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ARQUEOLOGÍA DEL NORTE:

PERSPECTIVAS DESDE LAS AULAS


Autores
Valeria Chávez Cuadra Verónica Nunura Alvarado Karina Maza Vílchez
Julio Cesar Díaz Chávez Jhon Santa Cruz Santos Pablo Saavedra Castro
Leydy Gines Carrillo Juan Carlos Suyón Benites Carlos Gil Arbocco
Abel Jacinto Gutiérrez Guadalupe Custodio Ñiquen Evelyn Mendoza Chero
Andrés Luliquis Chávez Luis Felipe De la Cruz Herrera William Reyes Bernilla
Andrés Saldaña Chávez Marcia Veliz Ramírez Yadira Ruiz Alcántara
Flor Medali Vásquez García Diego Villalobos Pacheco Edinson Marino Gonzáles
Jennifer Sofía Yturria Leyva Rovin Cervera Gómez Celeste Rojas Torres
Andrea López Córdova Lourdes Coser Heredia Lourdes Barrera Leyva

Edición
Carlos Wester La Torre
ARQUEOLOGÍA DEL NORTE: PERSPECTIVAS DESDE LAS AULAS
VOLUMEN 1, 2020

Jhon Santa Cruz Santos


Ministro de Cultura
Juan Carlos Suyón Benites
Alejandro Arturo Neyra Sánchez
Guadalupe Custodio Ñiquen
Luis Felipe De la Cruz Herrera
Viceministro de Patrimonio Cultural e
Marcia Veliz Ramírez
Industrias Culturales
Diego Villalobos Pacheco
Leslie Carol Urteaga Peña
Rovin Cervera Gómez
Lourdes Coser Heredia
Director de la Unidad Ejecutora Nº005
Karina Maza Vílchez
Naylamp Lambayeque
Pablo Saavedra Castro
Alfredo Narváez Vargas
Carlos Gil Arbocco
Evelyn Mendoza Chero
©Carlos Wester La Torre
William Reyes Bernilla
E-mail: cwester@unprg.edu.pe
Yadira Ruiz Alcántara
Edinson Marino Gonzáles
Edición
Celeste Rojas Torres
©Muse Arqueológico Nacional Brüning
Lourdes Barrera Leyva
Dirección: Av. Huamachuco s/n, Lambayeque
Telefono: 074-282110
Diseño y Diagramación
E-mail: museonacionalbruning@yahoo.es
Alberto Atoche Roque
Autores
Carátula
Valeria Chávez Cuadra
Representación de Ave Mítica en Oro, cultura
Julio Cesar Díaz Chávez
Lambayeque. Colección Museo Brüning
Leydy Gines Carrillo
Abel Jacinto Gutiérrez
Lectura y Correción de Estilo
Andrés Luliquis Chávez
Juan Martines Fiestas
Andrés Saldaña Chávez
Samuel Castillo Reyes
Flor Medali Vásquez García
Jennifer Sofía Yturria Leyva
Edición Virtual
Andrea López Córdova
Año 2020
Verónica Nunura Alvarado

Nota:
El editor de la revista deja constancia que el contenido, los datos e ilustraciones
empleados en cada uno de los artículos son de plena responsabilidad de los autores.
ARQUEOLOGÍA DEL NORTE: PERSPECTIVAS DESDE LAS AULAS
REVISTA DEL MAB / ESCUELA DE ARQUEOLOGÍA UNPRG

Contenidos
Presentación 1
Comentario 3
Agradecimientos 7
Introducción 9
Artículo 1
“Del mito a la materialidad: Caracterizando lo Lambayeque a partir del 13
relato mítico”
Valeria Chávez Cuadra Julio Cesar Díaz Chávez
Leydy Gines Carrillo Abel Jacinto Gutiérrez

Artículo 2
“La arquitectura pública Lambayeque como indicador de organización 31
social y expresión de poder”
Andrés Luliquis Chávez Andrés Saldaña Chávez
Flor Medali Vásquez García Jennifer Sofía Yturria Leyva

Artículo 3
“Continuidad Mochica en las tumbas de élite Lambayeque medio y tardío” 45
Andrea López Córdova Verónica Nunura Alvarado
Jhon Santa Cruz Santos Juan Carlos Suyón Benites

Artículo 4
“Revaluando el rol y poder de los personajes femeninos en la costa norte: 69
una perspectiva desde los Mochica y Lambayeque”
Guadalupe Custodio Ñiquen Luis De la Cruz Herrera
Marcia Veliz Ramírez Diego Villalobos Pacheco

Artículo 5
“Evidencia arqueológica como expresión religiosa en la sociedad 85
Lambayeque”
Rovin Cervera Gómez Lourdes Coser Heredia
Karina Maza Vílchez Pablo Saavedra Castro

Artículo 6
“Bienes Lambayeque como indicadores de interacciones macro-regional” 103
Carlos Gil Arbocco Evelyn Mendoza Chero
William Reyes Bernilla Yadira Ruiz Alcántara

Artículo 7
“Los Chimú en el territorio Lambayeque: Expansión e integración” 121
Edinson Marino Gonzáles Celeste Rojas Torres
Lourdes Barrera Leyva
convirtieron en espacios y actividades con
PRESENTACIÓN
la posibilidad de generar ideas creativas, con
Dr. Julio César Sevilla Exebio
varios materiales bibliográficos, técnicas
Escuela de Arqueología
de discusión de investigación, medios para
Director
explorar las diversas conexiones que nos
Se ha discutido durante muchos años el pa- permiten comprender el pasado, para tomar
pel del docente universitario , uno de estos lecciones en el presente.
roles es el de mediador de los aprendizajes,
en la revista que vamos a leer encontramos Empelando las técnicas de debate e inves-
éste rol, así como nos ilustra en estrategias tigación, y con los indicadores señalados,
de aprendizaje, como debate en clase e in- busca que los estudiantes enfrenten retos
vestigación colaborativa realizada por los diversos en el cotejo de las investigaciones
estudiantes, lo que constituye un aporte a realizadas , que provoque pensar en cosas
la formación pedagógica de los estudiantes nuevas a partir de un balance temático de las
universitarios, y alumnos (as) de arqueología investigaciones, generando ideas originales,
de la Facultad de Ciencias Histórico Socia- conexiones inusuales, que se ve reflejado en
les y Educación de la Universidad Nacional los aportes académicos de los diversos artí-
Pedro Ruiz Gallo, a través de los cursos de culos, los cuales son una muestra de la cons-
Arqueología del Norte 1 y Arqueología del trucción de nuevos saberes en este proceso
Norte 2, para alumnos del último año de for- cognitivo; ello lleva, a que este grupo de es-
mación académica, que han generado impor- tudiantes, desarrollen ideas creativas en sus
tantes expresiones académicas, en la publi- futuros espacios profesionales, así como han
cación de la revista “Arqueología del Norte: perfeccionado y formado las habilidades de
perspectivas desde las aulas”, editada por colaboración, al trabajar en grupo y arribar,
nuestro colega Mg. Carlos Wester La Torre, después de muchas controversias a un texto;
quien entendiendo su misión , no sólo de ar- la capacidad de analizar, debatir y resolver
queólogo, sino de docente de arqueología, a problemas de tipo profesional, los prepara
través de su práctica desarrolla las diversas para resolverlos en la vida.
técnicas de aprendizaje, redundando en el
mejor desempeño académico y profesional Todo este proceso lleva, a que los actores
de los estudiantes, demostrando que el pro- educativos publiquen una revista que desa-
ceso educativo universitario puede cambiar rrolla la alfabetización digital, que aporta
si se multiplican los buenos maestros. en sus páginas, un dialogo inteligente, con
temas específicos, pero además ésta versión
En los seminarios, de carácter expositivo, digital es producto de la alianza entre la Uni-
donde se analizan y discuten los resultados versidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, y el Mi-
de las últimas investigaciones arqueológicas nisterio de Cultura, formalizada a través del
de la costa y sierra norte del Perú, se perfilan Convenio suscrito en el mes de setiembre del
varios indicadores como: la organización so- año 2019.
ciopolítica, territorialidad, ideología, poder,
género, patrones funerarios, producción ma- “Arqueología del Norte: perspectivas desde
terial, arquitectura y relaciones, continuidad las aulas”, en su primer volumen, aparece en
cultural. Este análisis y evaluación de los el marco de la conmemoración de los 99 años
resultados de las investigaciones, permite in- de vida institucional del Museo Arqueológi-
terpretar , valorar, debatir, los diversos apor- co Nacional Brüning, (julio del 2020), nos
tes de los investigadores en estos contextos, plantea retos, compromisos y lecciones.
así como desarrolla el pensamiento creativo
en diversos componentes ; los seminarios se ¡¡¡¡ Bienvenida ¡¡¡¡

1
COMENTARIO arqueología peruana, la presencia de institu-
ciones científicas de investigación, conserva-
Dr. Jesús Briceño Rosario
ción y el uso social del patrimonio arqueoló-
Docente
gico, como son los Museos Nacionales, entre
En la década de los 80 del siglo pasado, espe- otros aspectos, es lo que motivo la creación
cíficamente en el año 1987, con el hallazgo de la Escuela Profesional de Arqueología en
de la tumba del “Señor de Sipán” a cargo de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo
Walter Alva y sus colaboradores, la región de la cual ya egresaron tres promociones.
Lambayeque se convierte en una de las áreas Con estas consideraciones, quiero referirme
de más interés para la arqueología del norte a los trabajos académicos elaborados por los
del Perú. Luego de un cierto tiempo y mien- recientemente egresados de la Escuela Pro-
tras que las investigaciones arqueológicas fesional de Arqueología de la UNPRG, para
en la costa norte, seguían concentradas en el el primer volumen de la revista “Arqueolo-
estudio de los Mochicas, en Lambayeque se gía del Norte: perspectivas desde las aulas”,
retoman de manera más intensa, los trabajos promovida y editada por nuestro colega Mg.
relacionados con la cultura Lambayeque, Carlos Wester La Torre, que se presentan a
nombre con el que denominó Jorge Zevallos manera de ensayos y buscan continuar con
Quiñones, a ese periodo de tiempo, después la discusión y debate, que en estos últimos
de los Mochicas y antes de la expansión Chi- tiempos muy poco se practica en la arqueolo-
mú a la región de Lambayeque. gía peruana, de la información que se cuenta
hasta el momento, sobre los antecedentes,
En varios monumentos relacionados con la desarrollo y destino posterior de la cultura
cultura Lambayeque, se iniciaron excava- Lambayeque.
ciones arqueológicas, acumulando una vasta
información, en muchos casos se han tratado Considero que los trabajos de este grupo de
de contextos únicos, generando prolongados jóvenes egresados, no terminan en las con-
debates, como por ejemplo, sobre la denomi- clusiones, sino todo lo contrario. Con estos
nación de “Lambayeque” o “Sicán”. Los re- trabajos, que no solamente tienen un enfo-
sultados de las investigaciones arqueológicas que arqueológico, sino también etnohistóri-
en Lambayeque, no solamente han sido noti- co y etnográfico, se quiere abrir las puertas,
cia, sino que a partir de publicaciones bien para seguir buscando las respuestas a más de
hechas y de alta calidad, se ha buscado que una pregunta. En esa perspectiva, que mejor
perduren en el tiempo, no se pierda el valor que sean los jóvenes quienes, sin el temor
de la información recuperada y, pueda ser de a equivocarse, respondan viejas preguntas,
acceso de la comunidad en general. Este as- plantear nuevas interrogantes o cuestionar
pecto es importante resaltar, por cuanto, con los modelos teóricos existentes. Al final, el
dichas publicaciones, no solamente se ha te- propósito es explicar mejor el desarrollo de
nido acceso a los nuevos datos, sino que tam- los periodos tardíos de las sociedades andi-
bién ha generado interés para discutir mejor nas prehispánicas, como es el caso de la cul-
dicha información. El Primer y Segundo Co- tura Lambayeque.
loquio sobre la cultura Lambayeque, realiza-
do en el 2007 y 2011 respectivamente, pue- El primer trabajo tiene por título “Del mito a
den ser el mejor testimonio de lo señalado. la materialidad: caracterizando lo Lambaye-
que a partir del relato mítico”, elaborado por
El desarrollo de proyectos de investigación Valeria Chávez, Julio Díaz, Leydi Ginés y,
arqueológica de largo plazo, la importancia Abel Jacinto. Nuevamente se vuelve a invo-
que tiene la región de Lambayeque para la car al ídolo “Yampallec”, relacionado con la

3
figura y estatua de Ñaymlap, que sigue siendo Chornancap y el Señor de los Spondylus, se
la base para la discusión de los antecedentes observa todavía la continuidad de las raíces
de esa “dinastía de gobernantes” que en más mochicas, expresado en la posición extendi-
de una oportunidad lo ha señalado Alfredo da de los entierros, el poder femenino, entre
Narváez. Sin dejar de mirar al “Huaco Rey”, otros aspectos. Es decir, que con Lambaye-
se discute sobre el rol de la “divinidad orni- que, no se da una completa ruptura con las
tomorfa” al que se refería Rebeca Carrión, en tradiciones del grupo predecesor, sino que
el contexto de la cosmovisión andina a través hay una continuidad como “símbolo” de et-
del tiempo, además de un repensar actual so- nicidad. Es la herencia cultural que se tras-
bre la producción material Lambayeque sin mite de una sociedad a otra.
dejar de discutir los conceptos de cultura, es-
tilo y etnicidad. La cosmovisión dual, mujeres divinizadas y
el tema de género, se discute en el trabajo
“La arquitectura publica Lambayeque como “Reevaluando el rol y poder de los persona-
indicador de organización social y expresión jes femeninos en la costa norte: Una perspec-
de poder”, es el tema que desarrollan Andrés tiva desde los Mochica y Lambayeque”, pre-
Luliquis, Andrés Saldaña, Flor Vásquez y, sentado por Guadalupe Custodio, Luis de la
Jennifer Yturria. El tema central de la discu- Cruz, Anabel Veliz y Diego Villalobos. Des-
sión es sobre la arquitectura monumental, la de la “Dama de Pacopampa”, una tumba del
que no debe verse desde la perspectiva de su Periodo Formativo excavada por Yuji Seki
gran tamaño, sino, principalmente, desde su en el sitio de Pacopampa; las tumbas de elite
función, siempre de uso público, relacionado Mochicas de San José de Moro y Huaca Cao
directamente con la configuración del paisa- Viejo en el valle de Jequetepeque y Chicama
je cultural de los cinco valles del territorio respectivamente y, la tumba de Chornancap
de Lambayeque. En esa línea se analiza a las en Lambayeque, son reevaluadas con rela-
Huacas Las Ventanas y Huaca El Loro del ción al prestigio, estatus, reputación social y
Complejo Arqueológico Bosque de Pomac, poder de la mujer en las sociedades prehis-
como espacios arquitectónicos sagrados; el pánicas. Además, también se discute sobre el
Complejo Chotuna-Chornancap como ex- contenido de la tumba de la “Sacerdotisa de
presión del urbanismo Lambayeque; obras Chornancap” y su relación con la compleja
de infraestructura de riego como el canal iconografía del vaso de “Denver”, que han
Taymi como expresión del poder económi- resaltado Carol Mackey y Joanne Pillsbury.
co, basado en la agricultura. Al analizar la
arquitectura pública monumental, como una “Evidencias arqueológicas como expresión
expresión de poder, los autores incluyen tam- religiosa en la sociedad Lambayeque”, tra-
bién en esta discusión a los entierros de elite, bajo presentado por Rovin Cervera, Lour-
los sacrificios humanos y la ubicación con des Coser, Karina Maza y Pablo Saavedra,
relación al mar, el valle y las montañas. plantea como pregunta principal para la dis-
cusión, sobre ¿Cuáles son esas evidencias ar-
Andrea López, Maday Nunura, Jhon Santa queológicas para explicar la religión Lamba-
Cruz y Juan Suyón, con el trabajo “Continui- yeque? A partir de esta pregunta, se van a las
dad Mochica en las tumbas de elite Lamba- evidencias que han expuesto las excavacio-
yeque Medio y Tardío”, ponen a la mesa de nes arqueológicas realizadas en los últimos
discusión que, a pesar de los cambios que se 30 años principalmente, para explicar la reli-
pueden observar en las tumbas de elite Lam- gión en la sociedad Lambayeque. Como par-
bayeque Medio y Tardío, como las Tumbas te de las evidencias arqueológicas también
Este y Oeste de Pomac, el Guerrero de Illi- consideran los contextos asociados a sacri-
mo, la Tejedora de Collud, la Sacerdotisa de ficios humanos, actos rituales, el culto a los

4
ancestros, la sacralización de los espacios, el
manejo del recurso hídrico y los mitos.

Carlos Gil, Evelyn Mendoza, William Reyes


y Yadira Ruiz, con el trabajo “Bienes Lam-
bayeque como indicadores de interacciones
macro regional”, discuten, a partir del “Hua-
co Rey”, las construcciones a gran escala y
la arquitectura en forma de T, la iconografía,
entre otros aspectos, sobre el área nuclear
de Lambayeque y su expansión territorial.
También se discute el tema de “Lambayeque
Provincial”, propuesto por ciertos investiga-
dores, sobre el cual los autores señalan su po-
sición. La naturaleza de la interacción macro
regional Lambayeque, estaría más relaciona-
do con el comercio y la religión.

El último trabajo firmado por Edinson Ma-


rino, Celeste Rojas y Lourdes Barrera, tiene
como título “Lo Chimú en el territorio de
Lambayeque: ¿Expansión o Integración?”.
El relato de las crónicas señala claramente
sobre la expansión territorial del Estado Chi-
mú, con su capital Chan Chan en el valle de
Moche, hacia el norte, estableciendo su “cen-
tro provincial” en Farfán, valle de Jequetepe-
que. Sin embargo, aún falta explicar mejor
sobre la naturaleza de la presencia Chimú en
el territorio Lambayeque, por lo que son vá-
lidas las preguntas relacionadas con ¿Expan-
sión?, ¿Integración? o “Interrelación?

Es muy seguro que más de una cuestión se


quedó en la mente de los autores, sin em-
bargo, debo expresar, parafraseando al pintor
francés Paul Gauguin, que “me da mucho
gusto que jóvenes, muy bien intencionados,
estén en busca de mejores respuestas, y aun-
que puedan equivocarse, afirmen siempre sus
opiniones”. Es la mejor manera de contribuir
con la ciencia, en este caso con la arqueolo-
gía y con la academia.

5
AGRADECIMIENTOS

Los autores de los artículos, expresamos nuestro profundo agradecimiento y reconocimiento


al Magister CARLOS WESTER LA TORRE, docente de nuestra Escuela, por todo el apoyo
y esfuerzo puesto para sacar adelante está revista, que permite presentar artículos fruto de
nuestra formación académica. Especial reconocimiento hacemos para Alberto Atoche Roque
encargado del diseño y diagramación.

Agradecemos también a nuestra Escuela de Arqueología de la Facultad de Ciencias Histórico


Sociales y Educación de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, que nos acogió durante
nuestra formación superior y dónde encontramos la enseñanza de nuestros maestros, cuya
experiencia y prestigio ha sido una inspiración permanente.

Especial gratitud merece el Museo Arqueológico Nacional Brüning del Ministerio de Cultura
por brindar el respaldo institucional a esta publicación en la conmemoración de su 99
Aniversario.

Finalmente, dedicamos este volumen a nuestros padres y familias como testimonio del
compromiso de convertirnos en profesionales útiles a nuestra sociedad y con una indeclinable
vocación por nuestro pasado.

LOS AUTORES

7
INTRODUCCIÓN tribuciones académicas de las investigacio-
Mg. Carlos Wester La Torre nes actuales que no constituyen procesos
acabados, sino por el contrario han promo-
Docente
vido el permanente debate. Nuestros estu-
Este volumen constituye el reflejo de la diantes en el marco del curso han analizado e
producción intelectual y talento de nuestros interpretado los aportes, y los han asimilado
alumnos, que en forma organizada han ela- también como inspiración e influencia para
borado sus artículos siguiendo las temáticas construir sus propios ejes temáticos, por eso
de los contenidos propuestos y fruto también en el presente texto aparecen cada uno de
de sus propios intereses de investigación ar- los artículos que los alumnos elaboraron, y
queológica. que constituye un primer producto concreto
y visible que nuestra Escuela de Arqueología
En el marco de los cursos Arqueología del aporta como evidencia de la calidad acadé-
Norte 1 y Arqueología del Norte 2, desarro- mica de sus alumnos.
llados a lo largo del año 2019, con los alum-
nos de la Escuela Académico Profesional Las actuales circunstancias generadas por la
de Arqueología, de la Facultad de Ciencias pandemia COVID-19, han hecho que bus-
Histórico Sociales y Educación, de la Uni- quemos nuevas formas de comunicación,
versidad Nacional Pedro Ruiz Gallo-Lam- en el cual esta revista digital se alinea, di-
bayeque y con el valioso apoyo del Museo fundiendo la producción intelectual genera-
Arqueológico Nacional Brüning, logramos da por los alumnos y puesta al alcance en
el objetivo de editar el primer volumen de la una forma virtual bajo el sello editorial del
revista que denominamos “ARQUEOLO- Museo Arqueológico Nacional Brüning y la
GÍA DEL NORTE: Perspectivas desde las Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. En
aulas”, que en versión digital presentamos el primer artículo titulado “Del mito a la ma-
como producto de la alianza entre la Univer- terialidad: caracterizando lo Lambayeque a
sidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, y el Mi- partir del relato mítico”, los autores presen-
nisterio de Cultura, formalizada a través del tan un balance bibliográfico de los términos
Convenio suscrito en el mes de setiembre del Lambayeque y Sicán, con el propósito de
año 2019. mostrar si ambas denominaciones demues-
tran una correspondencia con las evidencias
Los cursos Arqueología del Norte 1 y Ar- arqueológicas, fuentes etnohistóricas y si son
queología del Norte 2, constituyen semi- viables para su aplicación en el territorio de
narios consecutivos, de carácter expositivo Lambayeque y en la sociedad de la historia
donde se analizan y discuten los resultados y tiempo al que pertenecen. Es muy impor-
de las últimas investigaciones arqueológicas tante precisar que los autores no pretenden
de la costa y sierra norte del Perú, desde el convencer al lector el adoptar por tal o cual
Periodo Inicial hasta el Horizonte Tardío; termino, que se debería usar para denominar
enfatizando aspectos como organización so- a los grupos sociales o entidades políticas
ciopolítica, territorialidad, ideología, poder, que se desarrollaron durante el periodo Inter-
género, patrones funerarios, producción ma- medio Tardío en Lambayeque; porque a su
terial, arquitectura y relaciones macroregio- juicio este es un debate que va más allá de
nales. Este análisis y evaluación de los resul- una circunstancia solo terminológica. Pero
tados de las investigaciones, han permitido concluyen en que el rasgo “ornitomorfo”
construir en los alumnos una visión holística expresado en el arte de la materialidad Lam-
de la arqueología norperuana, bajo el enfo- bayeque, constituye una constante que se ve
que geográfico y paisajístico; entendiendo, reflejada en todo el territorio.
interpretando y reflexionando sobre las con-

9
El segundo artículo “La arquitectura públi- Lambayeque, lo que genera una tradición de
ca Lambayeque como indicador de organi- culto a los ancestros y antepasados que sub-
zación social y expresión de poder”, explica siste a través del tiempo. Al concluir con el
que la arquitectura pública Lambayeque no texto los autores sostienen que “la sociedad
solo es la imagen de la monumentalidad, Moche no colapsa, sino que a pesar de la
sino que su emplazamiento, las sepulturas de inclusión de nuevos símbolos o rasgos, esta
personajes de élite, los sacrificios y ofrendas continúa arraigada en lo Lambayeque”.
al monumento, son un indicador del poder
político e ideológico. Los autores, sostienen Para los autores del cuarto artículo “Reva-
que la arquitectura Lambayeque muestra evi- luando el rol y poder de los personajes fe-
dentes diferencias respecto a los territorios meninos en la costa norte: una perspectiva
donde estas se emplazan; muchas de ellas desde los Mochica y Lambayeque”, la im-
presentan las mismas técnicas constructivas, portancia de la mujer en los sistemas políticos
materiales y acabados, pero su orientación, y religiosos en épocas prehispánicas, cons-
simbología y relación con el paisaje, los lle- tituye una evidencia “empírica” categórica,
va a concluir que pertenecen a un grupo so- que conocemos desde los descubrimientos
cial que se encuentra “fragmentado” territo- de contextos arqueológicos en: Chornancap,
rialmente por varios centros de poder, como San José de Moro, Pacopampa, y El Brujo,
Chotuna – Chornancap, Túcume y Pomac. en el territorio de la costa y sierra norte, don-
Concluyen que la arquitectura pública es una de se demuestra la incursión femenina en
prueba para fortalecer la teoría de organiza- el poder desde épocas muy tempranas y en
ción sociopolítica en el modelo de Parciali- sociedades complejas. Los autores sostienen
dades, porque en las diferencias expresadas que el rol de estas mujeres no solo se circuns-
en la arquitectura, nos muestran una “seg- cribía a la subordinación ante otro personaje,
mentación” territorial y organización social sino que ejerció poder y autoridad en su so-
no centralizada. ciedad, independientemente de sus relacio-
nes con hombres y mujeres, así como cons-
En el tercer artículo titulado “Continuidad truyó relaciones en su esfera macroregional.
Mochica en las tumbas de élite Lambaye- Por ello presentan pruebas de la incursión de
que medio y tardío”, los autores proponen la mujer en los periodos del Intermedio Tem-
que las Tumbas de personajes de Élite son prano e Intermedio Tardío, a partir de la ma-
un indicador del poder y prestigio que tenía terialidad arqueológica, corpus iconográfico,
un grupo privilegiado, por la acumulación de con el propósito de tener una visión comple-
bienes, por el rico repertorio iconográfico en ta del tiempo y territorios en los que ejerció
los ornamentos que describen sus roles y je- un mayor poder, autoridad y protagonismo.
rarquías. En este sentido, la ubicación de la Concluyen que “la evidencia de la incursión
sepultura, el escenario y paisaje cultural con de la mujer en estos periodos, no la vuelve
el que se asocian, lo convierten en un espa- superior al papel que desempeñó el hombre
cio sagrado y son reflejo de cambios y con- en las sociedades, sino que forma parte del
tinuidades. Este artículo busca puntualizar equilibrio ideológico, político y social que
la continuidad Mochica en los objetos de las mantuvieron las sociedades prehispánicas”,
tumbas de élite Lambayeque como símbolo y que conocemos como dualidad.
de etnicidad. Coincidiendo con la propuesta
de que lo Lambayeque es una “cultura fusio- El quinto artículo denominado “Evidencia
nal”; no obstante, a pesar del surgimiento de arqueológica como expresión religiosa en
una élite gobernante étnicamente diferente, la sociedad Lambayeque”, constituye un ar-
algunas de las tradiciones Mochicas se man- tículo en el cual los autores, haciendo alusión
tienen hasta las épocas tardías del desarrollo al relato de Ñaymlap sostienen que la reli-

10
gión se inspiró en la presencia de este per- recursos la que genera estas incursiones de
sonaje legendario, que llega escoltado por su grupos Lambayeque en territorios que fueron
esposa y un séquito que tenía a cargo su pre- de sus antepasados los Mochicas. Los auto-
paración y cuidado personal, y cuya imagen res apuntan a un elemento fundamental que
fuera inmortalizada en un soporte de piedra podría explicar esta “presencia Lambaye-
de color verde conocida como Llampallec. que” en la costa norte, costa central, el actual
Así mismo, fueron sacralizados sus aposen- Ecuador y la zona de Cajamarca, y que se
tos y territorios, creándose un relato sobre trató del enorme prestigio y/o reputación que
su vida y transformación mítica. Los autores tenía la sociedad Lambayeque, que le per-
recuerdan la propuesta de que la religiosi- mitió gozar de esta capacidad de interacción
dad Lambayeque estaba considerada como con su entorno macroregional.
de tipo monoteísta, donde la representación
principal era la de un personaje central único, En el último artículo titulado “Los Chimú en
omnipresente y con poder transformativo. el territorio Lambayeque: ¿expansión o in-
Sin embargo, las investigaciones arqueológi- tegración?”, los autores abordan una temá-
cas desarrolladas en los valles de la región tica complementaria a lo que hemos venido
Lambayeque, muestran claras evidencias comentando, y se trata del estudio bibliográ-
que se aprecian en el arte mural policromo, fico de las contribuciones con relación a los
relieves que decoran fachadas, bienes de me- Chimú y su presencia en el territorio de la
tal (oro y plata principalmente), en los que cultura Lambayeque. Esta presencia se evi-
aparecen personajes masculinos, femeninos dencia en el carácter expansivo de su estra-
y una selecta flora y fauna con atributos que tegia de emplazamiento que sigue la línea de
divinizan su condición, y que construyen es- rasgos arquitectónicos existentes en la me-
cenas, rituales y actividades ceremoniales de trópoli de Chan Chan, para lo cual los autores
singular impacto cuya liturgia es difundida observan la presencia de la estructura en for-
en el vasto territorio como un lenguaje co- ma de “U” como elemento arquitectónico al
mún, que demuestra la existencia de una re- que se asocian corredores, vanos de control,
ligión politeísta. patios con banquetas y accesos restringidos.
Así mismo, plantean que los Chimú estable-
El sexto artículo de este volumen titulado cieron una expansión e incorporación de en-
“Bienes Lambayeque como indicadores de tidades multivalle, debido a factores del cre-
interacciones macro-regional”, los autores cimiento poblacional, la necesidad de contar
exploran una dimensión muy importante en con mayores recursos, y al carácter político
el estudio de la cultura Lambayeque; es decir, expansivo de los Chimú, que vieron en los
la problemática de cómo denominar las evi- Lambayeque, un escenario para fortalecer su
dencias Lambayeque registradas fuera del te- hegemonía en la costa norte del Perú. Como
rritorio o supuesta área nuclear Lambayeque. resultado de la identificación de un conjun-
Plantean además la oportuna reflexión sobre to de comparaciones como la leyenda Tay-
términos como “Lambayeque Provincial” o canamo, arte mural y la arquitectura, como
sencillamente “Presencia Lambayeque en te- patrones en común, permiten a los Chimú
rritorios foráneos”. Para ello, sostienen que “integrar” a la sociedad Lambayeque, lo que
un objetivo fundamental es establecer la re- significa que la “interacción” logra el cono-
lación y utilidad de conceptos que definen las cimiento del territorio Lambayeque para una
razones o el por qué se produce la expansión expansión efectiva.
Lambayeque fuera del área “nuclear”. Hay
que considerar si esta “movilización” de los Al concluir, debo agradecer a todas las per-
estilos y bienes es producto de un proselitis- sonas que han contribuido con la realiza-
mo político o religioso, o es la necesidad de ción de este volumen, como el licenciado

11
Alberto Atoche Roque encargado del diseño
y diagramación, al docente Dr. Jesús Brice-
ño Rosario por su comentario y al Dr. Julio
Sevilla Exebio, Director de la Escuela de
Arqueología, por sus alentadoras palabras
en la presentación. Transmitir también mi
satisfacción por los resultados obtenidos
con nuestros alumnos, que nos enorgullece y
que constituye una clara señal de la calidad
académica alcanzada en las aulas, que contri-
buirá a enriquecer el proceso de renovación
de cuadros, y aparición de nuevas promocio-
nes de arqueólogos formados en la Escuela
de Arqueología de la Universidad Nacional
Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque; que tie-
nen el reto de continuar con la investigación
arqueológica, realizar una buena gestión cul-
tural, conducir los destinos de los museos y
preservar nuestro patrimonio cultural para
las generaciones futuras.

Esperamos que este primer volumen, que


aparece virtualmente siguiendo temáticas de
interés arqueológico en el periodo llamado
Intermedio Tardío, encuentre continuidad en
siguientes volúmenes, que tenemos previs-
to desarrollar sobre: Intermedio Temprano,
Horizonte Medio, Sociedades Complejas
Tempranas; así como abordar temas de Con-
servación y Gestión del Patrimonio Cultural,
para lo cual comprometemos una vez más a
los alumnos de nuestra escuela.

Al finalizar, debo confesar mi satisfacción y


orgullo de que este producto académico en
su primer volumen, aparezca en el marco de
la conmemoración de los “99 años de vida
institucional del Museo Arqueológico Na-
cional Brüning”, que se celebra en julio del
2020, no sólo por una larga vida institucio-
nal, sino por su reconocido compromiso con
la Cultura y Educación de nuestro país.

12
ARQUEOLOGÍA DEL NORTE:
PERSPECTIVAS DESDE LAS AULAS
VOLUMEN 1: 13 - 29, 2020

“DEL MITO A LA MATERIALIDAD: CARACTERIZANDO


LO LAMBAYEQUE A PARTIR DEL RELATO MÍTICO”
“FROM MYTH TO MATERIALITY: CHARACTERIZING
LAMBAYEQUE FROM THE MYTHICAL STORY”
Valeria Chávez Cuadra
vchavezc@unprg.edu.pe
Julio Cesar Díaz Chávez
jdiazcha@unprg.edu.pe
Leydy Gines Carrillo
lgines@unprg.edu.pe
Abel Jacinto Gutiérrez
ajacinto@unprg.edu.pe

Resumen
Las investigaciones realizadas por diferentes arqueólogos con el fin de buscar el término
adecuado para denominar a un grupo(s) social prehispánico desarrollado durante el periodo
Intermedio Tardío en Lambayeque, han estado presentes en los primeros estudios como parte
de la construcción terminológica en la historia de la arqueología para el periodo a tratar. Así
mismo, vamos a optar por presentar los dos términos más conocidos (Lambayeque y Sicán),
exponiendo si dichos términos denotan una relación con las evidencias arqueológicas a partir
de las fuentes etnohistóricas y si son factibles para su uso para definir un territorio y así mismo
a una sociedad. Recordamos que no vamos a pretender persuadir cuál término se debería usar
para denominar a los grupos sociales durante el periodo Intermedio Tardío en Lambayeque.

Palabras claves: Términos, Lambayeque, Sicán, evidencias arqueológicas.


Abstract
The investigations carried out by different archaeologists in order to search for the appro-
priate term to name a pre-Hispanic social group (s) during the Late Intermediate period in
Lambayeque, have been present in the first studies as part of the terminological construction
in the history of archeology for the period to be treated. Likewise, we will choose to present
the two best-known terms (Lambayeque and Sicán), exposing whether these terms denote a
relationship with archaeological evidence from ethnohistorical sources and whether they are
feasible for use to define a territory and likewise to a society. We recall that we are not going to
try to persuade which term should be used to name social groups during the Late Intermediate
period in Lambayeque.

Key words: Terms, Lambayeque, Sican, archaeological evidence

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Introducción Se tratará acaso de un problema esencialmen-
¿Sicán o Lambayeque? Parece ser parte del te terminológico entre, lo que en la literatura
título de una serie de artículos “trillados” arqueológica denominamos: “cultura/estilo”
sobre nomenclatura que ha concentrado el o se tratará más bien, de una sobrevaloración
interés por lo menos de una docena de in- del problema y se trata tal vez, de una sim-
vestigadores e interesados en la arqueología ple sustitución de términos sin ningún crite-
de la costa norte peruana. Sin embargo, tal rio más que la de sinonimia. Sin embargo,
y como veremos a continuación, no se trata es más importante aún determinar si es que
solamente de la imposición de un término en en la actualidad resulta relevante distinguir
oposición del otro motivado por el ego aca- sobre su uso, así como, clarificar a que nos
démico de uno u otro autor; sino más bien, estamos refiriendo cuando decimos: “Sicán”
que concentra en sí mismo una problemáti- y no “Lambayeque” y viceversa.
ca aun mayor, la de reflejar una íntima rela-
ción con el origen mítico, que se concretiza Si bien, la evolución conceptual será aborda-
en la mayoría de los elementos de la cultura da a mayor detalle en los apartados a conti-
material que esta sociedad produce. A partir nuación, es necesario precisar algunos con-
de esta última premisa, este artículo intenta ceptos claves sobre “cultura”:
estudiar minuciosamente cada uno de estos
elementos, a fin de que quede claro su víncu- Según Kossina (como se cita en Jones,
lo con este personaje y que esto nos ofrezca 1997), cualquier resto arqueológico es ine-
una mejor perspectiva y argumentos para de- vitablemente un reflejo de la etnicidad, es-
nominar a esta cultura. tos a su vez son reconocibles y se les puede
atribuir con pueblos y tribus, por tanto, las
En este sentido, en el presente trabajo se ex- similitudes y diferencias en el material cultu-
pondrá en un primer apartado, el problema a ral son correlacionadas con las similitudes y
partir de la base terminológica, a fin de que diferencias de las etnias. Así mismo, Uceda
quede claro la distinción entre los concep- y Gayoso (2016) indican que las culturas son
tos de “cultura” y “estilo” para que en los delineadas y definidas entonces por los ma-
siguientes apartados sepamos a lo que nos teriales, los cuales están en asociación con
estamos refiriendo. En los apartados siguien- una región y tiempo específico. La continui-
tes, se explicará, sobre la evolución del tér- dad cultural, en este caso, es asumida como
mino, los elementos arqueológicos que ma- reflejo de una continuidad étnica.
terializan las implicancias de denominarlo de
alguna forma, la iconografía que manifiesta Por otro lado, en 1964, Binford, principal
la referencia permanente al origen mítico de exponente de la nueva arqueología, visualiza
la cultura, entre otros aspectos. a la cultura como un sistema compuesto por
subsistemas cada vez más pequeños y la de-
I. Conceptos previos ¿estilo o fine como: “la forma extrasomática de adap-
cultura? tación al medio de los seres humanos” (como
El problema: “Lambayeque” o “Sicán”, des- se cita en Johnson, 2000, p. 42).
de la óptica estrictamente terminológica se
ha convertido, a la luz de las recientes in- Como se puede inferir de los párrafos an-
vestigaciones, en una cuestión que a nues- teriores, el concepto cambia de acuerdo al
tro criterio merece ser abordada desde otra momento teórico por el que la arqueología
perspectiva. Para ello es necesario, en primer esté pasando, en la actualidad, el interés por
lugar, entender la problemática desde su raíz, estudiar “culturas” propiamente dichas se ha
esbozando algunas nuevas posibles interro- perdido y en su reemplazo los investigadores
gantes que surgen a partir de ella. contemporáneos se han interesado por el es-
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tudio del “comportamiento humano” en un toponimia (al ya existente), como resultado
determinado momento y en un lugar espe- de la investigación de un lugar en particular,
cífico del espacio. Un caso parecido sucede Batan Grande, entonces, tal y como asegu-
con el concepto de “estilo”. ra Makowski (2014) “se generó porque los
estudiosos pretenden, como es natural, im-
De acuerdo a los resultados de Kroeber poner sus propias visiones de la complejidad
(1969) indican que: cultural Lambayeque en los periodos tardíos”
(p. 41). No obstante, conforme continúan las
“un estilo es una rama de una cultura o civi- investigaciones, el cómo denominarlo parece
lización: un modo coherente y autosuficien- tener una mayor significancia para los estu-
te de expresar cierta conducta o de ejecutar diosos de esta cultura.
ciertas clases de actos. Es además un modo
selectivo; deben ser posibles ciertas alterna- A lo largo del tiempo, se han tomado postu-
tivas de elección, aunque de hecho nunca se ras, como la de Shimada (1985, 2009, 2014),
escoja entre ellas. Donde reina la obligación quien a través de las últimas décadas se ha
o la necesidad física o fisiológica no hay lu- mantenido firme en su postura, considerando
gar para el estilo” (p. 11). a “Sicán” como el término apropiado para
referirse a una cultura con un:
Mientras que por otro lado Muelle (1960),
considera que el “estilo” guarda una serie de “…centro político en el Bosque de Pomac y
características como: la peculiaridad y origi- que en los textos coloniales se llamada con el
nalidad, esto es, una manera especial y ca- vocablo muchick: Sicán, Sian o Siagñan”, y
racterística de expresión artística, privativa que además “…en Batán Grande – Sicán, se
de un grupo humano desaparecido. Además, encontraba el centro principal de producción
tipifica a un pueblo, y lo que se le parezca de- del “huaco rey”, botella de estilo Lambaye-
lata contactos. Significa gusto, preferencias que con la imagen de una deidad y/o señor
y rechazos, de ciertas formas, líneas, colores enmascarado, así como de otras formas diag-
y composición. Es independiente del mate- nósticas” (ibídem, 2014).
rial y los temas; un estilo trata a su manera
los mismos temas o sujetos de otros estilos Finalmente, Shimada considera que los de-
y se manifiesta en cualquier soporte. Es una más términos diferentes al que el postuló
abstracción, por lo tanto, una unidad trascen- fueron “acuñados antes de que se realicen
dente que desborda al individuo, esto es se estudios sistemáticos, multidisciplinarios y a
encuentra realizada en varios objetos y no largo plazo. Por lo que pecaba de imprecisio-
está nunca totalmente en un objeto concreto. nes y malentendidos” (ibídem, 2014). Caso
Pasa por un momento de formación y otro de contrario sucede con otros autores quienes
desintegración. Un sistema de relaciones le no consideran que los argumentos postula-
da organicidad: nace, crece y muere. Final- dos por Shimada determinen la validez de
mente, es una fracción de una continuidad, un término por encima del otro. Una postura
un fenómeno con antecedentes que ha teni- ecléctica parece ser la de Makowski (2014),
do otros antecedentes que a su vez ha tenido quien aparentemente en contra de los con-
otros antecedentes; es decir, es un típico fe- ceptos anteriormente referidos por Shimada,
nómeno histórico. considera que:

Ahora bien, con respecto al punto de partida “las evidencias de contextos arquitectónico
de la polémica, se podría decir que en un pri- y funerarios dejan claro que el fenómeno cul-
mer momento se trataría de la implantación tural Lambayeque no se debe entender como
de un nuevo nombre en consideración de la un espacio y un tiempo denominado por un

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solo estilo de cerámica diagnóstica, la Sicán, las evidencias arqueológicas y sobretodo de
sino que más bien coexisten con otros esti- cómo se origina a partir del descubrimiento
los tales como: Moche V, Moche polìcromo, de dichas evidencias en un territorio, puesto,
Chakipampa, Ocros, Atarco, etc.” (p. 40). que eso impulsa a buscarle una identidad no
Así mismo, con respecto al término en espe- solamente a la sociedad que alguna vez de-
cífico, señala que “Sicani o Cani” se obtuvo sarrolló diversas manifestaciones culturales,
solamente de la Justicia 418 del Archivo Ge- sino a distinguir las peculiaridades que pue-
neral de las Indias, lo que resulta inconsis- den demostrar las evidencias.
tente el argumento toponímico. Sin embargo,
propone como alternativa, utilizar el término En el siguiente capítulo, vamos a ver de qué
“Sicán” como particular y avasallador estilo manera los términos (Lambayeque y Sicán)
que se consolida en la fase media de la cultu- se muestran en las evidencias arqueológicas
ra “Lambayeque”. para sustentar su uso, hay que tener en cuenta
que la base para su uso son las fuentes his-
II. ¿La relación entre el termino tóricas, ya que ellas son las que van ayudar
y las evidencias arqueológicas a la obtención de un término para la iden-
son determinantes para su
uso en la definición de un tificación de cierto grupo y por ende de un
territorio? territorio y sobre todo correlacionarlo con las
manifestaciones culturales en el sitio.
Si bien es cierto que la presencia del término
en las evidencias arqueológicas, es muy im- III. Los términos en la evidencia
portante para sustentar, relacionar y analizar
arqueológica
su validez con respecto a las manifestaciones En este capítulo, abordaremos los siguientes
culturales de una sociedad en particular. Sin puntos: 1) Presentar una breve recopilación
embargo, no solamente el término debe estar de las razones del empleo de los términos
presente en las evidencias, sino que también, escogidos y 2) Ahondar si los términos es-
en las fuentes históricas si queremos sostener tán presentes en la evidencia arqueológica,
en utilizarlo para nombrar a una sociedad en tomando en cuenta, el material arqueológico
un territorio determinado, con el fin de mos- de los sitios ubicados temporalmente entre
trar, como lo indica Fernández (2014), una los años 800 – 1375 dc (Shimada, 2014) en
“… identidad cultural, que se hace necesario el área de la región Lambayeque. Hemos op-
llamar a las cosas por su nombre original, an- tado por escoger el término Sicán (Shimada,
cestral, histórico y tradicional…” (p.19). 1995,2014) y Lambayeque (Zevallos, 1971)
por ser los términos más conocidos y debati-
Así mismo, los términos que se emplean para bles en los últimos años en la investigación
identificar a ciertos grupos que se desenvuel- arqueológica.
ven en un territorio, nacen a partir de las evi-
dencias arqueológicas que aparecen en dicho Sicán
espacio, más aún si estas evidencias son dis-
tintas a otras, las cuales, se pueden encontrar Izumi Shimada junto con el arqueólogo Car-
en otros sitios; es por eso que se recurre a los Elera realizaron excavaciones para ela-
buscar una denominación al territorio y a la borar una secuencia maestra en Huaca del
sociedad en sí; esto ocurre con la gran mayo- Pueblo de Batán Grande (Makowski, 2014)
ría de los nombres que se les otorga a dife- donde presenciaron materiales arqueológi-
rentes sitios arqueológicos. cos de un estilo nuevo, pero a pesar de que
hubo estudios previos por parte de Zevallos
Lo que queremos resaltar en este artículo, es (1971), no correlacionaron estas evidencias
la importancia de la presencia del término en con los estudios realizados por el historiador

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ya que estos no tenían sustento de compo- desde el corral de caña con un bebedero al rio
nentes que vengan de excavaciones arqueo- inmediato a la posada que llaman don Víl-
lógicas, optaron por buscar un nombre para chez y siguiendo el rio arriba por esta banda
identificar a todas las manifestaciones rea- del sur... comprendiendo en las huertas de
lizadas por dicho grupo en el sitio. Así que Mallascón… y por lo que mira al costado del
gracias, a las fuentes históricas, el nombre sur sigue dicho sitio hasta llegar al cerro que
Sicán fue escogido ya que antiguamente llaman de Chaparrí y bajo de estos linderos
hacia los años de 1712 (Ancajima, 2010) y incluyen las encañadas, quebradas… “(p. 53)
1759 (Bonilla, 2005), representaba un exten-
so territorio dentro de la provincia de Saña. Por esta fuerte razón explicada en la cita
brevemente descrita, el término Sicán fue
Shimada (2014) aclara las razones del por- optado por el hecho que ampliaba y amplia
qué decidir el uso del término Sicán, es ahí un extenso territorio que fue protagonista del
donde plantea que se debe a las investigacio- desenvolvimiento de dicha sociedad durante
nes científicas realizadas en el sitio por más los años 850 hasta 1375 d.C.
de 30 años y para evitar comparaciones con
lo que establece Larco, ya que los fechados Así mismo, hemos tomado como ejercicio
no calzaban con lo que apareció en Huaca para este artículo la base etnohistórica, la
El Pueblo (Elera, comunicación personal, leyenda de Naylamp (Bruning, 1989) y re-
2020), sobre todo por las fuentes históricas lacionarlo con el término Sicán y a su vez
de la época colonial que luego ahondaremos con el centro que es Batán Grande – Poma.
en líneas siguientes. Dicho esto, el arqueólogo Elera nos ha dado
algunas aclaraciones de cómo Batan grande
En 1989, Paredes (como se cita en Fernán- – Pomác, está reflejado en fuentes etnohistó-
dez, 2014) menciona haciendo referencia al ricas, como por ejemplo en este párrafo:
uso del término Sicán que dicho:
“… En el curso medio del valle de la Le-
“… término si - an, es un término genérico che, en Túcume viejo apareció la leyenda de
en tanto se usa para referirse a un sitio sa- Naylamp en el siglo XVI … Miguel Cabello
grado, adoratorio, huaca o templo, más no es se basó en un informante indígena que era un
un término específico, que defina particular- Cacique de Tucume Viejo que se encontraba
mente a la cultura y la sociedad de las gentes en la cuenca media del Valle de la Leche, ac-
de Lambayeque.” tual Tucume y en Mollocupe-Pomác, que es
la zona de amortiguamiento de Pómac… Y
En la cita anterior Paredes menciona que no durante el siglo XVIII, en la parte baja del rio
podemos optar por el término Sicán por no la Leche se decía que había un descendiente
definir una sociedad, sin embargo, el término de Llapchillulli, y que su territorio nuclear
si engloba a un territorio como lo menciona era Pómac…” (Elera, comunicación perso-
Bonilla (2005) donde es lógico pensar que en nal, 2020).
él mismo se desenvolvía la gente.
Lo mencionado anteriormente por el arqueó-
Bonilla (2005) menciona que el sitio anti- logo Elera, se basa en el libro “Cacicazgos
guamente se llamaba Hacienda San Nicolás de Lambayeque”, de Jorge Zevallos Quiño-
de Sicán donde su extensión territorial (Figu- nes de 1989, enfatizándose en los linajes de
ra 1 y Figura 2) abarcaba: Jayanca y Pacora, el Cacique de Jayanca,
Caxusoli era quien tomaba las últimas deci-
“… el paraje de Batángrande, que es anexo siones de los cacicazgos Mochica hablantes
a dicha Hacienda de San Nicolás de Sicán… lambayecanos desde el valle de Jequetepe-

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que al valle de Motupe en el siglo XVI donde las mascarás funerarias (Figura 3) ya que es-
se incluían los Cacicazgos de Mórrope, Pa- tas:
cora y Jayanca propiamente dicha. Los due-
ños en ese entonces del territorio de Sicán “… representan claramente un ser sobrena-
era el Cacique de Jayanca en el siglo XVI y tural de carácter ancestral ligado a un mito
en siglo XVIII cuando los españoles separa- de origen de los antiguos Lambayecanos ….
ron los cacicazgos, Poma dependía del Caci- “. Y que así mismo, se ve en la máscara, que
que de Pacora, el Cacique Francisco Solano “…los ojos tienen la forma de las alas del ave
Cusosoli quien se decía ser descendiente de en picada; la nariz es un pico de ave adorna-
Llapchillulli; esto a su vez, afirmaría la im- do con una nariguera; los colgantes que ge-
portancia que ha tenido el territorio de Sicán neran ciertos movimientos y sonidos comu-
como centro de poder en su momento. nicando la fuerza vital que emana del rostro.
De las orejeras, también en forma de alas de
Además, Elera (2017) menciona que los atri- ave en picada, se desprenden olas marinas en
butos marinos más representativos se ven en caída...” (p. 128 y 129)

Figura 1: Mapa de la provincia de Zaña. CTAR


RENOM, 1759 obtenido de Bonilla (2005).

Figura 2: Límites de la Hacienda Sicán durante la Tenencia del Gral. Don Joseph de la Parra (1712).
Obtenido de Ancajima (2010).

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Finalmente, Elera hace mención que los atri- Para el año 1644, Fray Fernando de la Carre-
butos o materiales que aparece en el templo ra, recoge los términos en su libro titulado:
que se construye en la leyenda de Naylamp, Arte de la Lengua Yunga de los Valles del
son materiales que en su gran mayoría han Obispado de Truxillo del Perú: “Ñam pax
aparecido en la zona de Batan Grande – Po- llaec” o “Ñam paxllaec” del año 1939 (como
mác, como son los cuchillos ceremoniales o se cita en Fernández, 2014) que serían la mo-
llamados Tumi que aparecen en Huaca las dificación que sufre el término Yampallec.
Ventanas y los ceramios Huaco Rey; y los
rasgos de una divinidad o personaje en los Posteriormente para el año 1782, Justo Mo-
murales de Huacas las ventanas y Huaca El desto de Rubiños y Andrade (1936, como se
Loro. cita en Fernández, 2014), cura de Morrope,
“documenta una versión más escueta de la
Leyenda de Ñaimlap; sin embargo, no repor-
ta el término inicialmente propuesto por Ca-
bello, transformándose en Ñamla o Namla,
que significa “Ave o Gallina del agua”. (p.19)

Así mismo, Federico Villareal y Bruning re-


cogen los términos Ñam.pax.llaec y Nampa-
sec respectivamente. Bruning, (1922, como
se cita en Fernandez 2014), encontró en
Figura 3: Máscara de oro que cubría el rostro del
un documento sobre un juicio por el poder
personaje principal de la tumba este de la Huaca
al Cacicazgo de Lambayeque lo siguiente:
Loro. Foto: Yutaka Yoshii. Obtenido de Shimada
“Falempincial, casique gentil del pueblo de
(2014)
Ñampagic, que después se nombró Lamba-
yeque por los españoles”. (p.20)
Lambayeque
Todo lo dicho líneas arriba tiene que ver con
El término Lambayeque encuentra sus orí- los diversos datos etnohistóricos recogidos
genes en la tradición oral, en la conocida por diversos autores; donde se documenta la
Leyenda de Naymlap. Este relato, nos cuen- raíz del origen del término Lambayeque, el
ta la historia del “fundador de una dinastía cual es utilizado por diversos investigadores
de gobernantes en un nuevo orden social” tales como Larco, Zevallos, Narváez, Wester,
(Narváez 1995 a y b), a lo que hoy se conoce Fernández, entre otros, para denominar a la
como cultura Lambayeque. Como es sabi- cultura que se desarrolló en la Costa Norte
da esta narración fue recogida por diversos del Perú. Como podemos observar el término
autores en diversos periodos de tiempo, tra- Lambayeque posee un asidero histórico muy
yendo consigo la pérdida de algunos detalles, antiguo que remonta al periodo prehispánico
como por ejemplo la modificación de algu- en que se desarrolló la cultura identificada
nos términos. El primer registro del relato con este mismo nombre y que perduró has-
data del año 1586 y es hecho por Miguel Ca- ta épocas posteriores a través de la tradición
bello de Balboa (1951, como se cita en Fer- oral del mítico relato de Naymlap. Ahora
nández, 2014), en el poblado de Mórrope, en bien, el término Lambayeque hace alusión a
él: “se menciona que Ñaimlap, portaba con- la palabra Yampallec, el ídolo de color verde
sigo un ídolo que lo traía contrahecho sobre que no es más que la imagen Naylamp y que
su propio rostro, este era labrado en una pie- precisamente, el término Ñan-la según el tes-
dra verde, a quien llamaron Yampallec, que timonio de Rubiños, significa:
significa figura y estatua de Ñaimlap” (p.19)

19
“… Ave (o gallina) del agua en la lengua Así mismo, Wester (2018), menciona que:
Yndia, manifestando con él, que de aquel
elemento había salido su progenitor… o sea “Esto a su vez afianzaran el poder de las eli-
Naymlap. es… “por esta razón, cuando los tes sobre la población, a través del manejo
estudiosos han observado las características y control “profesional” de la fe (entendida
del estilo Lambayecano, encuentran que las como aceptación de la población), a través
manifestaciones clásicas son “ornitomorfas” de los rituales, resultando en el eje articula-
y que reflejan relato mítico”. (Narváez 1995 dor de todas las esferas de la vida política,
a y b) social y cultural”. (p.36)

Con respecto a lo anterior mencionado, el Un claro ejemplo de este mecanismo puede


arqueólogo Carlos Wester (2018) indica que: ser visto en Ùcupe, un sitio que muestra a
través del arte mural (Figura 4), una estre-
“la cultura Lambayeque, puede ser entendi- cha relación con la leyenda de Naymlap.
da como parte de un proceso ideológico que Para Walter Alva (1985), este sería un Tem-
tiene en la tradición oral e historia del mítico plo o centro de culto, el cual funcionó como
Naymlap un soporte litúrgico que fortalece el escenario sagrado donde se llevaba a cabo
poder político y social de las elites, y que po- actividades rituales trascendentales presidi-
see singular coherencia en la producción ma- das precisamente por estos 6 personajes que
terial; es decir, los elementos de la tradición aparecen en las fachadas, en donde cada uno
oral aparecen simbólicamente representados difiere del otro, pero que a su vez podemos
en forma frecuente sobre todo en iconos vin- verlos con tocados y vestimentas aladas, y
culados a la luna, el mar y aves”. (p.33) demostrando estatus y rango de Filca. Estos
a su vez estarían formando parte de una su-
Estos iconos aparecen representados en los cesión dinástica de señores que encarnan a la
diferentes soportes producidos por esta cul- descendencia del mítico Ñaymlap.
tura y estarían aludiendo al Dios Naymlap.

Figura 4: Murales de Úcupe, Frente Exterior Norte después las excavaciones de Bruno Alva
2011(fotografía de Antonio Aimi). Fuente: Lambayeque, nuevos horizontes de la arqueología peruana

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Así mismo, Federico Kauffmann Doig (como den culto, sea en el Ceramio “Rey” o en el
se cita en Fernández y Wester, 2014) indica Ceramio de Doble Gollete (Figura 5), unido
que desde el punto de vista iconográfico, se por asa puente, en donde aparece el referido
identifica a la cerámica y la orfebrería (Tumi personaje. En donde se puede observar las
de Oro y Máscaras Funerarias), como per- siguientes características que identifican a
tenecientes a la cultura Lambayeque, donde las divinidades de: ojo alado, cara máscara,
está implícita la expresión deidificante y le- barbuquejo, orejeras y tocado de plumas en
gendaria, conocida como Ñaymlap, asociada forma alada.
con la presencia de acompañantes que le rin-

Figura 5: Huaco Rey y Ceramio de Doble Gollete. Fuente:https://www.alamy.es/vasija-de-ceramica-


sican-lambayeque-700ac-1375ac-peru-image210571625.html

Al Dios Naymlap se le suman otra serie de nió en un inicio, el identificar a este icono
iconos que poseen una gran carga simbóli- con alguna especie de aves conocidas (águila
ca, tales como: la ola antropomorfa, símbolo marina, búho, el guanay o piquero, este últi-
escalonado, ola geométrica, cruz andina, ave mo se asemejaría más al icono encontrado en
mítica o ave en picada (Wester, 2018). Todos diversos lugares como: la columna de alga-
estos elementos conocidos, tanto el persona- rrobo revestida con barro donde se muestra
je “Naymlap”; que se asocian generalmente el ave en picada con un pez en el pico, en-
con el mar, embarcaciones, aves y peces, in- contrada en Huaca de los Frisos y que, para
dican tal y como lo afirma Zevallos (1971), épocas posteriores, específicamente los Chi-
“un indiscutible apego culto de un ave míti- mú, este se encuentra en el templo del ave
ca, convirtiendo a este personaje en: “… su mítica en Huaca Larga- Túcume) (Figura 6 y
numen tutelar por excelencia” (como se cita 7), o poder a través de estas especies estable-
en Narváez 1995 a y b). cer una jerarquía mítica. Lo que nos importa
aquí es la asociación o emparejamiento que
Alfredo Narváez (1995 a y b) menciona que este icono muestra en relación al hombre-ave
la presencia de este símbolo, muestra un cul- mencionado en el relato histórico que para
to ornitomorfo que fue fundamental en la muchos investigadores “marca el derrotero
cosmovisión andina desde tiempos muy re- de todo el desarrollo de la cultura Lambaye-
motos y que en cada época adopta una forma que”. (Narváez 1995 a y b).
peculiar. Lejos de la problemática que defi-

21
Figura 6: Friso del ave en picada-Huaca de los Figura 7: Templo del ave mítica-Huaca Larga.
Frisos. Fuente: Wester 2018. Fuente: Túcume 1996

Como ya mencionamos líneas arriba este cultura Lambayeque”. Este icono debe siem-
personaje hombre-ave está presente en los pre encontrarse junto con la cola, formando
diferentes soportes producidos por esta cul- “una unidad indesligable y que constituye el
tura, este se encuentra compuesto o lleva rasgo emblemático de mayor importancia y
consigo sellos indiscutibles que lo identifi- jerarquía en la iconografía Lambayeque”. A
can como tal. Uno de ellos es el rasgo de los su vez esta unidad puede verse reflejada en
ojos alados y que para Zevallos este “cons- la cara del personaje que sería en este caso
tituye el sello particular de esta secuencia la cabeza del ave en picada, y que sus orejas
arqueológica…” (Zevallos 1989, p.32), del representan a las alas y el tocado empluma-
mismo modo, menciona a su vez que este no do reflejaría la cola. Pero no solo esta unidad
fue exclusivo de los Lambayeque, sino que se refleja en lo dicho anteriormente, también
este icono estuvo expresado con ciertas pe- este rasgo emblemático es muy profuso en
culiaridades tanto en forma y estilos, presen- los objetos más importantes, tales como, los
te tanto en la tradición Moche, Tiahuanaco, tocados, vestidos y arquitectura Religiosa
Nazca, Chancay y que tuvo sus orígenes en (Lamina 1). Este icono denominado “alas y
Chavín. Sin embargo, lo que sí “es propio es cola” tiene implicancias muy importantes en
su estilo peculiar y el contexto general en el la iconografía Lambayecana, ya que muestra
cual se inserta”. (Narváez 1995 a y b) un paralelo conceptual con:

Otro rasgo importante son las orejas en pun- … “el personaje profusamente decorado y
ta o como Zevallos indica las “orejas ala- ricamente vestido. En otras palabras, ambos
das”. Las cuales presentan en su decoración pueden tener la misma importancia religio-
el motivo de la “pluma” y que es por este sa. En la historia de las religiones, los dioses
rasgo dicha designación. A diferencia del han sido siempre reemplazados por símbolos
rasgo anterior este no ha sido documentado de igual jerarquía, a veces diversos, pero que
en ninguna otra tradición andina, es por esto en conjunto forman parte de todo el discurso
que se le da un sello autóctono y que para mítico.” (Narváez 1995 a y b).
muchos este es “el atributo peculiar de la

22
to de los techos de las estructuras sagradas”
(Narváez 2014). Pero este icono sagrado no
solo está presente en rasgos arquitectónicos,
sino que esta constante en los tocados lam-
bayecanos del personaje principal y “que a
su vez puede ser entendido como un símbo-
lo escalonado doble y opuesto, símbolo que
no solo tendría connotaciones ornitomorfas,
sino que además refleja en la jerarquía lam-
bayecana mediante las pirámides truncas”.
(Narváez 1995 a y b)

Otro de los iconos asociados a estos atribu-


tos ornitomorfos es el círculo, el cual se halla
reiteradamente representado en los tocados,
orejeras, vasijas globulares y tejidos (lunares
negros). Este a su vez muestra también una
Lamina 1: Detalles de las orejas en punta clara asociación con el personaje principal,
o “orejas aladas” en los diferentes soportes el cual es representado portando esferas en
Lambayecanos. Fuente: Narváez 1995. las manos o también en algunos casos, ob-
jetos de cobre o plata muestran como única
Un claro ejemplo seria lo documentado en decoración, el círculo. De las anteriores aso-
Chornancap, específicamente en el patio ciaciones es que se postula “…la hipótesis
del trono, y que para el arqueólogo Wester del símbolo “circulo y cola”, para denotar el
(2018) este fue un escenario sagrado don- concepto ornitomorfo plasmado en la forma
de se llevó a cabo actividad ritual. En este de las vasijas, y como veremos, en numero-
ambiente se puede observar a través de la sos otros objetos Lambayeque”. (Narváez,
recreación en 3D (Figura 8) realizada por el 1995 a y b)
proyecto arqueológico Chotuna- Chornan-
cap la presencia del motivo al que Zevallos Este simbolismo (Lamina 2) se le asocia
denominó “punta-rectángulo-punta” (alas y para el caso de la cerámica; a las vasijas del
cola), y que aparece tal y como lo dicho an- Tipo “Rey”, forma globular (circulo), base
teriormente, “especialmente como ornamen- pedestal (cola) y pico, y a las vasijas glo-

Figura 8: Trono de Chornancap-Detalle del motivo “punta-rectángulo-punta”.


Fuente: “Personajes de elite en Chornancap. Una nueva visión de la cultura Lambayeque - Wester 2018”

23
bulares sin base pedestal con cuello corto, rombo y la línea quebrada. (Narváez 1995 a
recto y evertido, y que presentan a modo de y b) Al igual que los iconos anteriores estos
pequeñas asas, el símbolo “orejas en punta van a estar presentes en los diversos soportes
y lóbulo redondeado”. Todas estas caracte- de la cultura Lambayeque.
rísticas estarían resumiendo “un simbolismo
ornitomorfo”. Para el caso de los Tumis “el Aquí algunos ejemplos; en la cerámica van a
circulo expresaría una unidad de opuestos, estar presentes en la decoración en los pedes-
una suerte de dualidad y jerarquía” en donde tales de la botellas globulares-Huaco rey. En
la diadema semicircular muy ornamentada es los tejidos, se mencionaría el tejido encon-
la de mayor jerarquía (arriba) y la otra hoja trado en Pacatnamú (Figura 9) que muestra
semicircular, simple, llana sería la de menor una iconografía compleja en donde se puede
jerarquía (abajo). (Narváez 1995 a y b) observar varios individuos realizando acti-
vidades ceremoniales. Para el caso del arte
mural, pondríamos como un claro ejemplo
el arte mural de Huaca las Balsas (Lamina
3), debido a su gran complejidad y distintas
remodelaciones que sufrió este edificio a lo
largo del tiempo, el cual presenta 7 fases y en
cada una de ellas a excepción de las dos úl-
timas, prima ciertos iconos mencionados an-
teriormente a lo largo del artículo, la primera
fase representa la Ola- Ave, la segunda hace
alusión al Ave que porta un objeto circular, el
tercero se relaciona con la denominada Es-
cena Compleja del Rito y los Sacrificios, la
cuarta es la Escena de Navegantes y Buzos,
Lamina 2: Detalles del símbolo “círculo y cola”
la quinta fase que no muestra ninguna deco-
presente en los diversos soportes Lambayecanos.
ración pero está asociada a unas banquetas
Fuente: Narváez 1995.
que tienen diseños de olas antropomorfas,
para las fases 6 y 7 no se registró diseños
murales en su composición. (Narváez y Del-
Los tres símbolos tratados líneas arriba son gado 2011)
importantes signos que identifican a la tradi-
ción Lambayecana y que se encuentran estre-
chamente relacionados al culto ornitomorfo -
Ave mítica y que a su vez trae consigo como
trasfondo un escenario Marino, tal y como
el relatado en el mítico arribo de Naymlap,
el cual llego legó a las costas lambayecanas,
desembarcando cerca de la desembocadura
del río Faquisllanga y donde posteriormen-
te se adentró en la costa, donde construyó
un templo, al que nombró Chot. Estos tres
símbolos, muestran a través de la evidencia
material la estrecha relación que existe con el
Figura 9: Fragmento de textil que muestra una
personaje mítico ornitomorfo, estos a su vez
iconografía compleja, donde se puede observar
se asocian otros signos complementarios, la
varios individuos realizando actividades
ola antropomorfa, el símbolo escalonado, el
ceremoniales. Fuente: Narváez 1995.
24
bolos asociados a él, que no hacen más que

Lamina 3:Arte mural de Huaca las Balsas-Túcume. Fases 1-5 (izquierda a derecha)
Fuente: Narváez y Delgado (2011).

En el caso específico de Batan Grande el ar- “…los ojos ‘alados’ o hacia arriba, con gran-
queólogo Izumi Shimada (2014) manifiesta des globos oculares esféricos, alas, cola, ga-
que: rras y manchas en el plumaje nos permiten
identificarla seguramente como un ave de
“Verificar empíricamente la identificación presa nocturna como el búho, pero esa an-
de la deidad Sicán como Naylamp es en rea- tropomorfización resultó en la sustitución de
lidad un gran reto que nadie ha logrado hasta algunos rasgos de ave; por ejemplo, la cresta
ahora. Todos los investigadores concuerdan emplumada en forma de luna creciente, toca-
con que el personaje masculino mítico con el dos alados y el plumaje por vestimentas lujo-
rostro enmascarado que aparece representa- samente ornamentadas”. (Pág. 573)
do en todos los medios artísticos a partir del
inicio del periodo Sicán Medio hacia 900- Del mismo modo expresa que esta deidad
950 d. C. es la deidad principal de la religión (Figura 10) está asociada con el “…sacrifi-
Sicán…” cio, dado que es mostrada frecuentemente
sosteniendo un tumi en una mano y un vaso
Sin embargo, no podemos negar la visión con el borde evertido tipo quero o una cabeza
que le damos por las representaciones ico- trofeo en la otra de la veneración a la luna en
nográficas apoyándose con la información el folclor de los pescadores de la costa nor-
etnohistórica de un Dios Naylamp, donde se te, junto con representaciones frecuentes de
vería reflejado en diferentes materiales como pesca y otras actividades y rasgos en el arte
metales, cerámica, textiles, entre otros. de Sicán, fundamentan la interpretación de
Carrión Cachot de que esta divinidad noctur-
Carrión Cachot (1940) denomina “divinidad na ornitomorfa personifica a la luna”. (Shi-
ornitomorfa” o “ave lunar” argumenta que: mada, 2014)

25
Figura 10: Representación de la “deidad Sicán” que sostiene un tumi en una mano y una cabeza trofeo en
la otra, pintada en una tela que adornó el interior de la tumba sur del sector sur de la Huaca Las Ventanas.

Kauffman en el año 1989, menciona que este hay otros postulados como Fernández (2014)
personaje ornitomorfo, finalmente es relacio- que afirma desde el punto de vista iconográ-
nado como la personificación de Naymlap, fico, la cerámica y la orfebrería (Tumi de Oro
insistiendo en que su cuerpo, representado en y Máscaras Funerarias), como pertenecientes
el tumi ya que “debe catalogarse como hu- a la cultura Lambayeque, donde está implí-
mano, pero es de notar que tiene alas, además cita la expresión deidificante y legendaria,
de brazos. Lo último, unido a lo que parecen conocida como Ñaimlap.
ser patas de ave “humanizadas”, refuerzan
una vez más su carácter ornitomorfo” (como
se cita en Narváez, 2014). El autor discute
y rechaza la propuesta de Shimada conside-
rando que está orientada a evitar con cautela
la identificación del personaje que denomi-
na “Dios Sicán” (desde la arqueología), con
Naymlap como personaje del mito.

Además, el Huaco Rey (Figura 11) es una de


las representaciones icónicas de la cultura
Lambayeque que aparece en sitios importan-
tes como en Pomác, Elera (2017) menciona Figura 11: Vista superior de la cerámica Huaco
que representa la forma de un “bulto” - y te- Rey. Fuente: Cultura Sicán: Esplendor preincaico
niendo en cuenta los descubrimientos recien- de la costa norte
tes de fardos funerarios en el Recinto Sicán
de Huaca Las Ventanas ha sido interpretada Pese a esto, Carlos Elera (2006) ha rein-
como la representación de un fardo funera- troducido la noción de la iconografía sicán
rio, siendo el cuerpo globular el fardo propia- como una representación visual de la mito-
mente dicho y el rostro a representación de la logía de Naylamp con la deidad Sicán como
máscara Sicán que llevan dichos fardos. Pero Naylamp. De igual manera manifiesta que

26
arquitectónicamente el eje que se extiende reflejar un escenario marino, sobre el cual
como un ceque entre el Cerro Chaparrí en girará toda la cosmovisión Lambayecana.
el este, y el núcleo central Sicán de Pómac
y la Isla Lobos de Tierra de Mórrope en el A través de la propuesta de múltiples autores
oeste, tuvo un notable significado religioso se logra puede inferir que esta cosmovisión
entre la población Sicán, tal vez vinculada a se vincula al “culto ornitomorfo”, el cual fue
sus orígenes míticos y legendarios, atribuido muy importante en el mundo andino desde
a la llegada a estas tierras del líder político y tiempos remotos. Para el caso de la cultu-
religioso llamado Naylamp. ra Lambayeque se puede ver reflejado este
culto, a través de la relación hombre/ave, la
IV. Conclusiones cual se caracteriza a través de los 3 rasgos
Puede haber muchas razones que pueden identificados inicialmente por Zevallos y que
motivar a ciertos investigadores a buscar un posteriormente Narváez detalla con mayor
nombre para identificar a esta sociedad den- profundidad. Los rasgos son los siguientes:
tro del territorio, sin embargo, es necesario el ojo alado, orejas en punta u orejas aladas
un estudio exhaustivo para optar por la de- y el círculo cola. Para el caso de los dos últi-
nominación más adecuada, por ello, consi- mos, estos pueden estar directamente asocia-
deramos que las fuentes etnohistóricas son dos o formar parte de la imagen del persona-
de vital importancia, así como la presencia je mítico, pero en algunos casos estos van a
de evidencia arqueológica, debido a que se simbolizar explícitamente a aquel personaje
constituye como una de las fuentes princi- o mostrar los rasgos ornitomorfos que carac-
pales para rastrear la identidad de una socie- terizan a este tan difundido culto.
dad. Así mismo, se tiene que tomar en con-
sideración los conceptos teóricos de estilos y Claros ejemplos tenemos; el techo del trono
cultura, como se puede apreciar al inicio del de Chornancap (punta- rectángulo-punta),
presente trabajo. aunque se note la ausencia del personaje mí-
tico en el soporte se verá reflejado los rasgos
En este artículo, los términos Lambayeque ornitomorfos. Para el caso del huaco rey en
y Sicán cumplen con lo mencionado líneas donde sí se encuentra implícita la presencia
arriba, ya que son válidos para denotar a un del personaje, la misma forma de esta bote-
territorio y a su vez a una sociedad, vemos lla, lo globular (circulo), base pedestal (cola)
que, gracias a las fuentes etnohistóricas, se y pico, reflejan los rasgos ornitomorfos del
puede esbozar el origen de dichos términos y ave mítica. Estos son solo algunos ejemplos
tanto como, se puede establecer una relación que mencionan los investigadores citados
de estos junto con las evidencias arqueológi- en el texto, el cual nos motiva a repensar y
cas que evidenciable de la época. reconsiderar muchos otros aspectos, pues
resulta estrictamente necesario observar cui-
Una de las fuentes etnohistóricas en que nos dadosamente cada detalle plasmado en la
hemos basado, es la Leyenda de Naylamp, producción material Lambayeque, la cual no
aquí se muestra la presencia del mítico perso- siempre mostrará implícitamente los rasgos
naje llegado a las costas norteñas que funda- ornitomorfos sino que, más bien, la suma
ría una de las civilizaciones más importantes de los componentes que la conformarían, lo
del territorio peruano y que posteriormente puede reflejar.
se extenderá tanto hacia el norte (Piura) y ha-
cia el sur (la libertad). Todo esto se lograría a
través de la difusión de la imagen caracterís-
tica de este personaje y de los diversos sím-

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29
ARQUEOLOGÍA DEL NORTE:
PERSPECTIVAS DESDE LAS AULAS
VOLUMEN 1: 31 - 44, 2020

“LA ARQUITECTURA PÚBLICA LAMBAYEQUE COMO


INDICADOR DE ORGANIZACIÓN SOCIAL Y EXPRESIÓN DE
PODER”
“LAMBAYEQUE PUBLIC ARCHITECTURE AS AN INDICATOR OF SOCIAL
ORGANIZATION AND EXPRESSION OF POWER”
Andrés Luliquis Chávez
aluliquis@unprg.edu.pe
Andrés Saldaña Chávez
asaldanac@unprg.edu.pe
Flor Medali Vásquez García
fvasquezga@unprg.edu.pe
Jennifer Sofía Yturria Leyva
jyturria@unprg.edu.pe

Resumen
La arquitectura pública Lambayeque como tal, no solo es reflejo de monumentalidad, sino que
de acuerdo a su ubicación, contenido de tumbas de élite, sacrificios y ofrendas hacia el monu-
mento, puede ser un claro indicador de poder político e ideológico. Así mismo, queda claro
que la arquitectura Lambayeque se expresa con marcadas diferencias respecto de un sitio a
otro, tal vez en algunos casos presenten las mismas técnicas constructivas, los mismos mate-
riales, pero su orientación, simbología y su relación con el paisaje, nos lleva a concluir que,
si bien estamos hablando de un solo grupo social, este se encuentra dividido territorialmente
por varios escenarios de poder, entre ellos Chotuna – Chornancap, Túcume y Pomac. En este
sentido, la arquitectura pública juega un rol muy importante para comprender el desarrollo de
una sociedad.

Palabras clave: Arquitectura, poder, organización social.


Abstract
Lambayeque public architecture as such is not only a reflection of monumentality, but accor-
ding to its location, content of elite tombs, sacrifices and offerings towards the monument, it
can be a clear indicator of political and ideological power. Likewise, it is clear that the Lam-
bayeque architecture is expressed with marked differences from one site to another, perhaps
in some cases they present the same construction techniques, the same materials, but their
orientation, symbology and their relationship with the landscape, leads us to conclude that,
although we are talking about a single social group, it is territorially divided by several power
scenarios, including Chotuna - Chornancap, Túcume and Pomac. In this sense, public archi-
tecture plays a very important role in understanding the development of a society.

Key words: Architecture, power, social organization.

31
Introducción
canal Taymi como la mayor y más grande ex-
Este artículo tiene como objetivo analizar y
presión de poder, de recursos y obra pública
discutir los diferentes aspectos que presen-
más importante de la cultura Lambayeque,
ta la arquitectura monumental Lambaye-
destinada a transformar la economía de la
que. Uno de ellos se refiere a la definición
creciente población.
de arquitectura pública, porque asumimos
erróneamente que la arquitectura pública, se
I. Configuración del territorio
refleja en el carácter del tamaño, y asocia-
mos a la monumentalidad como sinónimo El territorio de Lambayeque está conforman-
de grandeza. Sin embargo, “por arquitectura do por cinco valles, Saña, Chancay-Lamba-
pública, consideramos todas aquellas edifi- yeque, La Leche, Motupe y Olmos. Estos
caciones cuya función está referida a acti- valles costeños presentan similitudes por
vidades de carácter especializado”(Canziani ejemplo los ríos que recorren sus territorios
2012: pg. 50); es decir, se define por su fun- se activan en épocas de lluvia y quedan secos
ción que está referida al uso público, así por durante el resto del año., a excepción del rio
ejemplo dentro de los tipos de arquitectura Lambayeque o Chancay que posee agua los
pública presentes en la cultura Lambayeque 356 días del año.
tenemos, áreas de producción, centros cere-
moniales, centros administrativos, templos La extensión de estos valles y la riqueza que
mausoleo, residencia de élite, depósitos, ca- posee el mar Peruano debido a la corriente de
nales de irrigación, solo por nombrar los más Humboldt permitió la consolidación de una
resaltantes. sociedad teocrática que tuvo como su prin-
cipal actividad la agricultura nos referimos a
Por otro lado, la arquitectura pública Lam- la sociedad Lambayeque. Hoy sabemos que
bayeque, se construye en un territorio muy tuvo una influencia que se extendió por una
variado, a los márgenes de un valle, en el zona mucho más amplia, hasta Piura y Ecua-
bosque, la montaña o la desembocadura de dor por el norte, en los valles de Jequetepe-
un rio (Wester 2016), cada uno de estos es- que, y Chicama por el sur (Mackey 2009); y
pacios encierra un simbolismo lógico, el cual hacia el este en la región Cajamarca (Wester
se presenta desde tiempos remotos, con su et. al. 2000) y hasta el importante sitio de Pa-
mayor antecedente en el sitio de Ventarrón. chacamac en Lima (Shimada 2014).
Los sitios más representativos de esta cultu-
ra, comparten aspectos como técnicas cons- El arqueólogo Wester (2016) menciona:
tructivas, similares materiales de construc-
ción, sin embargo, cada uno presenta rasgos “En cuanto a la configuración del territorio
particulares, los cuales responden al entorno y su entorno, se convierte en un componen-
mismo y los diferencian uno de otro. Lo cual te básico sobre el cual actúa el hombre para
nos genera una clave para afirmar que la so- transformarlo y aprovecharlo; a pesar de ello
ciedad Lambayeque tuvo diferencias socia- existen condiciones climáticas o fenómenos
les muy marcadas, resultado de una compleja que ejercen fuerte influencia en la distribu-
estructura política. ción del territorio; en el caso singular de la
costa norte del Perú” (Wester, 2016, p. 39).
Otro aspecto muy importante es el poder que
se ve reflejado en una construcción pública, Así mismo, una de las obras más importantes
esto no solo implica mano de obra espe- para el desarrollo y expansión tan amplia de
cializada, sino el manejo de los excedentes esta cultura, es sin lugar a duda el sistema
productivos, es por ello que consideramos al hidráulico. Pues es gracias al canal Taymi

32
que se obtuvo un excedente productivo, con Cit), que desde el inicio de la arquitectura
el cual solventar todas las obras de la región. temprana en los andes muestra un binomio
entre religiosidad y paisaje.
El Valle Lambayeque, es uno de los valles
más importantes de la región debido a flujo Otro sitio de vital importancia es Luya en el
de agua durante todo el año. La cuenca hi- distrito de Tumán está comprendida entre los
drográfica del río Chancay-Lambayeque está 6º 50’ 15’’ de latitud sur y los 79º 46’ 30’’
ubicada en el norte del Perú, Región Noro- de longitud oeste, a una altitud promedio de
riental, en los departamentos de Lambayeque 56 m.s.n.m. En toda esta área se han podido
y Cajamarca. La cuenca hidrográfica limita identificar 24 montículos, seis plataformas
al norte con la cuenca del río La Leche, por el artificiales y 19 terrazas naturales (Rospi-
sur con la cuenca del río Jequetepeque-Saña, gliosi Campos, 2015) donde la mayoría de
por el este con la cuenca del Chotano y por el montículos corresponde a la cultura Lamba-
oeste con el Océano Pacífico. Está situada la yeque, conformados por adobes paralelepí-
ladera occidental de la cordillera de los An- pedos rectangulares bajos que se hallan en
des del norte que forma la divisoria continen- el complejo, así como evidencias asociados
tal de las Américas, es decir en la vertiente a trabajos de producción metalúrgica durante
de Pacífico. las fases media y tardía de la cultura Lam-
bayeque.
Dentro de este valle las principales eviden-
cias de la cultura Lambayeque asombran por El Valle de la Leche, aquí resaltan dos prin-
su monumentalidad y su producción mate- cipales sitios Lambayeque el complejo de
rial, Huaca Chotuna está definida por una Pómac y Túcume. El complejo de Pómac
imponente estructura monumental, de forma estudiado intensamente por Izumi Shimada
tronco piramidal de lados inclinados; edifica- desde la década del 90, muestra que la cultura
da con adobe plano convexo, asentados con Lambayeque alcanzo el más alto desarrollo
argamasa de barro. Hacia el frente oeste de dentro de este valle ya que las 24 pirámides
la pirámide se inicia el recorrido de una larga que están distribuidas a lo largo del comple-
e imponente rampa de acceso indirecto que jo Pómac reflejan el poder y la producción
recorre los lados oeste, norte y este del cuer- de esta cultura, además de los contextos fu-
po del edificio hasta llegar a la parte superior nerarios tanto de la Elite Lambayeque y la
de la misma. La altura de esta pirámide es sociedad en general que nos da a conocer las
de aproximadamente 40 metros y 80 metros relaciones sociales que tenía esta cultura.
en la base (Wester 2016). Chornancap ubi-
cada a 1.5 km de Huaca Chotuna y en la El Complejo Túcume, resulta ser uno de los
proximidad del litoral, presenta no solo en su más emblemáticos que se conoce para la cul-
concepción arquitectónica el modelo de edi- tura Lambayeque, porque en este escenario
ficio de planta en “T” con rampa al este, sino próximo a un valle como el río La Leche,
que muestra en su arquitectura asociada al aparece un componente importante como
edificio, el concepto dual, donde el escenario parte del paisaje arquitectónico: el Cerro La
político determinado por el trono y el patio Raya, llamado también Cerro Purgatorio,
de las pinturas polícromas se ubica al norte y que se constituye en el centro del espacio ur-
el área de la residencia de élite y mausoleo de bano arquitectónico en el núcleo de esta con-
la Sacerdotisa se ubica al sur; espacio opues- figuración monumental o en el “axis mundi”
to pero complementario a la vez que revelan (Narváez y Delgado 2011). Algunas de las
el profundo significado religioso que adquie- plataformas de este complejo monumental
ren los escenarios de condición sagrada (Ob. como por ejemplo Huaca 1, Huaca Larga,

33
Huaca Las Balsas, muestran elementos de- equivocadamente que al referirnos a la ar-
corativos de extraordinaria calidad artística quitectura pública, ésta siempre implica un
y cromática que exhiben un repertorio don- gran volumen y tamaño, pero este concepto
de el universo marítimo, el espacio celeste no necesariamente se refiere a un espacio de
y el escenario terrestre convergen y revelan grandes dimensiones, al respecto Canziani
incuestionablemente que estos lugares fue- (2009) nos dice que:
ron espacios sagrados, que transmiten en las
fachadas escenas del mundo religioso y la “Por arquitectura pública, consideramos to-
mítica lambayecana. Las cuatro fases iden- das aquellas edificaciones cuya función está
tificadas en huaca Las Balsas, asociadas a referida a actividades de carácter especiali-
superficie de relieves (Narváez y Delgado zado. Esta función se expresa tanto en la for-
2011) reafirman la relación de los elementos ma arquitectónica como en la propia produc-
de aves, el mar y seres sobrenaturales que in- ción constructiva, y se define científicamente
teractúan en estos escenarios sagrados. mediante el análisis arqueológico de sus
contextos y asociaciones. Lejos del equívo-
En el Valle de Saña, al excavar un importan- co que considera la arquitectura pública con
te templo de la cultura Lambayeque Walter relación a su capacidad de albergar una de-
Alva (1984), documentó una fachada donde terminada cantidad de personas (público), el
aparece una sucesión de personajes impor- carácter de esta está definido sustancialmen-
tantes de la dinastía Lambayeque que de- te por la calidad de las funciones especiali-
coran con soberbia policromía la superficie zadas que contiene, independientemente de
principal del templo que ha sido bautizado las dimensiones físicas que estas requieran
como murales de Úcupe. Recientes excava- para su realización” (Canziani, 2009, p. 50).
ciones en el mismo lugar (Alva y Alva Mene- Es decir, que los espacios arquitectónicos
ses 2011), han permitido poner en evidencia serán considerados monumentales, no por el
la complejidad escenográfica y polícroma de tamaño de la estructura, sino más bien por la
los personajes representados, cuyo vigoroso función a la que estén relacionadas, siempre
color y acciones podría establecer un discur- de uso público. Por ello, dentro de los tipos
so de corte litúrgico y festivo de la religiosi- de arquitectura pública encontraremos, no
dad Lambayeque, asociada probablemente al solo centros ceremoniales o administrativos,
tema del mítico Ñaymlap o de su descenden- sino que además están los depósitos, áreas de
cia. Así mismo, permiten definir un claro po- producción, canales de irrigación y el templo
sicionamiento de los Lambayeque en el valle mausoleo, puesto que cada uno de ellos está
de Saña que se materializa en monumentos referido al uso público.
como: Úcupe, Teodora, Miguelito, Cerro
Corbacho, Cerro Guitarra, La Otra Banda, III. Tipos de arquitectura
Mata Indio, Cerro Culpón, entre otros. monumental Lambayeque
Para la cultura Lambayeque encontramos
II. ¿Qué entendemos por estructuras destinadas para distintas acti-
arquitectura monumental? vidades públicas, entre ellas encontramos
En arqueología existen dos tipos de arqui- centros ceremoniales, centros administrati-
tectura: pública y doméstica, y cada una vos, templos mausoleo, depósitos, áreas de
de ellas se diferencia según su función. En producción, residencias de elite y canales de
este sentido, la arquitectura doméstica se irrigación.
entiende por el uso habitacional, el cual su
construcción se realiza con el fin de cumplir La configuración monumental y urbana obe-
una necesidad básica. De otro modo, se cree deció a una estructura socio política estatal

34
descentralizada, pero articulada por un dis- simbólico, con especial significado religioso,
curso o liturgia que unifica los conceptos que sirvió como base para la edificación del
políticos y religiosos que se expresan en mo- asentamiento más complejo de la región para
delos, formas, patrones y estructuras arqui- esa época (Narváez, 2011).
tectónicas que mantiene relación durante un
período importante de esta sociedad (Wester, Entre las plataformas de este complejo mo-
2016). numental tenemos estructuras como Huaca
1, Huaca Larga y Huaca Las Balsas decora-
Teniendo en cuenta las líneas anteriores ha- da con elementos de extraordinaria calidad
remos un recuento de las diferentes construc- artística que representan el universo maríti-
ciones arquitectónicas de la cultura Lamba- mo, el espacio celeste y el escenario terres-
yeque, explicando su función e importancia. tre, que revelan que estos espacios sagrados
trasmiten en sus fachadas escenas del mundo
El complejo arqueológico de Pómac cuenta religioso y la mítica Lambayeque. Narváez
con estructuras de alta complejidad arquitec- y Delgado (2011) afirman que Huaca Las
tónica, siendo considerados estos escenarios Balsas es un edificio depositario de un con-
como espacios arquitectónicos sagrados, junto de recintos decorados con relieves de
pues constituyen un escenario de función barro, de gran importancia religiosa, el edi-
ceremonial donde los miembros de las éli- ficio, presenta una división binaria interna,
tes desarrollan distintas actividades rituales con una clara diferenciación arquitectónica
y cotidianas, pero al momento de fallecer y funcional entre el Sector Norte y el Sec-
son sepultados en las plataformas principa- tor Sur. El contexto doméstico se integra al
les que se convierten en templos mausoleo uso del edificio, conformando una unidad
y morada de los ancestros (Shimada, 2014), residencial–ceremonial, constituyéndose en
tenemos como ejemplo a Huaca las Venta- uno de los valores relevantes del contexto ar-
nas y Huaca El Loro donde se han registrado quitectónico. “Por otro lado las cuatro fases
dos de las tumbas más importantes; la Tumba identificadas en huaca Las Balsas, asociadas
Este y Oeste que albergan individuos envuel- a superficie de relieves reafirman la relación
tos en fardos con todos sus ornamentos que de los elementos de aves, el mar y seres so-
demuestran el gran poder que estos ejercían brenaturales que interactúan en estos escena-
(Shimada, 1995). rios sagrados” (Narváez y Delgado 2012).

Otra razón y argumento para que estos es- Para el caso de Complejo Úcupe, se realizó
cenarios tengan la condición sagrada, lo uno de los hallazgos más importantes, un
constituyen los elementos decorativos que mural polícromo con la impresionante re-
se colocan en las fachadas principales, en los presentación de un conjunto de personajes
accesos a las plazas ceremoniales en los alta- suntuosamente ataviados (Alva, 1984). Este
res, entre otros y que concurren en un discur- mural está ubicado en el frente exterior de
so que recuerda el contenido de la tradición un muro libre en forma de “L”. Alva (1984)
oral de la historia de Ñaymlap y su descen- como resultado de su investigación postula
dencia (Wester. 2016, p. 52). que este grupo de personajes pertenecerían
al más alto estatus y serían los descendien-
El complejo arqueológico Túcume cuenta tes del mítico gobernante Naylamp, estos
con un elemento importante que forma parte elementos le darían al sitio un concepto sa-
del paisaje arquitectónico, el cerro La Raya o grado.
Cerro Purgatorio que ocupa el lugar central
del conjunto y es considerado como un eje

35
En el complejo Chotuna-Chornancap, en- las imágenes registradas en el mural polícro-
contramos estructuras con diversas funcio- mo, en la primera fase encontramos pinturas
nes, este es un sitio de alta complejidad y que policromas con la representación de la “Ola
en sus distintas construcciones podemos ver Antropomorfa”, en cuya cresta se aprecia
diversas representaciones asociadas a la luna la cabeza invertida de un personaje con co-
y el mar, elementos que están muy asociados rona y tocado semilunar y penachos, que
al paisaje donde se emplazan. Los volúme- caen en forma trapezoidal, además también
nes arquitectónicos de Huaca Chotuna, Hua- se encuentran una decoración de diseño de
ca Susy, Huaca de los Sacrificios, Huaca de escaques o ajedrezado “este constituye un
la Ola Antropomorfa y Chornancap forman elemento cuyos antecedentes se remontan a
parte también de los conceptos arquitectóni- civilizaciones tempranas y simbolizaría un
cos y formales del esplendor del urbanismo esquema conceptual del mundo” (Wester,
de la época Lambayeque, pero son el claro 2010, p.139) agregando otro elemento deco-
reflejo del afianzamiento del poder y capaci- rativo bajo la forma de relieves de círculos
dad administrativa, productiva y las relacio- enmarcados en aparentes hornacinas que se
nes que habrían logrado desarrollar las élites desplazan en forma sucesiva hasta un núme-
emplazadas en este territorio (Wester. 2016, ro de cuatro y que debieron complementar la
p. 54) alegoría de la Ola Antropomorfa, tal vez un
mensaje entre el mar y la luna (Wester.2010,
Huaca Chotuna es una construcción con p.139).
rampa orientada al oeste con un apéndice
alargado al norte, con una cima para acti- Huaca Chornancap se trata de una platafor-
vidades rituales es un centro ceremonial de ma trunca, orientada hacia el este y con vis-
corte religioso, político y administrativo, al ta en planta en forma de “T”, determinada
lado oeste de esta huaca registraron espacios por una rampa central que articula tres pla-
dedicados a actividades artesanales y de es- taformas superpuestas, esta estructura es de
pecialización según Donnan (2012) se trata- carácter religioso y político; Una de las evi-
rían de posibles talleres. dencias más importantes es un área de sin-
gular y excepcional calidad arquitectónica y
La Huaca de los Frisos, entre sus estructuras simbólica, que muestra al centro una peque-
podemos encontrar decoración de serpientes ña plaza en el eje norte-sur, abierta al norte
bicéfalas donde posiblemente era el punto con acceso a través de un vano que conduce
de reunión de selectos personajes que esta- a una pequeña rampa la misma que permi-
rían presidiendo una ceremonia vinculada te el ascenso hacia una plataforma baja con
al mar (Wester, 2010). Además, también se banquetas laterales emplazadas al este y oes-
pueden encontrar diversas representaciones te respectivamente, hacia el frente principal
en las columnas como aves, peces y felinos, de esta plataforma existe un altar a manera
ejemplo de esto puede ser el ave en picada de una banqueta longitudinal, en cuyo centro
cazando un pez, que es una representación se aprecia una estructura bajo la forma de un
clásica del arte Lambayeque. Por todo lo an- Trono (Wester. 2010, p.153)
teriormente dicho el sitio es considerado una
estructura de carácter sagrado ceremonial. Este es considerado un escenario sagrado de-
bido a la gran carga simbólica que representa
En el caso de la Huaca de la Ola Antropo- sus componentes arquitectónicos, junto al
morfa, donde aparecen importantes elemen- acceso principal se aprecian a cado lado dos
tos arquitectónicos que muestran una super- estructuras como altares y/o pedestales, que
posición de fases constructivas de evidente definen la forma de una media Chacana con
uso ceremonial, llamada así en alusión al a círculo central, Hacia el lado sur del altar y

36
el trono se encuentra un espacio denomina- 2014 citado en Wester, 2016), señala que a
do “sacristía” , que muestra un rectángulo, partir de la construcción de estos canales se
que al interior presenta restos de un friso con pudo fertilizar extensas áreas agrícolas con-
la representación de un felino, con círculos virtiéndolas de esta manera en productivas.
concéntricos en la cola y patas inferiores, Durante la época de apogeo en Lambayeque
actualmente sólo se conserva la parte de la se cultivó casi dos tercios del área disponi-
cola y extremidades posteriores del mismo. bles beneficiando así a más 150,000 perso-
Sospechamos que este diseño estaría sim- nas, de esta manera Lambayeque se convirtió
bolizando al “animal lunar” (Wester. 2010, en una verdadera despensa de los Andes cen-
p.156) trales (Kosok, 1959 citado en Wester, 2016).

La Residencia de elite es otro escenario sa- Gracias a la construcción de estos canales se


grado de importancia, albergó al gobernante logró una gran producción agrícola, lo que
está dividida en dos sectores; un sector ritual conllevó a que se tenga un gran excedente y
- residencial y el sector doméstico espacio con eso contribuir a la construcción de los di-
donde aparecen los personajes más repre- ferentes edificios públicos con fines religio-
sentativos de la estructura sociopolítica y sos, políticos y ceremoniales que expresan
religiosa de la cultura Lambayeque, que des- el poder de las élites. Además, el sistema de
empeñan sus funciones en Chornancap y que canales de irrigación es uno de los elementos
lo convierten en el escenario del poder en el considerados como estrategia de las elites
área que revela la jerarquía y estatus de los para mantener su continuidad en el control
que concurren a este espacio (Wester. 2018, del territorio (Wester, 2016). Para nosotros
p. 82) la construcción de los canales de irrigación
constituye la obra pública más importante
Dos de sus formas arquitectónicas llaman la construida durante esta época, pues no solo
atención donde se representaría al mar (ola es un control con fines de crecer económi-
geométrica) y la montaña (símbolo escalona- camente sino también en el ámbito sagrado
do) Wester (2018) lo define como una com- y religioso teniendo como “complemento la
posición ritual de carácter dual, que genera ejecución de las actividades festivas y ritua-
un recorrido ceremonial o espacio de trans- les masivas, orientadas a reiterar y renovar
formación que genera el cambio simbólico el culto a la fertilidad, culto a los ancestros,
del personaje como paso previo a su presen- etc.” (Wester, 2016 p. 80)
tación en el altar. Debido a la presencia de
estos complejos elementos esta Residencia IV. Materiales y Técnicas de
tendría un alto valor religioso, cabe mencio-
construcción
nar también que, debido a albergar al gober- Las construcciones Lambayeque tienen un
nante de elite, este espacio se convertiría en definido patrón consistente en plataformas
un mausoleo, generándose así una transfor- superpuestas de lados ligeramente inclina-
mación. dos, accesibles a través de rampas centrales,
laterales o zigzagueantes, construidas me-
Por último tenemos a los Canales de irriga- diante celdas de relleno, patrón y técnicas
ción, como sabemos la cultura Lambayeque que, igualmente definen el dominio territo-
se desarrolló en un vasto territorio, en los rial lambayecano. El patrón arquitectónico
valles de Olmos, Motupe, La Leche, Lam- característico consta de pirámides truncas
bayeque y Saña; lo que generó la construc- formadas por plataformas superpuestas, en
ción de un complejo y sofisticado sistema de forma de T, integradas mediante rampas cen-
Irrigación intervalle (Canal Taymi, Ynalche, trales directas.
Cucureque, entre otros), Hayashida (1999 y

37
4.1 Los Materiales
Las evidencias arqueológicas en el territorio
de la cultura Lambayeque en el aspecto urba- El principal material de construcción es la
no arquitectónico, dan cuenta de un proceso tierra cruda trabajada como barro, champas
de continuidad de las antiguas formas de sus y adobes. Con éstos, se conformaron muros
antecesores: los Mochicas; es decir, se man- de adobes y de quincha, contrafuertes, y vo-
tiene la construcción de grandes edificios a lúmenes. El adobe que emplearon los Lam-
manera de plataformas superpuestas, con bayeque tenía forma plano convexa, deno-
rampas de acceso directas e indirectas, lados minados “Pan de molde”. Fueron hechos de
inclinados, formas escalonadas, asociadas a diferentes tipos de tierra para su fabricación
plazas delimitadas con muros perimetrales, por lo que varían en color: gris, marrón cla-
con altares en la parte superior, muchos de ro y verdes. Fueron colocados de acuerdo a
ellos con postes que soportaban techos a una un patrón de soga y canto, unidos por capas
y dos aguas, fachadas con elementos deco- de mortero de barro. Un tipo de adobes eran
rativos en la forma de relieves, pinturas po- los adobes marcados, los que se caracterizan
lícromas con escenas simbólicas que aluden por presentar marcas en su superficie. Estas
frecuentemente al tema marítimo y lunar, marcas se aplicaron durante el proceso de
pero sobre todo constituyen reflejo y conse- fabricación, cuando el barro todavía estaba
cuencia de que los viejos modelos mochicas húmedo, por ello se describen como marcas
tienen vigencia aún a pesar de los profundos de fabricante
cambios producidos, sobre todo en asenta-
mientos a manera de grandes centros urba- Los adobes se dispusieron en diversas for-
nos como: Pómac, Túcume, Apurlec, Pátapo, mas de aparejos trabados, para los muros
Luya, Collique, Úcupe, Chotuna – Chornan- de las plataformas de los montículos tronco
cap, La Pava, Los Perros, Solecape, Mirador, piramidal, o para los muros portantes de las
Mocce entre otros que forman una configu- demás edificaciones, y para conformar ex-
ración urbana íntimamente ligada a la es- traordinarias columnas.
tructura ideológica y de producción agrícola,
es decir los emplazamientos constituyen los El mortero contiene la misma materia utili-
principales valles de la región Lambayeque zada para los adobes: tierra arcillosa, arena
(Wester,2016).

Figura 1: Técnica de bloques modulares de adobes (Zárate & Chirinos, 2016)

38
y agua. En algunos casos se notaron diferen- referir como una combinación de ambos,
cias entre ambos materiales, donde el morte- configurando una etapa de transición. Se
ro de color claro, al cual obviamente se ha- diferencian de estructuras homogéneas ma-
bían añadido sustancias calcáreas, destacaba cizas exclusivamente de adobes, y, cons-
de los adobes de color más oscuro. trucciones mixtas de muros y rellenos. El
montículo de bloques modulares de adobe
Se usó mortero de granulación relativamente (Figura 1), implicó más tiempo y esfuerzo
gruesa para los aparejos de adobes. Para re- en la fabricación de adobes y la misma cons-
voques y enlucidos finales, el material que se trucción. La técnica consistente en levantar
utilizaba era mucho más fino para conseguir grandes bloques verticales solo con adobes
una superficie lisa solamente de barro. (y mortero) ordenados en sentidos diferentes.
Estas juntas funcionarían como disipadores
El uso de moldes de caña o madera, permitía de energía sísmica, reduciendo el impacto en
adobes con dimensiones homogéneas, favo- el montículo. El volumen final del montículo
reciendo así la producción y el cálculo de los se logró mediante el adosamiento y superpo-
materiales y de la mano de obra requerida. sición de estos bloques.
La piedra, en la mayoría de los casos se ob-
serva como apoyo o refuerzo de estructuras El montículo de los reticulados de cámaras
de adobe. Otro material característico es el rellenas (Figura 2) se constituyó mediante
algarrobo. Se usó siempre en rollizo, como plataformas superpuestas. La técnica con-
columna (horcón) o viga, dintel, umbral en sistió en conformar dichas plataformas,
las puertas, y como pie derecho, carrera o mediante muros de adobe que generaba un
tornapunta en la quincha, para la conforma- conjunto de cámaras destinadas a contener
ción de recintos. rellenos con tierra, piedras, arena o materia-
les de deshecho. El adosamiento de estas cá-
En las plataformas o montículos, se usó den- maras, una al lado de la otra en alineamiento
tro de las estructuras sólidas de adobe, o con- ortogonal, formaba una retícula o emparri-
formando superficies horizontales estabiliza- llado. Una vez rellenadas las cámaras, eran
doras entre las plataformas superpuestas. De selladas con un piso de barro o refuerzos
la misma manera se utilizó la guadua o caña de esteras, vigas, baldosas u otros elemen-
“Guayaquil”. La caña brava, especie más tos estabilizadores dando lugar a un nuevo
delgada y ligera, fue usada en las cubiertas y nivel. Esta técnica permitió ahorrar material
muros de los recintos. Según lo prueban las y tiempo en la construcción, ya que incluso
improntas en las estructuras y morteros de se utilizaba como relleno el material que ini-
cielorrasos y enlucidos. cialmente se había recogido para preparar y
limpiar el terreno donde se asentaría una de
4.2 Las Técnicas estas edificaciones.
Los adobes están unidos por mortero en las
juntas horizontales y también en las juntas Los muros perimetrales de los montículos
verticales. Se observaron solamente aparejos son anchos, inclinados y a veces dobles; de-
muy simples: aparejos con adobes dispuestos mostrando criterio estructural al facilitar el
de soga, de cabeza, y aparejos con hiladas de confinamiento, mejorar la resistencia de las
soga y cabeza. plataformas y trasmitir mejor los esfuerzos
al suelo, Sin embargo, también tuvo desven-
Conformación de montículos y plataformas: tajas, ya que algunas veces las capas estabi-
lizadoras fueron insuficientes asentándose el
Se han identificado dos tipos constructi- relleno de las cámaras.
vo-estructurales, y uno más que se puede

39
Figura 2: Técnica de los reticulados de cámaras rellenas (Zárate & Hurtado, 2016)

La construcción de las columnas:


Rodillona, se encontraron como ofrendas
Un detalle particular de esta es que en la caja especiales los esqueletos de mujeres adultas
base donde se asentaba el poste de algarrobo en posición sentada, y en algunos casos con
se colocaban ofrendas, como objetos de co- las manos atadas a la base de las columnas.
bre o conchas Spondylus. En la Huaca (Chirinos y Zárate, 2011, pág. 91).

Figura 3: Detalle del muro en corte y frente.


(Fuente Museo Nacional Sican).

Figura 4: Ofrenda en Huaca Rodillona. (Fuente


Museo Nacional Sican).

40
V. Discusión De otro modo, las ofrendas asociadas al con-
5.1. El poder reflejado en la arquitectura junto arquitectónico son una clara evidencia
pública del poder que refleja dicha estructura. Dentro
de las categorías de ofrendas tenemos, va-
Las construcciones prehispánicas no fueron
sijas, entierros de élite, sacrificios humanos
creadas solo con un fin funcional, sino que
y de animales. Dentro de todos ellos consi-
además tenían una connotación simbólica,
deramos a los sacrificios humanos como la
ello queda demostrado en la ubicación (es-
mayor expresión de poder de la arquitectura
tratégica, paisaje sagrado), las ofrendas aso-
pública. Para comprender la naturaleza de
ciadas (sacrificios Humanos de santificación)
los sacrificios humanos, es necesario primero
y el Templo mausoleo. Estás variables refle-
entender la muerte en el Perú antiguo. Peter
jan claramente el significado que tuvieron las
Kaulicke (1997; 2000) refiere que:
construcciones.
“La lógica de la culturización de la muer-
El emplazamiento de un área arquitectónica
te consiste en convertirla en una secuencia
nos muestra que no es un punto ordinario,
que lleva a un fin que es la “reinserción”
sino que muchas veces es estratégico y sa-
de los muertos en la sociedad …a menudo
grado. Estratégicamente para el fácil aprove-
circunstancias bajo el término de ancestra-
chamiento de recursos y cerca de un ente sa-
lidad (Kaulicke, 2000, p. X)” debido a ello
grado, como lo eran las montañas, el mar y el
se puede ver a los sacrificios humanos como
valle para las sociedades prehispánicas. Ca-
un culto a los ancestros, no obstante es nece-
sos como estos los encontramos en la “Huaca
sario aclarar que esto se circunscribe dentro
Chornancap, emplazada al oeste de Chotuna
de una categoría conceptual de sacrificios
constituye un edificio estratégicamente ubi-
humanos, puesto que no todos los sacrificios
cado entre el mar y la desembocadura del
tienen que ver con el culto a los ancestros.
río Lambayeque” (Wester, 2016, p. 26). Otro
Al respecto, Schwartz (2012) define tres ca-
sitio muy importante en la cultura Lambaye-
tegorías conceptuales, “Offerings to Super-
que es el área de Pómac, que en palabras de I.
natural, Retainer Sacrifice y Construction
Shimada (2014) “La ubicación fue estratégi-
Sacrifice” (Schwartz, 2012, p. 10 ; Klaus,
ca, encontrándose cerca del océano Pacífico
2016, p. 22), específicamente al referirnos a
y con acceso a las extensas áreas agrícolas de
los sacrificios humanos de “construcción” ;
los valles bajos de La Leche y Lambayeque,
Está clasificación hace referencia a los sacri-
así como al antiguo curso del río La Leche y
ficios que presentan “Complete or nearcom-
el canal Taymi” (Shimada, 2014, p.74), para
plete articulated skeleton in or adjacent to
este caso el valle representa el símbolo sa-
structure’s foundations (Schwartz, 2012, p.
grado, puesto que el agua es muy importan-
13)” [Esqueleto articulado completo o casi
te dentro de la cosmovisión de esta cultura.
completo en o adyacente a los cimientos de
Un caso especial viene a ser la ubicación del
la estructura]; la importancia de este sacrifi-
complejo arqueológico de Túcume.
cio reside en darle un aspecto sagrado a lugar
en que se pone la víctima, vienen a ser los
“La planificación y desarrollo del sitio, a lo
sacrificios que se dan antes o durante la cons-
largo de por lo menos 500 años, tiene como
trucción de un espacio arquitectónico.
centro al Cerro Purgatorio o Cerro La Raya,
que debe ser considerado como un eje sim-
José Vega (1985) menciona que en el pasó
bólico, de especial significado religioso, que
de Pizarro por Lambayeque, este nunca ha-
sirvió como base para la edificación del asen-
bía visto a una cultura que realice tantos
tamiento más complejo de la región para esa
sacrificios, él refiere que “van aquí los pá-
época” (Narváez y Delgado, 2011, p. 57).

41
rrafos sobre la tierra de los Lambayeque y Ejemplos claros los encontramos en Túcu-
destacamos la prohibición formulada contra me, el cual es el único sitio en cual presenta
ellos por Huaina Capac para que no se por- la gran cantidad de montículos aglomerados
tasen nunca armas; y también el mandato de “un conjunto de 26 pirámides de adobe”
suprimir los sacrificios humanos...” (Vega, (Narváez y Delgado, 2011, p. 56) las cuales
1985, p. 42). Al parecer, Lambayeque fue la tienen como eje simbólico al cerro la raya.
región que ofrendaba la mayor cantidad de En el complejo arqueológico Chotuna Chor-
sacrificios humanos posibles, las evidencias nancap el eje simbólico está referido al mar,
arqueológicas muestran que se daban sacri- de otro modo el área de Pómac por su parte
ficios masivos, de “ofrenda”, pero también tiene al bosque y el valle de la Leche.
de “construcción”, “En la Huaca Rodillona,
se encontraron como ofrendas especiales los Así mismo, es notable que cada complejo
esqueletos de mujeres adultas en posición monumental, tiene sus propias caracterís-
sentada en algunos casos éstas se encontra- ticas que lo definen. En ningún otro sitio
ron con las manos atadas a la base de las se ha encontrado una residencia de élite o
columnas (Shimada, 2014) (Figura 4). Esto un espacio referido a un Trono, como el de
demuestra que los sacrificios se dieron al Chornancap. Tampoco existe un mural igual
momento de la construcción del templo, y o tan siquiera parecido al documentado por
ello a su vez demuestra el realce de poder Alva y Meneses (1984) en el sitio de Huaca
que adquiere un espacio arquitectónico con el Pueblo. Es necesario además decir que, las
el solo hecho de ofrendar una vida. pirámides del Complejo de Túcume tienen
una ubicación especial, la cual se manifiesta
5.2 La arquitectura pública y la en el cerro Purgatorio. Por último, los con-
organización social textos funerarios encontrados en Pómac, nos
Se ha discutido mucho acerca de la orga- revelan la importancia de toda esta área para
nización social Lambayeque. En un primer los Lambayeque.
momento como un estado centralizado, con
una “capital cívico-religiosa Sicán Medio, VI. Conclusiones
ubicada en Poma” (Shimada, 2014, p. 16). La arquitectura pública no siempre hará refe-
Sim embargo, actualmente es manejable el rencia a la monumentalidad o el volumen de
modelo de fragmentación política organiza- un sitio, sino que se refiere más al uso que se
da en parcialidades que M. Rosas (2017) ha le da y la función que va a cumplir, siempre
establecido para los Moche (Wester, 2018, p. estará referida al uso público. por ende, con-
29). sideramos que la máxima expresión de arqui-
tectura pública por parte de los Lambayeque,
La arquitectura demuestra ser una prueba fia- es sin duda el Canal Taymi, puesto que, fue
ble para aceptar el modelo de Rosas, y obje- solo con un vasto desarrollo agrícola que fue
tar el modelo de estado centralizado, puesto posible la construcción de todos los centros
que la arquitectura monumental del valle, no políticos, administrativos, y religiosos.
es uniforme, es muy probable que los mate-
riales, y técnicas con las que se construyeron Así mismo, la arquitectura no representa una
las estructuras hayan sido las mismas, sin expresión de poder por sí sola, sino que son
embargo, existen marcadas diferencias en la ubicación y ofrendas asociadas dos com-
cuanto a orientación, aglomeración de mon- ponentes muy importantes para definir el
tículos, lo cual demuestra que no estamos grado de importancia o poder que refleja ante
frente a un grupo social igualitario. la sociedad Lambayeque. El emplazamiento
de un área arquitectónica nos muestra que no

42
es un punto ordinario, sino que muchas veces Universidad Católica del Perú. Lima
es estratégico y sagrado. 2000
Klaus H. y Toyne, M. (2016) Ritual Vio-
Por último, la arquitectura pública ha demos-
lence in the Ancient Andes: Recons-
trado ser una prueba para defender la teoría
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2010-08232 Impreso en: Editorial
Súper Gráfica E.I.R.L.
(2016) CHORNANCAP: Palacio de una
gobernante y sacerdotisa de la cultu-
ra Lambayeque. Ministerio de cultura
del Perú. Unidad Ejecutora Naylamp
005. ISBN: 978-612-47117-0-1 He-
cho en el depósito legal de la bibliote-
ca nacional del Perú.
(2018) Personajes De Élite En Chornancap,
Una Nueva Visión De La Cultura
Lambayeque. Ministerio de cultura
del Perú. Unidad Ejecutora Naylamp
005. ISBN: 978-612-47117-0-1 He-
cho en el depósito legal de la bibliote-
ca nacional del Perú.

44
ARQUEOLOGÍA DEL NORTE:
PERSPECTIVAS DESDE LAS AULAS
VOLUMEN 1: 45 - 68, 2020

“CONTINUIDAD MOCHICA EN LAS TUMBAS DE ÉLITE


LAMBAYEQUE MEDIO Y TARDÍO”

MOCHICA CONTINUITY ON THE ROYAL TOMBS FROM THE MIDDLE AND


LATE LAMBAYEQUE CULTURE

Andrea López Córdova


alopezco@unprg.edu.pe
Verónica Nunura Alvarado
mnunuraal@unprg.edu.pe
Jhon Santa Cruz Santos
jsantacruzsan@unprg.edu.pe
Juan Carlos Suyón Benites
jsuyonb@unprg.edu.pe

Resumen
Las Tumbas de Élite son un claro indicador del gran poder que obtuvo un grupo reducido
socialmente privilegiado, que se ha manifestado a través de la acumulación de bienes como
del repertorio iconográfico que ostentaban sus ornamentos. Los cuales se asociaban a sus ro-
les, jerarquías e identidad, además son reflejo de cambios y continuidades. Este trabajo busca
definir la prevalencia Mochica en contextos funerarios de élite Lambayeque como símbolo
de etnicidad. Asimismo, coincidimos con lo propuesto por Shimada en cuanto a definir a los
Lambayeque como una “cultura fusional” (Shimada 2014), que sería respuesta de contac-
tos entre los Mochica y sus vecinos de tierras centrocosteñas, norserranas y surserranas. No
obstante, a pesar del surgimiento de una élite gobernante étnicamente diferente, muchas de
las tradiciones mochicas se han mantenido, inclusive hasta las épocas tardías del desarrollo
Lambayeque. Aquello implica la revalidación de una identidad propia del territorio donde se
desarrolló, y generó una tradición de culto a los ancestros, que perdura a través del tiempo.

Palabras claves: Contexto funerario, Lambayeque, Mochica, etnicidad, continuidad.

Abstract
The Elite Tombs are a clear indicator of the great power that a socially privileged reduced
group obtained, through: the accumulation of goods and the iconographic repertoire that held
their ornaments and associated with their roles, hierarchies and identity. This Project has as
resolve to define the Mochica continuity presence in the Lambayeque tombs of Elite as a
symbol of ethnicity. Likewise, we agree with the proposal by Shimada in terms of defining
the Lambayeque as a “fusional culture” (Shimada 2014), because it must be the response of
the contacts among the Mochica and the residents of the central coastal, north highlands and
south highlands from Peru. However, despite the emergence of an ethnically different ruling
elite, many of the Mochica traditions have been included even until the late ages of the Lam-
bayeque development, which implies the revalidation of an identity of the territory where this
culture was found and a tradition of ancestor worship that is maintained over time.

Keywords: funerary context, Lambayeque, Moche, ethnicity, continuity

45
Introducción ba, sino al contexto en sí, evidenciado tanto
El desarrollo Mochica en el territorio Lamba- en los objetos como las tradiciones detrás del
yecano es uno de los más amplios, definido entierro. Consideramos cuatro aspectos im-
quizá a partir del descubrimiento de la tumba portantes para reconocer la presencia étnica
del Señor de Sipán (Alva, 2004), y las poste- Mochica en la sociedad Lambayeque: a) la
riores tumbas en San José de Moro (Donnan tradición oral, b) la etnicidad, c) el rol de la
& Castillo 1994, Castillo 2000), que consoli- mujer y d) el estilo; y sugerimos una serie
dan uno de los hallazgos más representativos de elementos identificables dentro de los
de la Costa Norte. Sin embargo, posterior a contextos funerarios de élite Lambayeque,
este desarrollo y como resultado de un com- donde se ve reflejado esta perdurabilidad, la
plejo lapso de contactos con ámbitos como cual puede entenderse como una estrategia
la costa central y la sierra norte y sur, se ge- política de integración social.
nera un grupo diferente denominado Lam-
bayeque, el cual Shimada (2014), menciona I. El final de los Mochicas en el
“posee una propuesta material diferente y Territorio Lambayecano: El
una ideología que encuentra su mayor sopor- caso de Pampa Grande
te en el dominio agrícola, hídrico y la prácti-
ca de una liturgia”. Este grupo, ha sido evi- Los Mochicas se desarrollaron previamente
denciado a partir de importantes hallazgos de a los Lambayeque, en el mismo territorio.
arquitectura monumental y tumbas de élite, Sin embargo, alcanzaron una mayor exten-
brindando una cuantiosa información sobre sión desde los Valles de Piura hasta Nepeña
sus prácticas y costumbres, que muchas ve- y Santa. Los centros principales durante su
ces coinciden con sus predecesores Mochica. época media o de apogeo, se asocian a Sipán
en el norte y Huaca de la Luna en el sur; no
En este sentido, es correcto realizar un análi- obstante, estos sitios muestran diferencias
sis de continuidad Mochica en relación a me- notables; que llevaron a Donnan y Castillo
dios concretos y abstractos derivados de las (1994), a proponer una división territorial
conocidas Tumbas de Élite, como las Tum- entre Mochicas del Norte y Mochicas del
bas Este y Oeste de Pómac (Shimada, 1995, Sur. El espacio denominado Mochica del
2014), el Guerrero de Illimo (Martínez, Norte sería el posterior territorio Lambaye-
2014), la Tejedora de Collud (Alva, 2014), cano; y el espacio denominado Mochica del
la Sacerdotisa de Chornancap y el Señor de Sur, el posterior territorio Chimor (Castillo
los Spondylus (Wester 2016 a y b); esto de & Donnan, 1994).
ninguna forma sugiere que la identidad Mo-
chica no se manifiesta en tumbas de menor Por tanto, se ha propuesto, casi de forma uná-
nivel jerárquico, pues creemos que se trata nime, que Lambayeque nace como respuesta
de una presencia permanente en todos los a un momento crítico de la cultura Mochi-
niveles sociales. Sin embargo, su presencia ca, generado por inestabilidades políticas,
en este tipo de tumbas, manifiesta el grado ambientales y sociales. Aquello llevaría a su
de aceptación de estas tradiciones, al calar en caída y a una recomposición de la cultura,
los contextos funerarios de élite de la socie- adaptando influencias foráneas provenien-
dad Lambayeque. tes del norte (Ecuador), sierra norte (Caja-
marca), y sur (Wari) (Shimada 1995, 2014;
En consecuencia, hemos optado por un aná- Wester 2010, 2016 a y b, 2018). Asimismo,
lisis bibliográfico y comparativo, en relación Rucabado (2008), afirma que estas condi-
no solo a los aspectos materiales de una tum- ciones provocaron la destrucción parcial y

46
abandono de centros urbanos como Huaca de
II. El Periodo Transicional y la
Formación de lo Lambayeque
la Luna, Galindo y Pampa Grande; al mismo
tiempo, generó una reorganización política Existe un gran problema para entender el
con un trasfondo de posibles cambios en la cambio entre el Mochica Tardío y el desa-
composición étnica de los pobladores, que se rrollo Lambayeque, lo que conlleva a tener
expresó en nuevos hábitos y nuevas tecno- en cuenta la presencia de un periodo “tran-
logías. sicional”, establecido en primera instancia
en el sitio arqueológico de San José de Moro
Por consiguiente, el final de los Mochica en (Rucabado & Castillo 2003), cuyo material
territorio Lambayecano, es entendido como mantiene ciertos indicadores del tránsito en-
el abandono de sitios de relevancia social, tre estas dos culturas.
política y religiosa; y el traslado de su pobla-
ción a otros espacios. Este el caso de Sipán, El período transicional engloba un espacio
en el valle de Lambayeque, cuya población temporal de 150 años aproximadamente, en
se traslada a Pampa Grande. Al respecto, los que la identidad Lambayeque se va con-
Shimada (1994), afirma que esta sería una solidando con un estilo propio. Las carac-
ciudad Mochica Tardío, que tuvo su centro terísticas de este periodo se definen a partir
en Huaca Fortaleza. de las investigaciones realizadas en lugares
como San José de Moro, en el valle del Je-
Este lugar cumpliría funciones cívico cere- quetepeque; Huaca Bandera, en el valle La
moniales en los sectores A y B; y zonas de Leche; Santa Rosa de Pucalá, en el valle de
producción, las cuales se encontrarían en los Lambayeque; y Huaca Lucia, Huaca Soledad
sectores C, D, H e I. Los espacios más ale- y Huaca el Pueblo, en el Complejo arqueoló-
jados se relacionarían a MLDS (Multilateral gico “Bosque de Pomac” ubicado en el valle
Depressions), construcciones independientes La Leche.
que se constituyen a partir de plataformas
interconectadas. La importancia de Pampa En San José de Moro, este momento corres-
Grande como última capital Mochica en el ponde a una heterogeneidad y libertad esti-
territorio, se justifica al presentar rasgos pro- lística en la cerámica, que hace que desapa-
pios de esta fase como la producción de cerá- rezca el estilo Mochica Tardío de Línea Fina
mica con decoración de línea fina. (Castillo 2012). Además, el patrón de ente-
rramiento cambia y se caracteriza por tumbas
El Mochica Tardío se relaciona directamente de pozo; surge un nuevo concepto iconográ-
con la aparición de este estilo localizado en fico que se manifestó prioritariamente en las
Jequetepeque con piezas completas (Casti- máscaras, con la implementación de un rudi-
llo, 2009); asimismo, en sitios como Pam- mentario ojo alado; adicionalmente, a pesar
pa Grande, Huaca Lucía (Shimada, 1994), que la presencia de metales no es constan-
Santa Rosa de Pucalá (Bracamonte, 2015) y te, destacan ofrendas de animales y conchas
Huaca Bandera (Ghavami, 2015). (Castillo & Rucabado 2003).

Cabe resaltar, que a partir de este estilo se Las características mencionadas no parecen
empiezan a representar con mayor frecuen- coincidir con lo que sucede en el Valle de La
cia temas de carácter marino y la presencia Leche, dónde Shimada denomina a este pe-
de sacerdotisas; motivos que posteriormente riodo Sicán Temprano (Shimada, 2014)
fueron prioritarios en la iconografía Chimú y
Lambayeque. El Sicán Temprano, según Shimada (2014),
a nivel material respondería a un estilo ar-

47
tístico en evolución, proveniente de algunos en fosos simples y de cámaras de adobe con
sitios ubicados en la mitad norteña de la cos- nichos.
ta norte, del que no se puede decir mucho.
Sin embargo, en Huaca Lucia, logra registrar Hacia 1930, Duncan Strong y Clifford Evans
estilos cerámicos a nivel de fragmentería excavaron la tumba del Sacerdote Guerrero
Wari Norteño, Cajamarca Cursivo, Cajamar- en Huaca de la Cruz, que correspondía a un
ca Costeño y Lambayeque; además del estilo anciano enterrado en un ataúd de caña, con
Cachaco, asociado a estilos Moche V, en un tres acompañantes y numerosos objetos de
entierro hallado en 1979 (Shimada, 1981). cerámica, plumas, metal y bastones de ma-
dera tallados.
A su vez, Makowski (2016), sugiere que
dentro de este periodo de tiempo se empie- Alrededor de los años 60’s, Heinrich Ub-
zan a formalizar las preformas de Huaco Rey belohde Doering descubrió algunas tumbas
en el Valle La Leche y de Tacho en el Valle procedentes del cementerio de Pacatnamú,
de Jequetepeque; y que entre el 900 y 1000 que se volvería a intervenir en los 80’s por
d.C, aún existiría cerámica de línea fina en Donnan y Cock. Los materiales correspon-
San José de Moro, mientras que en el Valle dientes a estas tumbas, muestran una impor-
La Leche estaría consolidándose el Sicán tante colección de textiles, mates e incluso
Medio. piel de los individuos con tatuajes (Donnan
& Cock, 1986).
III. Antecedentes: Contextos
funerarios de Élite Mochica El verdadero hito con respecto a las Tumbas
Los contextos funerarios son una expresión de élite Mochica, se registraría en 1987 con
de la identidad que se quiere plasmar de un el descubrimiento del Señor de Sipán en
individuo, permitiéndonos conocer aspectos la plataforma menor o plataforma funeraria
formales como la preparación del cadáver, del Complejo Arqueológico de Huaca Raja-
el envoltorio, la cámara funeraria, y la canti- da-Sipán (Alva, 2015). Estas tumbas reales,
dad y calidad de los objetos (Donnan, 1995), Señor de Sipán, Viejo Señor de Sipán y la
pero también identificar actividades rituales, Tumba Saqueada, son los contextos más ri-
movilización de personas y la obtención de cos excavados científicamente en las Améri-
recursos que formarán parte del contexto. cas (Castillo, 2000), pues se trataría de per-
sonajes conectados por linaje.
“Las prácticas funerarias, sean estas a través
de entierros, inhumaciones, cremaciones o En 1988, en el Valle de Jequetepeque, un
simplemente de la disposición sumaria de grupo de huaqueros dejó expuesta la Tumba
los cuerpos, no suelen ser procesos casuales de la Mina, una importante tumba de cámara
ni carentes de orden sino, por el contrario, decorada, que lamentablemente fue saquea-
son generalmente actividades rituales y es- da. No obstante, las características del mate-
tandarizadas que involucran un conjunto de rial arqueológico que se recuperó, sugieren
decisiones, una serie de pasos previos y pos- que debió tener una parafernalia muy rica
teriores al entierro, y por supuesto, el entie- (Narváez, 1994).
rro mismo” (Castillo, 2000).
Hasta ese momento, las investigaciones diri-
Las primeras investigaciones sobre entierros gían su atención hacia los personajes de élite
Mochica se remontan a 1899, año en el cual Mochica de género masculino; sin embargo,
Max Uhle descubrió entierros Mochica en en el 2006, Régulo Franco registró en Huaca
Huaca de la Luna. Estos entierros estaban en Cao Viejo, la Tumba de una gobernante de
posición extendida y se asociaban a tumbas sexo femenino que cambiaría los conceptos

48
tradicionales Mochica. Este entierro, junto IV. Los contextos de Élite
con las sepulturas femeninas de sacerdotisas Lambayeque
en San José de Moro, serían indicadores del
poder femenino dentro de la sociedad Mo- Valle La Leche: En este espacio se han re-
chica (Mujica, 2017). Las cuales se comple- gistrado las tumbas más ricas de la época
mentan con escenas iconográficas en las que Lambayeque, que lleva a proponer que se tra-
la imagen de la mujer es trascendental, como taría del Centro Religioso y Cementerio de la
la ceremonia del entierro, la rebelión de los Costa Norte durante el Horizonte Medio y el
artefactos, la ceremonia del sacrificio, entre Intermedio Tardío (Shimada, 1989). Sin em-
otras. Sin duda, la importancia de la mujer bargo, sus mayores hallazgos corresponden
perduraría hasta periodos posteriores. a la época denominada Sicán Medio, entre
el 900 y el 1000 d.C. En efecto, en Pomac,
Al día de hoy, los entierros registrados han la capital, se recuperaron las Tumbas Este y
permitido tener una idea de los patrones fu- Oeste en Huaca el Loro; y en la periferia, un
nerarios Mochica, que suelen variar entre va- poco más tardía, la Tumba del Guerrero de
lles pero que en esencia se caracterizan por: Íllimo (Martínez 1998, Hepfer 2017).
a) la posición extendida; b) las formas de las
estructuras funerarias, que al norte, suelen Tumba Este: Corresponde a un entierro
ser entierros de bota o fosa, y al sur, entierros complejo en forma de pozo con cámaras la-
en fosa que conducen a pequeñas cámaras; terales o nichos, que contiene los restos de
c) la asociación a cerámica doméstica en el un personaje masculino de entre 40 a 50 años
norte y fina en el sur; d) los entierros en pla- de edad (Figura 1).
taformas funerarias en el norte y plataformas
ceremoniales en el sur; e) la relación del en- Se estructura en seis niveles. Según describe
tierro con la iconografía; y f) la presencia de Shimada (2014), el sexto nivel contiene un
entierros secundarios o guardianes (Castillo, nicho conformado por objetos de metal (tumi
2000). de plata, máscaras de tumbaga, cinabrio, nai-

Figura 1: Tumba Este de Huaca El Loro


Fuente: a) Cultura Sicán: Dios, Riqueza y Poder (1995);
b) Fotografía de Izumi Shimada, tomada de Wester (2016 a)

49
pes, etc.). El quinto nivel presenta dos acom-
pañantes, la primera en posición flexionada
y la segunda, con las piernas abiertas y las
rodillas flexionadas como si se tratara de un
parto. El cuarto nivel contiene al individuo
con máscara, orejeras y nariguera; el cual se
encontró con las piernas flexionadas y de ca-
beza, además de estar cubierto por cinabrio
y reposar sobre un textil con aplicaciones de
oro. El tercer nivel posee abundante mate-
rial marino (Spondylus y Conus) y metales.
El segundo nivel muestra una litera y un
depósito de oro. El primer nivel corresponde
al cuerpo de un niño de 10 a 12 años, cuyo
rostro está mirando hacia abajo.

De manera general, el contexto funerario po-


dría ser definido como una narración social,
que Kaulicke (2000) denomina “culturiza-
ción de la muerte”

La superposición de niveles bien diferen-


ciados, hace referencia a una continuidad
de etapas biológicas del ser humano, que va Figura 2: Tumba Oeste de Huaca El Loro
desde el nacimiento hasta la muerte. Fuente: Fotografía de Izumi Shimada, tomada de
Wester (2016 a)
Tumba Oeste: Presenta una escasa cantidad
de objetos, pero contaba con un importante Guerrero de Íllimo: Se registró en un mon-
número de acompañantes, además de cavida- tículo arenoso, conocido como “El Arenal”.
des subterráneas distribuidas en dos grupos Era un entierro de fosa que correspondía a un
de seis, a los lados norte y sur de la cámara personaje de sexo masculino, de 30 o 40 años
central. Cada cavidad contenía uno o dos es- de edad aproximadamente, se encontraba en
queletos de mujeres adultas jóvenes (Figura posición decúbito dorsal extendido, ligera-
2). mente reclinado a la derecha con orientación
del cráneo al sur y la mano izquierda sobre la
En cuanto a la cámara central, tenía un elabo- pelvis (Figura 3).
rado techo compuesto de tres capas de tape-
tes tejidos, sostenidos por vigas de madera y Se trataría de un personaje de alto status so-
por las paredes este y oeste, que estaban cu- cial Lambayeque medio, que accedió al gru-
biertas con telas de algodón pintado. El per- po de élite o gobernante. Su clase social se
sonaje central se colocó en posición sentada. define por la presencia de metales de cobre
Aquel estaba ataviado con una vestimenta y oro, además de dos acompañantes. Como
ceremonial real, que incluía una máscara objetos asociados se encuentra: una máscara
grande de tumbaga, un tocado muy elabora- funeraria, que no está dispuesta directamen-
do y un pectoral de una lámina de aleación te sobre la cara del personaje; láminas de
de plata con incrustaciones de turquesa en su cobre; un posible estandarte; un cuchillo de
mayoría. cobre tipo tumi; y tiza de huaca. Debajo del
personaje se colocaron tres vasos y tres cuen-

50
cos de cobre laminados achatados intencio- mates; así como ofrendas de cerámica del
nalmente, dos pequeños cuencos de cobre, estilo Lambayeque Tardío, especialmente de
una pinza de cobre dorado y unas cintas de botellas de doble gollete divergente, unidos
cobre que pudieron pertenecer a un tocado. por un asa puente, llamadas comúnmente ta-
Sobre la osamenta del personaje principal, chos, un elemento recurrente en tumbas de
se registró un collar de cabezas bicéfalas; a personajes femeninos, como si se tratase de
la altura de la boca, una nariguera circular y un marcador territorial.
dentro de ella, una rectangular. Este persona-
je presenta cinabrio en el rostro al igual que
sus acompañantes.

Figura 4: Tumba de la Tejedora de Collud


Fuente: Wester (2016)

Figura 3: Tumba del Guerrero de Illimo. La sacerdotisa de Chornancap: Correspon-


Fuente: Martinez (2014) de a una mujer hallada en posición sentada
mirando hacia el este, su rostro se cubría por
una cara-máscara con ojos alados y la apli-
Valle de Lambayeque: en este valle los per- cación de pequeñas añadiduras de cobre que
sonajes de élite registrados son princi- pal- representan lágrimas; esta simbología sería
mente femeninos y pertenecen al periodo uno de los marcadores de identidad de esta
Lambayeque Tardío. sociedad. Uno de sus objetos característicos
era la corona cilíndrica de oro laminado con
La tejedora de Collud: Se trata de una la representación de una mujer reposando so-
tumba intrusiva, ubicada en el sub sector La bre una luna creciente, portando un telar en
Capilla en el sitio arqueológico de Collud. forma de cruz; en conjunto con otros obje-
Contenía los restos de una importante mu- tos bimetálicos con gran carga iconográfica.
jer tejedora, la cual tenía los siguientes ele- Además, se encontraba acompañada por cua-
mentos: tocado con festones a manera de tro mujeres (Figura 5).
trenzas; y una máscara funeraria de cobre
con lentejuelas, reproduciendo la imagen de El Señor de los Spondylus: Esta fue hallada
un ancestro mítico. Recubriendo la fosa, se debajo de la Tumba de la Sacerdotisa de Chor-
identificó restos malacológicos, arena fina y nancap. Alberga los restos de un individuo
restos óseos de camélidos que podrían estar masculino de 30 a 40 años de edad en posición
vinculados con una actividad ritual funeraria. decúbito dorsal extendido en eje este-oeste
En el lado derecho, se registraron las partes (mirando al oeste). No se halla envuelto en un
(madera) de un telar de cintura; y sobre las complejo fardo como el caso anterior (Figu-
piernas del fardo, se colocó un cetro de ma- ra 6). Sin embargo, se encuentra rodeado de
dera (Figura 4). acompañantes y ofrendas, entre las que des-
tacan diez bivalvos de conchas (Spondylus
Fue sepultada junto a un cesto repleto de ar- prínceps), así como un bivalvo con concrecio-
tefactos de hilado, agujas de cobre, torteros, nes de cinabrio (Wester, 2016 b).

51
Figura 5: a) Reconstrucción de la Tumba de la Sacerdotisa de Chornancap, b) Fotografía de la
Tumba de la Sacerdotisa de Chornancap, c) Ubicación en contexto de la Sacerdotisa de Chornancap
Fuente: Wester (2016 a)

Figura 6: Vista lateral y reconstrucción de la Tumba del Señor de los Spondylus


Fuente: Wester (2016 a)

52
V. La tradición Lambayeque en una práctica de integración social por parte
contraste con la Mochica
de los Lambayeque.
Hacer un paralelo entre los Mochica y los
Lambayeque a nivel de contextos funerarios, Rucabado (2008), propone que las migra-
nos hace involucrarnos en varios aspectos no ciones redefinieron la configuración social
solo de índole material. Es necesario recono- de nuevas formaciones políticas emergentes
cer que los Lambayeque son el resultado de (Lambayeque); transformándolas posible-
un complejo sistema de creencias que con- mente en entidades multiétnicas, lo que ge-
vergen en el Horizonte Medio y dan como neraría la necesidad de un relato unificador
resultado, esta nueva imagen social que que demuestre y consolide la formación de
podríamos considerar “fusional” (Shimada, una identidad Lambayecana sólida. Con este
2014). fin, los Lambayeque usaron como estrategia
el mito de Naylamp, que podría ser tomado
De modo que su relación con los Mochicas, de una tradición Mochica, ya que este ofrece
no parece quebrarse de forma drástica, sino vínculos directos entre los linajes de élite, el
que las poblaciones lograron integrarse. Esto poder y la ancestralidad. Además, este servi-
se puede manifestar en ciertos aspectos: a) ría como medio para involucrar e integrar a
la tradición oral, b) la etnicidad, c) rol de la las poblaciones con las cuales convivían.
mujer, y d) el estilo; que a su vez sugieren
la prevalencia de la tradición Mochica en la Asimismo, Wester (2010), menciona el po-
identidad Lambayecana. der que ejerce esta narración, al brindar el
proceso de formalización y definición de
a) La tradición oral: La sociedad Lambaye- un estilo cultural, que indiscutiblemente se
que fundamenta su origen e ideología sobre afianzó en la costa norte del Perú, luego del
un relato mítico de creación, que según las denominado “colapso Mochica.”
fuentes etnográficas fue narrado en el siglo
XVIII por el cacique del reino dominante de Al analizar las características físicas de
Jayanca, don Francisco Solano Cusolí, des- Naylamp, se evidencia que guarda similitud
cendiente de Llapchilluli; y una segunda ver- con un personaje de élite presente en la cultu-
sión de Ñaymlap recogida en Mórrope por el ra Mochica. Este personaje aparece en diver-
párroco don Modesto Rubiños y Andrade en sas representaciones de la iconografía de esta
el año 1785 (Fernández, 2012). sociedad, recibiendo dos denominaciones: en
la escena de “el sacrificio o la presentación”,
Durante el Sicán Medio o la época de apogeo Christopher Donnan lo llama “personaje B”
Lambayeque, este personaje se manifiesta en (Wester, 2010); mientras que Walter Alva
todos los soportes culturales posibles, creán- lo designa “sacerdote ave” (1984), debido a
dose la idea de una deidad o un ancestro la vestimenta que lleva, misma en la que se
mítico, que será la base de la religión Lam- puede apreciar como sobresalen dos alas de
bayecana. Durante el Sicán Temprano, Shi- su espalda y posee pies con garras.
mada (2014), propone la presencia de una
preforma del “Huaco Rey”, que para el Sicán Sin embargo, este personaje podría haber
Medio, sería la representación de Naylamp sufrido cambios en el tránsito del Mochica
en el soporte cerámico; asimismo, Elera al Lambayeque, como menciona Makowski
(2008), manifiesta que esta vasija estaría re- (2016), la deidad principal del Sicán Medio o
presentando al fardo de un personaje de élite. Lambayeque presenta algunas convenciones
La marcada disposición de representar a este Wari, así como diseños figurativos Mochica.
personaje durante el Sicán Medio responde a

53
Para Makowski, el personaje del que habla Esto se manifiesta en los estudios de ADN
Donnan, no sería más que el mellizo marino que realiza Shimada (2014), en los que men-
de las representaciones Mochica con ciertos ciona, que en la Tumba Oeste de Huaca el
símbolos prestados de la iconografía imperial Loro, se registrarían tres grupos étnicos: un
Wari, puesto que guarda una fuerte relación primer grupo asociado a las mujeres del sur
con el mar, pero al mismo tiempo, represen- de la tumba, se relacionaría a una etnia Si-
ta a las poblaciones marginales, pescadores cán; mientras que las del Norte, se relaciona-
y agricultores. De manera que, su presencia rían a una etnia Mochica. A este análisis se
se convirtió en un vehículo de diálogo e inte- le suman los materiales asociados con claras
gración entre la minoría de las élites de ori- características Mochica, que serán descritas
gen foráneo y la mayoría autóctona Mochica posteriormente. Asimismo, sobre el persona-
(Rucabado, 2008) je principal, se cree que podría pertenecer a
una etnia diferente, probable-mente relacio-
Otras interpretaciones conciben el arribo de nada con el Ecuador. De hecho, varios análi-
Naylamp como el “retorno” (Wester, 2012) sis químicos y físicos de cerámica asociados
de un personaje Mochica hacia su zona de con las mujeres del norte (étnicamente Mo-
origen, proponiendo que Naylamp posible- chicas), revelaron que la producción cerámi-
mente sería descendiente del personaje de la ca fue hecha por especialistas de la posible
élite considerado el “earliest predeccesor” etnia mochica norteño en Huaca Sialupe.
Mochica en Lambayeque, quien regresaría
para iniciar la reorganización territorial, so- Otro ejemplo de etnicidad lo constituye el
cial, política y religiosa (Wester, 2012). Guerrero de Íllimo, pues no estaría usando
la típica máscara Sicán directamente sobre
b) La etnicidad: Este punto es esencial para el rostro; adicionalmente, estaría más ligado
entender las continuidades Mochica, pues a los Mochicas, por encontrarse en posición
como ya se mencionó líneas arribas, la ad- extendida y la presencia de un collar con ca-
quisición de nuevas costumbres y cambios racterísticas de esta cultura (Martínez, 2014).
políticos dispone un cambio social; sin em-
bargo, no genera un cambio inmediato en la Para Rucabado (2008), este personaje sería
identidad de la población. Esta tendrá que un curaca local menor (Mochica) que fue asi-
irse transformando a través de sus generacio- milado al señorío de Lambayeque, para man-
nes (Makowski, 2008), lo cual no excluye la tener la unificación del territorio que llegaron
posibilidad de adaptar nuevas identidades de a gobernar, y es por ello que fue enterrado
corte étnico, lingüístico, religioso o político por sus deudos con un máscara Lambayeque,
según les convenga. símbolo de poder. Esto representaría la inte-
gración de grupos étnicos múltiples durante
Para Bawden (2005), la etnicidad sería un el liderazgo Sicán o Lambayeque.
concepto flexible que abarcaría el reconoci-
miento de la pertenencia común a un grupo Precisamente, aquello nos sitúa frente a un pa-
social, donde las personas comparten los norama de integración de etnias para el Sicán
mismos valores, intereses y objetivos. Medio, que se identifican en las relaciones de
parentesco y linajes familiares en el poder;
La complejidad de un grupo como los Lam- ejemplo de ello son las tumbas de la sacerdotisa
bayeque, los obligó a usar diferentes estrate- de Chornancap y el Personaje de los Spond-
gias para integrarse, así es el caso del mito de ylus, que recuerdan un escenario similar a la
Naylamp; no obstante, el etnos de estos gru- conexión parental existente entre el Viejo Señor
pos se mantendrá sutilmente en el registro. y el Señor de Sipán, en la plataforma funeraria
del Complejo Arqueológico de Huaca Rajada.

54
c) Rol de la mujer: En la iconografía Mo- máscara como si se tratase de una divinidad
chica, el tema de la presentación nos refleja y la existencia de un cetro), revela la diferen-
que los personajes masculinos siempre se ciación de esta mujer frente a otros entierros
encuentran acompañados de mujeres, in- conocidos de tejedoras. Incluso, como men-
cluso en eventos de trascendencia religiosa; ciona Prieto (2014), los textiles deberían ser
asimismo, escenas como la Rebelión de los concebidos como bienes de prestigio con po-
Artefactos, nos ejemplifica la importancia deroso valor político, económico, religioso,
que empezaba a adquirir la mujer, durante el simbólico y connotación ritual.
Mochica Tardío.
Ambos contextos nos indican que la mujer,
Este cambio de la imagen gubernamental en el mundo andino, ocupó cargos importan-
Mochica, nos permite reconocer el panorama tes, ya sea de índole administrativo, político
de una etapa de inestabilidad política, que re- o religioso. Muestra de ello son la Dama de
quería de la presencia de una imagen estatal; Pacopampa, la Dama de Cao, las Sacerdo-
la cual se intensifica durante el Transicional tisas de Moro, y en épocas tardías, las Ca-
y Lambayeque Medio y Tardío. pullanas. Como menciona Wester (2016 a)
“…no solo eran personas con la función de
La Sacerdotisa de Chornancap es claro ejem- madre, proveedora de alimentos y tejedora,
plo de ello, puesto que se trata de una mujer sino además, con un rol crucial en la vida po-
que por los rasgos y elementos con los que lítica y religiosa de su tiempo”. No fueron
se asocia, guarda relación con la identificada únicamente grandes personajes; sino que, al
sacerdotisa o personaje C de la sociedad Mo- morir, se convertían en ancestros divinos que
chica (Donnan, 1975), de manera que esta- aseguraban la continuidad y el equilibrio de
ríamos frente a “…una continuidad de roles sus pueblos, consolidando, la propuesta de
y funciones en la época Lambayeque” (Wes- dualidad en el poder; es decir, entre gober-
ter, 2016), tal como se puede graficar en las nantes masculinos y gobernantes femeninos.
representaciones del arte mural, iconografía,
cerámica, etc. d) Estilo: Podemos considerarlo como la ex-
presión material de una cultura, que refleja
Otro ejemplo corresponde a la Tejedora de un conjunto de normas y valores comparti-
Collud, que a pesar de no ser calificada como dos que caracterizan a un grupo social o ét-
una mujer gobernante, presenta una gran nico (Runcio 2007). Ambos, tanto el estilo
cantidad de elementos textiles; una compleja Mochica como el Lambayeque han sido am-
organización detrás de la posición de la ce- pliamente caracterizados.
rámica, siguiendo un patrón norte-sur; y una
especial disposición de material para su se- En el caso de los Lambayeque o Sicán, se
pultura. Ello hace referencia de un personaje propone un estilo que evoluciona desde el Si-
que podría ser parte de lo que Bernier (citado cán Temprano al Sicán Tardío. El cual se ini-
por Alva y Valleriestra, 2013), define como cia con atributos de tipo fusional; enseguida
artesanos especialistas afiliados a la élite; o a se consolida con la imagen de Naylamp, ex-
una categoría secundaria de élite, describien- presada en todos los soportes; y termina con
do así a una categoría en donde se agrupan la desaparición de esta importante imagen y
los especialistas que poseen beneficios socia- la inserción de diseños figurativos y geomé-
les, igualmente mantenían su autoridad sobre tricos (Shimada, 2014)
la mano de obra que dirigían.
Sin embargo, la abundante presencia de los
Por consiguiente, la riqueza de este contex- clásicos componentes del estilo Lamba-
to funerario (abundancia de bienes de metal, ye-que en las tumbas de Élite de la época

55
Media y Tardía, se ve comprometida por humana, es representado con nariz en forma
ciertos elementos que se relacionan a la tra- de pico de ave análogo a la deidad Lamba-
dición Mochica. yeque.

Existen rasgos que nos hacen pensar en una Por otro lado, en Huaca Las Ventanas, se han
estrecha relación entre deidades Mochica con hallado materiales que remiten continuidad
la Deidad Principal Lambayeque (Mackey, Mochica, como los telares, que son síntesis
2000). Frecuentemente, esta última se mues- de la cosmología Lambayeque. En uno de
tra como un personaje con características ellos se observa al dios Lambayeque en un
ornitomorfas; sirvan de ejemplo los indivi- contexto marino, sosteniendo una cabeza
duos de las tumbas Este, Oeste y el Guerrero decapitada y un cuchillo ceremonial (Figura
de Íllimo; los cuales presentan macaras con 7); similar configuración se manifiesta en la
ojos a manera de “coma” similares a los de imagen del dios Decapitador Mochica (Figu-
aves y nariz en forma de pico. ra 8).

En adición, las divinidades mochicas tam- En otro de los telares ubicado también en Pó-
bién son personificadas bajo la forma de mac, se observa nuevamente la deidad Sicán
aves. “Suelen alcanzar rasgos ornitomor- con los mismos elementos, esta vez ubica-
fos, exclusivamente cuando se representan do bajo un arco bicéfalo; la escena nos hace
fuera de su sede mítica” (Makowski, 2005). evocar la pintura del Mellizo Marino bajo el
En este mismo contexto, el Mellizo Marino arco que remata en dos cabezas, o cuando se
dentro de su escena de travesía de regreso de le posiciona sobre este mismo arco dibujado
las islas, a pesar de mantener su naturaleza bajo la forma de una balsa de totora.

Figura 7: Deidad Lambayeque. Fuente: Cultura Sicán: Esplendor


preincaico de la Costa Norte, Shimada (2014 )

Figura 8: Dios decapitador Moche. Fuente: Imágenes y símbolos de Sipan

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VI. Las continuidades Mochica Este, que existen cuatro clases sociales en
en las tumbas de élite la jerarquía Lambayeque en el territorio de
Lambayeque Pómac: el grupo 1 o élite Sicán que tiene ac-
Partiendo de la propuesta de Shimada (2014) ceso a metales, piedras preciosas, se asocia
y de las características del origen de la cul- a botellas de doble pico y se encuentra en
tura Lambayeque posterior al Horizonte Me- posición flexionada; el grupo 2 o nobleza de
dio, es evidente que la presencia de la mani- nivel bajo que tiene acceso a metales como el
festación Mochica aún debe estar presente en cobre arsenical y trabajos menores, cuentas
el registro arqueológico. de concha y ámbar, se encuentra en posición
flexionada; el grupo 3 o plebeyos que tienen
Entendemos una continuidad como la perma- acceso a cobre arsenical, cuentas de concha,
nencia de ciertas características propias de botellas de un solo gollete, tienen posición
una tradición, presente en otra temporalmen- extendida; y el grupo 4 que solo tiene vasijas
te posterior. De modo que, nos permitiría re- domésticas, presenta posición extendida. Es-
conocer una presencia étnicamente Mochica tos dos últimos grupos se relacionarían a la
dentro de contextos funerarios que pretenden etnicidad Mochica por su común y recurren-
expresar una identidad propia y consolidada, te posición extendida (Shimada 1995).
durante el Sicán Medio o hacia el 1000 d.C.
Como ya hemos acotado, algunos persona-
La permanencia de tradiciones Mochica en jes de élite registrados posteriormente a esta
este tipo de contextos, demuestran la impor- propuesta, como el Guerrero de Íllimo y el
tancia de mantener conectados ambos gru- Señor de los Spondylus, rompen este plantea-
pos. Probablemente, por la evidente relación miento. Pues, a pesar de su posición extendi-
ancestral antes expuesta o por la necesidad da, no se trata de individuos de clase baja,
de mantener un estado de armonía con los sino de personas pertenecientes a un status
grupos con los que conviven. alto. Según Fernández, Martínez y Klauss
(2014) en el primer caso; y Wester (2016 a)
Los siguientes párrafos reflejan un listado de en el segundo, estos entierros corresponde-
elementos dentro de los contextos funerarios rían a personajes de élite Lambayeque; ello
de élite Lambayeque, donde se evidencia la sugiere que la etnicidad Mochica no fue un
permanencia de la tradición Mochica. Si bien limitante para el acceso al poder de la élite
no todos los contextos se relacionan a todo Sicán. Como menciona Wester (2016 a): “La
el cotejo de puntos, es necesario aclarar que Sociedad Lambayeque logra hacia mediados
nuestra intención es evidenciar su existencia. del siglo X d.C, la unidad del conjunto de
entidades políticas que la constituyen o gru-
Debemos tener en cuenta que los contex- pos de familias que se estructuran en élites
tos evaluados responden a diferentes valles emplazadas en los valles que comparten una
y momentos, a consecuencia de ello, no se tradición que tiene sus antepasados en la so-
encuentra una homogeneidad entre los ele- ciedad Mochica, pero que muestra una per-
mentos que se reflejan. Sin embargo, y es sonalidad e identidad propia que se difundió
notable, cada uno de ellos presenta de algu- probablemente a través del relato del arribo
na forma una persistencia de la adopción de de Naylamp y su corte.”
tradiciones u objetos Mochica incluso en el
momento tardío de la época Lambayeque. En efecto, la posición extendida se convier-
te en un símbolo de etnicidad Mochica en
a) La posición: En 1995 Shimada propo- contextos funerarios de elite Lambayeque.
ne, a partir del descubrimiento de la tumba Como Martínez y Klauss (2014) mencionan,

57
fue una estrategia usada por los Lambayeque El uso de cinabrio y las ofrendas de
para lograr una integración social, posible- camélidos: Si bien el uso del cinabrio no
mente a través de la incorporación de líderes se encuentra permanentemente asociado
o señores Mochica dentro de categorías me- a tumbas Mochica, referencias como la
nores de poder. Tumba de la Dama de Cao (Mujica, 2007),
nos permiten conocer su existencia y uso en
b) El discurso fúnebre: Una de las caracte- algunos contextos funerarios de alta jerarquía.
rísticas propias del discurso Mochica es su Como menciona Shimada (1995), se trata de
estrecha relación con la iconografía, usual- un material de uso muy restringido, incluso
mente los entierros reflejan lo que los objetos utiliza su presencia como un indicador
tienen representado. de rango en la época Lambayeque. Esto
indicaría que el uso del cinabrio se intensifica
En el caso de lo Lambayeque esta tradición durante la época en estudio, pero tiene
sigue un esquema diferente durante las eta- antecedentes en tradiciones más tempranas,
pas Medio y Tardío. En el primer momento inclusive antes de la Mochica; al igual que
la relación entre la representación y el indivi- el uso de camélidos como ofrendas. Estos
duo enterrado, se sostiene a través del Huaco animales, desde épocas anteriores, cumplían
Rey (Elera, 2008), lo que se evidencia en el una función ceremonial y se les atribuye un
Centro Ceremonial de Pómac. Mientras que rol de guías y transporte.
en Chornancap, esta relación no se sostiene
en un componente en específico, el entierro Representación de extremidades superio-
de la Sacerdotisa de Chornancap se expresa res: Los brazos localizados en el quinto nivel
en varios elementos asociados a su parafer- de la Tumba Este, que se asocian con un vaso
nalia, que se constituyen como elementos y un cetro (Figura 9), son un elemento recu-
que muestran su poder político y divino. rrente, así, por ejemplo se han representado
en objetos como la corona de cobre dorado
Por otro lado, a diferencia de los Mochicas, con la representación de un ser acéfalo con
los Lambayeque no enterraban a sus muertos los brazos extendidos perteneciente al ajuar
en ataúdes; por el contrario, lo hacían en fo- del Señor de Sipán.
sas que en algunos casos, como en la Tumba
Oeste, tenían cavidades en la parte inferior.

Cabe resaltar, que en ambas culturas el ente-


rramiento fue una ceremonia de carácter pú-
blico, de repercusión ideológica y calificada
como un proceso que logra mayor cohesión
religiosa a través de la renovación de la fe y
el culto a los ancestros, en este sentido, los
fardos funerarios acompañados de elementos
como máscaras y láminas de metal sobre las
partes del cuerpo, generando la idea del per-
sonaje que se transforma en un ancestro.
Figura |9: Corona con personaje acéfalo con los
brazos extendidos. Tumba del Señor de Sipan
En los entierros Lambayeque podemos en-
Fuente: Imágenes y símbolos de Sipan
contrar continuidades Mochica en la disposi-
ción de ciertos elementos como parte de ritos
fúnebres:

58
No sabemos si la intención es la misma, pro- Presencia de elementos en la boca: La dis-
bablemente guarda relación con un arraigo posición de elementos en esta parte del cuer-
simbólico que se le ha otorgado a estas extre- po debió cumplir roles religiosos o formar
midades desde tiempos del Formativo. Asi- parte del rito funerario para la época Mochi-
mismo, el hecho de su disposición de forma ca. En el caso Lambayeque, esta tradición se
extendida, quizá se relacione con el poder mantiene, utilizando elementos como piruros
sobrenatural, o como regentes del cosmos. o metales dentro de la misma. Así se reco-
noce en el Guerrero de Illimo, la presencia
Acompañantes y sacrificios: La presen- de una nariguera doblada en la boca; y en la
cia de acompañantes en las Tumbas Este y Sacerdotisa de Chornancap, pepitas de oro y
Oeste de Huaca el Loro y los del Guerrero plata dispuestos dentro de su boca.
de Íllimo, además de mostrarnos la impor-
tancia de los personajes sepultados, son mo- c) Los Objetos
delo de continuidad Mochica e incluso más
temprana. En la tumba Este se registró en el La Cerámica: Los productos alfareros con
primer nivel, la presencia de un niño sacri- rasgos estilísticamente Mochica, se mate-
ficado; mientras que en el caso de la Tumba rializan en la Tumba Este y Oeste de Hua-
Oeste, se identificaron doce acompañantes ca el Loro, así como en la Tumba del Señor
distribuidos sobre los nichos de la Tumba, de los Spondylus. En la primera notamos la
de las cuales seis de ellas son étnicamente presencia de cerámica de estilo muchicoide
Mochica, ello sugiere una continuidad sobre que estaría asociada con las mujeres del lado
las formas de culto en el espacio. norte de la antecámara de dicha tumba. Es-
tas piezas son reconocidas como Mochicas,
Asimismo, las dos acompañantes del Guerre- producida quizá en un periodo diferente u
ro de Illimo se encuentran en posición flexio- obtenidas a manera de intercambio llegando
nada. En torno a ello, el análisis bioquímico exclusivamente para el enterramiento (Shi-
ha comprobado que se trataría de mujeres mada, 2014); ejemplo de ello es una vasija
étnicamente Mochica. (Martínez & Klauss, que muestra la imagen de una mujer cuya
2014) boca parece representar la parte final de un
acueducto y que lleva consigo una especie
En el caso de la tumba del Personaje de los de cántaro, similar cerámica, se ha registrado
Spondylus, una de las féminas que lo acom- en Pacatnamú para el Moche Tardío, la cual
pañaba, ubicada al norte de la sepultura, pre- se trataba de una mujer de cara arrugada que
senta desarticulación y faltantes óseos, que sostiene sobre su espalda un cántaro. De am-
sugieren que fue trasladada de su entierro bos se deduce que estas representaciones se
original para ser parte de este evento funera- relacionarian con el control y la importancia
rio; igualmente para algunos entierros perte- del agua, la misma que se mantiene hasta la
necientes a la tumba Oeste de Huaca El Loro. época Lambayeque.

Este tipo de práctica ya se había registrado En la tumba Este se registró un cántaro mo-
para la época Mochica en sitios como Pacat- delado representando un personaje mítico
namú. (Alva & Donnan, 1993), manifestán- con colmillos, escudo y porra, vestido como
do que los mochicas conservaron a ciertos guerrero. Exhibe un collar y un tocado deco-
individuos fallecidos para que posteriormen- rados con una hilera de cabecitas estilizadas
te se enterraran como ofrendas especiales; de felinos. Además, ostenta una serie de tres
este patrón parece haber sido conservado por conos a cada lado representando quizá a las
los Lambayeque, a manera de otorgarle pres- montañas. Todos estos elementos nos hacen
tigio al individuo sepultado. recordar al personaje conocido como el Dios

59
de las Montañas, el mismo que forma parte La representación, corresponde al rostro de
de los Dioses de Abajo o del Cielo Nocturno un personaje con gorro o tocado sobre la ca-
(Makowski, 2005). beza, del cual se insinúan dos apéndices la-
terales y circulares, y a la altura de la frente
Por otro lado, en la tumba del Personaje de tiene el diseño central de una diminuta cabe-
los Spondylus, a diferencia de la Tumba Este za de felino. Si bien es cierto, estas cabecitas
y Oeste la continuidad Mochica se ve refleja- poseen el característico ojo alado, todo los
da en la presencia de una botella asa estribo demás se asemeja a las representaciones es-
refaccionada, claramente de filiación Mochi- cultóricas mochica conocidas como huacos
ca, la cual guarda una gran importancia por retratos.
su asociación en el contexto (Figura 10).
Asimismo, las orejeras de la sacerdotisa de
Chornancap, poseen una representación del
felino lunar, similar a la imagen policroma
pintada en la pared oeste del recinto donde se
registró la Tumba de la Dama de Cao. “Las
circunstancias en la que se asocia y el géne-
ro al que se vinculan; todo hace indicar que
este ícono constituye al equivalente feme-
nino o el símbolo que acredita la identidad
de género en el cual aparece representado”
(Wester, 2016 a).

La presencia de conchas (Spondylus): Des-


de la época Mochica se tenía la tradición de
enterrar a los personajes de elite con Spond-
ylus, para resaltar su origen divino y/o sacra-
lizar el espacio. Este patrón continúa en el
periodo Lambayeque; así tenemos:

En la Tumba Este de Huaca el Loro se re-


gistra un nivel con este tipo de materiales,
demostrando las interacciones y el poder de
adquisición del personaje principal; mientras
que su presencia en la Tumba del Señor de
los Spondylus, genera una idea diferente,
pues parece representar el ritual de entrega
de ofrendas de Spondylus y Conus del arte
Figura 10: Botella asa estribo procedente de la
Mochica, que son transportados en camé-
Tumba del Personaje de los Spondylus
lidos para ser presentados ante el altar del
Fuente: Wester (2016 a)
señor como testimonio del culto al agua.
(Wester, 2016 b) y que en Chornancap, se
Los Metales: En el caso del Guerrero de Illi- materializa en un espacio que cumple estas
mo, entre los adornos que usaba se registró condiciones.
un collar con 4 apéndices con representacio-
nes bifaciales de cabezas humanas, elabo- Esta relación se asemeja al ritual Mochica
radas en oro laminado que se combina con de representar escenas de su iconografía aso-
piedra ámbar y turquesa. ciándolas al personaje enterrado.

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VII. Cambios en cuanto a la Es así que, el control del recurso hídrico se
concepción del paisaje, convirtió en un medio importante, debido
religión, política, patrones a su relevancia para la producción agrícola
y arquitectura funeraria:
Lambayeque vs. Moche y la elaboración y distribución de distintos
bienes y objetos suntuarios. Esto se repre-
Las evidencias obtenidas en esta investiga- senta en la incorporación de gran cantidad
ción nos han permitido generar algunas in- de Spondylus en tumbas de élite, que nos
terpretaciones sobre las tradiciones que com- indica que las actividades comerciales con el
parten los Mochica con los Lambayeque, y Ecuador se institucionalizan, inaugurándose
al mismo tiempo, determinar cuáles son las nuevas rutas de intercambio, que como su-
características particulares de la identidad giere Wester (2018) se trataría de contactos
Lambayeque. en una esfera superior al ámbito local y re-
gional, acompañadas de propaganda política.
La concepción del Paisaje: Desde épocas
formativas, las sociedades priorizaron tres Asimismo, el Spondylus es constantemente
elementos para la ubicación estratégica de representado en la iconografía Lambayeca-
edificios: el litoral, la montaña y el rio. (Wes- na, no solo de manera aislada, sino también
ter 2018) como parte de actividades de extracción re-
flejándose en las representaciones de Chor-
En el caso Lambayeque, cuya sociedad se nancap y Túcume. Al mismo tiempo, este
rige de la liturgia creada alrededor de una le- elemento, se hace parte del discurso fúnebre,
yenda, las élites buscaron que esta se plasme en el contexto de la Tumba del Señor de los
en todo soporte, incluyendo la disposición de Spondylus, en Chornancap, en la cual se es-
su arquitectura en contraste con su entorno taría representando una escena de la icono-
natural. Por consiguiente, el mar se vuelve grafía Mochica.
uno de los elementos principales en su nueva
concepción. Si bien este elemento también El uso de cobre arsenical: Considerado un
tuvo importancia en épocas Mochica, duran- elemento de innovación desconocido por la
te la época Lambayeque se convierte en un sociedad Mochica, y catalogado como pro-
elemento constantemente representado; las ducto metalúrgico que durante el Lambaye-
olas se vuelven indicadores de la iconografía que Medio se convierte en la materia prima
de este estilo, que suele complementarse con inmediata, con fundición a escala industrial,
los iconos escalonados que aluden a la ima- para la elaboración de objetos con gran carga
gen de las montañas. simbólica.

La relación de la arquitectura con el paisaje El uso de literas: En el campo de ritos fune-


también se manifiesta de forma diferente en rarios, los Lambayeque incluyen literas como
Lambayeque. Los Lambayeque se adaptaron parte de los objetos que acompañarán a los
al espacio donde se asentaron, los paisajes personajes principales; tal es el caso de la tum-
culturales son variados, mostrando esque- ba Este y la tumba de la Sacerdotisa de Chor-
mas generalmente duales como relaciones nancap. Mientras que en la primera se halló la
bosque-rio (Pomac), bosque-cerro (Tucume) litera que probablemente transportó el cuerpo
y en el último mar-huaca (Chornancap). A del individuo sepultado; en el segundo se ubi-
pesar de ello, el rol del agua en esta sociedad có una litera en miniatura, este ornamento, pa-
como centro y base de su cosmovisión está rece vincularse con la representación simbóli-
siempre representada. ca del traslado del personaje al mundo de los
muertos según señala Wester (2016 a).

61
La Religión: La religión Lambayeque, a di- to a los ancestros como la actividad que les
ferencia de la Mochica, gira en torno a una permitía la incorporación de más adeptos; ya
leyenda de origen. La cual se materializa, que se trataba de un proceso que implicaba
no solo en la representación reiterativa de la participación colectiva en torno a la reno-
su deidad principal en máscaras, telas, ce- vación de la fe.
tros, orejeras, sino en un complejo grupo de
“divinidades mayores y menores” de las que Además, como se manifestó en los casos
hacen referencia Mackey y Pillsbury (citado de la Tumba Oeste y El Guerrero de Íllimo,
por Wester, 2018), cuyos rasgos y vestimen- los Lambayeque optaron por una política de
tas nos muestran una gran diferencia respec- integración, admitiendo a los grupos étni-
to a sus ancestros Mochica, por ejemplo: los camente diferentes dentro de su sistema de
ojos alados, el abandono de la porra u objetos status social.
que denotan guerra, la copa se sustituye por
vasos o cuchillos ceremoniales; es decir, ya Cabe resaltar que, a diferencia de los Mochi-
no solo se trata de entidades políticas sino de cas que constantemente representan sus his-
personajes con filiación religiosa. torias míticas y refuerzan la idea de deidad
y gobernantes, los Lambayeque responden
Sin embargo, debemos rescatar que el siste- solo a una narrativa mítica, la Leyenda de
ma religioso Mochica no se pierde, se reduce Naylamp, que fundamenta su origen, su dei-
y reinterpreta. Propuestas actuales mencio- dad y su elemento integrador.
nan claras relaciones entre el mítico perso-
naje Naylamp y el mellizo marino (Makows- Arquitectura funeraria: En cuanto a cam-
ky 2008, Rucabado 2008), el personaje B bios en la arquitectura funeraria, lo más evi-
(Donnan en Wester 2010) y el Sacerdote ave dente es que, “…los entierros de cámara de
(Alva 1984). élite Lambayeque no se situaban, como en
el caso Mochica al interior de volúmenes
Muchos de los símbolos religiosos y de arquitectónicos, es decir, no utilizaron plata-
po- der Mochica se transforman en la época formas funerarias o ceremoniales para ente-
Lambayeque, ya que se adopta una influen- rrar a su muertos, sino al fondo de profundos
cia sureña. Makowski (2016), menciona pozos ubicados a lados de la rampa o al pie
cuatro símbolos: los cascos de los guerreros del edificio” (Makowski, 2017), como son el
Mochica se transforman en gorros de cuatro caso las tumbas Este y Oeste. En realidad,
puntas, la copa de los actos rituales Mochica son estas tumbas las que le otorgan la sa-
se trasforma en vasos tipo kero, los cuchillos cralidad al espacio, por lo que, a diferencia
Mochica se convierten en tumis y finalmente de los Mochica, los edificios Lambayeque no
las complejas escenas mochicas se reducen a fueron construidos durante muchos siglos,
la representación de un personaje principal, sino que se realizaron rápidamente como for-
Naylamp. ma de expresar el poder de un grupo o, como
menciona Shimada (1995, 2014), prueba del
Organización sociopolítica: Mientras que origen divino de una sola familia.
durante la época Mochica se practicaba la
política expansionista a través de guerras y Sobre aspectos formales, las técnicas Mochi-
exterminio de prisioneros, siguiendo com- ca persisten, aunque se añade la nueva for-
plejos rituales que terminaban con el ofreci- ma de adobes “planos convexos” (Shimada,
miento de su sangre al gobernante; para la 2014) Igualmente, se conserva la construc-
época Lambayeque, cuyos mecanismos polí- ción de rampas de acceso y el uso de adobes
ticos son en general ideológicos, emplearon marcados.
su leyenda como medio de cohesión, y el cul-

62
Patrones funerarios: en algunos entierros Oeste, también presentan grandes acumula-
se optó por nuevos patrones que los haga di- ciones de bienes (oro, plata, cobre y tumbaga
ferenciarse de los envoltorios y/o sarcófagos con un nuevo repertorio simbólico).
Mochica o la conocida posición extendida;
así tenemos el abandono de ataúdes y la in- Ancestralidad: Divinizar a un personaje de
corporación de la denominada posición en élite para los Lambayeque fue prioritario,
forma de flor de loto o sentado, documentada pues la estrategia de cohesión que emplearon
en Chornancap, las tumbas de Pómac y en fue ideológica. Por ello, tendían a enterrar a
Collud. Al parecer, esta nueva posición, le los personajes con máscaras que tenían atri-
otorgaba una actitud más vivificada al per- butos ornitomorfos, o asociarlos con objetos
sonaje. que reiteraban su origen divino.

En lo referente a sus rituales funerarios, los Los contextos funerarios Lambayeque, de-
Lambayeque se interesaron en “…poner én- muestran el interés por relacionar el entierro
fasis en armar los lazos entre los miembros a su origen o ancestro; imitando o utilizando
de familias extensas y linajes” (Makowski, elementos que le otorguen esta condición,
2017); esto a través de la presencia de ciertos como es el caso de la cerámica de tipo Huaco
bienes de prestigio con características étni- Rey, los textiles con representaciones míti-
cas relacionadas al entierro o con claro tras- cas, y elementos que respondan a su etnici-
fondo político, como es el caso de la Tumba dad. En casos como la tumba Este, el per-
Oeste con los entierros de féminas de etnia sonaje se posicionó de manera invertida para
Mochica; o del Personaje de los Spondylus asemejar el renacimiento de su gobernante a
con la presencia de una vasija Mochica re- deidad, algo que para los Mochicas no fue
faccionada. relevante; ellos se preocupaban más porque
sus gobernantes guardaran relación con la
Siguiendo esta línea, mientras que para los narrativa iconográfica, que ostentaban en su
Mochicas la práctica constante de sacrificios arte mural y alfarero, a través de la indumen-
humanos ritualizados y/o desarticulación de taria y de los objetos asociados al entierro,
huesos era vital para mantener su prestigio, mas no utilizando al individuo como medio.
demostrar poder, renovar templos y mante-
ner en armonía la relación con sus dioses, VIII. Conclusión
además de ser representados en varias de sus En resumen, la etnicidad es un proceso de
escenas iconográficas; para el caso de los adaptación a los atributos del entorno interno
Lambayeque parece que no fue algo trascen- o externo donde se desarrolla un grupo. En
dental, ya que iconográficamente no es algo el caso de los Lambayeque, las característi-
que continuamente se haya representado, cas de su origen, descrito como “fusional”,
ello no descarta las evidencias de sacrificios los llevó a ejercer una identidad que guarda
en las tumbas en estudio, los mismos que relación con sus predecesores Mochica, Wari
no muestran daños y manipulación de igual y Cajamarca, y a construir una identidad re-
magnitud que los Mochicas. ligiosa, que si bien muestra ciertas caracte-
rísticas de estas tradiciones previas, se con-
Otra diferencia se relaciona a los objetos solida a través de una “política integradora”
con los que se entierra a los acompañantes, que reconoce y utiliza las diferencias étnicas
que parece demostrar que durante la época a su favor y que fue medio para la expansión
Lambayeque gozaban de mayores privile- lograda en su época de apogeo.
gios, ya que además de mantener materiales
que identifican su etnicidad, como es el caso Así, la presencia de ciertos elementos de ori-
de las acompañantes del Norte de la Tumba gen Mochica en los contextos de Élite Lam-

63
bayeque, debe ser vista como la respuesta a y cuestionada involucrando nuevas proble-
esta integración de grupos que sugiere una máticas particulares sobre las características
identidad religiosa homogénea, pero que que pudo mantener, y en que niveles se pue-
mantengan su etnos diferenciado y que con de evidenciar.
el tiempo se adaptó.
La organización política Lambayeque y su
Por lo que podemos afirmar que la intención consolidación en relación con la etnia Mo-
al usar estos elementos cambia, pero la esen- chica a nivel social, es un tema pendiente;
cia es la misma; la arquitectura, la icono- puesto que si bien reconocemos su desarrollo
grafía reflejada en los bienes materiales y la a partir de este predecesor; su consolidación
organización detrás de los pomposos entie- y expansión aún son un misterio en otros
rros, nos recalca la existencia de sociedades espacios de importante ocupación Mochica
que buscan ganar poder, prestigio, calar en como el Valle de Lambayeque, y las posibles
la memoria colectiva y ser catalogadas como estrategias detrás de la necesidad de integrar
ancestros. a estas poblaciones durante el Sicán Medio.

Además, acorde a los objetos procedentes


de las tumbas de élite Lambayeque; de ele- Bibliografía
mentos abstractos, como la organización de
Alva, W (2004) Sipan. Descubrimiento e
un discurso fúnebre para transmitir poder y
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prestigio; y la disposición de arquitectura en
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relación con el paisaje; queda aclarado que la
etnicidad Mochica no desaparece, sino que Alva, W. & Meneses, S. (1984) Los Murales
a pesar de la inclusión de nuevos símbolos de Úcupe en el Valle de Zaña, Norte
o rasgos, esta continúa arraigada en lo Lam- del Perú.
bayeque.
Alva, N & Valle Riestra, F (2013)Aproxi-
mación a la categoría de espe- cia-
Sin duda hablamos de una cultura con ca-
lista textil: Análisis contextual de la
racterísticas e identidad propia, que adquiere
Tumba 12-Subsector La Capilla del
y asimila ciertos patrones ancestrales y se
Complejo Arqueológico Collud-Zar-
entierra con ellos, con la finalidad de estre-
pan en el Valle de Chancay durante la
char lazos de parentesco de manera directa
Fase Tardía. Informe Final de Investi-
o indirecta con sus predecesores Mochica y
gación de Practicas Pre-Profesionales
concederles prestigio.
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Este trabajo tuvo como finalidad presentar
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bayeque donde se evidencia la permanen-
cia Mochica, como un claro indicador de la Bracamonte, E. (2015) Huaca Santa Rosa de
relación ancestral que tenían. Sin embargo, Pucalá y la Organización Territorial
esta evidente relación merece ser revisada del Valle de Lambayeque. Chiclayo.

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ARQUEOLOGÍA DEL NORTE:
PERSPECTIVAS DESDE LAS AULAS
VOLUMEN 1: 69 - 84, 2020

“REVALUANDO EL ROL Y PODER DE LOS PERSONAJES


FEMENINOS EN LA COSTA NORTE: UNA PERSPECTIVA DESDE
LOS MOCHICA Y LAMBAYEQUE”
“REVALUING THE ROLE AND POWER OF FEMALE CHARACTERS ON THE
NORTH COAST: A PERSPECTIVE FROM THE MOCHICA AND LAMBAYEQUE”

Guadalupe Custodio Ñiquen


gcustodion@unprg.edu.pe
Luis Felipe De la Cruz Herrera
ldelacruzh@unprg.edu.pe
Marcia Veliz Ramírez
mvelizr@unprg.edu.pe
Diego Villalobos Pacheco
dvillalobospa@unprg.edu.pe
Resumen
La importancia de la mujer en los sistemas políticos y religiosos en épocas prehispánicas
representan una evidencia empírica corroborada ya desde hace unos años a partir de los des-
cubrimientos de contextos arqueológicos (Wester, Chornancap, 2016) (Castillo Butters &
Rengifo Chunga, 2008), así como la recopilación etnográfica de (Rotworoswski M. , 1995),
en donde se rectifica que la incursión femenina se encuentra presente desde épocas muy tem-
pranas y en sociedades muy complejas y desarrolladas. Además, su rol no solo se limita a una
subordinación masculina o inferior a ella sino que su liderazgo se encuentra ligado al control
de una sociedad. En este sentido, consideramos necesario mostrar en el presente trabajo la
incursión y evolución de la mujer en el mundo andino, específicamente dentro de los periodos
Intermedio Temprano y Tardío, identificando su rol y funciones a partir de la materialidad
arqueológica y estudios iconográficos con el fin de tener una visión holística de los momentos
en las que ejerció un mayor protagonismo y poder.
.
Palabras Claves: Poder, rol, élite, iconografía, género

Abstract
The importance of women in political and religious systems in pre-Hispanic times represents
an empirical evidence corroborated for some years since the discoveries in archaeological
contexts: Wester (2016,2018), Castillo et al. (2007), Seki et al. (2008), as well as the ethno-
graphic compilation in María Rostworoski (1995), where it demonstrates the female incursion
has been present since very early times and in very complex and developed societies. In
addition, his role is not only limited to a subordination to another character but was able to
exercise full control of a society. In this sense, we consider it necessary to show in this work
the incursion and evolution of women in the Andean world, specifically between the periods
of Early and Late Intermediate, identifying their role and functions from archaeological ma-
teriality, including the iconographic body, in order to have a holistic view of the moments in
which they exercise greater power.
Key words: Power, role, elite, Iconography, gender
69
Introducción hallazgos, en donde la mayor concentración
Durante muchos años la arqueología peruana de estos personajes se encuentra dentro de un
ha desarrollado estudios sobre el rol y poder territorio nor costeño para épocas prehispá-
de las sociedades prehispánicas, caracteri- nicas, así como que la aparición de las muje-
zando y monopolizando a líderes mascu- res mayoritariamente en periodos de colapso.
linos; sacerdotes, guerreros y gobernantes Sin embargo debemos resaltar, que el presti-
que habían tenido a su cargo el control y la gio perdurará incluso después de la conquis-
administración de sus sociedades y que te- ta española, evidencia de ello lo muestran las
nían además los papeles principales en las fuentes etnohistóricas.
recreaciones rituales de los mitos (Castillo
& Holmquist, 2000). Hasta ese entonces, Este ensayo pretende mostrar los roles aso-
las mujeres no se encontraban dentro de los ciados a la mujer desde el intermedio tempra-
dioses más representados en las antiguas ico- no al intermedio tardío a partir de elementos
nografías, ni en su versión natural o mítica; arqueológicos encontrados en sus tumbas,
por el contrario, sus roles y participaciones así como un análisis del corpus iconográfico,
se encontraban ligadas a la subordinación de con la finalidad de reconocer la importancia
las divinidades masculinas y hasta hace rela- y la incursión de la mujer prehispánica.
tivamente poco, la evidencia arqueológica de
tumbas complejas y ricas que se habían ex- I. La arqueología de género:
cavado pertenecían a personajes masculinos.
Aspectos generales
Es importar mencionar resumidamente el
Esta interpretación errónea de una limitada surgimiento de esta rama arqueológica pues-
posición e importancia de las mujeres en los to que ha permitido formar bases teóricas
sistemas de poder y en el mundo simbólico para las investigaciones. Las primeras movi-
de las ceremonias y los ritos cambió notoria- lizaciones de carácter feministas producidas
mente a partir de 1991, cuando las excava- en Inglaterra, Estados Unidos y otras partes
ciones en San José de Moro revelaron las pri- del mundo como América Latina a lo largo
meras tumbas de las Sacerdotisas Mochicas del siglo XIX y principios del siglo XX se-
(Donnan, Donnan, & Castillo Butters, 1994). gún la cronología europea trajeron ciertas re-
Estas tumbas aportaron pruebas empíricas percusiones en diversos ámbitos académicos.
del Valle de Jequetepeque, donde en tiempos Entre las décadas 1970 y 1980, se dio inicio a
Mochicas y sus descendientes, las mujeres una reflexión a nivel académico sobre la de-
fueron tan importantes para la construcción finición, utilización, e investigación sobre el
y el mantenimiento de la sociedad como sus género en muchos ámbitos científicos como
contrapartes masculinas. Posterior a ello, no científicos sobre la imagen, poder, rol, etc.
los trabajos arqueológicos en los complejos de la mujer.
como Pacopampa, Huaca Cao Viejo, Huaca
Collud, Huaca Chotuna Chornancap rectifi- La antigua concepción del género había lle-
caron el prestigio y liderazgo de la mujer en vado en Arqueología a interpretaciones del
tiempos prehispánicos en el que sus roles no registro arqueológico sobre el papel de la
solo las relacionaban a un aspecto religioso, mujer en la historia, que lamentablemente a
sino también político y semidivino. En este un inicio fue vista en forma recurrente como
sentido, las evidencias arqueológicas e ico- pasivo o menos importante en relación con el
nográficas nos han permitido revaluar la pre- rol masculino.
sencia y la incursión de la mujer en el mundo
andino, notándose algunas características “A fines de los años setenta y principio de
fuertes con respecto a la distribución de estos los años ochenta un número creciente de ar-

70
queólogo mostraba una insatisfacción por personajes femeninos encontrados en la últi-
la orientación que tomaba la arqueología” ma década.
(Jhonson, 2000). Por ello, la disciplina bus-
caba nuevas formas de pensar e interpretar el II. La mujer y sus roles
registro arqueológico, como también de apli-
representados en la iconografía
car metodológicamente otras alternativas de Al hablar sobre las representaciones de la
trabajo. Es así como se desarrolla la llamada mujer y la identificación de sus roles, de-
Corriente Post-procesual en Arqueología, bemos considerar algunas definiciones, en
proponiendo una visión crítica a la forma tra- particular de las que hacen posible el enten-
dicional (Procesual) en que se desarrollaba la dimiento de la iconografía en el mundo andi-
Arqueología, especialmente desde mediados no, refiriéndonos particularmente a lo que se
del siglo XX en Norteamérica. conoce como cosmovisión dual:

Uno de sus mayores expositores durante “...es una forma de ver el mundo que implica
los 90’, fue Ian Hodder. Este autor expresó entenderlo como compuesto por una multi-
que la cultura material debía de ser “leída” tud de parejas de opuestos. Desde la tierra
como un texto, ya que existen distintas pers- hasta las aldeas, pasando por el cuerpo hu-
pectivas acerca de un mismo hecho, recono- mano, los animales y las plantas, se entien-
ciendo que la variabilidad de las formas de de que todo gira en torno a principios que
percepción de cada individuo, donde todas luchan entre sí y que, a la vez, se comple-
son igualmente válidas. Destacó, además, la mentan ya que la existencia de cualquiera de
importancia de la interpretación de los ele- ellos es condición para la existencia del otro.
mentos materiales, porque sólo así se podría Esta multitud de oposiciones binarias consi-
conocer el significado que subyace en cada guen, en conjunto, un equilibrio dentro del
una de ellos, pero señaló que para ello se ne- cual la vida es posible.” (Guardia, 2002)
cesita conocer el contexto de la forma más
integral posible. Según (Jhonson, 2000) la El significado de la visión ideológica sobre
Arqueología de género, en una de sus ramas los hombres y las mujeres va a ser totalmen-
de desarrollo, “explora la construcción del te opuesto pero complementario, a partir de
concepto de género en el pasado a partir de esta premisa podemos inferir que, las distin-
la información del registro arqueológico.” tas mujeres representadas en la iconografía
prehispánica y en los mitos de las crónicas
Otra de las cuestiones que destaca la arqueo- coloniales van a cumplir diversos roles o
logía de género es la necesidad de estudiar funciones e inclusive no tener el mismo
la construcción de los papeles y roles de las estatus social o político, sin embargo, todas
personas en el registro arqueológico, funda- van a ser relacionadas a un punto o fenóme-
mentándose en la premisa de que los roles no en particular:
de género varían en el tiempo y el espacio,
cuestionando el planteamiento de la división “…las deidades femeninas que cubrían las
binaria rígida del trabajo, la heterosexualidad necesidades del género humano, ofreciendo
vista como la norma habitual y la presunción a sus fieles lo necesario para vivir” (Rotwo-
de la obligada existencia de sólo dos géneros roswski M., 1995), haciendo referencia a la
(Jhonson, 2000). La arqueología de género relación entre la mujer con la tierra, al mar,
ha permitido fundamentar las bases teóri- los peces, las aves y a la luna; visualizando
cas y metodológicas de las investigaciones esta continuidad en tiempos prehispánicos
relacionadas a ella que en los últimos años desde el formativo a lo inca. Además (Alva-
se ha incrementado considerablemente, com- rado, 2015) menciona que el mar es conside-
plementándose a la vez con los hallazgos de rado como un espacio sagrado, relacionado

71
directamente a la fertilidad y por tal al gé- Las mujeres naturales tienen apariencia natu-
nero femenino, motivo que explicaría la pre- ral, usan falda larga de color oscuro, un cin-
sencia de deidades o personajes femeninos turón atado a la cintura y el pelo suelto o di-
en representaciones iconográficas marítimas vidido en dos partes y trenzado, se les puede
de sociedades como los mochica o Lamba- visualizar en escenas de sacrificio, asistiendo
yeque, que se encuentran cercanos a territo- en actividades rituales, en partos, pariendo y
rios costeños, cercanos a litorales marítimos. como matronas que asisten, en actos eróticos,
Así como representaciones del Personaje mí- curanderas tratando a algún enfermo, tejedo-
tico femenino para los moches y a la Diosa ras, o sujetando al Aia Paec, etc. Las mujeres
suprema femenina para los Lambayeque. con rasgos sobrenaturales poseen una apa-
riencia antropomorfa, con grandes colmillos,
pintura facial de un solo color, tocados com-
puestos por dos piezas trapezoidales que ter-
minan en extremos aserrados o por múltiples
elementos, orejeras doradas con mosaico de
turquesa, faldas largas que cubren las rodillas,
capas tachonadas con discos de metal, cintu-
rones adornados con cabezas de serpientes,
collares, brazaletes de malacológico, lítico y
metal, etc. Estas mujeres aparecen representa-
das en las escenas de Transporte Marino sobre
Figura 1 Mujeres naturales en escena de
balsas de totora, la escena de la Rebelión de
sacrificio, extraído de (Castillo & Holmquist,
los artefactos, escena del Entierro y escena de
2000)
Sacrificio/Presentación, de la iconografía mo-
chica (Figura 2).
La concepción ideológica y divinización
después de fallecida la mujer va a ser un fe-
nómeno recurrente para las cultura mochica
y continúa hasta los Lambayeque, sin em-
bargo, los motivos y las escenas van a sufrir
cierto grado de variación, pero siempre con-
servando el culto y su relación con el mar.
A continuación, mencionaremos las formas
de la presencia de la mujer en la iconografía
propuesta por (Castillo & Holmquist, 2000) Figura 2 Escena de Sacrifico/ Presentación,
así como las funciones que desempeñó la extraído de (Castillo & Holmquist, 2000)
mujer en tiempos prehispánicos, siguiendo
las ideas de (Alvarado, 2015) Alvarado, (2015), identifica y propone 4 fun-
ciones que probablemente habría realizado
(Castillo & Holmquist, 2000) Identifican tres la mujer en la sociedad, teniendo como base
tipos de mujeres que se pueden visualizar en la iconografía, referencias etnohistóricas y a
la iconografía mochica, teniendo como va- la evidencia material, tal es el caso de la or-
riables de análisis su vestimenta, adornos, namentación, composición funeraria, adqui-
características faciales y corporales; las mu- sición de bienes exóticos y los tratamientos
jeres naturales, mujeres con rasgos sobrena- especiales al cuerpo; a partir de ello llega a la
turales y las mujeres esqueléticas que apare- conclusión de ver a la mujer como sacerdoti-
cen en la Danza de los muertos (Figura 1). sa, curandera, partera y guerrera.

72
La mujer de las elites en la sociedad Mochica der su rol y prestigio, así como las relaciones
y Lambayeque que posean un alto status y iconográficas con dichos personajes.
desempeñen un rol de sacerdotisas, tendrán
un punto en común, considerándolas según La Dama de Cao
(Alvarado, 2015) como mujeres divinizadas,
El nombre de “Señora de Cao” o “Dama de
ser estas sacerdotisas tendrán una relación
Cao” hace referencia a los restos mortales
directa entre el mar y su respectivo género
pertenecientes a una mujer de la cultura mo-
femenino, identificándolas como la represen-
chica que se cree gobernó el norte del actual
tación del espacio sagrado femenino. Ade-
Perú en el siglo IV d.C. El contexto funerario
más, sostiene que la élite femenina Moche
se encontró en Huaca Cao Viejo, considera-
y Lambayeque disfrutaba de una serie de
da como centro ceremonial, emplazada en el
cargos que se vinculan entre ellos refleján-
Valle de Chicama, Perú.
dose una intensa interrelación, como son
el mundo del sacerdocio y de la ritualidad,
La tumba de la mujer, fue hallada en una
con la guerra y el mundo del curanderismo;
plataforma intermedia del complejo, se
este último, además, encuentra una relación
encontraron además, el esqueleto de tres
directa en el caso de las mujeres cuando lle-
acompañantes, entre ellos una adolescente
ga el momento del alumbramiento, tomando
estrangulada, junto a ella el ceramio de una
así la curandera y sacerdotisa, una identidad
curandera moche, una mujer con un manto
más, la de partera.
tipo pallar que estaba imponiendo con una
mano en el ombligo de una niña sujetada por
III. La mujer en las sociedades su madre.
Mochica y Lambayeque
El ritual de la muerte La concepción acerca Sobre los restos de la señora de Cao se halló
de la muerte y las prácticas en torno a este una cerámica con forma de un búho (enterra-
evento están presentes en todo grupo huma- da hasta la altura del cuello) y a continuación
no, y la diversidad de formas al concebirla se encontró una cubierta sustentada por unos
depende de muchos factores. Según (Castillo bloques de adobe y abajo de caña. Finalmen-
Butters, 2000) la muerte produce una ruptura te se halló el fardo funerario de la mujer. En
en el orden establecido y por ello, para con- uno de los laterales se encontró el cuerpo de
trarrestar sus efectos, las personas realizan una adolescente sacrificada que, según se in-
rituales funerarios. Esto significa que cuan- terpreta fue probablemente el de su sirvienta.
do una persona fallece se deba tomar ciertas
decisiones, lo que implica la realización de Dentro del fardo, el cuerpo estaba cubierto
actividades que resultan parte del sistema de con placas de metales de cobre en forma de
creencias, control y poder. olas y de aves marinas. Uno de ellos poseía
un chaleco de cuero, con aplicaciones de plu-
Consideramos que a través de los rituales fu- mas, que representa un personaje de rostro
nerarios, se puede no sólo conocer la concep- expresivo, elaborado en cobre dorado, y cu-
ción que un grupo humano tuvo acerca de la yos ojos y boca tienen delicadas incrustacio-
muerte, el sistema de creencias, hábitos, los nes de concha y nácar. Como se mencionó
roles, sino que además esta práctica es gene- anteriormente, el fardo estaba acompañado
radora de identidad, representaciones (Cas- de once ceramios, pertenecientes a tres pe-
tillo Butters, 2000). Para poder comprender ríodos diferentes: Mochica, Salinar y Galli-
mejor lo anteriormente dicho, hemos realiza- nazo. Entre el conjunto, el ceramio de caolín
do un análisis sobre cada elemento del ajuar representa, al parecer, una escena de activi-
y el contexto asociado para llegar a compren- dad de curanderismo de la gobernante. Una

73
curandera, envuelta en un manto en forma además, que se halló una fina pieza de ce-
de pallar, donde se impone las manos a una rámica polícroma, diseñada con iconografía
niña en brazos de su madre (Vásquez Hoys, moche, en la que se colocó una corona de
2011) (Figura 3). plata y cobre dorado en forma de penacho,
ubicado a la altura de la cabeza, posee dos
El fardo funerario completo pesaba alre- bandas alargadas, muy similar a la que apa-
rece en la iconografía moche, asociada con
un personaje del mismo rango que el Señor
de Sipán.

Otro dato muy interesante es que su cuerpo


estaba tatuado con figuras de serpientes, ara-
ñas, cocodrilos, animales lunares y figuras
geométricas. Debajo del cuerpo había una
fina capa de arena y a la altura de la cintura
se encontró una copa ceremonial y piezas de
conchas (que eran utilizadas por la nobleza
Figura 3 Cerámica con representación de un en la época prehispánica)
nacimiento (Regulo & Puelles , 2005)
¿Cómo entender su rol e importancia del
personaje?
dedor de unos 120kg. Dentro de este fardo
fueron encontrando distintos objetos, entre Primero debemos tener en cuenta el lugar se-
ellos: cuatro coronas y diademas de cobre leccionado para depositar el cuerpo de esta
dorado; un par de porras de madera forradas mujer, un centro ceremonial. Huaca Cao
con láminas de cobre dorado; quince colla- Viejo tenía la función de ser la sede de mu-
res de oro, cobre y piedras preciosas; aretes chas ceremonias religiosas, sobre todo del
de cobre con incrustaciones de turquesa ; dios Aia Paec. Existen algunos murales en la
44 narigueras (de alto valor simbólico) que Huaca de Cao Viejo que representan los ritos
combinaban metales como oro y plata o co- de sacrificios humanos que realizaban, don-
bre y cobre dorado; estólicas o propulsores de los prisioneros iban semidesnudos, atados
de lanzas, estas eran armas de gran contenido con una soga para ser llevados con el señor
simbólico, y se encuentran relacionados a la o señora y los sacerdotes. El entierro se ha-
caza ritual del venado, en la que participaban lló en unas fosas que conducen a pequeñas
personajes de alta jerarquía. cámaras “…los cementerios Mochicas exis-
ten abundante evidencia para asumir que las
Cuando los investigadores llegaron hasta actividades funerarias estuvieron escrupulo-
el cuerpo preservado naturalmente, descu- samente normadas. Un ejemplo de esto son
brieron un cuenco de metal que había sido las plataformas funerarias de alto rango…”
colocado sobre su rostro. Este tenía cinabrio (Castillo Butters, 2000).
(sulfuro de mercurio), el mismo polvo ro-
jizo que había sido utilizado para pintar su En cuanto al ajuar funerario, es notable la
cuerpo, sin embargo, algunos investigadores abundancia y calidad de cada elemento en-
afirman que no tendría un uso para la preser- contrado, considerando además que los ob-
vación del cuerpo sino más bien una función jetos de metal eran materiales utilizados para
simbólica, representando el líquido vital o la personajes de elite. Sólo las personas de ma-
sangre. Además, al ser este un mineral tóxi- yor jerarquía poseían elementos de metal,
co, las personas que habrían realizado esto debido a que se trataba de objetos suntua-
habrían fallecido después. Debemos señalar rios. Si a ello agregamos el simbolismo que

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confiere el tocado como elemento de la in- allá de ese dato, no existe ningún objeto o
dumentaria de un personaje de alto rango, el representación que haga alusión a su mater-
valor otorgado es simbólico. Las narigueras nidad, sin embargo, lo que podemos consi-
presentes, están fabricadas en dos metales, derar es que se buscó destacar la función de
oro y plata reflejando el tema dual. “En los gobernante en el Valle de Chicama. Por ello
Andes la dualidad es una forma de concebir se debe el hallazgo de ciertos objetos perte-
el mundo, pero también al individuo, es de- necientes a la elite y relacionados al poder
cir, como si se viese en un espejo una parte político-religioso. En base al ajuar asociado
de arriba y una de abajo, pero en las deidades podemos considerar que otra función del ri-
andinas también existen parejas de dualida- tual fúnebre fue establecer su función tam-
des referenciadas al día y la noche” (Rostwo- bién una curandera; al otorgarle un lugar de
rowski, 2000) sin embargo, la presencia de alto estatus, además de ser enterrada en un
otros dos objetos resulta muy interesante, se centro ceremonial.
trata de las estólicas y las porras, puesto que
estas armas representan una gran contenido
simbólico; las primeras utilizadas en la caza
ritual, en la que participaban personajes de
alta jerarquía, se trata de armas, usadas como
propulsor para lanzar proyectiles. Con res-
pecto a las porras, se asocian a actividades
militares o a guerreros. Ambas, presentes
en un individuo no sólo determinan su alto
status, sino resaltan las fuentes de poder y Figura 4 Tatuajes (Regulo & Puelles , 2005)
mando.

En cuanto al cuerpo de la Dama de Cao, esta Las Sacerdotisas de San José de Moro
se encontraba tatuada en el sector de los an-
tebrazos, manos y pies con motivos de ara- Los hallazgos más importantes registrados
ñas, serpientes, cocodrilos, animales lunares, en San José de Moro son las tumbas de dos
figuras geométricas. Esto último llevó a creer Sacerdotisas, del Periodo Mochica Tardío
que poseía dotes sobrenaturales y se la vin- (aprox. 750-800 d.C.) que tuvieron un papel
culó con una especie de sacerdotisa o curan- preponderante en la Ceremonia del Sacrifi-
dera, al relacionar a las arañas y serpientes a cio, así como un conjunto de tumbas de cá-
temas de fertilidad (Figura 4). mara de mujeres de élite que corresponden al
Periodo Transicional (Castillo Butters, 2000)
Es importante mencionar que los tatuajes
han sido considerados como un elemento En el centro de la cámara funeraria se encon-
diferenciador de rango y jerarquía. traba el esqueleto de una mujer de no más
de un metro y cincuenta centímetros de es-
Cada elemento desde la elección de lugar, tatura y de un poco más de cuarenta años de
los acompañamientos funerarios son resulta- edad. El personaje estaba dispuesto dentro de
do de toma de decisiones, estos aspectos nos un ataúd de cañas de forma rectangular en
ayudan a descubrir quién era ese individuo, cuyos lados se cosieron objetos de metal en
su identidad. Como se dijo anteriormente la forma de brazos y piernas, una gran máscara
Señora de Cao habría dado a luz antes de mo- funeraria y sandalias. Todos estos elementos
rir, lo llamativo aquí es que sólo lo sabemos le daban al ataúd un aspecto casi humano, lo
por su estudio de antropología física. Más que lo asemejaría a los objetos que aparecen

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con brazos y piernas en las representaciones Tres artefactos de cerámica resaltan por su
del mito de la Rebelión de los Objetos, lu- origen y porque reflejaban el carácter inclu-
chando contra los seres humanos (Castillo & sivo de la ideología Mochica Tardía. Dos bo-
Holmquist, 2000) tellas presentan representaciones de felinos
de estilo Nievería, un estilo cerámico de la
La Sacerdotisa estaba flanqueada por los es- costa central del Perú y un plato de arcilla
queletos incompletos de dos mujeres muy blanca de estilo Cajamarca, una cultura de la
mayores. Éstas, y quizás las dos jóvenes que sierra aledaña.
encontramos en la antecámara, podrían haber
sido parte del séquito de mujeres que acom- En las tumbas de las Sacerdotisas, por pri-
pañan a la Sacerdotisa en las ceremonias fú- mera vez se encontraron las evidencias de
nebres que se representan en la Escena del contactos, pero que se dieron en circunstan-
Entierro (Donnan & Mcclelland, 1979) cias de por sí especiales. Estos objetos esta-
rían relacionados con la cultura Wari, un es-
Los artefactos asociados con la Sacerdotisa tado expansivo de la sierra sur, y su inclusión
que fueron depositados en su tumba como en una tumba tan importante demostraría
ofrendas funerarias la consideran como in- que, como parte de su estrategia ideológica,
dicativo de las funciones que probablemente los Mochica en su periodo terminal trataron
cumplió en vida. Cerca de su mano derecha de acercarse al prestigio y poder desplegado
se halló una copa de cobre con pedestal cóni- por éstos (Castillo Butters, 2000)
co, muy semejante a las copas que aparecen
en las representaciones de la Ceremonia del
Sacrificio que contenían según algunos estu-
diosos la sangre de los sacrificados. Además
de estos objetos tan característicos encontra-
mos dentro del ataúd un complejo ajuar fu-
nerario que incluía collares y brazaletes de
cuentas de metal, hueso, conchas, piedras,
palillos, piruros de uso textil y orejeras ador-
nadas con mosaicos de turquesa.

Las setenta y tres piezas de cerámica encon-


tradas en esta tumba resaltan la importancia
de esta mujer: cuencos de diferentes tama-
ños, vasos y escudillas, botellas finamente
pintadas, una de ellas con la representación
de una sacerdotisa sobre una balsa de totora.

El artefacto más significativo de la tumba es


una copa con base cónica, pintada con figuras
antropomorfizadas con porras de guerra co-
rriendo con copas en la mano, muy semejante
a la representación que apreció en la tumba
de la mujer de la Huaca de la Cruz (Figura 5).
Esta copa y la copa de cobre habrían servido
Figura 5 Copa de cerámica de la tumba MU-41
para presentar la sangre de los sacrificios hu-
(Castillo Butters, 2000)
manos a la divinidad mayor en la Ceremonia
del Sacrificio (Castillo Butters, 2000).

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El hallazgo de una tumba de élite donde las Las Sacerdotisas del periodo transicional
asociaciones hacían presumir una identidad en Moro.
asociada a una de las divinidades del pan- Se puede interpretar que el prestigio y poder
teón abrió la interrogante de si éste era un de las mujeres de élite había sobrevivido a
caso único y singular, o si por el contrario la caída del estado Mochica. Puesto que en
otras personas en la misma época o de ma- el periodo transicional se presentan tres tum-
nera sucesiva habían tenido la misma iden- bas de gran complejidad que nos ilustran la
tidad y función en la sociedad Mochica del situación de estas poderosísimas señoras de
Jequetepeque. La segunda tumba de cámara Moro.
excavada en 1992 poseía los restos de una
sacerdotisa. La estructura estuvo techada con La tumba M-U1045 es uno de los contextos
gruesas vigas de madera, presentaba nichos funerarios más complejos. La cámara es de
en las paredes y estaba subdividida en dos planta rectangular, con banquetas laterales y
secciones por un desnivel en el piso. un acceso abierto en la pared norte. En las
paredes tiene nichos que contuvieron gran
Más importante aún, el ocupante principal cantidad y diversidad de asociaciones, in-
resultó ser una mujer de más de veinte años cluyendo maquetas, cerámica de diversas
de edad, asociada a cientos de ceramios y a tradiciones, huesos de camélidos, crisoles y
un rico ajuar de piezas de metal que como artefactos de uso ritual. Como en el caso de
en el caso anterior, conformaban los adornos las cámaras Mochica, algunos nichos apa-
de un ataúd antropomorfizado. La copa de recieron vacíos y no es posible determinar
cobre, la máscara ceremonial, las plumas de si originalmente contuvieron artefactos de
metal que adornarían un tocado y las grandes origen orgánico como madera o textiles. La
piezas en forma de brazos y piernas corres- cámara contiene tres ocupantes principales,
pondían a las que se había encontrado el año dos mujeres y un niño que se encontraron
anterior en la tumba de la Sacerdotisa. Los dentro de ataúdes en la parte inferior, sobre el
collares de Spondylus y sodalita, los artefac- piso. Además de éstos, aparecían asociados,
tos para producción textil y la gran cantidad a manera de ofrendas, dos jóvenes y un raro
de cerámica también eran análogos. Sin em- envoltorio cuadrangular dentro del cual se
bargo, las ofrendas de cerámica y metal eran hallaron cuatro niños pequeños y las piernas
más pequeñas o de menor calidad. A diferen- de tres individuos adultos.
cia de la anterior, la Sacerdotisa no aparecía
acompañada de otras mujeres, sino de un Si consideramos su estructura, esta tumba
hombre joven. También se encontró una gran es una copia de las cámaras Mochica de las
cantidad de huesos humanos y de camélidos, sacerdotisas. Las dimensiones, la división en
dispuestos alrededor y a los pies del ataúd una antecámara y la cámara misma, la distri-
principal, en desorden, como si hubieran sido bución de las cuatro grandes columnas que
arrojados allí. Los artefactos encontrados en sostuvieron un techo de gruesos troncos, la
la segunda tumba son de estilos derivados de ubicación y orientación de los individuos
los que aparecieron en la anterior, por lo que principales, y la distribución y organización
se trataría de un entierro posterior. También de la cerámica, compuesta por alrededor de
en esta segunda tumba aparecieron objetos trescientas piezas, atestiguan una serie de
de tradiciones foráneas, principalmente Ca- continuidades con el patrón funerario de élite
jamarca y Wari, y artefactos Mochica de- Mochica Tardío. Estas semejanzas contras-
corados con motivos y policromía Wari, lo tan con las marcadas diferencias en el tipo
que demostraría que las influencias de esta y decoración de la cerámica. En esta tumba
cultura ya comenzaban a tener arraigo en el se encontró una numerosa colección de cerá-
desarrollo de la tradición local. mica Cajamarca, incluyendo platos, cuencos,

77
cucharitas y cántaros. En la mayoría de los Las Sacerdotisas de Moro, fueran o no lí-
casos la cerámica Cajamarca se encontró en deres políticos de sus sociedades, fueron
parejas, es decir, dos ejemplos casi idénticos asociadas en el momento de su muerte con
de cada pieza. Cabe señalar que si se pudie- el personaje de la Mujer Mítica que figura
se reconocer alguna identidad o función de conspicuamente en las representaciones ico-
parte de los ocupantes, mayoritariamente nográficas propias del estilo de SJM. Como
femeninos, sería la asociación con artefac- se dijo, las representaciones de la Sacerdoti-
tos de uso en actividades de curanderismo y sa sobre le balsa de totora es la imagen más
brujería. Esta atribución, que como se puede frecuente en la icnografía del estilo Mochica
ver es frecuente en tumbas complejas de San Tardío de Línea Fina.
José de Moro, es quizá el elemento de conti-
nuidad entre una época y otra. Es en relación a estas representaciones que
podemos asumir que estas mujeres tuvieron
Las evidencias encontradas en San José de una posición de enorme importancia y se-
Moro, confirman la función ceremonial y de guramente muy privilegiada. Por tanto, no
prácticas chamánicas independientemente de habrían dependido de la mediación de un
qué sociedad o grupo estuviera a cargo. hombre para asumir su estatus social. Hasta
donde podemos ver a través de las asociacio-
¿Cómo entender el rol e importancia de nes funerarias, no fueron la hija, hermana,
los contextos encontrados en Moro? madre o esposa de alguien, sino que presu-
miblemente tuvieron una estrecha relación
A partir de estos descubrimientos pueden con el sistema ritual a través de su rol ritual
surgir preguntas como el ¿por qué ciertos como la Sacerdotisa (Castillo Butters, 2000)
personajes de le élite Mochica fueron ente- Es decir que no dependían de un varón para
rrados con atuendos y artefactos asociados asumir el estatus que tenían, sino de su fun-
a seres del panteón de divinidades? y, ¿por ción en el sistema ritual. Adicionalmente, no
qué se dieron identidades rituales femeninas hay que perder de vista que la ceremonia de
entre las mujeres de San José de Moro? Pudo Sacrificio se convirtió en la liturgia más im-
darse el caso que miembros de las elites Mo- portante en la religión Mochica.
chicas se relacionaran con personajes mito-
lógicos, y que esto se tradujeran en contextos La Sacerdotisa de Chornancap
funerarios como los que hemos señalado pre- Hacia el norte del altar principal del com-
viamente para los señores de Sipán (Alva & plejo Chotuna-Chornancap se encontró un
Donnan, 1993), para el Sacerdote Guerrero conjunto de “intrusiones”, las cuales se ex-
de la Huaca de la Cruz (Mogrovejo Rosa- cavaron sistemáticamente desde agosto de
les, 1995) o para las Sacerdotisas de Moro 2011. En el primer grupo se registraron im-
y que, sin embargo, no encontraríamos las portantes ofrendas y el entierro secundario
numerosas tumbas de mujeres que aparecen de un personaje de status con ofrendas de
en San José de Moro. A pesar de ello bien cobre (cuchillos, tocado, bastón, discos ca-
pudieron darse estas elaboradas tumbas de lados, etc.) y un acompañante. Este hallazgo
cámara asociadas con mujeres poderosas, constituyó un indicio de la posible existencia
sin que hubiera asociaciones con otras divi- de otros contextos funerarios.
nidades del panteón Mochica que se mani-
festaran en tumbas de la naturaleza señalada. En el lado oeste del corte de la tumba se ha-
Christopher Donnan ha planteado que pudo lló un agrupamiento de vasijas de cerámica
existir una suerte de «religión de estado» en de la más fina calidad artística y tecnológi-
base a la performance de la Ceremonia del ca, asociadas al estilo Cajamarca. Mientras
Sacrificio. que al este de la tumba, en el mismo nivel

78
de la cerámica Cajamarca Costeño, se defi- Una corona de cobre plateado, colocada so-
nió un conjunto de ofrendas de cerámica con bre la cara-máscara confirma el status del
la clásica representación de botellas de doble personaje sepultado, así como también un
cuerpo en forma de Spondyllus, y vasijas es- collar de 21 discos de cobre. Estos objetos
cultóricas, de clara filiación cultural Lamba- se encontraban sobre el fardo funerario re-
yeque Tardío. cubierto por discos de cobre como círculos
concéntricos. Se encontró además un objeto
Al retirar las ofrendas de cerámica, se ha- de cobre a manera de un bastón en cuyo ex-
llaron dos mantos o telas pintadas presentan tremo superior se aprecia la silueta en forma
una reveladora simbología que identifica un romboidal, asociado a un círculo, dando la
tema emblemático y recurrente en la icono- impresión de una especie de asta muy ca-
grafía de la Cultura Lambayeque, que es co- racterística en la iconografía Lambayeque.
nocida como la Ola Antropomorfa, se halló También se halló un pequeño cetro elipsoi-
además en el centro, 90 discos de cobre de dal en cuya cima aparece la imagen lamina-
12.5 centímetros de diámetro. El segundo da, recortada y calada del conocido y mítico
manto, con las mismas características, fue personaje ave Ñaylamp en cobre dorado.
colocado en el extremo oeste de la tumba y
doblado en dos partes. Dentro del fardo aparecieron también tres
deslumbrantes pares de orejeras de oro: la
La iconografía de ambos mantos aludirían primera con la representación de un persona-
evidentemente a una clásica composición de je visto de frente con bastones a cada mano
la Luna y el Mar, dos escenarios trascenden- y con un gran tocado semilunar; otra con un
tales en la vida de la sociedad lambayecana círculo central y al borde el diseño de la Ola
y sobre el cual el personaje sepultado habría Antropomorfa; la tercera con diseño circular
tenido acceso como parte de los elementos y en el borde una imagen en forma de estre-
ideológicos que identifican su condición y lla.
jerarquía semidivina. Retirados los mantos,
se identificó una estructura de planta ovoidal
y en el interior una superficie compuesta por
una capa de barro que registraba las impron-
tas de pisadas de tres personas que habrían
preparado barro, como si este acto se tratase
de un ritual del cierre de la tumba, en una
especie de “danza”, que constituye un even-
to inusual en contextos funerarios pero que
indica la complejidad del ritual del enterra-
miento de la personalidad sepultada (Wester,
2018).

Posterior a ello se apreció un rostro imper- Figura 6 Detalles de la máscara y pectoral de


turbable originado por la extraordinaria y spondylus (Wester, 2018)
clásica cara-máscara Lambayeque, con ojos
alados y la representación en cobre de lágri- Otros pares de orejeras de plata revelan tam-
mas que caen de sus ojos y que expresarían bién la compleja simbología; entre estos
el sollozo de un rostro divinizado que en la destaca un par de orejeras de plata con un
sepultura muestra un revelador y metafórico personaje de frente y un bastón a cada mano
mensaje rumbo a la otra vida (Figura 6). (similar al de oro); y otro con la conocida re-
presentación del “animal lunar”.

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monial o cetro de mando de oro de aproxi-
madamente 23 cm de largo con un extremo
alargado laminado con la representación de
un clásico personaje Lambayeque (Wester,
2018)

Un pequeño cuenco de plata con complejas


escenas repujadas en la superficie externa
muestra un mensaje de profundo contenido
religioso y simbología que incluye el mar,
aves, felinos, serpientes y seres mitológicos
que, en suma, expresa parte del universo ce-
remonial de esta sociedad o probablemente
guarda una historia que cuenta el viaje de es-
tos personajes por el mar como medio para
lograr su divinización.
Figura 7 Detalles de la corona (Wester, 2018) ¿Cómo identificar el rol e importancia de
este personaje?
Una corona de oro laminada y calada mues- Resulta importante el hecho de que esta se-
tra una escena compuesta en la que una “mu- pultura parte de un conjunto de sepulturas de
jer” con extremidades superiores e inferiores personajes de la elite Lambayeque, puesto
que rematan en forma de garra reposa senta- que mantienen a Chornancap como uno de
da sobre la luna creciente y tiene un telar al los escenarios religiosos de singular valor
frente; esta se halla en el interior de un típico ceremonial por su cercanía al mar, conside-
palacio Lambayeque con doble techo con la rado, además, como el territorio del legen-
conocida forma del ave mítica (Figura 7). dario y mítico Ñaylamp (Wester, 2018). De
acuerdo a las investigaciones, especialmente
Un primer vaso en forma alargada de cobre lo referente a lo Lambayeque, esta sociedad
plateado ubicado al lado derecho de la ex- incorporó a mujeres en el ámbito del poder
tremidad superior del personaje, se convierte y del manejo de la religiosidad. Sea esto por
en el ornamento que también cumplió la fun- razones de incluir al género en el espacio del
ción de sonaja y permite identificar o vincu- poder, o como un recurso de naturaleza es-
lar al individuo sepultado con otras represen- trictamente política.
taciones en el arte de la cultura Lambayeque.
Dos grandes cuchillos de cobre hacia la parte El individuo está ubicado sentado al oeste
media del fardo, y decenas de vasijas de ce- de la tumba junto a sus ornamentos de ran-
rámica Lambaye que y Cajamarca Costeño, go religioso y divino. Esta posición resulta
complementan el contenido de la compleja intencional debido a que al oeste se ubica el
parafernalia ritual. mar, lugar de la aparente procedencia de sus
ancestros, y el individuo estaría relacionado
Un ornamento elaborado en lámina de oro simbólicamente a la temática Ola Antropo-
aparece hacia la parte superior izquierda del morfa (Wester, 2018)
personaje principal (a la altura de la mano
izquierda) y evidentemente revolucionó el El individuo mira al este, que es el escena-
contexto funerario pues confirma indiscuti- rio del territorio del reino de la Luna, ele-
blemente el elevado status del individuo que mentos de su total dominio y que permiten
lo usó en vida. Se trata de un bastón cere- aproximarnos a que la sepultura hace alu-

80
sión a su capacidad simbólica de ingresar a ticias sobre repartimientos, son el ejemplo
la profundidad del mar, volar como ave, o más saltante de lo que generalmente se ha
aproximarse a la Luna, que es el elemento considerado un caso raro y aislado de orga-
celeste; características que muestran a un ser nización social y política con un liderazgo
divinizado en su época e inmortalizado en su femenino.
tumba (Wester, 2018).
En estos relatos no solo habla de mujeres que
La sacerdotisa estaba acompañada por una gobernaron curacazgos en la zona más sep-
mujer muy joven en su cabecera asociada a tentrional del Perú, sino de sus roles como
un camélido, tres acompañantes al sur y dos guerreras, de su riqueza, el matriarcado y la
al norte, un acompañante al este y la cabeza poliandria, que deviene en especulaciones
de un último individuo. La tumba y su ubi- acerca de su conducta lasciva. Es posible el
cación en el Palacio de Chornancap, permite tratar de establecer correspondencias entre
identificar el status del personaje, su autori- las Capullanas y las Sacerdotisas enterradas
dad política y religiosa, pero sobre todo re- en San José de Moro, Cao o Chorncancap,
conocer las relaciones que habría establecido aunque no hay que perder de vista los casi
no sólo en el ámbito local, sino macro regio- mil años separan a las fuentes escritas de las
nal. tumbas mochica y Lambayeque. Las eviden-
cias con las que se cuenta hasta el día de hoy
Los ornamentos de este personaje aluden a nos hace pensar no solo en la incursión de la
la imagen de un ser mítico asociado a dos mujer y los roles que esta cumplió en dichas
escenarios principales: el mar y la luna, que sociedades, sino que también podríamos in-
son espacios de su dominio y en los cuales terpretarlo como una necesidad de equilibrio
actúan elementos complementarios como filosófico y su trascendencia en el escenario
aves, felinos, serpientes, olas escalonadas, ancestral como deidad femenina asociada a
spondylus, telares en cruz, entre otros. la luna, espacio sagrado que comparte con
otro escenario como es el mar (Wester, 2018)
No debemos olvidar además, que la materia-
lidad encontrada en la tumba ha permitido Las evidencias materiales pertenecientes a
obtener un argumento para relacionar esce- los contextos funerarios de estos personajes
narios y ornamentos representados en icono- femeninos de las sociedades Moche y Lam-
grafías como el Vaso de Denver, resaltándola bayeque, asociado al corpus iconográfico
en el aspecto ideológico en dicha sociedad correspondiente ya antes mencionado en el
lambayecana, puesto que a manera simbó- desarrollo del presente artículo, nos permi-
lica esta quedaría inmortalizada de forma te considerar que estas mujeres mantuvie-
intencional en la narrativa desarrollada para ron y gozaron de un prestigio social y una
este periodo y que mantendría su legado has- capacidad de poder, que entendemos según
ta épocas más tardías. (Boucek, 1957) al prestigio como uno de los
modos de expresar la dominación o la supe-
IV. Discusión rioridad, la cual es resultado de las valora-
La costa norte del Perú, y en particular la ciones humanas acerca de aquellas únicas
región más norteña, abunda en relatos y do- situaciones en las que nos encontramos en
cumentos que hablan de mujeres poderosas, todo momento, sin embargo, la influencia del
que habrían tenido tanto o más poder que sus prestigio tiende a variar cuando la aplicamos
correlatos masculinos (Rotworoswski M. , a ámbitos o roles específicos, esto se ve rela-
1965) Las Capullanas o Tallaponas, de las cionado a las funciones que pudo realizar los
que tenemos relatos muy tempranos y que individuos femeninos en vida y su repercu-
luego reaparecen en litigios judiciales y no- sión su sociedad.

81
Al hablar de prestigio, siempre habrá una re- episodios en las que se necesitaba tener una
lación directa con stattus, reputación social relación directa a estos elementos, es por ello
y poder. Sin embargo, no todos los indivi- que resulta curioso encontrar mayormente a
duos tendrán acceso a la misma capacidad estos personajes en épocas tardías, sin em-
de poder, movilizar gente o de recepcionar bargo, también surgen en estos periodos de
recursos, a pesar de ser estos de una misma reordenamiento social y político en el que no
elite y teniendo el mismo prestigio, a lo que podría ser raro otorgar la confianza a un per-
se podría reconocer en los dispositivos de sonaje femenino.
control (Quijano, 2013) que usaron en vida
y que son enterrados con estos individuos, Por otro lado con los hallazgos de estos per-
viendose reflejado en el descubrimiento de sonajes femeninos y la línea investigativa
la tejedora de Collud (Alva, 2014) que nos tendríamos que Repensar la Historia y debe-
evidencia rasgos de haber tenido prestigio en ríamos tomar en cuenta lo que Jenkins (2009)
la sociedad Lambayeque, mas no, poseer una advierte, pues comprende que todo emana de
capacidad de ejercer poder. seres con ideologías que mueven sus pensa-
mientos que además, se produce para otras
Es necesario mencionar además, que, con los personas, o instituciones, que avalan o no el
descubrimientos de estos personajes, la idea producto. Investigadores como Villavicen-
que se mantuvo por mucho tiempo, sobre los cio, considera que fuimos arrasados por la
hombres prehispánicos como personajes ex- influencia de teorías occidentales basadas en
clusivos en cumplir un rol importante o su- la inequidad de género, secundarizadas y sin
premo, quedarían un tanto desfasado. poder; esto condiciona la mirada de académi-
cos y científicos. Si mencionamos evidencias
Es interesante encontrar tumbas en la costa post conquista de hallazgos femeninos, en
norte, desde el mochica medio (La Dama de huaca Huallamarca de San Isidro, Lima, des-
cao) donde la incursión de la mujer varia en de la década del 50 del siglo XX se han en-
roles no solo religiosos sino políticos y hasta contrado tumbas y fardos de mujeres. ¿Quién
semidivinos, ante esta evidencia sería bueno estudia las más de 150 momias encontradas?
plantear la siguiente probabilidad ¿Es proba- Las líneas investigativas con respecto a este
ble considerar que el prestigio adquirido por tipo de evidencias arqueológicas no parecen
la dama de cao se mantuviera para finales aun tener todo el interés académico, en la que
del mochica tardío y época transicional (Las no se trata de añadir mujeres a la historia,
Sacerdotisas de Moro) e incluso para finales sino de reformular completamente el conoci-
del intermedio tardío con la sacerdotisa de miento de nuestra totalidad cultural.
Chornancap?
Por su parte Armas (Armas, 2001), en un es-
Las evidencias arqueológicas, incluyendo fuerzo por explicar la vida en común de la
el corpus iconográfico vincula a las mujeres mujer: El cronista Sarmiento de Gamboa na-
en acontecimientos rituales muy importan- rra que en el ataque Chanka al Cuzco unos de
tes e incluso a elementos naturales como la los Kurakas defensores fue una mujer, Cha-
luna y el mar, formando parte sustancial de nan Curycoca, excepcionalmente valiente. El
la expresión ideológica de las culturas pre- padre Bernabé Cobo, por su parte, hablando
hispánicas, especialmente de los Mochica y de la conquista Inka del Señorío del Warco
Lambayeque, esto se ve reflejado también (en Cañete) nos habla que su líder era una
en su materialidad y se relaciona a temas mujer, muy fiera y sanguinaria. Ya en el siglo
ligados a la fertilidad, abundancia, recursos XVI, entre los kurakas huancas del centro
e incluso origen. Por lo que la presencia de del Perú, existían algunas mujeres.
la mujer se podría vincular directamente a

82
Mencionar las evidencias anteriores nos como los Mochica y Lambayeque, además
lleva a reflexionar sobre la incursión de es- que probablemente pudo adquirir atribucio-
tos personajes y que esta sobrepasa épocas nes semidivinas plasmadas en su iconogra-
posteriores a la conquista, apreciándose en fía y materialidad encontrada en las tumbas.
distintos periodos su liderazgo, prestigio y Debemos considerar además que el prestigio
poder, sin embargo, depende también de las de los personajes será trascendental en espa-
investigaciones arqueológicas y etnohistóri- cio y tiempo, puesto que parte de restos en-
cas, el dar a conocerlas y replantear una nue- contrados muestran elementos foráneos que
va perspectiva sobre la importancia de la mu- permite identificar las relaciones que man-
jer y el rol desenvuelto en el mundo andino. tuvieron con otras poblaciones foráneas, se-
rranas y sureñas específicamente. Así como
V. Conclusión se reflejado el tema de ancestralidad para el
El hallazgo de los personajes femeninos ex- caso de la sacerdotisa de Chornancap en la
puestos anteriormente permite cambiar la que se evidencia ofrendas relacionadas a la
noción sobre el poder absoluto que tenían los tumba de periodos más tardíos como inca e
personajes masculinos previo a los descubri- incluso colonial.
mientos ya mencionados; representa una re-
visión entre las teorías con respecto al poder De este modo, queda claro que estas sobe-
político en el mundo prehispánico, una posi- ranas mantuvieron un poder intrínseco para
bilidad cada vez mayor de este mundo com- valles frecuentemente costeros, donde el
plejo y grandioso donde las mujeres también prestigio, poder y liderazgo ha quedado in-
tuvieron posibilidad de gobernar. mortalizado en la narrativa expresada en los
distintos manifestaciones culturales como
Las investigaciones continúan sobre la par- parte de su cosmología e ideología para ex-
ticipación de la mujer en los roles sacerdo-
tales, curacazgo, entre otros; incidiendo que
el Perú Prehispánico tiene un sello cultural presar parte de su ideología.
peculiar y complejo muy diferente del viejo
mundo y por ende es difícil de entender el Bibliografía
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colonial, entre otros, permite implementar de Sevilla.
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84
ARQUEOLOGÍA DEL NORTE:
PERSPECTIVAS DESDE LAS AULAS
VOLUMEN 1: 85 - 101, 2020

“EVIDENCIA ARQUEOLÓGICA COMO EXPRESIÓN RELIGIOSA


EN LA SOCIEDAD LAMBAYEQUE”

“ARCHAEOLOGICAL EVIDENCE AS RELIGIOUS EXPRESSION IN THE


LAMBAYEQUE SOCIETY”
Rovin Cervera Gómez
rcervera@unprg.edu.pe
Lourdes Coser Heredia
lcoser@unprg.edu.pe
Karina Maza Vílchez
kmaza@unprg.edu.pe
Pablo Saavedra Castro
psaavedraca@unprg.edu.pe

Resumen
La cultura Lambayeque o conocida como Sicán (Shimada, 1995, 2014) tuvo como centro de
desarrollo los diferentes valles que conforman la actual región de Lambayeque. Su religión
se inspiró en la presencia de un personaje mítico acompañado por la esposa principal y un
séquito encargado del acicalamiento personal y de actividades oficiales, que fue sacralizado
en un soporte lítico de color verde, también fueron sacralizados el entorno geográfico y las
anomalías climatológicas que tenían como escenario los valles lambayecanos. Antiguamente
se creía que el panteón Lambayeque era de tipo monoteísta donde la representación principal
era la de un personaje central representado de pie y ricamente ataviado propio de su poder.
Pero con las diferentes investigaciones arqueológicas desarrolladas en los valles de Lamba-
yeque, La Leche y Saña han reportado evidencias tanto en murales policromos (Úcupe) como
muros decorados en alto relieve (Huaca Las Balsas), en objetos metálicos (ejemplos: vasos
del Museo de Denver, la Sacerdotisa de Chornancap).

Palabras claves: Religión, Deidades, Leyenda de Ñaymlap, Sacrificios Humanos.

Abstract
The Lambayeque culture or known as Sicán (Shimada, 1995, 2014) had as its development
center the different valleys that make up the current Lambayeque region. His religion was
inspired by the presence of a central mythical character accompanied by his wife and a fierce
person in charge of his appreciated activities and personal grooming, which was sacralized on
a green stone support as well as the various climatic manifestations and geographical envi-
ronments were sacralized. Formerly it was believed that the Lambayeque pantheon was of a
monotheistic type where the main representation was that of a central personage represented
standing up and richly attired typical of its power. But with the different archaeological in-
vestigations carried out in the valleys of Lambayeque, La Leche and Zaña, they have reported
evidences both in polychrome murals (Úcupe) and decorated walls in high relief (Huaca
Las Balsas), in metallic objects (examples: vases from the Denver Museum, the Priestess of
Chornancap) .

Keywords: Religion, Deities, Ñaylamp Legend, Human Sacrifices

85
Introducción licke (1997) menciona que es importante
Sobre la sociedad Lambayeque se ha genera- reflexionar sobre las razones que conducen
do una serie de interpretaciones que, si bien a una sociedad a establecer el ritual funera-
han ayudado a su desarrollo social, por otro rio como una actividad fundamental y sobre
lado, han dejado temas inconclusos casi en todo cuáles son las implicancias que tiene,
su totalidad como el sistema religioso e ideo- lo que él denomina como la “culturización”
lógico que se ve expresada a través de una de la muerte, la cual radica en una serie de
compleja iconografía y sacrificios humanos acontecimientos continuos, con la intención
que marcan un significado cultural, involu- de reinsertar a los muertos en la sociedad
crando diferentes sistemas de control y po- bajo nuevas formas. Sin embargo, Solari &
der, ya sea político, económico y religioso Gordillo (2017) hace una perspectiva general
visto desde diferentes contextos culturales. cuya:
Sin embargo, las evidencias de restos arqueo-
lógicos de contextos funerarios descubiertos Información recogida por la Antropología,
en los últimos años han permitido ampliar el la Etnografía, la Etnohistoria y la Arqueo-
panorama que se tiene acerca de su estructu- logía nos muestra el significado, la natu-
ra social, política y religiosa que mantuvie- raleza y la función del sacrificio humano
ron ciertas sociedades desarrolladas en los como un rito de naturaleza polisémica que
Andes Centrales; estos contextos funerarios puede conceptualizarse como un contrato
componen un factor importante en la bús- ritual entre hombres y divinidades por me-
queda de información sobre temas relacio- dio de un intermediario que ofrece a un ser
nados principalmente a rituales, jerarquías sobrenatural algo que debe transformarse
religiosas, mitología y sacrificios humanos. de forma súbita o violenta. (Solari & Gor-
El arqueólogo Wester (2016) menciona que dillo, pp. 356)
todo este conjunto de acciones realizadas por
el hombre se encuentra orientadas mantener En base a los análisis iconográficos del arte
la memoria de sus muertos en el mundo de Mochica en relación a rampas y remates de
los vivos. muros asociados a recintos dentro de los
cuales personajes de la más alta importan-
La memoria de su principal ancestro o dios cia religiosa son parte de un complejo siste-
Ñaylamp para la sociedad Lambayeque se ma de ritos y símbolos, pero también existe
ve expresada a través de esta aparición re- afirmaciones que “probablemente no fueron
currente del personaje de ojos alados como miembros de élite, sino gente local del subs-
“elemento sacralizador” (Narváez, 2014, pp. trato local” (Wester, 2016. pp. 114), a esto
27); además “orejas emplumadas, su nariz, se suma los aportes de Bourget (2006) don-
pequeña boca sin dientes y la ornamentación de menciona que fueron guerreros vencidos,
facial en la forma de “lacrimones” muy va- los cuales eran desvestidos y atados, y luego
riados” (Narváez, 2014, p. 51). Sin embar- trasladados en procesión a la zona de sacri-
go, se observa que hay una continuidad de ficio, por eso es casi común encontrar esta
algunas características culturales como los decoración en la iconografía regional, por
grandes colmillos que son parte del elemento lo menos desde la época Mochica. Es aquí
sacralizado de los personajes moche que se donde nace nuestro objetivo, de evidenciar
expresa de forma continua en la materializa- a través de la materialidad arqueológica del
ción iconografica. A diferencia de lo que se período intermedio tardío, la trascendencia
ha sostenido, la iconografía Lambayeque y de religión Lambayeque.
los actos rituales - religiosos son variados y
sobre todo bastante complejos; a ello, Kua-

86
I. Religión Lambayeque La (Narváez, 2014). Aunque actualmente,
Uno de los puntos de partida es entender que los datos específicos y la materialidad ex-
la religión de esta sociedad, está centrada puesta en la leyenda no se han podido co-
gran parte en los actos rituales como el culto rroborar del todo, se dice que la venida del
a los ancestros y la sacralización de espacios, señor Ñaylamp fue desde algún lado del Perú
que no solo está unido a grandes tumbas de a estas tierras costeras de la región. Este “go-
personajes, sino que también a espacios resi- bernante” llegó por mar con todo su séquito
denciales donde los personajes ejercían fun- y se estableció cerca a la desembocadura del
ciones de control sociopolítico religioso. Sin río (Narváez, 2014), puntualizando la clara
embargo, podemos preguntarnos ¿Cómo se relación con los principales elementos: agua,
forma esta religión Lambayeque?; el antro- tanto de mar como de río; tierra, donde ha-
pólogo norteamericano Geertz (1965 citado bitará y podrá hacer uso de los recursos para
en Marza, 1978) nos habla de que la religión el desarrollo de sus actividades y/o rituales a
es “una manera peculiar de ver la vida y de las que están ligados.
construir el mundo” cuya construcción es a
base de símbolos, que están formados por Se menciona al ídolo de piedra que estaba he-
elementos. Uno de estos elementos que con- cho a la semejanza del gobernante Ñaymlap,
sidera Geertz (1965) es el mito, debido a que al cual su adoración perduraba de generación
“por medio del mito se expresa y se funda- en generación, dando paso a una ideología
menta lo que se cree”. (Geertz, 1965 citado sobre dicha deidad y la posible religión mo-
en Marza, 1978, p. 11). Así mismo, Cama- noteísta que profesaba la sociedad Lambaye-
rena & Tunal (2009) nos hablan que la reli- que; la cual es un tanto increíble para inves-
gión es un “elemento básico de la composi- tigadores como Jorge Zevallos (1971, 1989)
ción del individuo y de su propia identidad”, que refiere a la existencia de una deidad prin-
que se transforma en un acto de repercusión cipal identificada con el personaje del “Hua-
en la forma de pensar y del accionar moral co Rey” posiblemente el ídolo del que habla
de las personas. Para Malinowski (1974), la leyenda y la representación de su transfor-
el mito “es considerado no sólo verdadero, mación antropo-ornitomorfa en la cerámica
sino también venerable y sagrado”. En base clásica del Lambayeque I. Aunque no queda
a estos argumentos vemos que ciertas socie- muy claro, el investigador acepta la existen-
dades prehispánicas como los Lambayeque y cia de dioses o subdioses que concuerdan
Chimú en la Costa Norte, mantienen un mito con la creación de nueve mitos para la socie-
religioso con la finalidad de mover gran- dad Lambayeque. Al igual que, la propuesta
des multitudes de personas bajo discursos o de Carol Mackey (2000), sobre la existencia
“mensajes” sagrados. de una deidad principal masculina Lambaye-
que basado en su identificación recurrente en
Como base importante del origen social e objetos o murales, y de deidades menores o
ideológico de esta sociedad, es el relato re- personajes sobrenaturales de menor jerarquía
cogido por Miguel Cabello de Balboa. Cro- que carecen de ciertos atributos y jugarían
nista español que, en 1586 registra la Le- el papel de auxiliares con respecto a la dei-
yenda de Ñaymlap de un indígena noble de dad principal, concluyendo que se estarían
Túcume llamado Martín Farrochumbi. Pero, retratando diferentes imágenes en lugar de
pasado 200 años el cura de la parroquia de una sola y estandarizada. Mientras que, Al-
Mórrope llamado Modesto Rubiños, registra fredo Narváez (2014) afirma que la religión
una leyenda muy parecida; pero de forma y es totalmente politeísta y crea una lista de
contenido resumida sin detalles específicos, deidades Lambayeque, a través de sus estu-
donde el personaje o señor se llamaba Ñam dios comparativos de las escenas registradas

87
en Huaca Las Balsas de Túcume con ico- camélidos y felinos vinculados a la madre
nografía encontrada en material cerámico y tierra; y las serpientes, peces de agua dulce
metales Lambayeque, reconociendo elemen- y mar, crustáceos y batracios, con el mundo
tos iconográficos que definen la sacralidad oscuro del mar, lagunas, cavernas y cavida-
como el “ojo alado”, las serpientes, la “cara des que ofrece la madre tierra). Parte de la
máscara” y el gran tocado aplicado a figu- complejidad organizacional religiosa puede
ras humanas, animales y elementos naturales ser apreciada en los iconos que acompañan
(citado en Narváez, 2014). Y, por último, la a la deidad Sicán visto a través del “Huaco
leyenda narra la transformación pregonada Rey”; son animales especialmente criaturas
que tuvo el señor Ñaymlap cuando fallece, terrestres como sapos, monos y Spondylus
adquiriendo alas y desapareciendo, aunque prínceps y en menor grado abejas, iguanas,
se dice que sus familiares lo enterraron en un zorros, felinos y loros flaquean frecuente-
lugar muy restringido (Narváez, 2014). Lo mente la imagen del dios de Sicán; además
que nos llega a la semejanza que existe en los encontramos representaciones de estructuras
contextos funerarios de alto estatus social y arquitectónicas tipo templo con las caracte-
político encontrados en los sitios principales rísticas denomina por Zevallos como “pun-
de ocupación Lambayeque, esta conversión ta-rectángulo-punta” y símbolos paisajísticos
sobrenatural que encontramos plasmada en que toman un fuerte significado religioso.
la posición del individuo principal y en los
objetos que se le asocian, hasta ahora eviden- Basado en los argumentos de Camarena &
ciado una vez que moría el personaje. Tunal (2009), Marza (1978) y Kauffmann
(2014, citado en Narváez 2014) la religión
Como parte de este proceso ideológico que ha surgido por influencia del paisaje y por la
se tiene en la tradición oral es el soporte litúr- necesidad de adorar a elementos que creen
gico que fortalece el poder político y social sagrados, y la cultura Lambayeque no es la
de las élites, y que posee singular coherencia excepción. Su religión está basada en dar va-
en la producción material; es decir los ele- lor religioso al paisaje y lo que éste brindaba,
mentos de la tradición oral aparecen repre- además de estar regidos por ideas que se vie-
sentados en forma frecuente en la producción nen dando desde épocas anteriores. Uno de
material con íconos vinculados a la luna, mar los ejemplos claros son las olas, el triángulo
y aves. Entonces, quizá otra de la interrogan- escalonado, chacanas y serpientes; las olas,
te que ayuden al desarrollo analítico es el sa- en el pensamiento andino costeño está aso-
ber ¿Cómo está siendo organizada la religión ciado al origen de la vida y sobre todo como
Lambayeque? o en tal sentido ¿Cómo es que ente portador de recursos para la alimenta-
se está presentando a la sociedad que sigue ción (Figura 1).
esta religión?
Mientras que, la interpretación del triángulo
A ello, Narváez (2014) menciona que en “la escalonado es más compleja; por una parte,
cosmovisión lambayecana, existen diferen- toma un significado religioso paisajístico que
tes campos, territorios o escenarios míticos representaría la montaña, pero a su vez ex-
que contienen un discurso relacionado con presa el poder visto de varias maneras, tanto
deidades principales, secundarias, sus acom- sociales y religiosas. En representaciones de
pañantes y ayudantes” (Narváez, 2014, p época Cupisnique y Mochica existen con el
104), y que estos campos están organizados denominado “dualismo andino”, que se tra-
en tres grandes espacios o tres elementos ta de una unión de dos perfiles o más para
clásicos de la cosmovisión andina: mundo conformar una sola imagen frontal, conoci-
de arriba, mundo de abajo y nuestro mundo da en el mundo andino como la “chacana”.
(las aves con el mundo celeste; los cérvidos, Por último, tenemos la serpiente bicéfala

88
al parecer esta representación se vincularía tró voluntad y aceptación por la estructura
con una modificación del Mellizo Marino religiosa y sacerdotal” (Wester, 2018, p. 36),
mochica. Probablemente la serpiente esta- permitiendo la ejecución de grandes obras
ría simbolizando el cielo y/o la Vía Láctea, para las actividades ceremoniales como Po-
debido a que puede estar sustituida en algu- mac, Túcume, Chotuna - Chornancap, Luya
nas representaciones en relieve por varios y Úcupe. Lugares donde se han evidenciado
signos de apariencia estelar. En el caso de muros que reflejan la religión como parte de
la representación del Mellizo Marino, éste un complejo sistema de ritos y símbolos, per-
es comúnmente relacionado con escenas de mitieron conocer el uso de los recintos como
despeñamiento en las montañas en las que espacios ceremoniales. En el caso de Huaca
aparece el arco de la serpiente bicéfala y la Las Balsas - Túcume, existe evidencia de un
diadema característica en forma de “V”. Así edificio que muestra tres secciones muy cla-
mismo, la serpiente bicéfala cambia de ubi- ras: una sección norte, de tipo ceremonial re-
cación hallándose bajo los pies del Mellizo lacionada con recintos muy limpios, pulcros
Marino, cumpliendo un rol de embarcación y decorados con relieves de alto contenido
en las escenas y sobre su cabeza escenas de religioso como embarcaciones de totora con
las montañas. De esta manera, podríamos de- navegantes míticos, embarcaciones de toto-
finir que el arco remitirá al estado por el que ra con cabeza humana, grupos de aves con
atravesaban las divinidades. tocado semicircular que portan un objeto
redondo, aves que pescan sobre la cresta de
olas, hombres-Ola, balsa con tripulantes y
buzos que recolectan conchas de Spondylus,
la Deidad de los Spondylus, arquitectura sa-
grada, deidades de tocado bipolar, deidades
de tocado semilunar, escenas rituales: bas-
toneros, danzantes, sacrificios de animales
y humanos, tinajas (de chicha), y símbolos
geométricos: escalonado simple, escalonado
doble, escalonado con espiral, círculos con-
céntricos; y una sección sur vinculado a la
función ritual, como contexto de relleno y
entierros humanos, incluyendo una eviden-
cia clara de sacrificio cruento. Además, de
presentar un espacio de relieves en barro con
una importancia religiosa. Cercano a esta,
encontramos Huaca Larga, Cerro Purgato-
rio y grandes espacios abiertos rodeados por
muros altos y un sistema de galerías techadas
que funcionaron como espacios amplios de-
dicados a ceremonias y rituales masivos.

Figura 1 Botella Cupisnique con iconografía de II. Caracterización de la religión


olas marinas. (Fuente: Larco, 1939) a través de la materialidad
Lambayeque
Algo interesante que la sociedad Lambaye- Las pinturas murales encierran un mensaje
que utiliza como estrategia religiosa es el ma- acerca de un discurso ideológico que muestra
nejo del recurso hídrico, que tuvo como fin a una divinidad con atributos alados presente
buscar el “bienestar en la población que mos- en la sociedad Lambayeque, la cual está liga-

89
do íntimamente a un ambiente marino ya que religioso lleno de símbolos asociados al am-
resaltan seres antropomorfos con tocados de biente marino (peces, aves) que encierra un
plumas, aves, serpientes bicéfalas y volutas mensaje aludido al emblemático personaje
que hacen referencia al mar (Figura 2). Ñaylamp, como se manifiesta en la escena de
olas o volutas en bajo relieve de Huaca de los
Frisos, las cuales cambian de dirección en la
pared principal del altar asemejando al movi-
miento o el devenir de las olas del mar (Wes-
ter, 2010). La Huaca de la Ola Antropomorfa
también descubierta en el Complejo Chotu-
na-Chornancap, revela un culto al mar y a la
luna, siendo un templo con evidencia mural
policroma que muestra a un personaje con la
cabeza invertida cuyos elementos como una
corona, tocado semilunar, penachos que caen
en forma trapezoidal, son atributos diferentes
que en conjunto expresan una misma ideo-
logía y que están centrados en un solo ser o
deidad principal que dio origen a la sociedad
Figura 2 Representación de un personaje mítico Lambayeque. La evidencia arqueológica en
de los Murales de Úcupe. (Fuente: Makowski, la arquitectura de la Huaca de la Ola An-
2016) tropomorfa presenta un diseño ajedrezado
que muestra un mensaje del orden simbóli-
Posiblemente la elite manejo este soporte co dual que tiene una profunda raíz andina
como un control de poder sobre el pueblo, que “simboliza un esquema conceptual del
encerrando un territorio que abarca a dife- mundo” (Narváez, citado por Wester, 2010).
rentes centros pero que presentan una misma Otra de las representaciones iconográficas
ideología, manteniendo vivo el culto a sus presentes en la sociedad Lambayeque y su
ancestros por medio de las representaciones mensaje ideológico es en Huaca Las Balsas,
murales y su origen antecesor en el mar en en donde se ha registrado escenas que alu-
base a la leyenda de Ñaylamp. den a un “personaje de la más alta jerarquía
mítica, capaz de controlar los elementos del
Las excavaciones arqueológicas en Huaca mundo celeste, con capacidad de volar como
de los Frisos del Complejo Chotuna-Chor- las aves y al mismo tiempo, penetrar en las
nancap, muestran una fachada en cuya pa- profundidades marinas” (Narváez, 2011, p.
red principal del altar se observa un mural 116), siendo también influyente en las activi-
en bajo relieve, el cual presenta imágenes dades agrícolas. Queda en evidencia que en
o iconos como las serpientes bicéfalas que esta escena se puede apreciar principalmente
forman arcos, en cuyo borde exterior apare- los Spondylus considerados como elementos
cen volutas u olas marinas, además de estar sagrados durante la época prehispánica (Nar-
asociado a un ser antropomorfo y a un es- váez, 2011).
pacio marino donde aparecen peces, aves y
serpientes. Conjuntamente en el mismo es- El mural policromo de Huaca El Loro pre-
cenario de Huaca de los Frisos, se identificó senta evidencias que estarían relacionadas
una columna con la clásica representación al dios Sicán. Los personajes alados míticos
iconográfica del “ave en picada” tomando un pintados en la pared en el interior del recin-
pez. Estos contextos muestran un discurso to, en la cima de la Huaca El Loro eran los

90
líderes Sicán enterrados, ya que la población
pensaba que la deidad Sicán y el señor de
Sicán, al morir, se convertían en uno solo,
logrando la ancestralidad y la veneración de
su sociedad (Shimada, 2014). Sin embargo,
existe una evidencia de arte mural en Úcupe
en donde muestra a 6 personajes principales
de frente y 3 secundarios de perfil, separados
por bandas hechos con diseños geométricos,
esta iconografía revela que estos persona-
jes tienen similitudes en dimensionamiento,
proporciones, trato, disposición y atributos,
llevando suntuosos tocados semicirculares,
Figura 3: Botella Huaco Rey en su aparente
rostros con los típicos ojos alados de Lam-
representación al bulto funerario convertido en
bayeque y una sencilla esquematización en
ancestro mítico. (Fuente: Mariaza, 2018)
la boca, nariz, las orejas; que también vemos
en otros soportes como cerámica, textiles y
metales. Alva y Meneses (1984), plantean Así mismo, los elementos que simbolizan a
como hipótesis una relación con la leyenda la deidad con atributos de ave se presentan
de Ñaylamp y los sucesores del mítico fun- en la cerámica de doble gollete, en el que se
dador de la cultura Lambayeque, siendo el muestra el acto del ave en picada, mostran-
mural, una importante sucesión genealógica do la cola y las alas que decoran el tocado
de monarcas lambayecanos vinculados de al- plumario vinculado con un ave de oro Lam-
gún modo al relato de Ñaylamp. bayeque, rasgos atribuidos a la deidad ala-
da presente en el discurso iconográfico de
Otros de los soportes que contiene elemen- esa sociedad. Además, los tocados pueden
tos iconográficos con rasgos comunes de la ser diversos (tocados de plumas, en forma
sociedad Lambayeque es la cerámica, en el de media luna) asignando una diferencia
cual la divinidad ancestral de esa cultura se de rangos entre cada uno de los personajes
encuentra representada en tres tipos de cerá- o deidades. Sin embargo, también aparecen
mica Lambayeque según Fernández (2014): personajes ubicados al centro del asa puente
El ceramio Rey, Cerámica de doble gollete y de la cerámica de doble gollete, en el cual,
Gollete cónico simple. Esta deidad principal las extremidades superiores pueden estar a la
mantiene características distintivas como los altura del tórax hasta convertirse en un ser
ojos alados, ojos en coma, orejas en punta, alado, lo que está íntimamente ligado con la
que se presentan en el “Huaco Rey”, mos- leyenda de Ñaylamp (Kauffmann, citado por
trando los rasgos que identifican al personaje; Fernández, 2014). Igualmente, la cerámica
además de la cara máscara en donde se evi- gollete cónico simple del periodo Lamba-
dencia la típica máscara Sicán (Fernández, yeque Tardío, presenta en alto relieve a un
2014). La cerámica presenta forma globular personaje con tocado en forma de media luna
parecida a los fardos funerarios en el Recinto y cuerpo de ave, en el que se puede observar
Sicán de Huaca Las Ventanas, a lo que Elera una continuidad en la etapa final Lambaye-
(2008) interpreta como la representación del que con la presencia de la divinidad alada.
fardo funerario, siendo el cuerpo globular el
envoltorio del fardo y el rostro la representa- En el desarrollo textil se observan rasgos de
ción de la máscara Sicán que llevan los far- continuidad con sus antepasados, los mochi-
dos (Fernández, 2014) (Figura 3). cas; específicamente en la composición pic-

91
tórica que caracterizó al arte Mochica Tardío se registraron seis telas pintadas a modo de
(Zevallos, 1989). En Huaca Las Ventanas, ofrenda que comparten las mismas caracte-
hay dos textiles formando parte de tumbas rísticas: personajes ricamente ataviados con
de rango, el primer textil muestra a la “dei- tocados semilunares además variedad en sus
dad Sicán” (Shimada, 2014), sostiene un orientaciones como frontales y opuestas, en
tumi y una cabeza trofeo. El Sol y la Luna se el rostro se configura el clásico ojo alado así
encuentran a los dos extremos mostrándose mismo estos personajes están portando en
secundarios a la deidad, esta ubicación ex- sus manos objetos que rematan en un círcu-
plica el nexo existente entre el mundo celes- lo y una figura romboidal esto a manera de
tial y terrestre, y parece que fuese el centro báculos. En el sitio Chornancap, también se
del cosmos que gobernara sobre la vida y la registró este tipo de textil que formó parte de
muerte; el segundo textil muestra a la dei- un acto ofrendatorio al momento de sellar
dad Sicán, acompañada por felinos míticos una tumba; ambos presentan la misma de-
bajo una serpiente de dos cabezas; es un cla- coración polícroma, pero los diferencia son
ro ejemplo de continuidad (Zevallos, 1989) las partes culminantes o marcos. Todos estos
mochica el animal lunar y la serpiente bicé- textiles o telas confirman la existencia de una
fala, imágenes que han sido representadas de variedad temática en la ideológica Lambaye-
manera recurrente en los diversos soportes que pero sin perder sus rasgos que la identi-
ideológicos. fican es decir sus ojos alados que es uno de
los elementos que sacraliza al personaje que
En cuanto, al valle de Lambayeque, las imá- los ostenta; pico, lagrimones y orejas ala-
genes plasmadas en este soporte presentan das, sus tocados semilunares, posición, en-
una temática totalmente diferente al del valle tre otros, además resaltar que estas aparecen
La Leche, pero no se apartan de la mística como acompañantes en procesos fúnebres de
esencia que es la representación central de personajes de alto rango así como en actos
un personaje con los rasgos típicos de ojo ofrendatorios como los ocurridos en Huaca
alado. En el sitio Santa Rosa de Pucalá se El Chorro y Santa Rosa de Pucalá.
reportan dos textiles, uno de ellos tiene un
personaje central con rasgos físicos típicos Uno de los máximos exponentes entre el arte
Lambayeque acompañados por un conjunto metalúrgico han sido los “vasos de Denver”,
de cuatro cabezas humanas, en ambas manos salieron a la luz del quehacer arqueológico
sostiene báculos con remate romboidal; el gracias a la realización de un catálogo de
segundo textil es un vestido decorado con un exposición sobre objetos de plata peruana
personaje central de características humanas prehispánica. Alfredo Narváez (2014) para
que presenta cuatro extremidades conver- su fácil estudio iconográfico decide llamar a
tidas en cabezas de aves que devoran a un estos vasos como Vaso A y Vaso B, distingue
animal bicéfalo, posiblemente un pez. Bra- un conjunto de personajes mitológicos, ubi-
camonte (2015) diferencia en este último, cados dentro de campos delimitados ex pro-
por la particularidad del tocado, presenta dos feso por líneas anchas. El vaso B (Figura 4),
aves en picada y otros adornos que no son está formado por cuatro campos: a) Campo
muy frecuentes en la iconografía lambaye- marino, b) Campo celeste y de la producción,
cana, consideramos que el sitio al presentar c) Debajo, seres zoomorfos agrupados en di-
una secuencia de manifestaciones culturales ferentes espacios; d) El campo debajo del
de sociedades que proceden del sur y centro anterior, quizá sea uno de los más conocidos
costeño, así como del norte andino formando debido a la semejanza con la evidencia ar-
en la iconografía, rasgos de estas influencias, queológica registrada en Chornancap. La re-
pero que se adhieren al concepto ideológi- presentación es de una mujer, de pie, en posi-
co Lambayeque. En el sitio de El Chorro, ción frontal, con tocado de serpientes, manos

92
y pies de serpientes, se relaciona con un telar parte inferior, el espacio mayor está confor-
en forma de X, un asistente y recintos con mado por un amplio campo iconográfico do-
conchas de Spondylus, “este personaje fe- minado por una gran serpiente, que a su vez
menino se relaciona con el personaje sepul- contiene una serpiente menor llena de peces.
tado en Chornancap” (Wester, 2018), aquí Del cuerpo extendido de la serpiente mayor,
hay elementos como corona, vasos, orejeras, brotan 4 “burbujas” dentro hay personajes
collares, discos, entre otros que verifican el diversos. Aparecen mujeres con las piernas
estatus semidivino del personaje; principal- abiertas en posición de parto, peces y crustá-
mente la cara-máscara, corona cilíndrica y ceos dentro de un canal; escenas complejas,
tocado bipolar, otro elemento que ayuda en con varios personajes humanos y peces, entre
la identificación es en la corona de oro, una estos un personaje humano toca un tambor y
imagen de una mujer mítica sentada de perfil burbujas menores en el contorno de la princi-
en la luna creciente, con un telar en forma pal, incluyen a diversas formas de vida: peces,
de cruz al frente, sus manos y pies tienen ca- serpientes o crustáceos. Hay enorme sapo mí-
bezas de serpiente igual al representado en tico al exterior y del lomo de la gran serpiente,
la imagen del vaso de plata de Denver, en el brotan diversas formas de plantas y árboles,
vaso bimetálico aparece como en el vaso de como expresión del rol fecundo y de produc-
plata la imagen de penachos que caen a la al- tividad de la serpiente (Narvaéz, 2014). En-
tura de los hombros. Otro argumento mayor tre los análisis de los relieves de Huaca Las
es que debajo del pie derecho del personaje Balsas y las escenas hechas sobre los vasos
femenino representado en el vaso aparece de plata confirma que la religión Lambaye-
una silueta donde hay un personaje extendi- que no trata de un solo personaje, se reconoce
do dando la idea de un personaje sepultado la diversidad por los rasgos o elementos que
(Wester, 2018), este personaje coincide con coadyuvan al reconocimiento de personajes
el entierro documentado debajo de la sepul- mitológicos: grandes tocados semilunares o
tura de la Sacerdotisa; además Wester (2018) semicirculares, cabezas de serpientes “dra-
menciona que la representación del perso- gón”, ojos “alados” y “cara máscara” en seres
naje femenino en el vaso es la identidad del antropomorfos o animales. Finalmente coinci-
personaje de Chornancap y que el ambiente dimos con su expresión de que este ícono ya
que recrea así como la arquitectura es tal cual sea en representación completa o solo la cabe-
al espacio geográfico actual del Complejo za era suficiente para comunicar al observador
Chotuna-Chornancap.; y por último, e) la su significado.

Figura 4 Iconografía Vaso de Denver B. (Fuente: Wester, 2016)

93
III. Sacrificios humanos La violencia y lo sagrado son inseparables.
Aunque sería coherente pensar que la vícti-
Con respecto al tema de los sacrificios hu-
ma no sustituye ni es ofrecida a tal o cual
manos sabemos que se desarrollan durante
individuo amenazado, si no que adopta una
siglos y en diversos grupos culturales prehis-
postura colectiva, sustituyendo y ofreciéndo-
pánicos del Perú desde el periodo Formativo
se por todos los miembros de la sociedad o
hasta la sociedad Incaica, evidenciando cla-
comunidad, la misma que se protege de su
ramente temas como la continuidad y ances-
propia violencia. Para las sociedades andi-
tralidad. Los sitios con evidencia masiva de
nas, se evidencia que de acuerdo a la intensi-
sacrificios son Huaca de la Luna (Bourget,
dad de la crisis ésta responde con sacrificios
2001) en el valle de Moche, Bosque de Pó-
o no. Planteando la posibilidad de en cuanto
mac (Shimada, 2014; Elera: 2018) en el valle
más nociva es la crisis, más puros deben ser
de La Leche, Túcume (Narváez y Delgado,
los individuos ofrendados o más intensivos
2011), Cerro Cerrillos (Klaus, et. al. 2004)
serán los sacrificios humanos u otros rituales.
(Figura 5), Chotuna y Chornancap (Wester,
2010, 2016, 2018) en el valle de Lambaye-
que. Esta actividad consiste en ofrendar la
vida de personas consideradas puras, reali-
zándose bajo la perspectiva religiosa a tra-
vés del actuar violento para causar la muerte
(Girard, 1983) y de los complejos rituales
presididos por líderes o sacerdotes especia-
lizados con el objetivo de control político e
ideológico sobre la sociedad para acumular
y concentrar poder (Uceda y Mujica, 1994,
2003; Wester, 2010, 2016, 2018; Castillo, et.
al. 1996). Sin embargo, diversos investiga-
dores (Girard, 1983; Uceda y Mujica, 1994,
2003; Baeza, 2008; Schwartz, 2012; Klaus y
Toyne, 2016) abordaron el tema desde dife-
rentes perspectivas, coincidiendo en que el
entendimiento de la naturaleza de los sacri-
ficios humanos ayuda a conceptualizarlos,
clasificarlos y ofrecer una certera aproxima-
ción de las razones de dicha actividad. Los
principales planteamientos o modelos teóri-
cos considerados correctos para discutir so-
bre los sacrificios humanos en la costa norte
durante el Intermedio Tardío se expondrán a
continuación.
Figura 5 Representación de los sacrificios de
Pues bien, Girard (1983), expresa que el sa- Cerro Cerrillos. (Fuente: Klaus, Centurión &
crificio abarca dos formas, unas veces como Curo, 2004)
sagrada y otras veces como un crimen. Hu-
bert y Mauss (1899; citado en Girard, 1983) Mientras que, el modelo que plantea
manifiestan lo criminal que es matar a una Schwartz (2012) distingue el sacrificio reli-
víctima porque se considera sagrada, pero si gioso del asesinato secular y define princi-
la víctima no fuera sagrada no se la mataría. palmente tres categorías conceptuales para

94
los sacrificios en, Offerings to Supernatural Por otro lado, algunos casos de evidencias
(Ofrendas a lo Sobrenatural) son los indivi- con sacrificios humanos van contando su
duos encontrados en contextos religiosos y propia historia y revelando sus causas de
con evidencia de muerte violenta, Retainer estos rituales que priman masivamente en la
Sacrifice (Sacrificio de retención) son los en- costa norte del Perú, particularmente de la
tierros primarios simultáneos de individuos sociedad Lambayeque, y que se practica con
de alto y bajo estatus social, y Construction cierta frecuencia en un largo lapso de tiempo
Sacrifice (Sacrificio de construcción) son y que forma parte del sistema ideológico y
los entierros de individuos completos y ar- religioso de las sociedades de América An-
ticulados en los cimientos de estructuras o dina (Wester, 2010, 2016). En el sitio Cerro
adyacentes a estas. Su objetivo era analizar Cerrillos ubicado en el distrito de Reque,
las implicancias de estos conceptos e identi- se encontraron 31 sacrificios humanos bien
ficarlos en diferentes contextos de sacrificios conservados especialmente de niños y jóve-
humanos en la costa norte del Perú. nes varones, en una de las plataformas de la
estructura ceremonial en forma de “U”. Se
Uceda y Mujica (1994, 2003) mencionan el tratan de individuos seleccionados de bajo
despliegue que conlleva la ceremonia ritual estatus social asociados a material de cobre
desde la selección de las personas, pasando en miniatura, conchas de Spondylus y semi-
por la presentación de los mismos, y el acto llas de Nectandra. Se encontraron evidencia
sacrificial o la muerte de los individuos. El de pupas lo que aseguraría la exposición
protocolo ceremonial del sacrificio implica prolongada de los cuerpos de las víctimas
una constante demostración de poder y au- (Bourget, 2001, Verano, 1986) y también,
toridad. También, presentes en la cosmovi- muestras de patrones de fuerza aguda ejer-
sión andina, relacionados con la renovación, cida perimortem, con cortes en la garganta y
germinación y crecimiento, que convierte a pecho por las huellas encontradas en la cla-
los sepultados en semillas que fertilizan la vícula, esternón, vértebras cervicales y costi-
tierra, aunque los procesos de regeneración llas, lo que lleva a los especialistas a postular
de un templo se evidencian superposiciones que estas víctimas fueron semi decapitados,
arquitectónicas que reflejan cambios sustan- decapitados, estrangulados o envenenados.
tivos, no responde a causas circunstanciales, La posición de entierro fue de estilo Mo-
sino a ciclos calendáricos y rituales (Uceda y chica, cuerpo extendido alineado a un punto
Mujica 2003). Mientras que, Wester (2010) cardinal, lo que lleva a un discurso simbóli-
especifica tres posibles razones para la reali- co sobre la continuidad étnica o incluso re-
zación de sacrificios humanos, como el culto sistencia hacia el grupo Sicán (Klaus et. al.
a la fertilidad, donde los individuos selec- 2004). (Figura 6)
cionados, especialmente mujeres, ofrecen su
cuerpo y sangre como medio de gratitud y Para el sitio de Bosque de Pómac, se ha do-
respeto a la tierra y al agua. Seguido, de una cumentado un ritual de sacrificios humanos
renovación simbólica, donde a través de los masivos sin precedentes en el mundo andi-
sacrificios humanos se justifica los cambios, no, se trata de más de 260 individuos com-
adiciones o entierro total de la arquitectura pletos que varían en edad y sexo, con otros
que quiere expresar la clara intencionalidad tantos desarticulados, depositados en tres
de sacralizar dicho lugar. Por último, la re- distintos eventos en una estructura cónica in-
afirmación del poder, como consecuencia versa denominada Matriz 101 ubicada entre
de la ejecución y decisión de los sacrificios, Huaca Las Ventanas y la Huaca El Loro. Se
donde la decisión del destino de la vida de dice que la ceremonia ritual estuvo asocia-
un grupo de personas, consigue legitimar su do al elemento agua, debido que el primer
autoridad y prestigio. momento, se entierra una gran vasija con la

95
base rota y a unos pocos centímetros repo-
sa la cabeza de un individuo femenino, se-
llando, reabriendo, incluyendo, exponiendo
y reacomodando más individuos dentro de
la fosa hasta un tercer momento. Hay evi-
dencia de concurridos banquetes ligados a
las exequias funerarias, ofrendas de diversa
índole y tierra contaminada por desechos de
fundición de cobre provenientes de talleres
metalúrgicos aledaños (Elera, 2018) (Figura
7). Para el investigador Elera, estos sacrifi-
cios responderían a un fuerte evento climá-
tico durante el periodo Sicán Medio, como
parte de un ritual a los ancestros enterrados
en el complejo que se encuentra evidenciado
en la iconografía Lambayeque (Elera, 2018).
Sin embargo, evidencias de sacrificios en
menor escala para el sitio de Bosque de
Pómac se registra en las tumbas de elite, la
Tumba Este de Huaca El Loro se evidencia
un personaje principal masculino de aproxi-
madamente 40 a 50 años de edad asociado
a cuatro acompañantes con señales de haber
sido sacrificados, aunque los investigadores
no mencionan huellas de cortes. Mientras
que, en la Tumba Oeste de Huaca El Loro
presenta un mayor número de individuos
sacrificados de sexo femenino, ubicadas en
dos grupos al lado norte y sur de la cámara
funeraria, denominadas por su investigador
“las mujeres del norte y las mujeres del sur”
por sus diferencias en piezas de cerámica, las
faltantes y desarticulaciones óseas posible- Figura 6 Evidencia de cortes – Cerro Cerrillos.
mente perimortem, la presencia de larvas o (Fuente: Klaus, Centurión & Curo, 2004)
pupas debido a la exposición del cuerpo, la
conservación de los entierros que supone la
exhumación de los cuerpos en otras tumbas
y las diferencias de rasgos culturales con los
Lambayeque, ya que se mantiene la posición
extendida del cuerpo como los entierros de
tradición mochica y los análisis de ADN mi-
tocondrial realizado en los dos grupos, lo que
acredita el no parentesco de los individuos
(Shimada, 1995, 2014).

Figura 7 Matriz 101 – Bosque de Pómac.


(Fuente: Museo Nacional Sicán, 2013)

96
Otro sitio con evidencias Lambayeque, pero cimiento del edificio como una especie de ri-
ubicada fuera del área nuclear, es el sitio de tual de renovación simbólica. Además, el caso
Pacatnamú, donde se encontraron sacrificios de la tumba de la sacerdotisa de Chornancap
exclusivamente de adultos y jóvenes de sexo que se ubica en la específicamente denomina-
masculino de musculatura robusta. Según el da residencia de elite. Para su investigador, la
investigador J. Verano (1986) estos individuos sepultura de la sacerdotisa estuvo acompañada
carecían de signos de estrés metabólico, siendo por ocho individuos y un camélido joven, don-
inferidos como guerreros en la vida. Presentan de su último acompañante de sexo femenino
cortes en la garganta y en la pared anterior del presenta signo de sacrificio con el cráneo de-
tórax posiblemente extrajeron sus corazones, capitado, posiblemente fue ritualmente extraí-
otros órganos internos, o simplemente para do de su sepultura como parte de un entierro
la recolección de más sangre, pero también secundario, cuyo cráneo ha sido trasladado a
muestra evidencia de exposición prolongada este escenario funerario (Wester, 2010, 2016).
de las víctimas debido a las pupas de mosca
encontradas en cada esqueleto.

Hay sitios importantes para la sociedad Lam-


bayeque que mantienen su prestigio en época
posteriores y aunque no se ha encontrado evi-
dencia de sacrificios humanos de esta sociedad,
se muestra la clara continuidad y ancestralidad
que prima en la ideología de las principales
sociedades andinas. Uno de los sitios es Chor-
nancap, que fue escenario de sacrificios huma-
nos para épocas tardías, pero el tema no fue
ajeno para los Lambayeque, y su arquitectura
lo expresa como la fase final de la arquitectura
del trono y el patio de las cenefas donde ubica- Figura 8: Evidencia de sacrificios humanos al
mos las pinturas policromas que narra el em- oeste del trono – Huaca Chornancap. (Fuente:
plazamiento de una la autoridad religiosa que Wester, 2018)
preside y controla el conjunto de rituales de
culto al ancestro mítico que habitaba en Huaca Y, por último, la evidencia más tardía en Lam-
Chornancap a través de un calendario ceremo- bayeque la encontramos en Túcume, preci-
nial que demandó un entorno simbólico que le samente en el Templo de la Piedra Sagrada
permite reiterar el poder y estatus del persona- donde se ubicó un contexto ritual con más de
je y la jerarquía del escenario. Mientras que al 150 sacrificios humanos, 40 sacrificios de ca-
oeste del trono de Chornancap, un conjunto de mélidos y más de 1000 objetos de metal con
osamentas humanas de sacrificados que pre- representaciones diversas de utensilios en mi-
sentan profundos cortes en las vértebras cer- niatura, así como objetos ceremoniales, vaji-
vical, en las clavículas, el esternón y algunos llas, conchas Spondylus, tejidos en miniatura
cuerpos presentan la cabeza totalmente separa- y semillas de Nectandra (Narváez y Delgado,
da. (Wester, 2016, 2018) (Figura 8) 2011). Los individuos por lo general de sexo
masculino presentan huellas de cortes en la
En el sitio de Chotuna encontramos a Huaca de tercera vértebra cervical por el acto de cortar
los Sacrificios donde se evidenció treinta y tres el cuello, cortes en las clavículas y cortes en
entierros en su mayoría de sexo femenino entre la parte posterior de las costillas, a lo que M.
niñas, jóvenes y adultas, correspondientes al Toyne (2011) define como un ritual violento de
período Chimú-Inca, relacionados con el cre- sacrificios humanos.

97
IV. Conclusión características son sus ojos alados, con o sin
El fin de la materialidad Lambayeque siem- acompañantes, orejeras, alas, entre otros que
pre ha sido el retratar, expresar y propagar su reafirman la condición semi-divina asociado
ideología, a través de representar episodios a la narración mítica conocida como la Le-
importantes, ceremonias rituales, personajes yenda de Ñaymlap. Aunque, las comparacio-
divinos y sus ancestros. Para la arqueología, nes entre murales en alto relieve como Hua-
estas evidencias nos permiten definir a la so- ca Las Balsas y objetos metálicos donde se
ciedad, conceptualizar sus actividades, com- plasmaron escenas y seres mitológicas como
prender su ideología y sus relaciones con los los presentados en los Vasos de Plata de Den-
grupos vecinos. Este tipo de representacio- ver (A y B), ambos coadyuvan a la definición
nes iconográficas se encuentran enteramente politeísta del panteón lambayecano y ofrece
relacionadas a su interacción con su naturale- características diferenciales como la presen-
za, tanto así, que ciertos elementos naturales cia de grandes tocados semilunares o semi-
poderosos los consideraron deidades, con- circulares, cabezas de serpientes “dragón”,
virtiéndose en una religión politeísta, con un ojos “alados” y “cara máscara” en seres an-
panteón de deidades (Narváez, 2014). A par- tropomorfos o animales. Además, que las
tir de ello, se visualiza el surgimiento de una temáticas representadas sobre estos soportes
ideología compartida y respetada, basada en ideológicos son distintas como las plasmadas
el origen legendario, escrita por los españo- en los textiles de Huaca Las Ventanas, Santa
les como la Leyenda de Ñaylamp, donde se Rosa de Pucalá, Huaca El Chorro y Huaca
muestra la fuerte interacción hombre con su Chornancap debido a sus particularidades
entorno natural. territoriales así mismo con su secuencia ocu-
pacional que uno u otro modo ha configurado
Estos escenarios geográficos de cierta forma dicha temática iconográfica.
se han materializa siguiendo todo un discur-
so iconográfico que demuestra la existencia Mientras que, en el tema de los sacrificios
de personajes que cumplieron roles míticos humanos, su simbología apoyada del con-
en vida como es el caso de la sacerdotisa de texto funerario asociado nos brinda un dis-
Chornancap la cual ha sido identificada por curso divino, visualizado a través del actuar
el análisis entre los elementos de su contexto violento para causar la muerte evidenciado
funerario, así como de la existencia de la es- en las huellas de corte que presentan las osa-
cena en uno de los vasos de plata de Denver. mentas, y de los complejos rituales donde
Hay que tener en cuenta, que a través de esta exponían el cuerpo por algún tiempo, rituales
materialización también, podemos observar presididos por líderes o sacerdotes especia-
que los elementos de esta cultura se perpe- lizados con el objetivo de control político e
túan en las siguientes; mostrado una conti- ideológico sobre la sociedad para acumular y
nuidad en el tiempo. Así mismo, elementos concentrar poder.
pertenecientes a la tradición Huari, como los
sombreros de cuatro puntas, llegaron al ám- Pues, aceptando las tres categorías plan-
bito de la tradición cultural moche en Lam- teadas por Schwartz (2012) en la sociedad
bayeque posiblemente bajo la influencia de Lambayeque hay evidencia de sacrificios
Pachacamac a fines del Horizonte Medio, y humanos como ofrendas a sus deidades, po-
luego pasó a Sicán como vemos en los vasos. siblemente con el fin de apaciguar una crisis
o mejoras para su parcialidad (Cerro Cerri-
Al igual que los objetos cerámicos y los mu- llos, Pacatnamú, Túcume, Bosque de Pómac,
rales de relieve o pictóricos, en los textiles Chotuna y Chornancap); los sacrificios de re-
y en metales se observa el dominio icono- tención o los acompañantes de las tumbas de
gráfico de un solo personaje central cuyas élite (Tumba Este y Tumba Oeste de Huaca

98
El Loro); y los sacrificios en construcciones Castillo, L., DeMarais, E. & T. Earle. (1996)
o las ofrendas humanas integradas en la ar- La ideología, la materialización y es-
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101
ARQUEOLOGÍA DEL NORTE:
PERSPECTIVAS DESDE LAS AULAS
VOLUMEN 1: 103 - 119, 2020

“BIENES LAMBAYEQUE COMO INDICADORES DE


INTERACCIONES MACRO-REGIONAL”

“LAMBAYEQUE VALUES AS INDICATORS OF MACRO–REGIONAL


INTERACTIONS”
Carlos Gil Arbocco
cgilar@unprg.edu.pe
Evelyn Mendoza Chero
emendozache@unprg.edu.pe
William Reyes Bernilla
wreyesb@unprg.edu.pe
Yadira Ruiz Alcántara
yruiza@unprg.edu.pe

Resumen
La entidad política Lambayeque es uno de los ejemplos más complejos del ejercicio del po-
der durante la época prehispánica en la costa norte del Perú. Las recientes investigaciones
arqueológicas han registrado elementos Lambayeque, como son los típicos “Huaco Rey”, los
“Tachos”, arquitectura en “T”, edificios monumentales en puntos estratégicos en los valles ,
textiles con iconografía de la cultura (felino, bufanda del personaje), y entre otros contextos
en territorios foráneos, siendo parte de la materialización de los mecanismos desarrollados
para detentar, ejercer y mantener el poder en esos espacios geográficos, estableciendo así di-
versas relaciones macro-regionales. Se han llegado a establecer ciertos términos como “Lam-
bayeque Provincial” o sencillamente “Presencia Lambayeque” en territorios foráneos. Por
ende, tenemos como principal objetivo de estudio establecer el entendimiento y utilidad de
ciertos conceptos que definen las razones de expansión Lambayeque fuera del área nuclear.

Palabras claves: Lambayeque, provincia, poder, área nuclear, relaciones macro-regionales.

Abstract
The political entity Lambayeque is one of the most complex examples of the exercise of power
during the pre-Hispanic era on the north coast of Peru. Recent archaeological investigations
have registered Lambayeque elements, such as the typical “Huaco Rey”, the “Tachos”, “T”
architecture, monumental buildings in strategic points in the valleys that were expanded, tex-
tiles with iconography of culture (feline , scarf of the character), and among other contexts
in foreign territories, being part of the materialization of the mechanisms developed to hold,
exercise and maintain power in those geographical spaces, thus establishing various macro-
regional relationships. Certain terms have been established as “Lambayeque Provincial” or
simply “Lambayeque Presence” in foreign territories. Therefore, our main objective of study
is to establish the understanding and usefulness of certain concepts that define the reasons for
expansion Lambayeque outside the nuclear area.

Keywords: Lambayeque, provincie, power, nuclear area, macro-regional relations.

103
Introducción teriormente definir el significado del término
provincia y así tener claro si es correcto o no
En la actualidad existe una gran variedad de hablar de un Lambayeque provincial, y por
investigaciones arqueológicas realizadas en último abarcaremos una descripción de ma-
el área nuclear de los Lambayeque (Túcu- nera general de las evidencias que se hallan
me, Pómac, Apurlec, Jotoro, Úcupe, Pátapo, fuera del área nuclear, mostrando nuestra
Chotuna, Chornancap, La Pava, Los Perros, discusión y conclusiones de los datos revi-
entre otros), estos sitios que se encuentran sados.
conformados por los valles de Olmos, Mo-
tupe, La Leche, Lambayeque y Saña, los I. Descripción del área nuclear y
cuales, durante el desarrollo de la cultura
algunos datos generales
Lambayeque estuvieron articulados a través La cultura Lambayeque fue una sociedad
de grandes canales intervalle (Canal Taymi, compleja y esto se puede apreciar en la cul-
Ynalche, Cucureque, etc.). El gran desarrollo tura material que nos dejó, como la arquitec-
alcanzado por esta cultura en el área nuclear tura, textilería, metalurgia y orfebrería, en su
le permitió extenderse a grandes distancias, iconografía plasmada en infinidad de arte-
haciendo posible las relaciones con diferen- factos parte de su cosmovisión que desarro-
tes sociedades, llegando por el norte hasta llaron. Estos son claros indicadores que esta
la costa de Ecuador y Colombia, por el sur cultura tuvo una visión amplia y ambiciosa
los valles de Jequetepeque, Chicama, Mo- de sí misma y del mundo. Ello la impulsó a
che y la costa central (Shimada; 2014) y por extenderse más allá del área nuclear.
el Este hasta la región Cajamarca (Wester;
2018), son estas evidencias materiales que se Cuando hablamos del área nuclear Lamba-
encuentran fuera de la región Lambayeque yeque nos estamos refiriendo al extenso te-
las que han venido siendo denominados por rritorio conformado por los valles de Olmos,
diferentes investigadores como Lambayeque Motupe, La Leche, Lambayeque y Saña,
provincial. que expresan el escenario de una unidad
territorial, hidrológica, política, ideológica
En el presente artículo se muestran los resul- y económica altamente productiva, a partir
tados de nuestra investigación bibliográfica, de cuyos valles o ríos estables, se generó
referidas a las evidencias materiales Lam- un complejo y sofisticado sistema de irri-
bayeque o Sicán, que se encuentran fuera gación intervalle que permitió fertilizar ex-
del área nuclear. Cuando hablamos del área tensas áreas agrícolas convirtiéndolas en
nuclear nos estamos refiriendo al actual te- áreas productivas y de soporte de la sociedad
rritorio de la región de Lambayeque, motivo Lambayeque, este contexto fue el soporte
por el cual el presente artículo tiene como de una rica y notable cultura material que se
objetivos tratar de entender si: ¿Es correc- expresó en bienes con imágenes y símbolos
to hablar de un Lambayeque provincial?, que se relacionan de alguna manera con el
¿Cómo deberíamos denominar a las eviden- relato mítico (Wester , Castillo, & Saldaña,
cias materiales que se encuentran fuera del 2014). Este éxito agrícola, evidentemente
área nuclear? y como último punto es enten- generó excedentes que debieron contribuir
der ¿Cuál fue la naturaleza y los medios y el sustantivamente en el desarrollo de grandes
propósito de estas relaciones con sociedades obras públicas, con fines religiosos y urbano
fuera del área nuclear? – habitacional, y lo que podríamos denomi-
nar como “ciudad” empezaron a nuclearse a
Para responder estas preguntas hemos creído fines del Lambayeque Medio (sigo XI d.C.),
necesario empezar definiendo datos genera- y principios del Lambayeque Tardío (siglo
les del área nuclear Lambayeque, para pos- XII d.C.), como es el caso de las pirámides

104
en Pomac, Túcume, Apurlec, Jotoro, Úcupe, de “Lambayeque Provincial” si seguimos
Pátapo, Chotuna, Chornancap, La Pava, Los la propuesta de Shimada (1995,2014) quien
Perros, Solecape, Huaca de Barro, Mirador, considera que La cultura Sicán fue un estado
Mocce, Luya, Miguelito, Teodora, Miraflo- centralizado con una capital única en el bos-
res, El Taco, entre otras decenas de edificios que de Pómac, luego de unos cambios socia-
que fueron progresivamente erigidos como les esta se traslada a la ciudad de Túcume.
la expresión monumental del poder y presti- Si hablamos de un estado Lambayeque en-
gio que habían logrado las élites emplazadas tonces si existirían las provincias, siendo el
en los valles y que se hallaban al frente de centro principal de control el Bosque de Pó-
esta sociedad. mac. Sin embargo, de acuerdo a las eviden-
cias registradas que se mostrarán en diversas
Las investigaciones arqueológicas que se han áreas macro-regionales se llegara a una con-
venido desarrollando acerca de esta cultura, clusión del ¿cómo denominar la materialidad
han confirmado que logró extenderse tanto al hallada fuera del área nuclear?
norte como al sur. Por el norte por los valles
de Piura y Tumbes; por el sur los valles de III. ¿Cuáles fueron las razones de
Jequetepeque, Chicama, Moche hasta la cos- estas relaciones con sociedades
ta central. A través del comercio, esta cultura fuera del Área Nuclear?
alcanzó las costas de Ecuador y Colombia y
La naturaleza de las relaciones entre las so-
la cuenca del Marañón por el este, existien-
ciedades prehistóricas complejas y sus po-
do indicios de presencia Sicán desde las Islas
blaciones vecinas constituye una fascinante
Galápagos hasta territorios Tiahuanaco, in-
y trascendental área de estudio. Esta interac-
cluida la franja costera en el norte de Chile.
ción puede darse de diversas formas, inclu-
(Shimada: 1995).
yendo el conflicto, intercambio comercial y
de bienes suntuarios, alianza, migración y
II. ¿Lambayeque provincial? peregrinaje (Topic & Topic, 1983).
Cuando se habla de “Lambayeque Provin-
cial”, se refieren a las evidencias o materia- Sin embargo, se considera que estas rela-
lidades arqueológicas registradas fuera de ciones con otras sociedades debieron estar
lossitios del área nuclear de Lambayeque, es sujetas también a objetivos políticos. Para
decir, en territorios como los valles próximos ello, Prieto (2014), sostiene que si adoptá-
Jequetepeque, Chicama, Moche, Santa, entre ramos la tendencia tradicional de asociar el
otros. Sin embargo, primero es necesario ejercicio del poder delimitado por un espacio
entender que significa el término provincia, geográfico o, si por el contrario abordáramos
según la Real Academia Española, el término la nueva propuesta de Ramírez (2005) en la
provincia: significa demarcación territorial que se propone que el ejercicio del poder en
administrativa de las varias en que se orga- los Andes no se debería medir en términos
nizan algunos estados o instituciones. Por lo territoriales, sino poblacionales, es decir, en
tanto la provincia es una división de ciertos el número de individuos que podía controlar
estados, que forma parte de la estructura or- un señor o gobernante, llegaríamos a la con-
ganizativa del territorio, que son controlados clusión que el Estado Lambayeque desarro-
o administrados desde una capital principal lló una sofisticada logística para apropiarse
donde están ubicados los poderes del estado. de ambos. Estos objetivos políticos debieron
ser el resultado de una serie de factores que
Para que exista una provincia es indispensable se originaron a partir de coyunturas políticas
que exista un estado, entonces para el caso de internas, aspectos climático-ambientales, in-
la cultura Lambayeque sería factible hablar tención del mejoramiento productivo de las

105
cosechas, difusión del culto oficial y con ello lacionados a la cultura Lambayeque, como
la necesidad de generar mercados para la dis- es el caso de las relaciones con el Ecuador
tribución, intercambio y entrega simbólica y Cajamarca. Las razones principales por la
de bienes suntuarios con la subsecuente pro- que consideramos este tipo de interacción se
pagación de su ideología. Bajo esta perspec- da básicamente en relación al agua y el inter-
tiva, los estrategas del Estado Lambayeque, cambio comercial. Para la parte del Ecuador,
debieron analizar y estudiar cuidadosamente esta interacción con los Andes Centrales se
el panorama político y circunstancial de cada observa principalmente con el intercambio
uno de los valles a los que se expandían. de spondylus, siendo este un objeto suntuario
Producto de ello debió ser un conjunto de de alto valor en prestigio y poder, muy aparte
conclusiones (estrategias y planes) cuidado- de ser uno de los elementos que presenta una
samente estudiadas y posteriormente pues- gran carga ideológica desde los inicios del
tas en práctica. Los Lambayeque entonces desarrollo de los Andes Centrales, documen-
decidieron negociar antes que violentar las tándose desde el Arcaico Tardío.
relaciones sociales con los grupos de poder
(Prieto, 2014). Dichos intercambios comerciales se pudie-
ron realizar gracias a la creación de rutas
Así mismo, Curo (2014) menciona que, el comerciales tanto marítimas como terrestres
proselitismo religioso también forma parte estudiadas por Hocquenghem, las cuales per-
de estas relaciones de esta sociedad, como mitieron un gran recorrido que viene desde
un aspecto fusional, que no es otra cosa que Ecuador y que pasa por todo el litoral costero
la evidencia de la gradual pérdida de control peruano. Para los inicios del Intermedio Tar-
político y religioso de la sociedad local, por dío, Hocquenghem menciona cambios que se
influencia de una tradición foránea que se va relacionan con la entrada del Spondylus para
reflejando en la cristalización de un estilo los Andes Centrales (Figura 1).
nuevo, muestra de un ordenamiento nuevo
que seguramente iba calando en las nuevas
generaciones de aquel entonces.

IV. Contactos con esferas


macro-regionales
Evidencias Lambayeque en el Ecuador y
Cajamarca
Muchas investigaciones nos dieron a co-
nocer las relaciones que se generaron entre
las diferentes sociedades, las cuales fueron
motivo de nuevas perspectivas con respecto
a la movilización de objetos y de personas,
en dónde Lambayeque no es una excepción. Figura 1.Distribución geográfica del Spondylus,
Estas interacciones generaron alianzas estra- tomado de López Cueva.
tégicas materializadas por el intercambio de
bienes, relaciones de comercio y lazos ma- “Un primer cambio se relaciona con la vía
trimoniales. de entrada de los productos de origen nor-
teño en los Andes centrales. Si una parte de
Estas interacciones macro-regionales se pue- estos productos seguía siendo desembarca-
den expresar en las evidencias arqueológicas da en las costas de los Andes septentriona-
que aparecen en los distintos elementos re- les otra, que parece ser la más importante,

106
llegaba por vía marítima hasta el puerto de Evidencias Lambayeque en el
Tumbes, al sur del Golfo de Guayaquil. De valle de Piura
Tumbes los productos exóticos eran enca-
Hay que considerar que si bien no existe mu-
minados por una ruta terrestre siguiendo
cha información para la zona norte, investi-
la margen derecha de este río, subiendo
gadores como J. Guffroy et al. Mencionan
a los Cerros de Amotape, bajando por la
que las relaciones entre Piura (Ñañañique)
Quebrada de Jaguey Negro a Poechos, cru-
y Lambayeque aún quedan por definir pero
zando en este sitio el río Chira, pasando al
que queda claro que se pudieron desarrollar
valle del río Piura para llegar hasta el río
relaciones en un marco socio-geográfico ya
Yapatera y por Piura la Vieja seguir el anti-
preexistente. En cambio para las relaciones
guo camino del piedemonte hacia los valles
existentes con la zona de Ecuador, se eviden-
de Lambayeque.” (Hocquenghem, 2010)
cia un posible intercambio comercial entre la
zona de Pómac y Ecuador, ya que se hallaron
Un claro ejemplo del uso comercial que
posibles hachas moneda de cobre en Ecua-
obtuvo es el gran taller de Cabeza de Vaca,
dor, donde los investigadores hacen referen-
Tumbes y Rica Playa, son indicios de que,
cia a que es posible este intercambio por el
durante el Horizonte Tardío, los Spondylus
mismo hecho de que Ecuador carecía de este
entraban en balsas por Tumbes, se transpor-
metal y para el Bosque de Pómac se entrega-
taban por vía terrestre y se tallaban en los
ba el spondylus como medio de pago.
tambos. Hocquenghem sostiene que este
es un centro administrativo ceremonial que
Evidencias Lambayeque en el valle
cumplía la función de puerto de entrada de
de Jequetepeque
las conchas y caracolas exóticas que llega-
ban del norte por vía marítima (con balsas) La presencia de los Lambayeque en el Valle
y seguían hacia el sur por vía terrestre (con Jequetepeque surge alrededor de los 950 d.C,
recuas de llamas). Es aquí en Cabeza de Vaca Castillo sostiene que esta presencia, puede in-
en dónde se observa una producción casi terpretarse como una prueba de ejercer y man-
industrial de spondylus, el cuál es transfor- tener el control y el poder por parte del estado
mado en piezas de distinción por el mismo Lambayeque sobre dicho valle. De igual ma-
hecho de que no accesible para todo público. nera, Prieto (2014) considera que una de es-
tas razones debieron haber sido el aprovecha-
Para el caso de Cajamarca, se da princi- miento de sus recursos, propósito para el cual
palmente para el control del agua. Como los Lambayeque construyeron una serie de
ya sabemos, para las tierras de cultivo pro- asentamientos y sitios alrededor del valle. Esta
viene principalmente de las zonas altas, en presencia se denota a través del registro de evi-
este caso, Cajamarca se configuró como una dencias Lambayeque como, tumbas que con-
fuente principal de subsistencia para tener un tenían ceramios “Huaco Rey” y botella doble
mejor control del líquido elemento mediante pico divergente, además erigieron estructuras
los Lambayeque, quiénes poseían las grandes monumentales compuestas por una plataforma
cuencas hídricas para su mejor distribución y relativamente amplia y baja de adobes, con pa-
aprovechamiento para las tierras de cultivo. redes inclinadas y rampas laterales, todos estas
Este elemento vendría a ser el punto base de evidencias halladas en sitios en el valle bajo
relación existente entre grupos costeños y y en la margen derecha del río Jequetepeque
serranos, pudiendo obtener así otro tipo de como en La Mesa, Farfán, San José de Moro,
objeto como es el caso de la cerámica caolín Alto de San Ildefonso, Huaca delas Estacas,
que se puede observar presente en varios de Ventanillas, Talambo, etc. rasgos estilísticos
los contextos funerarios Lambayeque, como del Horizonte Medio 2, específicamente de
símbolos de ofrenda. Atarco y Viñaque (Prieto, 2014).

107
En el sitio Huaca las Estacas existe una con- a este complejo, en el periodo Lambayeque
figuración arquitectónica muy clásica Lam- Medio (Middle Sicán)” (Prieto, 2014).
bayeque, parecida a las pirámides de Batán
Grande y Chotuna, comprende una plata- Del mismo modo, San José de Moro pre-
forma rectangular orientada al noreste con senta evidencias típicas de los Lambayeque,
una planta en forma de “T”. En su cima se manifestado a través de los hallazgos que
ubica un amplio espacio rectangular que está ha registrado Prieto (2014), se ha documen-
dividido por corredores y cuartos de diver- tado que el sitio fue habitado por un grupo
sos tamaños, además Prieto y su equipo de o familia de elite, en dónde se habla de una
investigadores han registrado fragmentos de permanencia en el sitio, y para ello la reuti-
enlucidos con pintura mural de color rojo y lización de una estructura del periodo Tran-
algunos adobes con marcas de fabricante. sicional Tardío ubicada en el sector sur de
“Esto, sumado a la forma de planta en “T”, SJM. Así mismo, se encontró 60 contextos
sitúa a este complejo, en el periodo Lamba- funerarios de los cuales 15 no han podido
yeque Medio (Middle Sicán)” (Prieto, 2014). ubicarse en los sub-periodos propuestos. Del
grupo restante, 2 pertenecen al Lambayeque
Para ello, Prieto realiza un cuadro comparati- Temprano, 21 al Lambayeque Medio y 22
vo de los periodos ocupacionales de la región al Lambayeque Tardío (Figura 2). De los 64
Lambayeque en relación al Valle de Jeque- individuos registrados, 29 estuvieron flexio-
tepeque, el cual ha podido determinar tres nados, 28 extendidos, 1 estuvo en posición
sub - periodos ocupacionales: Lambayeque “echado flexionado” y en seis casos no se
Temprano, Medio y Tardío. Estos sub-perio- pudo definir la posición. En el caso de las
dos se corresponden con los propuestos por dos tumbas del Lambayeque Temprano, los
Shimada (1990): Sicán Temprano, Medio y individuos estuvieron dispuestos en posición
Tardío (Tabla I). Durante el período denomi- flexionada. Para el Lambayeque Medio pre-
nado por Shimada “Sicán Temprano” (700- dominó la posición flexionada (13 casos), se-
900 d.C.), parece haber fuertes influencias guida por la posición extendida (6 casos). En
de sociedades sureñas que comparten sitúa el caso del Lambayeque Tardío, predominó

Tabla 1. Cuadro Comparativo entre la Secuencia Cultural de la Región de Lambayeque y el valle de


Jequetepeque (Tomado de Prieto, 2014)

108
la posición extendido dorsal con 16 casos y Lambayeque Temprano, donde predominan
los 6 restantes estuvieron colocados en posi- platos de paredes rectas-divergentes y ollas
ción flexionada (Figura 3). Asimismo, existe paleteadas con diseños de espirales, círculos,
una tendencia en este periodo a excavar la etc. Para el Lambayeque Medio predominan
tumba de tal manera que los cráneos queden las ollas, platos con base anular, botellas do-
dentro de una “cabina” o “cápsula” (Figura4) ble pico divergente con asa puente, “Huaco
(Prieto, 2014). También se halló cerámica Rey” y botellas simples, escultóricas y con
del estilo Lambayeque, clasificándolo como altorrelieves (Figura 5).

Figura 2. Contextos funerarios Lambayeque en San José de Moro (Tomado de Prieto, 2014).

Figura 3. Posiciones de enterramiento Figura 4. Tendencia Lambayeque a excavar la


Lambayeque en San José de Moro. (Tomado de tumba, de tal manera que los cráneos queden
Prieto, 2014). dentro de una “cabina” o “cápsula” (Tomado de
Prieto, 2014).

109
Figura 5. Cerámica Lambayeque registrada en San José de Moro (Tomado de Prieto y Castillo).

Otro de los sitios con evidencias Lambaye de igual manera se ha documentado algunos
que, se trata de Pacatnamú, un imponente textiles con representaciones iconográficas
complejo cercado de conjuntos piramidales Lambayeque (Figura 6 a y b), como perso-
asociados a grandes patios, áreas de consumo najes míticos portando “bufanda” con remate
de alimentos, depósitos, audiencias, cemen- de cabezas de serpientes estilizadas, similar
terios, áreas de descarte, pasadizos y áreas al cetro de oro de la sacerdotisa (Figura 7),
de descanso, asociados a eventos de carácter con imagen del personaje de la deidad mítica
ritual y gran cantidad de material doméstico, en templo Lambayeque, con un ornamento
lo que ha llevado a pensar a sus investigado- en el cuello “la bufanda con remate de cabe-
res que Pacatnamú fue un centro de culto im- zas de serpientes estilizadas”, este rasgo muy
portante, con una marcada tendencia residen- peculiar remota desde los Wari, uno de es-
cial. “Los fechados asociados a Pacatnamú, tas representaciones en cerámica, como es el
parecen situarlo entre el 1100 y 1300 d.C la caso de la botella estilo Pachacamac (Figura
fase más tardía de Lambayeque en el valle de 8), que lleva el mismo tipo de ornamento en
Jequetepeque. “En este sitio se tiene eviden- el cuello. Para Wester (2016), “este sería un
cias registradas en contextos con botellas de claro indicador de influencia de algunos ele-
doble pico divergentes y asa puente, que son mentos Wari que transcienden hacia la época
características del periodo Lambayeque Tar- Lambayeque” (Wester, 2016).
dío” (Lee 1986: 100, citado por Prieto 2014),

Figura 6 (a y b). Textiles estilo Lambayeque con personaje portando “bufanda” con remate de cabezas
de serpientes estilizadas, procedente de Pacatnamú (Tomado de Wester, 2015).

110
Figura 7. Cetro de oro con la representación de Figura 8. Cerámica de estilo Wari, proveniente
la divinidad Lambayeque, con un ornamento en de Pachacamac. (Tomado de Wester, 2015).
el cuello que remota con serpientes estilizadas
(Tomado de Wester, 2015).

En Farfán, se han registrado tres grandes domésticos de elite durante este periodo. El
complejos de estilo Lambayeque como la sitio también contenía un gran recinto ce-
arquitectura residencial, un taller de cerá- remonial donde los gobernantes probable-
mica y un gran cementerio pertenecientes mente celebraron eventos públicos y rituales
al Complejo III, de función administrativa (Sapp 2002, citado por Prieto, 2014).
y ritual en relación a Pacatnamú. También,
se han hallado entierros en posición extendi- Así mismo, Prieto sostiene que existen otros
da y flexionada con ofrendas de cerámica y centros de menor jerarquía como Pampas de
comida, y los de más alto estatus con cuchi- Facho, Santa Rosa y Pueblo Nuevo, donde
llos tumi de cobre pertenecientes a la época se han registrado vasijas típicas Lambayeque
Lambayeque. Al igual que, Huaca La Mesa como algunos Huacos Rey y botellas doble
es otro importante centro monumental Lam- pico divergente, acompañado con piezas de
bayeque. Donnan y Cock (1997b) excavaron metal como chuchillos y máscaras (Figura 9).
no solo la plataforma principal, sino también
las estructuras que rodeaban el sitio, defi-
niendo espacios residenciales muy bien con-
servados que destacaban por presentar muros
enlucidos y pisos con buen acabado, además
se han encontrado entierros con cerámica de
estilo Lambayeque Tardío.

Mientras que Cabur también resulta ser un


sitio representativo de la época Lambayeque
Tardío, este parece ser un centro residencial
Figura 9. Piezas arqueológicas asociadas a la
de elite, se trataría de un palacio o centro de
presencia Lambayeque. (Tomado de Prieto,
gobierno de un señorío local, que construye-
2014).
ron y remodelaron una serie de complejos

111
Evidencias Lambayeque en el valle
Franco hace una división de estos entierros se-
de Chicama parándolos en dos grupos: a) Individuos senta-
En el contexto del valle Chicama de acuerdo dos con piernas cruzadas (SPC) y b) Individuos
a Leonard y Russell, la presencia Lambaye- sentados con las rodillas levantadas (SRL). El
que parece corresponder en términos arqui- primer grupo tendría mayor jerarquía que el se-
tectónicos a las construcciones de gran escala gundo grupo porque presenta un ajuar funera-
existentes en sitios representativos como las rio más complejo. Entre los personajes de alto
huacas Ongollape, Salitral, La Leche y El Ro- status destaca, por su singularidad, el entierro
sario, donde se registró cerámica del Horizonte de un varón de 45 a 55 años de edad, dispuesto
Medio, habiendo sido destruida la arquitec- en la posición “sentado con las piernas cruza-
tura intermedia por la antigua hacienda Casa das”, quien se encontraba sobre el cuerpo de
Grande. Sin embargo, hay otras construcciones una mujer estrangulada.
de gran tamaño asociados a asentamientos:
Huaca Faña, Cerro Tulape, y la infraestructura En el área del cementerio del frontis principal
hidráulica temprana del Complejo La Laguna; de la Huaca Cao Viejo, se encontró el fardo
Huaca Cucurripe, Huaca Chiquitoy, Huaca (Entierro 7 / 1991) y sus asociaciones dentro de
El Médano, Gasñape 14, y sectores funera- una matriz del tipo foso que fue acondicionado
rios en los complejos La Laguna, Mocollope, en la capa B/C, y no se profundizó en la arqui-
Cerro Chumpón, Tres Huacas, Licapa, Cerro tectura del edificio ceremonial (Figura 10).
Tulape, Huaca Fachén, Cruz de Botijas, entre
otros. Los sitios arquitectónicos mencionados El personaje (Individuo 1) es un varón de 45
presentan como elementos diagnósticos predo- a 55 años de edad y 1.64 metro de estatura,
minantes los adobes plano convexo, así como dispuesto en la posición SPC, el cual se ubica
los rectangular convexo. Esto lleva a proponer en las coordenadas sur: 70,35; y este: 95,33.
una organización sociopolítica importante que Asimismo, está a una altitud de 28,13 m.s.n.m.
debe ser estudiada en mayor detalle por los es- (parte superior) y 27,23 m.s.n.m. (parte in-
pecialistas, incluyendo evidencias materiales ferior). Este individuo estuvo asociado, en el
como Huaca Colorada (margen Izquierda del mismo foso, a una mujer de 30 a 40 años y 1,47
valle Chicama), que refleja un modelo arqui- metros de estatura (Individuo 2), en posición
tectónico atípico en este valle, pero registrado de decúbito dorsal, quien fue colocada debajo
en el de Jequetepeque y en la región de Lam- del fardo funerario, y llevaba un unku de simi-
bayeque. (Franco & Gálvez, 2014). A la actua- lares características que el del personaje princi-
lidad uno de los sitios más estudiados en este pal, así como dos mantos de telas de diferente
valle es el complejo arqueológico el brujo, este calidad, que parecían haber sido reutilizados.
sitio a brindado dato interesante para el aporte El fardo presentaba la parte posterior casi recta,
de las sociedades Lambayeque fuera del área y la anterior ligeramente cóncava donde desta-
nuclear, cabe recalcar que para diversos auto- ca un abultamiento; asimismo, presentaba una
res la evidencia Lambayeque en este valle apa- cabellera de hilos de algodón, brazos artificia-
rece para la época que Shimada denomina el les ligeramente flexionados en posición exten-
Sicán medio (2014). dida a ambos lados y con dedos rematados en
pequeñas láminas de metal a manera de uñas;
En el cementerio post mochica ubicado en el un anillo de tela define el contorno del rostro y
sector norte de la Huaca Cao Viejo fue posible un poncho que viste el fardo. (Franco & Gál-
la documentación de un importante conjunto vez, 2014). Entre los ornamentos encontrados
de entierros de personas de diferente status, dentro del fardo destacan 3 máscaras de cobre
quienes fueron inhumadas en la capa de es- unidas a cabelleras artificiales y anillos, en este
combros superpuesta al sector norte de la Hua- caso de fibra vegetal (Figura 11).
ca Cao Viejo, en el Complejo El Brujo. Regulo

112
Figura 10. Vistas del hallazgo del entierro Lambayeque: vista de frente del fardo excavado a media
altura (a), vista lateral del fardo con algunas ofrendas (b), acuarela del fardo rodeado de sus ofrendas
(c), mujer estrangulada debajo del personaje principal (d) (Tomado de Regulo Franco, 2014).

Las tres son similares: el rostro es semicir- autoridad que está representado por un bá-
cular, los ojos almendrados, y la nariz está culo o cetro que se encuentra en el lado de-
representada por un triángulo. La boca está recho del fardo, y presenta varios elementos
abierta. Los pómulos y el borde exterior de decorativos: La mitad inferior lleva rectán-
los ojos fueron pintados de rojo, y un cetro gulos de variados colores (Franco & Gálvez,
de madera el cual es el símbolo de poder y 2014).

113
Figura 11. Ofrendas encontradas en el exterior e interior del fardo funerario: máscaras de cobre (a-d),
brazaletes de cobre e- f), cuchillo de cobre (g), cuchara de madera (h), placas de cobre amarradas con
hilo (i) y cetro de madera (j). (Tomado de Regulo Franco, 2014).

Evidencias Lambayeque en el dio a Chan Chan, incluida la famosa litera


valle de Moche de Sicán Medio en el Museo Oro del Perú en
Lima.” (Figura 12). Esperemos que en un fu-
Para este valle la información se encuen-
turo no lejano las investigaciones realizadas
tra tergiversada, varios autores difieren que
en Trujillo esclarezcan el panorama.
existe una confusión entre lo Lambayeque y
lo que se denomina chimú temprano esto se
Evidencias Lambayeque en la
sustenta en una serie de pruebas irrefutables,
costa central
Segura y Shimada mencionan que mediante
un análisis cuidadoso de la evidencia exis- Para los valles de la costa central (valle de
tente sugieren que la cultura Sicán Medio Santa, Casma, Chillón y Rímac) Las eviden-
Impactó en el valle bajo de Moche, tal vez cias Lambayeque son minoritarias a dife-
por medio de comerciantes emisarios o mi- rencia de los valles vecinos del norte, para
sioneros comerciantes auspiciados por las algunos autores estas evidencias se tratarían
élites de Sicán. Este argumento se basa en de un comercio e influencia por el gran pres-
la presencia de cerámica de Sicán Medio tigio que las sociedades Lambayeque tenían.
y Sicán Tardío temprano en niveles debajo David Wilson recolectó en el valle bajo del
de la ocupación chimú en Chan Chan (por Santa, particularmente de cementerios tierra
ejemplo, Narváez y otros 1986), atribución adentro que datan de 900-1350 d. C. Obser-
de una variedad de artefactos de Sicán Me- vamos, por ejemplo, una emulación local de

114
la botella de gollete simple y base anular de Borja a diferencia del típico prototipo de
Sicán Medio, denominada Huaco rey (Fi- botellas negras brillantes hechas en molde,
gura 13.a). Melissa Vogel ha documentado encontró una botella hecha a mano de pasta
algunas vasijas de Sicán Medio importadas oxidada con acabado de superficie desigual,
con claros rasgos diagnósticos (por ejemplo, cuyo modelado y decoración incisa han sido
una jarra con cara gollete y base de pedes- ejecutados toscamente. Al Mismo Tiempo
tal y asa trenzada, e imitaciones locales. De Posee Un gollete tronco cónico, base de pe-
manera similar a la situación en el valle del destal baja, asa cintada, un par de apliques
Santa, no hay evidencia física de una pobla- (representaciones toscas de monos) simétri-
ción de Sicán ocupando el valle de Casma camente ubicados en la porción superior del
(Figura 13.b). Max Uhle en el cementerio I cuerpo y otros rasgos que en conjunto indi-
al frente del Templo Pintado de Pachacámac can una definitiva inspiración Estilística De
excavó una botella de Sicán Medio (Figura Sicán Medio (Figura 13) (Segura & Shima-
13.c). En el valle del Rímac Arturo Jiménez da, 2014).

Figura 12. Litera de Sicán Medio en el museo de oro del Perú en Lima (Tomado de Shimada, 2014).

Figura 13. a) Emulación local de una botella de base anular y gollete simple de Sicán Medio, del valle
de Santa (Wilson 1988: 269); b) Botella de Sicán Medio con pedestal encontrado en El Purgatorio,
Casma (Melissa Vogel); c) Botella de Sicán Medio encontrada en el cementerio I al frente del Templo
Pintado de Pachacámac; d) Imitación local de vasijas de cerámica de Sicán Medio en una de las
plataformas de la Huaca Huallamarca, (Lida Casas). Tomadas de Shimada, 2014.

115
Con respecto a la presencia de textiles en la territorial de un estado, con una capital única
costa central concuerda con que estos eran donde está centrado los poderes del estado
más fáciles de transportar y comercializar, que controla las provincias. Pero, de acuer-
sin embargo podemos ver la gran importan- do a las investigaciones que se han venido
cia que estos poseían, un ejemplo claro son desarrollando en los últimos años apoyamos
las telas encontradas en Pachacamac, una de la postura de Wester (2018), quien considera
estas presenta la deidad felínica muy recu- que lo Lambayeque no es un estado centrali-
rrente en la iconografía Lambayeque (Figura zado con un centro principal de control, sino
14) infiriendo el poder de estas deidades lam- más bien estaría conformado por grupos de
bayecanas fuera de su territorio. (Segura & familias instaladas en los valles, que confi-
Shimada, 2014). guran un conjunto de cacicazgos que com-
parten una tradición común que se define en
la existencia de ciertos cánones expresados
en la materialidad e inmaterialidad de Lam-
bayeque. Por lo tanto, al no existir un centro
principal de poder que domine el territorio,
sino más bien diferentes grupos de familias
que comparten ciertos rasgos de materialidad
no se podría hablar de un “Lambayeque pro-
vincial”. Entonces ¿cómo denominamos a
estas evidencias que están fuera del área nu-
Figura 14: a) Tela pintada que ilustra una criatura
clear? Lo correcto sería denominarlos como
mítica con cuerpo de jaguar y con la cabeza
presencia o influencia Lambayeque, según
de la deidad Sicán, atribuida a Pachacámac.
el territorio donde se localice, ya que cada
Colecciones de W. Gretzer. Foto por Izumi
sitio tiene su propia naturaleza y responden a
Shimada b) iconografía de vaso de Denver
diversos factores específicos de una política.
señalando criatura mítica con cuerpo de jaguar.

Con respecto a la relación con sociedades


V. Discusión del Ecuador, esta responden específicamen-
te a fines comerciales puesto que la élite
La cultura Lambayeque logró extenderse Lambayeque, necesitaba de recursos exó-
a grandes distancias de su área nuclear, es- ticos como el Spondylus princeps y Conus
tas evidencias materiales que están en los fergusoni y las turquesas que provenían de
valles vecinos vienen siendo denominados las costas ecuatorianas, y estos materiales
como Lambayeque provincial, tal es el caso aparecen claramente representados en las
de los trabajos en el valle de Jequetepeque tumbas de élite, como la tumba Este y Oeste
(Prieto, 2014), y en el valle de Chicama de Pómac y en la tumba de la Sacerdotisa de
(Franco,2014), si aceptamos estas deno- Chornancap, y que a su vez como medio de
minaciones estaríamos considerando a los cambio los Lambayeque ofrecieron el cobre
Lambayeque como un estado centralizado, arsenical, Shimada en el 2014 nos dice que
con una capital única “El Bosque de Pó- los Lambayeque tuvieron el monopolio de la
mac”, como lo proponía Shimada en 1995, producción de cobre arsenical que junto con
sin embargo, pensamos que estas evidencias su ubicación norteña brindaron a la entidad
materiales que se encuentran fuera del área política de Sicán control sobre el abasteci-
nuclear, vienen siendo erróneamente de- miento de las conchas de Ecuador y su sub-
nominadas como Lambayeque provincial, siguiente distribución a áreas al este y al sur.
primero por el mismo término de provincia,
puesto que esta forma parte de la estructura

116
Por otro lado la relación de los Lambayeque Por otro lado, las evidencias Lambayeque
con los Cajamarca parece haber girado en encontradas en los valles de la costa cen-
torno al tema del agua, puesto a que el re- tral es en menor cantidad y se podría inferir
curso hídrico que abastece las tierras Lamba- que este se pudo dar por influencia debido
yecanas se originan en la región Cajamarca, al prestigio y gran renombre ideológico que
lo que conlleva a una relación que se afianza tuvieron los Lambayeque, evidencia de esto
y fortalece a nivel político, religioso y pro- son las vasijas que imitan a la deidad Sicán
ductivo, pero que se origina desde el apro- (denominada así por Shimada) pero con téc-
vechamiento de la expresa voluntad de la nicas locales y burdas, por otro lado, tene-
naturaleza. En reciprocidad, los grupos Ca- mos las evidencias Lambayeque encontradas
jamarca habrían recibido de los Lambayeque en Pachacamac, nosotros concordamos con
recursos exóticos como spondylus, conus, Shimada quien nos dice que estas evidencias
productos agrícolas, tejidos entre otros, así refieren a ofrendas debido a una peregrina-
como el acceso al territorio de Lambayeque. ción hacia estos lugares, además pensamos
(Wester;2016). que también se pudo tratar de comercio por
personas que iban hacia el sur, caso peculiar
Para la parte Sur, específicamente en los va- es el de los telares encontrados en Pachaca-
lles de Jequetepeque y Chicama la expansión mac con una deidad felínica perteneciente a
se da de forma pacífica; a diferencia de los la cosmovisión Lambayeque. Se puede plan-
demás sitios en estos valles hay gente de la tear la difusión de la religión por medio de
élite Lambayeque que están viviendo, tal es textiles por su facilidad de transporte, con-
el caso de las estructuras que aparecen de virtiéndose en un medio efectivo de prose-
Huaca las Estacas y la residencia 35 de San litismo y propaganda de Sicán Medio fuera
José de Moro, este último sitio se habita por de la región Lambayeque. Especialmente, en
primera vez de forma permanente, según Pachacamac que poseía una gran importan-
(Prieto; 2014) la estrategia de la élite Lam- cia como centro ceremonial, ajustándose a la
bayeque sería apropiarse de un centro cere- necesidad de difundir los dogmas religiosos
monial de alto prestigio y darle de cierta ma- y políticos de Lambayeque o Sicán Medio
nera una continuidad enterrando mujeres de (Shimada & Segura, 2014).
élite, estas mujeres serían la mejor carta de
VI. Conclusión
expansión de la élite Lambayeque, al casarse
con los señores locales y así permitían hacer En este artículo hemos tratado de demostrar
crecer el parentesco ritual o político del go- qué relación existe entre la sociedad Lamba-
bernante Lambayecano. yeque y los grupos foráneos que presentan
evidencia Lambayeque, además de compro-
En el caso del valle de Chicama parece que bar que se tiene una idea errónea del concep-
utilizaron la misma estrategia del valle de Je- to de Lambayeque provincial. Para este fin
quetepeque, primero asentándose en un sitio hemos estudiado y/o analizado la evidencia
de prestigio como es el caso de Huaca Cao material que se conoce de cada sitio mencio-
viejo, la tumba de élite registrada por Franco nado, claramente esta evidencia material re-
(2014), que permite inferir que estas tumbas cuperada de ecuador, Cajamarca y los valles
fueron traídas de sitios Lambayeque recor- del sur no es casual. Como se ha discutido
dando su lugar de origen con la orientación aquí el término de “Lambayeque provincial”
al norte. A nuestro parecer sería lógico pen- surge de la idea errónea que brinda Shimada
sar que las alianzas matrimoniales descritas sobre una sociedad Lambayeque centraliza-
por Prieto (2014) para el sitio de San José de da. Se tiene claro las relaciones que existen
Moro también se estén dando en el complejo entre los Lambayeque y grupos ecuatoria-
El Brujo y el valle de Chicama. nos esta debido a una comercialización de

117
Spondylus y connus de igual modo se tiene
Bibliográfia
clara la relación que existió con los grupos Franco, R., & Gálvez, C. (2014). Contextos
Cajamarca, esto es debido al control del agua Funerarios de Transición y Lambaye-
naciente en este territorio pero que irriga que en el Complejo el Brujo, Valle de
toda el territorio Lambayeque, para la costa Chicama. En Cultura Lambayeque.
central las evidencias encontradas nos indi- En el contexto de la costa norte del
carían el gran prestigio que tuvo la sociedad Perú. Chiclayo - Perú: Actas del pri-
Lambayeque además de la relación por pere- mer y segundo coloquio, editado por
grinación hacia los valles de la costa central Fernández Alvarado Julio y Wester la
llevando ofrendas. el problema surgió cuan- Torre Carlos.
do se trató de definir qué relación existió con
Franco, R., Galvéz, C., & Fernandez, A.
los valles de Jequetepeque y Chicama, estos
(2014). Un Personaje de Elite de la
sitios presentan gran cantidad de evidencia
Época Lambayeque en el Complejo
Lambayeque inclusive investigadores como
el Brujo, Valle de Chicama. En Cultu-
Regulo franco invita a reflexionar el estudio
ra Lambayeque. En el contexto de la
de la compleja organización sociopolítica de
costa Norte del Perú. Chiclayo - Perú:
este valle, gracias a la discusión presentada
Actas del primer y segundo coloquio,
llegamos a la conclusión de que los sitios que
editado por Fernández Julio y Wester
se encuentran en los valles de Jequeteque y
Carlos.
Chicama serían sitios Lambayeque que pre-
sentarían algunas características distintas, Galvéz, C., & Castañeda, J. (2014). Arqui-
sin embargo esto también sucede en el área tectura Post - Mochica elaborada en
nuclear ejemplo de esto es la ausencia de Tierra: La Evidencia del Valle de Chi-
huaco rey en Chotuna-Chornancap o Jotoro, cama. En Cultura Lambayeque. En el
dando a entender que cada grupo Lamba- contexto de la Costa Norte del Perú.
yeque asentados en las distintas zonas tiene Perú: Actas del primer y segundo co-
particularidades propias pero que a su vez loquio, editado por Fernández Julio y
estos comparten algunos rasgos en común Wester Carlos.
como el idioma, una misma tradición oral y
Hocquenghem, A. M. (2010). El Spondylus
además un territorio ligado a sus antepasados
princeps y la Edad de Bronce en los
los mochicas para poder ser denominados así
Andes Centrales: Las rutas de in-
como Lambayeque.
tercambios. En E. Melgas Tísoc, R.
Agradecimientos Solís Ciriaco, & E. Gonzáles Licón,
Producción de bienes de prestigio or-
Expresamos nuestros sinceros agradecimien-
namentales y votivos de la América
tos al arqueólogo Carlos Wester La Torre,
atigua (pág. 176). Syllaba Press.
docente de la escuela de Arqueología de la
Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo de López Cueva, F. (2005). El Spondylus en el
Lambayeque, por hacer la posible la reali- Perú Prehispánico. Su significación
zación de este artículo y por las enseñanzas religiosa y económica. Revista de es-
inculcadas en clases, el cual ha sido parte de tudios en Ciencias Sociales y Huma-
nuestra formación académica. nidades(14), 33-42.
Prieto, G. (2014). El Fenómeno Lambayeque
en San José de Moro, valle de Jeque-
tepeque: Una perspectiva desde el va-
lle vecino. En Cultura Lambayeque
en el contexto de la costa norte del

118
Perú. (págs. 107 - 138). Editores: Ju-
lio César Fernández Alvarado y Car-
los Eduardo Wester La Torre.
Segura, R., & Shimada, I. (s.f.). Examinan-
do la interaccion cultural entre Sicán
Medio y la costa central, hacia 1000
d.C. En Cultura Sicán: Esplendor
preincaico de la Costa Norte. (pág.
2014). Lima - Perú: Editado por Izu-
mi Shimada.
Topic, J., & Topic, T. (1983). Relaciones
Costa-Sierra en el Norte del Perú: Al-
gunas observaciones en las rutas
y escalas de interacción. En Civiliza-
tion in the Ancient Americas: Essays
in Honor of Gordon (págs. 237-259).
Vílchez Carrasco, C. (2013). El Taller de
Spondylus de Cabeza de Vaca, Tum-
bes. En P. Q. Ñan,Cuadernos del Qha-
paq Ñan. Lima: Ministerio de Cultura.
Wester , C., Castillo, S., & Saldaña, F. (2014).
Escenarios de Poder y Espacios Cere-
moniales: el Trono y la Residencia de
Elite en Chornancap Cultura Lamba-
yeque. En e. Julio Fernández
Wester, C. (2016.). Chornacap: Palacio de
una gobernante y sacerdotisa de la
cultura Lambayeque. Ministerio de
Cultura del Perú: Lima.
Wester, C. (2018). Personajes de Elite en
Chornacap. Una nueva visión de la
Cultura Lambayeque. Ministerio de
Cultura del Perú. Lima.

119
ARQUEOLOGÍA DEL NORTE:
PERSPECTIVAS DESDE LAS AULAS
VOLUMEN 1: 121 - 133, 2020

“LOS CHIMÚ EN EL TERRITORIO LAMBAYEQUE:


EXPANSIÓN E INTEGRACIÓN”
“THE CHIMU IN THE LAMBAYEQUE TERRITORY:
EXPANSION AND INTEGRATION”

Edinson Marino Gonzáles


emarino@unprg.edu.pe
Celeste Rojas Torres
celeste.rojas@unprg.edu.pe
Lourdes Barrera Leyva
lbarreral@unprg.edu.pe

Resumen
La investigación que exponemos, es el resultado de un análisis bibliográfico de los diferentes
aportes con relación a los Chimú. La presencia Chimú en el territorio de Lambayeque se evi-
dencia en el carácter de su emplazamiento que sigue la línea de rasgos arquitectónicos como
Chan Chan en la Libertad, para lo cual se observa la presencia de patrones o elementos arqui-
tectónicos como la forma en U, los corredores, los vanos de control y patios con banquetas.
Así mismo, los Chimú establecieron una expansión e incorporación de entidades multivalle
que se van a desarrollar en dos momentos, lo cual significa un evento que transformo el modo
de estudiar a los Chimú, es allí donde abordamos temas como la perspectiva política y eco-
nómica para el caso de su expansión en territorio lambayecano y cuáles son los factores que
permiten la expansión e integración de esta sociedad.

Palabras claves: Chimú, expansión, incorporación, arquitectura e interacción.

Abstract
The research that we present is the result of a bibliographic analysis of the different con-
tributions in relation to the Chimú. The Chimú presence in the territory of Lambayeque is
evidenced in the character of its location that follows the line of architectural features such as
Chan Chan in la Libertad, for which the presence of architectural patterns or elements such as
the U-shape, the corridors is observed. , the control openings and patios with sidewalks. Like-
wise, the Chimú established an expansion and incorporation of multivalle entities that will
be developed in two moments, which means an event that transformed the way of studying
the Chimú, it is there where we address issues such as the political and economic perspective
for the case of its expansion in Lambayecano territory and what are the factors that allow the
expansion and integration of this society.

Keywords: Chimú, expansion, incorporation, architecture and interaction.

121
Introducción como resultado de las perspectivas política
Hablar de los Chimú, es hacer referencia a y económicas donde existen factores o ele-
uno de los más grandes estados que se de- mentos en común que permiten a los Chimú
sarrolló y que domino gran parte de la costa realizar la “expansión” e “integración” en el
norte del Perú para los años 900-1470 AD territorio lambayecano.
(Chero, 2015), que luego fueron conquista-
.
dos por los Incas. Posee como capital a Chan I. Expansión e integración
Chan (900-100) que se sitúa en una llanura En este punto, es necesario aclarar y diluci-
muy cerca al océano Pacifico, siendo una de dar los términos “expansión” e “integración”
las ciudades más grandes de América prehis- para la comprensión de los mismos, partien-
pánica que evolucionó hasta ser una de las do de que la terminología no es una cuestión
entidades políticas con mayor desarrollo y puramente nominalista, ya que sus conceptos
poder en el antiguo Perú. tanto científicos como de denominación son
los que nos ayudan a estructurar y vertebrar
Como sabemos, los Chimú presentan ca- la ciencia arqueológica como refiere Águila
racterísticas propias de su arquitectura: los (2005).
corredores, el elemento arquitectónico de U
que se vincula a la elite y al poder, los vanos Para nuestro caso, frente al supuesto de una
de control, entre otros. Lo antes mencionado expansión o integración y el uso de los térmi-
se ve reflejado en sitios como Chan Chan, nos, así como el ¿qué se dio primero por par-
donde estos elementos le dan el carácter de te de los Chimú a lo largo del territorio an-
centro y capital desde donde los Chimú de- dino?, investigadores como Shimada (1982),
sarrollarían su poder (Ravines, 1985). Tal Mackey (2013) o Tschauner (2014) de la
es la trascendencia de los Chimú, que su mano con las evidencias narran el posible
influencia se extiende desde Tumbes por el alcance que tuvieron los Chimús para estos
norte hasta el sur con Carabayllo. Para el territorios tanto del norte como del sur. Sin
caso del territorio de Lambayeque, su pre- embargo, nos enfocaremos en la costa norte,
sencia se observa “…entre el 1300 y 1350 específicamente en el territorio de Lambaye-
d.C se registra la irrupción Chimú en el va- que. Shimada (1982), Mackey (2013) y Ts-
lle Lambayeque…” (Shimada, Donan citado chauner (2014), hablan de su expansión apo-
por Gallozo & Chang, 2014, p.252); muy por yados de información etnohistórica del siglo
el contrario, autores como Ravines (et. al) XVI y en los resultados de sus proyectos de
quien considera la presencia de esta sociedad investigación en los cuales, exponen datos
para los años 1200 d.C. aproximadamente. sobre el desarrollo tanto económico, social y
cultural; por ende, es común ver en sus textos
Todo lo expuesto, conduce a centrar el tema la utilización de los términos “expansión” o
de este artículo en la búsqueda de aclarar y “integración” de manera recurrente.
dilucidar los términos “expansión” e “inte-
gración” para la comprensión de los mismos 1.1. Expansión
en el contexto arqueológico, partiendo de que Según Mahecha, actualmente se entiende
la terminología no es una cuestión puramen- como expansión al modelo impuesto que
te nominalista, debido a sus conceptos tanto deviene del capitalismo, entendiendo a esta
científicos como de denominación son los producción espacial como un proceso di-
que nos ayudan a estructurar y vertebrar la námico donde se recrean las relaciones so-
ciencia arqueológica. Por ende, en la discu- ciales. Para la RAE (2020), expansión es la
sión se pretende resumir el comportamiento acción o efecto de extenderse o dilatarse. Así
de la expansión y la incorporación del norte mismo, cuando hablamos de expansión, ello
y del sur por parte de los Chimú, entiéndase también

122
…puede tratarse del crecimiento territo- Por tanto, hacer mención del término “inte-
rial de una nación o un imperio a partir grar” para el contexto arqueológico es incor-
de la conquista y anexión de nuevas tie- porar o la suma de las partes tanto: social,
rras. Por ejemplo: “La expansión estadou- cultural, económica, étnica-racial, geográfi-
nidense del siglo XIX fue muy importante ca-territorial y hasta político; expresada en la
y afectó a México, que perdió grandes acción que realizo una sociedad en un deter-
porciones de su territorio”, “La Alemania minado tiempo y espacio para conformar o
nazi se propuso llevar a cabo sus planes incluir y hacer parte de su todo a aquello que
de expansión a sangre y fuego. (Pérez y sería “una parte” o que no formaba hasta ese
Merino, 2013). entonces parte de su misma sociedad, cultu-
ra, economía, entre otros.
En el contexto arqueológico, Schreiber en
el año 1992 habla de la expansión, la cual II. Territorio: paisaje, hidrografía
incluye el cómo se adquiere un territorio, ya
y clima
sea por medios militares o diplomáticos, la 2.1 El territorio de La Libertad
misma que suma la motivación de un Esta-
do para establecer el control sobre un deter- El territorio de la costa norte presenta las
minado territorio. De hecho, los motivos de condiciones naturales favorables, así como
la expansión pueden variar e incluir razones los valles que irrigan la extensa costa, posee
políticas, económicas y hasta ideológicas. un clima soleados y templado que van de la
mano con la abundancia de recursos marinos
Por lo tanto, hablar de expansión es hacer a lo largo del litoral. Una de sus característi-
alusión al crecimiento del territorio o la ad- cas principales es la condición desértica del
quisición del mismo, ya sea por medio de territorio, al igual que las demás regiones del
una conquista o formas militares, así como litoral de los Andes Centrales. En ese marco,
formas diplomáticas; que se generan o se dan posee las condiciones que están determina-
por las circunstancias y pueden variar con re- das por la presencia de la cordillera occiden-
lación a los motivos para ser ejercidos. tal, en dirección norte y a partir de los valles
de Trujillo. Así mismo, presenta la corriente
1.2 Integración de Humbolt, cuyo fenómeno de enfriamien-
Hablar de “integración” puede referirse a to determina la ausencia de precipitaciones
múltiples cosas, ya nos advierte Chuaqui pluviales; sin embargo, ello cambiaria con la
(2002) al mencionarnos sobre los diferen- corriente cálida del Niño.
tes tipos de integración, pudiendo ser esta:
social, cultural, económica, étnica, racial, Dichas condiciones son determinantes para
sexual, urbana, geográfica-territorial, inter- la costa norte, permitiéndole poseer un cli-
nacional y política; para él, la esencia de in- ma templado y caluroso a diferencia del sur,
tegración es conformar las partes de un todo, donde los ríos que atraviesan el territorio son
para lo cual debe existir un todo que es de- por lo general más caudalosos, teniendo los
finible y reconocible y al cual deben confor- valles amplios conos aluviales y la existencia
marse las partes. Es necesario mencionar que de planicies extensas. Todas las característi-
la integración tiene como principio la gesta cas ya mencionadas no fueron ajenas a los
de una sociedad en la que todos los ciuda- pobladores Chimú, quienes vieron las con-
danos se sienten parte de la misma. La RAE diciones presentes en la costa norte siendo
(2020) entiende por “integrar” como “com- apropiadas en su época para la agricultura,
pletar, construir, un todo” con las partes “que de allí es que desarrollan los sistemas de irri-
faltan” o, por extensión, las que presumible- gación con un alto grado de eficiencia.
mente forman parte del conjunto.

123
Los ríos que atraviesan el territorio, perte- Chero (2015) ilustra con relación a la hidro-
necen a dos cuencas hidrografías perfecta- logía, señalando la parte superior del valle
mente determinadas: la del Pacifico y la del Lambayeque conocida como La Puntilla, es
Amazonas. Las del Atlántico, llevando sus allí donde el río Chancay se parte en dos ra-
aguas al primero, todos los ríos que tienen males. Primero se tiene para el sur, donde si-
su naciente en la vertiente occidental de la gue un recorrido hasta lo que sería el Océano
Cordillera Occidental de los Andes, y al Pacifico con el conocido río Reque, el mis-
Atlántico, todos los afluentes del rio Mara- mo, sirve para drenar las aguas de canal para
ñón, que nacen entre la vertiente oriental de las haciendas y las comunidades ribereñas.
la Cordillera Occidental y la vertiente occi- En el norte, sus aguas se bifurcan al antiguo
dental de la Cordillera Central. Pertenecen canal Taymi, posee su inicio en el valle bajo
a la cuenca del Pacifico, de norte a sur, los de Lambayeque, el cual garantizo el riego de
siguientes ríos: el Jequetepeque, que nace la margen norte del Chancay lo que generaría
en las alturas de la provincia de Cajamarca, la presencia de suelos fértiles en el valle y a
sirve de límite entre esta y la de Contumaza su vez abasteció de recurso hídrico al centro
hasta su confluencia con el Puclush, a partir religioso de Apurlec. Ello explicaría por qué
de la cual constituye un lindero para las pro- las comunidades se asentaron y lograron un
vincias de Contumaza y Hualgayoc. Tiene desarrollo en la región Lambayeque, siendo
como entrada al departamento de La Liber- el Taymi un recurso hídrico de suma impor-
tad cerca de la Hacienda Tolen, a 37 kilóme- tancia para la subsistencia y el desarrollo de
tros del Puerto de Pacasmayo. Corre de este las comunidades a lo largo de la historia.
a oeste y desemboca 8 kilometres al norte del Sumado a ello, el clima jugo un rol trans-
mencionado puerto. Su área de drenaje es de cendental siendo un factor ecológico que
unos 4,500 kilómetros cuadrados y su régi- ejerce influencia en cualquier territorio para
men oscila entre 970 litros por segundo en el desarrollo de la flora y fauna; son las con-
máximo estiaje y 342,500 litros por segundo diciones óptimas del clima la que permitió
en el periodo de avenidas ordinarias. un desarrollo eficiente de la agricultura para
las culturas desarrolladas en dicho territorio,
2.2. El territorio de Lambayeque como es el caso de los Chimú quienes al te-
ner conocimiento de ello, ejercen su control
La disposición del territorio Lambayeque partiendo de la toma o el manejo del Taymi,
guarda gran relación con el medio que lo una fuente fundamental para el desarrollo de
rodea, donde el ser humano a lo largo de la los Lambayeque.
historia ha realizado una serie de actividades,
permitiéndole transformar el medio, para así Por lo tanto, es la ubicación estratégica con
aprovechar su entorno, generando tecnología relación a los recursos hídricos y la reutiliza-
y las condiciones adecuadas para la subsis- ción de las arquitecturas pre existentes de los
tencia. La costa peruana, se caracteriza por Lambayeque, como sucede en Túcume para
la presencia de dos corrientes marinas como el sitio de Huaca Larga y Huaca 1, donde le
son: la corriente marina de Humboldt que permiten generar un control y desarrollo de
contiene aguas frías y la corriente marina El la región, por ello la importancia del territo-
Niño comprendida por aguas cálidas; a ello, rio, el paisaje y las hidrografías que juegan
se le suma la cordillera de los andes, la cual un rol fundamental para el desarrollo de las
formaría una barrera física sirviendo como diferentes comunidades, a lo cual, los Chimú
marcador de separación entre las cuencas no fueron ajenos.
hidrográficas del Pacifico y la del Atlántico.

124
Figura 1: Perfil hidrográfico de la región Lambayeque.

III. Expansión Chimú en nes y con los últimos estudios realizados por
Lambayeque Mackey (2013) indicó que estas fases fueron
Según las crónicas de Calancha (1638) y más tempranas de lo que se pensaba, ya que
Cabello de Balboa (1951), estos hacen refe- ensayos de radiocarbono realizados en el va-
rencia a dos momentos o fases de expansión lle de Jequetepeque señalan sobre la primera
Chimú, teniendo como punto de partida su expansión, la cual se dio al norte en los años
capital (es decir desde Chan Chan, en el va- 1200 d.C aproximadamente. Sin embargo,
lle de Moche); a la luz de las investigacio- para la segunda expansión aún no ha queda-

125
do claro cuando se dio la misma, puesto que valles como Talambo en el Valle de Jeque-
los datos etnohistóricos no indican si este se tepeque y Quebrada Katuay en el Valle de
dio al norte o al sur al mismo tiempo. Shi- Moche.
mada (1982) hace mención a la ocupación
Chimú en el área de Lambayeque alrededor En el caso de Túcume como “centro de se-
de los 1400 d.C.; para el caso de Casma, esta gundo nivel”, Narváez en el año 1995 re-
pertenecería a la segunda expansión, debido gistró una pintura mural en Huaca Larga, la
a los datos cerámicos que corresponderían a misma que se distingue por “… el uso de tres
las fases tardías para el valle de Moche. colores: rojo, blanco y negro, con bandas ho-
rizontales y aves en picada dentro de un dise-
Mackey (2013) como resultado de sus inves- ño de escaques, correspondientes a la presen-
tigaciones refiere de las grandes incorpora- cia Chimú...” (Narváez, citado por Narváez
ciones de entidades multivalle con relación & Delgado, 2011, p. 57). De lo antes dicho se
a la segunda fase de expansión. Lo cual, se rescata la ocupación Chimú en Huaca Larga,
ha podido realizar por medio de similitudes el cual como señalan los autores, podría ser
etnohistóricas, arqueológicas y arquitectóni- el edificio más extenso en América y que ten-
cas. Una de las primeras entidades multivalle dría ocupación Chimú. Así mismo, una de las
en ser incorporadas es Sicán (Shimada), cuya características más resaltantes de este sitio es
evidencia se materializa en los cinco siste- su arquitectura, ya que es una:
mas de canales que se conectaron al valle de
Motúpe hasta Jequetepeque haciendo una … extensa plataforma con una serie de
solo economía (Kosok, 1965). Esta caracte- grandes patios y plazas intercomunicadas
rística es propia de estos valles por sus esti- con corredores y rampas. Estos presentan
los cerámicos, así como algunas similitudes banquetas y hornacinas en los muros la-
en la arquitectura; al mismo tiempo, los Chi- terales protegidos por galerías techadas.
mú desarrollaron centros administrativos en Los muros lucían pintura mural en colores
el valle de Jequetepeque, así como en el valle rojo, blanco y negó durante la época Chi-
de Zaña para su primera fase de expansión, y mú. Destacan algunas plataformas meno-
como remarca Mackey (2013), son estos es- res y recintos con restos de las columnas
tablecimientos los puestos de avanzada para que formaron la estructura de los techos.
las entidades Lambayeque o Sicán. Sin em- Su acceso principal se encuentra al norte
bargo, seria hasta la segunda expansión que y se comunica con caminos amurallados
el territorio al norte de la Leche estuvo bajo que proceden del valle hacia el este. (Nar-
la influencia Chimú. váez & Delgado, 2011, p. 58)
3.1. Perspectiva Política De la cita antes mencionada es evidente los
Moore & Mackey (2008), hacen alusión a las rasgos propios de la arquitectura Chimú
múltiples formas de asentamiento que se van presente en este sitio, como es el caso de la
a encontrar a lo largo de los valles de la costa construcción de muros con un tipo de adobe
para la época Chimú. Para Mackey (1987), “…rectangulares y de sección cuadrada, por
estas formas de asentamiento serían la ma- lo tanto, adoptan una sección vertical, los
terialización de una jerarquía de cuatro nive- enlucidos son de barro sobre el cual se apli-
les, donde Chan Chan es el centro primario, ca un patrón decorativo basado en bandas
Farfán y Túcume en el norte y Manchan al horizontales y ave en picada organizada en
sur son los segundos centros regionales; y un patrón de escaques…” (Narváez y Elías,
los centros terciarios y cuaternarios se sitúan 2011, p.59). Ello reafirmaría la propuesta de
en un nivel inferior, ubicándose en diferentes Mackey (1987) como un escenario donde

126
se asentó el poder político durante la ocu- de control y cuyo sustento seria la diferencia
pación Chimú y en el cual se expandieron o entre el área que posee una conquista total
modificaron los montículos preexistentes de y el área que presenta posible interacción u
Lambayeque, es así que Huaca Larga seria la ocupación Chimú, como sucede en el norte
imitación de Chan Chan. desde la Leche hasta la frontera ecuatoriana
donde no hay evidencia de centros adminis-
trativos y por ende no hay presencia política.
Por lo tanto, grandes áreas que fueron consi-
deradas parte de la totalidad del Imperio Chi-
mú nunca estuvieron bajo el directo control
administrativo. Esto puede deberse al hecho
que esas áreas fueron conquistadas en la se-
gunda fase de expansión y consecuentemen-
te nunca fueron incorporadas del todo en el
imperio hasta antes de la conquista Inca en
el siglo XV. Una explicación alternativa es
que la política de administración provincial
Chimú cambió de un nivel intensivo de con-
trol a uno extensivo durante la segunda fase
de expansión. Sin embargo, es necesario más
información sobre el tipo de control que ejer-
cieron los Chimú en estas áreas que no tu-
vieron un sistema administrativo visible. Por
cuanto, la perspectiva política de la sociedad
Chimú para el proceso de expansión donde
se materializa una jerarquía de cuatro niveles
Figura 2: Áreas con ocupación Chimú. propuesta por Mackey (1987), la misma que
es aceptable debido a la evidencia encontra-
da en sitios de importancia como Túcume y
Existieron otros sitios que, si bien no poseen cuya ocupación van hasta época Inca.
el nivel político de segundo orden, en ellos se
puede evidenciar la presencia Chimú como 3.2 Control Económico
es el caso de Apurlec, en el cual Trimborn Los estudios realizados por Kolata (1990) y
realizó fechados y ello “… ha permitido es- Topic (1982) desarrollan perspectivas donde
bozar que Apurlec, es un gran sentamiento los centros Chimú se distinguen por su arqui-
arqueológico, con una presencia Moche y tectura homogénea, así como la presencia de
Lambayeque y probablemente Chimú” (Fer- audiencias, la forma en U de su arquitectura
nández, 2007, p. 76). Chotuna sería otro sitio vinculada a la elite Chimú, la cual se eviden-
con presencia Chimú, donde Wester (2016) cia en sitios como Chan Chan. En el territo-
al realizar excavaciones en el montículo sur rio de Lambayeque, como consecuencia de
de Chornancap, encontró ofrendas como la llegada de los Chimú donde hasta su lle-
parte de un ritual con un fin conmemorativo; gada se veía marcado por la cultura material
esas vasijas u ofrendas son de afiliación Chi- local a lo largo del territorio del mismo nom-
mú y Chimú-Inca. bre, se muestra afectada como parte de la
presencia de los Chimú y control económico
Para Mackey (2013), la jerarquía de niveles que ejercen en el territorio de Lambayeque,
no sería otra cosa que las diferentes formas se observa:

127
… una cadena de cuatro centros fortifica- sistema local y una red injertada en él de
dos ubicados encima de cerros en puntos centros novedosos ubicados a lo largo de
rígidamente equidistantes a lo largo del las márgenes de los valles. La jerarquía
Taymi… Dos de los centros chimúes, La local en gran parte es idéntica a la de los
Puntilla y Pátapo, se encuentran en terri- montículos… (Tschauner, 2014, p. 348).
torio de Cinto, Mesones Muro en el lími-
te entre Cinto y Túcume; y Salinas en el De acuerdo con las fuentes etnohistóricas,
profundo del territorio de Túcume, apenas Túcume fue el centro de la unidad política
al sur de su frontera etnohistóricamente del norte, mientras Cinto, la unidad política
reconstruida hacia el señor de Jayanca. del sur siendo controlada desde Pátapo. Al
(Tschauner, 2014, p. 347). igual que en Túcume, Chimú parece haber
conquistado Pátapo, construyendo un asen-
Se observa que antes de la presencia de los tamiento amurallado sobre una colina que
Chimú en la región Lambayeque, existió un se eleva sobre los montículos Lambayeque
sistema jerárquico de asentamientos distri- y crea una arquitectura compleja donde su
buidos a lo largo del territorio y ello o se va función “…no solo fue defensiva, sino que
a ver afectado con la presencia de los Chi- también poseía un alto contenido simbólico
múes, ya que (Tschauner, 200, p. 332). El complejo Chi-
mú fue separado por paredes de 5,5 metros
… el grueso de la población continúo de alto, estas características conducen a Ts-
residiendo en montículos habitacionales chauner a proponer que “Chimú mantuvo a
dispersos. La jerarquía de asentamientos las elites locales, que probablemente conti-
del periodo chimú es un compuesto del nuaron ocupando los montículos ubicados en

Figura 3: Ejemplo de audiencias, vestíbulos de recepción y complejos residenciales


(Tomado de Tschauner 2014).

128
la base de la colina bajo un control estricto” sones Muro en importantes puntos de rami-
y que “todos los residentes del centro Chimú ficación y Salinas cerca de su destinación.”
eran administradores y personal de servicio (Tschauner, 2014, p.351). La cita antes men-
extranjeros” (Tschauner, 2001, p. 333). Páta- cionada, evidencia la importancia que tenía
po fue uno de los cuatro centros Chimú que el Taymi para los Chimú, aun cuando este no
contenían audiencias y Tschauner lo definió fue construido por ellos, siendo uno de los
como “el asentamiento jerárquico del pe- bienes más importantes de los Lambayeque,
riodo Chimú, compuesto por un sistema de no olvidemos que todo pueblo para lograr su
asentamiento local y un conjunto de nuevos desarrollo necesita de recursos indispensa-
centros en la margen del valle injertados so- bles para su subsistencia, entonces es el agua
bre la población local”. Los datos indican un elemento fundamental, por lo tanto la
que los Chimú no reestructuraron comple- importancia para los Lambayeque como un
tamente la economía ni el sistema político elemento de vida es registrado también por
local sino, que su estrategia fue compartir el Ramírez (2002) al citar a Rostorowski que
control. para el caso de Canta donde los señores afir-
maron que las tierras de la costa eran suyas
Sin embargo, un rasgo o característica des- por ser irrigadas con sus aguas, para lo cual
tacada que se observa es la distribución de sería recurrente en la costa norte. Por ende,
los centros chimúes a lo largo del territorio este elemento para los Chimú es necesario
de Lambayeque, en el cual se observa como para controlar al pueblo y nada mejor que
principal objetivo el Taymi. Como señaló ubicando sus centros administrativos a lo lar-
Tschauner en el año 2014, “…cada uno de go del canal Taymi, siendo esta una perspec-
los cuatro centros de la ribera norte está ubi- tiva económica de la expansión Chimú en el
cado junto a un punto de ramificación del territorio de Lambayeque una de gran poder
canal: La Puntilla en su toma, Pátapo, Me- vinculada a un elemento importante.

Figura 4: Distribución equidistante y área de visibilidad de los centro administrativos chimúes en el


valle Lambayeque (tomado de Tschauner 2014).

129
IV. Discusión motivos de expansión, lo que Conrad (1981)
El presente artículo se enfoca en la “expan- propuso como ejemplo la institución real de
sión” e “integración”, donde el primer tér- “herencia dividida” la cual alimentó la ex-
mino es empleado por investigadores como pansión territorial. En este escenario, cada
Rowe (1948), Topic (1990) y Mackey (2013), nuevo rey Chimú heredó sólo el gobierno,
la última emplea ambos términos en el marco pero no las tierras o los ingresos, obligando
de su modelo propuesto donde señaló: a los nuevos reyes o señores a obtener nue-
vas tierras. La evidencia directa de por qué
a) Consolidación del núcleo central: Valles se produjo la expansión a menudo es difícil
de Moche-Chicama-Virú entre el 900 y el de demostrar, pero los datos relacionados,
1200 DC. como la ubicación de los centros regionales o
la agrupación de centros imperiales de nivel
b) Expansión norte hasta el Valle de Jequete- inferior, pueden proporcionar información e
peque hacia el 1320 DC indicadores de la importancia de un área.

c) Expansión sur hasta el Valle de Casma ha- Sin embargo, como parte de la “expansión”
cia el 1350 DC y como resultado del mismo se produce la
“integración”, es allí donde nace la pregun-
d) Expansión norte desde el Valle de Jequete- ta ¿Cómo se produce la integración? y ello
peque hasta el Valle de La Leche entre 1360 respondería a un proceso de interacción de
y 1400 forma continua que les permite conocer el
territorio y que respondería a las decisiones
e) Influencia (comercio, intercambio entre políticas, económicas e ideológicas, como
elite, etc.) hasta Tumbes poco antes del 1450 ejemplo tenemos:
DC 6) Expansión sur incierta desde Casma
a Chillón a) El dominio de sitios como Túcume, donde
la modificación y ocupación de Huaca Lar-
Sin embargo, para hablar de “expansión” e ga es la materialización de una imposición
“integración” como tal, debemos remarcar de poder por parte de los Chimú, así mismo,
que previo a ello existió la “interacción”, se- permiten a los señores de Túcume continuar
gún Wester (2020, comunicación personal) residiendo en otras plataformas.
la cual se estaría dando entre los Chimú y
los Lambayeque, antes del proceso de expan- b) El control de recursos debido larga tradi-
sión por parte de los Chimú y cuyo argumen- ción histórica de los Lambayeque como in-
to seria la forma del “cómo lograr el control termediario con Ecuador en el comercio de
del territorio” ya que esta sociedad entendía Spondylus (Heyerdahl et. al., 1995, Shima-
hacia dónde ir, como es el caso de Túcume da, 1995).
y Pátapo, por cuanto conocían el territorio.
Es así que este proceso de “expansión” se da Otra interrogante es el ¿Cómo y por qué se
como respuesta a la necesidad de recursos percibe la integración? Ante dicha pregunta
debido al crecimiento de su población y cuya se ha planteado tres ejes principales, los cua-
acción es el reflejo de una decisión del más les son:
alto nivel político. Mackey (2013) habló de
dos aspectos interrelacionados para la “ex- a) La Leyenda, la cual jugo un papel impor-
pansión”, siendo el primero las estrategias tante tanto en la mitología como en la ideo-
empleadas para la conquista por medios mi- logía de los Chimú (Makey, 2001). Debido a
litares o diplomáticos; y la segunda sería los que el legendario fundador de la dinastía Chi-

130
mú, Takaynamo, llego por el norte al valle de Chimú donde se busca compartir el control
Moche en una balsa (Rowe, 1948), el mito de Túcume.
expresaría la condición de como el pueblo
Chimú nace al igual que los Lambayeque, al Todo lo antes mencionado se materializa en
poseer un mito de origen semejante, donde la evidencia encontrada, por cuanto a manera
para el mítico personaje seria Ñaylamp. de conclusión daremos nuestra perspectiva
de la expansión e incorporación.
b) El arte mural, ya que la pintura mural
encontrada en Huaca Larga, se caracteriza V. Conclusión
por el uso de tres colores, como son el rojo, De la información expuesta es la expansión
blanco y negro, con la presencia de bandas y la incorporación de nuevos territorios una
horizontales y aves presente en un diseño de de las interrogantes principales para los in-
escaques y cuyo derrotero seria los fechados vestigadores, sin embargo, su comprensión y
de radiocarbono que señalarían el año de las acciones de estas respondería a razones
1375. Siendo los motivos que se ven plas- políticas y económicas de un estado; todo
mados desde épocas tempranas para el caso ello, comprendería una serie de aspectos de
del territorio Lambayeque, según Narváez y interrelación que se darían de forma cons-
Delgado (1995). tante desde tiempos más tempranos y de
los cuales son conscientes los Chimú como
c) La arquitectura de Túcume, donde la ocu- Lambayeque.
pación por parte de los señores Chimú y
Lambayeque, parece ser una estrategia de Para el caso del territorio Lambayeque, la
ocupación implementada por la sociedad expansión se da como consecuencia de las

Figura 5: Pintura mural en escaques del edificio Chimú en Huaca Larga


(tomado de Narváez y delgado 2011).

131
necesidades y las decisiones del estado para tradición y fe en el Norte del Perú.
resolver las mismas. Acá juega un papel Lambayeque, Perú: USAT.
importante la “interacción” que permite el
Gallozo, G. & Chang, L. (2014). Rasgos
conocimiento del sitio para una expansión
morfológicos de la cerámica
efectiva donde debido a similitudes como la
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