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Las culturas preincaicas del Perú

1.- La cultura Mochica-Chimú.

1.1.- Cronología y medio natural de la cultura Mochica-Chimú.

La cultura de Mochica-Chimú se desarrolló en la zona costera de Perú y tiene


una cronología aproximada entre el 400 d.C. y el 1438 d.C., es decir, que se
sitúa en el denominado por los investigadores como período clásico
precolombino. En principio, las dos culturas estaban separadas hasta que en
torno al s XI d. C. el Imperio Chimú anexionó a la cultura Mochica.

La cultura Mochica-Chimú se desarrolló en la zona costera de Perú, colindando


prácticamente con las actuales fronteras de Ecuador. Por ello, la zona se
caracteriza por una cierta aridez en su medio natural, provocado por la
influencia de la corriente de Humdbolt, con una pluviometría relativamente
escasa e irregular, con unas temperaturas bajas y con unos medios
ecogeográficos dominados por las plantas de forraje, los camélidos, la pesca y
el marisqueo.

1.2.- Las características económicas de Mochica-Chimú.

La economía tiene su relación intrínseca con el medio natural en la cual se


desarrolló, aunque hay que destacar las obras de ingenierías que se realizaron
y que lograron superar las adversidades del medio naturales. Siendo así,
también se ha de destacar la relación de esta cultura de la zona de la costa con
las zonas interandina de valles.

La principal actividad económica, al igual que todas las culturas de la zona


andina, fue la explotación de la agropecuaria pero con la originalidad de las
obras hidráulicas y el uso del guano como fertilizante. Este tipo de agricultura
da como resultado la explotación de productos como la papa, el frejol, el maíz,
el ají o la calabaza, todos ellos de un alto valor alimenticio. De entre las
especies animales se pueden destacar la taruca, el cuy y el luicho. Las otras
actividades económica a destacar por parte de la cultura Mochica-Chimú con la
pesca y el marisqueo.

1.3.- La organización social en la cultura de Mochica Chimú.

La sociedad de la cultura de Mochica-Chimú estaría dividida en torno a la


explotación económica de una organización dentro de un Estado propio. Por un
lado, existiría una elite social compuesta esencialmente por de carácter político,
militar y sacro, la cual dominada prácticamente al resto de la población. En
torno a este grupo aparecen las “burocracias” que administraban los recursos
económicos, servían como elementos militares y gestionaban los recintos
sagrados.
La división social se completaba con el resto de personas que se dedicaban a
todo tipo de labores productivas. De especial importancia fue el grupo de
comerciantes y artesanos que se dedicaban a las producciones y a la
comercialización de cerámica, tejidos y el metal. Generalmente, estos grupos
habitaban las áreas urbanas de la cultura Mochica-Chimú, caso de las
ciudades de Chan Chan, Motupe o Casma.

El resto de la estratificación social estaba compuesto por agricultores,


ganaderos y pescadores que se dedicaban a la producción de alimentos.

1.4.- Las características culturales en el ámbito de Mochica-Chimú.

La zona Mochica-Chimú se caracteriza por tener unos patrones culturales muy


ricos y originales, tanto en sus expresiones arquitectónicas, cerámicas, textiles
o metalúrgicas.

Su urbanismo se encuentra muy desarrollado con ciudades que servían como


núcleos para ejercer el control político y social, como referencia de las
actividades administrativas y también como lugares de celebraciones religiosas
o centros sacros. Las construcciones arquitectónicas solían realizarse con todo
tipos de materiales, destacando sobre ellos la utilización del adobe y la piedra
como basamento y como alzado y la totora para la techumbre. Por otro lado,
los palacios y las casas de los personajes que tenían el poder político y social
estaban decoradas con relieves y pinturas, generalmente con motivos naturales
y zoomorfos.

Incluso algunos investigadores subdividen varios tipos de construcciones en


una ciudad mochica-chimú. Por un lado y en el centro de la misma se situaban
los centros religiosos y ceremoniales, sede del poder político, social y sacro.
Solían ser centros de grandes dimensiones, incluso algunos de ellos con forma
piramidal, y ricamente adornados.

Por otro lado estaban las casas de los gobernantes o nobleza política, religiosa
y militar a modo de palacios arquitectónicos. Este grupo de palacios se
situaban en las cercanías de los centros políticos, en una zona “noble” del
núcleo urbano. Alrededor del mismo se situaban un tercer grupo de
construcciones se relacionan con los hogares de la “burocracia” administrativas
o grupos sociales predominantes de segundo rango, caso de comerciantes o
grandes artesanos. Por último, las casas de los campesinos, ganaderos,
pequeños artesanos y pescadores, es decir, el último escalón social, se
situaban a las afueras de las ciudades, probablemente colindando con áreas de
depósitos materiales.

Las producciones cerámicas de la cultura Mochica-Chimú se caracterizaron por


su originalidad y por su perfeccionamiento técnico. Existen dos grupos
principales de cerámicas divididas según su uso, por un lado las de uso común
y por otro las de uso votivo. Entre las cerámicas de uso común se pueden
encontrar dos subtipos, las denominadas pirwas que son producciones
destinadas al almacenaje de alimentos sólidos y líquidos y las sañu, que es lo
que podríamos entender como cerámica de mesa o de hábitat. Generalmente
este tipo de cerámica no destacaba por su ornamentación ni por la calidad de
sus producciones debido sobre todo a que su uso se iba a limitar a las labores
del hábitat, aunque suelen ser característica la utilización del asa con estribo y
el cuerpo globular.

Respecto al grupo de cerámicas votivas reciben el nombre de huacos. Este tipo


de producción cerámica destaca por su tratamiento refinado y además por ser
consideradas como elementos muy consustanciales para comprender los
elementos culturales y sociales de la cultura Mochica-Chimú. Respecto a los
huacos, se pueden destacar una serie de características, como pueden ser el
uso de colores bícromos (normalmente el ocre y el negro) aunque no hay que
limitar la utilización exclusiva de estas tonalidades; las formas generalmente
son esféricas, con un cuerpo globular del cual sobresalen una asa con estribo
con gollete o pico y suelen estar pintadas o bien en un relieve con algún motivo
según las ideas con las que fueron concebidas. Las escenas principales que
suelen ser de escenas de la vida cotidiana, caso de escenas de caza, pesca,
tratamiento de enfermedades, retratos de algún personaje notables de la
comunidad y con escenas eróticas.

La metalúrgica se desarrolló incipientemente en la cultura Mochica-Chimú con


producciones que combinan metales como el oro y la plata con otros materiales
como el lapislázuli. De entre todas las producciones destacan los collares, los
pendientes, las máscaras, los vasos o pectorales, aunque casi todos de ellos
se han descubierto en tumbas excavadas lo que se han relacionado
principalmente con un uso votivo. Los tejidos también fueron unos de los
elementos más destacados de la cultura Mochica-Chimú, realizados
principalmente de lana y de algodón y con motivos variados.

2.- La cultura preincaica de Nazca.

2.1.- Cronología y medio natural de Nazca.

La cultura Nazca se desarrolló de forma paralela a la cultura de Mochica-Chimú


y tiene una cronología aproximada entre el s. V d.C. hasta el s. XV d.C.

La cultura Nazca tiene su origen y su expansión en la zona costera de Perú,


concretamente en el valle de Nazca, de Pisco, de Chincha y de Acari. El medio
natural se caracteriza por una aridez completa, con una pluviometría escasa e
irregular, con unas temperaturas bajas, sin apenas corrientes de aire y con
unos medios ecogeográficos muy degradados.

2.2.- La economía y sociedad en la cultura de Nazca.

Al igual que la cultura Mochica-Chimú, a economía guarda una relación


intrínseca con el medio natural. La principal actividad económica fue la
explotación de la agropecuaria pero con la originalidad de las obras hidráulicas
para compensar la falta de agua en la zona y el uso del guano como
fertilizante. Pero sin duda las actividades económicas que propiciaban más
recursos a la población de la cultura de Nazca son la pesca y el marisqueo,
pues las comunidades aprovechaban las aguas de las corriente de Humboldt
para capturas los bancos de peces que recorrían la costa sur peruana.

La sociedad de la cultura de Nazca estaría dividida en torno al concepto de la


explotación económica Por un lado, existiría una elite social compuesta
esencialmente por de carácter político, militar y sacro, la cual dominada
prácticamente al resto de la población. La división social se completaba con el
resto de personas que se dedicaban a todo tipo de labores productivas, caso
de comerciantes y artesanos, agricultores, ganaderos y pescadores que se
dedicaban a la producción de alimentos.

2.3.- Las características culturales en el ámbito de Nazca.

Las construcciones arquitectónicas solían realizarse con adobe y piedra como


basamento y como alzado y la totora para la techumbre. Aunque se conservan
restos que no son numerosos se puede atisbar que los centros urbanos
tendrían una función religiosa y ceremonial, a la vez que conservaban el poder
político. Entre estos centros se pueden destacar Tambo Viejo o Cahuachi.

La cerámica de la cultura Nazca se caracteriza por el empleo de técnicas muy


avanzadas y por el uso de la pintura en las mismas. Existen dos grupos
principales de cerámicas divididas según su uso, por un lado las de uso común
y por otro las de uso votivo. Las formas generalmente son esféricas, con un
cuerpo globular del cual sobresalen un asa con estribo con gollete o pico y
suelen estar pintadas o bien en un relieve con algún motivo según las ideas
con las que fueron concebidas.

Quizás, el elemento cultural más destacado de esta cultura sean las cabezas
trofeos con la boca cosida y pintadas alrededor de los ojos como símbolo de
poder frente a los enemigos.

3.- La cultura de Paracas.

3.1.- Cronología y medio natural de la cultura de Paracas.

La cultura de Mochica-Chimú se desarrolló en la zona costara de Perú y tiene


una cronología aproximada entre los siglos V-VI a.C. y el V d.C.

La cultura Nazca tiene su origen y su expansión en la zona costera de Perú,


concretamente en la zona cercana a los ríos Ica y Pisco. El medio natural se
caracteriza por una aridez completa, con una cierta altitud en torno a los 900
mts s.n.m., con una pluviometría escasa e irregular, con unas temperaturas
bajas y con unos medios ecogeográficos muy degradados.

3.2.- Economía y explotación en el territorio de Paracas.

La economía tiene su relación intrínseca con el medio natural en la cual se


desarrolló, aunque hay que destacar las obras de ingenierías que se realizaron
y que lograron superar las adversidades del medio naturales. Siendo así,
también se ha de destacar la relación de esta cultura de la zona de la costa con
las zonas interandina de valles. La principal actividad económica fue la
explotación de la agricultura pero con la originalidad de las obras hidráulicas y
el uso del guano como fertilizante. Este tipo de agricultura da como resultado la
explotación de productos como la papa, el frejol, el maíz, el ají o la calabaza,
todos ellos de un alto valor alimenticio, aparte de la ganadería, la pesca y el
marisqueo.

3.3.- Sociedad y organización en Paracas.

Probablemente la cultura de Paracas estaría dividida en torno a la explotación


económica. Por un lado, existiría una elite social compuesta esencialmente por
de carácter político, militar y sacro y en torno a este grupo aparecen las
“burocracias” de las cuales ya se han dado referencia. La división social se
completaba con el resto de personas que se dedicaban a todo tipo de labores
productivas desde agricultores, ganaderos y pescadores que se dedicaban a la
producción de alimentos.

3.4.- Elementos culturales de la civilización de Paracas.

Desde su descubrimiento por parte de Julio C. Tello se han dividido dos fases,
la denominada como “Cavernas” que se relaciona con una forma de
enterramiento a través de cámaras funerarias excavadas en la tierra en forma
de pozos rituales y la “Necrópolis”, periodo en el cual se empieza a enterrar en
cámaras funerarias rectangulares.

Las construcciones urbanísticas siguen el mismo patrón que las anteriores


culturas mencionadas pues solían realizarse con todo tipos de materiales,
destacando sobre ellos la utilización del adobe.

Las cerámicas de la cultura de Paracas destacan por sus características


técnicas, sobre todo ene le caso de las votivas, con tratamiento refinado y por
añadir la coloración en el momento previo a su cocción, lo que de otorga una
intensidad mayor. Además, suelen ser monócromas con colores que derivan
del rojo, negro, marrón o blanco o bien polícromas, en una etapa posterior. Las
formas generalmente son esféricas, con un cuerpo globular del cual sobresale
un asa con estribo con gollete o pico alargado y fino.

Igualmente destacables son las manifestaciones artísticas en forma de textiles,


caso de mantos. Se utilizan todo tipos de productos para realizarlos, como el
algodón o la lana, y los motivos para decorarlos son muy diferentes, desde
líneas geométricas hasta imágenes naturalistas.

Durante los siguientes milenios, los cazadores-recolectores se extendieron


desde el puente en Panamá para poblar toda Sudamérica. Hacia el año 2500
a.C., empezaron a surgir pequeñas aldeas habitadas por agricultores y
pescadores en los fértiles valles fluviales de la costa norte de Perú.

Estos antiguos peruanos vivían en sencillas casas de adobe, cultivaban patatas y


alubias, pescaban en el mar cercano y cultivaban y tejían algodón para sus
vestidos. El catalizador para el desarrollo de las civilizaciones más avanzadas
que siguieron fue la introducción de un cultivo anual básico, el maíz, y el
desarrollo de la irrigación, que datan de alrededor del siglo XIII a.C. La
estabilización del suministro de alimentos y los consiguientes excedentes
constituyeron la base para el desarrollo de las grandes civilizaciones que
surgieron y desaparecieron en los Andes durante más de mil años antes de la
llegada de los europeos.

Los incas, por supuesto, fueron sólo la más reciente de estas culturas nativas
americanas altamente desarrolladas que se desarrollaron en los Andes. El primer
estado central que surgió en el altiplano norte (es decir, un estado capaz de
controlar tanto las zonas de la sierra como las de la costa) fue el Reino de
Chavín, que surgió en el altiplano norte y prosperó durante unos 500 años,
entre el 950 a.C. y el 450 a.C. Aunque Julio C. Tello, el padre de la arqueología
peruana, pensó en un principio que era "el vientre de la civilización andina",
ahora parece que tenía raíces amazónicas que podrían haberse remontado a
Mesoamérica.

Chavín fue probablemente un fenómeno panandino más religioso que político.


Parece haber sido un centro de difusión misionera de sacerdotes que
transmitieron un conjunto particular de ideas, rituales y estilo artístico a través
de lo que ahora es el centro-norte de Perú. La sede aparente de este culto
religioso fue, con toda probabilidad, Chavín de Huantar, en la sierra de Ancash,
cuyos edificios de mampostería de piedra elaboradamente tallada se
encuentran entre los más antiguos y bellos de Sudamérica. El gran templo,
orientado hacia los puntos cardinales del solsticio, era percibido por los
habitantes de Chavín como el centro del mundo, el lugar más sagrado y
venerado de la cultura chavín. Este concepto de Dios y su élite ligado a una
ubicación geográfica en el centro del cosmos -la idea del misticismo espacial-
era fundamental para las creencias incas y preincas.

Tras el declive de la cultura Chavín a principios del milenio cristiano, una serie
de culturas localizadas y especializadas surgieron y cayeron, tanto en la costa
como en la sierra, durante los siguientes mil años. En la costa, las civilizaciones
Gallinazo, Mochica, Paracas, Nazca y Chimú. Aunque cada una de ellas tenía sus
características más destacadas, la Mochica y la Chimú merecen un comentario
especial por sus notables logros.

Los mochicas ocuparon una extensión de 136 kilómetros de costa desde el valle
del río Moche y alcanzaron su apogeo hacia finales del primer milenio d.C.
Construyeron un impresionante sistema de riego que transformó kilómetros de
desierto estéril en campos fértiles y abundantes capaces de sostener a una
población de más de 50.000 personas. Sin disponer de la rueda, el arado o un
sistema de escritura desarrollado, los mochicas alcanzaron un notable nivel de
civilización, como atestiguan su sofisticada cerámica, sus elevadas pirámides y
su ingenioso trabajo en metal. En 1987, cerca de Sipán, los arqueólogos
desenterraron un extraordinario alijo de artefactos mochicas de la tumba de un
gran señor mochica, que incluía adornos de oro y plata finamente elaborados,
grandes figuras de cobre dorado y cerámica maravillosamente decorada. De
hecho, los artesanos mochicas representaron una imagen tan realista y
detallada de sí mismos y de su entorno que tenemos una imagen
extraordinariamente auténtica de su vida y trabajo cotidianos.

Mientras que los mochicas eran famosos por su cerámica realista, los chimúes
fueron los grandes constructores de ciudades de la civilización preincaica. Como
confederación de ciudades dispersas a lo largo de la costa del norte de Perú y el
sur de Ecuador, los chimúes florecieron entre 1150 y 1450. Su capital estaba en
Chan Chan, a las afueras de la actual Trujillo. Chan Chan, la mayor ciudad
prehispánica de Sudamérica en aquella época, tenía 100.000 habitantes. Sus
veinte kilómetros cuadrados de diseño precisamente simétrico estaban
rodeados por un exuberante oasis ajardinado intrincadamente irrigado desde el
Río Moche a varios kilómetros de distancia. Sin embargo, la civilización Chimú
duró un periodo de tiempo comparativamente corto. Al igual que otros estados
costeros, su sistema de irrigación, regado desde las fuentes de los altos Andes,
era aparentemente vulnerable al corte o desvío por parte de los estados de las
tierras altas en expansión.

En el altiplano, tanto la cultura Tiwanaku (Tiahuanaco), cerca del lago Titicaca en


Bolivia, como la cultura Wari (Huari), cerca de la actual ciudad de Ayacucho,
desarrollaron grandes asentamientos urbanos y amplios sistemas estatales entre
el 500 y el 1000 d.C.. Cada uno de ellos mostraba muchos de los aspectos del
ingenio de la ingeniería que apareció más tarde con los incas, como los
extensos sistemas de carreteras, los almacenes y los estilos arquitectónicos. Sin
embargo, entre el 1000 y el 1450 d.C., un período de fragmentación rompió la
unidad anterior lograda por la etapa Tiwanaku-Wari. Durante este período,
decenas de grupos de base étnica de diverso tamaño salpicaron el paisaje
andino. En los Andes centrales y meridionales, por ejemplo, los chupachos de
Huánuco contaban con unos 10.000 miembros, mientras que los lupacas de la
orilla occidental del lago Titicaca superaban los 100.000.

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