Está en la página 1de 97

DE CULTURA

Y
TRADICIÓN…

Nosotr@s en la Palabra

1
Compilado de textos

DE CULTURA
Y
TRADICIÓN…
Nosotr@s en la Palabra

Autores : Cecilio Aguilar Galindo - José Evaristo Alarcón Belmar


Evaristo Alarcón Sandoval - Marcia Alvarez Valencia
Ignacio Arias Peralta - Luciano Auad Soto
Sebastian Barra Aguilar - Lucia Caro Cheuquemán
Elda Catalán Peña - Jorge Contreras Muñoz
Marcela Cruces Reyes - Amelia Galindo Troncoso
Ninfa Luna Arratia - Maribel Medina Catalán
Alejandra Muñoz Sandoval - Jorge Peña Velásquez
Ignacio Quintupurrai Cabezas - Andrea Rosas Torres
Sandro Sanchez Catalán - Joselito Sudán Catalán
Elvis Walter Valdés Baigorria
Compiladores : Jorge Peña Velásquez
Alejandra Muñoz Sandoval
Revisión editorial: Jorge Peña Velásquez
Alejandra Muñoz Sandoval
Marcela Cruces Reyes
Diagramación : Jorge Peña Velásquez
Fotografías : Aportadas por los autores y autoras
Noviembre 2020

2
ÍNDICE

Prólogo 5
Jorge Peña Velásquez

Olvidadas 9
Lucia Caro Cheuquemán

El Legado de nuestros Abuelos 14


Marcia Alvarez Valencia

Cultura Joven 18
Ignacio Arias Peralta

La Copa del Árbol 22


Luciano Auad Soto

Del Chalía al Ibañez 27


José Evaristo Alarcón Belmar

Las Fiestas de Antes 31


Amelia Galindo Troncoso

Mi Escuela en el ‘60 36
Elda Catalán Peña

Músicos de Acordeón y Guitarra 40


Evaristo Alarcón Sandoval

Acordes de Recuerdos 43
Ignacio Quintupurrai Cabezas

Mi compañera de Infancia 46
Sebastian Barra Aguilar

3
Una modesta reflexión 50
Joselito Sudán Catalán

El Rol de la Mujer en la Cultura Regional 54


Ninfa Luna Arratia

Sororidad Criolla 59
Alejandra Muñoz Sandoval

La Esquila en mi Infancia 63
Maribel Medina Catalán

Lata de Esquila 66
Marcela Cruces Reyes

El Como Pueda 71
Sandro Sanchez Catalán

El Perro de Don Chalo 76


Elvis Walter Valdés Baigorria

Palomita de Chivo 80
Jorge Contreras Muñoz

Más Respeto con la Gorra 89


Cecilio Aguilar Galindo

No Quiero Escribir… 93
Andrea Rosas Torres

4
PROLOGO

5
De Cultura
y Tradición... Hace unos meses, gusté del proceso - y el resultado - de una invitación
colectiva a escribir.

Sí, escribir, así de simple, sin pretensiones.

“Mujeres en la Palabra” nos compartieron sus “Herencias”: qué deleite


fue conocer esas historias, esos pensamientos, comulgar tan
profundamente con la mirada de territorio, de cultura, de identidad;
ávido leía uno tras otro los textos maravillosos - solo interrumpido por
alguna que otra condensación en los párpados - ¡quedé encantado!

Recordé esas conversaciones que siempre disfruté de pequeño - como


oyente no como participante - admirando a los personajes que
interactuaban con mis padres, y a los personajes de daban origen a la
conversación o las historias - gauchitos los viejos - ¡Qué buenos
narradores esos hombres y mujeres! ¡Qué forma de contar! y para mí
muy entendible a mis cortos años… tan entretenido - podía ver las
imágenes en mi mente.

Hoy, sigo disfrutando de esas conversaciones, de esas formas de


narración tan propia de nuestra gente, de su amplio recurso de
palabras, de términos, el orden, la gracia narrativa -muy particular.
PROLOGO
Nosotr@s en la Palabra

En estos afanes, leo y re leo otros textos variados, cercanos… lejanos...


y pienso…

¿Cuánto hay por decir? ¿Cuántas historias, pensamientos, reflexiones…


y?
¿Quien es “el llamado” o “la llamada” a volcar esto sobre una plana,
un texto, en algo…?

Pienso que todos y todas, somos llamados a esta tarea, por un sentido
de responsabilidad o por gusto, podemos - y debemos - registrar
nuestro sentir, nuestra memoria y la de quienes están o estuvieron
antes. Registrar “su palabra”… “nuestra palabra”, nuestra forma de
decir y transmitir, no descansar sólo en la “oralidad” - fuerte y frágil a la
vez - sino transformar esa palabra en algo más… perdurable,
alcanzable, móvil, viajero.

Que llegue donde nuestra voz física no llega y que vuelva…. a nuestra
vida, a nuestras familias, a nuestras comunidades. Que vuelva en
una conversación, en que se lea y que rememore, que se valide o se
esté en desacuerdo, pero que nos haga pensar, preguntar, conocer,
valorar… que se active nuestra narración y que nos provoque ese
deseo de ser ¡Nosotr@s en la palabra!

6
De Cultura
y Tradición...
Aquí presentamos las respuestas a ese desafío, las hojas de esta cose-
cha primaveral… del Ibañez, de Castillo, de Guadal y Mañihuales, del
Baker, Cochrane, La Tapera, Valle Simpson, Balmaceda, Villa
O’Higgins, Coyhaique, de Ensenada Valle Simpson, del Sector El Claro
de Ibañez y del Río Claro de Coyhaique…

Vea usted las formas, colores, texturas, las nervaduras…

Diga si acaso no somos de una misma semilla...

De una buena semilla.


PROLOGO
Nosotr@s en la Palabra

7
De Cultura
y Tradición... PROLOGO
Nosotr@s en la Palabra

JORGE PEÑA VELASQUEZ


Coyhaique

Hijo regalón, padre regalón, cultor por he-


rencia y afición, Gestor Cultural por inquie-
tud y necesidad - la de generar y ocupar es-
pacios, la de vincular, de sumar y sumarse a
las iniciativas que pongan en valor nuestra
identidad.

8
OLVIDADAS

9
De Cultura
y Tradición...
La historia nos habla del poblamiento del Baker que se inició junto con
el siglo, o quizá un poco antes; incluso hay un decreto supremo
fechado el 23 de agosto de 1903, que autoriza la colonización de los
territorios del Baker, Pascua y Bravo. En base a éste, un tal Juan
Tornero se adentró en uno de los más inhóspitos territorios del planeta,
luego vinieron otros, y otros, la historia escrita nos dice que llegaron
hombres a poblar, a trabajar la tierra, a arrear ganado, a hacer cercos
y caminos. Poco se menciona a la mujer colona, a la pionera, aunque
con los años han ido ganando reconocimiento, pero no en la medida
que se debiera.

Varias llegaron a principios de siglo también, antes quizás; quizás no


querían venir, quizás soñaron con otro escenario, quizás lloraron,
quizás…

Pero si hubo y hay una mujer en el mundo en la que se unieron


conceptos, verbos, calificativos, cualidades y virtudes, ésa fue, es y
será siempre la Mujer del Baker, la pionera en el sector de este
majestuoso e imponente río, la que se adentró en un paraje sin saber
qué iba a encontrar.

No hay sentimiento humano que no haya conocido la mujer del Baker:


OLVIDADAS

amor, cariño, bondad, humildad; supo de penas y alegrías; conoció el


Nosotr@s en la Palabra

dolor, el perdón, el olvido, el sacrificio, la abundancia y la escasez; la


entrega en lo físico y en lo emocional; amó y acompañó a su hombre
sin preguntar, sin rezongar, crió y guió a sus hijos con valores, con unión
y fortaleza; fue noble en el más amplio sentido de la palabra.

Creó un mundo propio, donde unió todos estos conceptos y se los


entregó a sus hijos; amó una tierra tantas veces ingrata con ella; esta
naturaleza que le prodigó tanto, pero que más de alguna vez le
arrebató la vida de un ser querido y le presentó a la muerte que hizo
estragos en su alma. Pero traía con ella el coraje, o lo adoptó acá,
trajo la fuerza y encaró la vida, porque había que seguir, porque había
más hijos, porque quedaba vida.

Que difícil nos resulta hoy, en pleno siglo XXI, imaginarnos siquiera
cómo fue la vida de la mujer pionera, la colona, ésa que llegó a
principios de 1900, niña aún, y que hubo de acostumbrarse a la
soledad, al frio, ése que en los inviernos patagónicos penetra hasta
congelar el alma; que hubo de acostumbrarse al trabajo duro a la par
con su hombre, a pasar en un rancho de “canogas” los inviernos que
se hacían muchas veces eternos; hubo de acostumbrarse a una
naturaleza generosa, pero muchas veces implacable, ríos caudalosos

10
De Cultura
y Tradición...
que a muchas les arrebató a más de un ser amado.

Mujer del Baker, mujer fuerte, sufrida, de carácter recio, cuantas veces
habrá querido huir, dejar todo atrás y buscar nuevos destinos. Pero
ya se había hecho patagona, se había hecho Mujer del Baker… ¡Gran
Mujer del Baker!

A cuántas de esas conocemos, de las que dejaron todo a cambio de


poco, de las que se entregaron a esta Patagonia indómita, agreste, y
le voltearon la mano para sacar a su favor lo que necesitaron para
sobrevivir y criar a sus hijos. De las que se quedaron para vivir la
grandeza, la satisfacción de ver crecer lo sembrado junto a los suyos;
para cambiar sufrimiento por amor; gozaron de las cosas simples,
fueron finalmente felices con poco y nos dejaron tanto. Sin saberlo, sin
proponérselo y sin que se les pidiera, se convirtieron en custodias de los
más inaccesibles parajes de nuestra patria.

Nos resulta difícil imaginarnos la vida de la mujer pionera, quizá por eso
hemos olvidado escribir sus nombres en los libros de historia, hemos
olvidado sus rostros, hemos olvidado o no mencionamos su aporte,
hemos ignorado su grandeza y empequeñecido su sacrificio.
OLVIDADAS

Hemos olvidado a Alba Cruces, a quien el Baker le arrebató a su


Nosotr@s en la Palabra

esposo y luego a su hijo en tareas cotidianas y hubo de guardarse su


dolor y seguir como si nada. No mencionamos a Melania Arratia que
así como los parió, así vio partir a varios de sus hijos sin entender por
qué la vida la castigaba. No recordamos a doña Mena
(Nepomucena Fuentes) que con tantos oficios aprendidos crió a sus
hijos y trajo al mundo hijos ajenos, porque además era partera
requerida. Olvidamos a la Pancha (Francisca Cheuquemán) que
algunas veces el rio y otras las enfermedades, desconocidas para ella,
le partieron el alma en mil pedazos. Nunca decimos que Natalia
Paredes, Elba Castro enseñaron a los jóvenes las primeras letras en el
libro El Ojo y que Nolfa Gallardo y Olga Oyarzún son nombres
importantes al hablar de apoyo en la educación.

Busquemos la forma para que estos nombres queden en nuestra


memoria, porque éstos y muchos otros como Amelia Elorriaga,
Graciela Fuentes, Inés Ponce de León, Ramona Jara, Herminda
Bacuñan, Margarita Romero, Brunilda Gallardo, Doralisa Urrutia, Ida
Parada, Eufemia Coñuecar, María Velásquez, Mercedes Parada, y mu-
chas otras, fueron importantes, fundamentales al momento de escribir-
se la historia de la colonización del Báker y la formación del Pueblo
Nuevo.

11
De Cultura
y Tradición...
Revivamos sus nombres, para que donde quiera que estén, sepan que
tanto sacrificio no fue en vano, y que a pesar de haberse ido, siguen
viviendo en su descendencia y en la memoria de quienes sí reconocen
lo que ellas significan.

Hagamos que el mundo conozca a estas GRANDES PIONERAS DEL


BAKER… olvidadas.
OLVIDADAS
Nosotr@s en la Palabra

12
De Cultura
y Tradición... OLVIDADAS
Nosotr@s en la Palabra

LUCIA MAGDALENA CARO CHEUQUEMAN


Cochrane

Nacida y criada en Cochrane, hija, nieta y bisnieta de


pioneros. Descendiente de grandes mujeres del Baker
(Olvidadas). Dueña de casa, amante de las letras, de mi
cultura, pero sobre todo de la historia local.
Creadora de la página de facebook Repuntando Raí-
ces, pagina para rescatar nuestra historia desde el pun-
to de vista humano y emocional.

13
EL LEGADO DE NUESTROS ABUELOS

14
De Cultura
y Tradición...
Hablar de cultura y tradición, es reconocer el legado, una herencia de
nuestros abuelos y bisabuelos - aquellos Pioneros - primeros pobladores
de este territorio... un legado material e inmaterial que puedes ver y
sentir, que se mantiene en algunos rincones de esta Patagonia, que
aún está... y viaja… en las melodías de guitarras y acordeón, en los tra-
bajos de campo, en las formas de vestir, en fiestas, encuentros costum-
bristas… en ser y vivir en comunidad.

Hablar de Tradición y Cultura nos llena de orgullo por esa herencia,


que nos lleva al ayer a encontrarnos con esa esencia de hombre y mu-
jer…

Es territorio y lugar, donde el paso del tiempo no se ha llevado las cos-


EL LEGADO DE NUESTROS ABUELOS

tumbres que identifican a mi pueblo… donde se ve al gaucho arrean-


do una tropa por la carretera, trayendo a la memoria aquellos viejos
troperos - como lo fue mi padre - donde en más de una cocina se dis-
fruta de un puchero… del aroma del chascudo - tan usado antigua-
mente - dónde hoy también en más de una huerta están los yuyos -
para sanar, como antes - donde queda la solidaridad de ayudarnos
entre vecinos - como antaño.

La vida y años pasan, y nuestra cultura lucha por mantenerse viva ante
este majestuoso Cerro Castillo - testigo silencioso del ayer - lucha por
Nosotr@s en la Palabra

no perderse entre los recuerdos de algún anciano, como algunas me-


lodía de bailes - paso dobles, milongas, polcas - hoy ausentes en las
fiestas.

Tradición y Cultura de un Pueblo son características que nos hace úni-


cos - como territorio - porqué la modernidad abre puertas, trae cos-
tumbres y lleva las nuestras.

Nuestra cultura es el legado - tesoro más valioso - y está también ahí…


En el silencio de la huella…

En aquel rio correntoso, que cruzaron desafiantes - hombres mujeres y


niños - buscando un mejor lugar para vivir…

En el silbido del viento que grabó esa rancherita, que silbó algún Pai-
sano… abriendo tranqueras… en ese interminable andar trayendo sue-
ños en chiguas - hoy perdidas…

En el cojinillo que guardó las penas - y sufrimiento - en el descanso de


esa gente que se asentó en estos valles… cerros… y que levantaron sus

15
De Cultura
y Tradición...
puestos y nos dejaron esta tan particular tradición, mezcla de ese an-
dar…

Hoy aún nos queda algo, esperamos se pueda mantener y no se pier-


da en el olvido - como lo fue nuestra cultura Mapuche, también de los
que llegaron primero a este lugar.
Saber quiénes somos, tener un ayer una historia, saber y valorar nuestra
identidad nos hace hoy ser únicos.

Mis respeto a esas mujeres hombres y niños, que lucharon con esta na-
turaleza para darnos este lugar hoy, a las parteras, yuyeras, troperos,
mercachifles, bisabuelos que llegaron en 1927.
EL LEGADO DE NUESTROS ABUELOS

A todos quienes soñaron ayer, con un mejor mañana y nos dejaron es-
ta cultura y tradición.

A mi Padre - que nos dio este valor - Eraclio Valencia...


Nosotr@s en la Palabra

16
De Cultura
y Tradición...
EL LEGADO DE NUESTROS ABUELOS
Nosotr@s en la Palabra

MARCIA ALVAREZ VALENCIA


Villa Cerro Castillo

Nacida y criada en Villa Cerro Castillo… de acá


siempre hemos sido.
Soy mujer Mapuche, dueña de casa, tengo un
pequeño minimarket Mateamargo, dirigenta de
organizaciones como Comité de vivienda Villa
Nueva y Asociación Indígena Newen Mapu .

17
CULTURA JOVEN

18
De Cultura
y Tradición...
La región de Aysén y toda la zona llamada Patagonia chilena, es
conocida a lo largo de chile, por su fuerte y diferente cultura y
tradición.

Cada vez que podemos hablar de nuestra tierra hacemos alusión a lo


que nos identifica, y con ello recordamos: el poblamiento de nuestros
pioneros y su travesía para lograr hacer de un campo virgen - y en
algunos lugares “mal ocupados” por personas que no habían puesto
un pie en ellos - su lugar.

Es muy importante tener memoria y conocimiento de lo que costó


lograr que se herede la cultura, que hoy por hoy nos identifica y a la
mayoría nos enorgullece pertenecer y nutrirnos de ella.

En lo personal tengo aún la suerte y dicha de contar con un “libro” de


páginas viejas pero muy claras, tiene más de cien años y a diario leo
CULTURA JOVEN

en sus hojas arrugas pero aún vigentes y lúcidas. Con él, he


aprendido que el amor por la tierra a la que pertenezco es más
grande de lo que pienso, cada vez que se pone a prueba el
sentimiento profundo por mi suelo. Todas las historias que tiene
plasmadas tienen una enseñanza para mí, que es difícil verla en el
momento, pero a lo largo de mi vida he podido comprobar que me
Nosotr@s en la Palabra

han servido mucho.

En este libro y en muchos otros he leído una página “sin terminar”, que
sólo tiene un par de líneas en el comienzo, algunas se logran ver con
tristeza, otras con preocupación y hasta con mucha nostalgia, dicen:
“ya no se pilla gente joven”.

Gente joven si las hay, pero poca para lo que se enuncia en estas
páginas de los libros antiguos: “juventud que conserve y cultive lo
nuestro”: la música, los bailes, los diferentes oficios del campo, las
comidas, todo lo que encierra el corral de la tradición, los valores y el
respeto por la tierra que nos cobija.

Se ha crecido mucho en la identidad - me atrevo a decir que nos


admiran y que hemos logrado algo de respeto - Pero también se ha
perdido memoria, creyendo que con vestir y decir que somos gauchos,
que se tocan rancheras, valses, milongas o se dice algún verso, se
planta un asado, se toma un mate o simplemente se usa una boina, se
cultiva la cultura y tradición.

19
De Cultura
y Tradición...
En parte sirve de mucho, pero a veces nos hace retroceder, ya que
todo tiene un significado y una historia detrás que debemos conocer
para que perdure en el tiempo.

Por eso aprovecho el libro - todos tenemos uno y debemos leerlo -


para que el día de mañana esas historias y vivencias puedan leerlas
otros cuando la tapa se cierre en su página final y se abra la de uno
nuevo, pero con planas llenas de saberes y testimonios de nuestro
suelo.
CULTURA JOVEN
Nosotr@s en la Palabra

20
De Cultura
y Tradición...
CULTURA JOVEN
Nosotr@s en la Palabra

IGNACIO EVARISTO ARIAS PERALTA


Villa La Tapera

Me siento feliz y contento de poder


representar en mi canto y mi voz, muchas
cosas del pasado y muchas que pasan ahora
en el presente.
Yo soy cantor.
Claramente mi propósito es defender a la
gente, lo nuestro, la cultura, las tradiciones… y
eso quizás algún día me convierta en payador.

21
LA COPA DEL ARBOL

22
De Cultura
y Tradición... Hablar de la cultura y tradición de nuestra región de Aysén me obliga
a imaginar la incansable y admirada lucha que emprendieron los
pioneros y pioneras, buscando un nuevo y mejor destino, territorio y
calidad de vida que el centro sur de Chile no les brindaba en ese
entonces, imaginar como el paso de los años les llevó a un territorio
desconocido y por otro lado, quienes desde la Isla de Chiloé llegaron
por razones similares pero embarcados en buques a vapor con el
sueño de “progresar” y llevar de mejor forma el mal pasar de las
familias.

Lo imagino porque nací el año 2000 y todo lo que podría reflexionar en


cuanto al poblamiento espontáneo de la región de Aysén lo leí o lo
escuché en boca de mis abuelos Juan Alexide Soto de la Cruz y
Domingo Cruces Sanhueza Q.E.P.D y mi bisabuela, Lelia de la Cruz San
Martín, que actualmente tiene 99 años, nacida el año 1921 en
Tucapel, hija de Aurelia San Martin y Arístides de la Cruz.
LA COPA DEL ARBOL

Según ella cuenta, llegó a Coyhaique el año 1924 junto a su abuelo


Pedro San Martín quien compró un campo en Lago Polux. El año 1950
se casó con mi bisabuelo Juan Atilo Soto, oriundo de Coyhaique, con
quien tuvo seis hijos. Años más tarde, se forma el asentamiento Valle
Nosotr@s en la Palabra

Chacabuco, donde posteriormente llegan como asentados.

Entre sus tantos relatos y vivencias de la época, recuerda cuando los


fueron a buscar a Lago Polux en un camión para asentarse en el Valle
Chacabuco, en el mes de mayo y después de haber llevado sus cosas,
volvieron con mi bisabuelo a Coyhaique a buscar los caballos,
atravesaron la cordillera con la nieve hasta la montura, sin embargo,
en un momento decidieron volver, ya que el rastro de los caballos se
borraba por la nevazón. Cuenta que llegaron donde un hombre
apellido Hermosilla para alojarse y posteriormente los endilgara, puesto
que conocía “las pasadas” al transitar frecuentemente esos caminos
con tropas desde el Valle Chacabuco a Coyhaique.

Decidieron cruzar la cordillera llegando hasta un Arroyito, lugar donde


pudieron acampar, así lograron cruzar hacia Coyhaique y
posteriormente llevar sus caballos hasta el asentamiento Valle
Chacabuco junto con varias historias y vivencias que relata. Después
ya conocía mejor la zona e iba sola a caballo con mas de un pilchero
a comprar los víveres a Argentina, vivieron aproximadamente diez
años en Valle Chacabuco y después arrendaron un campo en Tres

23
De Cultura
y Tradición...
Lagos - mi bisabuelo Atilo se quedo en San Lorenzo - de esa forma
tenían veranada e invernada, trasladando los animales cada verano
de un campo a otro - esto - hasta que mi bisabuelo Atilo decide irse a
vivir a Coyhaique por problemas al corazón, donde muere años
después.

Quise conmemorar esas historias—que he escuchado y leído - con el


fin de rememorar todo el esfuerzo - como mi bisabuela y su
compañero - de muchos pioneros y pioneras que se jugaron el cuero
para poder surgir y tener un hogar a pesar de las adversidades de
una naturaleza imponente como la de nuestra región, es por eso
que también desde mi punto de vista ha existido un respeto ancestral
por nuestra tierra, una forma de progresar que fue autosustentable, un
“sistema económico” circular, en fin, nos dejaron una forma de vida
de la cual tenemos mucho que aprender en la actualidad.

Son en estas mismas vivencias de antaño donde se comienza a


LA COPA DEL ARBOL

adoptar nuestra tradición, nuestra música, nuestra forma de hablar y


de vestir, nuestra cultura (cultivo de la mente) y aunque en la
actualidad se siga poniendo en duda, soy un convencido de que
nuestra región tiene una identidad territorial y cultural con ciento
cincuenta años de historia y es el Gaucho/a Chileno/a un personaje al
cual le debemos gran parte de lo que hoy es la región de Aysén y la
Nosotr@s en la Palabra

soberanía del país.

Existieron y existen personas que dedicaron gran parte de su vida a la


investigación, demostrando como sucedió lo que hoy día conocemos,
son quienes han demostrado con claros argumentos el por qué se
cultiva el vals, la ranchera, el chamame, el paso doble y la milonga,
grandes personajes que son la inspiración de nosotros, los jóvenes que
nos sentimos atraídos por la historia y las raíces de nuestra región,
Trovero Sur - Don Miguel Peña y su familia, el maestro Don Segundo
Oria, el Conjunto Mate Amargo, entre otros que sin duda son
referentes en cuanto al cultivo e investigación de nuestra cultura y nos
han marcado un importante camino, desde tiempos donde nuestras
tradiciones era aún menos aceptadas por nuestro lejano país.

Personalmente, con mi corta edad, siento un profundo deseo de ser


parte de una generación que asuma la responsabilidad de no dejar
que se marchite la flor que sembraron los pioneros, y que defendieron
y regaron nuestros abuelos y abuelas, seguir rescatando los valores del
Gaucho, el campesino de esta parte del mundo que conocí en
personas como mi Tata, una persona sencilla, servicial, con una
palabra inquebrantable, un gran amor por la tierra y sobre todo,

24
De Cultura
y Tradición...
una persona baqueana, en toda tarea rural donde tocara desempe-
ñarse.

Desde mi punto de vista, tenemos mucho que rescatar y aprender de


este tipo de gente - hablando desde mi posición generacional.

No creo que exista mejor monumento y reconocimiento hacia nuestra


cultura y tradición, que direccionar nuestro territorio hacia un creci-
miento sustentable tanto en tradiciones, cultura, como en economía,
que el esfuerzo de nuestros antepasados no sea en vano, está en nues-
tras manos seguir escribiendo la historia, y siento el deber de hacerlo
por el mismo camino que ya está trazado, de otra forma (desde mi
apreciación personal) estaríamos cayendo en una contradicción con
nuestra historia y origen.

No seamos la copa del árbol que se olvida de su raíz por enamorarse


de las nubes.
LA COPA DEL ARBOL
Nosotr@s en la Palabra

25
De Cultura
y Tradición... LA COPA DEL ARBOL
Nosotr@s en la Palabra

LUCIANO IGNACIO AUAD SOTO


Villa O’Higgins

Oriundo de Villa, a los 15 comienzo a crear mis


primeras canciones, a improvisar en décimas,
hoy... ya con tres discos y varios Encuentros de
Payadores en el cuerpo.

Desde 2019 radicado en la V región, estudiando


y trabajando en mi proyecto Cantautor,
destacando el contenido musical de raíz y esa
conexión musical y espiritual con mi tierra que
no desaparece.

26
DEL CHALÍA AL IBAÑEZ

27
De Cultura
y Tradición...
Soy José Evaristo Alarcón Belmar - tengo 88 años - nací en el sector
Chalía - Argentina, llegamos a Chile - hasta la Estancia el Monte Solo -
en el año 1941 en una Chata carguera junto a mis padres y cinco her-
manos, ahí se vendió la Chata (carro) con dieciocho caballos y
entramos por Balmaceda… en esos tiempos no había frontera ni
gendarmería, se podía pasar de caballo, con pilcheros y tropillas de
arreo. El mismo año llegamos a lo que ahora es la Comuna de Río
Ibáñez, específicamente al Sector Laparent.

La Chata era un carro con cuatro ruedas, dos ruedas grandes atrás de
dos metros aproximados de altura y dos ruedas chicas de un metro
treinta adelante y un pescante (asiento) del chatero, quien era la
persona que maniobraba las riendas de los animales que tiraban el
carro.
DEL CHALIA AL IBANEZ

En el año 1945 se hizo un catastro de la gente que vivía en el sector y


dieron permiso de ocupación en tierra fiscal por un año, ahí viví hasta
el año 1960, y me radiqué en Puerto Ingeniero Ibáñez en el año 1971.

Durante mi juventud viví una etapa libre y desordenada, después me


casé con Guillermina Sandoval Cea, construimos un hogar con mucho
sacrificio y esfuerzo, tuvimos seis hijos, uno fallecido y juntos hemos
cumplido cincuenta y seis años de matrimonio.
Nosotr@s en la Palabra

Entre los años 1963 y 1974 me dediqué al Comercio Ambulante el cual


me permitía desplazarme por toda la comuna, con la ayuda de
préstamos que me hacían los comerciantes como Don Antonio Varona
(La Castellana) en Coyhaique, vendía zapatos, camisas, paletos,
chalecos, ropa interior para damas - la cuál era muy escasa -, género,
etc. Y Don Elías Muños me proveía de abarrotes, en Puerto Ibáñez. La
gente prefería mis productos ya que vendía a muy buenos precios y
aceptaba el trueque, como animales, cueros, lana a cambio de
mercadería.

Ocupé cargos de Dirigente Social ayudando a pequeños Agricultores


y ganaderos - por los años 1980 hasta 2015 - realizando mejoramientos
de riego, programas de desarrollo agropecuario, comercialización de
productos agrícolas en general, entre otros.

Y mi profesión que es Soguero, para no perder la tradición y enseñar a


los más jóvenes a desarrollar el proceso completo de la elaboración
de riendas, lazos, bozales, cabrestos, pretales, maneas, rebenques,
chicoteras, guachas, tamangos, (la cual se está perdiendo).

28
De Cultura
y Tradición... También me destaco en la música tradicional tocando en mi guitarra
el típico vals, las milongas, rancheras y los estilos que hoy están un
poco perdidos. Cuando toco mi guitarra me inspiro en el encordado y
se me viene a la mente muchas cosas del pasado.

Homenaje a los Tamangos

Yo tengo un par de tamangos,


Que todavía los conservo,
Los tengo como recuerdo
De cuando era muchachito,
Me los hizo mi abuelita,
De garrones de un ternero,
Yo los conservo y los quiero,
Los manejo colgaditos.
DEL CHALIA AL IBANEZ

Cuando veo mis tamanguitos


Me acuerdo de mi abuelita,
Eso fue… en esos tiempos
Del año cuarenta y tanto,
Cuando pa’ nadie era espanto
Andar todos embarrados
Y bien enroderillados
Nosotr@s en la Palabra

Para proteger el cuero


Y con un par de pilcheros
Rumbiando para Coyhaique.

He visto cómo ha ido cambiando todo, se ha perdido la cultura de los


que llegaron primero, las carretas, los corrales hechos de palo rodado,
de estaca cruzada, los troperos, los arrieros y sus animales, los hombres
acampados a la orilla del camino; También el trabajo de campo
como las señaladas, las marcaciones, las castraciones, el amanse de
los potros. Todas estas actividades han quedado en el olvido, Ahora le
llaman Cultura antes era tradición campera o patagónica.

Reconozco que el camino de la vida es la mejor escuela para evaluar


y meditar.

29
De Cultura
y Tradición... DEL CHALIA AL IBANEZ
Nosotr@s en la Palabra

JOSE EVARISTO ALARCON BELMAR


Puerto Ibañez

Esposo, padre, abuelo, siempre activo al


servicio de quien lo necesite.
Con tantos años, como experiencias
vividas, historias que han dejado sus
huellas.
Orgulloso criollo patagón con su corazón
dividido entre su natal Chalía y su querido
Río Ibañez.

30
LAS FIESTAS DE ANTES

31
De Cultura
Nací en Valle Simpson en 1942, me crie entre Lago Paloma - o el Paloma
y Tradición... nomás como le decíamos - y en Valle Simpson, donde vivía mi abuelita
Amalia.

Si hablamos de fiesta hablamos de la’cordión, que yo la escuchaba siem-


pre porque mi papá (Antonio Galindo) tenía cordión en la casa; él las
veces que llegaba del aserradero en la tarde traía la diversión que era
tocar la’cordión.

Me acuerdo que éramos chicos - yo tenía como seis años - vivíamos en el


Paloma y el aserradero estaba en Alta Sierra, en el camino a Santa Elena,
donde don José Baeza y después donde don Roberto Montenegro. Era
lejos, se iba de a caballo una vez a la semana, se iba los domingos en la
tarde y se volvía el viernes en la tarde. Mi Papá era Palanquero y era el
dueño del motor - o sea del aserradero más bien dicho - y cuando
llegaba tocaba la’cordión, tenía… la última que me acuerdo era una
cordión a piano - que después se la vendió a Pupo (hermano mayor) - Mi
papá era zurdo, pero tocaba normal como los demás y tenía su estilo,
LAS FIESTAS DE ANTES

después yo le conocí unas acordiones que se habían corta’o - esas eran


verduleras igual - me acuerdo una negra con dora’ito (Hohner Viena).

Las fiestas donde mi abuelo eran las que yo más me acuerdo, eran las
fiestas donde estábamos nosotros - ahí habían varios acordeonistas - Eran
las fiestas “de las Troncoso”, nosotros éramos en esos años como 40 nietos
siquiera, se llenaba la casa de familia. Algunos como estaban cerca se
Nosotr@s en la Palabra

iban pa’ sus casas, los iban a dejar (a los niños) y ahí volvían a la fiestoca
(los padres).

Las señala’s donde mi abuelito eran como de dos días, y los cumpleaños
de mi abuela - que eran los siete de julio y era aniversario de matrimonio
de ellos - duraba hasta que se terminaba la vaquilla. Pavos, chanchos,
de todo carneaba, era una tremenda fiesta y harta gente. Allí se
encontraban los amigos: Don Manuel Valdés, don Armando Rojas, mi tía
Aurora, todos los parientes casi eran los que iban a las fiestas. Nosotros los
niños íbamos a mirar la baila’ura, nos gustaba imitar, cuando nos
gustaban algunos bailarines, o había alguno demasiado esagera’o,
nosotros cuando quedábamos solos y mi papá tocaba la cordión,
empezábamos a imitarle: al julano, al otro, ¡a todos le sacábamos molde!
y así era la aprendi’ura, copiando.

Cuando uno ya empezó a crecer, 10 ó 12 años, mi abuelito - que era


bajito y le gustaba bailar - bailaba con uno y mi papá también - para
enseñarnos sería - Cuando tenía 15 o 16 años ya empecé a bailar con los
grandes - en las fiestas donde mi abuelito si’p - en las fiestas familiares, ahí
porque eran casi todos familias.

Fui una vez a la cancha Las Canogas a conocerla - ahí tendría unos 14
años, 15 años - fui con mi abuelita Amalia, fuimos todos a unas carreras y

32
De Cultura
y Tradición... ahí después hicieron rama’s y bailaban - pero ahí nosotros no nos
metíamos al baile.

Ahí hacían hartas rama’s, harta gente se juntaba de acá de Coyhaique,


los que podían ir arriba de los camiones y otros de a caballo, ahí estaban
los barones llenos. Mi abuelita por ejemplo venía en carrito de caballo,
ella tenía un carro de caballo en esos años ya - cuando nosotros éramos
chicos ella andaba de a caballo, pero después ya era mejor el carro - así
que mi tío Valdo era el chofer, así que él era cordeonista, tocaba
la’cordión, pero después iba a dejar a mi abuela a la casa, si la fiesta era
buena, ahí el volvía de a caballo.

Donde mi tía Emelina igual hacían fiestas - ahí ya era más grande uno, y
ya se metía a la fiesta - bailábamos con los primos, eran casi puros
parientes, ahí tocaba siempre: mi papá, mi tío Valdo, Pablo Millar, el Rolo
LAS FIESTAS DE ANTES

Rojas, Víctor Aguilar, habían varios más que tocaban, pero los más
constantes eran mi papá y Pablo Millar, que tocaban de todo.

Lo que más se celebraba eran los cumpleaños y los San Juanes, en todas
las casas casi había un Juan; Empezaban por un Antonio, un San Luis, un
San Juan, un San Guillermo, Junio sobre to’o, ese era el mes de las fiestas.
Nosotr@s en la Palabra

Ahí andaban todos de a caballo - y en invierno las noches estrella’s y más


largas, los pobres caballos solían estar arrolla’itos - en todas partes había
un Varón, así que todos ata’itos ahí en el varón y la gente ahí toda
divirtiéndose.

Los viejos en las celebraciones casi to’os andaban de trajecito, todos con
terno y con chaleco, eran todos bien vestidos. La gente joven casi
to’os usaban bombachas y paletó también, y otros con la corralera - que
le decían a la campera - Además usaban boina y sombrero - el sombrero
de ala mediana, como llovía le hacían atrás así envueltito y adelante la
punta pa’ que caiga el agua - Antes nadie usaba yoky, esas gorras con
visera nadie las usaba, la mayoría de los hombres grandes usaban
sombrero, porque yo me acuerdo mi tío Anibal, mi abuelo, mi papá, el
fina’o Vitoriano Vera, don Armando Rojas, don Manuel Valdés, don
Arturo Valdés… to’a esa gente usaban sombrero, y tenían sombrero pa’
la pega y pa’ la pinta. Toda la gente se vestía bien pa’l día que iban
a salir, pa’ la domingui’á y pa’l paseo - casi to’os con camisas blancas -
pero todos bien impecables, y la mayoría de los hombres ya más de eda’,
no usaban pañuelo al cuello, los jóvenes si’p.

33
De Cultura
y Tradición... Antes las mujeres se vestían todas con vestidos completo - con mangas -
todas con abrigo cuando salían ellas, con vestidos con cuellito o con
botones - los vestidos bien cerraditos y todos casi con manga larga - eran
de seda, tafetán que salió harto tiempo cuando salían los bodé plató, y
las mujeres todas se vestían bien, sus zapatos con medias - con medias
de seda - toda la gente se arreglaba bien, después en unos años salieron
los vestidos con flores - yo usé vestidos floreados - antes las personas
mayores usaban vestidos de un solo tono.

En esos años se bailaba vals, ranchera, pasodoble, las polcas, la mazurca


- que una vez yo la vi bailar a mi abuelita Amalia con mi Tío Aníbal - Los
mayores bailaban una que otra cueca - siempre había una o dos cuecas
que se bailaban - áhi cantaban las cantoras; Donde más bailaban
cuecas era en las rama’as porque había más espacio, las otras (fiestas)
eran casas más chicas, entonces pa’ que las parejas se lucieran, ahí
bailaban cuequitas (en las ramadas) y ahí estaban las cantoras, los
acordeonistas, y los otros que le tañaban la guitarra; y en las fiestas de
LAS FIESTAS DE ANTES

casa por ejemplo, cuando la música era mala, le daban con las tapas de
las ollas, con las cucharas pa’ que hagan ruido, así acompañaban y
todos tocaban como sea, pero todos se divertían.

Yo digo que haber nacido en esta época que nací me gusta, porque he
estado en la parte donde… - no se’p - no había… bueno, había hartas
cosas que aprender - es que uno sabia poco - pero igual vivía bien, pasar
Nosotr@s en la Palabra

desde que había que andar en carro o de a pie hasta ahora la moderni-
zación, eh… entonces yo pienso que la época que yo nací eh… yo estoy
conforme, porque no saber cómo se subía a un vehículo y como
andaban esos vehículos, hasta ahora…

Yo veo que ahora sí, la gente está bailando los ritmos de antes, porque un
tiempo - de los 60’ en adelante por decir - estaban con las cumbias, con
esas músicas que tocaban que a uno no le agradaba, el rocanrol, esas
cosas yo nunca las aprendí a bailar, era otra gente que tocaba eso;
Después en los 60’ en adelante éramos bien mal mira’os los patagones
igual - la gente que éramos de campo - porque los del pueblo, la gente
que llegaba de la ciudad y que iba a los campos, siempre criticaban
hasta la forma de hablar que teníamos, nos miraban siempre en menos,
como nos vestíamos, no sabíamos vestir, no sabíamos hablar…

Creo que hay que mantener los bailes y las costumbres como los de
antes, porque era todo con respeto, eran bailes bonitos donde todos se
divertían y eran respetuosos.

34
De Cultura
y Tradición... LAS FIESTAS DE ANTES
Nosotr@s en la Palabra

AMELIA GALINDO TRONCOSO


Valle Simpson

Nací en Valle Simpson en diciembre del 42, hija


de Albertina (Berta) Troncoso y Antonio Galindo,
tuve seis hijos, soy costurera. Me crié en el campo
y soy amante y defensora de mis tradiciones,
quiero que sigan manteniéndose. Estuve en
Pionero y Pobladores para enseñar lo poco que se
y tuve la oportunidad de viajar a San Bernardo dos
veces. Me siento orgullosa de aportar a que no se
pierdan nuestras costumbres. Gracias por esta
oportunidad de entregar mi testimonio.

35
MI ESCUELA EN EL ‘60

36
De Cultura
En esta cuarentena que para algunos ha ocasionado problemas,
y Tradición... aburrimiento, etc.. para mí y mi grupo familiar nos ha servido para
hacer actividades y terminar trabajos inconclusos; pero en especial
para conversar y compartir historias y vivencias, una que viene a mi
memoria es cuando iba a la escuela en la década del 60.

En el campo el año escolar se extendía de septiembre a mayo, el cual


finalizaba con un examen individual a cada alumno, en el que se
incluía todo lo aprendido en la temporada, esto causaba gran
inquietud ya que el certificado se entregaba dentro de los próximos
días, y recién se sabía si era promovido o repitente.

Las matrículas eran en septiembre el mismo día que cada uno empe-
zaba asistir a clases, no se exigía certificado de nacimiento, solo los
datos que los padres aportaban, muchas veces erróneos.

En algunas salas podía haber hasta tres cursos, por ejemplo: 4°,5°,6°y
MI ESCUELA EN EL ‘60

un solo profesor para todos los ramos y todos los cursos, para lo cual
mientras a uno o dos cursos le pasaba materia distinta en el pizarrón
que siempre estaba dividido en dos o tres espacios según los cursos
existentes en la sala, el otro curso repasaba la materia o estaba en una
prueba, que si llevaba nota pero esta no iba a ningún libro cómo
ahora, ya que no existía libro de clases. El horario escolar era de nueve
de la mañana a cuatro o cinco de la tarde, con sus respectivos y
Nosotr@s en la Palabra

ansiados recreos y su horario de almuerzo.

En cuanto a la alimentación, anteriormente cada uno llevaba su


propio almuerzo, que por lo general era pan y leche de vaca, los más
astutos - por decirlo así - aprovechaban para quitarle su colación a los
más débiles, quienes deberían pasar sin comer hasta llegar a casa,
cómo el caso de mi padre y varios más. En mi época entre los padres
se le cancelaba a una señora que viviera cerca a la escuela, para que
haga el almuerzo para todos, este se hacía con aportes de cada uno,
para lo cual existía una lista donde cada uno sabía que le
correspondía traer al día siguiente, esto consistía en: carne, papas,
fideos, arroz; el problema era cuando el niño que le tocaba llevar
algún alimento no asistía, la pobre cocinera debía arreglárselas como
podía.

A la escuela se asistía a pie y en el mejor de los casos a caballo, dada


a las grandes distancias - como en mi caso era una hora o más
cruzando campos y nueve tranquera muy pesadas algunas - a esto se
le sumaba la gran cantidad de nieve que caía, porque en esos años la
primavera y el otoño eran crudos, eso simplemente no me permita
abrir las tranqueras y debía devolverme a casa y faltar a clases en más

37
De Cultura
y Tradición...
de una ocasión; los profesores entendían porque a ellos también les
costaba llegar.

El recinto de la escuela tenía un cerco de ruma de palos, que ya


estaban podridos, en el cual amarrábamos los caballos, no se
contaba con ningún refugio para guardar las monturas o mantas, las
que se acomodan bajo los palos del cerco colocando la manta sobre
la montura, luego el cojinillo al revés y se tapaba con la pelera; el
problema era cuando llovía con viento y se desparramaba todo,
había que montarse en lo mojado y colocarse la manta, aún peor, a
esto se le sumaba que el caballo con frío, lluvia y viento le cuesta
avanzar, y en vez de llegar pronto a casa se demoraba aún más.
Tanto para nosotros, como para nuestro padres, todo esto era normal
así se vivía en el campo, y para los escolares no existía bus de
acercamiento ni siquiera en la ciudad.
MI ESCUELA EN EL ‘60

La juventud no se puede imaginar cómo se podía vivir así, ahora


nuestros hijos y nietos cuentan con internados, un profesor por cada
asignatura, buses para su traslado, internet para conseguir la materia,
etc.

Esto me lleva a la conclusión que todo lo vivido en nuestra infancia y


juventud, nos dejó mucha fortaleza y conocimientos junto a las
Nosotr@s en la Palabra

enseñanzas de nuestros padres, hoy nos permite enfrentarnos a


cualquier desafío y así poder seguir conservando nuestra hermosa
tradición.

38
De Cultura
y Tradición... MI ESCUELA EN EL ‘60
Nosotr@s en la Palabra

ELDA CATALAN PEÑA


Ensenada Valle Simpson

Orgullosa de nuestra Cultura Tradicional.


Como mujer campesina, dedica eternamente
a sembrar en los terrenos del cariño, a cuidar
y criar ovejas, aves y nietos.
A veces… a veces también poeta.

39
MUSICOS DE ACORDEON Y GUITARRA

40
De Cultura
y Tradición...
Mi nombre es Evaristo Alarcón Sandoval, hijo de Jose Evaristo Alarcón
Belmar y Guillermina Sandoval Cea, de oficio artesano alfarero de
Puerto Ingeniero Ibañez y Cultor de la música regional patagónica.
En mis inicios comencé tocando la guitarra, luego - no hace muchos
años - me interesé en el acordeón verdulera. Puedo contarles que
mi inspirador como músico fue mi padre, que es soguero y guitarrero.

Quiero aprovechar esta instancia para hacer mención a quien


considero un gran músico de Río Ibañez, quien fue don Arnolfo Fuentes
Castillo, poblador de Puerto Ibáñez, él tocaba la verdulera.
MUSICOS DE ACORDEON Y GUITARRA

En muchas ocasiones me buscó para que lo acompañe con la guitarra


en distintas fiestas en donde a él, lo contrataban para que pudiera
amenizar. Cabe señalar, que en ese tiempo no se contaban con los
equipos de amplificación que existen ahora, por lo que era mas
sacrificado el trabajo de los músicos, puesto que en algunas ocasiones
las fiestas duraban 2 o 3 días, muchas veces terminé con los dedos de
la mano izquierda con heridas por las cuerdas y mi brazo derecho con
tendinitis, pero me compensaba la satisfacción de poder hacer lo que
más me gustaba, tocar la guitarra - en esos años - y acompañar a don
Arnolfo.
Nosotr@s en la Palabra

Con lo anterior puedo decir, que a mi parecer don Arnolfo era un


excelente músico, por que casi no repetía tema, además de tocar
piezas muy difíciles de sacar en la verdulera de 2 hileras. Ahora que
yo practico acordeón me doy cuenta de eso, por ejemplo la ranchera
de “rodeo chileno”, el vals “tu olvido” o “los rosales”, son temas muy
difíciles de ejecutar en el acordeón, ya que musicalmente, este
instrumento es muy básico.

Creo de mucha importancia el poder dejar registro de los músicos que


han sido nuestra inspiración, porque como don Arnolfo, hay muchas
más personas que quizá ya no se recuerdan. Por eso es que seguiré
con la música, rescatando las tradiciones de la Patagonia y lo más
importante y relevante, recordar a quienes fueron mis mentores en la
música.

41
De Cultura
y Tradición...
MUSICOS DE ACORDEON Y GUITARRA
Nosotr@s en la Palabra

EVARISTO ALARCON SANDOVAL


Puerto Ibañez

Artesano alfarero, maestro, guitarrero...


entre otros oficios y aficiones.
Siempre inquieto y activo.
Enamorado de las voces del acordeón…
Eterno aprendiz de nuestros ritmos y
melodías.

42
ACORDES DE RECUERDOS

43
De Cultura
y Tradición...
Hoy, el acorde de una melodía me transporta a mi niñez, cuando me
maravillaba con los relatos de vivencias de antaño, donde la música
era uno de los elementos que componían el día a día y donde a través
de una victrola, un instrumento musical, un tocadisco o posteriormente
una radio cassette, emergían diferentes melodías que hacían mover
con entusiasmo los pies siguiendo distintos compases.

¡¡¡Que feliz fui en el campo!!! … recuerdo que con mi hermano


jugábamos a repetir las historias que mi Tata o la Mami Bertita nos
habían contado el día anterior, donde algún jinete, apialador o
esquilador habían sido protagonistas.
ACORDES DE RECUERDOS

Actualmente estamos presos del internet, de nuevos avances


tecnológicos y una mejor conectividad, con ello también llegó el
olvido de entretenidos juegos y el término de muchas labores de
campo que por años fueron motivo de reunión y colaboración entre
vecinos y amigos, que terminaban con un gran asado y una
entretenida fiesta.
Nosotr@s en la Palabra

Vivimos en un tiempo donde se paga para que lleguen tractores,


maquinarias y camiones que se encargarán de cortar, enfardar y
guardar el pasto; Las hebras de pasto ya no se juntarán para formar
grandes cerros y regalarnos hermosas colchonetas que nos permitían
transformarnos en gimnastas, hoy se juntan aprisionados, enredados,
ocultos en vestimentas blancas o convertidos en cuadrados duros,
ásperos y que nos provocarán más de un rasmillón en los brazos, como
si pretendieran hacernos saber de su descontento. Los bueyes miran
de lejos, las horquillas quedaron arrumbadas en algún rincón del
galpón y la carreta quedó ahí… con sus varales al suelo, contando en
silencio el testimonio de la ayuda que brindó en el pasado.

La vida continúa avanzando y yo aún sigo seducido por los relatos de


mis abuelos que me permiten viajar al pasado, no tengo la vida
comprada, pero espero poder contar esos relatos y hacer soñar a otros
hermanos con ser un gran jinete, apialador y esquilador.

44
De Cultura
y Tradición... ACORDES DE RECUERDOS
Nosotr@s en la Palabra

IGNACIO QUINTUPURRAI CABEZAS


Coyhaique

Nieto y bisnieto de pioneros de la Región


de Aysén.
Músico, soñador y estudiante de la
Academia Nacional de Acordeón.

45
MI COMPAÑERA DE INFANCIA

46
De Cultura
y Tradición... Como no referirme en estas letras a mi compañera desde la infancia...
A la que llegó a mi vida por ir tras los pasos de mi padre.
A la que me apasiona.
A la que considero más que un objeto, más que un instrumento.
A la que logra transformar las notas que salen de esta alma patagona,
en melodías mensajeras, para todo aquel que las escuche.

Mi guitarra.

Desde pequeño pasaba mucho tiempo disfrutando este instrumento,


con facilidad lograba deslizar mis dedos por el diapasón, sacando
melodías que me enamoraban del arte de interpretar música con la
MI COMPANERA DE INFANCIA

guitarra; las personas de mi alrededor lo notaban, mi madre y por


supuesto mi papá - mi mayor referente – quien orgulloso hablaba con
los tíos músicos acerca de mi talento.

A los 7 años, un día - pero no como cualquier otro - ocurrió algo que
me marcó, una enseñanza valiosa llegó a mi vida y que, hasta el día
de hoy sigue repercutiendo en mi mente y en mi vida.

Ese día mis padres me llevaron a visitar a mi tío Miguel Peña (Trovero
Sur), a quien ya le habían contado de los dotes artísticos de su sobrino;
Nosotr@s en la Palabra

yo - sin saber este antecedente - no iba preparado para lo que esta


visita traería consigo.

Mi tío Miguel se dirige a mí, tratando de romper el hielo, seguido de


pedirme que me presente, me pregunta si me gustaba tocar guitarra,
tras mí afirmación, me alcanza su guitarra y me pide interpretar algo,
un poco nervioso toqué un punteo sobre la primera cuerda, que era lo
primero que se me vino a la mente. Levantó la mirada, me pide la
guitarra y propone aumentar la dificultad, ejecutar la misma melodía,
pero armonizada con una segunda voz - mostrándome cómo tenía
que hacerlo - ¡todo un reto para mí!

Me pasó la guitarra nuevamente, con movimientos torpes de mis


dedos - típico de un intérprete principiante - poco a poco pude ir
ejecutando parte de lo indicado.

Una vez más me pide la guitarra y ahora el reto era tocar primera y
tercera voz, recibo la guitarra - y con una impericia notoria - intento
aproximarme a la meta impuesta.

47
De Cultura
y Tradición... En aquel momento reconoció en mí el potencial y el gusto por este
arte, complementó la lección aconsejándome un poco de técnica
sobre cómo lograrlo, y me incentivó a seguir cultivando mi pasión por
la guitarra, siempre y cuando en un futuro mi propósito fuera cosechar,
diciéndome que “dependía de la práctica y la constancia que yo
tuviera”.

Esa pequeña conversación - que guardo como un tesoro en mis


memorias - me marcó tanto que con el transcurrir de los años - siendo
siempre autodidacta - me dediqué a escuchar músicos regionales
antiguos, a aprender sus canciones y a empaparme de la riqueza
cultural gauchesca - que no debemos dejar perder - dándole un valor
MI COMPANERA DE INFANCIA

agregado, dentro de mis capacidades. Inculcó en mí, la mentalidad


de enfrentar cualquier desafío en mi camino y sentirme capaz de
superar las metas que me haya fijado.

Lograr lo que he logrado - no ha sido una casualidad - todo deriva de


un proceso: de un inicio, de dar los primeros pasos y buscar ser mejor
cada día, superando las dificultades en el camino.

La tradición patagona y la cultura gauchesca chilena no merece ser


olvidada y ahora el turno es para las generaciones venideras.
Nosotr@s en la Palabra

48
De Cultura
y Tradición... MI COMPANERA DE INFANCIA
Nosotr@s en la Palabra

SEBASTIAN BARRA AGUILAR


Coyhaique

Crecí rodeado de melodías, he viajado por varia-


dos estilos musicales… desde muy joven. Hace
algunos años ya, creamos Cinchando pa’ no aflo-
jar y Código de Barra.
Siempre presente esa vertiente tradicional… y fa-
miliar… palpita en las venas, en el corazón, en el
gusto.
La música ha sido un camino… creo que no solo
es el desarrollo de un arte, sino una forma de co-
municarse, vincularse y muchas veces apoyar a
nuestra comunidad.

49
UNA MODESTA REFLEXION

50
De Cultura
y Tradición... Hoy, cuando ya he recorrido la mitad de una vida promedio, me
detengo a pensar - al igual que un jinete detiene su caballo al
contemplar un bello paisaje - ¿Qué he hecho con mi vida?... ¿Cuál es
el sentido de mi vida?...

¿Será al igual que la gran mayoría? – creo yo – buscar el dinero y que


con eso venga la felicidad...

¿Será acaso buscar lo tantos anhelan y que llaman fama?.. - ¡No!... eso
no, fama de qué... si soy un pobre diablo y creo seriamente que no
vale la pena.

Me imagino que debe ser como un montañista que tanto se esfuerza


por llegar a la cumbre, imaginándose un bello paisaje al otro lado…
UNA MODESTA REFLEXION

pero cuando llega, solo ve nubes y más montañas, silencio… soledad.

¡Qué tonterías estoy pensando! – me digo cuando me descubro en


esto, ¡Anda a trabajar mejor que lo de analizar o filosofar sobre la vida,
no se te da tan bien que digamos

Y de nuevo a la rutina diaria – trabajar, trabajar – pero para qué? - Me


pregunto – solo trabajar un mes para esperar un sueldo y comprar los
vicios para comer, pagar cuentas y…. ¿eso sería todo hasta el otro
Nosotr@s en la Palabra

mes?... ¡No!… No… que triste una vida así, aunque pienso que es la
vida de mucha gente, que al ser tan monótona, se acepta como una
vida normal…

- Un salto del tractor me saca de mis pensamientos y me vuelve a la


realidad - me olvido del tema por un buen tiempo.

Y sucede... - al igual que cuando se busca una herramienta cuando se


necesita y aparece cuando menos se espera – así paso con mis
interrogantes.

Volviendo al rancho, un día después de ir al forrajear las vacas, con


ganas de tomar mate con la vieja – el día estaba precioso – ya
llegando al rancho veo el caño humeando, una brisa suave me trae el
aroma de unas tortas fritas que mi vieja hace esperándome para ma-
tear.

Ya casi llegando, de pronto se abre la puerta y un cachorro de 2 años


y medio me sale al encuentro con los brazos abiertos y gritando
¡Papá! .. ¡Papá! – Y entendí – Me doy cuenta que ahí está mi respuesta.

51
De Cultura
y Tradición...
Esa sola acción – que parece tan insignificante – me llenó el pecho de
algo que no puedo describir; pongo mi rodilla en tierra para abrazar a
mi hijo - cierro los ojos y me digo - ¡Esto es!... Mi familia, mi propia fami-
lia.

No necesito nada más—¡soy feliz! - no estoy solo, tengo a mis hijos, ten-
go con quien compartir un mate, lo mejor que me ha pasado en la vi-
da y lo que le da sentido…

La familia…

¡Mí Familia!
UNA MODESTA REFLEXION
Nosotr@s en la Palabra

52
De Cultura
y Tradición... UNA MODESTA REFLEXION
Nosotr@s en la Palabra

JOSELITO SUDAN CATALAN


Coyhaique - Sector Río Claro

Orgulloso hombre de campo que gusta del


pensamiento y la reflexión, mientras trabaja o
cultiva las tradiciones; músico por afición,
componedor de temas y de acordeones.
En Rio Claro un día nací,
En Río Claro he de morir,
Igual que muchos de los pioneros
Que allá en el cielo han de estar feliz.

53
EL ROL DE LA MUJER
EN LA CULTURA REGIONAL

54
De Cultura
y Tradición... “Bajo la influencia de la historia y de la historia que hacen las letras, se
cobija y marcha la humanidad, aun cuando, muchas veces, no tenga-
mos cabal conciencia de ello”
Joaquín Cheuquemán Fuentes.

Es importante plasmar en tinta las historias, porque la memoria se


vuelve frágil cuando no hacemos el ejercicio de recordar y revivir
periódicamente las experiencias, costumbres y tradiciones. Muchas
veces esa historia resulta esquiva y lejana, hasta injusta, con quienes
entregaron su vida para colonizar y brindarnos el presente, y más aún
cuando esas personas eran mujeres como ocurre con la Mujer
Patagona, quien se muestra mayoritariamente silente, pero que supo
traspasar, mediante el ejemplo, toda su sabiduría: primero a sus hijos y
más tarde, a sus nietos. Esa mujer tal vez no tuvo la noción, en su
EL ROL DE LA MUJER EN LA CULTURA

tiempo, de lo que hacía, porque solo se adaptaba a su contexto in-


mediato, que era muy exigente por lo demás, como lo describe el si-
guiente poema del escritor Joaquín Cheuquemán.

MUJER

Aquí en mi tierra
Hubo una mujer
Nosotr@s en la Palabra

Que llegó desde lejos a lomo de caballo


REGIONAL

Con un crío en los brazos,


Que atravezó los cerros,
Que se lavó en las aguas cristalinas
De ríos y lagunas,
Que se abrió paso entre el monte
Con un machete en mano,
Que empuñó el arado
Al igual que su hombre,
Que ensilló un caballo,
Que arreó el ganado,
Que degolló una oveja…

Historias que responden a esta descripción hay muchas, esparcidas


por los distintos rincones de nuestra Patagonia y específicamente en la
zona del Baker. Porque la mujer ha tenido y tiene, un rol protagónico
y activo en el desarrollo de las comunidades, así como en el traspaso
de los saberes. Aunque a veces se le intentó relegar a lo doméstico,
su implicancia en los procesos fue mucho más valiosa, ya que junto
con ser madre y esposa abnegada, supo ser independiente para
sobrevivir al clima adverso y a las constantes pérdidas que debió

55
De Cultura
y Tradición...
sobrellevar. Además de ser portadora y dar a conocer el lenguaje a
sus hijos, les enseñó:

Sobre las tradiciones y costumbres - en aquellas eternas tardes de


invierno, del arduo trabajo - que parte muy temprano y se termina
cuando concluye la luz solar, les enseñó de identidad y pertenencia -
en los relatos de su lejano origen, de amor y respeto a la tierra -
mientras sembraban, Colaboración - cuando ordeñaban, trabajo en
equipo - mientras esquilaban, justicia - cuando se respetaban los límites
del campo sin alambre, etc…

Según el Oxford Languages and Google, cultura se define como:


EL ROL DE LA MUJER EN LA CULTURA

“Conjunto de conocimientos e ideas no especializados adquiridos


gracias al desarrollo de las facultades intelectuales, mediante la
lectura, el estudio y el trabajo”.

Si nos enfocamos en la figura y rol de la mujer patagona podemos


afirmar que la cultura primeramente se traspasó mediante el trabajo,
en cuanto al conocimiento que encerraba cada labor; el estudio y la
Nosotr@s en la Palabra

lectura es lo que les queda a las nuevas generaciones para conocer y


REGIONAL

revivir esos saberes, tan naturales en alguna época y tan efímeros en la


actualidad.

Actualmente vemos nuestra cultura y tradición, folclorizada en jóvenes


que poco o nada conocen de su historia, pero que se expresan con
una propiedad que anonada a quienes también desconocen de lo
que refieren; A ellos/as, es a quienes convoco a informarse, porque
aun estamos a tiempo de rescatar historias y más importante aún,
apropiarnos de ellas, valorando lo que se ha forjado y entregándole
a la mujer el sitial que le corresponde en la historia.

Porque no hubo tarea u oficio que la pudiera frenar…


Porque no podía depender de la presencia masculina…
Porque no solo se dedicó a las tareas socialmente asignadas a su
género…

56
De Cultura
y Tradición...
Se hace imperioso destacar el valor de la mujer, quizás hacerlo desde
una perspectiva de género, ya que si actualmente se nos restringe, la
historia no nos hace justicia, porque la oralidad y la historia nos
esconde, solo recuerda a los hombres.

Hubo una mujer


Que se hizo nieve,
Que se hizo sol:
Nieve para el dolor,
Sol para dar amor;
Una mujer
Que se hizo carne y mate
EL ROL DE LA MUJER EN LA CULTURA

Del alma de sus hijos,


Una mujer
Que se hizo Baker para todos,
La mujer pionera.
Una mujer que ahora
Con sus huesos y su carne
Sigue dando vida y abono a su tierra;
La mujer campesina,
De Aisén.
Nosotr@s en la Palabra

REGIONAL

- Mujer -
Libro “Aún es tiempo”, 1997

57
De Cultura
y Tradición... LA ABUELOS
CULTURA
ENINFANCIA
NUESTROS
Nosotr@s en la Palabra

REGIONAL
LA ESQUILA
DE LA EN MI
DEMUJER

NINFA LUNA ARRATIA


Cochrane
EL LEGADO

Nacida y criada en Cochrane, hija, nieta y bis-


nieta de pioneros. Descendiente de grandes
ROL

mujeres del Baker (Olvidadas).

Profesora, amante de las letras, de mi cultura,


EL

pero sobre todo del rescate de la historia local

58
SORORIDAD CRIOLLA

59
De Cultura
y Tradición... Sororidad criolla... ha existido siempre.

Que los tiempos cambian es algo que percibimos y comentamos día a


día, como una certeza que a veces nos hace sentir inseguridad de
dónde nos encontramos realmente y si lo que somos y lo que sabemos
sirve para vivir en este mundo que parece estar transformándose veloz
a cada momento; momento histórico de revoluciones sociales,
políticas y de género, hoy nos vemos interpelados por discursos, modos
de hablar, consignas y conceptos que parecen irrumpir en el paisaje
de nuestra memoria y que suenan nuevos, muy nuevos. Sororidad es
una de esas palabras que suenan mucho y para algunos puede ser
rara o amenazante incluso. Hoy me quiero detener en ella y contar
cómo la veo en la historia de algunas mujeres a las que he podido
conocer, porque nuestras vidas han coincidido en diversas
circunstancias y de ellas he guardado algo para mí, para entender
mejor mis propios pensamientos y para entregarlo a los demás, porque
creo que parte esencial de lo femenino es compartir lo que se siente,
SORORIDAD CRIOLLA

lo que se sabe y lo que se tiene.

Sororidad “Relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en


la lucha por su empoderamiento” R.A.E.

“Me casé a los 15 años, no sé porqué, porque quería salir de mi casa,


Nosotr@s en la Palabra

en fin… me fui a vivir al campo con mi suegra, no sabía hacer muchas


cosas, ella seguramente me vio que no iba a aguantar así y me
enseñó a tejer… me enseñó a hilar, todo lo que ella sabía, no sólo a mí,
le enseño a todos sus hijos e hijas, a todas sus nueras, y a otras mujeres
que llegaron a conocer su trabajo. Las cosas que hacía al principio me
quedaban mal, todas chuecas y feas, pero ella me decía que siguiera
nomás, que hiciera unas calcetas, un gorro, una bufanda, entonces
para que yo me entusiasmara, ella me compraba mis cositas que yo
hacía, me las pagaba…” - Pamela Vega Igor, Arroyo el Gato.

Esta historia la ha contado muchas veces Pamela, recordando a su


suegra, ya fallecida la señora Elisa España Antiñanco, hoy Pamela
sigue tejiendo, es una artesana reconocida que además tiene otros
intereses y capacidades que desempeña en su vida. Junto con el
cariño por su madre a quién conserva todavía, surge siempre en su
memoria el cariño por esta otra madre, que la recibió siendo niña
todavía y le brindó algo más que el espacio donde vivir, le propuso un
camino que resultó crucial para su propio desarrollo.

“Me casé joven, vivíamos en la casa de mi suegra, yo me dediqué por


completo a cuidar mis hijos, los tuve seguidos, así que no salía a
ninguna parte, mi marido sí, el solía andar en las señaladas en fin,

60
De Cultura Yo me sentía triste, no sabía por qué, a veces me iba al río y lloraba,
pero yo no decía nada, no me quejaba, porque no sabía… un día mi
y Tradición... suegra habló con mi marido, le dijo: mira tu mujer cómo va a estar
contenta si no tiene su propia casa, tienes que hacerte una casa para
tu familia, yo te voy a ayuda. Mi suegra le dio un terreno, le dio ani-
males para que venda y se haga una casita, yo por mi suegra tengo
casa…” - Celiria del Carmen Rivera Muñoz, Ñirehuao.

La mujer - y la mujer criolla de una forma muy especial - sabe. Sabe


dónde duele, donde falta, donde tiembla una esperanza que hay que
abrigar y en muchos gestos invisibles y callados, hace lo que sabe:
alivia un dolor, entrega un plato de comida sin que se lo pidan, ofrece
un dinero que no le sobra, guarda amorosamente una prenda de ropa
que aún sirve, porque sabe quién la necesita, cosecha una lechuga
para la casa y otra para la vecina, cuida hijos ajenos o sin palabras
llega a ayudar en una casa porque hay alguien a quien cuidar o
alguien quien velar, a veces sólo llega para estar, porque sabe lo que
vale el simple gesto de “acompañar”.
SORORIDAD CRIOLLA

Hace pocos días escuchaba a la Señora Luisa Ludwig hablar de las


mujeres de Puyuhuapi, ella dijo que muchas habían sido… “alma y
sostén de sus comunidades”, hermosas palabras que describen en
plenitud un rol importante y reiterado, más allá de las fronteras de la
propia casa, en el que tantas mujeres silenciosamente han aportando
para hacer mejor la vida de otros, como la señora Ema Figueroa
Nosotr@s en la Palabra

Delgado, de Lago Verde, a quién otras mujeres de la localidad


reconocen por su generosidad, que a través de los años significó
ayudar a quien lo necesitara, en especial cuidando a los hijos de las
mujeres del pueblo que tenían que salir en su último período de
embarazo a la capital regional, único centro que contaba con la
posibilidad de atender partos en forma segura. La señora Ema recibió
en su casa a muchos de estos niños y niñas que quedaban,
haciéndose cargo cariñosamente de su cuidado, sin mediar acuerdos
económicos ni intereses de su parte.

Cuántos relatos hay donde son las mujeres las que levantaron escuelas
para toda la población infantil en apartados lugares, organizaron a la
comunidad religiosa y fundaron una capilla, donaron terrenos para
bienes de uso público, pelearon y palearon para hacer caminos,
prestaron servicios vitales para el bienestar de sus vecinos, como
arreglar huesos y asistir partos. Antes y ahora cuántas son las que
armando “beneficios” logran que miles de empanadas o milcaos, se
conviertan en una sede, un viaje, o ayuden a aliviar una tragedia. No
son trabajos para sí mismas, son una muestra de profunda humanidad,
quizás es el entendimiento profundo del corazón femenino de que se
vive mejor cuando se comparte lo que se siente, lo que se sabe, lo que
se tiene.

61
De Cultura
y Tradición... SORORIDAD CRIOLLA
Nosotr@s en la Palabra

ALEJANDRA MUÑOZ SANDOVAL


Coyhaique

Nacida en Coyhaique, madre de 3 hijos,


apegada a su tierra y amante de la cultura
continental aysenina en la que se
formó, admiradora de las visiones campesinas
y femeninas para entender el mundo, intenta
traducirlas en palabras, que es la materia con
que más le gusta trabajar.

62
LA ESQUILA EN MI INFANCIA

63
De Cultura
y Tradición... Siempre recuerdo con alegría y nostalgia el tiempo de la Esquila, en el
mes de Diciembre.

Esta faena se realizaba en un ambiente familiar, en Ensenada Valle


Simpson, el campo de la mamá Delia (Peña Araneda) – mi abuelita,
donde participaban mi padre Dante, mi hermano Juan Dante, mis tíos
Viviano Medina y Felix Quelin, todos ellos esquiladores, mi hermana
Mireya envellonadora y yo, quien debía juntar las garras de la lana -
desechos de lana, curar los tajos de las ovejas con una mezcla de
parafina y cenizas, pagar la lata cuando el esquilador gritaba “Vellón
y lata” (ficha que se coloca en un tarrito que está colgado en el lugar
de cada esquilador, y que indica oveja ya esquilada).
LA ESQUILA EN MI INFANCIA

Un galpón - que se adaptaba para playa de esquila - era el escenario


perfecto donde acontecía este trabajo, pero sobre todo las tallas -
bromas que rompían en carcajadas aliviando las jornadas.

Al llegar la tarde - era lo más esperado - la mamá Delia llegaba al lu-


gar con mate cocido – infusión de yerba mate que fue utilizada, que
Nosotr@s en la Palabra

se coloca en una cafetera con agua y ya hervida se retira colocando


agua fría para que la yerba descienda el fondo - y tortas fritas, en ese
momento… todos dejábamos de hacer nuestras labores, para servirnos
esta deseada once.

Y para concluir, en el fogón, con un asado al palo, ensaladas, tortas


fritas y el infaltable vino en bota - entre bromas - se recordaba lo que
había acontecido durante los días de esquila.

Siempre vienen a mi mente recuerdos como éste, la felicidad que me


provocaba como niña, las cosas simples…

Hoy - con preocupación - veo niños que nada les conforma… nada les
hace feliz… Siento que solo aquellos que viven en zonas rurales y/o
apartados de las ciudades, disfrutan plenamente de la naturaleza y de
nuestra tradición.

64
De Cultura
y Tradición...
LA ESQUILA EN MI INFANCIA
Nosotr@s en la Palabra

MARIBEL MEDINA CATALAN


Ensenada Valle Simpson

Nacida en Coyhaique, 5ta. generación


descendiente de pioneros.
Gran parte de mi vida la he pasado en el cam-
po, aprendiendo y disfrutando.
Me identifico como una amante de las
tradiciones.

65
LATA DE ESQUILA

66
De Cultura
y Tradición...
- ¡Lana!, gritaba el esquilador.
- ¡Lata! gritaba yo y corría a llevar el trocito metálico cortado a
tijeretazos y que simulaba una moneda, pero que más parecía
una pequeña ficha semi rectangular.

Este diminuto objeto -que en realidad tenía pinta de nada en relación


a su gran valor- se depositaba en un tarrito pequeño que colgaba en
un clavo de 5 pulgadas (mínimo, por el tamaño) en un poste frente al
esquilador -o rara vez esquiladora – quién, terminada la esquila de una
oveja, pegaba el grito para que le dejaran una lata en su tarro. Así se
llevaba la cuenta del trabajo.

Aquí en el Baker, todas mis hermanas sabían esquilar y esquilaban.


Pero yo llevaba las latas, pues era una de mis labores favoritas y no
porque no hubiera más quehacer, sino porque las otras tareas eran
jodidas: ser “agarrador” de ovejas, esquilar, envellonar, barrer las
cascarrias de la playa de esquila, juntar bosta seca en la pampa y
LATA DE ESQUILA

hacer humo para espantar los tábanos, mantener afiladas las tijeras de
esquila o irse a cocinar con la mamá para la enorme cantidad de
gente que llegaba para el trabajo de La Esquila.

Yo creo que a mis hermanas no les gustaba llevar las latas, o tal vez
Nosotr@s en la Palabra

sería mi impetuosa actitud –“me iba a las manos" con ellas - o mis
persuasivos métodos -hacía unos temibles berrinches- con los que me
ganaba ese rol, cuando no lograba huir y escabullirme con un libro por
los potreros. Pero sí, de verdad me gustaba.

Ahí, con las latas guardadas como un tesoro -en una bolsita de lona en
mis manos- podía estar sentada en un rincón y divagar en volátiles
pensamientos que surgían admirando los colores y olores, ayudados
por el monótono sonido de las tijeras que se abrían y cerraban corte a
corte en las baquianas manos de los que estaban agachados con una
oveja maneada entre las piernas, esquilando un animal en esos
calurosos días de verano y tábanos, muchos tábanos.

Por momentos hacía un profundo análisis de las formas puntiagudas y


colores, tratando de adivinar de qué tarro la habrían cortado: uno de
duraznos, de tomates, de pimiento morrón o, tal vez, ¿piñas...? ¡Viste
que nosotros conocíamos las frutas en tarro no más!... Pero, tampoco
podía distraerme tanto porque no se podía “estar jugando” con las
latas ¿Qué tal que pagara una demás? o ¿me olvidara de dejar una?

67
De Cultura
y Tradición...
De pronto el grito me traía de regreso, a veces me confundía con las
carcajadas de “las tallas” que echaban para matar el silencio o el
grito de ¡"remedio"!, con el que se demandaba la presencia de un
hisopo artesanal, hecho con una varilla de lenga y lana, impregnado

con remedio líquido para curar algún corte en la piel de las ovejas;
solía también hacerme cargo de ese artefacto.

En el primer “cuarto” de la tarde se tomaba mate cocí'o - servido en


unos saltados jarritos enlozados- en la playa de esquila, acompañados
con tortas fritas y un enorme trozo de queso de ese que hacía mi
mamá. ¡Ay, el mate cocí'o a esa hora y en ese lugar tenía un sabor
maravilloso!, según mi hermana Oli, es por el veri en las manos. En ese
intertanto de descanso, los esquiladores se amenazaban para la
“truqueá’” de la noche, y conversaban un rato - echados en el piso no
más - hasta que mi papá se paraba, señal con la que todos volvíamos
a nuestros roles.
LATA DE ESQUILA

Después del último cuarto, los esquiladores pasaban con sus latas a
donde mi padre y se las devolvían, quién llevaba fiel registro del
número que hacían en el día, pues al final de La Esquila debía pagar a
cada uno el dinero que representaba la cantidad de latas ganadas.
En la noche, después de la cena, grandes zalagardas se armaban:
Nosotr@s en la Palabra

jugaban al Truco, la Escoba o cualquier juego de carta en que


apostaban las latas, se servían algo de beber, guitarreaban,
contaban historias a la orilla del fogón y después todos “a las pilchas”.

Los que no esquilan, no reciben pago. Debía conformarme entonces


con "los chicles" que me comprarían por prestar servicios ahí y con la
fiesta que se hacía-como en todos los trabajos camperos que
requerían “las manos” de otros y otras - para agradecer y celebrar el
término de las labores.

De entre los mismos esquiladores aparecían los artistas que, guitarra y


acordeón en mano, animaban la fiesta hasta que se cansaban,
entonces se ponía algún disco en la victrola y continuaba el baile:
rancheras, valses, paso doble, la cumbia también apareció en los
últimos tiempos, ¿chamamé? no recuerdo que fuera tan bailado. Bien
“regada” y comida no más la cosa, porque “si hay pobreza, que no se
note” es un lema de mi papá y la fiesta duraba generalmente hasta
que se terminaba el trago.

68
De Cultura
y Tradición...
Hace años que no me asomo por una playa de esquila. Ahora ya no
se hace a mano, se usan máquinas esquiladoras y está bien porque
era muy sacrificado ese trabajo. Los pequeños campesinos en el
Baker tienen menos ovejas que antes, porque el precio de la lana
bajó “hasta el piso”, los campos se achicaron bastante y las normas de
producción son cada vez más estrictas con ellos.

Pero - de todos modos - le encargo si sabe usted que hay por ahí
dónde pagar latas, aquí hay una servidora con experiencia, que
conoce el precio del trabajo y estará gustosa y atenta al grito de
¡lana!.
LATA DE ESQUILA
Nosotr@s en la Palabra

69
De Cultura
y Tradición...
Si usted tiene algunas dudas con los conceptos, úselos como excusa
para hablar con algún(a) esquilador(a). En mi familia quedan varios
(as), siempre atentos(as) a compartir mate y conversa.
LATA DE ESQUILA
Nosotr@s en la Palabra

MARCELA IRINEA CRUCES REYES


El Baker
Hija de Marco y Sonia, pioneros del Baker.
Llegué al mundo el 6 de mayo de 1980, vestida
de otoño (entre colorada y pelada) como los ñires
que adornan el pago en esa época. Crecí en el
Baker y me fui a estudiar, primero a Aysén y
después a Temuco. Dos veces madre, profesora
de Historia y aficionada a las letras escribo para
calmar mi espíritu que sueña con regresar al
territorio en que nací.

70
EL COMO PUEDA

71
De Cultura
y Tradición... Han de saber ustedes, que soy hijo de padres separados y me tocó
crecer con Padrastro - en mi caso - se trataba de un hombre dedicado
totalmente al trabajo de campo, desarrollando labores de puestero,
tropero y todo lo que refiere al trabajo con animales. Si bien es
cierto, nosotros no nos criamos en una ciudad, tampoco éramos
frecuentes de la vida campesina, rodeados de animales - ni muy aleja-
dos del pueblo—¡ soy de Villa Mañihuales ¡ esa es mi ciudad… (como
dice Chocair jejeje), por lo que la llegada de este hombre vino a
cambiar en gran manera mi vida y me hice un niño de campo.

El cuento es que mi padrastro - don Chali - era un hombre muy de


campo, por lo que su trabajo lo desarrollaba mayormente a caballo y
con la ayuda de su perro. Tenia un perro que era muy bonito y amisto-
so que le llamaba COMO PUEDA; resulta que el COMO PUEDA, era un
perro muy bueno para realizar el trabajo con animales y es de este ani-
mal de quien les contare algunas acciones.

Mostrando la Hacienda al Patrón


EL COMO PUEDA

Sucedió que en el verano de 1979 mis viejos - mi madre y Don Chali -


estaban en Mano Negra trabajando en un campo que tenía Hugo Ro-
dríguez Didier (Colorín Rodriguez), así es que yo, me fui con ellos para
pasar las vacaciones de verano. Un día don Chali, juntó una buena
Nosotr@s en la Palabra

punta de animales porque el patrón iba a ir a revisar la hacienda, re-


cuerdo que el patrón y don Chali salieron de la casa y se fueron al me-
dio de un potrero frente a la casa - don Chali dio un silbido y le hizo
una seña al COMO PUEDA - el perro corrió a donde estaban los anima-
les y los arreó - el solo - hasta donde estaban los dos, y se puso a ro-
dearlos haciendo que los animales giren en torno a él patrón.

Con mi mami mirábamos por la ventana y ella me conto que el perro


era muy bueno y trabajaba casi solo.

De viaje pa’l Baker

En el mes de mayo del año 1980 emprendemos viaje para El Baker


saliendo desde el Fundo La Chilenita - también de Colorín Rodriguez -
salimos el día 09 de mayo de ese año y llegamos hasta Puerto Ibañez,
esa noche nos quedamos acampados en unos galpones que tenía el
patrón y recuerdo que - como hacia frío - don Chali llamó al COMO
PUEDA y lo mando a que se vaya a echar sobre mi cama, con lo que
pase una noche bien abrigadito por el calor del perro. Al día
siguiente cargaron los animales en la barcaza “El Pilchero” - que había
sido arrendada para un viaje especial por parte de don Hugo -
durante el viaje, me hice más amigo con el perro y me hizo el viaje

72
De Cultura
y Tradición... mucho más entretenido.

Durante la faena de carguío de animales - el COMO PUEDA- también


demostró mucho su capacidad para dominar una punta de vacas,
con la característica especial que no era un perro mordedor, por lo
tanto, los animales no eran dañados. Hubo una vaca que se
escapó - se metió en el monte y no la podían sacar - don Chali, le
pidió a sus compañeros que llamen a sus perros y dejen al COMO
PUEDA que trabaje solo, después de unos minutos de silencio se
escucharon los ladridos del perro y al ratito salió la vaca corriendo, y el
perro sólo la guio hasta los corrales del puerto - esta hazaña fue muy
reconocida por todos admirando la habilidad del perro para el
trabajo.

A eso de las 11:00 de la mañana por fin zarpó la barcaza con destino
directo hasta Puerto Guadal donde llegamos ya cayendo la tarde, por
lo que hubo que acamparse en un galponcito que había junto a unos
corrales al lado del muelle, también tuve el abrigo de el COMO PUEDA,
que no se levantó en toda la noche dándome abrigo.
EL COMO PUEDA

Arreando solo

Estando en el Fundo El Manzano—allá en EL BAKER - un día don Chali


Nosotr@s en la Palabra

me despertó bien temprano y me llevo a que le vaya a ayudar a pe-


gar una repasada al campo, para ver si habrían quedado algunos ani-
males - salimos con el COMO PUEDA y otros dos perritos nuevos que es-
taba enseñando para trabajar: el BUSCA y el BOCHI - dimos una vuelta
por arriba de un cerro, y en un vallecito encontramos una punta de 7 u
8 animales, los arreamos un poco con dirección hacia las casas y man-
dó al perro a que siga solo con los animales y nosotros nos desviamos
por el lado abajo del cerro - donde pasaba el camino—para revisar si
habían otros animales.

Yo le dije a don Chali “Me voy yo con los animales por arriba?”
Y él me dijo: “… no, no Don; déjelo nomás, el sabe lo que hace…”

Así es que fuimos perdiendo de vista al perro mientras avanzábamos,


cada tanto don Chali daba unos silbidos, y escuchábamos ladrar al
perro como avisando: “acá voy…”

Después de andar cerca de una hora sin ver al perro, solo dando algu-
nos silbidos cada tanto y arreando otros animales, nos juntamos en una
bajada con el COMO PUEDA, que traía la totalidad de los animales
que se le había ordenado arrear.

73
De Cultura
y Tradición...
Cuidando el Asado

En una oportunidad, mientras se realizaban trabajos con los animales


en el corral - por una mala caída - un animal se quebró una mano en
un pial, así es que tuvieron que carnearlo; se sacó el cuero y las tripas
e interiores las dejaron para dar a los perros que estaban en la faena.
Mientras continuaban con la tarea, dejaron oreando la carne y don
Chali, ordenó al COMO PUEDA quedarse al cuidado - orden que cum-
plió al pie de la letra - alejando a los demás perros cuando se acerca-
ban con intención de sacar algún trozo de carne. Esta acción era
muy frecuente que la realizara, ya que la carneada se dejaba orean-
do con el riesgo que los perros se la comieran.

Así como este animal, hay muchos COMO PUEDA, que aprendían a
trabajar muy bien y se transformaban en verdaderos ayudantes del
hombre de campo. Tengo un recuerdo muy especial de este perro
porque además era un perro muy bonito y muy amistoso.
EL COMO PUEDA

Recuerdo que el COMO PUEDA tenia más de 15 años cuando nos fui-
mos de vuelta para La Tapera, y don Chali le dejó como regalo el pe-
Nosotr@s en la Palabra

rro a su compadre, quien se comprometió mantenerlo hasta que dure


su existencia.

74
De Cultura
y Tradición... EL COMO PUEDA
Nosotr@s en la Palabra

SANDRO SANCHEZ CATALAN


Puerto Guadal
Hijo de Carmelo y Ercira, nacido en Villa
Mañihuales, en un parto atendido por el
practicante de la posta.
Un poco obrero en las minas, un poco marino
en el mar, un poco arriero en el campo, un
poco albañil, un poco carpintero... un poco de
todo, como son algunos Patagones; de cada
uno de esos pocos me dedico: un poco a poe-
ta, un poco a escritor, un poco a actor, un poco
ĺoco del arte, un poco músico..., en fin... un
poco loco que escribe, actua, canta y que en
cada creación entrega lo que sale de los recuer-
dos, las enseñanzas, la experiencias, los senti-
mientos y de todo corazón.

75
EL PERRO DE DON CHALO

76
De Cultura
y Tradición... El perro de don Chalo: Amigo, compañero de Trabajo o mascota?

De tanto en tanto, se escucha por ahí en los medios de comunicación


alguna noticia en torno al reclamo de pequeños productores
ganaderos, que - con justa razón - se quejan del “daño” que le
hicieron los perros urbanos a su menguada masa ganadera. No falta la
autoridad o el comunicador radial que se conduele con la situación:
que unos borreguitos, que una ternera mamona, que unos guachos -
suma y sigue - Y la legislación prohíbe deshacerse de los atacantes;
pero por mientras
¿Quien se hace cargo del daño y de los atacantes...?

Juan Chicharra, como diría don Felix Elias - gran relator de las
peripecias del hombre del Baker y la cuenca del gran lago Chelenko -
EL PERRO DE DON CHALO

a quien admiro por su prodigiosa pluma.

Pensando en aquello, recordaré un episodio que me relatara mi padre


- don Chalo - respecto de una de tantas historias anónimas de la
gente de campo.

Para él, el perro, en apariencia es un animal de compañía o


herramienta de trabajo para todas las faenas propias del hombre
campero: arrear ganado, pastoreo, o vigía - es la labor lógica de
Nosotr@s en la Palabra

perros “bien enseñados” - sin embargo, prestando más atención, note


que muchas veces se refería a su perro, como algo más, es decir que
entre su rudeza, también hay y ha habido espacio para el cariño, para
el “Corbata”, el “Guardián”, “Tosco”, entre muchos otros.

Mi padre venía del Valle Simpson, en donde está toda una prole
formada por don José Mercedes Valdés Palma quien ocupara un
campo aledaño al Lago Elizalde a comienzos de 1904. Don Chalo,
llegó por esas casualidades a Valle Chacabuco a trabajar con el
gringo Lancaster, hombre extremadamente rudo, parco, de pocas pa-
labras, con un castellano bastante “champurreado”, probablemente
por esta razón se le dificultaba el trato con las personas, especialmen-
te con la peonada a su servicio. Según don Chalo, casi todos los
empleados de la estancia le tenían bastante respeto y casi temor al
acercarse y hablar con el “míster” - no era su caso - quizá porque no lo
había “tratado” antes desconocía los malos tratos, por lo tanto, se le
“plantó” de igual a igual - aun cuando estaba consciente que era su
patrón.

A él se le contrato de “domador” de potros - a decir verdad, muchos


le recuerdan esa habilidad aún a sus 85 años de edad, “Buen Jinete” -
pero además, realizaba otras tareas, como por ejemplo carnicero; en

77
De Cultura
y Tradición...
esta labor le correspondía cuidar el ganado destinado a ese servicio,
por lo cual, debía mantener sus perros ovejeros, a fin de rodear
oportunamente para abastecer de carne a los demás puesteros y
“mensuales”.

Pero no todo es trabajo y por lo tanto - a sus cortos veintitantos años -


se aventuraba a salir a cazar pumas que azolaban el ganado a su
cuidado, por lo mismo, mantenía sus perros Leoneros - que no lo
dejaban ni sol ni sombra. Es precisamente en una de esas correrías
de “leones”, cuando el gringo contrariado porque “Chalo” no había
realizado su abastecimiento de carne - por andar cazando - desata un
intercambio de palabras.

El gringo le recrimina: “pvuepvon tu trabajo es tener carne y no correr


EL PERRO DE DON CHALO

lo leone”

A lo que don Chalo no le responde - porque sabía que el patrón algo


tenia de razón - no obstante aquello, el patrón enojado porque los
perros venían eufóricos de la caseria - “toreaban” - y le espantaron el
caballo de montar, por lo que decide “aforrarle un garrotazo” a uno
de los regalones de Don Chalo…

Aquí es donde me asombra el relato de mi padre quien me dice:


Nosotr@s en la Palabra

“Cuando trata de pegarle otro garrotazo a mi perro, pelo el fierro y se


lo coloco al frente al futre” – “si le haces algo a mi perro, te mato “.

No podía soportar que maltrataran sus perros, a tal punto de ofrecer


balazos ante la agresión a sus Toscos; no era porque el gringo tuviese
mal carácter y le hubiese llamado la atención por su falta, sino porque
estaba agrediendo a sus “mascotas”, sus seres queridos; tanto así que,
una vez que se calmaron los ánimos, decide dejar el trabajo en la
estancia; aun cuando el patrón le pide que se quede.

Para el hombre de campo, los perros constituyen un bien muy


valorado y - a diferencia del pueblero - el perro vale no por su
estampa, la raza o procedencia, vale porque sabe trabajar, porque es
fiel a los rigores de su actividad, en largas jornadas a la intemperie,
asoleándose con su amo, o en los largos inviernos capeando el frio
cerca del fogón, echa’o cuidando las “pilchas”.

78
De Cultura
y Tradición... EL PERRO DE DON CHALO
Nosotr@s en la Palabra

ELVIS WALTER VALDES BAIGORRIA


Cochrane

Nacido en la posta de Cochrane, en diciembre de


1969, nieto pioneros pobladores del Baker y
bisnieto de pobladores de Valle Simpson.
Profesor de Historia y Geografía, cultor de las
tradiciones del campo, padre de 4 hijos. Aficionado
al folclore y a las comunicaciones. Gran lector y
difusor de la tradición literaria de Aysén y del
Baker.

79
PALOMITA DE CHIVO

80
De Cultura
y Tradición... - Pensar que eran solo veinticinco cabritas… -
Me decía esa tarde en el corral escuchando el balerío de los chivitos
chicos que se corneaban unos con otros, mientras otros mamaba aún
ese, atardecer de mediados de diciembre. Veinticinco que se habían
convertido en un centenar en sólo 2 años, son aumentadores estos
bichos.

Una vez elegido uno de buena carne, como de costumbre alambre en


mano, lo manié y al costado del corral lo degollé, abriéndole el cuero
por los brazuelos y los cuartos pa’ terminar de abrirlo por la panza y
sacarle el triperío; en pocas vueltas ya lo tenía cuereado y se sacudía
en el gancho del coigüe viejo. - ¡¡¡A tomar mate!!! Déjalo que se oree,
mañana temprano antes que salgamos cortas un costillar con paleta
pa’ que churrasquemos en el camino - Me grito el papá.

¡Que buenos estaban los mates! - Los verdes o los amargosos - como
les dice un amigo, no hay como matear terminado el día, un acto tan
PALOMITA DE CHIVO

propio en nuestra zona y presente en otras tantas! Como diría el


payador:

Pertenece a un continente
De una cultura es candil
En Argentina y Brasil
Nosotr@s en la Palabra

Es un emblema latente
Que identifica a la gente
De campesino matiz
Compartirlo, que feliz
También lo encuentro por “ahi”
En Uruguay, Paraguay
Y en Chile que es mi país.

Jorge Contreras - Décimas al mate con Clorindo Bilbao


Disco “Por mi tierra”

Es una buena forma de asentar el cuerpo, rehidratarse, replantearse lo


hecho y predisponerse a lo que viene y claro que venía una buena
jornada. Había que arrear, llevar las chivas, las ovejas y algunas yeguas
pa’ la veranada, es decir a los campos altos, trabajo que realizamos
todos los años terminada la parición y señalada pa’provechar que con
las calores levante nuevamente el pasto en la parte de abajo del
campo y en los potreros de al lado de la casa.

- Taba gordo el bichito - dijo el papá, de tela le contesté, indicándole


una asadera con la grasa sobre la mesa
- Siga el mate compañero, que yo en un ratito voy a picar la grasa y
mientras salen los chicharrones de tela haré un amasijo pa’ llevar unas

81
De Cultura
tortas fritas pa’l viaje mañana, mira que vamos a tener que movernos
y Tradición... temprano, va a gatear el piojo con el calor y a eso del medio día los
bichos se nos van a empacar y les vamos a dar un resuello mientras
comemos algo – Explicó resuelto.

Del aparador manoteó la chaira y pasó 2 o 3 veces el cuchillo cabo e’


hueso como haciéndole cariño y sobre una tabla de picar carne
empezó a picar la grasa y a echarla en una olla mediana. Terminada
esta tarea se lavó las manos y fue a la pieza a buscar la bolsa de
harina “Mariposa” de la cual echó más menos 3 kilos en un fuentón y
con la mano comenzó a hacer tipo un volcancito con un cráter al
medio (aún lo conservo en la memoria a la luz de la vela) en el cual
hecho 2 puñaditos de levadura, una cucharada y media rasas de sal
gruesa. Luego en el jarrito del agua (de esos tarritos durazneros)
templó agua ni fría ni caliente, que no queme la mano y la echó…
pude ver como gorgoreó la levadura con la harina y sin perder mucho
rato le agregó una cucharonada de la grasa que estaba saliendo de
los chicharrones y mientras sostenía el fuentón con la mano zurda, con
PALOMITA DE CHIVO

la derecha entró a revolver y a juntar la masa.

Una vez junta la masa y bien sobada que se notaba blandita le pegó
una palmada y la tapó con el mismo fuentón, - Que leuden dijo - y yo
recordé los versos del payador Argentino Saúl Huenchúl cuando le
canta a las tortas fritas:
Nosotr@s en la Palabra

Y al hablar de tortas ricas


De formas y preparadas
Hay triangulas y hay cuadradas
Como hay grandotas y hay chicas
Cada cual lo suyo aplica
Al amasar en su predio
Y en las campañas que asedio
Mi padre hacía sin chacotas
Unas redondas grandotas
Con un agujero en el medio.

Y así mismito eran las del papá, con que facilidad tomaba una bolita
de masa y la entraba a aplanar y estirar con la mano finalizando en un
hoyito en el centro.

Una vez que con la espumadera retiró todos los chicharrones, quedó
la grasa clarita y como pa’ tantear el calor echó un pedacito de masa
la cual al hundirse flotó enseguida - Ta’ guena la grasa - dijo con voz
segura y con cuidadito largó la primer torta que al hundirse comenzó a
chirrear y se cubrió de espuma. Freír con grasa nueva es jodido me
decía, hay que estar atento porque se sube che.

82
De Cultura
y Tradición... Hora y media más menos estuvo friendo porque salieron unas cuántas,
yo ya había largado el mate y mientras guardaba una tortas en una
bolsa de género harinera me dijo: - Hijo a los pies de mi cama hay una
caja de 120, tráelo y échaselo a la bota, pero antes arrímala pa’
apretarle la panza - y sonrió. La tomé del clavo de donde colgaba, la
destapé, la soplé y con mi dedo pulgar derecho sosteniéndole el pituto
pa’ que no bote el aire, se la pasé. La tomó y muy baquiano la retiró
en frente de su boca la cual abrió y dejo ver como el chorrito tinto
entraba finito al paladar sin salpicarle ni una gotita el bigote, baquiano
el viejo pensé. Luego me la devolvió y me le prendí goloso como
guacho a la teta pa terminarle los par de tragos que le quedan y
rellenarla como me había mandado.

Terminé de sintonizar la radio que estaba en la ventana y tomé la


linterna, dirigiéndome al galpón abrí la puerta y al enfocar le brillaron
los ojos a la gata vieja que estaba echada entre los cueros que
colgaban de las vigas, - no le afloje a los roedores amiga - le dije
PALOMITA DE CHIVO

(siempre e creído que ellos entienden: Gatos, caballos y perros).


Busqué mi maleta (alforjas o prevenciones les llaman también) que
estaba bajo mi recado. Las sacudí y volví a la cocina donde estaba el
papá acomodando cosas en las de él, eran del mismo color las
maletas, las había hecho la abuela a telar, blancas con listas negras y
las tapas orilladas con un género azul. - Tu lleva la carne, la yerba
Nosotr@s en la Palabra

mate, la teterita con un chúico pa’ recoger agua, yo acá llevo las
tortas, la bota, la sal y haré una salmuera antes de irme a los cueros -
dijo, indicando que pronto se iría a dormir.

Así fue que mientras ordenaba las cosas en las maletas: cuarto de
yerba Taragüí, el mate calabazo que había comprado en
Comandante Luis piedra Buena junto con la bombilla enchapada, un
botellón de esos en que viene Sofomax, el cual uso pa’ llevar agua y la
teterita de lata duraznera con una asa de alambre ya quemada por
las mateadas a campamento.

Lo vi pelar alrededor de 8 cabecitas de ajo las cuales machacó en el


mortero y las metió a una botellita de bebida pequeña de esas de
vidrio a la cual le agregó sal del salero y fue hasta el corredor donde
había una mata de orégano que la abuela sembraba en la huerta
que la estaba seca, molió un poco con la mano y se la agregó al
contenido, del cucharero sacó un corcho que decía Viña Undurraga
el cual lo adelgazó con el cuchillo y le hizo unos surcos a lo largo de
este, el cual finalizando toda la maniobra lo colocó en la boca de la
botella y al inclinarla, el agua del contenido salía por las ranuras del
corcho - ¡Ya’sta! Mañana tempranito vamos a estar haciendo cantar
la bombilla, ¡buenas noches! – Me dijo y nos fuimos a descansar.

83
De Cultura
Sentí el olor a humo del yuyo moro seco y el ruido de los anillos de las
y Tradición... estufa, se levantó dije y de un salto tiré las pilchas pa’trás y me encajé
el pantalón, unas vueltas a la faja y salí chancletiando las alpargatas
pa’ la cocina, buen día hijo buen día papi fue nuestro saludo - Serán
unos pocos nomás me dijo (refiriéndose a la cantidad de mates) y
ensillaremos pa’ salir. Salí pa’fuera con rumbo a lavarme la cara y de
adentro me gritó: - ¡¡¡Trae media res del chivo hijo!!! - Bueno, contesté.

Me lavé como de costumbre y rumbié hasta el coigüe donde pendía


la carne dejada el día anterior. Desaté la punta de la soga y bajé el
animal faenado, saqué el cuchillo (el cual usamos en el campo desde
el momento en que nos levantamos y que generalmente guardamos
bajo la almohada) y procedí a descoyuntarle la cadera y luego
despegué las costillas del espinazo hasta llegar el cogote dejando la
otra media res en el lugar en que la dejara la primera vez. Por aquí está
dije y la dejé sobre la mesa. – Gracias - me dijo y me cebó un mate
espumocito. Ah que lindo el primer mate es como volver a nacer
cada día. - Podías hacerte unos bifes, aunque sea unos apuraditos pa’
PALOMITA DE CHIVO

no salir con la panza vacía ¡che! - Dijo y se rió. Terminado eso manoteé
el sartén y sin pensarlo mucho corté el cuarto completo dejando solo
el costillar con paleta el cual guardé en la maleta y le saque 4 bistec
grandotes a la pierna de carne los cuales asé con un poco de sal y
agua en la estufa a leña. Entre mate y mate los despachamos y
salimos rumbo al potrero a buscar los caballos pa’ ensillar y juntar los
Nosotr@s en la Palabra

animales que dejáramos unos pocos en el corral y otros en el potrero


grande esperando pal arreo.

Así fue poh! Entre ladridos de los perros los silbidos de nosotros y el balar
de los chivos, ovejas y el resoplar de los caballos se entró a levantar
polvareda, - ¡Atraaas! - Se escuchaba y Rancho (el perro del papá)
pasaba veloz sacudiendo la lengua pa’ la culata de la tropa. Como
dice el dicho pocas vueltas bien bailadas y ya el sol nos pesaba en los
hombros y la tierra se nos pegaba bajo las mandíbulas y la frente ya
que íbamos transpirados.

Terminado de subir las “Raíces” (cuesta que lleva ese nombre), me


dice - ¡Manda a tu perro che!. Vamos a parar el arreo porque si no
vamos a tener que llevarlas al hombro - y sacó la lengua en señal que
era hora de descansar y nuevamente evoqué a Huenchul:

Como si fuera tobiano


El paisaje y sus relieves,
Muestra en los cerros la nieve
Y el pasto verde en los llanos,
Era diciembre el verano

84
De Cultura
Llevaba diez madrugadas
y Tradición... Entre la huella sobada
De silbo y traqueteos,
Desfilan cientos de arreos
Con rumbo a las veranadas.

Como de costumbre le aflojó la cincha a su caballo sacó el cojinillo, su


maleta y caminó pal lao de una lenga grande cerca de un manantial,
¡Peludo! Nombré a mi perro el cual me miró y entendió que debía ir al
trabajo de pastorear los animales, los cuales algunos tomaban agua,
otros se habían echado y otros simplemente vuelteaban balando
como entendiendo que era un rato de reposo.

Con la baquía que lo caracterizaba encendió un fuego el cual en po-


co tiempo ardía esplendorosamente y yo sin esperar ser mandado ya
venía del manantial con el botellón con agua y la teterita dispuesta a
sentarla en las brazas pa’ preparar el mate el cual saqué de la maleta
junto a la bombilla, lo soplé y procedí a echarle yerba la cantidad de
PALOMITA DE CHIVO

medio calabazo aproximadamente y esperé que el agua esté a


punto. Lo vi regresar, se había lavado la cara y venía con la bota
en la mano - ¡¡¡ Hasta aquí sacamos trago compañero !!! – dijo y
bebimos un buen chorro cada uno y probé el agua con el dedo
meñique, estaba bien caliente, pero no quemaba, acomodé la yerba
dentro del mate de tal manera que quede un lado casi descubierto y
Nosotr@s en la Palabra

agregué el agua, esperé que se hinche un poco e inserté la bombilla


procediendo a chupar y al sentir el primer mate bien amargo en la
boca lo escupí, pero no como se escupe algo desagradable si no
como quien comparte con la tierra misma lo que la tierra nos da.

Silenciosamente caminó hasta una mancha de monte


específicamente renovales de ñires (arbolitos nuevos derechitos) sacó
el cuchillo de la cintura y de un certero hachazo cortó uno de
aproximadamente 1 metro 20 centímetros. Terminado esto le serví otros
mates lo que continúe haciendo intercalado a sus acciones y yo de
cuando en vez miraba a mi perro el cual también cada cierto rato
rodeaba en círculos y rejuntaba los animales sin dejarlos
desparramarse.

Con paciencia peló con el cuchillo (le quitó la cáscara) a la rama que
había cortado y me preguntó: - ¿El costillar con paleta? - A lo que
respondí levantando la maleta que traía a mi lado. -Arrímamelo por
favor - Dijo y se lo pasé sobre la misma bolsa en la que venía. Procedió
a contar 3 costillas desde la punta del pecho y las cortó justo en la
parte en que la carne y el cartílago unen la tercera con la cuarta
costilla y al abrirlas quedó al descubierto el interior de la paleta y las 3
costillas pegadas a la punta del pecho (las charqueó) luego lo tomó

85
De Cultura
del ijar y le hizo un corte, otro corte a la mitad del costillar y otro en las
y Tradición... costillas que había bajado. Posterior a esto procedió a pasar la rama
sin cáscara por estos hoyos quedando esta varilla como asador -
¡Ahora si! Dijo - y sacó un poco de sal que traía en una bolsa, la cual
había sacado del salero de la casa, lo espolvoreó con ella y
palmeándolo lo ensartó a un costado del fuego donde el calor le
llegaba perfectamente sin que lo alcance la llama.

Mucho rato no pasó, cuarenta y cinco minutos a una hora. Yo tenía


hambre (creo que el igual, debe haberla tenido pero jamás lo
demostraba), sólo recuerdo que siempre le mantuvo buen fuego y las
brazas que quedaban se las desparramaba con un palo por abajo
hasta que entró a tornarse café oscuro y en el pecho y las partes con
grasa un tanto amarillento lo que generaba que uno hiciera saliva
(jajaja) devolviéndome el mate me dijo - ¡Gracias! -.

Abrió la bolsa que traía con tortas fritas y la colocó a un lado tomó el
asador lo desenterró un medio metro retirado del fuego lo volvió a
PALOMITA DE CHIVO

clavar y me dijo: ¡Ya lo vio compañero! Indicándome la carne que ya


por cierto estaba cocida y se veía muy apetitosa a lo que yo respondí
tomando una torta frita de la bolsa la partí con el cuchillo y usándola
de tomador o pinza, corté un trozo de carne la cual estaba jugosita, él
hizo lo mismo luego de probar el primer bocado dijo: - pa’ mi esta
medio sin sal… - Y tomó la salmuera que preparara la noche anterior
Nosotr@s en la Palabra

en casa y roció su trozo de carne y torta frita. Por mi parte omití


servirme más sal (era bueno pa’ lo salado él). Callados ambos
comimos un tanto apuraditos, pero disfrutando de tan exquisito
bocado y que por cierto nos saciaba el hambre y nos reconfortaba
después de esa primera etapa de trabajo.

Cuando ya nos sentimos satisfechos limpiamos los cuchillos y me dijo -


Vamo’a bajar la grasa - me ofreció un trago con la bota - el cual no
desprecié. No había quedado mucho de aquella preparación - Le
toca a los compañeros dijo - y en turno llamamos a nuestros perros y
mientras uno quedaba de vigía el otro comía también y disfrutaba
como lo merecían por ser parte de aquel equipo de trabajo.

Guardado todo en las maletas: Teterita, botellón, mate sin yerba y


bombilla, el restante del cuarto de yerba, salmuera, sal y algunas
tortas, armamos un cigarrillo cada uno. Siempre recordaré esa vieja
costumbre del papá después de comer carne, de haber encendido su
cigarro de la caja de fósforos (de esas marca Copihue, cajita de
madera) sacó una orillita como astilla la cual usó de escarbadientes
para asear su dentadura - Ya nos queda la nada misma dijo - y salió
con la maleta y su cojinillo caminando hacia su caballo.

86
De Cultura
y Tradición...
¡Oh si! 16:30 horas eran cuando le abrí la tranquera de la veranada a
la tropa - Ta’ lindo el pasto – comentó. Me parecía nomás con lo
nevador que vino el invierno tenía que estar güeno. - Vamos a comer
borregos gordos pa’ abril cuando los bajemos - Me dijo y me cerró un
ojo. Cerré la tranquera, monté a caballo y desandamos el camino
como él lo habría hecho tantas veces y como lo hizo hasta el último
momento… ”NO POR APURAO’, SE ANDA HAMBRIA’O ” pienso cada
vez que repito esta acción de preparar una palomita de chivo, claro
hoy por hoy y fuera del contexto rural del cual me ha alejado el
destino, pero sí cuando llegamos a casa con amigos, con mi hija o mi
compañera… es la comida de aquel que trabaja, de aquel que el
tiempo lo apremia, pero que entiende que el comer es un gusto y es
muy necesario.
PALOMITA DE CHIVO
Nosotr@s en la Palabra

87
De Cultura
y Tradición...
En memoria de mi abuelo y de tantos abuelos pobladores que hicieron
de la huella su comedor frente al destino de trabajar para sus familias y
hacer grande nuestra tierra.

Que lindos recuerdos que tengo tatita


Hoy quiero dejarte mi canto sincero
Y darte las gracias de tu herencia linda
Que vos me dejastes, que es el ser campero.

Jorge Contreras - Zambita para mi tata


Disco “Aquí me tienen de vuelta”
PALOMITA DE CHIVO
Nosotr@s en la Palabra

JORGE CONTRERAS MUÑOZ


Sector El Claro - Puerto Ibañez

Originario de Puerto Ibañez, tercera generación


de colonos que llegaron a la zona.
Trabajador rural, hace diez años dedicado a la
gestión cultural y el canto, el cual utiliza como
herramienta de concientización, además de llevar
el pan a su mesa.

88
MAS RESPETO CON LA GORRA

89
De Cultura
y Tradición...
Es símbolo de empatía
Es también identidad
Nos reúne en hermandad
Es acto de rebeldía
Al ponérsela hoy en día
Recordando a los mayores
Resaltando sus valores
Esos que el tiempo no borra
Cuando me pongo la gorra
A mi padre rindo honores.
MAS RESPETO CON LA GORRA

Cuando llegan nuestros abuelos y/o bisabuelos a nuestra comuna con


el fin de poblarla (construir sus hogares, asentarse en los campos
fiscales con sus familias para dejar de ser nómades por la patagona
Argentina); el uso de la vestimenta, como lo corroboran las fotografías,
era la que se podía comprar en el país vecino: botas, alpargatas,
bombachas, saco o paletó, camisa, pañuelo al cuello y sombrero, en
menos cantidad gorra de vasco y por último el jockey.

Si bien la Gorra de Vasco no es el “cubrecabeza” que


mayoritariamente usaron nuestros ancestros usaron cuando llegaron,
en la actualidad se ha transformado en el más utilizado, ya que se ha
Nosotr@s en la Palabra

masificado por toda la Patagonia chilena y argentina, primero por su


ventaja práctica para distintos climas y geografías, como también por
su acomodo para distintos tamaños y formas de postura sobre la
cabeza, por su menor costo, y porque además es posible la propia
fabricación.

Justamente esta masificación, sobre todo en el sector rural, la ha


transformado en un elemento identitario de nuestra cultura
gauchesca, de ahí que algunos personajes la usen, bajándose del
avión, para camuflarse y aparentar ser uno más de nosotros, algunos
con el fin de apropiarse de nuestra representación o lavar su imagen y
otros casi como humorada, aparentando algo que realmente no son,
como dice un dicho “el hábito no hace al monje”.

La cultura gauchesca chilena, y en especial la aysenina, ha sido por


mucho tiempo ignorada y hasta rechazada como parte del acervo
cultural nacional, recordemos que esos pobladores que llegaron a
fines del 1800 y principios del 1900, salieron hacia argentina buscando
nuevas oportunidades que en sus territorios de origen (sur de la VIII, IX y
X región) no se les daba, época en la cual la diferencia entre huaso y
gaucho prácticamente no existía, de hecho la gente rural de

90
De Cultura
y Tradición... Latinoamérica era muy parecida en su forma de vida y vestimenta en
particular, por lo que no fue difícil para nuestros antepasados conser-
var aquellas tradiciones y mantenerlas hasta nuestros días; eso sí no
exenta de pasajes obscuros, en donde un estado chileno en busca de
la homogenización cultural intentó borrar del territorio nacional, con la
inclusión del huaso centrino como figura representativa de la chileni-
dad, creando clubes de huaso, clubes de cueca huasa, conjuntos fol-
clóricos, enseñando en todas las escuelas dichas formas musicales co-
mo las correctas en cuanto a tradiciones, omitiendo la música y el bai-
le propio del territorio, además de exacerbar que aquellas culturas o
formas tradicionales presentes o adoptadas de otros países vecinos
eran antipatriotas en épocas de conflictos bélicos, esto reforzado lue-
MAS RESPETO CON LA GORRA

go en los cuarteles militares cuando la población realizaba el servicio


militar, esto llevó a que mucha gente con herencia cultural gaucha a
que comenzara a cuestionar su vivir diario, a negar sus propios oríge-
nes y aquellas formas culturales que provenían de sus padres y abue-
los; incluso se recuerdan abusos de poder y amedrentamiento por par-
te de carabineros hacia los pobladores que lucían atuendos gauchos
en los años próximos al asesinato del Teniente Merino, todo esto provo-
có que en los años posteriores y más aun en época de dictadura la
gente dejara dichas vestimentas solo para el campo, vale decir que
para la oficialidad, cuando venían al pueblo (centros poblados) usa-
ban ropas “de vestir” pantalón recto, saco o paletó y un sombrerito de
Nosotr@s en la Palabra

ala corta, otros más “patriotas” con sombrero y pantalón de huaso.

Por esto siento que el uso de una gorra de vasco, o boina como tam-
bién se le llama actualmente, es un acto de rebeldía hacia el sistema y
ese estado que se olvidó de nosotros, que solo quiere nuestros recursos,
que no nos respetó, que trató de borrar el sacrificio de nuestros abue-
los que poblaron y se establecieron sin su ayuda, el usar gorra no nos
hace gauchos sin duda, pero debemos estar conscientes que al usarla
estamos representando a todos esos verdaderos gauchos que por dis-
tintas razones no pudieron mostrar su cultura abiertamente, que somos
responsables de exigir ese respeto para quienes quieran usarla, ya
sean nuestros descendientes o aquellos que nos visitan.

La gorra puede que tenga poco valor monetario pero tiene un simbo-
lismo que nos identifica y nos recuerda que somos diferentes al resto
del país, que seguramente nuestros abuelos sentirían orgullo de vernos
con ella puesta más que con cualquier otra gorra de moda o comer-
cial, que debemos llevarla con respeto, como las tradiciones hereda-
das, ya que son el reflejo del sacrificio y el amor de nuestros antepasa-
dos por su sangre y su tierra.

91
De Cultura
y Tradición... MAS RESPETO CON LA GORRA
Nosotr@s en la Palabra

CECILIO ALIER AGUILAR GALINDO


Balmaceda

Soy hijo de Cecilio Aguilar Del Rio y Amelia Galin-


do Troncoso, ambos nacidos y criados en
Balmaceda y Valle Simpson respectivamente. Yo
nací en Balmaceda y conocí el campo desde ese
momento. La vida me llevó al pueblo y ese cambio
me mostró que lo más importante son nuestras
raíces, el respeto por la sangre, la tierra y nuestra
cultura. Creo que la causa y la rebeldía más grande
es la defensa de lo nuestro, el respetar a nuestros
ancestro es respetarnos a nosotros mismos y a los
que vienen.

92
NO QUIERO ESCRIBIR...

93
De Cultura
No sé que escribir
y Tradición... No quiero
No puedo.
Por qué debo justificar, el privilegio de vivir aquí…

De las oportunidades de la vida, y las condiciones que nos impone el


territorio
De la soledad, y el ensordecedor viento, del vasto horizonte verde o
azules paredes montañosas, de los fríos o incandescentes atardeceres.
De la Libertad en todo lo que tus ojos logran descifrar
De la tranquera abierta y la esperanza del descanso en la imagen del
humo de un rancho a lo lejos.
De la huerta fértil, las pasturas, el bramido de madrugada, y la
producción de temporada.
De la nieve y la escarcha que detienen el tiempo detrás de las
ventanas
Del olor inconfundible de las tortas en la grasa, y la chirriante cocción
NO QUIERO ESCRIBIR...

de un churrasco en el horno.
Del denso perfume del humo, que disimula las penas
Del calor del fuego, de su presencia como si un amigo fuera.
Del amargor del primer mate, que despierta que calienta
De la mano amiga, el trabajo colectivo, desinteresado
De la historia conocida en un apellido, el apodo inconfundible, y el
anecdotario que le precede.
Nosotr@s en la Palabra

De, cómo descifrar las manos en los tientos de un lazo o apreciar la


técnica del tejido en el hilado.
Del tiempo, el tan anhelado tiempo, que en este escenario se vuelve
inmenso, inalcanzable
Muchas veces eterno, invaluable.

Quizás eso es lo que tanto miedo produce…


Seguir contando las bondades de nuestra tierra.,
Por que luego, nos visitan, las cambios indeseables, los vecinos forzosos
Las “autoridades desconocidas”
Y pronto las familias migran, el campo no les da, los hijos ya
abandonaron,
Nadie llego a ayudar a la esquila, menos a la señalada.
No hay precio para el ternero, y el talaje se ha puesto escaso.

Vendieron.
Y no se conoce al nuevo vecino. Dicen que es de Santiago, que son
gringos, que vienen en helicópteros o en aviones, que nadie los
conoce, que tienen plata, y la plata enamora, la plata manda.

No es necesario entrar a juzgar, si mis viejos vecinos hicieron bien o


mal …

94
De Cultura
y Tradición... No somos nosotros quienes podrían haber puesto en sus manos mas
herramientas para haber cultivado su propiedad, para sacarle
provecho o morir tranquilo en su hogar.
Cuando falta el estado, la salud, la educación, las facilidades…la
Plata manda.

Cuando falta todo, la incertidumbre carcome más rápido que el


hambre,
Pero si hago eco de las penas, los miedos y los lamentos de mis vecinos
que ya no están
De los que detrás de la cocina hoy ven pasar los días, los años y no
tienen ningún cerco que levantar, ya no queda nada de esos dulces
billetes del principio. No hubo tiempo de disfrutar siquiera,
las deudas, los hijos, la casa, se llevó como el agua los ceros de un
cheque, que no alcanzaba para solventar todo lo que el campo
jamás les pudo entregar.
NO QUIERO ESCRIBIR...

Por eso no se que escribir, no quiero, no puedo seguir escribiendo


sobre lo hermoso y cándido de vivir en la Patagonia, por que acarrea
consecuencias… y a veces es mejor CALLAR.

Porque “no le tengo miedo a los de afuera que nos quieren comprar,
Nosotr@s en la Palabra

sino a los de adentro que nos quieren vender” (Ilia).

95
De Cultura
y Tradición... NO QUIERO ESCRIBIR...
Nosotr@s en la Palabra

ANDREA ROSAS TORRES


Villa O’Higgins

Hija, madre y hermana de esta tierra.


Trabajadora y voluntaria, dirigente social y gremial.
Comunicadora Social y porfiada por demás.

96
Región de Aysén, noviembre 2020.

97

También podría gustarte