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La Navidad nos proporciona la clave para descifrar algunos profundos misterios de nuestra existencia. Los hombres se preguntaban angustiados el porqué del dolor y de la humillaci6n, el porqué de la pequeriez sentida y padecida, qué sentido tiene el sufrimiento de los Uitimos de fa tierra. Los hombres le preguntaban a Dios. Y Dios guardaba silencio. Los hombres buscaban ergumentos para eximir a Dios de los desérdenes * de la historia. Pero ninguna respuesta podia silenciar las preguntas que nacian de las raices del coraz6én dolorido. Ahora, en ia Navidad, habla Dios. Y el hombre guarda silencio. Ya no pregunta mas. Se limita a escuchar la narracién del acontecimiento de la dulzura ‘divina y humana: Dies nacié pequetio; Dios se hizo historia; Dios se apellida “pesebre”. ENCARNACION La humanidad y la jovialidad de nuestro Dios salterree Leonardo Boff Titulo original brasileio: Encarnagdo: A humanidade © 4 jovialidade de nosto Deus © Edttora Vozes, Petropolts. Fotos de Gui Tarcisio Mazzoni ‘Tradujo: Jesis Garcia-Abril © Editorial Sat Terrae. Santander. Con las debitas licencias Printed in Spain Imprimio: La Bdtorial Vizeaina, S. A. Dep. Legal: Bl--2687-1980 ISBN: 84-293-0579-a how 1 El proyecto de Dios: hacerse hombre avidad! A esta palabra va ligado todo un universo de simbolos: las velas, las estrellas, las bolas resplandecientes, el drbol navideito, el pesebre, el buey y el asno, lox Pastores, el buen José y la Virgen, el Niro en un lecho de pajas... Todo ello constituye el reflejo del mayor acontecimiente de {a historia: la encarnacién de Dios. Todos estos simbolas nacieron de la fe y hablan al corazén. Hoy, sin embargo, se los ka aprapiado el comer- cio y apelan a nuestro bolsilio. No obstante, a pesar de toda esta profenizacién, la Navidad sigue conservando la misma e inviolable saccalidad de (a propia vida. Toda vida es sagrada y remite a un ‘misterio sacrosanto, Por eso, todo atentado contra la vida es una agresién al mismo Dios. En la vida det Nitto, la fe celebra ta manifestacion de ta Vida misma y la comunicacién det mismisimo Misterio, Esta rofunda intuicién no se ka perdido en nuestra sociedad secularizada y, por ello mismo, la Navidad es mucho mids que todos sus simbolos manipulables; es més rica que todos los mecanismos det consumo. 3 El hombre en busca de Dios iOh, hombre!, gquién eres 1? Esta pregunta late en cada existencia humana. Y la respuesta no se encuentra en ningiin libro. Es cada persona la que tiene que responder a si mis- ma. En ello se dice todo: el sentido absoluto o el fracaso eterno, Hoy dia, ms que nunca, poseemos una serie de minuciosas informaciones acerca del hombre, Pero, a pesar de todo nuestro saber, no sabemos quién es el hombre. Da la impresion, incluso, de que sabemos menos que nuestros an- tepasados acerca de la alegria y de la tristeza, de Ja vida y de la muerte. ;Oh, hombre!, ,quién eres Ww? Los ‘himos siglos han infligido al hombre tres dolorosas humillaciones: la cos mologica, la biologica y la psicoldgica (Freud) Los cristianos, ademas, afiadiriamos una cuarte humillacion, la mas antigua de todas, la humilla cin religiosa. El hombre se consideraba el centro de universos fisico porque pensaba que todo girab: 2 en torno a la tierra. Desde Copérnico, sabemos que la tierra es un minusculo Brano de arena per- dido en el espacio césmico, tan pequefia que, Dios ordenase a un Angel: ave a buscarme la tie- tray, no la encontraria, de lo minuscula que es. Pero Dios si que la encuentra, porque sélo Fi siente Jatir el corazon humano. Sin embargo, dentro mismo de ta tierra, el hombre apenas re, presenta los ultimos segundos de una hora. La tierra tiene cerca de 18 billones de aiios; el hom. bre, tal vez unos 8 millones de aiios. Es la prime. ra humillacion, fa cosmologica, EI hombre se estimaba como un ser Unico en el reino de los vivientes, el rey de todas las cosas, mas cerca de Dios que de los anima, les. Pero, desde que comenzamos a pensar en terminos de evolucién, empezamos a compren der al hombre como un Ser que consiguié libe- farse muy lentamente del reino animal ¥ accedio: con dificultad a la noosfera, Desde el punto de vista biologico, el hombre es mas un producto de un largo oroceso evolutive aue creacion directa de Dios. En realidad, el hombre esta encuadrado como una especie de pequeiia provincia dentro 2B del reino animal. Es la segunda humillacion, ta biologica. Al menos —se pensaba—, el esnititu y Ja consciencia parantizan el caracter especitico del nombre. Pues bien, la psicologia profunda ‘mostr6, no sin raz6n, que {a consciencia humana también proviene de un nroceso evolutivo. Lo ‘animal sobrevive no solo en el cuerpo, sino también en la psique. El consciente ¢s alimentado v dirii do nor el inconsciente personal v colectivo; el yo consciente es sustentado por un yo profundo e inconsciente. La libertad, la responsabilidad y la Naturaleza del espiritu deben interpretarse dentro de este nuevo marco. La supremacia de la cons- ciencia ha quedado desbancada. Es la tercera humillacion, la psicoldgica. El hombre se consideraba el ser mas perfecto de la creacion: imagen de Dios, hijo del Padre, hermano de todo y sefior del universo. Sin embargo, ne se content con ser hijo de Dios, sino que, por su propia cuenta, quiso ser el mismo Dios. Quiso mas de lo one puede. Ped y contamind hasta el dia de hoy la almosfera salv fica, al punto de ser rebelde ante Dios, esciaviza- dor de cara al hermano, v esclavo frente al mun- do. Y ahora tiene que suftir la dolorosa experien cia de que «esti en mi mano el querer. pero no el realizarlo; no hago el bien que quiero, pero si el mal que no quiero» (Rom 7, 18-19). Por eso tie- rne que lamentar con San Pablo: «;Desgraciado de mi! {Quién me librara de este ser mio, instru: mento de muerte?« (Rom 7, 24). Es la cuarta hu millacion, la religiosa. Estas cuatro humillaciones nos dan idea de Ja peauefiez humana, de las tinieblas que pueblan su mundo, de la tremenda carga de ne- gatividad que invade y atraviesa su historia. Y. sin embargo, estas humillaciones Propician la posibilidad de una mayor grandeza del hombre. Como decia Pascal, el hombre es una cana pensante sumamente fragil, tan fragil que basta una gota de agua para ahogarlo. Pero es el unico ser de la creacion que sabe que es fra il. Y ahi reside su grandeza El cosmos podra ser infinitamente ma yor que el hombre; pero un solo acto de amor vale mas que toda In masa det universo (Pascal). Solo el hombre puede ser lo infinitamente com 3s pleio dentro de la creacidn. La Luna, Marte, Ji- piter, las galaxias mas distantes pueden ofuscar- nos con sus magnitudes inimaginables. Pero solo ¢l hombre puede animarlas, puede asomarse a la ventana y oir las estrellas y amarlas; solo él pue- de concientizar el pasado, +l presente v el futuro del universo y ofrecérsclos a Dios. El hombre no es un enano insignilicante dentro del cosmos, sino el centro que puede sintetizar y cantar las grandezas. El hombre podra provenir del reino animal, Sin embargo, a diferencia del animal, no est preso del mundo circundamte, sino abierto a la totalidad del mundo, necesitado de crear siem- pre su mundo. Sdlo él puede crear y transfor- mar, proyectar y producir cultura. El hombre ne €s solo aquctlo que de el hace la naturaleza: es mucho mas anuello gue él mismo hace de si Por so nunca se encuentra perfectamente acabado. El hombre solo puede ser pensado adecuada: mente como un ser utdpico: nunca es lo que de beria ser; no se siente identiticado con ninguna Gefinicion que se le pueda dar. Se manifiesta sencillamente. como apertuta total Pero hasta 36 donde aleanza? Este es su misterio y su grande- za. Podra encontrarse condicionado por fuerzas atavicas. Podra sentir cémo los demo- niios y los angeles habitan los poros de su alm: Pero jamas se manifiesta como un robot mecani 60 que no pasa de tener reacciones a acciones previas. El hombre reacciona a su modo, asimi- la, contesta, supera, totaliza y es el nico que puede decir yo. Y al decir yo, asume una posi cién excentnea frente a todos los demas seres; es decir, se libera de otros centros y se constituye él mismo en un centro, a partir del cual elabora sus sintesis personales. Por eso, mas que la natursle- za es la hibertad lo determinante del hombre, Este es su misterio y su grandeza. La historia del pecado, del odio, del crimen, del desamor y de la opresion humilla realmente al hombre. Pero, aun asi, no pierde su inarrancable grandeza. De humillado, puede con: vertirse en humilde aceptando su propia peque- fiez, perdonando y pidiendo perdon, entrevando: se a aleuien Mayor aue él v capaz de liberar su Propia libertad cautiva. Sefior de todo, el hombre 31 puede hacerse siervo en la libertad y en el amor, Este es su misterio y su grandeza. {Quién es el hombre? Es miseria y es grandeza. Y su grandeza es tanto mas exceiente cuanto en mavor medida proceda de su propia miseria Fundamentalmente, el hombre aparece como un signo akigrto de interrozacién. Es an- sia de plenitug, nostalgia infinita y grito Janzados a los inmensos espacios vacios. ,Quien respon- der? Busca el Infinito y no encuentra mas que seres finitos. Ansia un Amor absoluto y lo énico que consigue son intentos que exasperan mas ue la propia busqueda, En el fondo, ,cual es el proyecto del hombre’ Ser como Dios: pleno, ab- soluto, eterno, infinitamente reaizado. iPodra realizarse esta utopia? ,Lograra sosegarse elit quicto corazon det hombre? El cosmos en movimiento hacia Dios No es solo el hombre el que anda en busca de la ansiada plenitud. La creacion entera lleva siglos y siglos avanzando en ¢l mismo sen- tido, pasando de formas imperfectas a formas

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