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Un avivamiento en los cristianos, en el pueblo de Dios, es el deseo de volver a estar encendidos por Dios y para

Dios, y que nuestro amor por Él sea constante, que se dé cumplimiento al primer gran mandamiento: “Amarás al
Señor tu Dios con todas tus fuerzas, con toda tu mente y con toda tu alma” (Marcos 12:30) y el segundo
mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Veamos algunos puntos más en la Palabra de Dios.

Habacuc 3:2 “Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los
tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia”.

Como nunca en la historia esta oración es realmente necesaria. Vivimos en un tiempo en que el fuego está como
muriéndose o casi extinguido, debemos desear fervientemente que Dios avive a su obra en esta presente
generación.

1. I) SIGNIFICADO DE AVIVAMIENTO.
Avivar significa vivificar, animar, encender. Para hacer frente a un apagamiento, un descenso, un estado de
apocamiento, a algo moribundo, a un estado de inercia, etc.

Un avivamiento en los cristianos, en el pueblo de Dios, es el deseo de volver a estar encendidos por Dios y para
Dios, y que nuestro amor por Él esté al rojo vivo, sea constante, que se dé cumplimiento al primer gran
mandamiento “Amarás al Señor tu Dios con todas tus fuerzas, con toda tu mente y con toda tu alma” (Marcos
12:30) y el segundo mandamiento, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Y esto es tan importante que Jesús llama al arrepentimiento a una iglesia,

Apocalipsis 2:4 “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
Apocalipsis 2:5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto
a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”.
Por esto el avivamiento no es opcional porque es la vida de la iglesia la que está en juego.

El avivamiento, trae una serie de manifestaciones, como pueden ser, la salvación de muchas personas, una
intensificación de los dones del Espíritu, o una notoria presencia de Dios en nuestros corazones y en el ambiente,
generando una atmosfera de milagros, liberaciones y sanidades.

El amor a Dios y al prójimo aviva el fuego del Espíritu Santo en nosotros. Pero el pecado no confesado es la causa
de cómo el amor se apaga y con ello la vida espiritual.

Mateo 24:12 “Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará”.

1. II) QUIEN PRODUCE UN AVIVAMIENTO?


Hechos 2:4 “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba
que hablasen”.

El Espíritu de vida es el Espíritu que da vida. El Espíritu Santo encendió a la iglesia de Cristo.

El Espíritu Santo es la «Tercera Persona de la Santísima Trinidad». Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él
tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad ha sido revelada por Jesús en su Evangelio.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia y hasta su terminación. El Señor
Jesús lo presenta y se refiere a Él como una persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal y
divino.

“Queremos un avivamiento” dicen algunos, cuando el Espíritu Santo se empieza a mover, no es como ellos
quieren, y no se dan cuenta que debe ser como el Señor quiere en su perfecta voluntad.

El Espíritu Santo, es el don de Dios, es un regalo. Romanos 5:5 «Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo que nos ha sido dado».
El Espíritu Santo es el Paráclito. Palabra griega «parakletos» literalmente significa: «aquel que es invocado», es por
tanto el abogado, el mediador, el defensor, el consolador. Jesús nos presenta al Espíritu Santo diciendo: «El Padre
os dará otro Paráclito» (Juan 14:16).
Es el Espíritu de la Verdad: Juan 14:17 .Y el Espíritu de Vida: Romanos 8:1–4

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