Está en la página 1de 5

LA INFLUENCIA DE LUTERO EN KARL MARX

El fetichismo religioso – Lutero: primer economista alemán – Contra la usura


Por Fernando Estrada, investigador RePEC, MinCiencias, UIS, Externado

En su Contribución a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, que Marx escribiera


en 1844, cuando era un convencido de que la emancipación social de Alemania mediante
la revolución requería de una dialéctica entre la realidad y la teoría, escribe:

"El pasado revolucionario de Alemania es un pasa-do teórico: es la Reforma. Así


como la revolución de entonces empezó en el cerebro de un monje, así la
revolución de ahora, comienza en el cerebro del filósofo. Lutero, admitámoslo,
venció a la servidumbre por la devoción, porque la sustituyó por la servidumbre
en la convicción. Quebró la fe en la autoridad, porque reestableció la autoridad
de la fe. Convirtió a los curas en seglares, porque convirtió a los seglares en curas.
Liberó al hombre de la religiosidad externa porque hizo de la religiosidad el
hombre interior. Emancipó de las cadenas el cuerpo porque cargó de cadenas el
corazón"1.

Marx considera que Lutero fue al menos, uno de los primeros Alemania en descubrir
teóricamente las raíces mismas del incipiente capitalismo. También Marx se tiene por
segundo Lutero pero éste ya no entabla combate “contra los curas exteriores a él” , sino
"contra su propio cura interior, Emancipación no sólo de los principios, sino del pueblo:
“La cabeza de esta emancipación es la filosofía, su corazón el proletariado”2.

Este último concepto será, para Marx, el único que traerá la recuperación reflexiva de las
clases marginadas.

Parte de los Manuscritos Económico-Filosóficos, que escribe Marx en 1844, reconocen


la influencia de Lutero. Marx, juntamente con Engels, denomina a Adam Smith, el
“Lutero de la Economía Política"

"Lutero reconoció la religión, en la fe, la en esencia del mundo exterior,


enfrentándose así al paganismo católico, y acabó con la religiosidad externa, al
convertir la religiosidad en la esencia interior del hombre; así como negó al cura
fuera del lego, transponiéndolo al corazón de éste; la economía política acaba con
la riqueza situada fuera del hombre e independiente de él -que, por tanto, sólo
puede mantenerse y afirmarse de modo puramente externo-; es decir, acaba con
su objetividad externa y carente de pensamiento, para incorporar la propiedad
privada del hombre mismo y reconocer al mismo hombre como su esencia, pero
con ello hace del hombre mismo la determinación de la propiedad privada, como
Lutero hace de él la de la religión"3.

Este descubrimiento del fetichismo religioso incorporado a todo el la economía política


Marx se lo reconoce con todo honor a Lutero, el primer reformador alemán.

1
MARX, K. ENGELS, F. 1974, pp. 100-101 Sobre la Religión. Salamanca, Sígueme, Alemania.

2
Ibid, p. 106
3
Ibid, p. 143

1
En su Historia Crítica de la Teoría de la Plus-Valía (1861-1863), Marx sitúa a Lutero por
encima de Proudhon y no duda en colocarlo a la cabeza de los grandes economistas
clásicos de Alemania.

En la sexta parte de sus Obras: "Libros sobre el Tráfico comercial y la Usura" (1524),
refiriéndose al tráfico comercial, al capital comercial, escribe Lutero:

"En la actualidad los mercaderes se quejan mucho de los nobles o bandidos; se


ven obligados a realizar su tráfico en medio de grandes peligros, exponiéndose a
caer prisioneros, a verse apaleados, secuestrados, despojados de sus bienes, etc.
indudablemente si los comerciantes soportasen todo esto en bien de la justicia,
serían verdaderos santos... pero los mercaderes se entregan en todas partes,
incluso entre ellos mismos, tales granujadas, a tales depreciaciones y a tales actos
de bandidaje, contrarios a la doctrina de Cristo, que no debemos extrañarnos de
que la providencia divina los condene a perder de nuevo, por unos medios o por
otros, estas grandes riquezas mal adquiridas, ni de que los mercaderes se vean, a
su vez atropellados o engañados... Es deber de los príncipes reprimir debidamente
este tráfico poco honrado y tomar las medidas necesarias para que sus súbditos
no sean atropellados de un modo tan desvergonzado por los mercaderes. Pero los
príncipes no lo hacen; por eso el buen Dios tiene que armar el brazo de los
caballeros y los bandidos, vengando sobre los merca- deres, por medio de estos
caballeros y bandidos -por medio de sus diablos-, el mal que aquellos hacen.
Recordemos las palabras de Isaías: 'Los príncipes se han hecho cómplices de los
ladrones'. Mandan ahorcar al ladrón que ha robado un florin o medio florín, pero
mantienen las mejores relaciones con los bandoleros que roban a todo el mundo
y compran por su respeto, pues sigue siendo cierto aquel proverbio de que los
grandes ladrones cuelgan a los pequeños. Pero ¿Qué dirá Dios algún día de todo
esto? Hará lo que nos ha sido anunciado por medio del profeta Ezequiel: Fundirá
juntos como el plomo y el bronce, a los príncipes y a los mer- caderes, es decir, a
los ladrones y a sus consor- tes, como cuando se quema una ciudad; entonces ya
no habrá ni príncipes ni mercaderes, y mucho me temo que esta solución esté ya
muy cercana"4.

En la primavera de 1539 Wittemberg fue afectada por la quiebra en los productos


agrícolas. Los cereales subieron de precio. Muchos comerciantes comenzaron a
almacenarlos a la espera de que el precio subiera mucho más. Si antes de eso el
abastecimiento era precario, después se tornó más difícil. El resultado fue el que los
comerciantes habían esperado. Los precios se elevaron desmedidamente. Los
acaparadores se enriquecieron y los trabajadores de Witterberg sufrieron una catástrofe.
Tuvieron que pedir dinero prestado para comprar el pan que cotidiano. El capitalismo
bajo la forma de un inocente reflujo comercial, comenzó a avanzar sobre Wittenberg y el
Norte de Europa. Aún pasará mucho tiempo sin que el capitalismo industrial surgiera al
Norte de Alemania.

¿Cómo que Lutero viviendo en Wittenberg reaccionó. En abril de 1539 él visitó a los
miembros del concejo municipal, al prefecto Lucas Cranach y al Príncipe, pidiéndoles
que tomaran medidas enérgicas para impedir el hambre, el aumento de los precios, la
especulación y la usura. Entre tanto no hubo mejora. Lutero entonces escribió un pequeño

4
Ibid., p. 184

2
manifiesto: A los pastores. Exhortación a predicar contra la Usura, un ataque contra
quienes practicaban la usura, esto es, aquellos que prestaban dinero con altos intereses.

Marx, tres siglos después, exaltará este documento de Lutero como un análisis crítico más
serio que los trabajos sobre economía de Proudhon.

"Un usurero es un asesino, no por el simple hecho de que él no ayuda a quien


tiene hambre, sino que también roba las migajas de la boca de los pequeñi- tos,
el pan que el Dios de los piadosos da al que tiene hambre para su sustento. Al
usurero no le importa que el mundo entero tenga hambre, con tanto que él consiga
su dinero"5.

Cuando un usurero utiliza la desgracia de sus semejantes para ganar dinero, él comete un
crimen contra la humanidad, dice el Reformador.

Esa falta de amor es lo que caracteriza la idolatría. Los que usan su poder económico para
subyugar a sus semejantes no creen en Dios, sino en Mamón. Aquel que se coloca por
fuera de la comunidad de fe es un idólatra. Debe ser excluido por lo tanto de los
sacramentos, y no puede ser enterrado como cristiano, si no se arrepiente antes de morir.

"Si sabes con certeza que una persona es un usurero, no debes darle la comunión
ni perdonarle sus pecados, si él no se arrepiente de su usura. De lo contrario seréis
cómplices de su usura y de su pecado, e ireis para el infierno por el pecado de
otro... Debes dejarlo permanecer pagano en la muerte y no enterrarlo entre
cristianos ... un usurero y un idólatra que sirve a Mamón"6.

Marx por su parte, cita reiteradamente este escrito de Lutero:

"Lutero expone en estas líneas los orígenes del capital usurario: la ruina de los
burgueses grandes y pequeños, de los labradores, de los caballeros, de los
hidalgos y de los príncipes. Por una parte el usurero acapara el dinero sobrante y,
además, los medios de producción del pequeño burgués, del agricultor, del
artesano, del pequeño productor de mercancías, en una palabra, lo que necesita
es dinero, por ejemplo para pagar sus deudas antes de convertir en dinero sus
mercancías, le compra incluso algunos medios de producción etc. Por otra parte
se queda con el dinero de los rentistas, de los que gastan su dinero en fiestas y
orgías.

Con la usura se consiguen, pues, dos fines, uno consiste en crear fortunas
independientes, formadas por dinero constante y sonante; otro en quedarse con
los medios de producción, es decir en arruinar a los que anteriormente los
poseían"7.

La cita de Lutero es como sigue:

"Me han dicho que en las fiestas de Leipzig cobran hasta el 30% y algunos añaden
que en las de Neven- burg se llega a cobrar hasta el 40%. No me atrevo a asegurar
que esto sea verdad. Pero ¿A dónde diablos se quiere ir a parar por este camino...?

5
Ibid, p. 248
6
Lutero, óp. Cit. P. 392.
7
MARX Y ENGELS, Op. cit., p. 253

3
En Leipzig nadie presta hoy 100 florines sin cobrar 40 al año; en un solo año el
prestamista devora la hacienda de cualquier campesino o de cualquier habitante
de la ciudad. Por un préstamo de 1.000 florines cobran 400 al año de intereses, y
en este año devora la hacienda de cualquier caballero o hidalgo rico. Si el
préstamo es de 10.000 florines cobra 4.000 florines al año y en un año devora a
cualquier conde rico, etc. Y todo ello sin arriesgar en lo más mínimo su cuerpo ni
su patrimonio, sin trabajar, sin moverse de junto al fuego ni dejar asar en él 'sus
patatas"8.

Por pasajes como éste, cuyo tenor revolucionario es contundente, Lutero es admirado por
Marx. Este apreció como ningún otro en la Alemania de su época, las obras sobre
economía que escribió Lutero, aunque en algunas ocasiones hubiese criticado el estilo
vulgar del Reformador.

Lutero es, en realidad, el economista alemán más citado por Marx, en la mayoría de las
veces con aprobación. Marx llama a Lutero "El primer economista alemán".

En El Capital y en Las Teorías de la Plus-Valía, Marx cita a Lutero página por página,
mostrando su aprecio particular por Una exhortación a los pastores para predicar contra
la usura. Marx cita a Lutero como apoyo de su critica a Proudhon. Lutero vió el secreto
del lucro capitalista ya en el siglo XVI, sin embargo Proudhon, viviendo tres siglos
despues, no entendió el Capitalismo, dice Marx9.

De acuerdo con la economía aristotélica, Lutero afirma que el trabajo es fuente de toda
riqueza. El sigue a los economistas escolásticos que decían que el dinero no produce
dinero. Mas Lutero dió un paso al frente al analizar las relaciones sociales que legitiman
esa aprobación.

¿Quiénes son los perdedores? ¿Quiénes son los oportunistas? Estas preguntas llevaron a
Lutero a hacer un esbozo de la lucha de clases. En ese contexto, él también amplía el
alcance de la usura, el modo como se admiten ciertas prácticas financieras comúnes en la
época. "Usura" para él significa, no sólo el interés excesivo, sino también el
aprovechamiento de los frutos del trabajo ajeno. De ese modo, el concepto se aproxima
bastante a la noción que Marx tenía sobre la "PlusValía", tal como él lo enfatiza en El
Capital, señalando desde luego las limitaciones y la finalidad del análisis económico que
hiciera Lutero en su época. Para Marx, sin embargo, Lutero está en pie de igualdad con
"Los Primeros Socialistas".

A pesar de esa admiración de Marx por Lutero, hay también importantes diferencias. Una
de esas diferencias se refiere al hecho de que Lutero vivió en una época semifeudal del
capitalismo. A despecho de sus esfuerzos por analizar el “Monopolio”, Lutero no tiene
idea del capitalismo monopolista. El análisis de Marx obviamente fue más lejos en su
evaluación del capitalismo industrial.

Lo que importa es que esta herencia de Lutero recibida por Marx habría de traer notables
cambios a la visión económica e histórica de la sociedad moderna.

8
LUTERO, Op. cit., p. 396
9
MARX, K. El Capital. México, Fondo de Cultura Económica, 1976, pp. 448-516.

4
5

También podría gustarte