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Tema: CUIDA TU HERENCIA (Los Hijos)

Sal 127:3 He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre.
Sal 127:4 Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud.
Sal 127:5 Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado
Cuando hablare con los enemigos en la puerta.

¿Cuánto valen los niños a los ojos de Dios?

1. El cuidado y el amor que das a los niños honra a Dios.

2. El pacto de Dios con Adán y Eva contenía dos provisiones independientes:


descendientes y dominio.

3. En este salmo los niños son llamados «herencia de Jehová». Ello significa que los
niños pertenecen a Dios; son «nuestros» sólo en un plano secundario.

Dios da progenie a las parejas así como una persona confía una fortuna a sus herederos.
Jesús desea que no despreciemos a ninguno de esos «pequeños» y habla de su fe en Dios
como un ejemplo para los adultos (Mat. 8:1-5, Mat.18:10).
Cuando una pareja contrae matrimonio, se compromete a amar, servir y sacrificarse por la
próxima generación. El cuidar y amar a los niños es una de las principales formas de
honrar a Dios y compartir la tarea de edificar su reino.

¿Estamos haciendo nuestro trabajo en las “administración” de la Herencia de


Jehová?

1. Sacrificamos lo más valioso por lo menos importante, como el tiempo en otras cosas
antes que nuestros hijos.

2. Cosa de gran estima el fruto del vientre. ESTIMA “Hebreo Sakár”; estima,
galardón, jornal, paga, pagar, pasaje, recompensa, remuneración, salario.

3. Las Herencias siempre serán usadas, de forma administradas o despilfarradas, pero


siempre serán se utilizarán.

Administremos bien nuestra Herencia.

1Ti 5:4 Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos (o sea los hijos y nietos)
primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque
esto es lo bueno y agradable delante de Dios. (RV 1960)
1Ti 5:4 Pero si una viuda tiene hijos o nietos, ellos son los primeros que deben aprender
a cumplir sus obligaciones con los de su propia familia y corresponder al amor de sus
padres. Esto es bueno y agrada a Dios. (DHH2002).

a. Es mejor enseñar con el ejemplo que con las palabras. Pro 22:6 Instruye al niño
en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

b. Efe 6:4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en
disciplina y amonestación del Señor.

c. 1Ti 5:8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su
casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.

No descuidemos nuestras responsabilidades.

a. Criemos a nuestros hijos. Criar (RAE): Nutrir y alimentar al niño con la leche
materna o con biberón. Instruir, educar y dirigir. Elegir a alguien para una elevada
dignidad. Establecer por vez primera o fundar algo.

b. Entendamos que en los centros educativos les enseñaran, pero es nuestra la


responsabilidad de educarlos.
-Si se le ama se le corrige, Pro. 13:24.
-Dios sabe si estás haciendo bien tu trabajo Gén. 18:19.
-No mendigues el amor de tus hijos, el castigo no los matará, Pro. 23:13.

c. Su salud y cuidado físico está en nuestras manos, así como lo está su salud
espiritual, emocional y mental, protejámoslos de ideologías de hombres y
fundamentemos en sus mentes y corazones el conocimiento de Dios.

Que nadie nos sustituya.

a. ¿Quién está “cuidando” nuestros hijos, el móvil, la tv, la tablet o los amigos?

b. El diablo, no solo es enemigo tuyo, sino también de tus hijos y buscará destruirlo de
forma muy sutil, abre bien los ojos.

c. Tu tiempo NO es solo tuyo, Ecl. 3:1 “Todo tiene su tiempo…”

Cuidemos ese tesoro que Dios compara a una Herencia, tus hijos dependerán de ti para
encaminar sus pies al éxito y a la Presencia de Dios que es lo mismo, pero para eso, tú
también deberás depender de Dios para saber guiarlos por sus sendas y su verdad.

Dedícales el tiempo que se merecen para amarlos y enseñarles, administra bien tu herencia
porque serán bendición para tu vida. ¿Estás al tanto de lo que está ocurriendo a su alrededor
y el peligro que los acecha? Protégelos y cuídalos porque Dios te pedirá cuentas por ellos.

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