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El Decreto No.

338 de 2019 de la República de Colombia es una medida importante para


fortalecer el control interno de las entidades estatales y garantizar la transparencia y rendición
de cuentas en el manejo de los recursos públicos. El gobierno colombiano implementó la
iniciativa como parte de un esfuerzo más amplio para mejorar la administración pública y
combatir la corrupción.

El Decreto establece el marco normativo para el control interno de las entidades estatales,
especificando las responsabilidades y funciones de los distintos actores que intervienen en el
proceso. Entre sus principales disposiciones, el decreto obliga a todas las entidades estatales a
establecer sistemas de control interno para garantizar la eficiencia, eficacia, transparencia y
legalidad en la gestión de los recursos públicos. El decreto 338 del 2019 es una regulación
emitida por el gobierno de la República de Colombia que tiene como objetivo establecer
lineamientos para el control interno en las entidades públicas del país. Este decreto es
importante porque busca promover la transparencia y la eficiencia en la gestión pública, al
tiempo que garantiza el cumplimiento de las leyes y normas vigentes.

El control interno es una herramienta esencial para garantizar la integridad y la


responsabilidad en el uso de los recursos públicos. Este proceso implica la supervisión y
evaluación constante de los procesos administrativos y financieros, con el fin de identificar y
corregir cualquier irregularidad o desviación en el cumplimiento de los objetivos
institucionales.

En primer lugar, el decreto establece la obligatoriedad de elaborar un plan anual de auditoría y


control interno. Si bien esto puede parecer una buena idea, en la práctica puede resultar en
una carga adicional para las entidades públicas, que ya están sobrecargadas de trabajo.
Además, la elaboración de un plan anual puede no ser suficiente para garantizar una
supervisión adecuada de los procesos administrativos y financieros en tiempo real.

En segundo lugar, el decreto exige la designación de un responsable de control interno en cada


entidad. Aunque esto puede ser mejorado para asegurar que alguien esté a cargo de garantizar
el cumplimiento de los lineamientos establecidos, también puede resultar en una carga
adicional de trabajo para los funcionarios públicos. Además, no está claro si los responsables
de control interno están suficientemente capacitados y equipados para llevar a cabo esta tarea
de manera efectiva.

En tercer lugar, aunque el decreto establece la necesidad de registros contables y financieros


precisos y llevados a cabo actualizados, no se seguirán pautas claras sobre cómo hacerlo. Esto
puede resultar en una interpretación inconsistente de las normas y en una falta de
uniformidad en la forma en que se llevan los registros. Además, no está claro cómo se
supervisará el cumplimiento de esta disposición.

En este sentido, el decreto 338 del 2019 establece una serie de requisitos y procedimientos
que las entidades públicas deben cumplir para garantizar un adecuado control interno. Por
ejemplo, se exige la elaboración de un plan anual de auditoría y control interno, así como la
designación de un responsable de control interno en cada entidad. Además, el decreto
también establece la obligatoriedad de registros contables y financieros precisos y
actualizados, así como la necesidad de contar con un sistema de información confiable y
seguro. Asimismo, se establece la necesidad de realizar evaluaciones periódicas del control
interno y de informar públicamente sobre los resultados obtenidos.
Esta es una medida importante para mejorar la transparencia y la eficiencia en la gestión
pública en Colombia. Sin embargo, su efectividad surgió en gran medida del compromiso y la
voluntad de las entidades públicas para implementar y cumplir con los lineamientos
establecidos. Es fundamental que las autoridades públicas y los ciudadanos en general
trabajen juntos para garantizar que se cumplan con el objetivo de este decreto, que es seguro
que los recursos públicos sean utilizados de manera responsable y eficiente.

Uno de los principales desafíos que enfrenta el decreto 338 es su implementación efectiva. Si
bien es cierto que el control interno es fundamental para garantizar la transparencia y la
eficiencia en la gestión pública, la realidad es que muchas entidades públicas carecen de los
recursos humanos, técnicos y financieros necesarios para cumplir con los requisitos
establecidos. En este sentido, el decreto podría convertirse en una carga más que en una
herramienta para mejorar la gestión pública.

Además, otro aspecto crítico del decreto 338 es la falta de sanciones claras en caso de
incumplimiento. Si bien se establecen algunos mecanismos de seguimiento y evaluación, no
hay disposiciones claras sobre las consecuencias legales para las entidades públicas que no
cumplen con los lineamientos establecidos. Esto podría incentivar a algunas entidades a
ignorar el decreto y continuar con prácticas poco transparentes y poco eficientes. Para
considerar es que el decreto no aborda la necesidad de fortalecer la cultura de control interno
en el sector público. Si bien se establecen procedimientos y requisitos específicos, no se
aborda la importancia de crear una cultura de transparencia y responsabilidad en el uso de los
recursos públicos. Es necesario que la sociedad en su conjunto tenga una mayor conciencia de
la importancia de la gestión transparente y eficiente de los recursos públicos, lo que podría
contribuir a que las entidades públicas se comprometan más con el control interno.

Aunque el decreto establece la necesidad de realizar evaluaciones periódicas del control


interno y de informar públicamente sobre los resultados obtenidos, no se precisan medidas
concretas para garantizar que se lleven a cabo estas evaluaciones de manera efectiva. Esto
puede resultar en una falta de responsabilidad y en una falta de acción para corregir cualquier
problema identificado.

En conclusión, el decreto 338 del 2019 es una medida importante para mejorar el control
interno en las entidades públicas de Colombia. Sin embargo, es necesario tener en cuenta los
desafíos que enfrenta su implementación efectiva y la necesidad de fortalecer la cultura de
control interno en el sector público. Es fundamental que el gobierno y la sociedad trabajen
juntos para garantizar que se cumpla con el objetivo de este decreto, que es asegurar que los
recursos públicos sean utilizados de manera responsable y eficiente.

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