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CLASE 2: SUBJETIVIDAD-INTERSUBJETIVIDAD

En este Modulo trabajaremos el concepto de subjetividad, a continuación les


propongo leer un breve resumen del texto: “La transmisión transgeneracional
en la familia: su valor y su función en la construcción de la subjetividad” de las
autoras De Lucca y Petriz.

Ideas principales del texto:


¿Cómo construyen los adolescentes actuales sus proyectos
identificatorios?
Lo que hace de la familia una organización o institución atravesada por el
devenir histórico, es que cada época construye y propicia determinados valores
y modos de funcionamiento por sobre otros, acorde con lo que espera de los
sujetos que la componen.
El imaginario social o colectivo que constituye la modernidad está
asentado en la idea de progreso, de camino evolutivo de direccionalidad única
y necesaria. Afirmado en la certeza racional de que todo podría llegar a ser
explicado a partir del conocimiento científico, propició discurso totalizantes, de
búsqueda de una verdad absoluta y la posibilidad de su demostración.
En este paradigma surge el modelo de familia tradicional, como una
entidad “naturalizada” de soporte biológico y despegada del contexto histórico
en que surgió y que se pensó inmutable.
A partir de la Revolución Industrial se fueron produciendo dos fisuras
conflictivas en el funcionamiento familiar:
1. Decrece la importancia de la unidad productiva familiar que unía
bajo un mismo techo y en torno a la producción del grupo familiar. La madre ya
no es solo reproductiva sino que interviene en la producción.
2. En la educación de los hijos la escolarización y el impacto
informativo de los medios de comunicación masivos se han erigido frente a la
familia como competidores poderosos.
Tiende a desaparecer la gran familia bajo un mismo techo reduciéndose a
la familia nuclear, transformándose los vínculos extra-afectivos que otrora
unían a sus miembros por el trabajo: la unión queda supeditada a la presencia
del amor, del afecto, y esto hace más frágiles sus relaciones y su estabilidad.
La generación de los abuelos queda tempranamente fuera del aparato
productivo. Las migraciones internas de la familia nuclear en busca de centros
de trabajo suelen dejarlos aislados en sus lugares de origen.
Respecto al concepto de familia, se ha permitido la revalorización de
diferentes modelos, pero a su vez, plantea en el hombre actual la
incertidumbre, que puede derivar en el sentimiento de vacío como en la
creatividad.
Tres funciones básicas se articulan en la familia, construyendo la
subjetividad de sus miembros:
1. La función de sostén: apuntalamiento que permite que las
necesidades del infante, por lo que la madre le ofrece primero y por lo que el
padre le ofrece después, pueden ir transformándose en su propia demanda y
en deseo singular.
2. Función simbólica de corte y diferenciación: será necesario que
un tercero (padre o sustituto) represente un espacio diferente para el bebe, que
abra una brecha en la unidad narcisista madre-bebe e inaugure su entrada en
la lógica de la presencia y la ausencia, que le permitirá acceder a lo simbólico,
a la cultura, a los objetos a construir. Una forma de categorizar estas dos
funciones es denominarlas materna y paterna, más allá de quienes la ejerzan.
Madre y padre, serán a su vez para el niño los portavoces y mediadores
del macrocontexto.
3. La transmisión: cada sujeto metabolizará esta transmisión,
creando representaciones objetivas sobre lo recibido, en el marco de los
vínculos intersubjetivos entre él y sus objetos primordiales. Pero muy
tempranamente ira captando en forma directa el “fondo de la melodía”,
construyendo las representaciones transubjetivas (“más allá de…”), que le
permitirán saberse incluido en un conjunto más amplio que la familia: el
conjunto social.
La transmisión tiene dos ejes:
a. Uno sincrónico: incluye las significaciones del conjunto social.
b. Uno diacrónico: donde están implicadas las generaciones
anteriores y que constituye la transmisión transgeneracional. Lo que da a la
familia y a sus miembros el sentido de que ni es autoengendrada. Aquí se
inscribe la abuelidad. El nacimiento del hijo en la familia crea la función madre y
padre, del mismo modo crea la función del abuelo. Este acto implica una
donación por parte del abuelo: le da su lugar de padre o madre.
Si cumplen su función, se ubicaran como otros terceros de la relación del
niño con sus padres, facilitando su apertura a otros vínculos. Si esta función es
fallida, su lugar puede indiscriminarse del lugar de madre o padre, borrándose
las diferentes generaciones, propiciando que la oferta identificatoria para ese
niño sea confusa al ofrecer modelos que pueden ser contradictorios y a veces
paradojales.

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