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trayectorias, poblaciones
Para definir de una forma general -y por ende arbitraria- la obra de Kordon 1, podríamos
decir que su narrativa está visiblemente marcada por el realismo, y que su estilo supera lo
hecho en el género, ubicándose en una evolución posterior que impulsó la generación del
40’ y del 50’, de las cuales formó parte; una generación que de alguna manera decidió
retratar la realidad social argentina y latinoamericana, como si fuera poco con lidiar con la
primera.
estamos frente a un autor que escribió durante seis décadas al menos, y no sólo eso, su
argentina, marcado por hitos que determinaron la matriz política y social de los años
Según nuestro juicio, suestilo no sólo supera aquél género realista de la primera mitad del
siglo XX, sino también a los elementos naturalistas del denominado “ciclo de la bolsa”,
como así también a la escritura de los boedistas, caracterizada por un afán pedagógicoy por
lengua de la época, pero jamás abusando de ellos como recursos. Tampoco son pinceladas
para matizar la prosa, sino que en su escritura los lenguajes y la historia están en un
1
Bernardo Kordon nació en Buenos Aires, en el año 1915, y falleció en Santiago de Chile, en 2002. Fue,
además de escritor, periodista. Sus últimos años los pasó en la capital trasandina, en un geriátrico.
permanente diálogo, en un conflicto que es a la vez la fotografía de las tensiones sociales
Es preciso marcar, sin ahondar demasiado en datos biográficos, que la preocupación del
autor por lo social fue una constante no sólo en su literatura, sino también en el derrotero de
su vida. Su primer libro fue editado por Claridad,2 en el marco de una colección de la
Dirigió dos revistas entre los 50 y los 60, Todo y Capricornio, revistas de tendencia de
izquierda, pero abiertas a todas las opiniones, impronta que caracterizó sus conducciones
editoriales. Como amante del cine (ferviente crítico de la industria norteamericana), esas
secundaria. El escaso material crítico existente sobre su obra es prueba de este olvido. Fue
de alguna manera su relación con el cine lo que lo llevó a tener cierta notoriedad, e incluso
muchos van a recordarlo por sus guiones o por la transposición de sus obras a la pantalla
grande, más que por su obra.En el año 1961 Lautaro Murúa estrenóAlias Gardelito,
protagonizada por Alberto Argibay, con guión de Augusto Roa Bastos y SollySchroder,
transposición del cuento de Bernardo Kordon Toribio Torres, alias Gardelito, publicado
Entre 1926 y 1941, apareció la revista Claridad, fundada por Antonio Zamora, a la que llamó “tribuna del
pensamiento izquierdista”. Más tarde se convertiría en el órgano del denominado grupo “Boedo”, y en la
primera editorial de todos sus exponentes. Claridad pertenece a la etapa histórica de la primera posguerra,
periodo del nacimiento de las nuevas ideologías, tanto en Europa como en Iberoamérica, y podríamos decir
que se trata del órgano más representativo de este pensamiento, en un momento de importante y heterogénea
actividad intelectual. (fuente: FERREIRA DE CASSONE, Florencia. Índice de Claridad. Una contribución bibliográfica. Buenos
Aires: Dunken, 2005).
por primera vez en el año 1956. En el año 1976 se estrenó El grito de Celina, con dirección
y guión de Mario David, protagonizada por Selva Alemán y Miguel Ángel Solá. David
transpuso el cuento Los ojos de Celina, que varios años después llegaría a la pantalla chica
a través del unitario Mujeres asesinas, capítulo dirigido por Guillermo Zappino, y
marzo de 1971, es una transposición del cuento El sordomudo de Bernardo Kordon. Puede
notarse en la bibliografía acerca del autor, que el corolario de esta relación entre Kordon y
el cine, ha sido Alias gardelito, de Lautaro Murúa. Sin embargo, la película Tacos altos
(1985), dirigida por Sergio Renán y protagonizada por Susú Pecoraro, Ana María Picchio y
Miguel Angel Solá, es acaso la más polémica trasposición de una de sus obras3.
recorrido y ciertos temas o semblantes de los vanguardistas de Florida, sobre todo el de“los
viajes”. Hay cierto cosmopolitismo en sus trabajos, que se advierten en las referencias
sobre países extraños para la literatura nacional, y en las crónicas, un género que el autor
eligió tanto como el cuento y la novela. China, Brasil, Chile, el continente africano, son
espacios en donde se han ubicado sus historias, o en dónde la mirada del autor –anterior a la
del narrador-, ha recabado información para construir la ficción. Pero aquellos viajes
(recuerdo aquí el capítulo del libro de Viñas sobre el “Viaje de la izquierda”), no son hacia
la meca de la cultura, no son hacia el bautismo euro céntrico de los gentleman románticos,
3
El filme toma dos cuentos de diferentes períodos, y lo más importante, de diferente estética y tema. Uno de
ellos es urbano (“Domingo en el río”), y el otro una historia con aire de provincia (“Fuimos a la ciudad”). La
crítica dividió su juicio sobre la producción de Renán, algunos considerando que el clima de los relatos de
Kordon había sido notablemente tergiversado.
dirigen hacia un tema fundamental de su literatura: la marginalidad, tanto urbana como
provinciana.
Sus trabajos suelen apuntar a personajes minimalistas, historias pequeñas relatadas sin
dramatismo, casi con tersura, pero con la fuerza precisa para revelar al lector que la
país. Es por eso que los personajes de Kordon cabalgan en el devenir histórico, desde la
Década Infame, hasta los comienzos del siglo XXI, pasando por períodos de significancia
considera un autor central. Las alusiones son breves y laterales, aún en los textos que
deberían haberle dado mayor importancia, como es el caso de David Viñas 4, quien en su
El Centro Editor de América Latina editó y reeditó gran parte de su obra, pero nadie
ahondó en la crítica de sus trabajos. Arriesgamos a decir que quizá Kordon haya pasado por
mirada de la crítica, para poder profundizar un análisis de la totalidad de su trabajo, que por
cierto, es vasto.
También es muy tentador pensar que Kordon fue un escritor olvidado por diferentes
circunstancias, aunque esto nos ponga más cerca de una elegía que de una monografía. Pero
4
David Viñas, De Sarmiento a Cortázar; Literatura argentina y realidad política, Buenos Aires, Siglo XX,
1974.
a la luz de las lecturas sobre su obra y sobre la última etapa de su vida, el olvido que ejerció
que cuando éste falleció en el año 2002 en un geriátrico de Santiago de Chile, sólo lamentó
Montevideo un artículo sobre el hecho. En la prensa argentina sólo pudimos hallar una
pequeña nota.
En cuanto al material crítico, sólo algunos prólogos de sus reediciones en el CEAL, escritos
por Jorge Rivera; un estudio preliminar a su obra realizado por Juan José Sebreli, en Un
1970), y un prólogo del mismo autor para Un horizonte de cemento (Siglo XX Buenos
Kordon, escorzo de un narrador argentino, escrito también por Rivera, una interesante nota
deHistoria Crítica de la Literatura Argentina (Emecé, Buenos Aires 2009), dirigida por
citado. Y por supuesto, las distintas alusiones que se han hecho a su obra en los diferentes
Demasiado poco para una obra, como decíamos, tan vasta: Entre novelas, volúmenes de
cuentos y algunos ensayos, publicó La vuelta de Rocha (1936), Macumba (1939), La isla
(1946), Reina del Plata (1946), De ahora en adelante (1952), Una región perdida (1952),
Lampeão(1953), Vagabundo en Tombuctú (1956), Domingo en el río (1960), Un día menos
(1966), Vencedores y vencidos (1968), Hacele bien a la gente (1968), A punto de reventar
(1971), Sus mejores cuentos porteños (1971), Los navegantes (1972), Bairestop (1975),
Adiós pampa mía (1978), Manía ambulatoria (1978), El misterioso cocinero volador y
otros relatos (1982), Historias de sobrevivientes (1983). Escribió también ensayos sobre la
cultura afroamericana, Candombe (1938), y sobre China, Seiscientos millones y uno (1958),
El teatro chino tradicional (1964), Reportaje a China (1964), y Testigos de China (1968).
zona de ficción en la narrativa de Kordon, unida por el viaje y muchas veces evidenciada en
podemos ver, en la escasa crítica que hay sobre su obra, que Kordon es considerado por
a. El viaje
Para comenzar, es preciso entender que el viaje es fundamental en Kordon, no sólo como
artificio o fórmula en su escritura, sinoademás comoun hábito en la vida del autor. Los
entrevistas se refirió a esto como “manía ambulatoria”, una obsesión por viajar sin ningún
destino aparente, descubrir para luego escribir la sorpresa en la mirada de sus personajes.
Acaso esa “manía” respondía más a las motivaciones personales del autor, quien pasó
prácticamente su vida viajando. Para nombrar sólo algunos de sus destinos, China en varias
oportunidades y por su fascinación por la obra de la revolución de Mao; la Unión
Soviética,varios países de Europa y Brasil, Chile, y Uruguay, como así también varios
Ese destino difuso al que se refiere, cuando habla de la “manía ambulatoria”, en la mayoría
de sus personajes se corporiza en la esperanza de una vida mejor. Es decir, quizá no haya
punto fijo, un destino definido, pero sí una esperanza que motiva el viaje. En función de
esto, para Kordon existe una profunda y definitiva diferencia entre viajero y viajante –
mitad del siglo XX, el desplazamiento desde el interior a las grandes urbes. Por eso es el
tren el cordón que las une, el medio de transporte característico y popular de las provincias
en aquellos años. Ese viaje supone también un sujeto: el viajero, que no es turista ni
viajante, sino que es quien se aventura desde el profundo interior al centro urbano, en busca
de algo que mejore su existencia, aunque resulte paradójico en el final de esas historias.
por la derrota.
Las vías del tren también se constituyen así en un paisaje, una zona literaria con sus propios
“Ni tengo que cerrar los ojos para verme al lado de mi madre allá en el sur. Siempre juntos
y corriendo en la noche. Tratando de no hacer ruido, escapábamos hasta las cruces, allí en
la curva de la línea del ferrocarril. Era como si tuviéramos alas y ojos en los pies: nunca
tropezábamos con las piedras ni con las vías. Mi padre nos corría detrás y él sí que se caía y
lo oíamos echar garabatos desde el suelo. Yo ponía toda mi atención en seguir el jadear de
mi madre que me mostraba el camino. Y llegábamos a la curva del ferrocarril y enseguida
yo me pegaba contra mi cruz, de espalda a la vía tal como me enseñó mamá. Cerca estaba
la cruz grande. Yo torcía la cabeza para ver cómo mamá levantaba los brazos y los pegaba
contra los maderos. Entonces le escuchaba murmurar: Líbranos de todo mal, Señor. Y
conteníamos la respiración y era el silencio pesado del sur, y lejos del rumor del río, y los
gritos que se estiraban con rabia, que se aproximaban como el retumbo del trueno”5
Si para la generación de Florida el viaje fue un tema de abordaje para lo urbano y lo poético
(el tranvía en Girondo, por ejemplo), Kordon lo resignifica y lo lleva a su propia materia: el
viaje del provinciano en busca del progreso de la ciudad, el viaje del inmigrante en busca
fracaso.En el cuento Fuimos a la ciudad, desde la mirada de un niño se cuenta cómo una
familia decide ir Buenos Aires a probar suerte; sólo se queda su padre vendiendo quesos en
la estación terminal del pueblo. Primero su hermana, que termina siendo prostituta y
viviendo en un asentamiento irregular, y luego todos los demás. El niño se dedica a pedir
limosna y guarda el dinero para volver. Cuando lo hace, se encuentra con la noticia de que
su padre ha muerto.
para que aprenda boxeo. Luego de su fracaso como púgil profesional, volverá a los pueblos
con un circo, haciendo un sketch de pelea. El circo se traslada en tren. Reina del plata
cuenta la vida de cuatro amigos en la Buenos Aires de la Década Infame. Probarán suerte
viajando hacia el sur, colados en los trenes, y luego de un viaje accidentado deciden volver
a la capital; aquí se invierten los extremos de la fórmula, pero con los mismos resultados.
5
Bernardo Kordon Las crucesTodos los cuentos, Buenos Aires, Corregidor, 1975.
“−Ya pasamos Fortín Crespo. Caminando en la misma dirección del tren vas a llegar a
No lo dejé contar hasta dos: me hice una bola y abrazando al mono rodé al costado de la
vía. Por suerte el pasto era alto y blando como un colchón. Me incorporé y caminé medio
mareado hasta que descubrí un nicho al lado de la vía. Pude leer que era la tumba de un tal
Francisco Atuel. En la oscuridad me pareció ver brillar los ojos de un puma. Pero
permanecí allí, sentado en la tumba, esperando que desapareciera en la noche ese tren y se
alejara para siempre ese jadeo de las dos locomotoras que aullaban al mismo tiempo como
b. El paisaje
La Real Academia Española define“paisaje” como la extensión de terreno que se puede ver
desde un sitio determinado. Para quien narra es justamente un punto de vista, la descripción
de lo que rodea la historia o los personajes, contaminada por la mirada del autor y
transpuesta a la voz que cuenta. Para Humboldt, en Viaje a las regiones equinocciales del
Nuevo Continente, el punto de vista está fijado en Europa, desde allí viajará el autor para
recorrer una región vedada a los ojos europeos, y esa mirada es “inseparable de los
su proyecto liberal, que fijaba su punto de vista en Buenos Aires para “imaginar–pensar”el
desierto como un espacio vacío, una extensión plausible de abarcar y conquistar para
inversa. Se fija desde el interior del país hacia Buenos Aires, o Santiago de Chile, o Río de
6
Bernardo Kordon, Kid Ñandubay, Buenos Aires, Losada, 1971.
7
Fermín Rodríguez, Un desierto para la nación, La escritura del vacío,Buenos Aires, Eterna Cadencia, 2010.
Janeiro, y se propone descubrir la urbe como una tierra de oportunidades, un espacio
−Sí, señor.
Es posible que este fenómeno observado por el autor, propio dela segunda mitad del siglo
XX, tenga que ver justamente con aquella nación que terminaron por consolidar los
el que se priorizó la supremacía del puerto de Buenos Aires como eje del entramado
comercial del sur de la región, y dejando para el interior sólo el desarrollo de la agricultura
la ganadería, y la explotación de los recursos naturales siempre dependiendo, claro está, del
gobierno porteño.9,
personajes que es, generalmente, en aquellas ciudades del interior que eran otrora el
8
Bernardo Kordon, El aserradero, Todos los cuentos, Buenos Aires, Corregidor, 1975.
9
HalperínDonghi, Tulio, Revolución y Guerra, Formación de una elite dirigente en la Argentina criolla,
Buenos Aires, Siglo XXI, 2005.
“En la tarde blanca de calor, los ojos de Celina me parecieron dos pozos de agua fresca. No
me retiré de su lado, como si en medio del algodonal quemado por el sol hubiese
Y el destino, como decíamos, es Buenos Aires, la ciudad que concentraba en sus cordones
históricas fundantes para la Argentina: por un lado el deterioro económico y social que
había dejado la Década Infame, y por otro el auge de la pequeña y mediana industria, uno
de los ejes fundamentales del primer gobierno de Perón que marcó gran parte de la
“A mí me dio lástima dejarlo con su sola pierna y esos ojos que le lagrimeaban por
cualquier cosa. También me daba pena dejar la estación y el pueblo, y nunca más vender
quesillos en el tren de Tucumán lleno de gente soñolienta y bromeadora. Pero también era
cierto que me crecía una gran curiosidad por conocer Buenos Aires y eso lo sentía como
una cosquilla, igual a las ganas de otros tiempos de ver cómo lo hacía mi hermana con el
Cholo (…) Así era mi hermana hasta que un día alguien se la llevó, y no fue el Cholo,
para colmo casado, que la dejó en mitad de camino, en Córdoba. Desde allí se fue sola a
Buenos Aires. El problema era tener una pieza: se puso de sirvienta y todo arreglado. Y al
llegar las vacaciones vino de visita al rancho porque tenía ganas de vernos a todos”11
“Para el Cazador era importante encontrarel lugar adecuado para cada mujer. Criolla de
10
Bernardo Kordon, Los ojos de CelinaTodos los cuentos, Buenos Aires, Corregidor, 1975.
11
Bernardo Kordon, Fuimos a la ciudadTodos los cuentos, Buenos Aires, Corregidor, 1975.
Después de los fiambres comieron ravioles con un segundo botellón de vino de la casa. A
historia con el finado. Se llevaron bien. Era buen obrero, pero faltaba trabajo en Apóstoles
y muchos amigos se fueron a Buenos Aires. Entonces resolvieron probar suerte y de paso
conocer la capital.”12
Como puede evidenciarse en las citas, el tren funciona en la escritura de Kordon como una
vía que comunica ambos puntos de ese díptico, además de oficiar como acceso a los temas
del realismo social. Y por supuesto, allí también el paisaje está construido por esos
personajes como un espacio particular dentro de lo urbano. Alrededor de las vías está la
pobreza, un submundo de linyeras y viajeros que duermen y se procuran el pan entre ellos,
primera de Kordon, relata la vida de las orillas, pero además describe también esa vida de
andenes y vías, cuando en un pasaje cuenta que va a dormir a los galpones del ferrocarril:
“No siempre se consiguen lechos así en las playas de carga de los ferrocarriles. Y yo me
había acomodado en un caño corto y de regular ancho, y con su buena paja de nido. Estaba
durmiendo como un pichón en su nido, y he aquí que vienen esos pájaros a alborotar mi
Esta especie de díptico puede verse a lo largo de toda la obra de Kordon, sobre todo
aquellos textos que fueron escritos entre los años 40’ y finales de los 70’, su período de
mayor producción. Basta citar algunos fragmentos de distintos cuentos para comprobarlo.
caso de Soy la Rosa Loyola Señor, y Las Cruces, que forman parte del Tríptico chileno , o
12
Bernardo Kordon, El cazador de viudas,Adiós Pampa mía, Buenos Aires, Monte Avila Editores, 1978.
13
Bernardo Kordon, Un horizonte de cemento,Buenos Aires, Aiape, 1940.
de su novela A punto de reventar , en la que la historia transcurre en Brasil, Chile y
Argentina. El interior y las capitales cambian, pero la fórmula del personaje provinciano
“…siempre recuerdo cuando bajé con la valija de mimbre y Rubencito en los brazos. Tuve
que ingeniarme para andar así cargada y a la vista el papelito con la dirección de la familia
Durán. Me dieron la pega, pero pagándome menos de lo prometido por culpa del niñito que
debían alimentar”14
nota cierto conocimiento sobre el funcionamiento del ferrocarril y los tipos de maquinarias
que se utilizaban entre los 40’ y los 60’, como así también las características de las
estaciones de Buenos Aires y de otras estaciones del interior. El autor ha recabado esa
información, quizá por un interés ajeno a lo literario –eso es imposible de saberlo sin
reconstruir su biografía-, pero es obvio que la ha utilizado para darle verosimilitud a sus
historias:
“Un tren de pocos vagones, generalmente vacíos, arrastrado por una vieja locomotora 462
de brevísimo tender y agudo silbato, se detenía chirriando en Estación Borges para permitir
el descenso de casi todos los pasajeros, pues pocos o nadie en día de trabajo y a la hora de
Bajo de San Isidro, canal de San Fernando, hasta llegar al apartado y casi oculto puerto de
Tigre), un recorrido del tal belleza que no tardó en ser condenado a muerte por la
administración de turno.”15
14
Bernardo Kordon Soy la Rosa Loyola Señor, Todos los cuentos, Buenos Aires, Corregidor, 1975.
15
Bernardo Kordon, Estación Borges, Adiós Pampa mía, Buenos Aires, Monte Avila Editores, 1978.
Es posible también encontrar similitudes con la obra de Haroldo Conti 16 en lo referido a
lostoposde su escritura. Conti abordó tres dimensiones espaciales bien definidas: los
personajes y los paisajes de provincia, sobre todo en sus cuentos (La balada del álamo
Carolina, es uno de los ejemplos más gráficos); lo urbano en novelas como Alrededor de la
jaula, o cuentos como en el caso de Como un león, en donde además los personajes forman
con Kordon está en que en la literatura de Conti, los personajes no proyectan su futuro de
un punto hacia otro, no hay viaje. Cada uno de ellos nace y muere en ese lugar, las voces
van construyendo el tiempo y el espacio que las rodea, pero no crean lo que no conocen con
Conclusión
determinado por lo provincial y lo urbano, sino además por la experiencia que recogen los
personajes del viaje de un punto al otro de ese díptico espacial. Provincia y ciudad son
punto de partida y destino, geográfico y empírico, de un viaje elegido por el personaje para
sueñan con un futuro promisorio en Buenos Aires, la ciudad que además de encandilar,
parece garantizar prosperidad y trabajo. Esto, claro está, no ocurre en cualquier contexto.
Son los 40’, los 50’, el surgimiento del peronismo y su Ley de industrias de interés nacional
16
Escritor argentino (Chacabuco, 25 de mayo de 1925 - secuestrado y desaparecido en Buenos Aires el 5 de
mayo de 1976).
enciende una luz que atrae al interior a las grandes urbes, en donde se instalan las industrias
como personal doméstico de la clase media, algunas de ellos instalándose en los suburbios
con sus familias o sin ellas, y sufriendo las penurias desconocidas de la ciudad, la frialdad
El primer paisaje construido por los personajes es lo cercano, el mundo aprehendido desde
la infancia en los pueblos y en las campañas del norte y del sur. Ese es el punto de partida y
Aires en el caso de la Argentina. Pero los personajes, que son viajeros, que se arriesgan a
ese destino incierto, van a completar su viaje, y van a fracasar en la ciudad atroz. La
regreso, encontrando los cambios lógicos que el tiempo dictamine. El cambio del paisaje,
así como la sensación de que la vida no es como era entonces, serán inevitables:
“Todo esto ocurrió muy rápido, pero lo cierto es que llegué demasiado tarde. Ni tuve la
necesidad de llegar al rancho: apenas bajé del tren me encontré con el Pancho y la
repente apareció el expreso frutero. Claro que en una sola pata el pobrecito no pudo saltar
“Llegué tarde”, “No quedó nada entero del viejo”, son alusiones al paso del tiempo y a todo
aquello que antes llenaba esa vida, no quedó nada de lo viejo, ya es tarde.
17
Bernardo Kordon, Fuimos a la ciudadTodos los cuentos, Buenos Aires, Corregidor, 1975.
Lo del tren tampoco es casual. El ferrocarril fue desde antes de la nacionalización un
Triple Alianza, bien podría valer el tren para lo mismo: no había patria sin esa
comunicación de vías. Y a través del tren es como llegan los personajes a la ciudad.
de sus componentes, y unidos ambos por el viaje (y ese viaje consumado a su vez en un
símbolo: el tren, que constituirá además un paisaje determinado, dentro del paisaje urbano).
Bibliografía
BOURDIEU, Pierre. Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario.
Latina, 1967-1968.
2009.
KORDON, Bernardo. Sus mejores cuentos porteños. Buenos Aires: Siglo XXI, 1972.
KORDON, Bernardo. El misterioso cocinero volador y otros relatos. Buenos Aires: CEAL,
1992.
KORDON, Bernardo. Bairestop. Buenos Aires: Losada, 1975
KORDON, Bernardo. Adiós pampa mía. Buenos Aires: Monte Ávila Editores, 1978.
RODRÍGUEZ, Fermín. Un desierto para la nación, La escritura del vacío, Buenos Aires,
Eterna Cadencia, 2010.