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¿CÓMO LE DICES A DIOS QUE LO AMAS?

40 Días de Comunidad Parte 6


La esencia de la vida en Cristo puede ser resumida en una palabra: “Romance”. La Biblia
dice que Dios te creó para amarte y Él quiere tener una relación con vos. Lo más importante
que tenes que “saber en la vida”, es que Dios te ama. Y lo más importante que podes “hacer en
la vida” es amarle también. Jesús lo dijo de esta manera en Marcos 12:30, “Amarás al Señor
tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus
fuerzas". Este es el principal mandamiento”. (RVR95). No hay otra cosa más importante que
esta. Si aprendes a amar a Dios y permitís que Dios te ame, tu vida tendrá significado, y
estarás cumpliendo su propósito. Hay un término en la Biblia para expresar el amor a Dios.
Este término es “ADORACIÓN”. Y que es adoración? Adoración simplemente significa
expresar amor a Dios. Cada vez que estás expresando amor a Dios, estás adorando; ya sea
que estés solo, en un grupo pequeño o con más gente. Hoy vamos a hablar de cómo decirle a
Dios que le amamos. Expresar nuestro amor a Dios no es algo que hacemos solo
individualmente, es algo que también hacemos juntos, en comunidad. De hecho, algunos de los
momentos más poderosos y significativos de nuestras vidas ocurren cuando “adoramos juntos”.
En el libro del Apocalipsis, Juan nos da un pantallazo de la adoración en el cielo.

Apocalipsis 5:11-13 (NLT) 1Luego miré, y oí la voz de muchos ángeles que estaban
alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era
millares de millares y millones de millones. 12Cantaban con todas sus fuerzas: "¡Digno
es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la
fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!" 13Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en
la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: "¡Al que
está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder,
por los siglos de los siglos!"

Y en CDV nos estamos preparando para ese gran día. Nos reunimos y expresamos nuestro
amor a Dios en adoración. Por eso quiero compartir con ustedes seis maneras de decirle a
Dios que le amas. Y me gustaría que te evalúes sobre cómo te desenvolves en cada una de
estas seis maneras. El objetivo es que cuando terminemos este tiempo juntos, te sientas más
amado por Dios como nunca antes en tu vida. Y no solo eso sino también que hayas aprendido
a expresar amor a Dios como nunca antes en tu vida. Quiero que aprendas un nivel más
profundo de adoración.

Veamos estas seis maneras de decirle a Dios que le amas:

1. CANTANDO PARA ÉL

Probablemente has notado que la música y el amor van juntos, esto se debe a que la música
viene del corazón. Déjenme darles un ejemplo. Compuse una canción para mi musa
inspiradora CECILIA (ella no sabe nada). Pero necesito que ambientemos este momento, y que
cada marido mire a su esposa a los ojos. ¿Están listos? Ahí vamos. La música no es un
ejercicio intelectual. Viene de tu alma, de tus emociones. El mundo está lleno de maravillosas
canciones de amor. Pero, ¿sabías que el tema sobre el que más canciones se han escrito en
los últimos 2000 años es sobre Jesús? El cristianismo es una fe que canta. ¿Por qué? Porque
no es una religión, es un romance. El cristianismo es tener una relación con Dios. Se trata del
hecho de que Dios te ama tanto que envió a Su Hijo a morir por ti y Dios quiere que le ames
también. Salmos. 147:7 dice” canten al Señor con gratitud; canten salmos a nuestro
Dios…” (NVI). Esta orden de cantar está dada a través de todos los salmos, y cuando lees
Salmos, te das cuenta de que esta orden no es para cumplirla individualmente, sino juntos. Por
ejemplo: Salmos 66:8 (NVI) Pueblos todos, bendigan a nuestro Dios, hagan oír la voz de
su alabanza. Salmos 95:1 (NVI) Vengan, cantemos con júbilo al Señor; aclamemos a la
1
roca de nuestra salvación. Mira.. cantar es parte importante de tu aprendizaje para expresar
tu amor a Dios. Sé que hay gente que llega tarde al servicio intencionalmente porque piensan
que de esa manera no van a tener que involucrarse con este asunto del canto y la música, ellos
prefieren solo participar de la prédica. Bueno, ese es un gran error. Necesitas principios para tu
cabeza, pero también necesitas música para tu corazón. Necesitas adorar a Dios. La música
inspira, refresca, rejuvenece, y revitaliza. La música y la adoración que alaba a Dios, tiene un
poder sanador. Si estás deprimido, necesitas cantar una canción. Miren, me he dado cuenta de
lo siguiente, cuando menos deseos siento de cantar, es cuando más lo necesito. Cuando siento
que no quiero participar en la adoración, que no quiero involucrarme. Cuando solo quiero
pararme y estar quieto y ser solo un espectador, significa que mi corazón está frío y que
necesito calentarlo urgentemente. Seguramente ves a los músicos y a los cantantes semana
tras semana, ves lo que hacen. Pero quiero que escuches la motivación detrás de ellos.
El día de hoy voy a preguntarles qué significa la adoración para ellos, cuando nos están
dirigiendo.

¿Puedo adorar a Dios en cualquier lugar aparte? Por supuesto! Porque adorar es sencillamente
expresar nuestro amor a Dios. Donde quiera que Dios estés, podes adorarle. Pero cuidado,
jamás subestimes el poder de reunirnos para adorar. Si sos un verdadero seguidor de Jesús,
venís a la iglesia no sólo a recibir, sino también a dar. Cuando adoramos, Dios es la audiencia
y nosotros somos los intérpretes. Si nunca has tenido un tiempo de adoración a Dios en tu
grupo pequeño, comenza urgente esta semana. La adoración es más que tu tiempo en la
iglesia, es amar a Dios personalmente y en comunidad con otros. Asique ahora quiero invitarte
que ahora te evalues:

¿Cuántas veces le cantas al amor y la gracia de Dios?

 ___Diariamente

 ___Regularmente

 ___Ocasionalmente

 ___Rara vez

Subraya aquella que representa tu situación actual y circula aquella a la que quisieras llegar.

La segunda manera en que puedes expresar tu amor a Dios, es esta:

2. HABLANDO CON ÉL.

Si estás casado, te habrás dado cuenta que el matrimonio tiene que ver con la comunicación.
En los días en que tenes una profunda comunicación con tu esposo o esposa, seguramente
has notado que ahí es cuando tu relación crece. Y en aquellos días en que hay poca o ninguna
comunicación, seguramente tu relación decae. Una relación nunca está quieta. Está creciendo
o decayendo. Bueno, lo mismo ocurre con Dios. En los días en los que tenes una profunda y
significativa charla con Dios, tu relación crece. En los días en que tienes poca o ninguna
comunicación con Dios, tu relación decae. Así de simple. Cuando realmente amas a alguien, no
solo queres estar con esa persona, queres hablar con esa persona. Así es como conoces a
cualquier persona, comunicándote con ella. Si tu esposo o esposa nunca habla con vos, tenes
todo el derecho de preguntarte si te ama. Por eso, esposos, ¡necesitan hablar con sus esposas!
¿De qué hablas con Dios si quieres expresarle amor? Dile cualquier cosa que le dirías a tu
mejor amigo. Todo. Tus esperanzas, tus miedos, tus sueños, tus ansiedades, las cosas que te
avergüenzan, las cosas que te enorgullecen, las cosas que te hacen sentir ridículo, tus
objetivos, tus ambiciones, tus heridas, tus preocupaciones… todo sobre tu vida. La Biblia dice
en Salmos 116:1-2 “Yo amo al Señor porque él escucha mi voz suplicante. Por cuanto él
inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida” (NVI). Si no te sentís cerca de Dios, si
algunos de ustedes han sido creyentes por mucho tiempo y han perdido esa chispa; si tu vida
cristiana se ha convertido en una rutina aburrida, sin gozo, sin vida; hay un remedio sencillo
para ello. Comenza a hablar con Dios de nuevo. Porque lo cierto es que ya no hablas con Dios
como solías hacerlo. No hablas con Dios con el ímpetu de antes. Seguramente te has
memorizado algunas frases que repetís una y otra vez, pero eso no sirve. Lo único que
necesitas es hablar con Él más a menudo. La oración no es una obligación a cumplir, es un
privilegio que tenes. ¿Sos conciente de que tenes la oportunidad de hablar con el creador del
universo?. Él te invita todos los días y quiere conversar con vos.

Veamos un poco más el aspecto comunitario de la adoración. A través de la Biblia,


encontramos grupos de cristianos que se reúnen con el propósito de orar.. En Hechos, capítulo
2, se describe el día de Pentecostés, no mucho tiempo después de la ascensión de Jesús al
cielo. Todos los creyentes, dice el versículo 1, “estaban todos juntos en el mismo lugar” (NVI).
Ellos estaban orando en comunidad. Voy a dar un consejo práctico a nuestros grupos. Hagan
de la oración una prioridad. No la dejen para el final y si es que sobra tiempo. Les animo a que
cada persona de su grupo pequeño aprenda a orar en voz alta. No tenes que usar un tono de
voz especial o un vocabulario determinado, solamente habla a Dios como si hablaras con un
amigo. Por favor, evalúense ahora en esta forma de expresión de amor a Dios. ¿Cuán a
menudo hablo con Dios cada día?

 ____Lo hago con regularidad


 ____Ocasionalmente
 ____Rara vez
 ____Oras responsablemente en tu grupo pequeño
 ____Es la oración una prioridad en tu grupo

Subraya aquella que representa tu situación actual y hacele un círculo a aquella a la que
quisieras llegar. ¿Qué tan lejos quieres llegar con tu vida de oración?

3. ESCUCHÁNDOLE.

Uno de los mejores regalos que podes darle a una persona es escucharla. Por que? Porque
todos queremos ser entendidos. Todos queremos ser escuchados. Cuando escuchas a alguien,
le estás diciendo que realmente te importa. Cuando escucho a mis hijos, cuando escucho a mi
esposa, a cualquier persona, le estoy diciendo que valoro lo que dice, y que su opinión es
importante para mí. Cuando no escucho, básicamente estoy diciendo todo lo contrario. Por
ejemplo, cuando venís al servicio, y te dormís mientras el pastor predica, estás diciendo: no me
importa lo que Dios quiere hablarme esta noche. Entonces, una de las maneras de expresar
amor es escuchando. Lo mismo se aplica con Dios. Escuchar es una de las partes peor
entendidas y más olvidadas de la oración. La mayoría de nosotros pensamos que orar es
simplemente hablarle a Dios. Eso es solo el 50% de la oración. El otro 50% es: cerrar la boca,
quedarse callado y dejar que Dios nos hable. Usualmente, estamos demasiado apurados para
hacer esto. Lo que hacemos es decir: “Hola Dios, soy yo. Tengo diez cosas que pedirte.
Gracias, cambio y fuera. Adiós”. No nos detenemos. No escuchamos. No decimos: “Dios,
¿tenes algo que decirme hoy?” No escuchamos. Uno de los pasos más importantes que podes
tomar para escuchar a Dios, es hacer un tiempo para Él. Todos nosotros tenemos
responsabilidades que cumplir, agendas llenas; trabajamos a presión. Nuestros días y nuestras
almas están llenas de ruido. Dios tiene el remedio. En uno de los Diez Mandamientos, Dios nos
dijo que apartáramos un día a la semana para descansar y adorar. Este asunto es tan
importante que Dios lo puso en su lista de los TOP 10. Levítico 23:3 (NVI) “Trabajarán
ustedes durante seis días, pero el séptimo día es de reposo, es un día de fiesta solemne
en mi honor”. Tal vez, la razón por la que no podemos escuchar a Dios es porque nuestras
vidas son muy rápidas, muy ruidosas, muy agitadas, y no hay espacio para Dios. Lo voy a decir
de nuevo: No esperes a tener tiempo, necesitas hacer tiempo para Dios.
Dios te está hablando todo el tiempo. El está tratando de hablar con vos todo el tiempo. ¿Te
has preguntado por qué nunca le escuchas? No le escuchas porque nunca te tomas el tiempo.
Nunca te callas. Nunca te quedas quieto en medio del día y dices: “Dios ¿Tienes algo que
decirme en este momento?” Sencillamente estás demasiado ocupado. Tu vida está llena de
ruido. Siempre estás conectado a tus series favoritas, a tu televisor, o a tus redes sociales. Y
Dios no puede llegar hasta vos porque las líneas están siempre ocupadas. No sólo necesitas
hacer tiempo para hablar con Dios, también necesitas hacer tiempo para escuchar a Dios.
¡Solo tenes que parar un momento y callar, porque Dios siempre está hablando! ¿Cómo nos
habla Dios? Nos habla de diferentes maneras. Una manera en la que podemos escuchar a
Dios hablar es a través de la Biblia, a través de su Palabra. Si no estás leyendo la Biblia,
obviamente no te va a hablar de esta forma. No puedes escuchar lo que Dios te dice a través
de su Palabra porque no la estás leyendo. Tambien Dios nos habla a través de las
experiencias que tenemos en la vida. Dios nos habla a través de pruebas, pero muchas veces
no nos damos cuenta porque no estamos escuchando. No nos damos cuenta que Dios está
tratando de decirnos algo por medio de nuestro enojo, o por medio de los problemas que
estamos atravesando. Dios nos habla a través de otras personas, a través del consejo de otros
cristianos y de gente buena que te muestran un punto de vista diferente. En mi vida, Dios me
ha dado dirección, entendimiento y confirmación a través de otras personas. Esa es una razón
suficiente por la cual necesitas estar en comunidad con otros creyentes. Necesitas dejar que
Dios te hable a través de otros, pero también necesitas escuchar. Proverbios 11:14 (NVI)
dice Sin dirección, la nación fracasa; el éxito depende de los muchos consejeros. A
veces Dios te hablará alto y claro a través del sabio consejo de tus amigos. La pregunta es:
¿Tenes un círculo de amigos de confianza en donde buscar el consejo de Dios? Yo espero que
tu grupo pequeño se convierta en eso.

5. A través de los pensamientos.

Dios pone ideas en tu mente. Seguro tenes grandes y buenas ideas. ¿De dónde crees que
provienen? Dios las pone ahí. Ahora, no toda idea viene de Dios. Cuando tenes una idea de
Dios, la llamamos inspiración. Cuando tenemos una idea del demonio, la llamamos tentación.
Cuando tenemos una idea que proviene de nosotros mismos, la llamamos pavada. Lo cierto es
que tenes algunas buenas ideas porque Dios te dio un cerebro para que lo uses. Pero, ¿cómo
saber si un pensamiento proviene de Dios o no? La respuesta es: pone a prueba ese
pensamiento. La Biblia dice que debemos probar nuestros pensamientos. Ser capaz de
escuchar a Dios, es la prueba de que sos un verdadero creyente, de que estás en la familia de
Dios y que vas camino al cielo. Jesús dijo esto en Juan 10: “Yo soy el buen pasto; conozco
a mis ovejas y ellas me conocen a mi… Mis ovejas oyen mi voz…” Si nunca has tenido
una idea o un pensamiento que Dios te haya dado, tenes suficiente motivo para preguntarte si
de verdad conoces a Dios, si realmente tienes una relación con Jesus, si realmente sos un
creyente, si has cruzado la línea o no. Es posible que todavía no lo hayas hecho. Dios está
tratando de hablarte y posiblemente no has construido una relación con Él aún. El hecho es
¿Cuántas veces me detengo a escuchar lo que Dios dice cada día? Cuando debo tomar una
decisión, me preparo para un evento importante, o voy a mantener una conversación
importante; ¿Me detengo y digo: “Dios, hay algo que quieras decirme sobre esto”? Evalúate.

 ____Cada hora
 ____Ocasionalmente
 ____Regularmente
 ____Rara vez

[El día de hoy vamos a tomar la Cena del Señor juntos. Voy a invitar a los ujieres a que vengan
y comiencen a servir mientras hablo. La Cena del Señor es un tiempo para escuchar lo que
Dios te dice. Mientras nos preparamos para la Cena del Señor, pregúntale a Dios si tiene algo
que decirte]
La cuarta manera en la que expreso amor a Dios es…

4. IDENTIFICÁNDOME PÚBLICAMENTE CON ÉL.

Tenes que mostrarle a Dios y a otros que no te sentís avergonzado de Él en el trabajo, en el


hogar, o en el barrio. Cuando pensas que “es mejor” no decirle a nadie que sos cristiano;
cuando no le dices a tu vecino, cuando no lo comentas en tu trabajo, o cuando lo mantenes en
secreto, no estás mostrando tu amor a Dios. Si haces alguna de esas cosas, realmente no
estas amando a Dios, porque cuando amas a alguien, no te avergonzas de esa persona. Es
más, te identificas públicamente con ella. Me gusta ver la expresión de personas cuando les
digo que soy pastor, lo primero que sucede es un silencio, luego los más curiosos, comienzan a
preguntar de que se trata, otros solo hacen ciertas muecas con su boca, otros más osados,
vierten algún tipo de prejuicio. Pero lo cierto es que estar en comunidad, me ayuda a
identificarme públicamente con Dios. Cuando estoy con otros que se sienten orgullosos de ser
cristianos, obtengo la valentía para hacer lo mismo. Ser un cristiano es un acto de fe pública.

Escucha estas palabras de Jesús Mateo 5:14-15 (NVI) “Ustedes son la luz del mundo. Una
ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para
cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los
que están en la casa”. El hecho es, que es más fácil para mí dejar brillar la linterna de mi fe
cuando sé que tenes la tuya encendida también. No teman, identifíquense públicamente con
Cristo. ¿Cómo te sentirías si tu novio te dice, mantengamos nuestra relación en privado, que
nadie se entere mejor? Yo pregunto: ¿Qué clase de amor es este?”. Ciertamente, no es
ninguna clase de amor, porque cuando realmente amas no te sentís avergonzado de ella o de
él. Normalmente decimos: “Este es mi esposo/esta es mi esposa”. De la misma manera, no
podes decir que amas a Jesús y estar avergonzado de Él al mismo tiempo. Jesús lo dijo de la
siguiente manera en Marcos 8:38 “Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras…
también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su
Padre…” Jesús es muy claro: “Si están avergonzados de mí en la Tierra, yo me avergonzaré
de ustedes en el cielo”. Necesitamos identificarnos públicamente con Cristo. Porque así
demostramos nuestro amor por Él. Jesús entendió el poder del simbolismo y nos dio dos
símbolos muy poderosos. El primero es la Cena del Señor. La Cena del Señor ayuda a que nos
identifiquemos con lo que Jesús hizo por nosotros. ¿Qué hizo Jesús cuando murió por
nosotros? Hizo tres cosas:

1. Él nos salvó de las consecuencias del pecado.


2. Él nos salva del poder del pecado.
3. Él nos salva de la presencia del pecado en el cielo, donde no habrá pecado, no habrá
tristeza, no habrá sufrimiento, no habrá dolor, no habrá aflicción. ¡Esas son buenas noticias!

Entonces, cuando tomamos la Cena del Señor, recordamos lo que Jesucristo pagó por
nosotros. Y, debemos hacerlo juntos. La Cena del Señor no fue dada a nosotros como
individuos, nos fue dada como iglesia. Cuando Pablo da instrucciones sobre la Santa Cena en
1 Corintios, empieza diciendo: “cuando se reúnan…”. Ya sea en un grupo pequeño en una sala,
o con cientos de personas en un templo; la Cena del Señor debe ser tomada en comunidad.
¿Qué actitud debo asumir cuando tomo la cena del Señor? ¿Debo sentirme culpable,
recordando todas las cosas malas que he hecho en mi vida? ¡No! Ya han sido perdonadas y
pagadas por Jesucristo. Cuando tomo la Cena del Señor, ¿debo sentirme afligido pensando en
la tortura y el sufrimiento que Jesús pasó por mí? ¡No! Porque él no permaneció muerto. Él
regresó a la vida. ¿Qué actitud debo tener entonces cuando tomo la Cena del Señor? Debería
ser de agradecimiento. Agradecido por todas las cosas que Dios ha hecho. Agradecido de que
Dios me amó, incluso antes de que yo lo conociera. Tanto me amó que murió en la cruz por mí.
Ahora, la Cena del Señor no es para todos. La Biblia dice que solo los creyentes que han
aceptado el regalo de Dios, pueden participar. Si no sos un creyente, puedes convertirte en uno
hoy mismo. Al finalizar este mensaje te voy a estar guiando en una oración.
Cuando tomamos la Cena del Señor, hacemos varias cosas:
 Manifestamos públicamente nuestra fe en Cristo
 Manifestamos públicamente nuestro amor por Cristo
 Afirmamos públicamente que queremos estar más cerca de Cristo.

Dice la biblia que en aquella noche, Cristo fue traicionado. Él tomó el pan, lo partió, lo bendijo y
lo pasó diciendo: “Esto representa lo que estoy haciendo por ustedes. Es mi cuerpo que será
entregado en la cruz. Cuando coman esto, háganlo en memoria de mí. Háganlo para recordar
lo que he hecho por ustedes”. Participemos del pan!

Jesucristo pagó por tres cosas en tu vida. Quiero que le agradezcas por estas tres cosas.

1) Él pagó por tu perdón.


2) Jesucristo pagó por tu libertad.
3) Jesucristo pagó por tu futuro.

Gracias al sacrificio de Jesús, todos podemos tener un futuro en el cielo. "Ningún ojo ha visto,
ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado
para quienes lo aman" . Agradécele por tu futuro en el cielo.

Pero también, aquella noche, Jesús tomó la copa y dijo, “Esta copa representa la sangre que
derramaré por ustedes. Y cuando tomen de ella, háganlo para recordar que entregué mi sangre
por ustedes. La di por ustedes. Así es mi amor por ustedes. Háganlo en memoria de mí.”
Participemos de esta copa!
Gracias a lo que Jesucristo hizo en la cruz, nunca seremos iguales. Somos personas
perdonadas. Eso es algo de lo que todos debemos sentir gratitud. Jesucristo tiene el poder de
cambiar aquellas vidas que nada en el mundo podría cambiar. Ni la moda, ni las pastillas, ni la
terapia; nada puede cambiar las vidas de las personas como Jesús, porque Él es Dios.
Jesucristo convierte el fracaso en éxito. Cambia a la gente miedosa, tímida, débil, cobarde, y la
hace gente segura de sí misma. Cambia a la gente egoísta, orgullosa y mezquina y la hace
servicial, amorosa y gentil. Convierte a los esposos golpeadores y a los padres distantes en
padres y esposos llenos de amor. Dios convierte a los drogadictos, a los adictor, en ciudadanos
responsables.

¿Cuántos de ustedes pueden decir, “Jesucristo ha cambiado mi vida, en CDV? ¿Cuántos de


ustedes podrían decir que conocen a una persona cuya vida ha sido cambiada radicalmente en
CDV]? Por eso estamos aca. No estamos aca para impresionar a nadie. No estamos aca para
asistir a un ritual religioso. No estamos para construir edificios, levantar monumentos para
nosotros mismos, o para llevar adelante programas. No estamos aca para divertirnos. Estamos
aca porque la única persona que puede hacer los cambios que necesitamos en el
comportamiento humano es Jesucristo. Empieza por nuestras vidas y luego alcanza nuestra
familia, nuestros amigos y nuestra cultura. No me avergüenza identificarme con Dios.

Hay otra manera en la que te puedes identificar como creyente. Es a través del segundo
símbolo que Jesús nos dio, y ese es el bautismo. ¿En qué consiste el bautismo? ¿Por qué es
tan importante que a uno lo sumerjan en el agua? ¿Por qué es tan importante? ¿Por qué
necesito mojarme de pies a cabeza por Dios? El bautismo produce 3 poderosas declaraciones
públicas. Romanos 6 “Nosotros ya no tenemos nada que ver con el pecado, así que ya
no podemos seguir pecando. Ustedes bien saben, que por medio del bautismo, nos
unimos a Cristo en su muerte. Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él
(Esto es en sentido figurado). Pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente.
Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder”.

1) Necesitas ser bautizado para decir, “Creo en la muerte y resurrección de Jesús.

2) El bautismo es una caracterización de lo que te pasa. Mueres a tu anterior vida.


Colosenses 2:12 dice, “Cuando ustedes fueron bautizados, fueron sepultados con Cristo. Y
resucitaron con él, porque confiaron en el poder de Dios.”
3) Tercero, simboliza tu nueva vida en Cristo
Gálatas 3:27 “Los que en Cristo hemos sido bautizados, de Cristo estamos revestidos… Y por
ser de Cristo, somos también descendientes de Abraham y herederos conforme a la promesa
de Dios.”

Quiero hacerte un llamado muy especial, si has entregado tu vida a Cristo hoy o hace u
tiempo y todavía no te has bautizado, si te alejaste de Dios y estas volviendo a la
comunión con su iglesia, tenes que bautizarte. El sábado 30 de abril tendremos
“Bautismos en comunidad”. Anotate antes de irte, en mesa de entrada. Allí estará la
pastora Graciela tomando tus datos y dándote más información.

La quinta manera de expresar nuestro amor a Dios, es simplemente…

5. COMPROMETIÉNDOME CON ÉL.

Muy a menudo visualizamos al compromiso desde una perspectiva puramente individual. Pero,
frecuentemente, en las Escrituras encontramos que la gente de Dios hace compromisos
colectivos. Por ejemplo; al final de la vida de Josué, él desafía al pueblo de Dios a permanecer
comprometidos a Él. Josué 24:20-22 (NVI) dice: “Si ustedes lo abandonan y sirven a
dioses ajenos, él se les echará encima y les traerá desastre; los destruirá
completamente, a pesar de haber sido bueno con ustedes. Pero el pueblo insistió: ¡Eso
no pasará jamás! Nosotros sólo serviremos al Señor. Y Josué les dijo una vez más:
Ustedes son testigos contra ustedes mismos de que han decidido servir al Señor. Sí, sí
lo somos respondió toda la asamblea.” Luego, en el versículo 25 dice “Aquel mismo día
Josué renovó el pacto con el pueblo de Israel. Allí mismo, en Siquén, les dio preceptos y
normas.” Hacer un pacto con Dios como comunidad, es bueno para todos. Por qué? Porque
juntos, adoptamos un estilo de vida que se amolda a la estructura de la adoración hacia Dios y
una conducta hacia los demás. Es decir, te comprometes con Dios y también con los demás.
En esto consiste el verdadero amor. Es un compromiso. Nadie ama verdaderamente a alguien,
a menos que se hayas comprometido totalmente con esa persona. Nada significativo sucede
en la vida sin compromiso. Tus compromisos determinan tu futuro. No me canso de decir que
“nos convertimos en aquello a lo que nos hemos comprometido, por eso es mejor que escojas
cuidadosamente tus compromisos. Si estás comprometido con algo equivocado, vas a terminar
en algo equivocado. Pero nadie pierde si se ha comprometido con Dios. La gente débil se
define por sus circunstancias, pero la gente fuerte se define por sus compromisos. La Biblia nos
dice en 2 Crónicas 16:9 que Dios está buscando gente cuyos corazones estén completamente
comprometidos con Él, gente a quien pueda bendecir y usar.

Finalmente, la sexta manera en la que puedes decirle a Dios que le amas, es…

6. ENTREGÁNDOME A ÉL.

Las primeras generaciones de cristianos fueron dadores. Y cuando ellos daban, lo hacían
juntos. Es maravilloso lo que se puede hacer y lograr cuando cada uno de nosotros da un
poco. Escuchen cuidadosamente este pasaje histórico de la primera iglesia.

Hechos 4:32-35 (NVI)


“Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus
posesiones, sino que las compartían. Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando
testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba
abundantemente sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado en la comunidad. Quienes
poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas y lo entregaban a los
apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su necesidad.”
¿Escucharon las palabras “no había ningún necesitado en la comunidad”? Tenían todo lo que
se necesitaba para satisfacer las necesidades de cada persona en la iglesia. ¿Se imaginan lo
que podría suceder en nuestras iglesias si realmente comenzamos a compartir con aquellos
que necesitan? ¿Pueden imaginarse lo que sucedería si tomáramos en serio a la comunidad,
que proveyéramos cualquier cosa para aquellos que están en necesidad?

Dar es el núcleo y la esencia del amor. Cuando amas a alguien, queres entregarle todo. Podes
dar sin amar, pero no puedes amar sin dar. Es imposible hacer eso. Si decis que amas a Dios,
entonces, tenes que probarlo con un estilo de vida generoso. Puedo proclamarme cristiano, un
seguidor de Cristo. Puedo proclamar mi amor a Dios. Pero la Biblia dice que sólo hay una
manera de probar la sinceridad de tu amor. 2 Corintios 8:7-8 “Pero ustedes, así como
sobresalen en todo --en fe, en palabras, en conocimiento, en dedicación y en su amor
hacia nosotros --, procuren también sobresalir en esta gracia de dar. No es que esté
dándoles órdenes, sino que quiero probar la sinceridad de su amor en comparación con
la dedicación de los demás” (NVI). Dios prueba la sinceridad de tu amor mirando cuánto das.

Entendamos bien esto; Dios no necesita tu tiempo. Él no necesita tu dinero. ¿Qué es lo que Él
necesita? Él quiere tu corazón. Él quiere de vos lo que representa o significa entregar, y quiere
que te parezcas a Él. Dice la biblia: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio…” Podes
escoger parecerte a Dios siendo una persona generosa, o parecerte a Satanás siendo un avaro
tacaño y desagradecido. Hay básicamente dos clases de personas en la vida: dadores alegres
y dadores temerosos Los dadores alegres dicen, “Voy a dar, porque en definitiva todo le
pertenece a Dios. No tendría nada sin Dios, así que se lo voy a dar todo a Él, y Él se ocupará
de todas mis necesidades”. Los dadores alegres son la clase de gente que Dios bendice.
Luego tenemos los dadores temerosos, que dicen: “No me puedo dar. Tengo que guardar.
Tengo que cuidar lo que es mío. Tengo que proteger mis intereses”. O como el gran slogan de
esta pandemia “me estoy cuidando”, no hay nada más tacaño, más egoísta, que esa frase.
Alegres o temerosos, vos tomas la decisión. ¿Como Dios? o ¿Como Satanás? Dios prueba la
sinceridad de mi amor viendo cuán generoso soy en la vida.

Entonces vamos a evaluar. ¿Qué palabra describe mejor tu frecuencia al dar?

 ____Regularmente
 ____Ocasionalmente
 ____Rara vez

En un minuto vamos a cerrar nuestro servicio, como habitualmente lo hacemos, entregando


nuestros diezmos y ofrendas. Dar los diezmos y ofrendas al final del servicio, no significa: “OK,
vamos a darle una propina a Dios”. Si esa es tu actitud, ¡olvídalo! Él no necesita tu dinero y
tampoco lo quiere. Dar es otro acto de adoración. Es tanto como cantar, orar, agradecer,
escuchar… todo lo demás. Dar es decir: “Dios, te amo tanto que quiero devolverte lo que tú me
das. Tú salvaste mi vida y quiero devolverte lo que has hecho por mí”. Dios nos ha dado todo lo
que tenemos. No podríamos fallar al momento de dar a Dios, porque fue Él quien nos dio todo
en primer lugar. En conclusión: Hay muchas maneras de expresar tu amor a Dios. Sólo hemos
visto 6 de ellas. Dios nos ha hecho de tal manera que ciertas formas te van a atraer. Y Dios te
quiere a ti. Dios usa nuestras manos y pies, nuestros ojos y oídos y todas las partes de nuestro
cuerpo porque nos ama y nosotros le amamos. Primero tenes que establecer esa relación con
Dios, para luego pedirle que te muestre cómo quiere Él que des para alcanzar a la comunidad
que te rodea.

Oración:

Si nunca has abierto tu vida a Jesús, ¿podrías hacer esta oración en tu corazón?:
“Dios, me doy cuenta de que te necesito en mi vida. Jesucristo, el día de hoy me he
dado cuenta de lo que hiciste por mí en la cruz. Me doy cuenta de que nunca seré
capaz de devolverte lo que has hecho por mí, y que todo lo que tengo es un regalo
tuyo. Por favor, perdóname por no confiar en ti en cada área y en cada momento de
mi vida. Hoy, quiero asumir estos compromisos de vida. Quiero confiarte mi vida.
Quiero unirme a la familia de la Iglesia. Quiero empezar a crecer espiritualmente.
Quiero usar mi talento para ayudar a otros. Quiero completar el propósito y la misión
por la cual me pusiste aquí en la tierra. Úsame para marcar una diferencia en el
mundo. En tu nombre oro. Amén.”

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