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BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA

LICENCIATURA: DERECHO

MATERIA : SISTEMA CONSTITUCIONAL

Actividad : PODER EJECUTIVO

PROFESOR: AGUSTIN PEREZ SALDAÑA

ALUMNA: MARIEL FERNANDEZ RAMOS

MATRICULA: 202167037
PODER EJECUTIVO

Introducción:

Dentro de la teoría política de la división de poderes que establece que un


gobierno se compone de tres partes (el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial),
el poder ejecutivo suele ser visto como el preponderante ya que es el que tiene a
cargo la toma de decisiones y la administración publica en materia económica,
social, educativa, política. El poder ejecutivo es quizás de los tres poderes el que
siempre existió en gran parte de las sociedades ya que en otras palabras estamos
refiriéndonos a quien tiene a su cargo el mandato de gobernar. En otras épocas el
poder ejecutivo fue representado por monarcas, príncipes, tiranos, gobernadores.

Desarrollo

Desde Francia pasando por España y luego tomada por nuestros primeros
constituyentes, la facultad reglamentaria es una de las instituciones que no han
evolucionado en nuestro país, y que, por lo contrario proveniente de un régimen
monárquico, nunca ha funcionado en nuestro sistema jurídico de corte
presidencialista.

De este modo, La Constitución española de Cádiz, ejerció una poderosa


influencia en la organización política y jurídica de México pesar de que tuvo una
vigencia muy limitada. La facultad reglamentaria es una consecuencia de esa
influencia ejercida por la constitución de Cádiz de 1812.

En la constitución de 1857 como atribución del Presidente de la República,


proveer en la esfera administrativa a la exacta observancia de las leyes que
expida el Congreso.

En todas las Constituciones que le sucedieron la reglamento Provisional


Político del Imperio Mexicano, incluida la Constitución de 1824, primera
constitución del México Independiente,1 ,se reconoció siempre en, forma expresa,
que el Presidente de la República, tenia la facultad de dictar reglamentos.

Es decir las constituciones anteriores a la de 1857 habían consignado


expresamente que el Ejecutivo tenía la facultad de dictar reglamentos; pero esta;
la de 1857, no lo hizo, consignando en su lugar la expresión: proveer en la esfera
administrativa a su exacta observancia.

Así el artículo 85, fracción I, de la Constitución de 1857, disponía las


facultades y obligaciones del presidente son las siguientes: I Promulgar y ejecutar
las leyes que expida el Congreso de la Unión, proveyendo en la esfera
administrativa a su exacta observancia.

El concepto de “Poder” implica la idea de actividad, fuerza, energía o dinámica.

“El poder Publico” que es un poder supremo de imperio, de mando o de


gobierno que subordina, somete o encauza a todos loe entes individuales y
colectivos que dentro del territorio estatal existen y actúan.

Una de esas tres funciones es la ejecutiva, que suele impropiamente


designarse como poder ejecutivo, equivalencia terminológica que, por lo demás ha
adquirido carta de naturaleza en el lenguaje jurídico y político, empleándose en la
legislación, la doctrina, la jurisprudencia y la postulancia profesional.

El poder ejecutivo en su acepción funcional suele adjetivarse también con la


denominación de poder administrativo, es decir, de función administrativa del
estado. Como toda función la administración o ejecutiva se manifiesta en una
diversidad cualitativa y cuantitativa de actos de autoridad específicos que
corresponden al tipo abstracto de acto administrativo.

El poder ejecutivo en su carácter de función, igualmente se manifiesta en


innumerables actos de autoridad de índole administrativa, los cuales presentan las
notas contrarias a las de la ley, es decir, son actos concretos, particularizados. El
elemento con creación implica que el acto administrativo se emite, se dicta o
realiza para uno o varios casos y para los sujetos de diferente naturaleza que en
ellas sean protagonistas. Conforme a estos elementos intrínsecos, el acto
administrativo solo tiene operatividad en tales casos, situaciones o sujetos sin
extenderse más allá del ámbito concreto en relación con el cual se haya
producido.

Atendiendo a la medular diferencia entre el acto legislativo y el acto


administrativo, las funciones correspondientes son fácilmente distinguibles, en
cuya virtud el poder administrativo, o sea, la función administrativa del estado
desenvuelve en variadísimos actos administrativos, cuyos atributos características
ya quedaron señalados.

El acto jurisdiccional tiene como objetivo primordial la solución jurídica de


esta situación, solución en la que se proyectan a las funciones o poderes
respectivos del estado. Ahora bien al tratar acerca del principio llamado de la
división o separación de poderes aseveramos que sustancialmente y con
propiedad jurídica entraña la distribución de dichas funciones entre diferentes
grupos de órganos estatales a afecto de que opere, entre ellos, el sistema de
equilibrio o de frenos y contrapesos que caracteriza al régimen democrático.

El poder ejecutivo también llamado administrativo implica la función pública


que traduce en múltiples y diversos actos de autoridad de carácter concreto,
particular e individualizado, sin que su motivación y finalidad estriben,
respectivamente, en la preexistencia de un conflicto, controversia o cuestión
contenciosa de índole jurídica, ni en la solución correspondiente. Esta idea es
meramente descriptiva de lo que entendemos por poder ejecutivo sin tener la
pretensión de configurar una definición propiamente dicha, pues solo indica los
rasgos elementales del concepto respectivo que permiten diferenciarlo de os del
poder legislativo y poder judicial.

Independientemente de su implicación dinámica, poder ejecutivo suele


entenderse el conjunto de órganos estatales en que este se deposita o a los que
se confía, según esta indebida pero naturalizada concepción, el poder ejecutivo
como sistema orgánico jerarquizado, se encabeza por un funcionario denominado
presidente o por un cuerpo colegiado que se llama gabinete que a su vez se
encuentra presidido por un primer ministro en regímenes monárquicos o
republicanos.

Conclusión

El poder ejecutivo es el responsable de la gestión diaria del Estado, concibe y


ejecuta leyes y políticas que tienen que ser aplicadas; representa a la nación en
sus relaciones diplomáticas; sostiene a las fuerzas armadas y en ocasiones
aconseja con respecto a la legislación.

Critica personal

El Poder Ejecutivo es poco efectivo, no puede ni con lo más básico: la seguridad


de sus habitantes. Además, el Poder Judicial no es ni independiente, ni fuerte, por
tanto, la ley no se aplica equitativamente. No todos pueden defenderse del abuso
de otros y, sobre todo, del abuso de los funcionarios. No hay Estado de derecho la
verdad.

Propuesta
Es crucial entender una cosa: la única forma en que podemos sustituir el
escenario inercial y catastrófico por uno mucho más constructivo, es acotando al
Presidente, rescatando el Gobierno y la política en las decisiones del Congreso. Si
queremos recuperarnos a mediano y largo plazo de la tragedia social y económica
a la que vamos a entrar, tendremos que balancear la ecuación política, a través
del Congreso. Será la manera en que este gobierno necesite escuchar a los
demás.

Bibliografía

Carbonell, Miguel y Pedro Salazar, División de poderes y régimen presidencial en


México, México, iij-unam, 2006.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, México,


González A. Carrancá, Luis, Estatuto de Gobierno del Distrito Federal, México,
Trife, 2000.

Hernández, María del Pilar, “Autonomía de los órganos electorales”, en Reforma


Judicial. Revista Mexicana de Justicia, México, iij-

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