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Un amigo para Navidad

Había una vez un pingüinito que al quedarse dormido se quedó solito, su vecindad
emigró temprano a buscar alimentos porque en el lugar donde estaban para todos
no había mucho sustento, salieron muy temprano, hicieron varios llamados, pero
el pingüinito vivía en su iglú un poco distanciado, roncaba muy placido mientras
los otros marchaban y sus grandes ronquidos no le permitían escuchar cuando a
él lo llamaban.

Al medio día el pingüinito despertó, hacia afuera miró y muy sorprendido quedó
porque a nadie más vio.

– ¡Me dejaron y de mí se olvidaron! -repitió.


Así que salió apresurado a buscarlos, pero no sabía qué dirección tomar, un poco
perdido decidió regresar y quedarse a esperar, tal vez alguien lo volvería a buscar,
pasaban los días y nadie llegaba, muy triste el pingüinito estaba.

Una noche en víspera de Navidad el pingüinito vio pasar una estrella fugaz, sus
ojitos rápidamente cerró y con todo su corazón un gran deseo pidió: ¡Un amigo
para Navidad! Eso quiero, susurró. Con mucha alegría y esperanza confió que su
deseo se cumpliera en Navidad, porque sabía que, si lo pedía con todo su
corazón, el Dios del cielo le cumpliría su petición.

A la mañana de la Navidad muy temprano salió a pescar, porque una rica cena no
podía faltar, adornó su iglú y se preparó, una linda bufanda buscó.

– ¡listo! -mencionó.
Esperó, esperó y esperó, pasaron las horas y nadie llegó.

– ¿No entiendo que pasó? -se preguntó.


A media noche se fue a descansar porque no tenía con quien celebrar ese día tan
especial.

La marea empezó a subir y trajo con ella una foca pequeña, estaba perdida, se
quedó atrás ya que no podía nadar, el mar la arrastró y cerca del iglú del pingüinito
la dejó. La foca muy asustada, con hambre, frio y lastimado, se desplazó hasta el
iglú y empezó a gritar:

– ¿Hay alguien acá? ¿Me pueden ayudar?


El pingüinito saltó de su cama, rápido se alistó y contento corrió porque su deseo
se cumplió, con mucha alegría, respondió:

– ¡Sí aquí estoy yo! -a la foca hizo pasar, sus raspaduras sanó, su bufanda le
prestó y muchos pescados con él comió.
La foca estaba muy agradecida de encontrar quien lo ayudara y el pingüinito de
conocer el amigo que tanto esperaba, juntos recordaron lo importante que es la
Navidad, un tiempo para agradecer, ayudar, amar, perdonar, abrazar, tener
generosidad hacia los demás y sobretodo reconocer que Jesucristo es el
verdadero significado de la Navidad.

La foca y el pingüinito se hicieron amigos esa noche y aunque la foca viene y va,
cada Navidad se juntan a celebrar y a recordar lo importante que es la amistad en
Navidad.

Fin.

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