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La historia de Turquía, entendida como la historia de la región que ahora forma el

territorio de la República de Turquía, incluye la historia de Anatolia (la parte asiática de


Turquía) y Tracia oriental (la parte europea de Turquía). Estas dos regiones previamente
políticamente distintas quedaron bajo el control del Imperio Romano en el siglo II a. C.,
convirtiéndose finalmente en el núcleo del Imperio bizantino.[2]
Historia de Turquía

Göbekli Tepe, considerado el templo o santuario más antiguo del mundo,[1]

Santa Sofía, antigua basílica ortodoxa, posteriormente convertida en mezquita, luego en museo.

Mehmed II entra en Constantinopla.


Mustafa Kemal Atatürk, fundador y primer presidente de la República de Turquía.

Para tiempos anteriores al período otomano, se debe hacer una distinción entre la
historia de los pueblos turcos y la historia de los territorios que ahora forman la
República de Turquía.[3][4] Desde el momento en que partes de lo que hoy es Turquía
fueron conquistadas por la dinastía selyúcida, la historia de Turquía abarca la historia
medieval del Imperio selyúcida, la historia medieval y moderna del Imperio Otomano y
la historia de la República de Turquía desde el Década de 1920.[3][4]
Entre las civilizaciones y los pueblos que se asentaron o conquistaron Anatolia cabe
mencionar: los hititas, los frigios, los cimerios, los persas, los gálatas, los celtas,
los griegos. los romanos, los armenios, los godos, el Imperio bizantino y el otomano.[2]
Durante el siglo XIX, diversos territorios del Imperio otomano se independizaron,
principalmente en Europa. Con el comienzo de la lenta decadencia del Imperio
otomano y como resultado de las políticas expansionistas de la Rusia zarista en
el Cáucaso, varios de los grupos en esa región,
principalmente circasianos, tártaros, azeríes, lezguinos, chechenos, y otros grupos turcos
abandonaron sus tierras ancestrales y se establecieron en Anatolia. A medida que el
Imperio otomano seguía fragmentadose durante las guerras de los Balcanes, gran parte
de la población no cristiana de sus antiguas posesiones, sobre todo a los musulmanes de
los Balcanes, acudieron en masa a Anatolia y fueron reubicados en distintos lugares.
Las sucesivas derrotas en guerras y el auge de los nacionalismos dentro del territorio
llevaron al decaimiento del poder del imperio. Su participación en la Primera Guerra
Mundial y el surgimiento de movimientos revolucionarios dentro de Turquía le dieron
el golpe mortal. El imperio bajo la dirección de un sultán fue abolido el 1 de noviembre
de 1922 y un año después, el califato. Los movimientos revolucionarios que lo habían
derrocado se agruparon y fundaron el 23 de octubre de 1923 la República de Turquía.
Sin embargo, Anatolia se mantuvo multiétnica hasta principios del siglo XX. Después de
la guerra greco-turca (1919-1922), todos los grupos étnicos griegos restantes en
Anatolia fueron expulsados durante el intercambio de población entre Grecia y Turquía
en 1923. Anatolia pasó a ser el núcleo principal de la nueva República de Turquía,
fundada en 1923, siendo sus habitantes principalmente turcos y kurdos.[5]
Uno de los estados que surgieron tras la partición del Imperio otomano fue la República
de Turquía. Este nuevo estado, heredero del anterior Imperio otomano fue el que le dio
«el golpe de gracia» en 1922, con el derrocamiento del Sultán Mehmed VI por la nueva
asamblea Republicana de Turquía. La moderna República de Turquía fue fundada en
1923 por Mustafa Kemal Atatürk tras el derrumbamiento del Imperio otomano al final
de la Primera Guerra Mundial. La derrota en el conflicto supuso la pérdida, en virtud
del Tratado de Sèvres (1920), de Siria, Palestina, Irán y Arabia, con lo cual Turquía
quedó circunscrita a sus fronteras actuales. La concesión de Esmirna a Grecia por 5
años hizo que los nacionalistas turcos, encabezados por Atatürk, se opusieran y libraran
la guerra de Independencia turca en la que lograron expulsar a los griegos.

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