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Derecho Penal IV
ESTUDIANTES:
2023
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.............................................................................................................3
COLUSIÓN........................................................................................................................4
1. INFRACCIONES ADMINISTRATIVAS...........................................................................8
2. EL NOMEN IURIS.......................................................................................................9
3. REGULACIÓN VIGENTE DEL DELITO DE COLUSIÓN...................................................9
1.1. Colusión simple.............................................................................................10
1.2. Colusión agravada........................................................................................10
4. NATURALEZA JURÍDICA DEL TIPO PENAL DEL DELITO DE COLUSIÓN.....................11
5. BIEN JURÍDICO TUTELADO EN EL DELITO DE COLUSIÓN.........................................13
1.3. Bien jurídico es el deber de lealtad...............................................................14
1.4. El bien jurídico como la integridad y honestidad del funcionario................14
1.5. El bien jurídico es la libre competencia de los proveedores........................14
1.6. El bien jurídico es el patrimonio del Estado.................................................15
6. LA TIPICIDAD EN EL DELITO DE COLUSIÓN............................................................16
1.7. Acción típica..................................................................................................16
1.8. La fase de concertación o acuerdo colusorio en la configuración del delito
16
1.9. La fase del proceso o contrato administrativo..............................................17
1.10. Actos preparatorios.......................................................................................17
1.11. Etapa de selección.........................................................................................17
1.12. Etapa de ejecución........................................................................................18
1.13. Recepción y conformidad..............................................................................19
1.14. Liquidación del contrato...............................................................................19
pág. 2
1.15. El perjuicio económico..................................................................................19
7. EL TIPO EN EL DELITO DE COLUSIÓN......................................................................19
8. SUJETO ACTIVO EN EL DELITO DE COLUSIÓN.........................................................20
9. EL AUTOR...............................................................................................................21
10. DE LOS PARTICIPES................................................................................................23
11. SUJETO PASIVO EN EL DELITO DE COLUSIÓN..........................................................24
12. COMPORTAMIENTO TÍPICO.....................................................................................25
13. CONCIERTO O ACUERDO COLUSORIO.....................................................................25
14. TIPIFICACIÓN SUBJETIVA........................................................................................27
15. TENTATIVA EN EL DELITO DE COLUSIÓN................................................................28
16. CONSUMACIÓN.......................................................................................................30
17. PENALIDAD.............................................................................................................30
CONCLUSIONES............................................................................................................39
REFERENCIAS...............................................................................................................41
pág. 3
Introducción
En la discusión legal y doctrinaria en torno al delito de colusión, se abordan una serie de
elementos cruciales para su comprensión y aplicación. Este delito, que involucra la concertación
ilícita entre funcionarios públicos y particulares con el propósito de defraudar al Estado, es un
tema de relevancia en el ámbito legal y penal. La colusión se manifiesta en diferentes etapas del
proceso de contratación pública, desde la planificación hasta la ejecución de los contratos
administrativos. Sin embargo, su definición y aplicación dependen de varios aspectos clave, que
incluyen a los sujetos activos, pasivos y el concepto de perjuicio económico.
pág. 4
legislador ha establecido dos modalidades del delito de colusión, una que requiere la
concertación sin necesidad de perjuicio y otra que exige la defraudación del patrimonio público.
Colusión
Un aspecto de gran importancia que debe ser considerado en el estudio de casos de
colusión es determinar en qué medida se cruza el límite entre el Derecho administrativo
sancionador y el Derecho penal. En muchas ocasiones, se inicia una investigación preliminar
incluso cuando los actos solo merecerían una sanción administrativa, o cuando se encuentran
dentro del ámbito del Derecho Administrativo Sancionador, sin necesidad de recurrir al Derecho
penal. Un ejemplo de esto se puede observar en las recientes decisiones de la Corte Suprema y el
Acuerdo Plenario Extraordinario N° 1-2016, que señalan que el principio de lesividad es esencial
para definir un delito, requiriendo que la acción represente una amenaza o daño significativo a un
bien jurídico para justificar la intervención penal. En casos contrarios, donde la afectación es
mínima, se debe considerar la falta de relevancia penal de la conducta. Sin embargo, no se ha
establecido de manera clara cuáles son los criterios objetivos o normativos utilizados por los
operadores jurídicos para discernir entre el ámbito del Derecho Administrativo Sancionador y el
Derecho Penal. Por lo tanto, se vuelve necesario proponer una distinción previa sobre cuándo es
apropiado activar el Derecho penal en casos de actuaciones de la Administración pública.
En primer lugar, es evidente que en cualquier sociedad existen normas que regulan tanto
el funcionamiento de las instituciones colectivas como las relaciones entre los miembros de la
comunidad. No obstante, ¿qué ocurre cuando los miembros de la sociedad no respetan estas
normas que rigen el funcionamiento del Estado? En respuesta a esta situación, el Estado ha
desarrollado un sistema normativo para defender sus intereses, de manera similar a cómo un
sistema inmunológico protege a un organismo. Sin embargo, la constante violación de los
intereses públicos y los bienes jurídicos protegidos pone en peligro el orden social, lo que ha
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llevado a la necesidad de imponer sanciones a quienes infringen las normas. En este contexto, los
legisladores han tenido que fortalecer la protección de ciertos bienes jurídicos que el Estado
considera esenciales, recurriendo a medidas coercitivas más enérgicas por necesidad, no como un
fin en sí mismo. Esto ha dado lugar a lo que se conoce como el derecho de castigar, o incluso el
deber de imponer sanciones, por parte del Estado. Nuestro Derecho Penal actual denomina esta
facultad como su "derecho subjetivo sancionador" o "potestad punitiva".
Esta situación generó un debate que tuvo sus raíces en Alemania con las ideas de
Anselmo von Feuerbach y provocó una polarización en la doctrina. Algunos juristas como
Lorenz von Stein, Otto Mayer y Franz von Liszt abogaron por separar los delitos administrativos
del Derecho Penal. Sin embargo, cuando James Goldschmidt presentó la teoría de la autonomía
del Derecho Administrativo Sancionador con respecto al Derecho Penal, los autores
mencionados anteriormente consideraron que la independización del Derecho Administrativo
Sancionador era culturalmente indiferente. La controversia se intensificó cuando los penalistas
intentaron defender la naturaleza penal de las faltas y contravenciones, llegando a la conclusión
de que las faltas tenían una naturaleza penal. Esto llevó a una reducción del ámbito del Derecho
Penal Administrativo, y se consideró un intento inútil de James Goldschmidt al tratar de
establecer diferencias cualitativas entre los delitos y las contravenciones.
pág. 7
Procedimiento Administrativo General (TUO de la LPAG) mediante el Decreto Supremo N°
006-2017-JUS, se ha adoptado una teoría en relación a este tema. Sin embargo, es importante
destacar que esta posición no se expresa de manera clara y precisa.
1. Infracciones administrativas
Una vez que nuestro sistema legal ha adoptado la postura de reconocer la existencia de un
Derecho de Castigo distinto al Derecho Penal, es decir, el Derecho Administrativo Sancionador,
podemos definir las infracciones administrativas de la siguiente manera: son los actos u
omisiones que el legislador ha definido como incumplimientos de las obligaciones
administrativas y que reciben sanciones en el ámbito de la administración pública. El propósito
de estas sanciones es preservar los valores fundamentales inherentes al ejercicio del poder. Estos
elementos esenciales que caracterizan las infracciones administrativas se pueden desglosar de la
siguiente manera:
pág. 8
llevar a cabo una conducta no es suficiente; es necesario que esta voluntad se
manifieste en la práctica. Además, la acción u omisión debe infringir una obligación
previamente establecida en la normativa, ya que, de acuerdo con nuestro sistema
legal y en virtud del principio de seguridad jurídica, cada individuo debe conocer sus
obligaciones para poder anticipar su cumplimiento. Las infracciones administrativas,
por lo tanto, involucran acciones y resultados, es decir, basta con que se produzca la
infracción, independientemente de la intención del infractor, que se presume a menos
que se demuestre lo contrario. En este caso, no es necesario probar la existencia de
dolo o culpa en la comisión de la conducta.
2. Sujetos: Este componente establece la existencia de un sujeto activo y un sujeto
pasivo en la infracción, ya que la falta de cualquiera de ellos impediría la existencia
de la infracción. En primer lugar, tenemos al autor del acto ilícito, que es un
individuo con una relación especial de subordinación derivada de su posición legal
como empleado que participa en el ejercicio del poder público. Este sujeto está sujeto
a una jerarquía y está obligado a ajustar sus acciones a los principios de legalidad,
honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia.
3. El objeto: Las infracciones administrativas se relacionan directamente con la
regulación del ejercicio de la función pública y se manifiestan en áreas específicas
con el propósito de mantener el orden y alcanzar los objetivos de la organización. Por
lo tanto, se establecen valores fundamentales que deben ser considerados en todo
ejercicio del poder público. La violación de estos valores da lugar a la infracción
administrativa, y la conjunción de estos elementos constituye la imputación de una
contravención, infracción o delito administrativo.
2. El nomen iuris
La expresión habitualmente empleada para hacer referencia a este tipo de delito es la de
colusión ilegal o colusión desleal. También se le ha denominado de diversas formas, tales como
"defraudación en la contratación pública," "fraude al Estado," "concertación defraudatoria,"
"fraude a la administración pública," "celebración indebida de contratos," "negociación
incompatible,"1 o sencillamente "colusión." Esta última denominación fue adoptada por nuestro
1
ROJAS VARGAS, Fidel. Manual Operativo de los Delitos contra la Administración Pública cometidos
por funcionarios Públicos, Nomos & thesis, Lima, 2016, p. 187.
pág. 9
código penal tras la promulgación de la Ley N° 29703 y se mantuvo vigente con la Ley N°
30584, diferenciándose por su grado de comisión en colusión simple y agravada. En otras
palabras, el Profesor Fidel Rojas Vargas la ha denominado como "la colusión defraudatoria."
pág. 11
en varios aspectos. Esto incluye diferencias basadas en las características de sus perpetradores, el
elemento subjetivo, las modalidades de la acción, los bienes jurídicos protegidos, el daño
causado, entre otros. Por lo tanto, es posible inferir que un determinado tipo penal puede dar
lugar a diversas adaptaciones dentro del marco tipológico. Un ejemplo de esto es el homicidio
(Artículo 106 del Código Penal), que se clasifica como un delito doloso en términos del elemento
subjetivo, es un delito de resultado debido al daño causado, es un delito impropio ya que no
requiere una cualidad especial para su configuración, y puede ser analizado desde varios aspectos
de la tipología delictiva.
Siguiendo el mismo razonamiento, el delito de colusión (Artículo 384 del Código Penal)
se considera un delito doloso en términos del elemento subjetivo, un delito de peligro en su
forma simple en función del daño causado, y un delito de resultado en su forma agravada. En
cuanto a las características del perpetrador, se clasifica como un delito propio. Además, su
finalidad es proteger el interés institucional de la administración pública.
pág. 12
complementaria. Según Hans-Hinrich Jescheck y Thomas Weigend, en los delitos de encuentro,
las actividades de los involucrados están dirigidas hacia un mismo objetivo, pero desde
perspectivas distintas, y en cierto sentido, sus acciones convergen. También se le clasifica como
un delito de convergencia, plurisubsistente o de un precepto incriminatorio de carácter
pluripersonal, dado que requiere la existencia de más de dos voluntades: la de los funcionarios
públicos y los terceros participantes.
Por otro lado, el Profesor Castillo Alva señala que el delito de colusión, en la legislación
peruana, es un delito de resultado material que se consume cuando se causa un perjuicio al
patrimonio público. No se trata ni de un delito de peligro concreto ni de uno de peligro abstracto.
La defraudación es un evento material que forma parte del injusto penal, y debe ser demostrada
en la práctica para considerar que el hecho ha sido consumado. Incluso en legislaciones que
regulan el delito de colusión como un delito de peligro abstracto, se reconoce que este busca
proteger el patrimonio de las entidades públicas que se pone en riesgo debido a la conducta ilícita
del funcionario.
Finalmente, el profesor Fidel Rojas Vargas comparte esta opinión y sostiene que el delito
de colusión es un delito de resultado, concretamente de lesión, ya que genera un perjuicio
material, real y tangible al patrimonio de una entidad pública específica o del Estado. Es un
delito de resultado instantáneo y no se trata ni de un delito de resultado permanente ni de uno
continuado. Esta postura es compartida por el profesor Cáceres Julca, quien destaca que el delito
de colusión es un delito de infracción de deber con resultado, es decir, la violación de deberes
funcionales a través del acto de concertación, que causa un daño al patrimonio del Estado.
La colusión desleal previsto en el artículo 384 del Código Penal es un tipo penal
especial propio de resultado, que busca proteger el patrimonio del Estado, cuyo
contenido de reprochabilidad es el deber del funcionario público de velar por los
intereses del Estado, deber funcional que, al ser transgredido mediante la concertación o
colusión, perjudica directamente al Estado constituyendo el fraude con el consecuente
perjuicio patrimonial potencial o real para la administración (…)
pág. 13
5. Bien jurídico tutelado en el delito de colusión
En lo que respecta al bien jurídico protegido en el delito de colusión, se presentan
diversas perspectivas, y para comprender completamente estas posiciones, vamos a abordar cada
una de ellas y explorar sus implicaciones. Según lo planteado por el profesor García Cavero,
determinar el bien jurídico protegido implica definir el contenido de cada elemento del tipo
penal. Por lo tanto, es fundamental identificar el objeto jurídico amparado por el delito de
colusión estipulado en el artículo 384° del Código Penal. Sin embargo, como señala el
mencionado autor, la doctrina en el ámbito nacional no llega a un consenso en cuanto a la
designación del bien jurídico protegido en relación con este delito. Esta falta de acuerdo genera
una serie de expectativas y, por ende, provoca incertidumbre jurídica.
pág. 14
1.5. El bien jurídico es la libre competencia de los proveedores
El profesor peruano Abanto Vásquez sostiene que el bien jurídico protegido en el delito
de colusión ilegal es la libre competencia de los proveedores. Argumenta que este bien jurídico
se ve perjudicado de manera significativa cuando un contrato estatal es obtenido de manera ilegal
a través de la concertación entre un interesado y un funcionario, lo que resulta en condiciones
más ventajosas para el primero. Esta situación disminuye drásticamente las posibilidades de otras
empresas y personas naturales que deseen contratar con el Estado, ya que se ven obligadas a
competir en desigualdad de condiciones. En lugar de basar la elección en la calidad del producto,
el precio o el valor del bien, el ganador de los concursos o licitaciones se decide en función de
conexiones ilegales con funcionarios, socavando así las expectativas tanto sociales como
estatales en términos patrimoniales.
Cabe destacar que el profesor José Luis Castillo Alva plantea críticas a esta perspectiva.
Sostiene que, en primer lugar, las conductas sancionadas son realizadas por funcionarios
públicos, no por actores privados, por lo que no sería apropiado afirmar que el objetivo de
protección es la libre competencia de los proveedores. En segundo lugar, argumenta que la
protección de condiciones de igualdad en el mercado se logra a través de delitos
socioeconómicos, no de delitos contra la administración pública. Por último, señala que el interés
del Estado reside en adquirir bienes de calidad a precios razonables, independientemente de si
existe libre competencia en el mercado o no.
pág. 15
En opinión de la Sala Penal Permanente:
En consecuencia, el delito de colusión se define como "la figura delictiva que sanciona
cualquier acto de concertación entre un funcionario público y un particular con el propósito de
afectar o que efectivamente afecta el patrimonio público". Esto implica que la acción típica de
colusión desleal radica en la celebración de un acuerdo colusorio entre el autor y el proveedor
interesado, ya sea en los procesos administrativos de selección de proveedores de bienes y
servicios o en la celebración y ejecución de los contratos administrativos contemplados en el
artículo 384. Esto resulta en un perjuicio económico para el Estado.
2
Ibídem.
pág. 16
El delito de colusión, como un delito plural, se desglosa en tres actos: 1. La concertación
o acuerdo colusorio entre el autor y el proveedor interesado. 3 2. El proceso o contrato
administrativo. 3. La defraudación al Estado, que se traduce en un perjuicio económico.4
3
CÁCERES JULCA. Roberto. “El delito…” Op. cit., p. 205.
4
Ibídem.
pág. 17
intervención de los administrados, proveedores u otros terceros interesados. Para llevar a cabo
esta etapa con eficiencia, es fundamental una planificación previa que defina claramente los
fundamentos y objetivos del proceso de contratación. La fase de actos preparatorios comprende
un conjunto de acciones que se inician con la decisión de adquirir y tienen como objetivo definir
el objeto de la contratación, asignar un presupuesto adecuado y establecer las características
necesarias.
pág. 18
modificaciones en el contrato, como cambios en el servicio, plazo, precio, cantidad y calidad.
Esto abre la puerta a la posibilidad de acuerdos de concertación entre el particular y el
funcionario, con el objetivo de obtener beneficios dentro del marco contractual. Sin embargo,
esto representa una infracción a la normativa y aumenta el riesgo de perjuicio durante la
ejecución del contrato.
pág. 19
1.15. El perjuicio económico
La consumación del delito de colusión, como se establece en el tipo penal, implica la
existencia de un perjuicio económico que afecta al Estado. El delito de colusión se consuma con
la ocurrencia del perjuicio económico, lo que significa que la conexión entre la concertación y la
defraudación (perjuicio económico) debe manifestarse de manera gradual. Por lo tanto, en el
delito de colusión, la consumación ocurre cuando se genera un perjuicio patrimonial al Estado 5.
5
PARIONA ARANA, “El delito…” Op. cit., p. 133.
pág. 20
activo se describe a través de una referencia particular al sujeto en cuestión, como, por ejemplo,
"el funcionario público" o "la autoridad", entre otros.
pág. 21
específicas. Por ejemplo, la Ejecutoria Suprema contenida en el Expediente N° 1382-2002, de
fecha 05 de mayo de 2003, estableció: "El delito de colusión ilegal exige para su configuración
que el funcionario o servidor público concierte con los interesados para defraudar al Estado en
las distintas contrataciones que celebre por razón de su cargo o comisión especial; sin embargo,
los hechos indican que el acusado no tenía el poder de decisión y, por lo tanto, no tenía ninguna
influencia en la adquisición". La Ejecutoria Suprema, Expediente N° 1522-97, de fecha 20 de
marzo de 1997, también afirmó: "Si el acusado no tenía el poder de decisión y, por lo tanto, no
tenía influencia en la celebración de los contratos cuestionados, sus acciones no son punibles
penalmente".
9. El autor
Como se ha discutido en secciones anteriores, la base de la autoría en el enfoque
tradicional se centra en el concepto de "dominio del hecho". No obstante, a la luz de las
interpretaciones propuestas por el Profesor Roxin, se ha identificado un criterio de imputación
que permite una mejor aplicación de los principios normativos en casos de delitos de infracción
de deber. En estos delitos, lo que resulta fundamental para determinar la autoría no son los
elementos convencionales, como el "dominio del hecho", sino más bien la violación de un deber
específico extrapenal. En otras palabras, quien incumple dicho deber (infractor intraneus) es
considerado autor, incluso si no ejerce un control absoluto sobre la comisión del hecho.
En el caso del delito de colusión, es esencial la participación de dos sujetos activos para
que la conducta sea delictiva. Estos sujetos son el funcionario estatal, quien, debido a su cargo,
interviene en el proceso de contratación o contrato administrativo, y el interesado con el cual se
establece un acuerdo colusorio o concertación con fines de defraudación. En este contexto, el
tipo penal requiere la colaboración de dos agentes, definidos de la siguiente manera:
pág. 22
Los interesados: Estos son las personas o partes con quienes el autor del delito establece
el acuerdo colusorio. Sin su participación dolosa, no se podría configurar el delito de colusión.
El delito de colusión desleal se considera un tipo penal cualificado por el agente. En este
sentido, no cualquier individuo puede ser autor de este delito, sino que exclusivamente los
funcionarios públicos que, debido a su cargo, representan al Estado en alguno de los negocios
jurídicos administrativos señalados en la ley. Para que alguien sea considerado autor de colusión
desleal, no basta con tener la condición de funcionario público; también debe existir una relación
funcional entre dicho funcionario y el proceso o contrato administrativo en el que participa
debido a su cargo.
Conforme al artículo 384 del Código Penal, un sujeto distinto al funcionario público que
participa en el delito de colusión es el interesado, es decir, la parte que tiene interés en la
contratación pública y cuya colaboración es esencial para la configuración del delito. Como se
establece en la Ejecutoria Suprema reflejada en la Resolución N°043-2001 de fecha 5 de
diciembre de 2005, se aclara que los particulares que intervienen de manera necesaria en la
concertación y contribuyen a la comisión del delito de colusión son considerados partícipes
necesarios. La falta de su intervención llevaría a la atipicidad de la conducta o, en su lugar, la
comisión de otro delito como cohecho o peculado.
pág. 23
Estado. Esto incluye tanto a personas naturales como jurídicas de derecho privado que tengan la
capacidad y autoridad legal para contratar con el Estado o participar en el proceso de
contratación en calidad de oferente o licitante.
En el contexto del Derecho Penal, el delito de colusión busca proteger los intereses del
Estado a través de su vertiente representada por la administración pública. El propósito de esto es
asegurarse de que los individuos involucrados en la administración pública no utilicen su
posición de manera indebida para causar perjuicio patrimonial o fraude en su propio beneficio,
pág. 24
desviándose de los objetivos específicos de la administración pública. Estos objetivos concretos
incluyen garantizar el funcionamiento adecuado y regular de la administración pública.
pág. 25
13. Concierto o acuerdo colusorio
"Concertar o acuerdo colusorio" es el primer aspecto clave que el delito de colusión
requiere, y este término se refiere a un amplio espectro de acuerdos ilegales, tratos secretos o
arreglos en detrimento de los intereses del Estado. Implica llegar a un entendimiento, armonizar
puntos de vista y unir dos o más voluntades para forjar un pacto en secreto y previo con los
involucrados8.
pág. 26
El tema del perjuicio como requisito objetivo para sancionar el delito de colusión ha sido
objeto de debate. Abanto Vásquez (Fidel Rojas Vargas), sostiene que el delito de colusión
desleal es un delito de mera actividad según la perspectiva de Roxin. En consecuencia, la
consumación de este delito se establece a través de la propia acción del autor. Además, Abanto
Vásquez argumenta que el perjuicio que una entidad estatal puede sufrir debido al
incumplimiento total o parcial de un contrato no solo proviene de acuerdos colusorios, sino que
también se origina por diversos factores, como una negociación inadecuada, negligencia al
buscar un proveedor más idóneo y una gestión deficiente de los recursos estatales para
seleccionar al mejor postor, un precio más adecuado o una mayor calidad que garantice una
mayor durabilidad del producto, por ejemplo10.
Esta controversia en torno a la necesidad del perjuicio como un elemento objetivo para
establecer la defraudación patrimonial en el delito de colusión ha llevado al legislador a regular
este delito de dos maneras distintas. En primer lugar, se encuentra la modalidad reflejada en el
tipo penal base (primer párrafo del artículo 384), que requiere una concertación o acuerdo
colusorio entre un funcionario o servidor público, sin necesidad de que se genere un perjuicio al
patrimonio del Estado. En segundo lugar, está la modalidad agravada de colusión, que exige,
además de la concertación o acuerdo colusorio, la defraudación del patrimonio público. Con
estas dos modalidades, el legislador busca abarcar todos los posibles escenarios en los que podría
producirse este delito.
10
CASTILLO ALVA y GARCÍA CAVERO, “El Delito…” Op. cit., p. 103.
pág. 27
Estado o, en su defecto, defraudarlo una vez consumado el acto. Esto significa que, debido a la
naturaleza jurídica de la acción, siempre se encuentra en el ámbito del dolo.
Por lo tanto, el delito de colusión se describe como un delito doloso, lo que implica que el
autor actúa con conocimiento y voluntad de defraudar al Estado al colaborar con alguien
interesado en un negocio jurídico administrativo en el que se interviene debido a una función
especial. o comisión. Esta condición se deriva de los verbos clave del delito, como "concertar" y
"defraudar", que involucran acciones activas y no permiten la comisión por omisión. El Profesor
Castillo Alva sostiene que estamos tratando un caso de dolo directo, una perspectiva compartida
por el Profesor Fidel Rojas Vargas, quien considera que se necesita dolo directo debido a las
características específicas del tipo penal. El dolo eventual podría atribuirse si la acción del agente
se lleva a cabo por omisión en lugar de una acción directa.
En los delitos dolosos, la ley no castiga solo la conducta que se ha realizado por completo
o que ha producido el resultado típico, sino que también prevé sancionar la conducta que no llega
a cumplir todos los elementos típicos porque se detiene en una etapa previa a la consumación.
Sin embargo, esta etapa anterior debe haber alcanzado cierto grado de desarrollo para
considerarse típica, ya que de lo contrario se crearía incertidumbre jurídica. Por lo tanto, en el
caso de la tentativa, la relevancia de la sanción se encuentra entre los actos preparatorios y los
actos ejecutivos. Los actos puramente preparatorios, que se limitan a actos psíquicos e
intencionales que no traspasan los límites de la personalidad y el pensamiento del agente, no son
sancionados. Sin embargo, cuando estos actos se exteriorizan y vulneran la norma, estamos
hablando de la punición de la tentativa.
Una vez que se supera la fase de los actos preparatorios, se considera que existe una
tentativa. Esto ocurre cuando se inicia la ejecución del ilícito pero no se llega a consumir. En
pág. 28
términos subjetivos, se requiere que el autor actúe con el mismo dolo que habría tenido si el
delito se hubiera consumado.
pág. 29
deber y otra enfocada en el resultado, como es el caso de la colusión agravada, que incluye la
palabra "patrimonialmente" en su definición, aunque el Tribunal Constitucional haya declarado
inválida esa palabra.
16. Consumación
"El delito se comete tanto en el momento de la contratación como en el momento de la
ejecución o expansión de los contratos o transacciones estatales 11." En términos de consumación,
no es necesario que se haya producido una defraudación efectiva al patrimonio estatal,
simplemente basta con la existencia de un acuerdo o pacto colusorio. Por lo tanto, es lógico
afirmar que la colusión simple es un delito de peligro concreto, ya que cuando se confirma la
existencia de un acuerdo entre las partes para perjudicar el patrimonio público, se pone en
peligro de manera inminente y específica12.
17. Penalidad
De acuerdo con las disposiciones de nuestro actual código penal, la sanción que se debe
aplicar por la comisión del delito de colusión es la siguiente: en el caso de la colusión simple, se
impone una pena de prisión que no puede ser inferior a tres años. ni superior a seis años, además
de una multa que oscila entre ciento ochenta y trescientos sesenta y cinco días. En el caso de la
colusión agravada, la pena de prisión será de al menos seis años y no excederá los quince años,
acompañada de una multa que varía de trescientos sesenta y cinco a setecientos treinta días. Es
importante destacar que esta sanción no permite la suspensión de la pena, incluso si la condena
es menor o inferior a cuatro años.
11
335 CASTILLO ALVA y GARCÍA CAVERO, “El Delito…” Op. cit., p. 90.
12
6 SALINAS SICCHA, “Delitos contra…” Op. cit., p. 340.
pág. 30
Negociación incompatible o aprovechamiento de cargo
El delito de negociación incompatible se distingue por su intención de castigar a los
funcionarios públicos que, en calidad de garantes de la administración, se involucran en
contratos o transacciones públicas de manera inapropiada, con el propósito de obtener beneficios
personales o en beneficio de terceros ajenos a los intereses de la administración pública. Para que
se configure este delito, se requiere la realización de una acción concreta y material que tenga
implicaciones legales. En otras palabras, el delito se basa en un análisis normativo descriptivo
que examina si la conducta del funcionario se ajusta a las disposiciones legales pertinentes. En
este sentido, es esencial que el funcionario actúe de manera contraria a sus deberes y
responsabilidades como servidor público, utilizando su posición para obtener ventajas indebidas.
Este delito busca garantizar la integridad y la ética en la administración pública y, al mismo
tiempo, prevenir conflictos de intereses que puedan socavar la confianza en el funcionamiento
adecuado del gobierno y en la utilización adecuada de los recursos públicos.
De este articulo podemos entender que se refiere a una disposición legal que aborda la
negociación incompatible o el aprovechamiento indebido de cargo por parte de funcionarios o
servidores públicos. En esencia, prohíbe que aquellos que ocupan posiciones de autoridad en el
pág. 31
gobierno utilicen su posición en beneficio propio o de terceros de manera inapropiada, ya sea
directa o indirectamente. Esto implica que no pueden involucrarse en contratos u operaciones en
los que tengan un interés personal o que beneficien a terceros a costa de su posición en el sector
público.
La sanción por cometer esta conducta ilícita es significativa, ya que implica una pena
privativa de libertad que oscila entre cuatro y seis años, lo que significa que los culpables pueden
ser condenados a prisión por un período sustancial. Además, se prevé la inhabilitación, lo que
implica que no podrán ocupar cargos públicos ni realizar funciones gubernamentales por un
período determinado, y la duración de esta inhabilitación se rige por los incisos 1 y 2 del artículo
36 del Código Penal:
Además de las penas de prisión e inhabilitación, los infractores también pueden ser
condenados a pagar una multa que varía de 180 a 365 días-multa. Los días-multa se utilizan para
calcular la cantidad de dinero que la persona condenada debe pagar como parte de su sanción, y
esta cantidad se determina en función de su situación financiera y la gravedad del delito. Esta
disposición tiene como objetivo principal prevenir el conflicto de intereses en el servicio público
y garantizar la conducta ética de los funcionarios y servidores públicos, promoviendo la
transparencia y la integridad en la administración gubernamental.
“En esa medida, el tipo contiene un elemento normativo que se expresa en el vocablo
“indebidamente” que va asociada a la acción de interesarse; de manera que literalmente el verbo
rector que identifica al tipo tiene una acepción referida a una acción material de interés por lograr
pág. 32
un beneficio valiéndose del cargo especial del cual goza y por el cual interviene de acuerdo a
ley”13
13
RAMOS, J. B. (2018). Delitos contra la administración pública, análisis dogmático, tratamiento
jurisprudencial. Lima: GACETA JURÍDICA.
pág. 33
con la intención de perjudicar al Estado, en particular a su tesorería pública y obtener beneficios
propios.
Por lo tanto, este acto delictivo se basa en una acción intencional que se centra en el
término "interesarse". Es este verbo el que describe la conducta del individuo, que se considera
una infracción penal según lo establecido en el artículo 397 del Código Penal. La clave de este
delito radica en que el funcionario o servidor público muestra un interés especial, pero este
interés va en contra de la conducta apropiada para alguien en su posición. En otras palabras, se
trata de un acto consciente en el que el individuo busca obtener beneficios personales o para
terceros, en lugar de actuar de manera ética y en línea con su papel en el servicio público.
pág. 34
23. Patrimonio del estado
En el caso del delito que estamos discutiendo, la "negociación incompatible o
aprovechamiento indebido de cargo".
Cabe recalcar que dentro de este delito el interés indebido con un propósito criminal
significativo debe ser evidente y específico, es decir, concreto. No es suficiente con defraudar
expectativas vagas; se requiere que, con ese propósito criminal importante, se cause un daño a
las finanzas públicas o al tesoro público. En consecuencia, se prohíbe que los funcionarios
públicos aprovechen las facilidades proporcionadas por el Estado debido a sus cargos para
satisfacer sus intereses personales o los de terceros, lo cual perjudica la tesorería pública. En
resumen, se persigue la conducta de utilizar la posición en el gobierno para obtener beneficios
indebidos a expensas de los fondos públicos.
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24. Objeto de protección
El "objeto de protección" en el contexto de la "negociación incompatible o
aprovechamiento indebido de cargo" se refiere a aquello que se pretende resguardar o proteger
mediante la aplicación de la normativa penal relacionada con este delito.
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El objeto de protección en el delito de negociación incompatible o aprovechamiento
indebido de cargo se centra en resguardar la integridad, la ética y la transparencia en la
administración pública, asegurando que los recursos públicos se utilicen en beneficio de la
sociedad en lugar de favorecer intereses privados. Esto implica prevenir situaciones en las que
los funcionarios públicos utilicen su posición para obtener ganancias personales o desvíen
recursos públicos a entidades privadas, al mismo tiempo que se busca preservar la confianza
pública en las instituciones gubernamentales y el uso adecuado de los activos del Estado.
La manifestación del interés indebido por parte del funcionario puede adoptar diversas
formas, siendo estas: la manifestación directa, la manifestación indirecta y el acto simulado.
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Cuando un funcionario se "interesa de forma directa", esto implica que él mismo expresa
de manera evidente sus intereses personales relacionados con un contrato u operación, y toma
todas las medidas necesarias para lograr sus objetivos. En este caso, el funcionario está
personalmente involucrado en el proceso y no oculta sus intenciones.
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económicos reales para el Estado, lo que contribuye a mantener la probidad en la función
pública.
Colusión - La conducta típica implica una - Ambos delitos involucran actos que
concertación para defraudar al Estado. desvían recursos públicos o perjudican
- Carácter bilateral (involucra al al Estado.
funcionario público y al privado
interesado).
Conclusiones
En conclusión, el delito de colusión es un tema jurídico complejo y crucial en el ámbito
legal y penal, que involucra varios elementos clave:
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funcionarios deben cumplir con requisitos específicos y deberes especiales, siendo
garantes del funcionamiento adecuado de la administración pública. El sujeto
pasivo, por excelencia, es el Estado, ya que este delito atenta contra los intereses
estatales y económicos.
Perjuicio Económico: Ha habido un debate constante sobre si el perjuicio
económico es un requisito objetivo para la configuración del delito de colusión.
Algunos argumentan que el perjuicio no es esencial, mientras que otros
consideran que es un componente fundamental. A raíz de esta controversia, el
legislador ha establecido dos modalidades del delito de colusión, una que requiere
la concertación sin necesidad de perjuicio y otra que exige la defraudación del
patrimonio público.
Modalidades del Delito: Se distinguen dos modalidades del delito de colusión, una
base que se enfoca en la concertación ilícita en sí misma y otra agravada que
requiere, además de la concertación, la defraudación del patrimonio público. Esta
diferenciación busca abordar diversas situaciones que pueden surgir en el contexto
de la colusión.
En última instancia, el análisis y comprensión de la colusión requieren una
atención detallada a estos elementos, ya que los matices y las definiciones
precisas desempeñan un papel fundamental en la determinación de la culpabilidad
y la aplicación de sanciones. La colusión no solo se considera un delito grave,
sino que también tiene un impacto significativo en la integridad de la
administración pública y, en última instancia, en la protección de los intereses del
Estado y la sociedad en general. La definición y aplicación adecuadas de este
delito son esenciales para mantener la transparencia y la eficiencia en las
contrataciones públicas y prevenir el abuso de poder por parte de funcionarios y
particulares.
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Referencias
HURTADO POZO, José. Manual de Derecho Penal - Parte General, 3°Ed, Grijley, Lima, 2005
ROXIN, Claus. Autoría y dominio del hecho en el Derecho Penal, Marcial Pons, Madrid, 2000.
pág. 41
SALINAS SICCHA, Ramiro. Delitos contra la Administración Pública, Iustitia - Grijley, Lima,
2016.
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