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TEORÍAS DE LA CONDUCTA, DESARROLLO Y PSICOPATOLOGÍA

Ahora que se han revisado ciertos conocimientos para evaluar las cualidades
de las diversas teorías usadas por los psicólogos clínicos, se estudiarán cuatro
de las teorías más influyentes. Se abordará cada una de estas teorías con
mayor profundidad en los capítulos sobre la investigación clínica, la evaluación
y la intervención. Téngase en mente que es necesario evaluar cada teoría a la
luz de los criterios que se han bosquejado.

TEORÍAS PSICOANALÍTICA Y PSICODINÁMICA

Freud La teoría más antigua y más debatida de la psicopatología comienza con


el trabajo de Sigmund Freud , un brillante neurólogo austriaco que desarrolló
sus ideas acerca de la personalidad y la psicopatología a finales del siglo x1x e
inicios del siglo xx. Aunque la teoría psicoanalítica original de Freud ha pasado
por muchas revisiones para crear otras teorías psicodinámicas , su teoría sigue
siendo el patrón de referencia contra el cual se comparan prácticamente todas
las otras teorías del campo. Como la teoría de Freud fue el primer ejemplo del
pensamiento moderno acerca de la psicopatología, el resto de las teorías son,
en su mayoría, una extensión o una reacción en contra de su pensamiento.
Freud formuló una teoría global del desarrollo, la personalidad y la
psicopatología. Una parte importante de esta teoría atañe a la estructura de la
personalidad. Freud supuso que se nace con un conjunto predeterminado de
necesidades psicológicas, pulsiones o instintos, los cuales componen al
id .Esas pulsiones innatas llevan a buscar la gratificación inmediata de las
necesidades sexuales y agresivas. Puesto en términos simples, Freud planteó
que los seres humanos estamos impulsados a experimentar el placer y evitar el
dolor. Freud describió otros dos aspectos de la personalidad que son
moldeados principalmente por las experiencias con el medio ambiente. El
superego es la internalización de los principios morales, o la conciencia, y de
las reglas que rigen a todas las sociedades organizadas. Entre esos síntomas
destacaba la parálisis física o anestesia sin base orgánica conocida. De
manera importante, Freud advirtió que la parálisis o anestesia experimentada
por esos pacientes ocurría en sus cuerpos en patrones que no se ajustaban al
conocimiento existente sobre el sistema nervioso central. Por ejemplo, algunos
pacientes exhibían lo que se denominaba «parálisis de la mano», en la cual
informaban que no experimentaban sensibilidad o sensación en una de sus
manos de la muñeca para abajo. Anatómicamente es imposible invocar una
explicación física para este trastorno, ya que los nervios responsables de la
experiencia de sensación en las manos se extienden a lo largo de los brazos y
no se detienen y empiezan en una banda alrededor de la muñeca; si los
nervios estuvieran dañados, la insensibilidad no se restringiría a la mano. La
observación de Freud de que esos síntomas podían no tener una causa física
planteó un desafío directo al pensamiento de sus colegas, quienes atribuían la
parálisis histérica a lesiones sutiles e indetectables en el sistema nervioso
central. Las reflexiones de Freud sobre este tema se reflejan en su primer
trabajo psicológico importante publicado en 1893, «Sorne Points for a
Comparative Study of Organic and Hysterical Motor Paralyses».
Debe señalarse que aunque es evidente que Freud libraba una batalla muy
difícil contra la corriente principal de pensamiento en neurología, no estaba solo
en sus intentos por desarrollar una explicación psicológica para enfermedades
que se suponía eran de naturaleza orgánica. De hecho, al mismo tiempo que
Freud comenzaba a desarrollar sus ideas en Austria, Jos neurólogos franceses
Hippolyte Bernheim y Jean Charcot defendían el uso de la hipnosis como un
procedimiento para aliviar la neurosis histérica. De manera más importante,
conforme expresaba esas emociones mientras estaba bajo hipnosis , sus
síntomas desaparecieron con el tiempo. Freud y Breuer supusieron que esos
síntomas eran experiencias y sentimientos traumáticos que habían sido
transformados, o que se habían «convertido», en síntomas físicos. Esta
hipótesis marcó el origen de la teoría psicoanalítica con la publicación de
Studies on Hysteria en 1895 por Freud y Breuer, en la cual afirmaron que «los
histéricos sufren principalmente de reminiscencias» .
Un hecho interesante es que Freud y Breuer diferían en sus ideas acerca de laf
orma en que ciertas experiencias llegan a generar sentimientos que al final se
separan de la conciencia. Breuer creía que las experiencias disociadas
ocurrían durante periodos de conciencia alterada, como el estrés y la fatiga.
Freud adoptó una posición diferente y argumentó que las experiencias
mantenidas fuera de la conciencia estaban determinadas no por un estado
alterado de conciencia sino, más bien, por el contenido de la experiencia
particular. De esta forma, Freud creía que las experiencias perturbadoras o
inaceptables para la persona, o que eran de otra manera inconsistentes o
incompatibles con el resto de los sentimientos o creencias conscientes de la
persona, eran bloqueadas activamente fuera de la conciencia. Además creía
que para eliminar los síntomas causados por esta disociación era necesario
que el individuo sehiciera consciente del material bloqueado. Como se
explicará en el capítulo 12, esta conciencia es, en gran parte, la meta superior
de Ja forma de psicoterapia desarrollada por Freud: el psicoanálisis.

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