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Las cosas no han cambiado mucho.

Bienvenidos a la familia de CDV. Saben a menudo me sucede que cuanto más leo la biblia menos
cosas me sorprenden del mundo actual. Las cosas no han cambiado mucho. He descubierto que la
esperanza ha estado rota desde el principio. Que la oscuridad pasada pareciera extenderse sin
cesar hacia el futuro. Las malas noticias que escuchamos una y otra vez, existen desde el principio,
hay problemas por todos lados, y el mundo pareciera hundirse en un interminable aluvión de
decepciones. Quiero rápidamente hacer mención del contexto político de la época en que nació
Jesús, tal como lo hace Lucas 3,1-2. Ahora cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Una república en ruinas seguido por la instauración del Imperio romano.

Los judíos subyugados militarmente. No aceptaban la dominación romana cuyo signo era el pago
del impuesto por medio de los recaudadores o «publicanos», originándose así una sorda
resistencia que degenerará finalmente en la cruenta guerra de rebelión con el desastre final de la
nación el año 70.

Hacia el 37 a. C., Herodes «el Grande», que era de ldumea (pueblo al sur de Judea) y, por lo tanto,
extranjero, obtiene de Roma el título de «rey» y gobierna despóticamente hasta el 4 a. C. Su
reinado se caracterizará por el odio y la humillación de los judíos, los subidos impuestos, la
brutalidad y el crimen (Mt 2,13-19). Antes de morir. Herodes reparte su extenso reino entre sus
hijos: Arquelao. Antipas y Filipo.

Los sacerdotes, conductores religiosos del pueblo, constituían una verdadera casta cerrada,
dirigidos por el sumo sacerdote, figura clave y muy mezclada con la política.

Mateo 4:16 dice “Esa gente vive en la oscuridad, pero han visto una gran luz; una luz ha brillado
para ellos que viven en una tierra oscura como la muerte».

Al mirar alrededor es fácil encontrar un desborde de quebrantamiento. Sin embargo, tu corazón


no debe abrumarse por eso, debes saber que hay más, que no todo se perdió. Tenes que recordar
que alguna vez sucedió algo que quito del camino el dolor de esta vida temporal y le dio paso a la
verdadera esperanza. Y no se trata de que te conviertas en alguien ridículamente optimista.
Posiblemente pareciera que falta mucho para que todo ande bien o que sin importar cuanto
esfuerzo hagamos, nunca lo lograremos del todo, pero sinceramente, eso no debe robarte la
tranquilidad.

La navidad nos enseñó 2 cosas: que la oscuridad es vencida por la luz y que el desastre de la vida
presente, puesto en manos de Dios, te pone en camino a una eternidad de paz.

Ciertamente no todo es malo en esta vida, hay mucho por lo cual agradecer, vivimos muchos
gratos y buenos momentos. Sin embargo, de igual manera, siempre nos encontramos con el dolor
cara a cara en algún momento.
Les tengo una noticia, cuando sucedió la navidad, el mundo era igual al que tenemos hoy, y les
tengo otra noticia, el mundo será igual al del futuro hasta que Dios lo decida.

En aquel entonces había opresión, enfermedad, oscuridad, y la respuesta que Dios le dio al asunto,
es la misma que hoy nos da.

La respuesta de Dios a los problemas temporales de la humanidad, es la posibilidad de unirse con


El en la eternidad y mientras que eso sucede, él nos consuela en nuestros dolores y nos acompaña
en la debilidad.

Vivimos en un mundo convulsionado y roto, pero no en un mundo sin esperanza. Por qué lo digo?
Porque cuando era improbable que algún día tuviéramos un final real y definitivamente feliz, Dios
decidió que nos daría una oportunidad. Cuando era improbable que alguna vez pudiéramos
disfrutar nuevamente de perfecta y permanente paz, él nos dio esa posibilidad. Cuando nuestra
relación mas importante estaba hecha pedazos, el decidió restaurarla.

Jesús vino a romper las cadenas de los oprimidos. A traer el pan y agua de vida a los necesitados, a
enriquecer a los pobres de espíritu, a abrir la puerta de la eternidad, a ser luz inextinguible en
medio de una profunda oscuridad.

Quiero que sepas algo, todo los problemas de tu vida son temporales cuando unís tu corazón a
Jesús. Porque el nació, vos podes tener paz. Tu aflicción temporal tiene una cura permanente .La
salida a la tribulación de nuestras complicadas vidas, se llama Jesús y él es paz, el trajo paz, un
inmensa e incomparable paz, así lo hizo aquella navidad.

Ese nuevo nacimiento trajo a este mundo una nueva oportunidad. Emanuel Dios con nosotros, y si
el es con nosotros, ¿Quién contra nosotros?

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