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NOCHE DE HALLOWEEN EN EL TORREÓN

PERSONAJES:
Padre Gustavo, (Roger), es el guía de la visita. Es un sacerdote que custodia la torre en las
noches de todos los santos, en busca de almas perdidas y errantes.
Enrique Villegas, (Pere), es un anciano, por su sangre corre la misma sangre que uno de los
más reconocidos torreros de la Torre de Sant Vicent, guarda un especial recuerdo de su
abuelo y de todas las historias que le contaba sobre aquel valiente Torrero.
Lleva años intentando que le den plaza en las visitas guiadas de la Torre, por fin lo ha
conseguido, el problema es que murió tras recoger su entrada, él no lo sabe.
Demonia Drake, (Eva), es el espíritu maligno de una corsaria que naufragó en la costa de
Benicàssim. Su alma en pena vaga por la torre buscando al torrero que le dio muerte.

ESCENA 1 (AL LADO MAQUETA TORRE)

Padre Gustavo: muy buenas noches….soy el padre Gustavo, Sacerdote encargado desde
hace años de custodiar la Torre en las noches de todos los Santos, o como también le gusta
decir a la gente, las noches de Halloween. En días normales, les hubiera acompañado un guía,
pero todos sabemos que hoy cualquier cosa puede pasar: espíritus errantes, almas que vagan
en pena buscando resolver cuentas pendientes, algunas inofensivas criaturas de dios que
andas perdidas y otras, créanme, otras a las que no les gustaría conocer.
Pero que no cunda el pánico, para eso estoy yo aquí.
No se separen bajo ningún concepto del grupo, permanezcan atentos a mis indicaciones, y si
ven o oyen algo extraño, díganmelo, pero bajo ningún concepto griten, eso despertaría a
cualquier alma que por aquí anduviese.
Y ahora, damos por comenzada esta visita.

(Cerca de donde se da la bienvenida aparece un anciano, con el aspecto propio de un “fantasma”. Se


mueve entre el público interactuando).

Don Enrique: (mira la torre) ¡Por fin! Mi querida torre, ya estoy aquí y puedo visitarte.
Disculpe ¿es aquí la visita verdad? No veo al guía, me dijeron que buscara a un chico con
camiseta azul. Ay ¿no me lo diga, se ha suspendido la visita y hoy hay misa por los difuntos?

Padre Gustavo: No, no se ha suspendido la visita, es hoy, el guía de camiseta azul ha tenido
que ausentarse por un ataque de ¡PÁNICO! y hoy seré yo quien haga la visita.

(El anciano vuelve a intentar tocar la torre, adorarla y dar las gracias por poder visitarla antes de
morir, momento en el que el sacerdote, que sabe que se trata de un alma que acaba de dejar su cuerpo,
hace cómplices al resto de la situación y de la necesidad de no desvelarle al anciano la realidad hasta
que llegue el momento, pues esto podría ocasionar problemas a los presentes, un fantasma confuso
resulta muy peligroso)

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Padre Gustavo: He aquí un alma inocente que vaga sin saber que acaba de morir, lo mejor
será no decirle nada y tratar de averiguar qué asuntos pendientes le quedan por resolver y así
que pueda descansar en paz entre los suyos, los muertos. Lo sé, esto resulta extraño a la par
que increíble, pero se lo advertí, esta noche, todo puede pasar. Y como no queremos un
espíritu aterrado y confuso, lo mejor será seguirle la corriente y dejarle que nos acompañe
durante la visita. Y recuerden, ¡no se les ocurra bajo ningún concepto decirle que está
muerto!
Señor, disculpe, vamos a empezar, síganos.

(en el momento en el que el grupo va hacia la parte frontal él decide ir adelantando y adentrarse en la
Torre.)

ESCENA 2. (LATERAL DE LA TORRE FRENTE A ASPILLERAS)

(desde las aspilleras se ven luces centelleantes)

Padre Gustavo (mirando hacia las aspilleras): Vaya, salgo un momentito de la torre y todo se
vuelve patas arriba. ¡Ay, qué cruz! Bueno, ¿alguien me puede decir que es lo que estamos
viendo aquí?
(el público seguramente contestará “luces, fantasmas o algo así)

Padre Gustavo: Ah, por eso no os preocupéis son pequeños duendecillos, “doñets” los
llaman por aquí, haciendo sus travesuras, poltergeist y esas cosas que hacen por estas fechas.
Nada alarmante. Yo me refería a la torre…
(interacción con el público y explicación general del por qué de la Torre)

(Cuando acaba la explicación el fantasma de una corsaria se deja ver, con una antorcha o bengala.
Salida a lo lejos, cerca de la playa)

CORSARIA: ¡¡¡Torrero!!! ¡Te huelo, torrero! Hoy te daré caza como a un conejo,
jajajajajaja. (Y desaparece por el lado contrario)

Padre Gustavo: Otro fantasma, no sé asusten, es lo habitual en esta noche, lamentos y


amenazas, siempre igual. Sigamos con la visita. Solo espero que hoy no tengamos que ver
pequeñas niñas vomitando puré de guisantes mientras se contorsionan de forma inexplicable.

(se dirigen a la puerta de la torre. Si el público ve a la fantasma entrar a la torre se comenta que
solo es un fantasma)

(PUERTA ACCESO TORRE. Desde detrás de la puerta se oyen lamento y ulular de


fantasmas. Después marioneta de fantasma en el matacán)

Padre Gustavo: ¡Pam, pam, pam (golpeando la puerta)! ¡Basta, ya está bien de hacer el tonto!

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(Desde el matacán se descuelga una araña que quedará colgada al lado de la puerta)
¿Uy, y esta araña? ¿A alguien se le ha escapado su mascota?
Vaya, pues sí que están revoltosos los espíritus, sí. Lo de ahí arriba debe ser un fantasma
viejo o un espectro maligno, no se ve bien. ¡Cómo les gusta jugar en el matacán!
(explicación del matacán)
Pasen, nos reuniremos en la sala que encontraran nada más subir la escalera.

(el público entra primero en la torre. En la escalera se encuentran a don Enrique, con luz
fantasmagórica, suspirando. Sustito. El primer piso de la torre tiene una luz mortecina).

ESCENA TERCERA. (INTERIOR DE LA TORRE)

(PUEDE EXPLICARSE LA FUNCIÓN DE LAS ASPILLERAS DESDE EL


INTERIOR, YA QUE SE HAN EXPLICADO EN EL EXTERIOR. EL PADRE CONTARÁ EL POR
QUÉ DE LA TORRE Y SU FUNCIÓN DE DEFENSA COMO GUARIDA DE LA
POBLACIÓN DE BENICASSIM EN SU ÉPOCA).
(Al acabar la explicación aparecerá el fantasma de la corsaria, con algún efecto)

CORSARIA: Soy Demonia Drake, corsaria al servicio de su majestad Isabel Tudor, reina de
Inglaterra…mi alma está condenada a vagar por estas costas.
(esta última frase dando mucho miedo)

Don Enrique: Padrecito, padrecito, tengo mucho miedo…

Padre Gustavo: Tranquilícese, tengo el título de exorcista homologado por el Vaticano,


además soy cinturón negro de karate.

Don Enrique: Pues vale, ya me quedo más tranquilo (y se distrae con cualquier tontería.)

Padre Gustavo: Espíritu dinos porqué tu alma está condenada a vagar en esta torre, ¿por
qué tu alma no encuentra la paz?

(LA CORSARIA SE VA ACERCANDO HASTA EL SACERDOTE)

Corsaria: Entré al servicio de su majestad la reina de Inglaterra…ella estaba en guerra con


vuestro rey Felipe II. Veníamos a arrasar vuestras costas, y justo en esta torre un
torrero me dio muerte. No es que me importe mucho, estas cosas pasan en las batallas, pero
hizo una cosa imperdonable: me robó mi posesión más preciada, lo que más quería en este
mundo y por eso clamo venganza.
Se llamaba Enrique, Enrique Villegas…y puedo oler su sangre entre vosotros… debo acabar
con él…(desenvaina el cuchillo)
(busca a Villegas entre el público, husmeando y preguntando)

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Padre Gustavo: No tengan miedo, si esa daga pertenece a un fantasma es inofensiva en el
mundo de los vivos.

(la corsaria hace algo con la daga que demuestra que es real. Ruido entre las sillas, se le cae…)

Don enrique: Yo me llamo Enrique Villegas, pero soy granjero. Torrero fue un antepasado
mío, por eso quería visitar la torre.

Corsaria: Tú llevas la sangre del torrero. Cumpliré mi venganza y acabaré contigo.

Don Enrique: Eso será si me coges.

(comienza una persecución por la sala, entre el público. El anciano se mueve sorprendentemente
rápido. Corriendo se van escaleras arriba, a la terraza)

(Cuando los fantasmas se van, EL PADRE GUSTAVO, APROVECHANDO LOS RETRATOS DE


ISABEL TUDOR Y MARÍA TUDOR, FELIPE II, ETC. EXPLICARA EL TEMA DE LOS
CORSARIOS INGLESES EN LAS COSTAS Y EL CONFLICTO ENTRE FELIPE II E ISABEL
TUDOR)

Padre Gustavo: Y ahora, ¿no sienten curiosidad por lo que pase con esos dos fantasmas que
nos han visitado? Pues yo sí; preparen sus linternas y subamos a la terraza. Pero permanezcan
junto que ahí arriba está muy oscuro.

ESCENA 4. EN LA TERRAZA

(la terraza está a oscuras. Solo se puede intuir el cuerpo del viejo cubierto por una tela. Cuando se
acerque el grupo, el viejo se moverá de repente. Solo estaba haciendo una siesta. NOTA: es
conveniente que primero suba algún adulto)

Don Enrique: Ay, que descanso más bueno. Que bien me lo he pasado con la pirata esa.
Menos mal que todo es teatro, que si no esa actriz disfrazada me hubiera matado de verdad.

(silencio tenso)

Padre Gustavo: Verá, don Enrique, la verdad es que… no sé cómo decírselo… pero usted no
puede morir porque ya…

Corsaria: (apareciendo de algún lugar insospechado) Yo no soy ninguna actriz, soy un espectro
condenado a vagar por esta costa. Y tú, no puedes morir porque estás tan muerto como yo.

Don Enrique: ¿En serio?

Corsaria: Tan serio como un velatorio. Tú, como yo, eres un alma en pena que permanece en
el mundo de los vivos. Algún propósito te retiene todavía, pero aún no sabes cual es. El mío
es recuperar lo que tu antepasado me robó o buscar venganza entre sus descendientes. Pero si

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el único descendiente de aquel torrero eres tú creo que estoy condenada para toda la
eternidad.

Don Enrique: Pues no, no me había dado cuenta de que estaba muerto, aunque sí que notaba
un poco de mal aliento. Y lo siento mucho por ti, pero poco te puedo ayudar pues no conocí a
mi antepasado, lo único que guardo de él es esta nota con unas frases muy extrañas. Por eso
tenía que visitar esta torre.
(saca un papel plegado del bolsillo. Alguien del público lo lee)

“En la Torre de Sant Vicent:


Sobre unas patas de carro,
Con mi brazo de hierro la protejo
Y en mi ojo de fuego
Guardo un secreto.”
Corsaria: ¡Es un acertijo! Ayudadme a desvelarlo.

(entre todos adivinan que se trata del cañón y van a buscar dentro de él. Encuentran, envuelta en una
tela, una vieja muñeca)

Corsaria: (abrazando la muñeca) ¡Lady Macarena! ¡Por fin te encuentro! Ya puedo descansar
en paz.

Don Enrique: Me alegro mucho por ti. Tal vez mi antepasado se arrepintiera y por eso
escribió esa nota… Aunque esté muerto, creo que ha servido de algo que yo viniera aquí.

Corsaria: ¡Y ese es tu propósito! Traer el acertijo hasta aquí para que pudiéramos encontrar
mi muñeca. Ahora ya puedes descansar en paz.

Don Enrique: Vaya, pues es verdad que me siento más fresco, como más joven… Y ahora,
¿dónde tengo que ir?

Corsaria: Ven, acompáñame, yo te guiaré. (se dirigen hacia las escaleras). Oye, ¿tú a qué Cielo
vas?

Don Enrique: Pues al católico, apostólico y romano, supongo; pero si hay alguno más
divertido…

Corsaria: Yo voy al luterano, que será igual de aburrido, pero ya me encargo yo de hacerlo
divertido… (conversando se retiran)

Padre Gustavo: Bueno, parece que todo ha acabado bien para estos dos fantasmas. Si es que
las noches de Halloween son maravillosas… Ya que estamos aquí, podéis contemplar las
vistas desde la terraza del torreón…
(el guía enlaza con alguna explicación sobre algo que sea interesante)

FIN

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