Está en la página 1de 22

LA COMPETITIVIDAD ANDALUZA ANTE

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO:


COMPARATIVA CON BAVIERA

MU en Análisis Económico

Nombre del estudiante: María del Rocío Ariza Nevado

E-mail: rocioanevado@gmail.com; rarizan@uoc.edu

Nombre del Tutor/a: Carles Méndez Ortega

Semestre: 28 de septiembre de 2022 a 24 de febrero de 2023

i
FICHA DEL TRABAJO FINAL

LA COMPETITIVIDAD ANDALUZA ANTE


Título del trabajo: LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO:
COMPARATIVA CON BAVIERA

Nombre del autor/a: María del Rocío Ariza Nevado

Nombre del tutor/a: Carles Méndez Ortega

Objetivo 8. TRABAJO DECENTE Y


¿Cuál o cuáles ODS (máximo dos)
CRECIMIENTO ECONÓMICO. Crecimiento
consideras que están más
económico y aumento de la productividad, algo
vinculados con tu trabajo?
para lo que, sin duda, la creación de
(Objetivos de Desarrollo Sostenible
| PNUD (undp.org)
conocimiento resulta una herramienta muy
poderosa.

Resumen del trabajo (máximo 250 palabras):

Apartado sin completar (se realizará al final).


El resumen debe condensar brevemente el contenido del TFM, sintetizando los
aspectos más relevantes del mismo: el propósito perseguido, la metodología empleada,
los resultados obtenidos y las conclusiones más importantes que se han conseguido.
Es importante que el resumen no sea demasiado largo ni detallado (máximo 250
palabras), centrándose exclusivamente en los contenidos más importantes del TFM.
Ten en cuenta que:
- Debe ser tan informativo como lo permita la naturaleza del documento, para que los
posibles lectores puedan decidir si les puede ser de utilidad leer el documento
completo;
- Debe ser un texto completo para que sea inteligible sin necesidad de referirse a la
memoria;
- Debe tener el carácter del documento original y, como en todos los documentos, hay
que velar por la corrección de estilo, emplear una nomenclatura normalizada -o
definir los términos no familiares, las abreviaciones y los símbolos, cuando aparezcan
por primera vez en el resumen-.
Aunque sea la primera página del documento, teniendo en cuenta su contenido, el
resumen sólo podrá elaborarse adecuadamente una vez finalizado el TFM.

Abstract (in English, 250 words maximum):

Palabras clave (entre 4 y 8):

ii
ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN.....................................................................................................2
2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA.................................................................................4
3. ANÁLISIS CONTEXTUAL......................................................................................8
3.1. Análisis contextual de la región de Baviera (Alemania).........................................9
3.2. Análisis contextual de la región de Andalucía (España).......................................11
4. ANÁLISIS EMPÍRICO DE LA COMPETITIVIDAD DE LAS REGIONES........14
4.1. Metodología y banco de datos...............................................................................15
4.2. Análisis de los datos y resultados..........................................................................15
5. CONCLUSIONES...................................................................................................15
6. IMPLICACIONES Y PROPUESTAS DE ACCIONES..........................................16
7. BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................16
8. ANEXOS..................................................................................................................20

1
1. INTRODUCCIÓN

Este apartado se terminará de redactar al final del trabajo.

El objetivo último de cualquier entidad territorial, bien sea un país, una región o una
ciudad, es la mejora del bienestar y prosperidad de su población, más aún en un
momento como el actual en el que, tras la gran recesión del 2008 y las secuelas de la
crisis sanitaria de 2020, parece que entramos irremediablemente en una nueva recesión
económica.

La consecución de este objetivo está íntimamente relacionada con la posibilidad de


alcanzar una ventaja competitiva duradera y sólida y la economía del conocimiento se
conforma como un elemento clave para lograrlo (Czyz, 2010:72). El Departamento de
Comercio e Industria de Reino Unido (1998) definió a la economía del conocimiento
como aquella en la que la generación y la explotación de conocimiento juegan un papel
predominante en la creación de bienestar. No consiste solamente en ampliar
conocimientos, sino también en difundir y explotar los ya existentes para hacer un uso
más eficiente de los mismos. (Karagiannis, 2017).

La evolución de las tecnologías de la comunicación y la información de finales del siglo


pasado contribuyeron a transformar al conocimiento que, además de seguir siendo un
factor productivo, empezó a cobrar gran importancia como mercancía en sí mismo
(Vilaseca, Torrent y Díaz, 2002). Otros elementos, como la globalización y el cambio
en el comportamiento de los diferentes agentes de la economía, amplificaron los efectos
de este fenómeno, que no solo ha transformado su uso, sino que ha demostrado su
escalabilidad y la generación de externalidades positivas para el resto de la sociedad,
convirtiéndose en un recurso estratégico para el desarrollo económico a largo plazo para
empresas y regiones (Vilaseca, Torrent y Díaz, 2002; Bentlage, 2014, Reig Martínez,
2017).

Por todo ello, la Unión Europea (UE) estableció a través de la Estrategia de Lisboa
(2000) la difusión e impulso de la economía del conocimiento por las diferentes
regiones europeas como objetivo principal. Sin embargo, este proceso no se ha llevado
de forma uniforme entre países y, menos aún, entre regiones. A pesar del compromiso
de la UE con una convergencia económica ascendente, desde 2008 la tendencia ha sido
el estancamiento o un mayor distanciamiento entre los rendimientos económicos y
sociales obtenidos por los diferentes Estados miembros. Bajando el nivel de agregación,
las disparidades regionales aparecen incluso dentro de un mismo país. Este hecho es
preocupante porque dificulta seguir profundizando en el proceso de integración europea
y porque propaga una sensación de desigualdad e injusticia que socava el proyecto
europeo (Eurofound, 2021).

Andalucía es una región europea de gran potencial, aunque gran parte de la población
europea la considera desaprovechada (Fundación CENTRA, 2020) por la falta de
inversiones, la mala gestión de los gobiernos y la ausencia de tejido empresarial.
Aunque se han venido aplicando políticas para impulsar su crecimiento económico a
pesar de las adversidades, aún sigue enfrentándose a un mercado laboral inestable,
infraestructuras precarias, altas tasas de desempleo y una renta per cápita baja. De
hecho, en el reparto de los fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Rural) y se

2
posiciona a la cola de la competitividad regional en el conjunto de la Unión Europea. La
Fundación BBVA la situaba en 2017 en la posición 220 del ranking europeo realizado
sobre 263 regiones. Mejorar su nivel de competitividad precisa una transformación en
su modelo de crecimiento hacia uno más resiliente, que permita el mantenimiento de su
ventaja competitiva en el tiempo y garantice el aumento sostenido de la productividad
como medio para lograr un mayor bienestar social.

Por su parte, Baviera es otra región europea, en este caso, caracterizada por su
competitividad y la eficiencia en su gestión. Perteneciente a la zona conocida como la
banana azul, presenta una intensa actividad económica, menores tasas de desempleo,
mayor calidad en los trabajos y salarios más altos.

Andalucía y Baviera presentan características de extensión geográfica, demografía y


cultura similares que hacen posible su comparación, permitiendo establecer qué
elementos son los que determinan la distancia entre estas dos regiones europeas. En
concreto, dada la relevancia de la economía basada en el conocimiento (KBE, por sus
siglas en inglés) en la formación de ventajas competitivas robustas y siendo esta uno de
los pilares del impulso económico de Baviera, resulta ineludible basar el análisis en los
factores que la definen.

Este trabajo, por tanto, se centra en la comparativa de dos regiones europeas, Andalucía
y Baviera, y el papel de la economía del conocimiento en el dispar desarrollo
económico de ambas, comparando diversos parámetros, elegidos por su reconocimiento
como indicadores del nivel de asimilación de la economía del conocimiento en una
zona.

El objetivo general de este análisis es caracterizar la capacidad de la región de


Andalucía para dirigir e impulsar su transición hacia la economía del
conocimiento tomando como referente la región de Baviera. Para ello, será preciso
dar respuesta, en el camino, a otros objetivos específicos como:

1. Contextualizar la región de Baviera, conociendo las características demográficas,


geográficas, políticas y culturales que la definen.
2. Contextualizar, igualmente, la región de Andalucía, para definir sus principales
características en cuanto a población, geografía, políticas aplicadas y cultura.
3. Establecer, en base a la literatura existente, los factores que intervienen con más
fuerza en la transición hacia la KBE y que serán medidos en ambas regiones para
establecer su nivel de desarrollo según la implantación en sus economías del
conocimiento.
4. Analizar las diferencias encontradas en estos factores apara poder delimitar las causas
y consecuencias de las diferentes políticas aplicadas, que permitirá diseñar una serie de
recomendaciones para lograr una mayor convergencia entre regiones y una mayor
competitividad de Andalucía.

Estos objetivos se traducen en la pregunta principal del trabajo: ¿Cómo puede mejorar
el proceso de transición a la economía del conocimiento la región de Andalucía? Para
dar respuesta a esta pregunta, será necesario reflexionar previamente sobre otras tres:

1. Qué factores han llevado a Baviera a su nivel de desarrollo.


2. Qué diferencias y similitudes encontramos con Andalucía.

3
3. Qué recomendaciones podemos extraer.

Este estudio resulta relevante por tres razones:


1. Por la situación económica actual, que hace ineludible una reflexión sobre
dónde nos encontramos y hacia dónde debemos dirigirnos. En este sentido la
economía del conocimiento se ofrece aquí como el destino recomendado, pues
es indiscutible la posición que ha alcanzado como elemento determinante en el
desarrollo económico a largo plazo de los territorios (Reig Martínez, 2017).
2. Por el ámbito territorial elegido, centrado en las regiones. Su papel para el
desarrollo exitoso de la economía del conocimiento es definitivo, más incluso
que el desempeñado a nivel local, por lo que analizar si realmente son capaces
de dotar a la economía de un sistema de referencia adecuado se vuelve
ineludible (Leydesdorff, Cooke, 2005).
3. Finalmente, por las regiones elegidas en sí mismas, Baviera y Andalucía, ambas
de la Unión Europea. La comparación entre ambas aporta luz sobre la
convergencia regional europea real, centrándose en un elemento fundamental,
el uso intensivo del conocimiento, en un entorno que desde principios de este
siglo apostó por convertirse en la economía del conocimiento más competitiva y
dinámica, capaz de un crecimiento económico sostenible con más y mejores
empleos y una mayor cohesión social (Consejo Europeo, Lisboa, 2000).

2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Apartado completado. Revisado hilo conductor.

Para entender el objetivo de este trabajo, es ineludible comenzar precisando qué


entendemos por conocimiento, comentando qué es y qué no es: el conocimiento no es
información (Davenport y Prusak, 1998; Vilaseca et al, 2002; Karagiannis, 2007; Reig
Martínez, 2017), a pesar de que estemos acostumbrados a usarlos, en ocasiones, como
sinónimos. Davenport y Prusak (1998) consideran la información como un mensaje, en
forma de documento escrito, audio o vídeo, que como tal tiene un emisor y un receptor,
y espera tener un impacto en este último. El conocimiento, ya de manera intuitiva, se
dibuja como algo más complejo, un flujo de diversos elementos (experiencia, valores,
contexto y opiniones de expertos) que proporciona una estructura para evaluar e
incorporar nuevas experiencias e información. El Banco Mundial explica cómo, a
diferencia de la información, el conocimiento implica la combinación de diferentes
hechos de una manera intangible (2007: 5). Vilaseca (2002) destaca la relación entre
ambos conceptos, pues el acto de conocer es el resultado de un flujo acumulativo de tres
elementos: la información, el conocimiento manifestado a través de la información y el
conocimiento difícilmente manifestable a través de la información. Para Reig Martínez
(2017) la diferencia entre ellas está en la facilidad de codificación, acceso y transmisión
de la primera frente al segundo.

Sabiendo lo que no es, la siguiente pregunta a responder es qué es el conocimiento. En


este sentido, Vilaseca, Torrent y Díaz (2002) lo definen desde la epistemología como
“el proceso humano y dinámico por el que se logra justificar como cierta una creencia
personal”. Se trata, por tanto, de una acción humana y su generación se realiza
mediante un proceso dinámico donde interactúan individuos, grupos, organizaciones y
sociedades. Estos dos elementos hacen posible la consideración del conocimiento como
fruto de un proceso productivo y, como tal, formaría parte de la actividad económica.

4
Así, la llamada economía del conocimiento o economía basada en el conocimiento,
términos usados como sinónimos frecuentemente, es aquella que engloba la actividad
económica relacionada con el conocimiento. En un sentido amplio, Czyz (2010:72)
entiende que engloba la producción de alta tecnología y los servicios asociados a la
misma, en concreto, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), la
fabricación de nuevos productos, mejorados por la innovación y la eficiente gestión del
conocimiento, y los servicios financieros, sanitarios, administrativos y de educación
modificados y realizados en el marco de las ciencias aplicadas.

El impacto de este nuevo modelo ha ido más allá de la aplicación del conocimiento a
diversas actividades, algo que ya había sucedido en cada una de las revoluciones
industriales vividas a lo largo de la historia: los avances en tecnologías de la
información y la comunicación de finales del siglo pasado hicieron posible que el
conocimiento no solo fuera un factor de producción, consiguiendo la mejora de la
eficiencia de los procesos productivos existentes, sino que hizo posible el tratamiento de
los datos y la información como nunca antes se había hecho, consiguiendo que los
conocimientos generarán más conocimientos, siendo a su vez, input y output del
proceso productivo (Vilaseca et al, 2002). Esta nueva manifestación del saber en la
actividad económica ha cambiado el comportamiento de los diferentes agentes
económicos, no solo transformando las actividades existentes, sino generando otras
nuevas (Torrent i Sellens, 2002) e impulsando la transición gradual de la economía
intensiva en materiales hacia otra que explota el potencial de la ciencia y de la
información (Bak et al, 2022).

La mayor o menor transición hacia este modelo se ha convertido en un factor clave de la


resiliencia ante los vaivenes de la economía, incidiendo en su capacidad para adaptarse
con éxito y mayor eficiencia a los cambios económicos, sociales y medioambientales.
Para Ratajczak (2007:7) esta habilidad define la competitividad de un país, una
región o cualquier otro territorio, confiriéndole al conocimiento un enorme poder
como factor explicativo del aumento de la productividad y el crecimiento
económico (Bentlage et al, 2015; Reig Martínez, 2017; Sánchez, Basurto y Galván,
2019), pues permite y facilita tal adaptación. Su capacidad para generar rendimientos
crecientes (Jones, 2005) y las importantes externalidades positivas que genera la
facilidad y el bajo coste de la difusión de su uso a personas (físicas y jurídicas) que no
lo han generado (OCDE, 1996) terminan de impulsar su papel como nueva base de la
riqueza, dejando de lado las fábricas, los equipamientos y los recursos naturales
(Thurow, 2000). El porcentaje de economía basada en el conocimiento en la
actividad económica de una región es utilizado como uno los principales indicadores
de la modernización de una economía y un mayor nivel de implantación de la misma se
traduce en una mejora de la competitividad de un territorio (Czyz, 2010:72).

Reig Martínez (2017:56) enfatiza que esta habilidad se muestra en la obtención de


niveles relativamente altos de ingresos y empleo. El uso eficiente de los factores que
contribuyen al desarrollo de la economía basada en el conocimiento (KBE por sus siglas
en inglés) facilitan la obtención de determinados beneficios como niveles de producción
por encima de la media, mayor productividad, exportaciones, inversiones y renta. En
definitiva, la economía basada en el conocimiento es considerada una de las
principales y más efectivas fuentes de competitividad.

5
La construcción de estas ventajas competitivas a partir de la KBE se produce en las
regiones, pues es el ámbito donde estas toman forma en el marco de la globalización
(Czyz, 2010:71). Una de las razones para ello está en las economías de aglomeración
porque, a pesar de que la globalización ha facilitado la trasmisión de la información en
tiempo y costes, los conocimientos tácitos siguen siendo difíciles de trasladar y su coste
aumenta conforme aumenta la distancia. Esto ha dado una gran relevancia a figuras
como los clusters locales que no solo manejan y aplican el conocimiento existente, sino
que crean, amplían y acumulan nuevos activos, atrayendo a grandes empresas. En la
formación de estas concentraciones también influyen otras variables que se definen a
nivel regional como la actitud ante el progreso técnico, el capital social, la ética en los
negocios o las tradiciones culturales (Reig Martínez et al., 2017: 64).

De este modo, cada región tiene su idiosincrasia y, a pesar de que el proceso de


construcción de estas ventajas competitivas es similar entre regiones, los factores usados
para crearlas y la eficiencia en su utilización son diferentes e impactan de manera
distinta sobre el crecimiento económico y la especialización (Pylk, Wojnicka-Sycz y
Sycz, 2020: 163). En este sentido, los factores productivos tradicionales, tales como
los recursos naturales, el trabajo y el capital, tienden a ser facilitadores del conocimiento
(Czyz, 2010:72). Sin embargo, son el capital humano y social, la inversión en
investigación y desarrollo e innovación (I+D+i), las infraestructuras y, en particular,
la tecnología de la información y la comunicación (TIC) y el marco institucional los
factores que van a marcar su carácter y su desarrollo (Barkhordari et al., 2019: 1178-
1179; Cooke y Ledesdorff, 2006:4; Karagiannis, 2007:68; Czyc, 2010:72).

Por ello, si queremos conocer qué es lo que está marcando la diferente evolución entre
Andalucía y Baviera en su transición a la economía del conocimiento, deberemos
atender a estos factores y no a otros. En concreto, se ha tenido especialmente en cuanta
al Instituto del Banco Mundial (2007: 23) que, apoyándose en una amplia literatura
científica, establece cuatro pilares fundamentales para el proceso de desarrollo de la
KBE:

1. Una mano de obra compuesta por individuos formados y capacitados,


dispuestos a actualizarse de forma continuada y adaptar sus competencias para
crear y usar los conocimientos eficientemente. La educación y la formación
abarcan la educación primaria y secundaria, la formación profesional, la
educación superior y el aprendizaje a lo largo de la vida. Este último cobra
especial relevancia en economías basadas en el conocimiento. Este pilar ha sido
denominado por otros autores (Cooke y Ledesdorff, 2006:4; Czyc, 2010:73)
como capital humano.
2. Una infraestructura de información moderna y dinámica que posibilite la
comunicación efectiva, así como el proceso de creación y difusión de
información y de conocimiento. Esto reduce los costes de transacción
consiguiendo un acceso rápido a la información. Teléfonos, televisión, emisoras
de radio, móviles, internet de banda ancha, ordenadores, entre otros, son
elementos esenciales dentro de esta infraestructura marcada por las tecnologías
de la información y la comunicación.
3. Una red de centros de investigación, universidades, empresas y otras
organizaciones capaces de aprovechar eficientemente los recursos,
adaptándolos a las necesidades locales para crear nuevo conocimiento de manera

6
que conforme un sistema de innovación efectivo, donde exista un apoyo del
sector público a la innovación, la ciencia y la tecnología.
4. Un régimen institucional que establezca un marco regulador y un entorno
económico adecuado que impulse la creación y libre transmisión del
conocimiento, permita la eficiente movilización de recursos y fomente el
emprendimiento.

Estos factores aparecen en diferente grado y forma en las diversas regiones y las que
conforman la Unión Europea no son una excepción, pues se obtienen valores
superiores en el noroeste y centro de Europa, e inferiores en el sur y sureste
europeo (Back, Wawrzyniak y Oesterreich, 2022: 17). La economía del conocimiento
se convierte en la base de las ventajas competitivas de las regiones europeas, por eso
son la apuesta de la UE desde la estrategia de Lisboa (2000). La ansiada convergencia
de las diferentes regiones europeas en este sentido se conseguirá si se identifican las
diferencias entre ellas y se acortan distancias, consiguiendo así un aumento del bienestar
económico y social de toda la ciudadanía (ver figura 1).

ECONOMÍA DEL
CONOCIMIENTO

MAYOR VENTAJA
DESAROLLO COMPETITIVA
ECONÓMICO Y (COMPETITIVIDA
BIENESTAR D REGIONAL)
SOCIAL

MEJORA DE LA
CONVERGENCIA

Figura 1.- Círculo virtuoso de la economía del conocimiento. Elaboración propia.

Para aportar luz en el camino a seguir, el presente trabajo pretende analizar una serie de
factores comparando una región en desarrollo (Andalucía) con una región que se ha
convertido en un referente tanto europeo como (en menor medida) mundial en la
implantación del modelo de la economía del conocimiento.

Para realizarlo, nos han servido de guía varios estudios, la mayoría ya comentados a lo
largo de este apartado. Sin embargo, a la hora de desarrollar el análisis econométrico
han resultado especialmente útiles dos de ellos. El primero de ellos destaca la relación
entre la aglomeración espacial, las conexiones geográficas y el nivel alcanzado en la
transición a la economía del conocimiento utilizando el método TOPSIS (Technique for
Order Preference by Similarity to an Ideal Solution). Sus autores, Back, Wawrzyniak y
Oesterreich (2022: 6), miden el nivel de competitividad de las diferentes regiones de

7
la Unión Europea en su estudio de 25 países, 75 macro-regiones y 207 regiones. Lo
realizan elaborando un indicador sintético con 12 indicadores que caracterizan aspectos
claves de la economía basada en el conocimiento. El segundo trabajo, realizado por
Czyz (2010:73), realiza un claro y detallado estudio sobre la competitividad en las
regiones de Polonia, que la lleva a analizar la intensidad de la economía del
conocimiento en las mismas. En su desarrollo explica cómo debería ser el proceso a
seguir, identificando en primer lugar las características sociales y económicas que
definen la competitividad de una región, para después agruparlas en cuatro dimensiones
sobre los que se construyen indicadores parciales junto con un indicador global que
recoge 48 variables de 16 regiones polacas. Entre sus principales conclusiones, Czyz
destaca la KBE como clave de la competitividad de las regiones, aunque hay otros
factores como la estructura económica regional o la facilidad para incorporar tecnología
que también influyen (Czyz, 2010: 82).

En base a las referencias bibliográficas consultadas y teniendo especialmente en cuenta


la metodología seguida en los últimos estudios expuestos, hemos procedido a realizar el
análisis empírico de la competitividad de las regiones de Baviera (Alemania) y de
Andalucía (España).

3. ANÁLISIS CONTEXTUAL

Apartado completado
Comenzaremos nuestro análisis describiendo y explorando la realidad sobre la que se
asientan estas dos regiones, pues solo de esta manera podremos definir el modelo
econométrico con mayor exactitud, intentando descubrir conceptos y relaciones nuevas
entre los factores que inciden en la economía del conocimiento en ambas realidades o
constatando aquellas que ya conocíamos, de forma que podamos obtener conclusiones
sustanciales.

En el acercamiento inicial a estas regiones, la NUTS (Nomenclatura de unidades


territoriales estadísticas) se convierte en nuestra aliada pues permite encontrar datos a
este nivel de agregación para las dos regiones elegidas (Eurostat). Esta nomenclatura
divide a la Unión Europea en una serie de zonas geográficas en base a unos umbrales de
población específicos para poder recopilar datos de manera armonizada. Establece así
tres categorías de mayor a menor umbral de población. Entre las zonas de nivel NUTS 1
en España nos encontramos con la zona Sur (ES6), compuesta por Andalucía (ES61), la
Región de Murcia (ES62) y las ciudades de Ceuta (ES63) y Melilla (ES64). En este
mismo nivel, en Alemania, nos encontramos con Baviera (DE2), constituida por
Oberbayern (DE21), Niederbayern (DE22), Oberpfalz (DE23), Oberfranken (DE24),
Mittelfranken (DE25), Unterfranken (DE26) y Schwaben (DE27). A pesar de
encontrarse en niveles diferentes, la población y extensión de Baviera (Länder, NUTS
1) y Andalucía (Comunidad Autónoma, NUTS 2) las hace comparables y los resultados
obtenidos de esta comparación resultan más adecuados al objetivo general de esta
investigación. -

Antes de centrarnos en el análisis econométrico de las variables que inciden en la


intensidad del conocimiento, vamos a describir los principales elementos demográficos
y geográficos que definen a Baviera y a Andalucía, en términos de cultura, clima e
idiosincrasia para entender mejor ambas regiones. Para ello, dejaremos al margen la
comunidad autónoma de Murcia y las ciudades de Ceuta y Melilla, partes integrantes

8
del ES6, pero que no presentan uniformidad en alguno de estos elementos con la
Comunidad Autónoma de Andalucía.

3.1. Análisis contextual de la región de Baviera (Alemania)

Baviera es uno de los 16 estados federados de Alemania. Está situada al sureste del país
y cuenta con una extensión de 70.543 km 2 según Eurostat (2021). Con capital en
Munich, está compuesto por siete regiones administrativas: Alta Baviera (Oberbayern),
Baja Baviera (Niederbayern), Alta Franconia (Oberfranken), Franconia Central
(Mittelfranken), Baja Franconia Unterfranken), Alto Palatinado (Oberpfalz) y Suabia
(Schwaben).

Figura 2.- Mapa de Alemania, indicando la ubicación de Baviera (Bavaria en el mapa, por su
denominación en inglés). Fuente: www.statistik.bayern.de.

Por su población, se clasifica dentro del nivel 2 de la NUTS, pues cuenta con
13.140.183 habitantes (Eurostat, 2021), de los cuales un 49’56% son hombres y un
50’44% mujeres. Si observamos su pirámide poblacional, podemos observar que los
nacimientos experimentaron un aumento progresivo desde 1955 hasta 1970,
aproximadamente. Esta población tiene más de 50 años y están aproximándose a su
edad de jubilación. Las generaciones posteriores no alcanzan estos niveles numéricos, lo
que se traduce en una disminución de la población en edad de trabajar.

Gráfica 1.- Pirámide poblacional por sexos a 31 de diciembre de 2020 en Baviera. Fuente:
www.statistik.bayern.de.

9
Para aproximarnos a la población en edad de trabajar y poder analizar su evolución
desde 2017 se han extraído los datos de la web Eurostat referentes a la población de
entre 15 y 65 años, teniendo en cuenta que esta web divide a la población por grupos de
edad de 5 en 5 años. Así, del total de su población, casi 8’6 millones tenían entre 15 y
65 años en 2021. La evolución de la población en edad de trabajar muestra como crecía
a buen ritmo hasta 2018, fecha en la que comenzó a decrecer. La gráfica 2 nos muestra
esta evolución que deja entrever el envejecimiento de la población alemana en esta
región dada la brusca reducción de la población más joven desde 2019.

Variación de la población en edad de


trabajar- Baviera
0.40
0.30
0.20
0.10
0.00
2018 2019 2020 2021
-0.10
-0.20
-0.30
-0.40
-0.50
Gráfica 2. Variación de la población en edad de trabajar, Baviera. 2021 (elaboración propia con datos de
Eurostat)

El clima de Baviera se caracteriza por su frío y su humedad. Con una máxima diaria de
13 grados, se sitúa dentro de los climas templados y rara vez hace calor extremo. Este
clima benevolente ha perpetuado la cultura bávara de la cerveza y el vino, que se
prodiga no solo saboreando dichos productos, sino también a través de las salas de
degustación, bodegas y festivales que la promueven. También hace posible el desarrollo
del turismo, tanto de verano como de invierno, en los Alpes bávaros, centro de
agricultura y pastos, pero también de descanso vacacional en los refugios alpinos y de
práctica de deportes de nieve en invierno.

El carácter de la población bávara está forjado por su historia y su patrimonio


cultural. Fruto de una prolongada mezcla de pueblos a lo largo de su historia, su
población es cordial y tienen una gran habilidad para practicar el arte de ser felices. No
en balde esta región es conocida como la “capital de la cerveza” y la alegría. El
Oktoberfest, festival de cerveza, charanga y bailes populares, es uno de los elementos
que apoyan esta imagen (etnias.net).

A esto podemos sumar que se trata del estado con un mayor número de elementos
declarados como Patrimonio de la Humanidad, como la residencia de Wurzburgo;
Wieskirche, la iglesia de la pradera; los confines del Imperio romano o los palafitos
prehistóricos de los Alpes. En total son siete los edificios o bienes declarados por la
UNESCO como tal, cifras similares a las de Andalucía.

10
Baviera es una de las regiones más avanzadas de Europa, siendo la sede de grandes
multinacionales como Adidas, BMW o Allianz. Es considerada como una de las
localizaciones más atractivas para la industria y cuenta con un potente sector
manufacturero, líder en tecnologías de la información y comunicación y referente de la
industria automovilística. Además de estas, entre las industrias que engloban dicho
sector se encuentra la aeronáutica, la ingeniería, las energías renovables, la
nanotecnología o la fotónica. A pesar del gran peso de las manufacturas (23% del PIB),
es el sector servicios el más importante de su producto interior bruto (PIB),
especialmente el sector inmobiliario, financiero y de seguros, frente a un sector primario
claramente mermado (0’8% del total del PIB) según el informe Wesgro (2021: 2).

3.2. Análisis contextual de la región de Andalucía (España)

Andalucía es una región periférica que ocupa 87.600 km 2 y tiene 8.502.216 habitantes
(es una de las comunidades autónomas más grandes de España). Formada por ocho
provincias administrativas (Huelva, Sevilla, Córdoba, Jaén, Cádiz, Granada, Málaga y
Almería), su capital está en Sevilla. Está situada al sur de España, por lo que se engloba
dentro de la zona Sur (ES6).

Figura 3.- Mapa de España, indicando la ubicación de Andalucía y sus diferentes provincias. Fuente:
https://www.pequeocio.com/mapa-andalucia/.

En esta última zona geográfica, la población asciende a 10.182.831habitantes, divididos


entre un 49’32% de hombres y un 50’68% de mujeres. El reparto entre las regiones
europeas comparadas no presenta grandes diferencias en cuanto a la distribución de la
población por sexos. Además, en su evolución también se aprecia el envejecimiento de
la población. El fenómeno babyboom se aprecia en Andalucía desde principios de la
década de 1960 hasta principios de la década de los 80, cuando comienza un
decrecimiento más brusco de la población (Gráfica 3).

11
Gráfica 3.- Pirámide poblacional por sexos a 31 de diciembre de 2021 en Andalucía (Hombres en azul y
Mujeres en rojo). Fuente: https://datosmacro.expansion.com.

Tomando los datos de Eurostat y considerando los grupos de edad entre 15 y 65 años,
en el caso de Andalucía se observa como la evolución también muestra un descenso de
la población más joven aunque este efecto empieza a notarse algo más tarde que en
Baviera, a partir de 2020, y con una intensidad menor.

Variación de la población en edad de


trabajar- Andalucía
0.70
0.60
0.50
0.40
0.30
0.20
0.10
0.00
2018 2019 2020 2021
-0.10
-0.20
-0.30
Gráfica 4.- Población andaluza en edad de trabajar. Fuente: Eurostat (elaboración propia)

Domínguez Ortiz destaca que es innegable “la evidencia de una cultura andaluza y de
una autoconciencia de la peculiaridad del hombre andaluz” (1980: 11). Esto contribuye
al gran arraigo de los andaluces a su región, entre otras razones por el carácter abierto y
acogedor de sus gentes, el patrimonio cultural y artístico y el clima (Encuesta de la
realidad social de Andalucía, 2014).

En cuanto a su carácter, en la mencionada encuesta se refleja que los andaluces se


perciben a sí mismos como alegres (16,4%) y sociables (15,8%), aunque no graciosos
(3,6%). En relación con su actitud hacia la convivencia, el 9,1% apunta a que es
solidaria y el 11,5%, honrada.

En referencia al segundo motivo de arraigo, Andalucía posee un extenso patrimonio


cultural y artístico, ofreciendo una amplia muestra de épocas y estilos arquitectónicos

12
(romano, árabe, gótico o renacentista) que despiertan admiración como demuestra sus
siete Patrimonios de la Humanidad, entre los que podemos destacar la Alhambra de
Granada, el entorno del centro histórico y la Mezquita de Córdoba el Parque Nacional
de Doñana, los Dólmenes de Antequera (Málaga) o la Giralda de Sevilla. Además,
cuenta con un rico folclore en el que destacan el cante y el baile flamencos, que ha
inspirado a compositores nacionales y extranjeros.

El clima de la región es otro factor que la define y que supone un imán para nativos y
extranjeros. El diverso abanico de subclimas que presenta se engloba dentro del clima
mediterráneo templado con unas temperaturas medias anuales elevadas en relación al
resto de España.

Si nos centramos en el ámbito puramente económico, se trata de la tercera economía


de España en volumen del PIB (Producto Interior Bruto), cuenta con un sistema urbano
equilibrado, clústeres en sectores clave, parques tecnológicos nacientes y una red de
infraestructuras que favorecen su comunicación con otros centros económicos,
facilitando la difusión del conocimiento y las innovaciones por todo el territorio
(Caravaca et al, 2014).

La estructura productiva de Andalucía presenta una debilidad frente a otras regiones


europeas, como la de Baviera. Su distribución da mayor relevancia a actividades con un
nivel de productividad menor como el turismo, el sector agroalimentario o las
energías renovables, teniendo mucha menos relevancia sectores clave en la economía
del conocimiento como el de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
En una primera aproximación, podríamos afirmar que el sector TIC recoge todas las
actividades relacionadas con las tecnologías digitales a través de las cuales se producen
bienes y servicios que procesan, transmiten, visualizan, detectan, miden reproducen y
controlan la información y la comunicación, permitiendo su tratamiento (Torrent i
Sellens, 2021). Tomando estas actividades, según datos del IECA, en 2019 el sector TIC
representaba un 1’56% del PIB, porcentaje que es minúsculo y además es inferior en
comparación con los niveles de 2010.

Este porcentaje tan pequeño es el resultado de la conjunción de una serie de factores


que, como en el caso de Baviera, vamos a analizar a continuación. El primero de ellos
es el capital humano. Como dicen Torrent i Sellens y Vilaseca i Requena (2021), “en la
nueva economía global del conocimiento, las capacidades de aprendizaje y de
innovación de los agentes económicos y la flexibilidad organizativa e institucional son
la fuente principal de los aumentos de productividad, competitividad y bienestar”. En
este sentido, el mercado de trabajo andaluz está caracterizado por un paro irreductible y
una brecha considerable entre las competencias demandadas por las empresas y las
poseídas por los recursos humanos.

4. ANÁLISIS EMPÍRICO DE LA COMPETITIVIDAD DE LAS REGIONES

Tras la revisión bibliográfica y el estudio de diversos trabajos relevantes, el trabajo se


dividirá en el estudio de los cuatro pilares establecidos por el Instituto del Banco
Mundial (2007:1), en base a una serie de variables que detallamos a continuación:

13
1. Capital humano. El uso de recursos de capital humano y físico de base
tecnológica es un elemento fundamental para generar un mayor valor añadido
(Reig Martínez, 2017:92). La economía basada en el conocimiento necesita
personas con educación y competencias que las capaciten para crear nuevo
conocimiento y usarlo correctamente (Instituto del Banco Mundial, 2007:1). El
capital humano está compuesto por la experiencia, la formación y las
competencias que una persona adquiere a lo largo de los años (Back et al, 2022:
2). Para medir el nivel de desarrollo del capital humano de las regiones objeto de
estudio, hemos decidido elegir diversas variables que tienen un efecto
demostrado sobre el mismo. Aunque la tasa de alfabetización es una de las
propuestas por el Instituto del Banco Mundial, no parece tan relevante cuando se
trata de comparar dos regiones de la Unión Europea, pues ambas van a tener un
nivel de alfabetización por encima del 99%. Sin embargo, sí que será más
probable que encontremos diferencias interesantes en el nivel de matriculaciones
universitarias y en formación vocacional o profesional, la tasa de abandono
escolar o la formación a lo largo de la vida.
2. Infraestructuras de información y comunicación. La transferencia de
conocimientos y la rapidez en su difusión no serían posibles sin unas
infraestructuras adecuadas. En los estudios mencionados, se utilizan variables
como el empleo en los sectores intensivos en conocimiento (datos de 2008) o los
hogares con internet (Czyz, 2010:75), así como el nivel de robotización y su
tipología. En este sentido, las economías de aglomeración también son un factor
importante que inciden positivamente en la economía y, por consiguiente, en la
economía del conocimiento. Por ello, también se realizará un estudio sobre el
coeficiente de localización en relación con los sectores intensivos en
conocimiento.
3. Sistema de innovación. El sistema de innovación de una economía debe ser
capaz de gestionar la gestión del creciente conocimiento, adaptándose a las
necesidades locales y creando nueva tecnología. El papel de universidades,
centros de investigación públicos y privados o clústeres es fundamental para
comprender el nivel de transición a la KBE. Además de analizar la calidad y
cantidad de las universidades y clústeres en las dos regiones elegidas, se
analizarán otros elementos, de naturaleza cuantitativa, como el gasto en
investigación y desarrollo (I+D), el personal en actividades STEM (Science,
Technology, Engineering and Mathematics) o la cantidad de investigadores
pues servirán para definir los pilares sobre los que se asienta la creación del
conocimiento en las zonas a estudiar.
4. Régimen institucional. El uso eficiente del conocimiento, la generación de
nuevos saberes y el impulso del emprendimiento son tareas que recaen sobre el
régimen económico e institucional de las diferentes regiones. Cómo lo gestionen
también tendrá una repercusión fundamental en el resultado final de asimilación
de la economía basada en el conocimiento. Para analizarlo, nos detendremos en
factores como la calidad regulatoria entendida como la eficiencia de la
normativa que rige los mercados, las políticas desarrolladas como apoyo a la
transición económica y el imperio de la ley o la primacía de esta sobre otras
formas de gobierno (tiranía o arbitrariedad).

14
A continuación, trataremos de explicar cuál es la posición frente a la economía del
conocimiento de las dos economías a analizar, en base a las variables expuestas
anteriormente y tomando la información sobre las diferentes variables principalmente de
la base de datos de Eurostat para el periodo 2016-2020 y, en algunos casos, de 2004 a
2008.

4.1. Metodología y banco de datos

4.2. Análisis de los datos y resultados

5. CONCLUSIONES

6. IMPLICACIONES Y PROPUESTAS DE ACCIONES

7. BIBLIOGRAFÍA

En este apartado está pendiente la revisión del formato

Akcali, B. Y., & Sismanoglu, E. (2015). Innovation and the effect of research and
development (R&D)
expenditure on growth in some developing and developed countries. Procedia-Social
and Behavioral
Sciences, 195, 768–775.

Arauzo-Carod, J.M; Coll-Martínez, E.; Méndez-Ortega, C. Aglomeración de sectores


intensivos en conocimiento: una aproximación intraurbana, Papeles de Economía
Española, nº 153, ISSN: 0210-9107. “Economía de las ciudades”

Bak, I.; Wawrzyniak, K.; Oesterreich, M. Competitiveness of the Regions of the


European Union in a Sustainable Knowledge-Based Economy. Sustainability 2022, 14,
3788. https://doi.org/10.3390/su14073788
file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/sustainability-14-03788-v2%20(1).pdf

CARAVACA, I., GONZÁLEZ, G., GARCÍA, A. Hacia la integración de Andalucía en


la sociedad del conocimiento: algunas estrategias públicas regionales, metropolitanas y
locales. En: Ciudad y Territorio Estudios Territoriales [en línea] Vol. XLIV, nº 172,

15
pág. 263-279. 2012 [consulta: 26 diciembre 2021] Disponible en:
https://recyt.fecyt.es/index.php/CyTET/article/view/76127????

CARAVACA, I., GONZÁLEZ, G., GARCÍA, A., FERNÁNDEZ, V. y MENDOZA, A.


Conocimiento, innovación y estrategias públicas de desarrollo: análisis comparado de
tres ciudades medias de Andalucía (España). En: Eure [en línea] Vol. 40, nº 119, enero
2014, pág. 49-74. [consulta: 26 diciembre 2021] Disponible en:
https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0250-71612014000100003

Centro de Estudios Andaluces, Encuesta de la Realidad Social de Andalucía, 2014


https://www.centrodeestudiosandaluces.es/publicaciones/solo-uno-de-cada-diez-
andaluces-desearia-marcharse-fuera

Cooke, P., Leydesdorff, L. Regional Development in the Knowledge-Based Economy:


The Construction of Advantage. J Technol Transfer 31, 5–15 (2006).
https://doi.org/10.1007/s10961-005-5009-3

CZYŻ T., Competitiveness of the Wielkopolska region in terms of a knowledge-


based economy. Quaestiones Geographicae 29(2), Adam Mickiewicz University Press,
Poznań 2010, pp. 71-84, 1 Fig., 7 Tables. ISBN 978-83-232-2168-5. ISSN 0137-477X.
DOI 10.2478/v10117-010-0015-4 (https://sciendo.com/article/10.2478/v10117-010-
0015-4)

Davenport, T. y Prusak, L. Working Knowledge: How Organizations Manage What


They Know January 1998 DOI: 10.1145/348772.348775 ACM: Ubiquity -
file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Working_Knowledge_How_Organizations_Man
age_What_Th%20(1).pdf

Department of Trade and Industry (1998), "Our Competitive Future: Building the
Knowledge Driven Economy: Analysis & Background" Cm 4176, The
Stationary Office, London.

Domínguez Ortiz, Antonio


1980 «Introducción general», Historia de Andalucía, I. Barcelona, Cupsa-Planeta, 10-
13.

https://etnias.net/bavaros/#:~:text=Sus%20hombres%20tienen%20un%20car
%C3%A1cter,hay%20otros%20aspectos%20menos%20festivos. [consulta: 23
diciembre 2022]

Eurofound, Monitoring convergence in the European Union: Looking backwards to


move forward-upward convergence through crisis (Completar)

Expansión [en línea] [consulta: 29 diciembre 2021] Disponible en:


https://datosmacro.expansion.com/ccaa/andalucia

Fundación CENTRA (Centro de Estudios Andaluces), InformeImagend e Andalucía,


cómo nos vemos y cómo nos ven, 2020, Consejería de la Presidencia, Interior, Diálogo
Social y Simplificación Administrativa. [consulta: 7 noviembre 2022] Buscar enlace!!!

16
Alina Mihaela DimaLiviu-Stelian BeguLiviu-Stelian BeguDenisa VasilescuDenisa
VasilescuMaria Alexandra MaassenMaria Alexandra Maassen, The Relationship
between the Knowledge Economy and Global Competitiveness in the European Union
May 2018Sustainability 10(6):1706 DOI: 10.3390/su10061706
https://www.researchgate.net/publication/325341367_The_Relationship_between_the_
Knowledge_Economy_and_Global_Competitiveness_in_the_European_Union

Godin, B. The Knowledge-Based Economy: Conceptual Framework or Buzzword?. J


Technol Transfer 31, 17–30 (2006). https://doi.org/10.1007/s10961-005-5010-x

Harris, Richard G. The knowledge-based economy: intellectual origins and new


economic perspectives International Journal of Management Reviews Volume 3 Issue 1
pp. 21–40 2001 file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Int%20J%20Management
%20Reviews%20-%202002%20-%20Harris%20-%20The%20knowledge
%E2%80%90based%20economy%20%20intellectual%20origins%20and%20new
%20economic%20perspectives.pdf

Hertog, P.D., KNOWLEDGE-INTENSIVE BUSINESS SERVICES AS CO-


PRODUCERS OF INNOVATION 2000 International Journal of Innovation
Management VOL. 04, NO.
04 https://www.worldscientific.com/doi/epdf/10.1142/S136391960000024X
PIM DEN HERTOG

ICEX, Ficha-Sector Robótica y automatización en Alemania 2022 AUTORA


Olatz Lejarza Loizaga
Oficina Económica y Comercial de España en Berlín
berlin@comercio.mineco.es
Fecha: 28/10/2022
NIPO: 114-22-016-9

Instituto del Banco Mundial, The World Bank. Building Knowledge Economies; The
World Bank: Washington, DC, USA, 2007 [consulta: 1 noviembre 2022] Disponible en:
https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/
10986/6853/411720PAPER0Kn101OFFICIAL0USE0ONLY1.pdf?
sequence=1&isAllowed=y

ISO 8373, norma internacional. Disponible en: ISO 8373:2021(en), Robotics —


Vocabulary

Jones, Chad I. «Growth and Ideas». En P. Aghion y S. Durlauf (eds.). Handbook of


Economic
Growth. Vol. B, capítulo 16, Elsevier, 2005.
https://web.stanford.edu/~chadj/Romer1990Jones2005.pdf

The Knowledge-Based Economy, Convergence and Economic Growth: Evidence from


the European Union
December 2007Journal of Economic Asymmetries 4(2)
DOI: 10.1016/j.jeca.2007.02.005
Stelios KaragiannisStelios Karagiannis

17
Korneliusz, P., Wojnicka-Sycz, E. y Sycz, P., What determines the success of economic
transition? Constructing regional advantage for Eastern and Western European regions.
2010 Acta Oeconomia, Volume 70, Issue 2 pages 163-194 ISSN online 1588-2659
{[consulta: 31 octubre 2022] Disponible en: What determines the success of economic
transition? Constructing regional advantage for Eastern and Western European regions
(de pago)

MÉNDEZ GUTIÉRREZ DEL VALLE, R., ABAD ARAGÓN, L., CARAVACA, I.,
GONZÁLEZ, G. Las ciudades de Andalucía ante la sociedad del conocimiento. En:
Scripta Nova-Universidad de Barcelona [en línea] Vol. XIV, nº 345, 10 de diciembre de
2010. ISSN 1138-9788 [consulta: 26 diciembre 2021] Disponible en:
http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-345.htm

Mudambi, Location, control and innovation in knowledge-intensive industries


Ram Mudambi https://academic.oup.com/joeg/article-abstract/8/5/699/992046?
login=false

https://www.researchgate.net/publication/254891188_The_Knowledge-
Based_Economy_Convergence_and_Economic_Growth_Evidence_from_the_European
_Union

OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). The


Knowledge-
Based Economy. Informe n.º OECD/GD (96) 102, París, 1996.
https://www.oecd.org/officialdocuments/publicdisplaydocumentpdf/?cote=OCDE/GD
%2896%29102&docLanguage=En

(Pylk, Wojnicka-Sycz y Sycz, 2020)What determines the success of economic


transition? Constructing regional advantage for Eastern and Western European regions

Porter, Michael E. La ventaja competitiva de las naciones Harvard Business


Review, ISSN 0717-9952, Vol. 85, Nº. 11, 2007, págs. 69-95
Porter, M. The Economic Performance of Regions. Reg. Stud. 2003, 37, 549–578

Powell, Snellman, https://www.jstor.org/stable/29737691

RATAJCZAK W., 2007. Competitiveness of Polish regions and ecodevelopment.


2nd Central European Conference in Regional
Science – CERS. 2007. Technical University of Košice,
Faculty of Economics, Košice: 834-846
http://www3.ekf.tuke.sk/cers/cers2007/PDF/Ratajczak.pdf

REIG MARTÍNEZ, Ernest. La economía del conocimiento en España [en línea].


Ivievideos. 8 de enero de 2018. [consulta: 22 enero 2022] Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=DjdGdZ3XIr8

REIG MARTÍNEZ, Ernest et al. La competitividad de las regiones españolas ante la


economía del conocimiento [en línea]. Bilbao: Fundación BBVA, 2017. ISBN: 978-84-

18
92937-69-1 [consulta: 21 octubre 2022] Disponible en:
https://www.fbbva.es/publicaciones/la-competitividad-de-las-regiones-espanolas-ante-
la-economia-del-conocimiento/

Stanickova, M. Classifying the EU competitiveness factors using multivariate statistical methods. Procedia
Econ. Finan. 2015, 23, 313–320.

Tony Siesfeld, Jacquelyn Cefola, Dale Neef The Economic Impact of Knowledge
https://www.taylorfrancis.com/books/edit/10.4324/9780080505022/economic-
impact-knowledge-tony-siesfeld-jacquelyn-cefola-dale-neef

Thurow, L. (2000): Construir Riqueza. Las nuevas reglas para individuos,


empresas y naciones en una economía basada en el conocimiento, Javier
Vegara editor, Buenos Aires.
Torrent I Sellens, Joan De la nueva economía a la economía del conocimiento
Hacia la tercera revolución industrial
Localización: Revista de economía mundial, ISSN 1576-0162, Nº 7, 2002, págs. 39-68

TORRENT I SELLENS, J., VILASECA I REQUENA, J. La economía y la sociedad


del conocimiento. Hacia una tercera revolución industrial [en línea] Barcelona: UOC,
2021 [consulta: 21 de octubre de 2022] Disponible en:
https://materials.campus.uoc.edu/daisy/Materials/PID_00237979/pdf/
PID_00237987.pdf

TORRENT I SELLENS, Joan, TIC, conocimiento y actividad económica en Cataluña.


[en línea] Barcelona: UOC, 2021. [consulta: 21 diciembre 2021] Disponible en:
https://materials.campus.uoc.edu/daisy/Materials/PID_00237983/pdf/
PID_00237991.pdf

Jordi Vilaseca, Joan Torrent y Ángel Díaz La economía del conocimiento: paradigma
tecnológico y cambio structural Working Paper Series WP02-003 Fecha de publicación:
noviembre de 2002 http://www.uoc.edu/in3/dt/20007/index.html
https://www.uoc.edu/in3/dt/20007/20007.pdf

Jordi Vilaseca, Joan Torrent y Ángel Díaz, La economía del conocimiento: paradigma
tecnológico y cambio estructural2002  de esta edición: FUOC, 2002
https://www.uoc.edu/in3/dt/20007/20007.pdf

Wesgro, cape town and western cape research, country, Baviera, Octubre 2021
https://wesgro.co.za/uploads/files/Wesgro-IQ_Bavaria_2021.10_Final.pdf

Andalucía https://observatorio.andaluciaconectada.es/indicadores/robotica-2020/
Baviera file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/DOC2022916852.pdf

8. ANEXOS

19
20

También podría gustarte