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CASAS,

TEMPLOS Y CALLES (parte 2)


“Viviendo el Reino en comunidad”

SEGUNDO ÁMBITO PARA EXPERIMENTAR LA PRESENCIA DE DIOS Y VIVIR LA CULTURA DEL
REINO:

2. TEMPLOS

a) El Evangelio fue ideado por Dios para ser vivido en comunidad en las CASAS, los TEMPLOS
y las CALLES. La palabra “iglesia” viene de “eklessia”, que significa “asamblea” o
“parlamento”. El concepto implica un grupo de personas que legislan en acuerdo,
estableciendo la voluntad del gobernante o monarca.

“Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas,
comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo.
Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”. Hechos 2:46-47

“Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo”. Hechos 5:42


PARA VIVIR EL REINO EN COMUNIDAD NECESITAMOS:

1) Perseverar en la unidad del Cuerpo

a. Cuando Satanás no puede frenarnos, nos divide o aísla (Lc. 11:17). Y cuando no puede
dividirnos, nos quita del ámbito en el que Dios nos diseñó para fructificar. La vida del Reino
es como una semilla que florece cuando es plantada en las casas, los templos y las calles.

b. ¡Necesitamos fortalecer el templo! La casa no son las paredes sino nuestro ámbito
personal y familiar. El templo tampoco es el edificio sino nuestro ámbito comunitario y
corporativo. El templo de Dios se edifica con piedras vivas. Dios no habita en templos
hechos con manos humanas (Hch. 17:24), pero tampoco puede hacerlo si no hay
piedras vivas, y la vida se desata cuando nos conectamos unos con otros.

“Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo,
para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. 1 Pedro 2:5

c. Fuimos diseñados para vivir en comunidad, en redil, como un Cuerpo. No alcanza con
perseverar en la fe, tenemos que hacerlo juntos. Unidad no es hacer lo mismo, sino
caminar juntos, cada uno en su gracia, mirando a la misma Persona. Necesitamos un
ámbito para vivir las dinámicas que describe el Nuevo Testamento acerca de la Iglesia. Ese
lugar es el templo, el edificio, la casa o cualquier espacio donde podamos perseverar en
unidad.

d. Pablo utiliza el concepto de un cuerpo, para explicar que cada miembro bien
conectado al otro, potencia el diseño que Dios estableció. Aclara que un solo miembro
aislado no es el cuerpo.

“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo,
siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo”. 1 Corintios 12:12

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“Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos”. 1 Corintios 12:14

“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”. 1 Corintios 12:27

2) Perseverar en el amor unos con otros

“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;
no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos;
y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. Hebreos 10:24-25

a. A medida que se acerca el día del Señor, la ofensa entre hermanos se incrementará,
se entregarán y atacarán unos a otros, el enemigo sembrará rencores, juicios y
críticas entre los hermanos.

b. El lenguaje de los últimos tiempos es el amor, y amarnos unos a otros produce una
protección en nuestro corazón en contra de la apostasía (es impresionante cómo las
personas que salen de este diseño terminan en apostasía).

c. La epístola en la que más se habla sobre el anticristo y los últimos tiempos, a la vez,
es la que más habla sobre amor entre los hermanos en la comunidad de fe: 1 JUAN.

“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene,
así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo”. 1 Juan 2:18

“¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo?
Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo”. 1 Juan 2:22

“Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es
el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”.
1 Juan 4:3

“El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo”. 1 Juan 2:10

“En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia,
y que no ama a su hermano, no es de Dios”. 1 Juan 3:10

“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos.
El que no ama a su hermano, permanece en muerte”. 1 Juan 3:14

“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”. 1 Juan 4:8

“Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.
Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros,
y su amor se ha perfeccionado en nosotros”. 1 Juan 4:11-12

“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios,
y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto,
¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él:
El que ama a Dios, ame también a su hermano”. 1 Juan 4:19-21

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“Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama
al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.” 1 Juan 5:1

d. Cuanto más abundamos en amor entre nosotros, más se amplía nuestra capacidad de
amar a Dios. Esta vida comunitaria, afirma los corazones para que estén fuertes en la
temporada de la venida del Señor.

“Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos,
como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones,
irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre,
en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos”. 1 Tesalonicenses 3:12-13

e. Necesitamos recibir el poder de Dios para amarnos unos a otros. Hay que perseverar
en la comunión y el diseño de la Iglesia.

Extracto libro La iglesia integral:
Me gustaría que pienses en tu comunidad de fe, donde Dios te plantó y estableció.

¿Estás dispuesto a sufrir por la iglesia? El amor es sufrido.

¿Estás dispuesto a hacer el bien cuando alguien te haga el mal? El amor es benigno.

¿Estás dispuesto a dejar de compararte y competir con hermanos que tienen distintos dones
o ministerios? El amor no tiene envidia.

¿Estás dispuesto a dejar el orgullo de creer que tu llamado es superior al del resto? El amor
no es jactancioso.

¿Estás dispuesto a despojarte de tu propia manera de pensar, aceptando que otros también
pueden tener razón? El amor no se envanece.

¿Está s dispuesto a dejar de criticar y desear el mal a los que no tienen tu ministerio o no ven
las cosas como tú las ves? El amor no hace nada indebido.

¿Estás dispuesto a pensar, velar y trabajar por las asignaciones y áreas de otras personas
distintas a las tuyas? El amor no busca lo suyo.

¿Está s dispuesto a dejar el enojo cuando no se hacen las cosas como tú quieres o no
entienden tu llamado? El amor no se irrita.

¿Estás dispuesto a perdonar y olvidar las heridas que te causaron en la iglesia en el pasado?
El amor no guarda rencor.

¿Estás dispuesto a ayudar con paciencia a otros cuando cometen errores y guiarlos a la
verdad con ternura, amor y autoridad? El amor no se goza en la injusticia, mas se goza de la
verdad.

¿Cuá l es tu lı́mite a la hora de amar la iglesia donde Dios te colocó , sirviendo a las
autoridades espirituales y miembros del Cuerpo? El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta.

3) Perseverar en la misión (ver este ámbito restaurado)

a. Necesitamos batallar por la Iglesia. Tu congregación es tu primer campo misionero.
A veces tenemos fe para irnos a Israel o a Medio Oriente, para preparar el camino del regreso

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de Cristo, pero no para servir en nuestras congregaciones y creer que Dios va a hacer un
milagro allí.

b. Cuando Nehemías escuchó los reportes de que su ciudad y el templo estaban
destruidos, recibió una carga que lo movió a la oración, y esta, a la acción. ¿Qué haces
tú cuando recibes reportes negativos?

“Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días,
y ayuné y oré delante del Dios de los cielos”. Nehemías 1:4

c. Cuando Dios quiere restaurar algo, bautiza a las personas con angustia (Nehemías,
Daniel, Jeremías, etc.). Las crisis son oportunidades y cargas para ver cosas que no vemos y
activar diseños del cielo. Cada crisis es una oportunidad de liderazgo.

HAY UN LLAMADO DE DIOS A RESTAURAR LA VIDA DEL REINO EN COMUNIDAD.
La nube de Dios está por manifestarse en tu congregación.
Es tiempo de que seas un pacificador que une, alguien que abunde en amor para con ellos,
y que veas tu iglesia como el primer terreno misionero donde verás la gloria de Dios.


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