En el ámbito del derecho hablar de ausencia y desaparición remite en primer lugar
a la figura penal de la desaparición forzada, espacio de construcción de una especie de víctima singular, la del detenido desaparecido. La ausencia y la muerte presunta son conceptos legales y sociales que se enmarcan en el ámbito de las situaciones extraordinarias en la vida de las personas y sus familias. Estas situaciones se presentan cuando un individuo desaparece de manera prolongada y su paradero es desconocido, o cuando se presume su fallecimiento debido a la falta de información sobre su supervivencia. Aunque estos términos pueden parecer abstractos o poco comunes en la vida cotidiana, su relevancia e implicaciones son considerables en el ámbito legal, ético y social. La ausencia y la muerte presunta pueden afectar profundamente a las familias, así como a la sociedad en general. Este informe tiene como objetivo examinar en detalle los conceptos de ausencia y muerte presunta, así como los procedimientos legales, las causas, las consecuencias, las implicaciones éticas y sociales asociadas a estas situaciones. Además, se analizarán casos específicos para ilustrar la aplicación de estas cuestiones en la práctica. ÁMBITO HISTÓRICO: NECESIDAD SOCIAL Y OBJETIVOS BUSCADOS POR EL LEGISLADOR: Resulta necesario resolver coherentemente los problemas que se presentan a partir de la DESAPARICIÓN de una persona de su domicilio y del lugar habitual de sus actividades, sin que se tenga noticias de ella. Esta situación conlleva generalmente el abandono de la familia y de los intereses del desaparecido, por ello se considera fundamental la intervención del Derecho. Que busca, precisamente, cautelar tales intereses y los de sus causahabientes. Tal como precisa Diez-Picaza y Gullón, "la ausencia, en sentido material, es una falta de presencia. Está ausente quien en un momento determinado no se encuentra en un lugar donde ha de estar". No obstante, jurídicamente, se requiere algo más; la falta de Noticias que genera progresivamente incertidumbre sobre su existencia, originada por el tiempo transcurrido, "quien da noticias de sí está lejos, no es un de aparecido" y la falta de quien vea por los Intereses del ausente. Existe, pues, una necesidad social de prever y resolver la multiplicidad de situaciones que la ausencia (en sentido amplio) de una persona, puede generar. Esta necesidad ha sido más apremiante en determinados Contextos históricos. Así, a nadie escapa la vinculación de legislaciones como la italiana con una problemática derivada de la guerra. Pero resulta evidente que más allá de la temática generada por un contexto bélico, estas situaciones se producen en la vida cotidiana de los pueblos. La legislación comparada, dentro de la ausencia, distingue distintas fases: A) PERSONA SIMPLEMENTE DESAPARECIDA. En el primer caso no hay razón especial para poner en duda la vida del desaparecido, aunque su falta de presencia y el descuido en que quedaron sus asuntos (si los tenía) exige que (cuando sea preciso) se nombre un defensor para que los atienda. B) SITUACIÓN DE AUSENCIA LEGAL. En el segundo, al resultar insólito que, viviendo, no se sepa de él, se duda si el ausente vive o no, pero se estima más probable que sí. E) DECLARACIÓN DE FALLECIMIENTO. En el tercero, sin estarse nunca seguro de la muerte, se considera más probable que haya acaecido". La ausencia se traduce entonces en la falta de presencia, cuando esta última haya de tener alguna significación jurídica. La misma se origina porque la desaparición va acompañada por el ‘transcurso del tiempo’ y la ‘falta de noticias’ o bien porque la desaparición de la persona va unida a una circunstancia de peligro. El instituto de la ausencia viene marcado definitivamente por la característica de “incertidumbre”, esto es, la duda, la falta de seguridad sobre la existencia humana. El sujeto natural es considerado ausente porque no se conoce a ciencia cierta si ha muerto o si contrariamente está vivo; la certeza o plena prueba de la muerte aun cuando no aparezca el cadáver haría desaparecer o cesar la falta de seguridad que constituye el fundamento de la ausencia. Por contrapartida, la prueba de la vida o de la existencia del sujeto, igualmente hace perder sentido a un régimen que se apoya o soporta en la noción de duda sobre la subjetividad humana. QUE DEBE TOMARSE EN CUENTA PARA DECLARAR LA AUSENCIA DE UNA PERSONA Debe considerarse los siguientes elementos: falta de presencia en el lugar del domicilio o residencia desconocimiento del paradero o carencia de noticias. inexistencia de representante o que este no tenga facultades insuficientes. que se dude sobre su existencia con el transcurso del tiempo. LA AUSENCIA SEGÚN EL CÓDIGO CIVIL ART. 31, 32, 34, 37, 38: ARTÍCULO 31. (NOMBRAMIENTO DE CURADOR).- cuando una persona desaparece y no se tiene noticia de ella, el juez del último domicilio puede nombrar, de oficio o a petición de parte, un curador que la represente en juicios, levantamientos de inventarios, cuentas, liquidaciones, divisiones y otros actos en que esa persona tenga interés, y que provea al cuidado de sus bienes, pudiendo así mismo adoptar las providencias conducentes a la conservación de su patrimonio, siempre que haya necesidad y no exista cónyuge ni apoderado, o, existiendo este último, el mandato haya fenecido. ARTÍCULO 32. (DECLARACIÓN DE AUSENCIA).- I. Si después de dos años no hay noticias del desaparecido, los presuntos herederos y otras personas que tienen o razonablemente creen tener derechos dependientes de la muerte de aquél, pueden pedir que el juez declare la ausencia. II. Para justificar la ausencia, el juez, con arreglo a las piezas y documentos producidos, ordenará se levante una información en el lugar del domicilio de la persona desaparecida. ARTÍCULO 34. (ADMINISTRACIÓN Y GOCE DE LOS BIENES).- Quienes toman posesión provisional son administradores de los bienes del ausente, y lo representan en el juicio y en los asuntos en que tenga interés. Los herederos forzosos hacen suyos todos los frutos naturales y civiles; los demás herederos deben reservar una tercera parte de los frutos para el ausente hasta la posesión definitiva. ARTÍCULO 37. (APARICIÓN DEL AUSENTE O PRUEBA DE SU EXISTENCIA).- Si el ausente aparece o se tienen pruebas de que existe durante la posesión provisional, la declaración de ausencia cesa en sus efectos y deben restituirse los bienes y derechos al ausente o a su representante. ARTÍCULO 38. (MUERTE DEL AUSENTE).- Si durante la posesión provisional se prueba la muerte del ausente, la sucesión se abre en beneficio de quienes en este momento eran sus herederos o legatarios. CUANDO SE EXTINGUE LA DECLARACIÓN DE AUSENCIA por el regreso del ausente. la designación de un apoderado con las facultades suficientes, hecha por el ausente con posterioridad a la declaración. la comprobación de la muerte. la declaración judicial de la muerte presunta. “MUERTE PRESUNTA” ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA MUERTE PRESUNTA: En el Derecho romano, no se reguló una institución jurídica similar a la muerte presunta. En aquella época, funcionaba un sistema de libertad de apreciación judicial, mediante el cual el juez consideraba muerto al ausente en virtud de los elementos de juicio presentados por quien alegaba derechos resultantes de la muerte. Mientras que, en el antiguo Derecho Germánico, los tribunales tenían facultad para dictar la “declaración de muerte” a petición de parte en virtud de ausencias que variaban entre los cinco y veinte años, pero este término quedaba disminuido cuando el ausente tuviera edad avanzada entre los setenta y cien años. Desde el Derecho Romano, ya existía el curator bonorum absentis, quien se encargaba de cuidar los bienes del ausente y también se le permitía que, en la fecha que este cumpliera 100 años, podía ejercer la actio hereditatis petitio. En el Derecho Germánico, era distinto, ya que, en un corto tiempo, se establecía la declaración de fallecimiento del desaparecido. En el Derecho Francés, se ignoró lo referente a la declaración de muerte acogida por el Derecho Germánico. El Código Napoleónico instauró la regulación de la “ausencia” de la persona sin vincularla con su posible muerte, por lo que el ausente no era considerado fallecido y la declaración no establecía un supuesto de extinción de la personalidad jurídica. Sin embargo, los efectos de la ausencia con relación a los bienes se asemejaban a los de la muerte. En las legislaciones antiguas, las materias tanto de ausencia como la de muerta presunta, fueron deficientes a tal punto que, con el transcurso del tiempo, los diferentes ordenamientos jurídicos las fueron normando y sistematizando. El poco aporte del legislador respecto a la institución jurídica de muerte presunta se justifica porque en aquella época era extraño el caso de desaparecimiento de una persona. En la actualidad con la rapidez y facilidad que existe en las comunicaciones, no es normal que una persona se ausente de su domicilio por largo tiempo o que deje abandonado su hogar, sus intereses, y no tenga contacto con su familia, por lo que aumenta la probabilidad que esa persona haya fallecido. DECLARACIÓN DE FALLECIMIENTO O MUERTE PRESUNTO: Es que el gran problema de la muerte presunta es la incertidumbre de la conyugue, de los hijos y del patrimonio. La conyugue no sabe si seguir funcionando de casada o de viuda. Los hijos no saben si ser herederos. Los bienes si bien están en el comercio humano no pueden moverse. Ahora, no es necesario siempre comenzar con la (a) Desaparición, luego con la (b) Declaración de Ausencia y recién (c) la Declaración de muerte presunta. Uno puede ir directamente a pedir la Sentencia de Declaración de muerte presunta con la única condición de que haya transcurrido cinco años desde la desaparición. Artículo 37°.- APARICIÓN DEL AUSENTE O PRUEBA DE SU EXISTENCIA. Si el ausente aparece o se tienen pruebas de que existe durante la posesión provisional, la declaración de ausencia cesa en sus efectos y deben restituirse los bienes y derechos al ausente o a su representante. Artículo 38°.- MUERTE DEL AUSENTE. Si durante la posesión provisional se prueba la muerte del ausente, la sucesión se abre en beneficio de quienes en este momento eran sus herederos o legatarios. Artículo 39°.- FALLECIMIENTO PRESUNTO DEL AUSENTE: I. Transcurridos cinco años desde la última noticia sobre el ausente, puede el juez declarar el fallecimiento presunto de aquél a solicitud de las personas referidas en el artículo 33. Esta declaración puede también hacerse después del plazo indicado aunque no hubiera habido antes declaración de ausencia. II. La declaración de fallecimiento presunto se suspende si no han transcurrido cuatro años desde que el ausente alcanzó la mayoría de edad. ”. CASOS PARTICULARES: Hay casos particulares, en los que la evidencia de la muerte es casi una certeza sólo que no hay el cuerpo. Como no hay el cuerpo para que un profesional médico certifique de acuerdo a su ciencia la muerte, hay que ir a la muerte presunta. Artículo 40°.- CASOS PARTICULARES.- También puede declararse el fallecimiento presunto en los casos particulares siguientes: Cuando alguien desaparece en un accidente terrestre, marítimo, fluvial o aéreo y no se tiene noticias sobre el desaparecido hasta los dos años del suceso. Cuando alguien, en caso de guerra, desaparece, cae prisionero o es internado o traslado a país extranjero y no se tienen noticias sobre el hasta los dos años de entrar en vigencia el tratado de paz y, a falta de este, hasta los tres años de cesar las hostilidades. Cuando alguien ha desaparecido en combate, refriega, bombardeo, incendio, terremoto u otro hecho análogo, que pueda provocar la muerte y no se tiene noticias sobre el, hasta los dos años del hecho. En estos casos los internados también deben acudir ante Juez Civil pidiendo la declaración de muerte presunta para lo cual se va abrir un periodo de 20 días, luego de los cuales se va dictar sentencia, esta debe pasar en autoridad de cosa juzgada, es esta sentencia el juez debe determinar la fecha de la muerte presunta, ya será pues la fecha del siniestro, y si el hecho ha tenido duración de un periodo debe colocar un día intermedio entre el comienzo y el fin. Una vez que se dicta la sentencia esta debe publicarse por dos veces con intervalo de diez días en un periódico de circulación nacional toda la sentencia, como lo señala el Código Civil. Artículo 41°.- FECHA DEL FALLECIMIENTO PRESUNTO.- La sentencia fija fecha para el fallecimiento presunto: en los casos 1 y 3 del artículo anterior, en la fecha correspondiente al suceso si ella es conocida, o en la del término medio entre el principio y fin de la época en que ocurrió o pudo ocurrir; y en el caso 2, en la fecha correspondiente a la finalización de la guerra. Artículo 42°.- REQUISITOS.- I. La declaración del fallecimiento presunto, en los casos particulares previstos por el Artículo 40, sólo procede cuando no se han podido hacer las comprobaciones exigidas para la inscripción de la muerte en el registro civil. II. Cuando no proceda la declaración de fallecimiento presunto, puede el juez declarar la ausencia, si ha lugar. Artículo 43°.- PUBLICACIÓN E INSCRIPCIÓN.— La sentencia que declara el fallecimiento presunto debe ser publicada por la prensa, por dos veces consecutivas y con intervalo de diez días en forma que se asegure su amplia difusión, procediéndose luego a su inscripción en el registro civil. “DIFERENCIA CON LA DESAPARICIÓN FORZADA” Una “desaparición forzada” se produce cuando una persona es arrestada, detenida o secuestrada contra su voluntad o privada de su libertad de cualquier otra forma por autoridades gubernamentales o por grupos organizados o individuos particulares cuyas acciones son aprobadas de alguna manera por el gobierno. Esa privación de libertad viene seguida de una negativa a desvelar la suerte o el paradero de la persona en cuestión o una negativa a reconocer su privación de libertad. A consecuencia de esta conducta, la persona desaparecida queda fuera del amparo de la ley, con lo que se le impide el recurso a remedios judiciales y garantías de protección y se la pone en una situación de total indefensión. Esto a su vez la deja expuesta a otras violaciones de derechos humanos, como la tortura, la violencia sexual o incluso el asesinato. La Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas identifica los siguientes elementos en su definición de desaparición forzada: - Existe un arresto, detención, secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad; - Esa conducta es obra de agentes del Estado o de personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado. - La conducta viene seguida de la negativa a reconocer la privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida. - El resultado objetivo de esa conducta es que la persona desaparecida se ve sustraída de la protección de la ley.
Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las
Desapariciones Forzadas, artículo 2: A los efectos de la presente Convención, se entenderá por “desaparición forzada” el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley. ¿Qué derechos viola el delito de desaparición forzada? La desaparición forzada constituye una violación acumulativa de derechos humanos. Ello se debe a que puede infligir una amplia diversidad de violaciones de derechos humanos, incluida la violación de: - El derecho a la vida: porque la persona puede ser asesinada o su suerte desconocerse. - El derecho a la seguridad y la dignidad de la persona. - El derecho a no sufrir detención arbitraria. - El derecho a no ser sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes. - El derecho a unas condiciones humanas de reclusión. - El derecho a la personalidad jurídica. - El derecho a un juicio justo. - El derecho a la vida familiar.
La desaparición forzada constituye un abuso especialmente cruel contra los
derechos humanos, ya que da lugar a una violación continuada en tanto que la suerte o el paradero de la víctima no se han determinado. Además, constituye también una violación de los derechos de las familias y los seres queridos de la víctima, que a menudo tienen que esperar años para averiguar la verdad sobre la suerte corrida por la víctima. Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, Artículo 1: 1. Todo acto de desaparición forzada constituye un ultraje a la dignidad humana. Es condenado como una negación de los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y como una violación grave y manifiesta de los derechos humanos y de las libertades fundamentales proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y reafirmados y desarrollados en otros instrumentos internacionales pertinentes. 2. Todo acto de desaparición forzada sustrae a la víctima de la protección de la ley y le causa graves sufrimientos, lo mismo que a su familia. Constituye una violación de las normas del derecho internacional que garantizan a todo ser humano, entre otras cosas, el derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica, el derecho a la libertad y a la seguridad de su persona y el derecho a no ser sometido a torturas ni a otras penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Viola, además, el derecho a la vida, o lo pone gravemente en peligro. CONCLUSIÓN: • Relevancia y Complejidad: La ausencia y la muerte presunta son cuestiones legales y sociales que, aunque pueden parecer abstractas o poco comunes, tienen una relevancia significativa en la vida de las personas y sus familias. Estas situaciones pueden surgir por diversas razones y plantean una serie de desafíos legales, éticos y emocionales.
• Procedimientos Legales: Los procedimientos legales para
declarar la ausencia y la muerte presunta varían según la jurisdicción, pero en general, requieren pruebas sólidas y una consideración exhaustiva de las circunstancias. Estos procedimientos son esenciales para proteger los derechos de las personas involucradas y para garantizar la gestión adecuada de sus asuntos.
• Impacto en las Familias: La ausencia y la muerte presunta tienen
un impacto profundo en las familias de las personas desaparecidas. Las familias se enfrentan a desafíos emocionales, legales y financieros al tratar de lidiar con la situación de un ser querido ausente o presumiblemente fallecido. Es crucial brindar apoyo adecuado a estas familias en momentos tan difíciles.
• Aspectos Éticos y Sociales: La declaración de ausencia y muerte
presunta plantea cuestiones éticas importantes, como cuándo y cómo establecer plazos para estas declaraciones. La sociedad debe encontrar un equilibrio entre la necesidad de proteger los derechos de las personas desaparecidas y sus familias, y la necesidad de establecer límites razonables en el tiempo.
• Tecnología y Búsqueda de Personas: La tecnología, incluyendo
las redes sociales y las bases de datos forenses, ha desempeñado un papel creciente en la búsqueda de personas desaparecidas. Esto ha llevado a avances significativos en la identificación de individuos y la resolución de casos, lo que puede influir en los procedimientos de ausencia y muerte presunta en el futuro. BIBLIOGRAFIA M.Sc. Abg. Marco Antonio Goitia Brún –DERECHOS Y SUCESIONES • Federico Arnau Moya - Derecho Civil I El Derecho Privado • Fabian Elorriaga De Bonis - Derecho Sucesorio Segunda Edicion • J. Orrego Acuña - Derecho Sucesorio • Apuntes de Derecho Civil I – Dr. Villarroel Bustios Jose Cesar • Apuntes de Derecho Civil I – Dr. Mamani Mamani Jaime • Código Civil Boliviano • Manual de Monografías – Dr. Rafael Morales Vadillo