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La dictadura, una herida que no cicatriza jamás

El recuerdo de la dictadura militar argentina, que asoló el país desde 1976


hasta 1983, sigue siendo un espectro inquietante que se cierne sobre la
conciencia global. En un período caracterizado por la represión estatal, las
desapariciones forzadas y los abusos contra los derechos humanos, Argentina
se convirtió en un triste ejemplo de cómo un gobierno autoritario puede
devastar las vidas y las aspiraciones de su pueblo. Esta oscura página de la
historia argentina aún provoca preocupación profunda en el mundo
contemporáneo.

La dictadura militar argentina se erigió sobre la premisa de la supresión de la


oposición política. Miles de ciudadanos fueron víctimas de un régimen que no
escatimó en crueldad para mantener su control. Los horrores de los centros de
detención clandestinos y las historias de aquellos que desaparecieron sin dejar
rastro siguen resonando como un eco ominoso. La magnitud del sufrimiento
infligido a las familias argentinas y a la sociedad en su conjunto es difícil de
expresar en palabras.

Hoy, cuando miramos hacia atrás y contemplamos este período sombrío, la


preocupación es palpable. Nos preocupamos por el hecho de que, en un país
que debería haber aprendido de los errores del pasado, los regímenes
autoritarios sigan surgiendo y amenacen la democracia y los derechos
humanos. figuras como Victoria Villarruel (Candidata a vicepresidente de
Argentina) atentan con la memoria y distorsionan la democracia, en los últimos
meses me entere que estaba en las anotaciones del genocida Miguel Osvaldo
Etchecolatz en los juicios del 2006 y es aún más preocupante después del acto
negacionista organizado en la Legislatura porteña.

La dictadura argentina nos recuerda que la lucha por la democracia y los


derechos humanos es una batalla constante. No es algo que podamos dar por
sentado, ni algo que se mantenga sin esfuerzo. La preocupación radica en la
vulnerabilidad de nuestras sociedades a las fuerzas autoritarias que buscan
socavar los principios que sostienen nuestras democracias.
Sus vínculos con los genocidas fueron confirmados por la imagen del cuaderno
y las afirmaciones de miembros de las organizaciones en las que Villarruel
estaba involucrado. En ese juicio, el perpetrador de la represión fue finalmente
condenado, y Jorge Julio López, un testigo crucial que testificó en su contra,
Padeció una segunda desaparición y este sombrío suceso continúa sin
cambios hasta la fecha presente.

1) La teoría de los dos demonios es una interpretación de la historia argentina


que ha evolucionado a lo largo del tiempo en diferentes contextos.

«si se trata de rastrear las condiciones de surgimiento de la idea de los “dos


demonios” en la sociedad, hay que tomar en cuenta las condiciones que
resultaban de esa arraigada fe militarista en la que coincidían guerrilleros y
represores» (Vezzetti, 2002).

Se puede argumentar que, a partir de la administración de Raúl Alfonsín, se ha


acuñado el término "teoría de los dos extremos" para describir la idea de que,
durante la década de los setenta en Argentina, prevaleció un clima de agitación
política ocasionado por dos grupos ideológicos opuestos, conocidos como "dos
extremos": la extrema derecha, representada por el Estado terrorista, y la
extrema izquierda, encarnada en la violencia revolucionaria. La "teoría de los
dos demonios" equipara el terrorismo de Estado, implementado por la dictadura
militar, con la insurgencia armada llevada a cabo por grupos como Montoneros
y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) a principios de la década de
1970. De esta manera, califica a estas organizaciones y sus acciones armadas
como actos terroristas. Además, esta perspectiva sostiene que la Doctrina de
Seguridad Nacional y las tácticas represivas empleadas por la dictadura fueron
respuestas a la violencia previa provocada por los grupos guerrilleros. Aunque
esta visión caracteriza el golpe militar, la dictadura y la represión clandestina
como reacciones exageradas e injustificadas, comparte el argumento de las
Fuerzas Armadas, argumentando que la "subversión" fue la fuente de la
violencia. esta narrativa simplifica el conflicto sociopolítico de la época como un
enfrentamiento entre dos grupos armados, retratando a la mayoría de la
sociedad argentina como víctimas inocentes, ajenas al conflicto y a sus
consecuencias. En consecuencia, al atribuir la responsabilidad del ejercicio de
la violencia política únicamente a dos actores específicos, crea una
representación reconfortante para "la sociedad", presentándola como
espectadora silenciosa e inocente, engañada en gran medida por el poder
militar, que en su "guerra contra la subversión" ocultó su estrategia represiva de
detenciones y desapariciones forzadas.

Esta teoría comenzó a ser cuestionada en la década de los noventa con la


aparición del grupo H.I.J.O.S., cuyos miembros plantearon preguntas sin
precedentes sobre la vida de sus padres. Luego, con la llegada del
kirchnerismo al poder, se cristalizó una nueva representación del pasado que
se reflejó en una segunda edición del informe "Nunca Más" en el año 2006.
Según esta perspectiva, el Estado era el principal responsable de los crímenes
de lesa humanidad cometidos contra la sociedad argentina, lo cual estaba en
línea con las demandas históricas de los defensores de los derechos humanos.
Sin embargo, el autor Feierstein (sociólogo e investigador argentino,
especialista en el estudio de las prácticas sociales genocidas). señala la
omisión del papel de la lucha armada en esta, considerándola un error que
permitía reabrir disputas sobre lo ocurrido en los años setenta. Así, hacia fines
de la primera década del siglo XXI, comenzaron a surgir indicios de una versión
renovada de la teoría de los "dos demonios". Esta versión buscaba equiparar a
todas las víctimas, creando organizaciones de familiares de víctimas de la
guerrilla y abogando por una "memoria completa". Esta perspectiva ganó
relevancia con la llegada del partido Cambiemos al poder. Aunque el gobierno
intentó presentarse como un mediador, recibiendo a ambos grupos de víctimas,
se tomaron medidas que respaldaron esta nueva visión. Entre ellas, se destacó
el intento de la Corte Suprema de Justicia de aplicar la ley del "2x1" a los
delitos de lesa humanidad. Feierstein señala que el éxito del gobierno radicó en
asumir un papel de mediación que buscaba la memoria y la justicia "completa".
Este enfoque resultó efectivo al no presentarse como formas de impunidad o
amnistía, que aún hoy serían ampliamente cuestionadas, sino como una
posición más sutil y, por lo tanto, más efectiva, que preparó el terreno para
reabrir debates sobre el pasado reciente.

Imitando lo que dice (Feierstein , 2017) Desde la década de 2000, se han


llevado a cabo juicios y procesamientos contra algunos miembros de las
fuerzas de seguridad y las organizaciones guerrilleras por violaciones a los
derechos humanos durante la década de 1970. Estos juicios han contribuido a
revisar y cambiar la narrativa en torno a la teoría de los dos demonios, ya que
se ha demostrado la responsabilidad del Estado en abusos generalizados.

La evidencia presentada en los juicios puso en tela de juicio la equidad moral


que se sostenía en la teoría de los dos demonios, los juicios revelaron la
magnitud de los abusos estatales y la brutalidad sistemática ejercida por el
Estado, lo que llevó a una reevaluación crítica de esta perspectiva pero a partir
de estos hechos los genocidas y sus cómplices empiezan a actuar de una
manera más inteligente y el campo popular lo contrario, para profundizar, en los
aciertos aparece la compension por parte de los sectores dominantes en
argentina de cómo se construye la memoria colectiva, (Feierstein , 2017) muy
correctamente dice que “Se equivocaron 25 años”. en el sentido de creer que la
memoria colectiva se podía construir con decretos gubernamentales, estos no
lograron una hegemonía ni una mayoría ni un consenso con respecto a
reconciliación, a la impunidad, al fin de los juicios.

(Feierstein , 2017) “Entre 2008 y 2012, estos grupos perciben esos errores y
cambian esa estrategia, empiezan a emular el funcionamiento institucional de
los organismos de los derechos humanos”.

explicando la cita, cuando habla de emular el funcionamiento del organismo de


los derechos humanos se refiere al acompañamiento del reclamo de los
familiares de la víctima con profesionales que actúan jurídicamente y una de
ellos es la abogada Victoria Villarruel quien es la representante legal de estos
grupos, Desde ese momento construyen figuras de víctimas, los genocidas
serian “victimas” de un proceso de justicia que no es justicia sino “venganza”.

2) Los sectores genocidas y sus infiltrados, revertieron el proceso ascendente


de una hegemonía del discurso en relación a lo acontecido en la Dictadura
Militar (1976-1983) el funcionamiento de este llevo a ganarse el sentido común
de muchos. como lo expone (Feierstein , 2017) “este lleva a la comprensión de
que la memoria, colectiva no se transforma 180 grados y que por lo tanto
cualquier discurso de legitimización del exterminio era repudiado socialmente”

por eso Feierstein llama “la teoría de los dos demonios” (recargados), Es
reintroducir la noción de los "dos demonios", pero como un enfoque de
transición completamente opuesto a la perspectiva original de los años 80. En
este nuevo contexto, los "dos demonios" se utilizan para señalar que hay
aspectos adicionales que merecen condena, más allá de lo que generalmente
condena el sentido común argentino. Estos aspectos adicionales son los
movimientos que sufrieron destrucción debido al genocidio. Por lo tanto, esta
perspectiva representa una inversión lógica respecto a la visión de los "dos
demonios" que surgió en los años 80. En lugar de legitimar el exterminio, se
enfoca en la inaceptabilidad de la legitimación del genocidio en Argentina. Sin
embargo, la reinstauración de la teoría de los "dos demonios" podría ganar una
mayor atención y consideración en este nuevo contexto.
(Feierstein , Los dos demonios (recargados), 2018) explica que esta teoría
“recargada” pone un énfasis en la violencia insurgente, destacándola por
encima de la violencia estatal. Su objetivo es reconocer y dar mayor
importancia a las víctimas de las organizaciones armadas, buscando generar
empatía hacia un nuevo grupo de "víctimas silenciadas" que fueron asesinadas
por la "subversión". Esta estrategia se utiliza para redirigir la simpatía hacia
aquellas víctimas que se consideran inocentes o cuyas figuras pueden ser
idealizadas, como mujeres y menores. En esta misma línea, al igualar a todas
las víctimas, la teoría busca igualar las responsabilidades. Esto abre la puerta
para juzgar tanto a los sobrevivientes de las organizaciones armadas como a
las víctimas del genocidio, o viceversa, para exonerar a los represores. Otro
aspecto central de esta versión "recargada" de la teoría de los dos demonios es
el cuestionamiento sobre el número de víctimas. El enfoque aquí no es
numérico, sino que al minimizar la cantidad de víctimas se busca cuestionar la
gravedad y la sistematicidad de la represión. Feierstein, de manera perspicaz,
desmonta este argumento explicando cómo se llega al número 30,000. Por un
lado, el autor detalla quiénes están incluidos en esa cifra y, por otro, señala que
existe una estimación basada en los casos no denunciados debido al trauma
experimentado. En este sentido, presenta un estudio de caso en la Provincia de
Tucumán que revela la gran cantidad de denuncias realizadas después de la
reapertura de los juicios en 2006. Esto demuestra que las denuncias y el
número de víctimas siguen aumentando hasta la fecha. Además, se analiza la
intención de igualar las violencias estatales e insurgentes; la versión
"recargada" busca desafiar ciertos acuerdos sociales en torno a la violencia
que se habían alcanzado en la versión original. Tras el retorno a la democracia,
se había aceptado la represión estatal siempre que no llegara al asesinato, al
mismo tiempo que se exigía la contención de la violencia política sin la
intervención de las Fuerzas Armadas. Feierstein demuestra que, en un
contexto en el que se intenta implementar un proyecto económico basado en la
distribución regresiva de la riqueza, la versión "recargada" contribuye a
legitimar nuevas formas de violencia represiva, lo cual es esencial para llevar a
cabo políticas económicas perjudiciales para la mayoría. Así, se justifica el uso
de la "violencia" cuando es ejercida por el Estado, pero se condena y reprime,
con mayor intensidad, cuando es utilizada por sectores populares.

Voy a mencionar uno de los sucesos recientes para poder vincularlo


resumidamente y de manera efímera, con la teoría recargada.

el hecho es El "homenaje a víctimas del terrorismo" de la candidata Victoria


Villarruel que fue llevado a cabo en la legislatura porteña, Villarruel reivindicó
en el acto “a las víctimas del terrorismo”, en alusión a los fallecidos durante
ataques de organizaciones como Montoneros y el ERP., el evento no fue más
que una expresión pública de grupos que reivindican la última dictadura militar
o reclaman aliviar la situación de los condenados y detenidos por delitos de
lesa humanidad, esta afirmó que el “Estado garantiza la impunidad” de los
exintegrantes de Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
Afirmó que quienes se oponen a los homenajes a las víctimas del terrorismo
“tiene las manos manchas de sangre de nuestros seres queridos”.

En el comentario de Villarruel, se observa una tendencia a igualar a los


exintegrantes de Montoneros y el ERP con aquellos que murieron durante
ataques realizados por estas organizaciones. Esta equiparación refleja el
enfoque de la "teoría de los demonios recargados", que busca victimizar a los
genocidas y a por poco omitir a las verdaderas víctimas. también sugiere que
existe una percepción de impunidad en casos relacionados con exintegrantes
de Montoneros y el ERP, lo que se alinea con los debates en Argentina sobre la
justicia y la impunidad en casos de violencia política, La polarización política en
Argentina se refleja en las reacciones ante este comentario. Algunos lo
interpretan como una expresión de grupos que reivindican la última dictadura
militar, mientras que otros lo ven como un recordatorio de las víctimas de la
violencia insurgente.

Villarruel se cuidó de no hacer mención alguna a la defensa de la familia militar


de la que proviene y a la que defiende mucho menos, a sus visitas a la cárcel a
Jorge Rafael Videla, o al motivo por el cual Etchecolaz anotó su nombre en su
agenda al momento del juicio en el que desapareció Jorge Julio López.
3) El negacionismo representa una ideología arraigada, un concepto ideológico
que explora los mecanismos psicológicos inherentes a cada individuo, los
cuales actúan como sistemas de defensa y negación. Es vital discernir entre
estos sistemas compartidos: las formas de afrontar realidades difíciles para
nuestra psique, lo que a menudo llamamos "negación", y el negacionismo en
sí, que no se limita a eso, sino que implica la manipulación ideológica de dichos
sistemas con objetivos políticos. Esto nos lleva a involucrarnos en las luchas
por las memorias colectivas, aprovechando estos mecanismos de negación
para participar en esas contiendas. El negacionismo presenta características
comunes en todos los procesos históricos, con una serie de mecanismos que
podemos observar en Argentina.

(Feierstein, "Confrontar las lógicas de representación y banalización de los


discursos negacionistas", 2023), Los dividide en cuatro categorías. En primer
lugar, encontramos técnicas de relativización o minimización, que no rechazan
directamente los hechos, sino que sugieren que no fueron tan graves o que las
cifras no son precisas. Luego, está la conexión con teorías conspirativas que
cuestionan la importancia de los eventos o acusan a otros de manipular la
información. Además, existen formas de simplificación excesiva que ofrecen
respuestas simplistas a problemas complejos. Esto es lo que hace que el
negacionismo sea tan influyente hoy en día, ya que se adapta a nuestra
creciente inclinación hacia las teorías de conspiración debido al aumento de las
estructuras paranoicas. Otro factor crucial es la prevalencia del relativismo,
donde se valora la opinión individual por encima de los hechos objetivos. Esto,
junto con las teorías conspirativas, dificulta la confrontación y la búsqueda de la
verdad, ya que todas las opiniones se consideran igualmente válidas. El debate
sobre las cifras de víctimas en un genocidio es una característica típica del
negacionismo y se encuentra en todos los ejemplos históricos. Las
estimaciones se basan en números aproximados debido a la clandestinidad de
algunos eventos y al efecto a largo plazo del terror. El negacionismo suele
tomar el número de casos confirmados en un momento específico para
cuestionar la estimación total, lo que da lugar a debates sobre la magnitud del
genocidio. Es fundamental escuchar y comprender el negacionismo para
identificar sus puntos de contradicción y desafiarlo de manera efectiva. El
movimiento de derechos humanos solía encontrar estos puntos de
contradicción, pero la influencia del negacionismo ha aumentado al cambiar su
enfoque hacia la construcción de una victimización en espejo de lo que hizo el
movimiento de derechos humanos. Esto ha llevado a una versión "reforzada"
de la teoría de los dos demonios, que es más poderosa pero también más
grave.

El negacionismo se vincula con el sentido común al reflejar patrones de pensamiento y


comportamiento que son reconocibles en la vida diaria en este sentido, Gramsci
(filósofo, teórico marxista, político, sociólogo y periodista italiano), El sentido común,
en la perspectiva gramsciana, es una concepción de mundo mecánicamente impuesta
por "uno de los muchos grupos sociales en los que todos están automáticamente
involucrados desde el momento de su entrada en el mundo consciente" (Gramsci,
1981c, p. 323). De tal manera, la influencia que tiene la ideología dominante es visible
no solo en el contenido del sentido común, sino en la no superación de éste. Más
concretamente el intelectual italiano dice lo siguiente:

El "sentido común" es el folklore de la filosofía, y está siempre a la mitad

del camino entre el folklore propiamente hablando y la filosofía, la ciencia

y la economía de los especialistas. El sentido común crea el folklore del

futuro; es decir, como una fase relativamente rígida del conocimiento

popular en un lugar y tiempo dado (Gramsci, 1981c, p. 326).

En la perspectiva de Gramsci, el sentido común se considera una concepción


de mundo impuesta mecánicamente por un grupo social dominante. Esto se
relaciona con el negacionismo, ya que las estrategias utilizadas por el
negacionismo a menudo reflejan la influencia de la ideología dominante en la
sociedad. El negacionismo puede verse como un intento de imponer una
concepción alternativa de la realidad o de minimizar la gravedad de ciertos
eventos históricos, lo que se alinea con la idea de imposición del sentido
común por parte de grupos sociales dominantes. Además, la no superación del
sentido común, como menciona Gramsci, es un aspecto importante a
considerar en relación con el negacionismo. El negacionismo persiste en parte
porque las personas a menudo se aferran a sus concepciones de mundo
previamente establecidas, incluso cuando se les presentan evidencias que
contradicen esas concepciones. Esto se relaciona con la tendencia del
negacionismo a simplificar en exceso problemas complejos y a desconfiar de
las explicaciones basadas en hechos y evidencias.

Una lectura interesante para analizar hoy es el negacionismo según lo plantea


la socióloga y comunicadora Ana Aymá (Sanda & Ayma, 2022), el
negacionismo es un pilar fundamental de esta nueva retórica de ultraderecha,
Los discursos públicos de odio y la banalización del intento de magnicidio hace
relativamente poco se inscriben en un laboratorio de odio político-social,
instalado y sostenido por una avanzada global, regional y local de las derechas
radicalizadas.

También la socióloga Verónica Giordano (Tavera & Giordano, 2020) ha


manifestado que las posturas negacionistas en América Latina crecen con los
gobiernos de derecha, Esto no significa que todos los grupos o individuos de
derecha adopten posturas negacionistas, ni que el negacionismo sea exclusivo
de la derecha. Sin embargo, estos ejemplos muestran cómo el negacionismo
puede ser utilizado como una herramienta política para cuestionar ciertos
delitos contra un grupo específico de la población que son las víctimas y por
eso también incita a la violencia y estigmatiza a las víctimas. En este sentido, el
negacionismo puede ser visto como una forma de reforzar o perpetuar una
cierta concepción del mundo a pesar de las contradicciones evidentes con la
realidad.

La ultraderecha puede adoptar posturas negacionistas por varias razones. En


algunos casos, el negacionismo puede ser una forma de socavar los
consensos democráticos básicos y desafiar las narrativas establecidas. Esto
puede ser especialmente atractivo por que buscan cuestionar la legitimidad de
las instituciones existentes y promover sus propias visiones del mundo lo cual
es útil para los grupos de ultraderecha que buscan negar o minimizar las
injusticias del pasado para justificar sus propias ideologías y acciones.
Finalmente, también es una forma de sembrar desconfianza en las instituciones
y expertos. Al cuestionar la validez de las evidencias, estos grupos a menudo
intentan erosionar la confianza en las instituciones y promover sus propias
narrativas alternativas.

4) El negacionismo y los discursos de odio están estrechamente vinculados y


frecuentemente se superponen en su objetivo de deshumanizar y discriminar a
ciertos grupos de personas. Ambos son formas de discurso que pueden causar
daño y división en la sociedad. El negacionismo, al negar o trivializar las
violaciones a los derechos humanos, puede crear un ambiente en el que los
discursos de odio prosperan. Al negar la existencia de ciertos hechos o
eventos, puede permitir que los prejuicios y estereotipos se arraiguen y se
normalicen en la sociedad. Por otro lado, los discursos de odio pueden
alimentar y reforzar el negacionismo. Al promover la intolerancia y la
discriminación contra ciertos grupos.

Un dato de gran relevancia es que el negacionismo y los discursos de odio


aparecen asociados con otras formas discriminatorias y la desinformación. La
desinformación es la información falsa, engañosa o no verificable distribuida
deliberadamente para promover la ignorancia con ciertos intereses. Implica
manipulación maliciosa. Su equivalente para los discursos históricos y
científicos son lo que en inglés llaman “hechos alternativos”. Estas son las
posiciones que cuestionan los enunciados históricos y científicos, como el caso
del negacionismo de los genocidios, o los discursos antivacunas y
terraplanistas.

estos discursos discriminatorios, hostigadores y violentos, misóginos,


homofóbicos, racistas, xenófobos, clasistas, desafían el consenso normativo de
cimentar nuestra organización social y política sobre los derechos humanos y la
democracia. Por último, hay un conjunto de discursos problemáticos de los que
tal vez se habla menos: los que desprecian lo que llamamos “corrección
política”. Estos discursos no solo son un estilo de comunicación, sino una
crítica reaccionaria a los discursos que reconocen derechos y evitan
estigmatizar.

5) El negacionismo en Tapalqué, mi ciudad, cuando reflexiono sobre mi infancia


y mi educación tengo escasos recuerdos de conmemoraciones relacionadas
con las víctimas de la dictadura. Aunque en el ámbito político se organizan
eventos para recordar esos acontecimientos y no parecen despertar un gran
interés en la comunidad tapalquense.

Sindicatos como Suteba hacen un esfuerzo constante por preservar la memoria


de las víctimas de la dictadura y fomentar el debate. Si consideramos la escala
reducida de Tapalqué, un pueblo, podemos observar que el número de
asistentes a estas conmemoraciones y debates no se corresponde ni con ¼ de
la población total. A pesar de que la información sobre estos eventos llega a
todos los habitantes con facilidad, parece que hay una falta de interés histórica
arraigada en la comunidad. Es posible que, durante la dictadura, Tapalqué no
experimentara al mismo nivel los eventos nefastos que las grandes ciudades, lo
que podría explicar la aparente indiferencia. Esto no significa que los habitantes
de Tapalqué no hayan sufrido las consecuencias de esa época. Sin embargo,
en la actualidad, no hay una gran voluntad de investigar posibles
desapariciones en la población local, y es posible que algunos nacidos en
Tapalqué hayan sido víctimas en otras ciudades. Personalmente, considero que
la sociedad de Tapalqué muestra una actitud conservadora en un sentido
negativo, lo que contribuye a la indiferencia. Esta actitud es fundamental para
interrumpir o dar lugar a discursos de odio y negacionismo. Otra señal de esta
tendencia se refleja en los resultados de las últimas elecciones. El partido de la
libertad avanza ha ganado terreno en Tapalqué en un período relativamente
corto, alrededor de 7 u 8 meses, con un aumento del 8,7% en votos. Muchos
votantes respaldaron otras listas con el objetivo de eliminar a ciertos
candidatos, y algunos no votaron en absoluto. Estimo que en las próximas
elecciones podrían obtener más del 10% de los votos. El motivo de abordar
este tema es que considero que hoy votar por estas listas, que comparten
ideas con figuras como Villarruel, equivale a respaldar el negacionismo, los
discursos de odio, la discriminación y la priorización de la individualidad por
encima de todo. Por lo tanto, el negacionismo en Tapalqué está en aumento y
podría ser más prevalente de lo que imaginamos.

Bibliografía
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resurgimiento de las teorías de los dos demonios". Cátedra de Derechos
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https://www.youtube.com/watch?
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Obtenido de https://www.theclinic.cl/2020/01/31/de-que-hablamos-cuando-
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https://www.pagina12.com.ar/482331-el-negacionismo-es-un-pilar-
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Obtenido de https://hacemosmemoria.org/2020/06/27/america-latina-vive-
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Vezzetti, H. (2002). Pasado y Presente. Guerra,dictadura y sociedad en la Argentina.
Buenos Aires: Siglo XXI.

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