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Beethoven - Sinfonía Nro.3 Op.55 - Análisis.
Beethoven - Sinfonía Nro.3 Op.55 - Análisis.
L. V. Beethoven
Probablemente sea esta sinfonía la más larga escrita hasta ese entonces.
Asimismo, las dimensiones de sus movimientos y secciones (sobre todo el área
del desarrollo) son de un alcance tal que esta obra constituye un modelo que
inspiró a un sinnúmero de compositores románticos subsiguientes. Por citar sólo
algunos ejemplos, piénsese en este sentido en la Sinfonía N°9 de Schubert ("La
Grande"), o bien, en un posterior espacio cronológico, las sinfonías de Bruckner
o Mahler. Asimismo, esta obra exhibe un particular énfasis en un rasgo que, por
lo demás, constituye una característica de Beethoven, y es el impulso rítmico y
energía que emana de su tratamiento. A menudo tal proceder opera
asociadamente como un factor decisivo en la construcción y dilatación de
amplísimos arcos climáticos de enorme dramatismo, cuyo gesto expresivo
derivado de ello supone, como se apuntó, una representativa referencia estética
del Romanticismo.
EXPOSICIÓN
"b2" (comp. 109 a 131): compuesto sintácticamente por una frase de 8 compases
(4+4) seguida de un pasaje de 6 compases tremolado en las cuerdas con
implicancias secuenciales e inclusión de "sforzati" cada 2 pulsos (comp. 117 a
122) y 9 compases restantes en tutti en los que se retoma el característico perfil
acéfalo de silencio de negra - dos negras propio de "b1" (comp. 123 a 127)
seguido de de una nueva disposición en hemiola de secos acordes de sensible
secundaria del V grado (comp. 128 a 131), generando un verdadero disloque
métrico. Los primeros 8 compases de este "b2" retoman la idea del despliegue
de arpegio propia del Tema A como elemento melódico constitutivo (en este
caso, los arpegios desplegados son de Tónica y Dominante de Si bemol). Así
mismo, entre los compases 113 y 116 se retoma el perfil rítmico del “p1” del
puente (ver flauta, oboe y primer fagot).
El subsiguiente pasaje dado entre los compases 148 y 165 supone, por un lado,
una Coda general de la Exposición a partir de la evocación al tema A (comp.
148/149), y por el otro una transición al Desarrollo propiamente dicho (comp. 150
en adelante). El carácter transitivo de este segmento está potenciado en virtud
de su perfil modulante. La armonía direcciona el centro de Si bemol M. a la región
tonal de Do M. a partir del arribo a su V grado (ver pedal de "Sol" a partir del
comp. 160). Por lo demás, la figuración rítmico-motora de corcheas se reactiva
a partir del compás 166 (2° viol. y violas). Esto se da a la par del perfilamiento
de una línea melódica concreta (proveniente de un material ya conocido de la
Exposición). Estos dos últimos factores recién señalados nos autorizan a
considerar al compás 166 como el inicio del relato de la sección de Desarrollo.
DESARROLLO
* 1° Parte.
* 2° Parte.
Desde el punto de vista temático, a partir del comp. 236 y hasta el compás 243
se establece una escritura netamente contrapuntística que toma como "Sujeto"
al elemento "p1", ya largamente explotado a esta altura. Tal "sujeto" corre
primeramente a cargo de las violas entre los compases 236/237. Como
"Contrasujeto" los VC. ejecutan un diseño cuya cabeza está extraída de la célula
corchea - dos semicorcheas de "p3", seguida de un descenso de corcheas,
materia rítmica esta última derivada del ascenso en corcheas picadas planteado
recientemente en numerosas oportunidades (comp. 222, 223, 224, 226, 227,
228, 229, etc.). Las funciones de "Sujeto" y "Contrasujeto" son repartidas en
distintas filas de las cuerdas. Hacia el compás 244 el discurso se torna
progresivamente homofónico a lo largo de los compases subsiguientes,
haciendo foco exclusivamente en el elemento característico de "p1", lo cual, dado
su perfil acéfalo, le sirve al autor como llave para explotar profusamente las
acentuaciones en partes débiles del compás y establecer un prolongado conflicto
métrico merced al empleo de hemiolas. El extensísimo trastocamiento acentual
de los compases va aunado al ya descrito plan tonal, que progresivamente
introduce acordes cada vez más tensionales hasta el aludido choque de 2°
menor ya citado. Esta última instancia (compás 276 a 279) supone, junto con el
abismal silencio general de negra del comp. 280, el clímax general del Desarrollo
y del Movimiento todo. A su vez, a la par de todo este proceso, la orquesta
incorporó progresivamente instrumental de su orgánico hasta alcanzar el tutti.
Todas variables, pues, apuntan unívocamente en la conformación del área
culminante en cuestión.
3° Parte.
El conflicto dado por el descrito álgido punto tensional es aquí desviado por la
inclusión de este nuevo material. El mismo, como se apuntó, se da en la remota
tonalidad de mi menor (que, por otro lado, supone otra vez una 3°M. descendente
en el escalonamiento dado por la primera tonalidad de cada una de estas 3
primeras secciones del Desarrollo: Do M como inicio de la 1°; La bemol M como
inicio de la 2° y mi m como inicio de esta 3°).
Si bien este elemento opera como una novedad y reviste con pleno derecho la
entidad de tal, sus elementos constitutivos derivan de materiales preexistentes.
Ya se señaló que su pie rítmico acéfalo viene preanunciado por efecto del
empleo previo de "p1" (el "b1" de la exposición puede, incluso, señalarse como
otro antecedente acéfalo). Por otro lado, el nuevo tema (a cargo del 1° oboe)
tiene como contrapunto a la linea de los VC, cuyas notas primeras
estructurales delimitan al acorde de Tónica en el siguiente orden: mi - sol - mi -
si - mi; es decir, que deriva directamente del Tema A. El tema del oboe puede
vérselo como el resultado de un movimiento contrario al contrapunto de los VC.
Asimismo, y por último, incluso parte del acompañamiento está extraído de
material ya escuchado; las sincopaciones de los 1° violines derivan del compás
7 de la Exposición y su diseño fue repuesto en la 1° parte de este Desarrollo. En
conclusión, incluso en ocasiones en las que el relato aparenta una dispersión del
material temático, el concepto unitario subsiste como garante de cohesión.
Las áreas tonales por las que este nuevo tema transita son, en principio, mi m. y
la m. (comp. 292). Hacia el compás 300 se genera un súbito vuelco a Do M, en
donde se plantea una brusca yuxtaposición temática y de carácter al confrontar
el melancólico nuevo tema del oboe con el afirmativo y pujante Tema A. Entre
los comp. 304 y 305 se extiende el arpegio ascendente que constituye el 2°
motivo del Tema. Tal extensión de las negras en ascenso es contrapuesta con
un descenso en corcheas a través del V7. Inmediatamente luego se repite lo
mismo, pero en modo menor. Posteriormente entre los compases 312 y 315 una
secuencia ascendente de grado conjunto en base al material del compás 3 del
Tema (con una desembocadura melódica alterada) conduce la Armonía al
ámbito de Mi bemol M., para practicar aquí (comp. 316 a 321) el mismo esquema
que el dado anteriormente entre los comp. 304 y 309). Establecido ya en mi
bemol menor, se reposiciona el "tema nuevo" (comp. 321), alterando su final y
fundiéndolo con un breve pasaje transitivo (comp. 330 a 337) que desemboca en
la 4° y última parte del Desarrollo.
4° Parte.
La aparición del nuevo tema que abre la III parte del Desarrollo se da en un punto
equidistante del comienzo y final del mismo (a 118 comp. del inicio y a 114 del
final del mismo).
REEXPOSICIÓN
De aquí en más, como ya se apuntó, el relato del puente y del Grupo Temático
B no sufre importantes modificaciones, más allá, naturalmente, de su
presentación en la Tónica principal, a diferencia de la Exposición (donde figuraba
en la Dominante).
En este punto del análisis resulta pertinente reflexionar sobre el rol que el tema
incluído en medio del Desarrollo puede tener en un contexto Reexpositivo. Cabe
la pregunta de qué hacer con dicho elemento. ¿Dejarlo recluído dentro
del ámbito de la Elaboración? ¿Integrarlo a la Reexposición como parte de la
sucesión temática de los Grupos A y B? La solución que Beethoven le da a este
planteo consiste en integrarlo dentro del Desarrollo codal.
El tramo comprendido entre los compases 557 y 564 puede ser entendido como
una breve transición al Desarrollo codal a partir de la yuxtaposición de 3 acordes
perfectos mayores descendentes: Mi bemol M (tonalidad con la que termina la
Reexposición), Re bemol M. y Do M. A partir del compás 565 los 2° violines
perfilan en pianissimo una linea melódica consistente en el Tema A sobre la cual
los 1° violines reponen el diseño característico del "p3". A partir del compás 573
Do M. funcionará como V en 2 de fa m. (por efecto del si bemol de VC. y CB.),
tonalidad a la que se desemboca en el compás 581. En este punto se reimplanta
el nuevo tema del Desarrollo, respetando su inherente carácter, plantel orquestal
y modalidad menor). Su frase se replicará a continuación (comp. 589), y con una
orquestación más nutrida, en mi bemol menor, es decir, la tonalidad principal de
la obra en su modalidad menor, acorde a las exigencias propias del tema; no
funcionaría reponer este elemento en Mi bemol M. solo para cumplir con un
escolástico esquema sonatístico. Tales concesiones son, de hecho,
muy normales en la Forma Sonata. No todos los temas soportan un cambio de
modo sin desvirtuar irremediablemente su carácter. {Otro ejemplo: En la
Exposición del I movimiento de la sinf. N° 5 en do menor de Beethoven el 2°
tema está, como es de esperar, en el relativo Mayor (Mi bemol M.) y en la
Reexposición figura en Do M. (no en do m.), ya que, como en nuestro caso, la
naturaleza y carácter propio de ese tema no permite modificación en su
modalidad}.
a partir del comp. 595 una disposición alternante entre los 1° y 2° violines en
base al elemento de "p1" constituye un puente melódico de segundas
descendentes conducente a lo que en la última parte del Desarrollo fuera la
Retransición (comp. 603). Si bien no supondrá esto un exacto calco de aquello,
son reconocibles los elementos principales, que son: su Función armónica de
Dominante como factor de enmarque, el diseño melódico en negras
zigzagueantes de los VC. y CB. y la presencia de un crescendo, que, en lugar
de culminar en un forte, se repliega aquí en un piano súbito a último momento.
Este V prolongado deriva en el I grado del compás 631, punto en el cual podemos
considerar el inicio de la Coda.
La Coda está construída en base a la sucesiva presentación del Tema principal
en una alternancia armónica entre la Tónica y la Dominante a través de un
crescendo que progresivamente incorpora masa orquestal hasta alcanzar el tutti
y el forte en el compás 655. Como elementos acompañantes de la textura
podemos identificar, una vez más, al "p3" y al diseño sincopado en negras sobre
la nota común a ambos acordes (el si bemol).
El breve pasaje dado entre los compases 665 y 672 exhiben una disminución
rítmica en corcheas del elemento arpegiado propio de A (en violas, VC. y CB.),
así como también una nueva presentación de sucesivos énfasis acentuales
sobre los 2° pulsos de los compases (en vientos). Hacia el compás 673 se da
una fugaz evocación del elemento "p2", que desde la Exposición nunca más
volvió a aparecer. En ese punto se puede considerar el inicio de la Codetta del
Movimiento. Seguido a eso observamos un último y liquidativo empleo de sforzati
en partes débiles de los compases a partir del ritmo de blancas, seguido de una
compresión de los valores a negras sobre la base de la Dominante, que,
finalmente, descarga su impulso en dos acordes tónicos que ponen fin al
Movimiento.