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INTELIGENCIA ARTIFICIAL

La inteligencia artificial (IA) está formada por una serie de algoritmos lógicos
suficientemente entrenados a partir de los cuales las máquinas son capaces de
tomar decisiones para casos concretos a partir de normas generales.
Esta tecnología tiene aplicaciones en el diagnóstico y seguimiento de pacientes
con una evaluación pronóstica individualizada de los mismos.
Además, si combinamos esta tecnología con la robótica, podemos crear
máquinas inteligentes que hagan propuestas diagnósticas o que sean mucho
más eficientes en su trabajo.
Por lo tanto, la IA va a ser una tecnología presente en nuestro trabajo cotidiano
a través de máquinas o programas informáticos, que de manera más o menos
transparente para el usuario, van a ir siendo una realidad cotidiana en los
procesos sanitarios.

La OMS reitera la importancia de aplicar los principios éticos y la gobernanza


adecuada, enumerados en sus orientaciones sobre Ética y gobernanza de la
inteligencia artificial en el ámbito de la salud (en inglés), que son fundamentales
en la formulación, desarrollo y despliegue de la IA en el ámbito de la salud.

Los seis principios fundamentales establecidos por la OMS son:

1) proteger la autonomía

2) promover el bienestar y la seguridad de las personas y el interés público

3) garantizar la transparencia, la claridad y la inteligibilidad

4) promover la responsabilidad y la rendición de cuentas

5) garantizar la inclusividad y la equidad

6) promover una IA con capacidad de respuesta y sostenible.

La inteligencia artificial puede utilizarse, lo que ya se está haciendo en algunos


países ricos, para mejorar la velocidad y la precisión del diagnóstico y la
detección de enfermedades;

♦ facilitar la atención clínica


♦ reforzar la investigación en el ámbito de la salud y el desarrollo de
medicamentos
♦ apoyar diversas intervenciones de salud pública
♦ vigilancia de la morbilidad
♦ respuesta a los brotes de pandemia e epidemia
♦ gestión de los sistemas de salud.

La IA también podría permitir que los pacientes tuvieran un mayor control de su


propia atención de salud y comprendieran mejor la evolución de sus
necesidades. Además, podría facilitar el acceso a los servicios de salud en los
países con escasos recursos y las comunidades rurales, donde los pacientes a
menudo tienen dificultades para acceder a los agentes de salud o al personal
médico.

Importancia de la IA en medicina

Antes de que comenzara a aplicarse la Inteligencia Artificial en la medicina, los


modelos predictivos en el cuidado de la salud solamente eran capaces de
considerar variables limitadas de datos, siempre y cuando estuvieran limpios y
bien organizados. Sin embargo, en la actualidad se ha demostrado que las
herramientas sofisticadas de aprendizaje de las máquinas o las tecnologías de
deep learning respaldan las capacidades humanas para realizar estas tareas.

Gracias a esta nueva tecnología ya se puede:

 Ofrecer diagnósticos precisos más rápidamente.


 Mejorar el control y el seguimiento de pacientes crónicos mediante
dispositivos electrónicos.
 Aliviar la carga de trabajo a profesionales médicos.
 Reducir los tiempos de investigación para el desarrollo de nuevos
fármacos y sobre el tratamiento de determinadas enfermedades.

Ejemplos de uso de la IA en salud

La Inteligencia Artificial ha resultado fundamental para el desarrollo de la


medicina y ya se está aplicando en diversas áreas, entre ellas las siguientes:

♦ Análisis médicos y de imágenes. Una de las ventajas más importantes


es la rapidez con la que pueden procesar elevadas cantidades de datos,
lo que es relevante al analizar diferentes pruebas médicas como
resonancias o estudios genéticos.
♦ Diagnósticos. Su utilidad en este aspecto está fuera de duda, sobre
todo para enfermedades que se desarrollan muy rápido, como algunas
patologías degenerativas o ciertos tipos de cáncer. Al identificarse a
tiempo una enfermedad, el tratamiento puede comenzar antes e intentar
frenar su progresión.
♦ Tratamientos. En el campo de la farmacología, la Inteligencia Artificial
facilita el trabajo de los investigadores a la hora de analizar las
secuencias genéticas para hallar las vacunas o crear las medicinas
adecuadas. Pero, además, como ha probado Proyecto Hanover de
Microsoft, los investigadores biomédicos pueden adoptar la Inteligencia
Artificial para implementar tratamientos de cáncer dirigidos a los perfiles
genómicos específicos de los pacientes. Esta medicina de precisión ha
probado ser en algunos casos más efectiva que la quimioterapia
tradicional y tiene menos efectos secundarios.
♦ Genética. El análisis del genoma humano no es un secreto para la IA,
pero en la actualidad ya existe hasta una aplicación móvil que, por
medio de un sistema de reconocimiento facial, permite detectar
enfermedades raras y trastornos genéticos. Con solamente una
fotografía, Face2Gene es capaz de emitir un diagnóstico preciso, gracias
a la comparativa de la imagen con su creciente base de datos.
♦ Embarazos. El uso de la Inteligencia Artificial ofrece una mejor visión
del feto. Ello, junto a un análisis pormenorizado de los datos disponibles,
propicia conocer el estado del embarazo en tiempo real, lo que posibilita
el disfrutar de gestaciones más seguras y prescindir de procedimientos
invasivos para identificar malformaciones.
♦ Prótesis inteligentes. Estas pueden ser controladas con una aplicación
y tienen la capacidad de aprender los patrones de movimiento de su
usuario, de manera que se adaptan considerablemente mejor a sus
necesidades.

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