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https://campus.belgrano.ort.edu.ar/segundo-n/2018-ne2a/historia-2
Hacia 1450, la economía europea mostraba signos de notable recuperación respecto de las
dificultades experimentadas en el siglo anterior. Creció la población y también la producción de
alimentos en las zonas rurales. El incremento del comercio dio lugar al florecimiento de la vida en
las ciudades, en particular en Italia y en los Países Bajos. Los burgueses de estas zonas fueron los
principales protagonistas de estos cambios.
Les sugerimos que lean el siguiente fragmento para analizar luego las preguntas planteadas:
“Hijo mío, […] pretendo y deseo que aprendas lenguas perfectamente. En primer lugar, la griega
[…], en segundo lugar, la latina; y luego, la hebraica, para las Sagradas Escrituras; y también, la
caldea y la arábiga. Y que te formes tu estilo, en cuanto a la griega, a imitación de Platón, en
cuanto a la latina, a imitación de Cicerón. Que no haya historia que no tengas presente en la
memoria […] ¡Sigue! Conoce todas las leyes de la Astronomía y olvida la Astrología divina […]. De
derecho civil, quiero que sepas sus bellos textos de memoria y que los relaciones con la Filosofía
[…]. En cuanto al conocimiento de los hechos de la naturaleza, deseo que te dediques a ellos
diligentemente: que no exista mar, río o fuente cuyos peces no conozcas; has de conocer también
todos los pájaros del aire, todos los árboles y arbustos y frutos de la flora, todas las hierbas de la
tierra, todos los metales sepultados en el fondo de los abismos y las piedras preciosas de todo el
Oriente y de los países del sur […]. Con frecuentes análisis minuciosos, conseguirías el perfecto
conocimiento del microcosmos, o sea, del hombre. Y durante algunas horas al día, comienza a
familiarizarte con los textos sagrados”.
Rabelais, François. “Pantagruel”, 1532.
Luego de leer el fragmento señalá cuáles de los siguientes elementos rescataban los humanistas y
qué implicaba este nuevo ideal:
La imprenta de tipos móviles facilitó que el libro se convierta en el gran instrumento de difusión de
las nuevas ideas humanistas. A continuación les proponemos que observen el siguiente video y
lean una carta:
Frecuentemente he deseado, cultísimo Manucio, que la luz por usted arrojada sobre las literaturas
griega y latina, no solo por su imprenta y por sus espléndidos tipos, sino también por su brillo y su
extraordinaria cultura, fuese igualada por el beneficio que a su vez ella le rinde.
Su memoria será, como es ahora su fama, no solamente ilustre, sino estimada y amada, porque se
ocupa usted, como he oído, de revivir y difundir a los buenos autores –con extrema diligencia
aunque con exiguo provecho– […]. Me he enterado de que imprime usted Platón en tipos griegos;
muchos estudiosos aguardan ansiosamente el libro. Quisiera saber qué autores médicos ha
impreso usted […].
Me pregunto por qué no ha publicado hace ya tiempo el Nuevo Testamento, obra que habría
deleitado aun a la gente vulgar […] pero particularmente a la gente de mi profesión, a los
teólogos. Le envío dos tragedias que he osado traducir; usted juzgará si con éxito. […] Si usted
tiene en su imprenta alguna obra rara, le agradeceré que me lo indique: mis cultos amigos
ingleses me han encargado que busque obras en su nombre. […]”
Desiderio Erasmo
Luego de ver el video y leer la carta le proponemos que responda las siguientes preguntas:
Como vimos en las clases anteriores durante los siglos XV y XVI las monarquías europeas
recuperaron paulatinamente su poder y comenzaron a delimitarse las fronteras entre los estados,
situación que en la mayoría de los casos no fue pacífica. Dentro de los Estados que se consolidaron
en este período podemos mencionar a Francia, España, Portugal e Inglaterra. En cada caso las
dificultades fueron distintas pero los distintos monarcas lograron la unidad territorial y, como
veremos más adelante, también buscarán la unidad religiosa.
Este contexto conflictivo entre estados, dio lugar entre los autores humanistas a la aparición de
reflexiones políticas, que dejan de lado las cuestiones religiosas y se enfocan en desentrañar cómo
un Estado debía gobernar su territorio.
En este caso analizaremos al autor florentino, Nicolás Maquiavelo (1469 – 1527) y a Erasmo de
Rotterdam (1466 – 1536). A continuación leeremos fragmentos de "Cualidades de un buen
gobernante”, según Maquiavelo y "Consejos de Erasmo para un buen gobierno", luego
resolveremos las actividades planteadas en la página del libro.
Todo príncipe debe desear ser tenido por compasivo y no por cruel; sin embargo, ha de
estar atento a no ser mal uso de su compasión. Un príncipe no se debe preocupar de que
le tachen de cruel, si a cambio mantiene a sus súbditos unidos y leales.
A menudo para conservar el estado, necesita obrar contra la fe, contra la caridad, contra
la humanidad y contra la religión.
Es mucho más seguro ser temido que amado, en el caso de que haya de prescindirse de
una de las dos. Si el príncipe no consigue el amor del pueblo, es preferible ser temido que
odiado.
Los príncipes deben hacer que otros ejecuten las disposiciones impopulares, y ejecutar
ellos mismos las disposiciones favorables a los súbditos.
Al príncipe le es necesario tener al pueblo de su parte, porque, si no, no tendrá remedio en
las adversidades.
“La ley suprema del buen gobernante debe ser no velar tan sólo por la felicidad presente de la
nación, sino entregarla aún más floreciente que como la recibió. Ha de cuidar de no dejarse
engañar en los más altos valores por discursos mentirosos, fuente de la que brota y se difunde
cuando hay de malo en el mundo. La verdadera felicidad no consiste en que el pueblo tenga ocio y
lujos abundantes, ni la verdadera libertad en que cada uno haga lo que desea.
A quien ha de ser promovido al gobierno se le debe recordar en primer término que la mayor
esperanza de la nación reside en la adecuada educación de los niños. De este modo se logrará que
no sean necesarias demasiadas leyes ni castigos, ya que los ciudadanos obrarán rectamente de
manera espontánea. Tan grande es la influencia de la educación que, como ya Platón lo dijera, el
hombre bien educado se transforma en un ser en cierto modo divino, en tanto que el mal educado
degenera en una suerte de bestia feroz. Nada puede interesarle más a un gobernante que el hecho
de que sus súbditos sean los mejores posibles.
Un buen gobernante no iniciará jamás una guerra a no ser que, después de haberlo intentado
todo, no existan medios de evitarla. Si estuviéramos en tal disposición de ánimo, las guerras
apenas existirían. Si, en fin, no fuera posible evitar una situación tan pestilente, el primer cuidado
del gobernante será que ella termine tan pronto como sea posible, desarrollándose con los
menores daños para los suyos y con el mínimo derramamiento de sangre cristiana. Porque hacer la
guerra obliga a la juventud a enfrentar enormes peligros y en una sola hora hace multitud de
huérfanos, viudas, ancianos desamparados, mendigos e infelices. (...)”.
Actividad
El Renacimiento artístico
La idea de "Renacimiento" estuvo muy vinculada a las percepciones que tenían los intelectuales y
artistas de la época, que consideraban que habían emergido luego de un período de "oscuridad",
representado por mentalidad medieval. La fuente de inspiración para todos ellos era el arte
clásico, griego y romano. Muchas familias burguesas fueron grandes impulsoras de los artistas
renacentistas, en parte, porque la reactivación del comercio, la vinculación económica con la
monarquía y la unidad territorial estatal le habían permitido enriquecerse, además, patrocinar a
artistas de renombre les daba cierto prestigio social. Pero luego, también miembros del clero y
reyes encargarían obras. Los hombres ricos que financiaban el arte, recibirían el nombre de
mecenas. Esta vinculación entre el artista y quien lo contrataba permitiría el auge de la obra por
encargo y la proliferación de los retratos, ya que muchos de estos mecenas querían quedar
inmortalizados en una pintura. Los artistas de mayor renombre generalmente trabajaban al
servicio de hombres muy importantes de su tiempo (reyes, el Papa, comerciantes muy ricos), a
cambio de esto los artistas recibían protección, refugio, difusión de su obra y apoyo económico.