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ESTUDIO BIBLICO TIQUICO 2023

Domingo 22 de octubre de 2023

“Elegidos Para Cumplir Una Alta Responsabilidad En Las Cosas Santísimas”

Lección: Número Cap. 3, versículos 27 al 32. De Coat eran la familia de los amramitas, la familia de los izharitas, la
familia de los hebronitas y la familia de los uzielitas; estas son las familias coatitas. El número de todos los varones de un
mes arriba era ocho mil seiscientos, que tenían la guarda del santuario. Las familias de los hijos de Coat acamparán al lado
del tabernáculo, al sur; y el jefe del linaje de las familias de Coat, Elizafán hijo de Uziel. A cargo de ellos estarán el arca, la
mesa, el candelero, los altares, los utensilios del santuario con que ministran, y el velo con todo su servicio. Y el principal
de los jefes de los levitas será Eleazar hijo del sacerdote Aarón, jefe de los que tienen la guarda del santuario.

Ref. Bíblica: «Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Habéis visto al que ha elegido Jehová, que no hay semejante a él en
todo el pueblo? Entonces el pueblo clamó con alegría, diciendo: ¡Viva el rey!» (1ª de Samuel 10:24).
«Pero no romperé todo el reino, sino que daré una tribu a tu hijo, por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, la
cual yo he elegido.» (1ª de Reyes 11:13).
«Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del
reino que ha prometido a los que le aman?» (Santiago 2.5).
«Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor.» (Colosenses 4:17).

Comentario general del contexto bíblico: La asignación de los Levitas (3:14-39)


Aarón, Moisés y sus hijos acampaban al Este del Tabernáculo y tenían a su cargo la supervisión total del trabajo de los
Levitas, además de sus funciones sacerdotales. Note la eficiente división del trabajo, asignación de responsabilidades y
delegación de autoridad que Dios hizo. El mismo principio se observa en el Nuevo Testamento al especificar el trabajo de
los ministros escogidos (pastores, ancianos y diáconos).
En 3:39 se especifica que el número total de Levitas varones mayores de un mes de edad ascendía a 22.000. Sin embargo,
sumando lo que se menciona en 3:22,28 y 34, se obtiene 22.300, como se observa en la tabla de la figura 8. Esto no es
aproximación pues se menciona claramente el número de los primogénitos de Israel en 3:46 y su diferencia con los Levitas.
Aunque algunos autores explican esta discrepancia suponiendo una corrupción en las copias del texto original,
probablemente la mejor solución sigue siendo aquella propuesta por los antiguos rabinos de que los 300 Levitas descontados
correspondan a los primogénitos de esa tribu, los cuales no podían servir para redimir a otros primogénitos de Israel. No
obstante, es solo una propuesta, y lo cierto es que, desde el punto de vista del libro, había una diferencia de 273 personas
entre los levitas y los primogénitos de Israel y conforme a esa diferencia se calculó el pago necesario para el rescate de
1.350 siclos del santuario, a 5 siclos por persona.
Un ministerio coordinado (3:17–4:49)
Las familias de los tres hijos de Leví (Gersón, Coat y Merari) formaron tres clanes y a cada uno se le asignó diferentes
responsabilidades. Cuando se erigió el tabernáculo en el centro del campamento israelita, los gersonitas recibieron la
responsabilidad de los utensilios del centro de adoración, el tabernáculo y la tienda, su cubierta, el velo de la entrada de la
tienda de reunión, las cortinas del atrio, el velo para la entrada del atrio que está alrededor del tabernáculo y del altar, y
sus cuerdas, conforme a todo su servicio.
Los coatitas debían cuidar los utensilios, el arca, la mesa, el candelabro, los altares, los utensilios del santuario con que
ministran, el velo y todo su servicio (3:27–32).
Los meraditas debían encargarse del maderaje del tabernáculo, sus barras, sus columnas, sus basás, todos sus enseres
y el servicio relacionado con ellos, las columnas alrededor del atrio con sus basás, sus estacas y sus cuerdas (3:33–37).
Cada uno de los tres clanes tenía responsabilidades específicas y se organizó el transporte de estos elementos
considerables de manera concreta a medida que el campamento se movía de un lugar a otro (4:1–33). Los sacerdotes
debían preparar los diferentes componentes para el transporte y, cuando el campamento estuviera para trasladarse, los
coatitas debían transportarlos. Pero que no toquen los objetos sagrados pues morirían (4:15). Los sacerdotes debían asignar
a cada uno de ellos su trabajo y su carga (4:19). Los tres clanes tenían que trabajar bajo las órdenes (4:33) de los sacerdotes
Eleazar (4:16) e Itamar (4:28, 33).
Se contaban a las tres tribus y se entregaban los mejores años de los hombres de treinta años en adelante hasta los
cincuenta, para servir en la tienda de reunión (4:43). El Señor se aseguraba de que cada uno recibiera su trabajo, según
su ministerio o según su cargo (4:49). No había lugar para planes ambiciosos, un espíritu competitivo ni rivalidad por sus
obligaciones. Todos debían trabajar con una relación armoniosa los unos con los otros y en sumisión diligente a sus
compañeros, los sacerdotes. Esto anticipaba las relaciones interdependientes y de apoyo mutuo que debían existir en la
iglesia cristiana primitiva. Por desgracia, esta idea noble y enriquecedora no fue siempre evidente en la historia posterior
ni de Israel ni de la iglesia.

Texto: «elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser
rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.». (1ª de Pedro Cap. 1, vers. 2).

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1er Titulo: Familia designada para velar por la heredad del señor. Vers. 27 y 28. De Coat eran la familia de los
amramitas, la familia de los izharitas, la familia de los hebronitas y la familia de los uzielitas; estas son las familias coatitas. El
número de todos los varones de un mes arriba era ocho mil seiscientos, que tenían la guarda del santuario. (Léase: 1ª de
Pedro 4:7. Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. ▬ 5:8. Sed sobrios, y velad;
porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.).

Ref. Bíblica: «Y de las asnas que se te perdieron hace ya tres días, pierde cuidado de ellas, porque se han hallado. Mas
¿para quién es todo lo que hay de codiciable en Israel, sino para ti y para toda la casa de tu padre? Saúl respondió y dijo:
¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las
familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?» (1ª de Samuel 9:20-21).
«Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda
ciudad y lugar adonde él había de ir. Y les decía: La mies a la verdad es mucha, más los obreros pocos; por tanto, rogad
al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.» (Lucas 1:1-2).
«Y enviamos juntamente con él al hermano cuya alabanza en el evangelio se oye por todas las iglesias; y no sólo esto, sino
que también fue designado por las iglesias como compañero de nuestra peregrinación para llevar este donativo, que es
administrado por nosotros para gloria del Señor mismo, y para demostrar vuestra buena voluntad» (2ª de Corintios 8:18-
19).

Comentario vers. 27-28: Los Coatitas, que estaban divididos en cuatro familias, y numerados 8600, debían acampar
en el lado sur del tabernáculo, y más especialmente para cuidar el santuario (Números 3:28), es decir, para cuidar de la el
arca del pacto, la mesa (de los panes de la proposición), el candelero, los altares (del incienso y del holocausto), con las
cosas sagradas requeridas para el servicio realizado en conexión con ellas, y la cortina (el velo delante del santísimo lugar
santo), y para llevar a cabo todo lo que había que hacer ("todo su servicio", véase en Números 3:26), es decir, llevar dichas
cosas sagradas después de que los sacerdotes las hubieran envuelto en cubiertas (véase Números 4:5.).

Comentario de 1ª de Pedro: Los traductores tienen que dividir el texto de esta epístola en múltiples párrafos. Estas
divisiones indican los cambios que el escritor hace en los temas que está considerando y ayudan al lector a entender el
texto. La conexión entre los párrafos no se establece siempre con un “y” o un “pero” (que en el versículo 7 muchos
traductores omiten), sino a veces con una oración que capta el pensamiento de la sección precedente. Este es el caso en
la primera parte del versículo 7, que sirve de puente entre el versículo 6 y la exhortación que sigue al versículo 7a.
[7]. Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que tengan la mente despejada y dominio propio para
estar en disposición de orar. Pedro alienta a los lectores a considerar la vida a la luz del fin que se acerca. Deben esperar
paciente y fervientemente el regreso de Cristo. Aunque nadie sabe cuándo llegará el fin, los cristianos deban vivir con una
ardiente anticipación de la consumación.
Muchos escritores del Nuevo Testamento se refieren al fin de los tiempos. Pablo, por ejemplo, les dice a los romanos que
estimen su tiempo en su propia relación con el fin, dado que, añade él: “Nuestra salvación está más cerca ahora que cuando
primeramente creímos” (Ro. 13:11). El escritor de Hebreos exhorta a los lectores de su epístola a juntarse para alentarse
mutuamente, tras lo cual dice: “Tanto más cuanto veis que aquel día se acerca” (Heb. 10:25). Santiago apunta al fin de los
tiempos y consuela a sus connacionales oprimidos con las siguientes palabras: “Tened también vosotros paciencia y afirmad
vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca.… el juez está delante de la puerta” (Stg. 5:8– 9). Y finalmente
Juan alerta a sus lectores al hecho de que “esta es la última hora” (1 Jn. 2:18). En la iglesia primitiva, como se ve, los
creyentes esperaban el regreso inminente de Jesús.
En su espera de que llegue el tiempo del fin, los cristianos deben demostrar una conducta ejemplar. Sus vidas deben
estar marcadas por los siguientes rasgos:
▬ a. Oración. Pedro escribe: “Así que tengan la mente despejada y dominio propio para estar en disposición de orar”.
Nótese que en 3:7 él exhorta a los esposos a ser considerados con sus esposas para que nada estorbe sus oraciones. La
oración, entonces, es un aspecto importante de la vida espiritual del cristiano, en especial en el contexto del regreso de
Cristo.
Mientras esperan el fin del mundo, los cristianos deben tener la mente despejada (1:3; 5:8; y véase 1 Ts. 5:6) y evitar
envolverse en un frenesí de preparaciones. La comunidad cristiana debe, en cambio, prestar atención a los signos de los
tiempos y aguardar expectante el fin que se acerca. “La actitud apropiada en esta situación es la de sobriedad y
moderación”. En otras palabras, los cristianos deben tener dominio propio en su esfuerzo por mantener la mente despejada.
Deben demostrar templanza en la comida y en la bebida, y exhibir los principios de una conducta moral (2 P. 1:6).
Las características de una mente despejada y dominio propio son esenciales para orar libremente. La oración requiere
esfuerzo; es entonces cuando el cristiano puede presentar sus alabanzas y peticiones fervientemente ante el trono de Dios
(Lc. 21:36; Heb. 4:16). La Escritura enseña que el no orar a Dios es pecado (1 Sa. 12:23). La oración es el requisito básico
para el cristiano que desea llevar una vida agradable a Dios y al hombre. Por medio de la oración el cristiano establece en
primer lugar un vínculo vertical con Dios antes de unirse en vínculo horizontal con su prójimo.

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Comentario de 1ª Pedro 5.8: Las exhortaciones del epílogo de esta epístola apenas parecen estar relacionadas. Pedro
salta de un tema al otro: la sumisión, la humildad, y la sobriedad. Parecería que le faltara tiempo para ampliar lo que quiere
decir. Escribe: 8. Practiquen el dominio propio y estén alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente,
buscando a quién devorar. Pedro exhorta al cristiano que pone su confianza en Dios a tener bajo rienda firme a sus
sentidos. En dos otros lugares de su epístola él insta a sus lectores al dominio propio (1:13; 4:7). Exhorta, además, a la
gente a estar alerta, es decir, a permanecer en un estado de vigilancia (1 Ts. 5:6). Esta advertencia es clara y vigorosa:
sed sobrios y permaneced alertas. ¡Estad en guardia!
La oración practique el dominio propio y estén alerta enfoca a dos características: el dominio propio en el hombre es su
capacidad de observar la realidad con una mente clara; permanecer alerta indica un estado de vigilancia y de preparación.
La primera característica describe a la persona que controla su propio talante, en tanto que la segunda revela su prontitud
para responder a las influencias externas. El cristiano siempre debe estar en guardia contra fuerzas tanto internas como
externas que intenten destruirlo. Estas fuerzas se originan en el principal adversario del hombre, Satanás.
Pedro llama a Satanás “su enemigo el diablo”. Habla a partir de su propia experiencia, ya que recuerda las palabras de
Jesús en la noche de su traición: “Simón, Simón, Satanás ha pedido zarandearte como a trigo. Pero yo he orado por ti, que
tu fe no falte”. (Lc. 22:31–32). Esa misma noche Pedro negó a su Señor por no haber velado ni orado (comparar con Mt.
26:41).
Satanás es el adversario que acusa al cristiano ante la presencia de Dios. El Antiguo Testamento aporta una vívida
ilustración de cómo Satanás acusa al sumo sacerdote Josué, cuyas vestiduras sucias Dios cambió por limpias (Zac. 3:1–5;
véase también Job 1:6; Ap. 12:10). Satanás es el príncipe de este mundo (Jn. 12:31; 14:30; 16:11); su residencia está en
esta tierra y él anda desosegadamente de un sitio a otro. Satanás no solamente controla todo el mundo (1 Jn. 5:19), sino
que es también un calumniador que transforma la verdad en mentira. El difama a Dios y al hombre, encona a una persona
contra otra, y socava la fe del creyente en Dios.
“El diablo ronda como león rugiente”. En toda la Escritura solamente Pedro describe a Satanás como un león rugiente al
acecho. Su comparación hace que uno recuerde las palabras del salmista: “Abrieron sobre mí su boca como león rapaz y
rugiente contra mi” (Sal. 22:13; también Sal. 104:21, Ez. 22:25).
“Buscando a quién devorar”. Si no fuera por la revelación de Dios, esta descripción de Satanás causaría terror en el
corazón del cristiano. El creyente no tendría protección contra este adversario aterrador. Si llegase a ser víctima de Satanás
sería destrozado sin misericordia.
Pero el cristiano tiene la protección de la armadura espiritual (Ef. 6:11–18). Cuando el cristiano está totalmente equipado,
el demonio es incapaz de penetrar su armadura. Por otra parte, Jesús enseñó a sus seguidores a orar: “Líbranos del mal”
(Mt. 6:13). Y Dios declara que la derrota de Satanás es por medio la sangre del Cordero (Ap. 12:11). Sin embargo, el
cristiano siempre debe estar totalmente alerta contra las acechanzas del diablo” (Ef. 6:11).
Aunque estén demonios mil prontos a devorarnos,
no temeremos, porque Dios sabrá aún prosperarnos.
Que muestre su vigor Satán, y su furor;
Dañarnos no podrá, pues condenado es ya
por la Palabra Santa.
—Martín Lutero

2° Titulo: Gran honra y delicado deber: llevar el arca y cuidar los utensilios de la casa de Dios. Vers. 29 al 31.
Las familias de los hijos de Coat acamparán al lado del tabernáculo, al sur; y el jefe del linaje de las familias de Coat,
Elizafán hijo de Uziel. A cargo de ellos estarán el arca, la mesa, el candelero, los altares, los utensilios del santuario con
que ministran, y el velo con todo su servicio. (Léase: Isaías 52:11. Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa
inmunda; salid de en medio de ella; purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová.).

Ref. Bíblica: «y Finees hijo de Eleazar, hijo de Aarón, ministraba delante de ella en aquellos días), y dijeron:
¿Volveremos aún a salir contra los hijos de Benjamín nuestros hermanos, para pelear, o desistiremos? Y Jehová dijo: Subid,
porque mañana yo os los entregaré.» (Jueces 20:28)
«Y se reunieron con el rey Salomón todos los varones de Israel en el mes de Etanim, que es el mes séptimo, en el día de
la fiesta solemne. Y vinieron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca. Y llevaron el arca de Jehová,
y el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo, los cuales llevaban los sacerdotes
y levitas.» (1ª de Reyes 8:2-4).
«Entonces dijo David: El arca de Dios no debe ser llevada sino por los levitas; porque a ellos ha elegido Jehová para
que lleven el arca de Jehová, y le sirvan perpetuamente. Y congregó David a todo Israel en Jerusalén, para que pasasen el
arca de Jehová a su lugar, el cual le había él preparado.» (1ª Crónicas 15.2-3).

Comentario: Los Coatitas, que estaban divididos en cuatro familias, y numerados 8600, debían acampar en el lado sur
del tabernáculo, y más especialmente para cuidar el santuario (Números 3:28), es decir, para cuidar de la el arca del pacto,
la mesa (de los panes de la proposición), el candelero, los altares (del incienso y del holocausto), con las cosas sagradas

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requeridas para el servicio realizado en conexión con ellas, y la cortina (el velo delante del santísimo lugar santo), y para
llevar a cabo todo lo que había que hacer ("todo su servicio", véase en Números 3:26), es decir, llevar dichas cosas sagradas
después de que los sacerdotes las hubieran envuelto en cubiertas (véase Números 4:5.).

Comentario de Isaías 52:11-12: Los vv. 11–12 anuncian una nueva inmigración desde Babilonia a Jerusalén, para lo
cual han de hacerse los debidos preparativos. Jehovah mismo irá delante y detrás de su pueblo, sirviéndole de protección
y guía en el camino a Sion. Esta es una limpieza y confesión personal, no la salida de alguna organización o grupo de
creyentes o incrédulos.
Convocación a un nuevo éxodo (52:11–12)
Aquí aparece el mandamiento de separación, santificación y acción deliberada, con la garantía de la protección divina.
Isaías está hablando nuevamente desde Jerusalén y convocando a los exiliados. Les advierte que no deben buscar los
despojos de su ámbito impío. Un profeta posterior oirá una voz diciendo: “Salid de ella, pueblo mío” (Ap. 18:4), y un apóstol
recordará este pasaje al propugnar la santificada separación que conviene a la santidad (2 Co. 6:17–7:1). “¡Salid de
Sodoma!” La ciudad de los impíos no es lugar para los piadosos. Mas su partida no será una huida ni una fuga nocturna ni
un escape clandestino. Su naturaleza será la de una marcha deliberada como en un éxodo anterior, bajo la protección
divina con la Presencia divina “delante y detrás”. Hay seguridad y garantía de llegar cuando Dios es nuestra Vanguardia y
nuestra Retaguardia.
No necesitáis apresuraros
huyendo como fugitivos,
porque el Eterno va delante de vosotros
y vuestra retaguardia es el Dios de Israel (Moffatt).

3er Titulo: Distinguida investidura en el siervo de Dios. Vers. 32. Y el principal de los jefes de los levitas será Eleazar
hijo del sacerdote Aarón, jefe de los que tienen la guarda del santuario. (Léase: Tito 1:5. Por esta causa te dejé en Creta,
para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé. ▬ Efesios 4:11 y 12.
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo).

Ref. Bíblicas: «Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día con gran gozo; y dieron por segunda vez la
investidura del reino a Salomón hijo de David, y ante Jehová le ungieron por príncipe, y a Sadoc por sacerdote.» (1ª
Crónicas 29.22).
«He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que
seáis investidos de poder desde lo alto.» (Lucas 24.29).
«Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos), y
todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia» (Gálatas 1.1-2).
«Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano,
para que él dé bendición hoy sobre vosotros.» (Éxodo 32:29).
Comentario bíblico: Verso 32: Como los sacerdotes también formaban parte de los coatitas, también se menciona a
su jefe, a saber, Eleazar, el hijo mayor del sumo sacerdote Aarón, quien estaba puesto sobre los jefes de las tres familias
levitas, y llamado ‫ּפקּדה‬, superintendente de los guardianes. del cargo del santuario”, es decir, autoridad, superior, de los
siervos del santuario.

Comentario de Tito: [5]. Para que pueda prosperar la vida congregacional en las diversas ciudades de Creta, es
necesario nombrar ancianos de muy buenos antecedentes: Por esta razón te dejé en Creta, para que pusieses orden
en las cosas que faltaba hacer, a saber, para que nombrases ancianos en cada ciudad, de la manera que te
mandé. Evidentemente, en algún viaje por mar, Pablo y Tito habían estado juntos en Creta. Habían proclamado el
evangelio, se habían reunido pequeños grupos de discípulos y habían buscado lugares de reunión, pero no se había
efectuado ninguna organización oficial, o si se había iniciado algo en ese sentido, estaba lejos de haberse formalizado.
Si es correcta la conjetura de que la estadía temporal en Creta ocurrió inmediatamente después de la liberación de Pablo
del primer encarcelamiento en Roma, se habían presentado los siguientes problemas en ese tiempo:
▬ a. Después de una larga ausencia de sus amigos, el apóstol estaba ansioso de ver los rostros conocidos de antes y volver
a visitar las iglesias previamente establecidas. Esto es comprensible, porque él era intensamente humano, una persona de
corazón ardiente. Además, amaba a su Señor y anhelaba promover la buena causa en toda forma posible. Además, había
hecho lo que podrían considerarse promesas de prontas visitas (Flm. 22; Fil. 1:25, 26). En consecuencia, una larga
permanencia en Creta para Pablo mismo estaba fuera de toda consideración.
▬ b. Sin embargo, la organización de las iglesias en Creta estaba lejos de ser un asunto terminado y el apresuramiento
indebido en la designación de hombres para los puestos directivos era contrario a los principios de Pablo (1 Ti. 3:6; 5:22).
La solución era: Pablo debía seguir el camino y Tito debía quedarse, ser dejado (cf. 2 Ti. 4:13, 20) en la isla para poner
en orden las cosas que faltaba hacer, a saber (κατά, usada aquí en ese sentido), establecer presbíteros. El apóstol, a quien

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le gusta enfatizar el hecho de que Dios no deja inconclusa su obra de gracia (Fil. 1:6; 1 Ts. 5:23), es un verdadero imitador
de Dios también en este respecto; porque Pablo también aborrece los asuntos inconclusos (véase 1 Ti. 1:3 y 1 Ts. 3:10
acerca de diferentes aplicaciones de este mismo principio). Y con respecto a Tito, uno casi podría afirmar que ninguna tarea
le era demasiado difícil como para dejar de intentarla y ningún desafío demasiado formidable como para no enfrentarlo, en
dependencia de la fortaleza y la sabiduría divina.
El texto implica que el apóstol había dado órdenes en cuanto a cómo (ὡς, = abreviatura (de) de la manera que) debían
ser nombrados los ancianos. Esto se refiere a los requerimientos para el cargo que se deben tener en cuenta al nombrar
hombres para el ancianado. Puesto que los versículos que siguen se refieren solamente a los ancianos (aunque es claro por
1 Ti. 3 que era la convicción de Pablo que, por lo menos en el curso del tiempo, una iglesia también necesita diáconos)
podemos suponer que el apóstol quiere decir que cuando la obra que se debe realizar resulte demasiado pesada para los
ancianos, debieran nombrarse en forma similar los diáconos necesarios (cf. Hch. 6:1–6).
En efecto, aquí se reafirman las instrucciones en cuanto a los requisitos para el cargo de presbítero o anciano. Habían
sido dados en forma oral mientras Pablo y Tito estaban juntos en Creta, y ahora los reitera por escrito: “Por esta razón
(anticipativo τούτου χάριν, seguido de ἵνα, como en Ef. 3:1, 14–16) te dejé en Creta, para que … nombrases ancianos en
cada ciudad” (“completamente”, de donde, “ciudad por ciudad”). En cuanto a la práctica, véase Hch. 14:23, y en cuanto al
uso de la preposición en este
Posibles razones para repetir por escrito una orden dada previamente en forma oral:
(a) Para el beneficio de Tito, a fin de ayudarle a recordar los detalles;
(b) Para confirmación de su autoridad en caso que alguien la objetara;
(c) Para la posteridad.
Aunque Pablo dice: “para que nombrases (tú)”, de ningún modo excluye la cooperación responsable de la congregación
afectada (véase Hch. 1:15–26; 6:1–6; nótese el mismo verbo en Hch. 6:3).

Comentario de Efesios: 11-12. Y fue él quien dio a algunos (ser) apóstoles; y a algunos, profetas; y a
algunos, evangelistas; y a algunos, pastores y maestros. El Cristo ascendido dio lo que había recibido: hombres que
habían de rendir servicio a la iglesia en forma especial. Antes de describir cada uno de los grupos mencionados en este
pasaje, corresponde hacer las siguientes observaciones generales:
-1. La intención de Pablo no es proporcionarnos una lista completa de oficiales según se ve al hacer una comparación con
1 Co. 12:28. En el último pasaje hay algo así como una enumeración similar pero no hay mención específica de evangelistas.
La combinación “pastores y maestros” también se omite, pero se añaden otros funcionarios no incluidos en Ef. 4:11. Aunque
no existe justificación bíblica alguna para la tendencia a eliminar la idea de “oficio” y “autoridad”, ya que estos conceptos
están claramente implicados en Mt. 16:18, 19; Jn. 20:23; Hch. 14:23; 20:28; 2 Co. 5:3, 4; 10:8; 1 Ti. 1:18; 3:1, 5; 4:14;
5:17; 2 Ti. 4:1, 2; Tit. 1:5–9; 3:10, no obstante, “el énfasis en este pasaje (Ef. 4:11) no se halla en los apóstoles, profetas,
etc., como oficiales, sino como dones de Cristo a su iglesia”.
-2. La razón por qué en 4:11ss el apóstol, cuyo corazón se conmueve por los perdidos (1 Co. 9:22) no enfatiza aquí el
crecimiento numérico de la iglesia sino más bien su crecimiento en amor y otras cualidades espirituales, puede haber sido
que lo último es requisito indispensable de lo primero.
-3. Para que la iglesia pueda ser fuerte debe tener no solamente buenos líderes (v. 11) sino además buenos y activos
seguidores (v. 12). La plena salvación no se puede obtener hasta que todos los hijos de Dios la obtengan juntos, hecho
que Pablo expresa hermosamente en 2 Ti. 4:8, y que aquí en Efesios lo pone en relieve por medio del uso constante de la
palabra todos (1:15; 3:18, 19; 6:18).
-4. Puesto que aquí en 4:11 todos aquellos que sirven a la iglesia en forma especial—no solamente “apóstoles, profetas, y
evangelistas”, mas también “pastores y maestros”—son designados como dones de Cristo para la iglesia, ellos deben ser
objetos del amor de toda la iglesia. Si, al estar ellos representando verdaderamente a Cristo, son rechazados, entonces el
rechazado es Cristo mismo.
-5. Y, por otro lado, hay aquí implicada una amonestación para los líderes mismos, a saber, que los dones no les fueron
dados a ellos para su bien personal sino en beneficio del cuerpo de Cristo, la iglesia.
A continuación, se da una breve descripción de los “dones” aquí enumerados:
▬ a. Apóstoles, en sentido estricto de la palabra, son los Doce y Pablo. Ellos son los testigos titulares de la resurrección de
Cristo, revestidos de autoridad eclesiástica universal y vitalicia sobre vida y doctrina, pero introducidos aquí, como ya se ha
indicado, con el fin de enfatizar el servicio que rinden. Una amplia presentación de las características del apostolado plenario.
▬ b. Profetas, nuevamente en el sentido estricto de la palabra (puesto que en el sentido amplio cada creyente es un
profeta), son los órganos ocasionales de la inspiración, por ejemplo, Agabo (Hch. 11:28; 21:10, 11). Juntamente con los
apóstoles se describen como “el fundamento de la iglesia”. Véase también sobre 2:20 y 3:5; y véase Hch. 13:1; 15:32; y
21:9.
▬ c. Evangelistas, tales como Felipe (así designado en Hch. 21:8; su actividad se describe en Hch. 8:26–40) y Timoteo (2
Ti. 4:5), son misioneros itinerantes, de rango menor que los apóstoles y profetas. A Felipe se le menciona primero como
uno de los siete hombres elegidos “para servir a las mesas” (Hch. 6:2). Timoteo era uno de los ayudantes y representantes
de Pablo. Para mayores detalles acerca de él y la naturaleza de su obra véase sobre 1 y 2 Timoteo y Tito. Sabemos que
Timoteo fue ordenado para su ministerio (1 Ti. 4:14), como también Felipe (Hch. 6:6). ¿Para qué clase de ministerio fueron

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ESTUDIO BIBLICO TIQUICO 2023

estos hombres ordenados? En el caso de Felipe es evidente que fue ordenado como “diácono” aunque el término diácono
no se usa en Hechos 6. ¿Hemos entonces de suponer que cuando fue usado por el Señor para la conversión del eunuco
etíope estaba obrando, por decirlo así, “por cuenta propia”, o sirviendo en un oficio diferente? Igualmente, ¿hemos de dar
por sentado que Timoteo sirvió en dos ministerios diferentes:
a. como vicario apostólico, y b. cómo evangelista?
¿No es acaso más armonizable con la información bíblica que deduzcamos de Hechos 6 que los únicos hombres aptos
para ser elegidos diáconos debían ser aquellos “llenos del Espíritu de sabiduría”, “llenos de fe”, y que, de consiguiente,
Felipe fue diácono evangelista? ¿Hacemos plena justicia al oficio de diácono si pasamos por alto este punto de vista? ¿Y
no está acaso la situación de Timoteo indicando también la flexibilidad de su oficio? Si Timoteo, como evangelista o
misionero itinerante, puede servir mejor a los intereses de la iglesia siendo representante de Pablo, ¿por qué no ha de
funcionar como tal? En igual forma hoy día, en lugar de estar multiplicando ministerios, ¿no sería mejor poner en práctica
toda la implicación de este oficio e imitar la flexibilidad de la iglesia primitiva, considerando además que los carismas
especiales de la iglesia primitiva no son nuestros en el presente? La iglesia de hoy no es capaz de producir un apóstol como
Pablo, ni un profeta como Agabo. No necesita de un Timoteo para servir como delegado apostólico, ni un Felipe, a quien
le hablara un ángel del Señor y que fuese “arrebatado” por el Espíritu. Sin embargo, al igual que la iglesia primitiva, la de
hoy tiene ministros, ancianos, y diáconos. También tiene el Espíritu Santo como en aquel entonces. Y ahora tiene la Biblia
en forma completa. Ojalá que todos los oficios sean usados al máximo según lo demanden las circunstancias, y en un
espíritu de verdadero servicio.
▬ d. Pastores y maestros. Es mejor considerarlos un grupo. Hodge observa, “No existe evidencia en las Escrituras de haber
un grupo de hombres autorizados para enseñar, pero no autorizados para exhortar. El caso es poco menos que imposible”.
Estoy totalmente de acuerdo con esto. Lo que aquí tenemos, por tanto, es una designación de ministros de congregaciones
locales, “ancianos docentes (o supervisores)”. Por medio de la exposición de la Palabra ellos pastorean sus rebaños. Cf.
Hch. 20:17, 28; también Jn. 21:15–17. Tal cosa no se puede hacer debidamente sin amor al Señor.
[12]. Se declara ahora el propósito de los dones de Cristo: a fin de equipar enteramente a los santos para la obra
de ministerio, con miras a la edificación del cuerpo de Cristo. V. M. divide este versículo en tres frases separadas
como sigue: “para perfeccionamiento de los santos, para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”.
Siguiendo esta línea se hallan las versiones A.V., A.R.V., y R.S.V. En primer lugar, se debe señalar que el original no habla
de “la obra del ministerio” sino de “la obra de ministerio”, vale decir, de realizar servicios específicos de varias clases. Pero
aun con este cambio sería siempre una traducción pobre, puesto que podría dejar fácilmente la impresión de que los santos
pueden ser “perfeccionados” sin servirse los unos a los otros y a la iglesia. No debe haber coma entre la primera y la
segunda frase. Una solución mejor, según mi parecer, es la que favorecen Salmond y Lenski. Ellos eliminan las dos comas.
La idea resultante es que Cristo dio a algunos hombres como apóstoles, otros, como profetas, etc., con el propósito de
“perfeccionar” (cf. 1 Ts. 3:10; Heb. 13:21; 1 P. 5:10) o proveer el equipo necesario para todos los santos para la obra de
ministrar los unos a los otros a fin de edificar el cuerpo de Cristo. Cedo a la posibilidad de que esta construcción sea la
correcta. El significado entonces no diferiría muy substancialmente de la tercera traducción principal, a la cual yo, junto con
varios otros, todavía daría preferencia. De acuerdo a este punto de vista, la oración no lleva dos comas (V. M., etc.) tampoco
es sin coma (Salmond y Lenski) sino que lleva una coma, y ésta va después de la palabra “ministerio”. Esto deja ver que el
propósito inmediato de los dones de Cristo es el ministerio realizado por todo el rebaño; su propósito fundamental es la
edificación del cuerpo de Cristo, vale decir, la iglesia (véase sobre 1:22, 23).
La lección importante aquí enseñada es que no solamente los apóstoles, profetas, evangelistas, y aquellos llamados
“pastores y maestros”, sino que la iglesia entera debe estar ocupada en la labor espiritual. Aquí se está poniendo en relieve
“el sacerdocio universal de los creyentes”. “¡Ojalá que todo el pueblo de Jehová fuese profeta!” (Nm. 11:29). La asistencia
a la iglesia debería significar más que “ir a escuchar al Rev. X”. A menos que, en relación con el culto, haya una adecuada
preparación, un deseo de comunión cristiana, una participación de todo corazón, y un espíritu de adoración, existe el peligro
que se transforme en un sacrilegio dominical. Y también, durante la semana cada miembro debe equiparse a sí mismo para
realizar un “ministerio” definido, sea impartiendo aliento a los enfermos, enseñando, evangelizando al vecindario,
distribuyendo tratados, o cualquier obra para la cual esté especialmente equipado. El significado de 4:11, 12 es, además,
que la tarea de los oficiales de la iglesia es equipar a la iglesia para estas tareas. Es, sin embargo, importante añadir a todo
esto que “la efectividad del testimonio positivo y consciente del cristiano depende en gran parte de la vida del creyente en
aquellos momentos no dedicados a tal testimonio”.

Amén, para la honra y gloria de Dios.

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