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Se considerará como objetivo, aquello que este más apegado a la verdad histórica,
con un método, además del desarrollo de las ideas que serán de carácter fuerte en el
plano histórico, además de un marcado desprendimiento de las pasiones que pudieran
quedar plasmadas en el cuerpo del texto. Lo subjetivo será, la que es considerada
como síntoma de un mal trabajo, débil en método, y con ideas cuestionables,
empapado de la perspectiva del historiador.
El tema me parece como una de las grandes ambigüedades que más se han tratado,
pero como toda una ambigüedad de las que no se ha logrado conciliar como algo
concreto, este sería el motivo de mi interés. Me parece que en esencia el tema sugiere
pasiones desde el momento de escucharlo, tema digno de ser debatido una y otra
vez, o las veces que sea necesario. Que además hay que denotar que será imposible
llegara a un acuerdo en este, porque las mentalidades siempre estarán, al igual que
la historia, cambiantes. Tengo la opinión de que nadie que difunda algo está exento
de aplicar en lo que difunde sus paciones.
Es pues importante decir que a lo largo del trabajo mi posición quedara ampliamente
y claramente marcada, tomando la objetividad como un elemento de complemento,
pero no como algo que se vea evidente en las obras de los historiadores. Es decir,
siempre somos subjetivos, o por lo menos cada que se nos permite serlo, es algo que
nos gusta ser y de lo que no nos podemos ocultar. Emitir juicios, posiciones, opiniones,
realizar crítica (constructiva o destructiva) es el alimento de muchas almas.
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Teoría de la historia. Para pensar el pasado. La historia como autorrealización. Sobre algunos métodos y
fuentes para la investigación histórica
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Encontraremos inconformidades y desacuerdos por estas opiniones, que finalmente
es uno de los propósitos, el ser criticado.
Nos encontramos con situaciones subjetivas, que son constitutivas y formativas de los
hombres. Encuentro un ejemplo peculiar y bien identificado por los que nos dedicamos
al estudio de lo histórico, me refiero a los que se pelean el título de Padre de la Historia,
ya sea que estemos a favor de Herodoto o Tusídides, el primero identificado como
subjetivo, y el ultimo como el precursor del prototipo de objetividad, mimo que después
sería mejorado por otros tantos, tanto en forma de escribir como en el método, sólo
por mencionar alguno, está Polibio o el oriental Ibn Jaldún.
Refiriendo mi experiencia, puedo decir que Herodoto se nos presenta como el Padre
de la Historia por haber introducido el nombre a nuestra disciplina. Muchos
comentarios he escuchado a cerca de que Tusídides es mejor; vale la pena decir que
confrontando a estos dos grandes personajes; pero no se trata de buscar buenos o
malos, sino de promover el dialogo con el objetivo de buscar la mejora de la disciplina,
que considerando a los que nos interesamos por estas temáticas, me atrevo a decir
que es la finalidad.
Es ya conocida la frase de: la historia nos juzgara, los historiadores en estos casos
asumirán entonces el papel de jueces de los tiempos, y sobre estos cae la inevitable
responsabilidad de emitir coherentemente esto juicios, de lo contario ellos mismos
serán juzgados, por jueces mayormente feroces, sus colegas, como ya se vio en clase
los juicios emitidos a los trabajos de los historiadores no son algo nuevo, de hecho el
historiador debe estar siempre en disposición de recibir, emitir, digerir, y comprender
estos juicios, así estará preparándose siempre para realizar lo que le ha de
representar un reto mayor, el juicio de su propio trabajo y de sí mismo.
Del mismo modo nos encontramos con malos juicios, mismos que son excluyentes,
ya que si la labor de algún personaje histórico no conviene a los fines de los intereses
del poder es olvidado o solo mencionado en relación con la vida de aquel que si fue
contemplado como Digno de Mencionar.
Otro elemento es el morbo que se tiene para con las historias subjetivas, la sociedad
exige estos factores, es de alguna medida el aderezo o catalizador de la sustancia
histórica. Cada vez se venden más revistas de chismes y periódicos amarillista,
dejando de lado el conocimiento de lo real, así el historiador se sitúa entre la
subsistencia de su ser o la mediocridad (a los ojos de la sociedad). Se ha presentado
una especie de divorcio entre algunos historiadores y las clases dirigentes de
naciones, (económica y política) de este modo los lazos comunicativos entre estos
elementos complementarios se ven frustrados afectando directamente el cómo se
dirijan las ideologías, tal vez por no poder conciliar a los ideólogos con la sociedad es
porque no se han logrado las revoluciones tan socorridas con anterioridad para
solucionar problemas, esto es cuestión de enfoques y decisiones.
Tal vez si estas partes lograran conciliar sus diferencias podría existir la posibilidad de
incrementar los modos de producir historia y también las formas de adquisición,
proponiendo formas para el nuevo mercado, así los historiadores se convertirían en
una especia de empresarios.
Destrozar los argumentos objetivos es igual de difícil que tratar de hacerlo en algunos
casos, con los subjetivos. Al parecer llevan en si una fuerza implícita por un lado nos
encontramos con que por más que sea ilógico, tonto o erróneo, que sean los ideales
subjetivos, es la postura de alguien, así se dificulta acabar con ellos, tal vez lo único
que se puede hacer en estos casos, es ignorar. Por el otro lado están las ideologías
objetivas, estas se sostienen solas, deben estar preparadas para soportar las
embestidas de cualquier tipo de crítica.
Dentro de todos los avatares que un historiador se puede encontrar en su andar, nos
encontramos con el tema de las interpretaciones, ya de por sí es complicado caminar
sobre tinieblas, como para complicarnos más con la falta de preparación propia o de
nuestros maestros (todos los historiadores), al existir esto las interpretaciones que
hagamos o re-hagamos serán erróneas, o perdurarán en el error.
Decidir, es importante, todos los días tomamos decisiones que por más pequeñas que
sean afectaran nuestras vidas, o aún después de que nuestros cuerpos queden
inanimados. Decidir, pues, es una labor de carácter subjetivo. Por ejemplo, he
decidido tratar este tema, y tendré que acatar lo que de esta decisión traiga consigo,
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así pues, el decidir conlleva consecuencias, mismas que deben de ser consideradas
con responsabilidad. Esto muestra que el subjetivismo implica también
responsabilidades, por lo cual también produce efectos positivos en los
comportamientos y acciones humanas convirtiéndonos en seres más experimentados.
Los motivos del historiador se han desarrollado al igual que su método. En ocasiones
podemos contar con relatar los sucesos que hacen grande a una nación, los que el
historiador considere como dignos de mención, para evitar los errores que se
cometieron en tiempos venideros, para exaltar la grandeza de la particularidad de un
héroe que engloba una generalidad en contar su historia, y así se han presentado
muchas, hoy en día la tendencia a modo de rebeldía es porque me gusta
hacerlo, esto no siempre se presenta de manera clara, pero se puede inferir en los
modos de escribir. Definitivamente es una respuesta hostil para justificar por qué se
escribe historia o porque se estudia la misma, esto se debe a que es una disciplina
muy atacada últimamente, el hecho es que dentro de las sociedades en las que nos
desarrollamos el individualismo es muy recurrido, siempre se escribe para ser leído,
pero ahora importa tanto quienes lo lean aunque en sí el texto lleve la marca de para
quien es, (nunca está de más especificarlo), nos encontramos pues en un momento
de subjetividad. Al parecer con las últimas propuestas legislativas para los programas
curriculares la respuesta a estas preguntas será porque no tenía nada mejor que
hacer.
Es subjetivo decir que lo escrito con anterioridad es subjetivo, por lo cual se le restaría
a lo escrito objetividad, gran contradicción, ya que no sería mentir, sería la descripción
de una realidad, así es como puedo representar lo referente a la verdad subjetiva, o
por lo menos una porción de esta, no todo lo dicho subjetivamente debe ser depurado,
al considerarlo más nos daremos cuenta de los grados de verdad que este tipo de
trabajos contienen.
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Interpretación subjetiva y objetiva. Las primeras están consideradas como erróneas,
llenas de lagunas, con descripciones de carácter sentimental o pasional, ciertamente
en el momento de tener que tratar con este tipo de información hay que tratar con
pinzas su contenido, ya que es información cambiante. Ya mencionaba que, de lo
escrito con anterioridad, pueden resultar mutaciones informativas o refinamiento de la
información.
Bibliografía consultada.
Bloch Marc. Apologia para la historia o el oficio de historiar, F.C.E. México, 1996.