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La Señal de la Cruz.
Toda oración cristiana comienza con la señal de la cruz: “En nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén”. Con esta fórmula invocamos
a la Santísima Trinidad e iniciamos nuestra oración en su nombre,
recordando el centro de nuestra fe recibida en el Bautismo: “Id, pues, y haced
discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo “(Mt 28, 19)
Hacer la señal de la cruz es un acto que cada cristiano debe realizar
con gran devoción y no de cualquier manera, puesto que dicha acción
expresa nuestra fe. En la actualidad algunas personas evitan realizar este
gesto, manifestando una actitud de rechazo al no aceptar o profesar la fe
cristiana.
La forma correcta de realizar la cruz es con plena conciencia
expresando el sentido profundo de nuestra fe, debe ser con calma y gran
reverencia. En cuanto a las manos se acostumbra realizar doblar el dedo
índice y recargarlo con el pulgar derecho formando una cruz, cuyo
significado de todo el gesto es la Trinidad y las dos naturalezas de Cristo la
humana y la divina. 1
1
https://sites.google.com/site/oracionesbasicaspsf/la-senal-de-la-cruz-psf
1.1. Tres maneras de hacer la señal de la cruz.2
2
https://es.aleteia.org/2015/01/14/que-diferencia-hay-entre-santiguarse-signarse-y-
persignarse/
1.2. La cruz en la Sagrada Escritura.
3
Atanasio, De incarnatione Verbi, 9
ofensa para ser deshecha, el ofensor debe dar más de aquello que ha quitado
del ofendido. Dios dio la vida divina al hombre y, por su ofensa, la perdió.
¿Qué puede dar el hombre a Dios en reparación por su ofensa, que sea más
de lo que Él le había dado? En su actual condición, el hombre no podría hacer
nada… es Cristo, que en la misericordia y justicia divina, se hace hombre,
siendo Dios y, libremente, ofrece su vida (que la posee… es incorruptible)
en rescate de nosotros. En efecto, en la muerte de Cristo hemos sido
rescatados, redimidos con su sangre y participes de la vida eterna.
Un divino engaño es el que sucedió en la Cruz según san Gregorio de
4
Niza, emplea para explicar que el acontecimiento de la muerte de Cristo ha
sido la gran estrategia para vencer al demonio, la muerte y el pecado. Este
Padre de la Iglesia emplea la imagen de un pescador el cual va al rio a pescar,
porta consigo lo necesario para dicha actividad, subraya que para la pesca es
necesario un azuelo y una carnada para atraer al pez. En efecto el anzuelo es
la naturaleza divina de Cristo, la carnada es la naturaleza humana, así el pez
que es el Demonio se abalanza con gran fuerza sobre la carnada olvidando
que detrás de ella está el azuelo, terminado el pez siendo pescado. Esto
mismo sucedió en la Cruz con su muerte Cristo venció a la misma muerte, el
que una vez engañó ahora fue engañado (en el sentido de que fue derrota con
su misma sentencia).
El culmen de la redención se ha dado en la cruz, los Padres de la Iglesia
comprenden el termino redención en un sentido negativo, es decir: de
rescate, el hombre por su pecado fue merecedor de la muerte, pero Dios en
su infinita bondad envía a su único Hijo, Él haciéndose Hombre y sobre todo
al cumplir la voluntad del Padre en la cruz nos ha redimido con su sacrificio,
que es: ofrenda agradable al Padre, pago de nuestras deudas y el testimonio
de amor más grande por la humanidad.5 En este sentido la cruz es la máxima
expresión de amor, pues nos recuerda lo que el Señor ha hecho por cada uno
de nosotros y nos impulsa a nunca avergonzarnos de ella, porque la cruz es
testimonio de la Resurrección, puesto que: “no hay cruz sin gloria, ni gloria
sin cruz” o como dirá san Cirilo de Jerusalén:
Así pues, Jesús padeció realmente por todos los hombres. La cruz no
es ninguna ficción, pues en ese caso también la redención sería algo
fingido. La muerte no fue algo aparente, sino una realidad
indiscutible. Si no fuese así, la salvación sería una fábula sin más. Si
la muerte hubiese sido sólo aparente, tendrían razón quienes decían:
«Señor, recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía: "A los
tres días resucitaré"» (Mt 27, 63).
4
Gregorio di Nissa, Oratio catechetica magna, 22
5
Gregorio Nazianzeno, Oratio 45
La pasión fue, pues, real: fue verdaderamente crucificado, y no nos
avergonzamos de ello; fue crucificado y no lo negamos. Más bien me
glorío en ello cuando lo digo. Pues si ahora lo niego, argüirá en mi
contra el Gólgota que tenemos aquí tan próximo. Argüirá en contra
mía el madero de la cruz, que a trozos pequeños ha sido distribuido
desde ese lugar a todo el mundo. Confieso la cruz una vez que he
conocido la resurrección. Pues si no hubiese ido más allá de la cruz,
tal vez no lo habría confesado y la hubiese escondido juntamente con
el maestro. Pero, puesto que la resurrección ha seguido a la cruz, no
me da vergüenza proclamarla.6
7
S. Heid, «Gebetshaltung und Ostung in frühchristlicher Zeit», Rivista di Archeologia
Cristiana 82 [2006], p. 369
8
Instrucción Inter Oecumenici, 1964
9
cf. Teología de la Liturgia, p. 88
10
Ordenamiento General del Misal Romano n. 308
11
El Misal Romano propone el esquema celebrativo de la fiesta de la Santa Cruz p. 708
y sobre todo el dentro del Triduo Pascual el día del viernes Santo al celebrar la Pasión
del Señor, la Adoración de la Cruz p.293
12
CIC n. 616
13
CIC n. 617
Dos Relatos
14
https://es.m.Wikipedia.org/wiki/Batalla_del_Puente_Milvio
1.8. La cruz el signo que más aborrece el demonio.15
15
https://librerías.paulinas.es/festividades/conocemos-san-Benito-medalla.
Cara frontal de la medalla
Reverso de la medalla
INVESTIGACIÓN