, son ellas las que otorgan
dinamismo a la tela en su ir y venir por la calle. La sensación de
profundidad esta dada por el mismo boulevard que se pierde en la
distancia y por el uso de los colores fríos.

Mujeres en el pozo
Neoimpresionismo
Fecha de creación: 1892–1892
Tamaño: 1,95 m x 1,31 m
Género: Escena de género
Material: Pintura al óleo sobre lienzo.

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