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Benjamín Fuenzalida
SANTIAGO, CHILE
2018
Resumen
2
Índice
Introducción………………………………………………………………………………4
Metodología……………………………………………………………………………….5
3.1 Análisis……………………………………………………………………………....37
Conclusiones……………………………………………………………………………41
Bibliografía………………………………………………………………………………43
3
Introducción
4
De lo anterior procede que el objetivo general que guía la presente investigación
es fundamentar el carácter contrahegemónico del antiespecismo en el contexto de
su politización, mientras que los objetivos específicos que se seguirán para la
realización de este objetivo general son: identificar los principales elementos y
tensiones del especismo que propician la explotación de los animales no
humanos; contrastar los distintos enfoques antiespecistas que predominan en la
discusión sobre el antiespecismo, identificando la funcionalidad o disfuncionalidad
de cada uno de ellos con respecto a las nociones ideológicas impuestas por el
bloque hegemónico y; desarrollar la idea del antiespecismo contrahegemónico en
el contexto de las disputas hegemónicas.
Metodología
5
constitutivos de la propuesta antiespecista contrahegemónica. En este sentido, se
analizan las manifestaciones políticas del antiespecismo, en el contexto actual de
la discusión que se desarrolla en occidente, que recaban los elementos suficientes
para ser categorizados dentro de una propuesta contrahegemónica. Por su parte,
el caso modelo es aquel ejemplo real que recaba la mayor cantidad de atributos
de la propuesta elaborada en la presente investigación. Este se ejemplificará a
través de aquellas manifestaciones antiespecistas que incorporan los elementos
críticos suficientes para ilustrar un caso ejemplar, identificando así los elementos
considerados como necesarios para la articulación de una propuesta antiespecista
de carácter contrahegemónico. Bajo esta lógica, se aterriza la propuesta en un
caso real en donde la articulación discursiva es disfuncional a los fundamentos del
sistema especista imperante. En cuanto al caso límite, este se define en función
de la identificación de un caso que no recaba íntegramente todos los elementos
constitutivos de aquello que se estudia, pero algunos de sus principios concuerdan
con los de la propuesta expuesta. Es decir, su línea discursiva recaba ciertos
elementos que pueden ser constitutivos de un proyecto de antiespecismo
contrahegemónico, no obstante, otra porción de aquellos elementos es
disfuncional a la presente propuesta de investigación, por lo que es categorizado
como caso límite. Por último, el caso contrario es el que no se identifica con
aquella instancia que se está estudiando, considerando que sus principios son
guiados por una expresión especista de la relación entre animales humanos y no
humanos, la que se condice a nivel discursivo con los postulados de Scruton
(2003) en torno al trato hacia los demás animales, en donde su utilización es
justificada mediante la máxima de que la intencionalidad es lo que define la
moralidad o inmoralidad de una acción que afecte a un tercero, mas no el
resultado que esta acción pueda tener sobre aquél.
6
Capítulo 1: El especismo en la tradición occidental: una breve revisión
histórica.
Para entender la relación que ha tenido el ser humano con los demás animales a
lo largo de la historia, es necesario analizar el concepto especismo, en tanto este
da cuenta de gran parte de las lógicas que han imperado en la relación entre
animales humanos y no humanos.
No obstante, quien popularizó el término fue el filósofo Peter Singer (1999), quien
utilizó el concepto en Liberación Animal para teorizar sobre la relación entre los
humanos y los demás animales. En su obra, el filósofo australiano argumenta que
el especismo posee un carácter ideológico y que se ha manifestado a lo largo de
toda la historia de la humanidad.
1
El concepto fue utilizado por primera vez en un panfleto que fue difundido en la
Universidad de Oxford, en el que se denunciaba la experimentación con animales
no humanos. En este panfleto se estableció que la discriminación basada en la
pertenencia a determinada especie, en la que impera una visión antropocéntrica
del mundo, es denominada bajo el nombre de especismo.
2
(Ibíd.).
7
2012, 1). En vista de aquello, Singer identifica tres períodos en los que analiza la
manifestación del especismo. Estos son: el período precristiano; el período
cristiano; el período desde la ilustración hasta la segunda mitad del siglo XX. 3 Para
efectos prácticos, la presente investigación utiliza la misma división temporal
elaborada por Singer4 en su análisis histórico sobre el especismo, pero
adicionando ciertos antecedentes, como la visión de distintos filósofos
occidentales en torno a la relación entre animales humanos y no humanos, para
un entendimiento más acabado sobre la prevalencia de una línea argumentativa
de corte especista en cuanto al trato hacia los demás animales en la filosofía
occidental. Además, en Liberación Animal, el australiano establece una escisión
entre lo que se considera como una corriente argumentativa de corte teológico y
una de corte racional. Esta escisión argumental theos/logos se complementará
con los planteamientos de filósofos que no son aludidos en Liberación Animal.
(…) dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes conforme a su especie: animales
domésticos, reptiles y bestias salvajes con arreglo a su especie. Y vio Dios que estaba
bien. Hizo, pues, Dios las bestias salvajes sobre la tierra conforme su especie y a los
animales domésticos según su especie y a toda criatura que se arrastra sobre la tierra
según su especie. Y llegó a ver Dios que era bueno. Entonces dijo Dios: Hagamos un
hombre a imagen nuestra, conforme a nuestra semejanza, para que domine en los peces
del mar, y en las aves del cielo y los animales domésticos y todas las bestias salvajes y
sobre toda la tierra y todos los reptiles que se arrastren sobre la tierra. Y procedió Dios a
crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó. Y
3
(1999)
4
(Ibíd.).
8
los bendijo Dios y les dijo: Procread y multiplicaos y henchid la tierra y sojuzgadla y
dominad en los peces del mar y en las aves del cielo y toda criatura viviente que se
mueve sobre la tierra (Génesis 1: 24-28 en Singer 1999).
Bajo esta tradición del pensamiento, se considera al ser humano como la especie
animal posicionada en la cúspide de la creación divina. En el Génesis se otorga al
ser humano permiso divino para dominar a los demás animales en beneficio
propio, hecho que pone de manifiesto una clara jerarquización entre especies, en
la que el ser humano posee la potestad de utilizar a los demás animales según
sea conveniente para sí mismo. Es decir, según esta tradición del pensamiento,
Dios crea y coloca a los animales no humanos a disposición de los seres humanos
para ser usados según la voluntad de estos últimos.5
Por otro lado, en cuanto a la tradición griega, hay evidencia que expone que “(…)
los filósofos griegos como Aristóteles o Epicuro […] reflexionaron sobre la cuestión
de los animales” (Soutullo 2012, 1). Bajo esta lógica, se considera que los filósofos
predominantes en esta tradición del pensamiento “(…) han defendido una posición
de absoluto dominio de los humanos sobre los animales no humanos”.6 En este
punto es donde adquiere gran relevancia el pensamiento aristotélico, ya que es a
este filósofo griego a quien se le atribuyen los cimientos de esta visión
antropocéntrica respaldada con argumentos de carácter racional.
De este modo, la filosofía clásica de Aristóteles atribuyó a los seres humanos una
primacía sobre los demás animales al considerar que nuestra especie, en tanto
poseedora de razón, se encuentra en una posición de mayor jerarquía. Esto se
debe a que, según el juicio de Aristóteles (1994), lo que él denomina logos es la
principal característica que nos diferencia de las demás especies y que nos
posiciona como seres de mayor relevancia frente a los animales no humanos, ya
que es aquella facultad intelectual la que nos otorga la imaginación deliberativa.
De igual forma, el autor, en sus escritos en Del Alma, donde aborda los distintos
elementos que componen el alma, considera que tanto animales humanos como
5
(Ibíd.).
6
(Ibíd., 2).
9
no humanos poseen una, pero cuyos componentes difieren en ambos casos. Esto
en tanto el logos es un tipo de alma que sólo poseemos los humanos. Aristóteles
consideraba que “(…) la mayoría de los animales no tienen ni intelecto ni
capacidad de cálculo racional, sino sólo imaginación” (1978, 246).
Esto, según Aristóteles conlleva a que las acciones o movimientos de los humanos
se generen a raíz del deseo mediado por la imaginación de carácter racional, en
contraste con la imaginación meramente sensitiva de la que gozan los demás
animales.7
7
Aristóteles. 1978. Libro Tercero. En Acerca del alma. España: Gredos.
8
(Ibíd.).
9
Cfr (Soto 2010, 71).
10
No obstante, a pesar de este estatus de inferioridad que el pensamiento
aristotélico atribuyó a los animales no humanos, hubo pensadores de la Grecia
antigua que sí consideraron moralmente a los demás animales, tales como
Pitágoras (Dacier 1707; Platón 1988, 465; Soutullo 2012) o Empédocles (Empírico
1987; Leonard 1907, 472-473).10 A pesar de aquello, el pensamiento aristotélico
fue el que prevaleció en la tradición griega y se expandió como motor principal de
la filosofía occidental, imponiéndose la visión antropocéntrica y especista por
sobre la de aquellos pensadores que consideraron moralmente relevantes a los
animales no humanos.
10
Si bien hay escritos que hablan sobre las costumbres de quienes adhirieron a las
enseñanzas de Pitágoras, en las que se pone de manifiesto el hábito de no
consumir alimentos que provengan de los animales llamados irracionales, tanto
Empédocles como Pitágoras no difundieron escritos propios en torno a dicha
temática. No obstante, el mismo Platón y Sexto Empírico dan cuenta de esta
conducta propia del pitagorismo.
11
Esta línea de pensamiento se siguió desarrollando conforme fue avanzando la
historia de occidente, manifestándose posteriormente en la obra de pensadores
como Santo Tomás de Aquino (2006). Este pensador, referente filosófico de la
tradición escolástica, recabó tanto elementos de índole teológico, como también
elementos puramente racionales para desarrollar sus planteamientos en torno a la
relación del ser humano con los demás animales. De este modo, De Aquino afirmó
que
(…) con estas razones se refuta el error de quienes afirman que el hombre
peca si mata a los animales brutos, pues, dentro del orden natural, la privdencia
divina los ha puesto al servicio del hombre. Luego el hombre se sirve justamente de
los mismos, matándolos o empleándolos para otra cosa. […] Mas si en las Sagradas
Escrituras se encuentran ciertas prohibiciones de cometer crueldades con los
animales como la de no matar ave con crías, ello obedece a apartar el ánimo del
hombre de practicar la crueldad con sus semejantes (Ibíd., 411).
Esto quiere decir que los textos bíblicos son interpretados por Tomás de Aquino
de modo en que reconoce que el ser humano misericordioso extiende esta virtud
de misericordia al trato hacia los demás animales.11 No obstante, esto tan sólo en
lo que refiere al trato cruel en el uso de los animales no humanos, pero
perpetuando de igual forma una visión antropocéntrica, en tanto considera que el
ejercer malos tratos a los animales no humanos puede conllevar a reproducir este
tipo de conductas en el trato con nuestra propia especie, por lo que su justificación
para evitar el trato cruel hacia los demás animales se basaba simplemente en
querer evitar la extensión de este trato cruel hacia los mismos humanos De igual
modo, Santo Tomás adhiere a las tesis aristotélicas que justifican el uso
instrumental de los demás animales en beneficio del ser humano basándose en la
consideración moral de los individuos en función de su capacidad racional o
manifestación del logos como condición sine qua non para gozar de relevancia
moral.12
11
De Aquino, Tomás. 2006. Suma contra los gentiles. España: Bilingüe.
12
(Ibíd.).
12
Más adelante, durante el renacimiento, si bien comenzaron a vislumbrarse
ciertas modificaciones conductuales en el trato hacia los demás animales, el
humanismo predominante de aquella época resaltó la figura del ser humano y
mantuvo a los animales no humanos en un segundo plano en lo que a
consideración moral respecta. De este modo, se siguió replicando la visión
antropocéntrica y, en último término, especista que llevaba reproduciéndose
desde los inicios de la civilización occidental (Singer 1999).
13
(Kant 1988 en Soutullo 2012).
13
que se explicita la jerarquización que realiza entre animales humanos y no
humanos, relegando a los no humanos al mismo plano de relevancia moral que
pudiese asumir un objeto inanimado.
Si bien la evidencia histórica nos muestra que al menos hasta el siglo XVIII
prevaleció una visión antropocéntrica que derivó en una manifestación
transversal de conductas especistas frente a los animales no humanos, es
precisamente en aquél siglo en donde, en respuesta a los planteamientos de
Kant (1988; 2003) el filósofo inglés Jeremy Bentham (1780) desarrolla un giro
en la discusión en torno a la relación entre el ser humano y los demás animales,
estableciendo a través de su corriente ética utilitarista una propuesta en la que
da cabida a la consideración moral hacia los demás animales, tal como se
revisará en el capítulo 2.
14
Capítulo 2: Sobre la extensión de la consideración moral hacia los animales
no humanos y el concepto de antiespecismo.
14
Bentham, Jeremy. 1780. An introduction to the principles of morals and
legislation. Inglaterra: Printed for T. Payne and Son.
15
(Ibíd.).
15
dolor resultante de las experiencias subjetivas de cada ser sintiente. De esta
forma, Bentham considera que “(…) buscar los placeres […] y evitar los dolores,
son los fines que el legislador tiene a la vista: por lo tanto, le corresponde a él
entender su valor. Los placeres y los dolores son los instrumentos con los que
tiene que trabajar; por lo tanto, le corresponde a él entender su fuerza, que es, en
otras palabras, su valor” (Ibíd., 26).16 Esto quiere decir que, para Bentham la
acción del legislador debe ser guiada por ambos principios del utilitarismo, de
modo que se busque la maximización de utilidad de los individuos, en forma de
felicidad, en un contexto de igual consideración de intereses. La utilización del
enfoque utilitarista, a juicio del filósofo inglés, conlleva a una maximización de la
felicidad del conjunto de la sociedad.17
16
Traducción libre del autor de esta tesina.
17
Bentham, Jeremy. 1780. An introduction to the principles of morals and
legislation. Inglaterra: Printed for T. Payne and Son.
18
(Ibíd.).
19
En el pensamiento kantiano, racionalidad y libertad son equivalentes, por lo que
su postura contraria al utilitarismo se funda en la falta de libertad o autonomía que
derivan de la corriente utilitarista de pensamiento. Bajo esta lógica, el especismo
implícito en el pensamiento kantiano es una consecuencia de la visión
antropocéntrica que asume a seres humanos como únicos poseedores de
autoconsciencia y que, por ende, no se rigen de forma inmediata por sus
interacciones con la naturaleza, sino que su voluntad se ve mediada, en gran
medida, por su capacidad racional, argumento similar al que defiende Aristóteles
al analizar comparativamente las causas del movimiento en animales humanos y
no humanos, siendo la capacidad deliberativa propia del logos aquella que genera
una escisión en torno a las motivaciones del movimiento que poseen tanto
humanos como no humanos.
16
propiciar sus experiencias placenteras, en tanto estas conllevan, en última
instancia, a la felicidad individual y del conjunto de la sociedad. Bajo esta lógica,
Bentham ya había vislumbrado las consecuencias que conllevaría el utilitarismo
como precursor de ideas antiespecistas, teniendo en consideración que él mismo
consideró que “(…) la pregunta no es, pueden razonar? Ni, pueden hablar? Sino,
pueden sufrir?” (1780, 309).20
En este punto la refutación utilitarista del argumento de Kant (1988; 2003) es aún
más explícita, en tanto se utiliza su propia lógica argumentativa universalista,
propia de la teoría de medios y fines, para categorizar a los animales no humanos
como poseedores de intereses y que, por ende, merecen ser tratados de forma
equivalente a los de los humanos. Bajo esta lógica, al preocuparse de sí mismos y
buscar sus propios intereses, tanto animales humanos como no humanos caben
en la categoría de fines en sí mismos. Esto niega la jerarquización basada en la
tenencia de logos como requisito para estar sujeto a consideración moral y
considerar su propia existencia como un fin en sí mismo.
20
Traducción libre del autor de la tesina
17
consideración moral hacia los demás animales. A continuación se explica de qué
forma la teoría se ha encargado de abordar dicha problemática y cuáles son las
respuestas que ha entregado la literatura más reciente frente a la problemática de
la no consideración moral hacia los animales no humanos.
Como bien se revisó en la sección anterior de este capítulo, la refutación, por parte
de Bentham (Ibíd.), de la idea de la prevalencia del logos como fundamento último
para la consideración moral, generó los cimientos para posteriores teorizaciones
en torno a la temática del bienestar animal y sus derechos. Adicionalmente, los
avances en el terreno de las ciencias y la publicación de El origen de las especies
también derivaron en un giro en torno a la forma en que era concebida la relación
entre humanos y otros animales (Darwin 1921). Esto considerando que, a partir
del desarrollo de las teorías de Charles Darwin sobre la evolución, se evidenció
que las distintas especies no son radicalmente opuestas unas de otras, sino que,
en algún grado se encuentran dentro de un continuo físico.21 Esto, a juicio de
Ryder (2010) se traduce en que estas distintas especies también estén en un
mismo continuo moral.
21
(Ibíd.).
22
(Singer 1999).
18
forma, en lo que al filósofo australiano respecta, autores como Nobis afirman que
“(…) él a veces describe su teoría ética como una forma de utilitarismo” (2016,
29).23 Esto quiere decir que la obra de Singer busca desarrollar la consecuencia
de los principios del filósofo inglés para nuestra relación con los demás animales,
esto es, la igual consideración de intereses de animales humanos y no humanos.24
Esta perspectiva rompe así con la jerarquización que surge a raíz de la
discriminación que propicia el especismo, sistema de valores que se resiste a ser
contrariado basado en su carácter ideológico, que, a juicio de Singer, enmascara
una relación de explotación cuyo sustento es el hábito y cuya reproducción nos ha
hecho ignorar la explotación que se ha ejercido histórica y sistemáticamente en
contra de los demás animales.25
23
Traducción libre del autor de la tesina
24
(1999)
25
(Ibíd., 259).
26
(Ibíd., 22).
19
ideológico, el que es impuesto por los grupos dominantes para perpetuar un
sistema moral y valorativo funcional a sus propios intereses.27
No obstante, hay autores que refutan la argumentación que Singer realiza en torno
a los principios que, a su juicio, debiesen regir la relación del ser humano con los
demás animales desde una lógica que sea disfuncional al especismo. 28 Un claro
ejemplo de aquello es la corriente de pensamiento contractualista expuesta por
Carruthers y que plantea que “(…) aunque conviniéramos en que los animales no
tienen entidad moral, no se desprendería de ello que pudiéramos, con total
impunidad, tratarlos como nos diera la gana: quizás tendríamos obligaciones
indirectas para con ellos derivadas de los intereses legítimos de quienes se
interesan por los animales” (Carruthers 1995, 2). Sin embargo, esta
argumentación goza de un exceso de optimismo, en tanto considera que, incluso
en ausencia de entidad moral, los intereses de los animales no humanos podrían
ser eventualmente defendidos por los humanos. Sin embargo, a diferencia de lo
que plantea Carruthers, esto no se cumple en la práctica, ya que aquella
manifestación de intereses, por quienes consideran moralmente a los demás
animales -y que debiese generar obligaciones indirectas hacia ellos-, no se plasma
en un mejor trato generalizado hacia estos últimos. Adicionalmente, el mismo
autor explicita que “(…) aunque la experiencia y la vida de los animales tienen un
cierto valor, este valor es inferior al de la experiencia y la vida humanas, que es
precisamente lo que nos dice el sentido común”.29 Es decir, bajo esta afirmación
se está refutando de forma cabal la extensión del principio de igual consideración
que Singer (1999) extiende al trato hacia animales no humanos, ya que se
considera que las experiencias del humano, influenciadas principalmente por sus
intereses, gozan de mayor relevancia que las de otros animales. De aquello se
desprende que la afirmación de Carruthers es una petición de principio y no un
27
(Ibíd.).
28
(Ibíd.).
29
(Ibíd., 20).
20
argumento lógico; además, la apelación al sentido común indica el origen
ideológico de la tesis del autor contractualista.30
En concordancia con lo anterior, la teoría del derecho plantea que (…) a diferencia
del utilitarismo, esta posición cierra la puerta a la justificación de prejuicios que
meramente acarrean las mejores consecuencias”.32 De igual forma, Regan
plantea desarrolla una crítica hacia la corriente utilitarista.33 Esto al considerar que
no es consistente debido a que quebranta ambos principios del utilitarismo: el de
utilidad y el de igualdad. En el caso del principio de utilidad, la teoría del derecho
establece que no es consistente debido a que “(…) Singer no muestra que el trato
diferencial de los animales vaya en contra del objetivo utilitarista de producir el
mayor saldo posible de bien sobre mal” y, adicionalmente, “(…) no logra mostrar
30
(1995, 20).
31
Traducción libre del autor de la tesina.
32
(Regan 1985, 260).
33
(Ibíd.).
21
[…] que sea incorrecto tratar a los animales como actualmente se les trata en las
granjas modernas y en la investigación científica”.34 El principio de igualdad,
según Regan, tampoco sería consistente en la teoría de Singer (1999): “Podemos
concederle el mismo peso a intereses iguales, sin importar de quién son esos
intereses, y aun así tratar a los individuos de manera bastante diferente”.35 Es
decir, la adaptación del utilitarismo a la teoría de Singer da por hecho que al tratar
a los individuos de manera diferente concedemos distinto valor a sus intereses
iguales. Sin embargo, esto no se cumple siempre, razón por la que Regan estima
que “(…) es algo que debe ser establecido, no simplemente supuesto sobre la
base del trato diferencial”.36 La teoría del derecho también critica los postulados de
Singer (1999) en tanto considera que “(…) lo que tiene valor para el utilitarista es
la satisfacción de los intereses de un individuo, no del individuo de quien son esos
intereses”.37 Esto conlleva a que se dé lugar a la justificación de tratos que
vulneren la integridad y dignidad de ciertos individuos, siempre y cuando los fines
de aquella acción den como resultado un balance positivo en cuanto a la
obtención de placer. En resumidas cuentas, Regan considera que el utilitarismo es
una postura ética en la que el fin, en forma de maximización de placer, puede
llegar a justificar acciones atroces.38
34
(Regan y Singer 1999, 252-253).
35
(Regan y Singer 1999, 251).
36
(Ibíd., 252).
37
(Regan 1985, 340).
38
(Ibíd., 342).
22
No obstante, la teoría del derecho es criticada por Carruthers al considerar que
“(…) Regan fracasa en sus intentos de fundamentar una teoría de derechos y de
demostrar que los animales tienen derechos. No explica de dónde proceden los
derechos ni por qué habrían de interesarnos una vez reconocidos”.39 Además,
Carruthers plantea que los postulados de la teoría del derecho se basan
fundamentalmente en una argumentación de tipo intuitiva, que no logra dar una
respuesta al porqué debiesen interesarnos los valores que subyacen al
reconocimiento de los derechos de los animales que dicho enfoque reconoce
como sujetos de una vida.40
Junto con los enfoques antes mencionados, han surgido otros enfoques en torno
al trato del ser humano para con las demás especies. Tal es el caso del enfoque
de las capacidades de Nussbaum (2006), el que se basa en los planteamientos
del filósofo Amartya Sen y busca otorgar ciertos parámetros de justicia para los
seres sintientes, apelando a la dignidad de los individuos y a su capacidad para
florecer.41 De esta forma, al igual que el enfoque utilitarista, el enfoque de las
capacidades nace como una perspectiva aplicable a los seres humanos. Este
enfoque se centra en el desarrollo humano, no obstante, su uso es extendido por
Nussbaum (2006) a la relación entre los humanos y los demás animales. De este
39
(1995, 28).
40
(Ibíd., 27)
41
Cfr (Martínez 2015, 72).
23
modo, la autora contrasta su teoría con el enfoque kantiano y el enfoque
utilitarista, planteando que el primero prioriza la capacidad de razonar de los
individuos al momento de considerarlos dentro de la comunidad moral, mientras
que el segundo, si bien otorga cierta consideración moral a los demás animales,
se centra en la maximización de beneficios de los individuos, que, a juicio de
Nussbaum (Ibíd.), es fácilmente tergiversable y manipulable en la práctica. Esta
teoría está compuesta por los conceptos funcionamiento y capacidad, siendo el
conjunto de funcionamientos constitutivo de las capacidades de un individuo, las
que, a su vez, son entendidas como la libertad de un individuo para alcanzar
determinado fin.
Sin embargo, se ha realizado una crítica a Sen como proponente original del
enfoque de las capacidades, estableciendo que es complejo entender el bienestar
de un individuo en términos de su capacidad, ya que es difícil cuantificarla. Es por
esto que generalmente se recurre a los funcionamientos, entendidos como los
logros o actividades que realiza un individuo, para determinar de manera más
certera el bienestar de un individuo.42
42
Cfr (Urquijo 2014).
43
Traducción libre del autor de la tesina.
24
inevitable en el que se confrontan las dos caras de una misma moneda. Este
proceso, en tanto busca desenmascarar el carácter ideológico y distorsionado que
se posee sobre la relación entre los humanos y los demás animales, se ve
inmerso en el terreno de las contradicciones. Es precisamente esta la razón del
surgimiento de diversas corrientes que buscan posicionarse de manera crítica
frente al especismo, o que explícitamente se proclaman como antiespecistas, pero
cuyos postulados, en ciertos casos, incurren en las mismas lógicas
antropocéntricas y especistas que han imperado históricamente. Esto último se
debe a que muchas veces, por el hecho de buscar un posicionamiento moderado
dentro de la crítica antiespecista, cuyos principios no sean radicalmente opuestos
a las creencias y valores de los individuos que ya tienen interiorizadas las
conductas especistas en su cotidianidad, se prioriza una postura reformista por
sobre una teoría crítica que apunte al meollo de la problemática. Esto en tanto se
enfatizan aspectos como la cobertura mediática y el aporte monetario por sobre la
divulgación de ideas que refuten explícitamente las bases del especismo como
ideología.44
Hasta ahora se han llevado a cabo a lo largo de esta investigación, tanto una
revisión histórica sobre la manifestación del especismo en la tradición filosófica
occidental, como también un análisis sobre los diversos enfoques que han surgido
durante las últimas décadas en torno a la temática de la relación entre animales
humanos y no humanos, junto con la extensión del concepto de consideración
moral en lo que a su extrapolación a los animales no humanos respecta.
44
Cfr (Torres 2014).
25
igualdad propios del utilitarismo (Bentham 1780) y; por otro lado, el enfoque
abolicionista basado en los fundamentos de la teoría del derecho y elaborado por
Gary Francione (2008). El entendimiento del enfoque abolicionista y de sus
principios se torna más sencillo mediante una previa contextualización del
escenario que da origen a dicha corriente antiespecista.
45
Cfr (Aboglio 2007).
46
Cfr (Ibíd., 2).
47
Cfr (Horta 2011).
48
Traducción libre del autor de la tesina.
26
derecho propuesta por Regan (1985; 2006). De esta manera, el origen del enfoque
abolicionista se funda en que “(…) independiente de la problemática jerarquía
moral de Regan, él reconoce explícitamente la necesidad de abolir el uso, en lugar
de modificarlo, […] el trabajo de Regan es la base de la teoría abolicionista que
Francione y otros construyen” (Wrenn 2012, 439). Esto quiere decir que, al igual
que Regan (1985), Francione (1999, 39) considera que el enfoque utilitarista
incurre en un error al no criticar el uso de los demás animales. Es a partir de esta
premisa que el enfoque abolicionista desarrolla su crítica al estatus de propiedad
que le es conferido a los animales no humanos bajo la primacía de la ideología
especista (Ibíd., 40). Además, esta crítica se dirige también al enfoque
bienestarista, puesto que Francione considera que el bienestarismo incurre en una
paradoja al querer otorgar consideración moral a los animales no humanos
mientras que, simultáneamente, se les sigue considerando bajo un estatus de
propiedad que los relega a un mero rol instrumental. De este modo, el problema
en concreto que identifica Francione en su crítica al bienestarismo es que no es
posible la aplicación del principio de igual consideración de intereses mientras se
siga considerando a los animales no humanos bajo el estatus de propiedad: “Los
intereses de la propiedad jamás se considerará virtualmente que sean similares a
los intereses del propietario, y el animal siempre perderá en cualquier supuesto
balance de intereses humanos y animales” (Ibíd., 40).
27
no humanos49, la adición, por parte de Francione, del componente crítico hacia al
estatus de propiedad es concebido como elemento clave del debate actual en
torno a la extensión de consideración moral hacia los animales no humanos.
Si bien el enfoque abolicionista es relativamente reciente, autores como Wrenn
(2012) y Torres (2014) consideran que esta corriente es bastante consistente en
cuanto a la coherencia en la elaboración de sus principios morales. De este modo,
Francione (2018) desarrolla seis principios que guían al enfoque abolicionista.
Estos son: 1) Todos los seres sintientes tienen el derecho de no ser usados como
propiedad; 2) Los abolicionistas jamás deben promover campañas de reforma
bienestarista o campañas monotemáticas; 3) Los abolicionistas deben promover el
veganismo como imperativo moral; 4) La sintiencia y ninguna otra característica
cognitiva es necesaria para tener el derecho moral de no ser utilizado
exclusivamente como recurso; 5) Los abolicionistas deben rechazar todas las
formas de discriminación humana y no humana; 6) Los abolicionistas deben
rechazar la violencia y promover la no violencia.50
49
(Torralba 2007).
50
A short essay on the meaning of “New Welfarism”. Disponible en
https://www.abolitionistapproach.com/a-short-essay-on-the-meaning-of-new-
welfarism/
28
especies, sino extendiendo la noción de que a todo ser sintiente se le deben
reconocer derechos morales.
51
Cfr (Wrenn 2012).
29
Capítulo 3: Antiespecismo contrahegemónico como propuesta
transformadora.
Bajo esta lógica, cabe cuestionarse qué tan fructífero ha sido el desarrollo de
corrientes teóricas que han buscado extender la consideración moral a los
animales no humanos, algunas –como el utilitarismo- incluso durante siglos. En
este sentido, si bien el antiespecismo posee la desventaja de no ser una corriente
de pensamiento dominante a nivel global, es igualmente cierto que otras luchas
como las de corte racial o de género también se han enfrentado a problemáticas
similares, pero han logrado disputar las nociones hegemónicas impuestas como
30
verdades expuestas en forma de revelación religiosa. Esto ha dado como
resultado modificaciones discursivas significativamente mayores que las que ha
logrado el antiespecismo. De este modo, cabe preguntarse ¿Cuál ha sido el
impedimento para la expansión del discurso antiespecista como forma de disputa
frente a la visión especista imperante?
Para otorgar una respuesta a esta interrogante, es preciso entender la forma en
que interactúan especismo con antiespecismo y de qué manera este último se
configura como un potencial discurso crítico cuya misión es la de generar cambios
en torno a las bases morales del discurso especista.
Esto quiere decir que la disputa por conquistar una noción hegemónica sólo
puede dar lugar a un cambio real o efectivo en la medida en que exista un
31
desarrollo sistemático y homogéneo de la fuerza que subyace a esta lucha. De
esta forma, la noción de hegemonía se refiere a la disputa en torno a las
distintas relaciones de fuerza que disputan el poder, o, en este caso, una noción
cuyo significado ha sido hegemonizado por un grupo dominante. 52 Tal es el
caso de lo que ha ocurrido históricamente con el especismo, noción que ha
hegemonizado el discurso en torno a las relaciones entre los animales humanos
y no humanos, dando como resultado la naturalización de la explotación y de
las prácticas que resultan en el daño sistemático hacia otros seres sintientes.
Estas conductas se han mantenido vigentes en el tiempo, tanto por la
invisibilización del proceso de producción en el que se ven envueltos los
animales no humanos que son utilizados para saciar necesidades humanas,
como también a través de la interiorización del hábito de consumo de otros
animales como parte del sentido común o del desarrollo inevitable de la
existencia humana.
Sin embargo, ese carácter disputante no surge de forma espontánea, tal como
se asumía en las corrientes más ortodoxas que hegemonizaron los discursos de
izquierda hasta la primera mitad del siglo XX, sino que la resignificación y
disputa hegemónica se va desarrollando a través de la articulación política entre
distintos discursos que se entrelazan y encuentran nociones comunes entre sí.
Ejemplo de aquello son las corrientes feministas que manifiestan un discurso de
corte clasista, o las corrientes ambientalistas que se articulan en torno a un
discurso anticapitalista. De este modo, la pluralidad de voluntades va
52
Cfr (Gruppi 1978).
32
insertándose en el terreno de las luchas hegemónicas de modo que distintos
discursos se articulan en torno a significados comunes. (Ibíd.).
33
actualidad. Teniendo esto en consideración, el concepto de contrahegemonía
adquiere sentido en su extensión al terreno de la lucha antiespecista, ya que el
antiespecismo se encuentra en un momento de fragmentación en cuanto a la
conformación de su identidad, esto teniendo en cuenta la multiplicidad de
corrientes que se autoproclaman como antiespecistas, incluyendo aquellas que
se han revisado a lo largo de la presente investigación, entre las que se
identifican corrientes altamente politizadas, como también otras que buscan
marginarse discursivamente de la discusión y neutralizar el carácter
inherentemente político que subyace a esta temática. En función de aquello,
cabe destacar que “(…) las luchas contrahegemónicas ocurren no sólo en el
reino de las ideas y el discurso, sino que también inspiran un amplio rango de
protestas y movimientos sociales” (Cox y Schilthuis 2012, 2).53
53
Traducción libre del autor de la tesina.
54
Esta propuesta se funda en la afirmación que realiza Stallwood en torno al momento actual de los intentos
por otorgar derechos a los animales no humanos. En este contexto, establece que “(…) enmarcar los
derechos de los animales como manifestación política enfatiza una estrategia que se mueve desde lo
individual hasta la sociedad, un enfoque que incluye políticas públicas, legislación y aplicación de la ley”
(2013, 53). Traducción libre del autor de la tesina.
34
(1980, 57). No obstante, en este caso el poder se traduce en la capacidad para
otorgar determinada identidad a un discurso específico en el terreno de la
disputa hegemónica. Bajo esta lógica, es imprescindible hacerse parte de otras
luchas discursivas que velen por la liberación de la opresión en todas sus
formas, mas no quedarse estancado simplemente en la temática de los
animales, en lo que Torres (2014) denomina como “fetichismo del sufrimiento
animal”, en donde se sufre de una inamovilidad con respecto a la reivindicación
de la lucha antiespecista, lo que conlleva a una incapacidad al momento de
articular al antiespecismo en conjunto con otras luchas.
35
pero con la conveniencia de que los trabajadores no humanos no debían ser
remunerados y, además, era relativamente fácil someterlos a una
sobreexplotación con los métodos adecuados (Ibíd., 12).
36
estableceremos conexiones que combinarán todas las luchas progresistas contra
el prejuicio y la opresión. Esta conexión humana a la causa de los
derechos/liberación de los animales, si se fortalece, aumentaría nuestra
efectividad política y aceleraría el progreso hacia una sociedad sin obstáculos por
estas mentiras y errores históricos” (1981, 202).55
3.1 Análisis
55
Traducción libre realizada por el autor de la tesina.
37
tanto recaba elementos como la difusión del veganismo, que posee la doble
función de acción directa como medida que repercute en una baja en la
demanda de productos cuya elaboración posea una huella de explotación
animal, así como también el cambio de hábito a nivel personal.
Adicionalmente, la organización realiza una importante labor informativa a
través de la infiltración en centros de explotación de animales no humanos
como lo son granjas y mataderos, lo que implica una acción política mayor,
aunque respetando el principio de no violencia propio del abolicionismo
(Francione 2018). Además, la organización centra su discurso en la
refutación del estatus de propiedad en el que se sostiene la explotación de
los animales no humanos bajo el sistema especista, razón por la que ilustra
de manera certera las características propias del caso modelo.
• Límite: Considerando que el caso límite busca ilustrar mediante un ejemplo
real que posea características del caso modelo, pero también algunas del
caso contrario, explicitando qué componentes son necesarios para llegar a
ser considerado como modelo, se considera a PETA, Organización
internacional de carácter bienestarista, como un ejemplo de este caso. Esto
en tanto PETA, si bien durante los últimos años ha comenzado a promover
abiertamente el veganismo, lo que le otorgaría una característica propia del
enfoque abolicionista, no ha trascendido su crítica a una refutación en torno
al estatus de propiedad que sustenta al problema de la no consideración
moral hacia los animales no humanos. Además, esta organización realiza
diversas campañas de carácter monotemático o que apuntan a reformar de
manera parcial la institucionalidad en la que se sustenta todo el aparato
explotador de las industrias que utilizan a animales no humanos para
beneficio propio. De este modo, para llegar a ser considerado como caso
modelo, esta organización debiese centrar su labor informativa en la
difusión del veganismo propiamente tal y de asumir un rol crítico con
respecto a las formas de explotación hacia los animales no humanos, pero
de todos ellos por igual, mas no centrándose en campañas que apunten a
ciertas especies por sobre otras, ya que de este modo está incurriendo en
38
lógicas que son propias de la jerarquización inter especies que resulta del
especismo como sistema de ideas hegemónico. De este modo, se
considera que PETA recaba más atributos para ser considerada como una
organización de corte bienestarista.
• Contrario: Teniendo en consideración que el caso contrario ilustra un caso
que se opone al caso modelo, en donde se ilustra un concepto opuesto al
propuesto en la investigación, se considera a la International Hunter
Education Association como un ejemplo de caso contrario. Esto en tanto
esta asociación internacional manifiesta un carácter especista. En sus
principios plantea a la caza como una actividad recreativa segura y,
adicionalmente, explicita tener un equipo que se encarga de educar a las
personas en torno a esta materia. Es decir, promueve abiertamente el
asesinato de animales no humanos y los minimiza a un plano de meros
medios para la entretención, mediante la acción de otorgarles la muerte, de
los seres humanos. Esta lógica especista se condice con lo expuesto por
Scruton (2003), al considerar que la caza es justificable en tanto la
intencionalidad del cazador no sea guiada por el morbo. Es decir, se avala
la matanza de animales no humanos, siempre y cuando la intencionalidad
del cazador no sea malévola,.
• Inventado: El caso inventado, según la categorización de Wilson (1963)
corresponde a un caso utópico que recabe las características ideales del
concepto en cuestión. En este caso se considera al Frente de Liberación
Animal, Organización internacional de carácter antiespecista e inspiración
anticapitalista y antiimperialista, como un ejemplo ilustre de la propuesta de
antiespecismo contrahegemónico desarrollada en esta investigación. Esto
en tanto logra articular al antiespecismo desde una arista política y
entrelazarlo con otros elementos discursivos de carácter contrahegemónico
como lo son el anticapitalismo y el antiimperialismo. Además, el Frente de
Liberación Animal desarrolla una labor de acción directa con un contenido
político claro: acabar con toda industria que explote a animales no
humanos. De este modo, el sabotaje, la difusión de material bibliográfico de
39
carácter político a través de sus redes, la difusión del veganismo como
estilo de vida y el rechazo al capitalismo salvaje y a la noción de propiedad
que este otorga a los animales no humanos, hacen de esta organización un
ejemplo ilustre del concepto propuesto en la presente investigación:
Antiespecismo contrahegemónico.
3.2 Consideraciones finales
40
discursiva en la que se ve inmerso el antiespecismo en el contexto actual de su
inminente politización.
Conclusiones
41
Por último, se evidencia la necesidad de articulación del antiespecismo en
conjunto con otras luchas en el contexto de la pluralidad de voluntades que
comienzan a manifestarse a partir del período de posguerra se torna
imprescindible. Esto teniendo en cuenta la resignificación del antiespecismo a
partir de la consideración de su carácter político como un imperativo para la
disputa hegemónica. No obstante, hay que ser categórico en cuanto al rechazo a
la adopción de aquellas manifestaciones discursivas que se autoproclaman como
antiespecistas, mas buscan perpetuar los principios esenciales del especismo
mediante un reformismo de carácter superficial y nula capacidad crítica. A pesar
de esto, es necesario identificar aquellos elementos de los distintos enfoques
antiespecistas que han surgido durante los últimos años que poseen una
capacidad crítica mayor y amalgamarlos en una propuesta de antiespecismo que
logre insertarse en el contexto político actual, en conjunto con otras luchas que
pudiesen complementar a las reivindicaciones por la liberación animal.
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