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BIBLIOGRAFÍA

Relación entre las fibras


musculares y la actividad física
Universidad de Guayaquil, Facultad de Ciencias Médicas, Nutrición y Dietética
Cátedra de Química Orgánica

GRUPO 3
Joselin Bernabé
Yaritza Sotomayor
Idrian Valiente
Karla Sánchez
Heidy Saltos
Universidad de Guayaquil
Facultad de Ciencias Médicas, Nutrición y Dietética
Cátedra de Química Orgánica
Grupo 3: Ensayo

Relación Entre Las Fibras Musculares y La Actividad Física

Cuando hablamos de fibras musculares nos referimos a células multinucleadas, de la


cual esta compuesta el músculo esquelético. Gracias a todos sus componentes puede
producir la contracción, y con eso la fuerza que se necesita para realizar un
movimiento.

Los músculos esqueléticos contienen una composición heterogénea de diferentes


fibras que existen en un continuo de lento a rápido, por lo que su función es específica
para una tarea particular. La determinación de la composición de la isoforma de
cadena pesada de miosina (MHC) es un enfoque posible para clasificar las fibras en
este espectro. Estas características distinguen la idoneidad de cada tipo de fibra en
diferentes contextos de la vida diaria y, por tanto, son de gran interés tanto para
poblaciones sanas como enfermas.

Según la composición del tipo de fibras musculares de un individuo se puede predecir


un rendimiento deportivo, es decir, que existe una relación con la actividad física que
la persona practica, ya que los deportistas con mayor número de fibras blancas tienen
más facilidad en deportes tal como de velocidad, saltos, lanzamientos. Por otro lado,
los deportistas con mayor número de fibras rojas poseen mejor rendimiento tanto en
maratón, ciclismo, entre otros.

Además, en el proceso de envejecimiento se puede deteriorar la condición funcional


del adulto mayor, como la pérdida gradual de fibras musculares asociada a
disminución de la fuerza disminución de la capacidad funcional a causa de la
debilidad que limita sus desplazamientos y realización de sus actividades básicas
cotidiana. No obstante, con la actividad física se obtienen algunos beneficios que
evitan que el proceso de envejecimiento deteriore la condición funcional del adulto
mayor evitando su aislamiento social y mejorando su calidad de vida.
Durante el ejercicio, el músculo esquelético satisface sus demandas energéticas
utilizando sustratos que proceden de las reservas del organismo gracias a la ingestión
diaria de nutrientes. Los sustratos energéticos de las que el musculo esquelético
obtiene la energía química para transformarla en energía mecánica o estática son,
fundamentalmente, las grasas y las hidratos de carbono.

El metabolismo energético de nuestras células musculares (reacciones químicas que


convierten los alimentos en energía) va a consistir esencialmente en una serie de
transferencias de energía para conseguir que la célula disponga de las cantidades de
ATP necesarias para satisfacer las demandas energéticas.

En determinadas circunstancias, estos procesos químicos pueden llevarse a cabo sin la


participación del oxígeno molecular procedente del aire atmosférico. En estos casos
todas las reacciones químicas que en ellos acontecen tienen lugar en el citoplasma
celular. Básicamente a estas rutas metabólicas se les ha denominado "anaeróbicas".
No obstante, la mayor parte de la reposición de ATP en la célula muscular tiene lugar
mediante un proceso complejo que acontece en las mitocondrias denominado
fosforilación oxidativa (u oxidación celular) a partir de la combustión de los
macronutrientes.

La utilización de ATP durante el ejercicio se lleva a cabo mediante la acción de tres


enzimas ATPasas durante el proceso de la contracción: la actimiosín ATPasa que
permite el movimiento de las moléculas de miosina modificando su conformación, la
SERCA ATPasa que introduce de nuevo el calcio al interior del retículo sarcoplásrnico
para permitir la relajación y la ATPasa Na/K que restablece el equilibrio iónico tras la
despolarización para recuperar el potencial de membrana de reposo.

Según la naturaleza (tipo, frecuencia, intensidad y duración) y el estímulo (ejercicio o


entrenamiento), la respuesta adaptativa puede adoptar diferentes formas: 1) hipertrofia,
en la que las fibras aumentan de tamaño pero conservan su estructura básica y sus
propiedades bioquímicas, 2) se regenera sin hipertrofia, cuando las miofibrillas no
aumentan de tamaño, pero sufren cambios notables en sus características estructurales
y enzimáticas, a menudo acompañadas de alteraciones en la microvasculatura , y 3)
una respuesta mixta cuando la remodelación va de la mano con la hipertrofia.
Continuando, el modo y la amplitud de la respuesta dependen en gran medida de la
configuración muscular inicial antes del ejercicio.

El entrenamiento de resistencia generalmente induce un cambio en el tipo de fibra con


un fenotipo más oxidativo. Esto es lógico considerando la especificidad del
entrenamiento, considerando el mayor consumo de oxígeno durante el entrenamiento
de resistencia. El cambio en el tipo de fibra parece ser menos pronunciado a medida
que los atletas de resistencia se desarrollan más en preparaciones específicas para
eventos y comienzan una intervención de entrenamiento de fuerza con una mayor
abundancia de fibra tipo I .

En conclusión, la fibra muscular tiene un alto grado de adaptación, lo que la convierte


en un excelente receptor para métodos de entrenamiento específicos. Sin embargo,
también puede ocurrir lo contrario: los mismos métodos de entrenamiento pueden
desalinear la fibra muscular por no cumplir con los objetivos de la especialidad
deportiva. De esta manera, no solo cambia tu metabolismo, sino que también cambia
tu estructura molecular. Esto nos lleva a concluir que el dominio metodológico del
entrenamiento debe estructurarse principalmente en el mecanismo energético que
caracteriza a la especialidad deportiva. Cuanto más tiempo no se desvíe de este
principio, mayor será el desajuste de las celdas, lo que afectará el rendimiento.
BIBLIOGRAFÍA

Referencias

1. López, J., & Fernández, A. Bioergética de las fibras musculares y del ejercicio.
Repositorio Dsapace, 2017. Recuperado en Julio 18, 2022, de http://up-
rid2.up.ac.pa:8080/xmlui/handle/123456789/1684

2. Transiciones de Tipo de Fibra Muscular con el Entrenamiento Físico: Perspectivas


Cambiantes. G-SE, Octubre 11, 2021. Recuperado en Julio 18, 2022, de https://g-
se.com/transiciones-de-tipo-de-fibra-muscular-con-el-entrenamiento-fisico-perspectivas-
cambiantes-2892-sa-M6165ee01c0ea1

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